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Ficha Profesoras Araya-Kittl

Cuando hablamos de binarismo sexo genérico, nos referimos a cierta manera en


que las sociedades occidentales y la mayoría de la tierra, tras la modernidad
S.XV, han organizado las relaciones sociales entre lxs individuxs 1 que la
integran.

El binarismo sexo genérico, es en primer lugar un dispositivo. Reconocerlo como


dispositivo es dar cuenta de su capacidad de ordenar discursos, norma, formas
de actuar y concebir la realidad toda, casi de una manera inconsciente; creemos
así que éste binarismo es una manera “natural”, “a-histórica” y “normal” de ser,
a la que todxs debemos ajustarnos para ser y parecer según ese dispositivo. La
lógica de binarismo, supone una relación antagónica entre dos partes que se
muestran y definen separadas, diferenciadas, pero que al mismo tiempo, deben
complementarse para que el orden y la armonía social perduren: hembra/macho,
mujer/hombre, femenino/masculino. Éstos pares dicotómicos son los que
ordenan nuestra vida, ya que mediante los mismo clasificamos a quienes nos
rodean pero, éstos pares no son los únicos de hecho, todos estos pares parten
de uno fundamental, obra maestra de la modernidad que es la definición de lo
normal/anormal, humano/inhumano, “civilizado”/”bárbaro”, decente/indecente.
Quienes se encuentran en el primer grupo de “normales, humanos, civilizados y
decentes”, son quienes se adecuan al binarismo sexogenérico, cuya genitalidad,
sexualidad, identidad de género, disfrute se adecúa a lo que se espera de “la
hembra, mujer y femenina” y de “el macho, hombre masculino”. Así las
definiciones de “anormal, inhumano, bárbaro, indecente” a lo que podría
agregarse perversxs y enfermxs, son quienes no pueden adecuarse a ninguno
de los pares dicotómicos disponibles desde la normalidad. Para lesbianas, gays,
travestis, transexuales, bisexuales, queer, intersexuales, quedan los conceptos
poco gratos, que lxs etiquetan bajo la égida de “lxs otrxs”, lxs anormales. A
quienes además, la misma sociedad que los relega los define en función de lo
que puede traducir de sus modos de ser y estar en el mundo, con

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Aclaramos que decidimos escribir con la “x”, para mostrar como el binarismo sexo genérico se
encuentra naturalizado y operando hasta nuestra forma de nombrar en el mundo. Así el lenguaje
es creador de sentidos y realidades invisibilizando a quienes no se adecuan a ninguna de las
identidades binarias posibles. Reconociendo que el lenguaje es un terreo político de excelencia,
donde se dan las disputas por el poder, nos parece fundamental marcar la disidencia.
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conceptualizaciones que solo encorsetan y cercenan modos otros de ser, sentir


y estar en el mundo.

Este binarismo sexogenérico, si bien se presenta natural y ahistórico, subyace


en la misma una construcción que es sociohistórica, anclada en los inicios de la
modernidad, como hija de la conquista y la colonización de nuestro continente,
así como con los inicios de la racionalidad científica, mediante la cual el mundo
y las sociedades se dividieron y jerarquizaron. La ciencia, la psicología, la
posterior construcción del estado moderno con sus instituciones normativas:
ejército, registro civil e instituciones educativas, iban a construir y cristalizar lo
que se debía y podía ser y lo que no. Así ésta construcción, de más de 500 años,
se nos presenta como natural y su sola puesta en duda pone en jaque las
construcciones que, cada unx de nosotrxs posee sobre sí mismx. Reconocer,
desnaturalizar éstas construcciones, es reconocernos muchas veces como parte
de lxs “privilegiadxs”, quienes sin esfuerzo pudimos adecuar nuestra genitalidad,
sexualidad, disfrute, identidad de género al bando de lxs normales, por lo que no
nos hemos visto atravesadxs por las coacciones que se despliegan desde los
dispositivos normativos sobre quienes no se adecúan a la norma de la
normalidad.

Como trabajadorxs de la educación, es muy importante reconocer los lugares de


poder que ocupamos, para ser conscientes de la incidencia que tenemos en lxs
jóvenes que transitan nuestras escuelas. Los modos en los que lxs tratamos,
miramxs y nos referimos a sus exploraciones en torno a su sexualidad y su
devenir adultxs, son primordiales, para que transiten éstos caminos desde el
conocimiento, la información y la aceptación a la diversidad, pues ya estamos en
una sociedad con múltiples “policías del sexo y el género”2, como para que
nosotrxs también coaccionemos sobre sus construcciones y devenires.

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Esto refiere a que la sociedad en sí, mediante los medios de comunicación, la disponibilidad de la moda
y la estética que se impone, las tradiciones familiares, la discriminación en los lugares de socialización
para quienes pertenecen al grupo de lxs “anormales”, se encarga de coaccionar esxs cuerpxs, por ello la
importancia de que las instituciones educativas puedan acompañar y no reprimir sus sentires.

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