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Planificación Prácticas del Lenguaje 6°

Productos posibles
● Confeccionar una antología de cuentos de fantasmas.

Propósitos didácticos
Si el docente genera las condiciones didácticas necesarias se espera que los alumnos puedan:
● Escuchar y narrar oralmente historias del acervo popular sobre un tema (los aparecidos).
● Conocer cuentos y autores clásicos de terror a través de la lectura compartida con el docente.
● Leer por sí mismos cuentos de un género y tema conocido.
● Usar la escritura para registrar impresiones de la lectura y guardar memoria de lo leído.
● Narrar por escrito cuentos sobre fantasmas.
● Retomar en la propia escritura temas, personajes y formas de contar (narrador, diálogos, expresiones de terror y
misterio).
● Revisar distintos aspectos de los cuentos de manera colectiva, en parejas e individual.
● Leer por sí mismos y con ayuda del docente textos para buscar información sobre los fantasmas: microrrelatos,
artículos periodísticos y de divulgación.
● Participar en la edición de los cuentos.

Los seres humanos sentimos miedo ante un montón de situaciones, algunas reales y otras imaginarias. Ante el miedo, a
cada uno nos pasan cosas distintas: sentimos la necesidad de huir, de enfrentarlo, de taparnos los ojos y los oídos, de
meternos debajo de las frazadas o de buscar a alguien que nos proteja. Otra forma de enfrentar nuestros miedos es
expresarlos con palabras e imágenes. Y tal vez por eso, hombres y mujeres cuentan leyendas, escriben cuentos y
novelas, filman películas y pintan cuadros en los que el miedo tiene su lugar.

Para introducir el tema de este proyecto de lectura y escritura pregunte a sus alumnos si conocen historias de fantasmas
y expréseles que esta temática emerge en relatos populares, en cuentos de autores, en el cine, en las series de
televisión, en dibujos animados. Aliente a los niños a que cuenten qué conocen sobre este tema.
En este clima de intercambio, comparta con ellos la decisión de dedicar un tiempo de esta parte del año a leer y escribir
distintas historias de fantasmas y leyendas urbanas para incluir en una antología y presentarla en la escuela.
En pequeños grupos, reparta diversos textos que relatan historias escalofriantes que circulan en distintos lugares de la
Argentina.
Acompañe la lectura de cada grupo acercándose a ellos y comentando lo que dicen los textos. Posteriormente, en el
intercambio, con la participación de cada grupo, analicen qué tienen de común esas historias: personajes, sucesos,
resolución y cómo están contadas. Deténganse en los títulos y en las formas en que la escritura puede generar suspenso
o miedo. Pídale a los alumnos que busquen y traigan anotadas historias de aparecidos que conozcan; si es posible, del
lugar en el que ellos viven para narrar en el aula al día siguiente.

Aliente a los alumnos a revisar las historias que recogieron para estar seguros de que, al contarlas, el auditorio pueda
seguir el argumento y, a la vez, logren generar en él el suspenso necesario para el momento más importante del relato:
cómo y cuándo aparece el fantasma.
Probablemente algunas de las historias resulten más interesantes que otras, con más suspenso o sorpresa. Elija con sus
alumnos las que más les hayan impactado y propóngales que las anoten. Más adelante podrán retomar esos borradores
para usarlos en presentaciones de narraciones a niños de otros grados.

Leer cuentos de fantasmas


A lo largo de varias sesiones usted y los niños van a compartir la lectura de cuentos clásicos de fantasmas. Anote el
nombre del cuento y del autor que se va a leer en cada ocasión. También puede organizar algunas de las sesiones en la
biblioteca de la escuela o en otro espacio que considere más propicios para compartir estos momentos.
Para seguir las lecturas, puede plantearles a los alumnos hacer un cuadro como el que sigue, en el que registren los
textos leídos y por leer. Estas anotaciones les servirán para organizarse en los momentos en que los alumnos lean por sí
mismos.

En esta leyenda aparecen varios elementos que, combinados, crean un clima de suspenso. Vamos a rastrear algunos de
ellos:
• ¿En qué época del año sucede la historia?
• ¿En qué momento del día el joven conoce a la dama de blanco?
• ¿En qué barrio de la Capital Federal están los personajes? ¿Qué hay en ese barrio?
Gran parte de las historias de terror suceden en lugares que asociamos con el miedo, como un cementerio o un castillo
antiguo. También suele hacer frío, lo que nos hace sentir más frágiles. Habitualmente transcurren de noche, cuando
nuestros ojos no distinguen bien las formas y la luna nos envuelve con su luz mortecina.

En la leyenda hay algunos elementos que se repiten.


El joven siente un escalofrío en dos momentos: cuando besa a Luz María y cuando está parado junto a su lápida.
• ¿Por qué creen que siente ese escalofrío en el cementerio?
• El joven siente un vacío en dos escenas: cuando no sabe qué decirle a Luz María en el bar y cuando ve su nombre
escrito en el mármol en el cementerio. Vuelvan a leer la leyenda y encuentren cómo se llena el vacío que siente el joven
en cada caso.
En el bar, el vacío se llena con ….
En el cementerio, el vacío se llena con ….

• ¿Qué sucede en la leyenda “entre miradas y sonrisas”?


• ¿Qué sucede “entre llantos y gritos”?
• ¿Qué se les ocurre que sucederá en estas situaciones? Completen, como en el ejemplo:
Entre aplausos y gritos, el cantante apareció sobre el escenario.
Entre murmullos y secretos,
Entre risas y carcajadas,
Entre temblores y escalofríos,

El cuento fantástico
 ¿Por qué gritará este personaje?
 ¿Qué estará mirando?

Esta actividad nos servirá para armar un repertorio de palabras temáticas que utilizaremos para escribir.
“¿Qué palabras asociamos con el miedo?” Con esto completaremos un afiche.

Ruidos
Algunos ruidos nos hacen estremecer, como el de una puerta que se cierra de golpe o un grito que viene de lejos. ¿Qué
sonidos les ponen la piel de gallina o les dan mucho miedo? ¿Por qué?

Les proponemos completar el cuadro sobre la Dama de Blanco y, después, usarlo como guía para inventar su propio
personaje de leyenda.

Ahora creen su propio personaje


¿Qué se imaginan que pasaría si se encontraran con el personaje de leyenda que inventaron?

Las sesiones de cuentos continuarán con las siguientes obras:


 “La del once jota” Elsa Bornemann
 “Manos” Elsa Bornemann
 “Tranvía” Alejandro Dolina
 “El Horla” Guy de Maupassant
 “Mejor me callo” Angela Sommers
 “Sería fanstama” George Loring Frost
 “El grito del muerto” Lovecraft
 “Aparición” Guy de Maupassant

El fantasma de Canterville

Para convocar a la lectura


Presente usted mismo la obra; para que los alumnos adviertan la ironía que el texto refleja deben estar prevenidos
acerca de ciertos prejuicios que probablemente desconocen:
Los británicos desprecian un poco a los norteamericanos porque compran todo con su dinero y no toman nada en serio.
Los norteamericanos, a su vez, piensan que los británicos son tradicionalistas en exceso y viven apegados a sus viejas
costumbres. Una jovencita podrá finalmente atreverse a cruzar el límite de los prejuicios para salvar a Sir Simón de su
condena eterna.
Organice a los alumnos en pequeños grupos para que enfrenten en tres o cuatro clases la lectura de esta novela breve.
Será necesario que se alternen en la lectura y que usted se desplace de un grupo a otro para narrarles o leerles más
ágilmente algunos fragmentos −que deberá tener claramente localizados de antemano− en los que no se producen
escenas graciosas o en los que la acción se demora.

• ¿Qué situaciones permiten sospechar que algo raro sucede en el castillo?


• ¿Qué modos de manifestarse a los nuevos habitantes del lugar tiene el fantasma?
• ¿Cómo intenta producir terror? (¡aunque no lo logre!)

Al avanzar en la lectura, será conveniente que usted proponga intercambiar comentarios que permitan confrontar
interpretaciones:
¿Por qué vaga por el lugar el fantasma?
¿Por qué causa este nuevo fantasma se ha convertido en fantasma?
¿Cómo podrá el fantasma liberarse de la que parece ser una situación eterna?
¿Quién y de qué manera lo ayuda a liberarse de su condena?
Proyecto: Club de lectura
● Establecer relaciones con los cuentos leídos, buscar datos del autor que sean significativos, discutir si ese cuento
brinda más información para definir qué es un fantasma.

Un cuento fantástico
El fragmento siguiente se llama “Final para un cuento fantástico” y es del escritor A. lreland, inglés y nacido en 1871:*

—¡Qué extraño! —dijo la muchacha, avanzando cautelosamente—. ¡Qué puerta más pesada! La tocó, al hablar, y se
cerró de pronto, con un golpe.
—¡Dios mío! —dijo el hombre—. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos han encerrado a
los dos!
—A los dos no. A uno solo —dijo la muchacha. Pasó a través de la puerta y desapareció.

Escribe un cuento para este final.

Una vez que todos los niños han decidido el argumento y este fue revisado propóngales algunas reflexiones antes de
dedicarse a escribir el cuento propiamente dicho.

Planificación del relato


En este momento de planificación, comente otros aspectos que los alumnos podrían tener en cuenta para lograr un
relato más entretenido y comprensible.
● Incluir algún diálogo entre los personajes.
● Contar la historia en pasado y en primera persona o tercera persona según decidan.
● Decidir si desean incluir un comentario del narrador (el que cuenta la historia) dirigido a sus lectores como han visto
en “La ventana abierta”.
Escriba los puntos “para recordar” en un afiche que quede a la vista durante los momentos de escritura e inste a los
niños a consultarlo mientras están escribiendo.

Tenga en cuenta que se planifica tanto la historia −el argumento− como el relato, es decir cómo se cuenta esa historia.

A medida que los alumnos progresan con la escritura del cuento acérquese a ellos o pídales entregas parciales para
seguir su proceso de escritura.
Recuérdeles mirar el plan, mantener el narrador y el tiempo verbal. Señale las incongruencias o lagunas en la historia
que usted advierta. De esta manera estará colaborando con la coherencia del texto que es el objetivo de la primera
versión del cuento. En esta etapa, focalice su atención en la historia y cómo la cuentan; apunte los problemas
ortográficos que aparecen con mayor frecuencia en las producciones de la mayoría de los alumnos para retomarlas en
situaciones específicas de reflexión pero deje en suspenso la corrección de ese aspecto en las primeras versiones ya que
se plantearán nuevas oportunidades para considerar estas dificultades puntuales. En este momento, se necesita alentar
a los niños a continuar escribiendo.

Revisión de las primeras versiones


Para mejorar el relato de esta primera versión proponga a los alumnos reflexionar sobre el efecto final del cuento, tan
importante para producir sorpresa en el lector en esta clase de historias. Comparta esta idea con sus alumnos y
plantéeles revisar sus cuentos analizando qué efecto quieren producir en los destinatarios y qué recursos utilizaron para
lograrlo.
Los niños pueden leer en voz alta los finales explicitando el efecto que se quería producir para discutir en la clase si se
logra o no. En otra sesión de escritura proponga a los alumnos revisar si mantuvieron el tiempo pasado en la historia y la
persona gramatical elegida.

Revisión de los textos de un compañero


Cuando se propone a los alumnos revisar el texto de un compañero, se está ayudando a que logren distanciarse de sus
propios textos y aprendan a revisar y colaborar en la escritura de sus pares.
Usted puede planificar tres o más momentos de revisión en el que se focalicen distintos aspectos del cuento:
● La historia y los lectores.
● ¿Cómo está escrita la historia?
● La ortografía de las palabras.

Primer momento
En el inicio, se trata de que piensen si la historia va gustarles a los lectores. Intercambie los cuentos entre los niños y
propóngales leerlos a partir de estas ideas:
● ¿La historia es entretenida? ¿Se parece a las historias de los cuentos que leíste?
● Fijate si están bien presentados los personajes, si el cuento comienza como los cuentos que leíste.
● ¿Está claro en el cuento lo que les pasa a esos personajes y cómo resuelven su problema? ¿Está bien descripto el
fantasma y el ambiente donde estos personajes aparecen?

Les puede proponer señalar si es necesario en ese cuento:


● Decir algo más en alguna parte de la historia para que se entienda mejor;
● presentar a alguno de los personajes en la situación inicial si el compañero se olvidó de hacerlo;
● sacar o achicar una parte porque se repite, no es interesante, no se vuelve a hablar de ella más adelante, no es
importante para que la historia avance;
● incluir o mejorar el diálogo entre los personajes, porque sería lindo saber cómo hablan o podría hacer más fácil la
lectura de esa parte del cuento.

También se puede focalizar en el final, pídales a los que revisan que relean el final de los cuentos y analicen:
● ¿Cómo se resuelve el problema que tienen los personajes? ¿El final es parecido a los de los cuentos que leíste: ¿se
resuelve el problema del fantasma y de las personas vivas? ¿Es sorprendente?
● Si les parece que el compañero no explicó bien cómo los personajes resuelven su conflicto, sugiéranle incluir datos que
les gustaría saber como lector: ¿cómo cumplió el fantasma su última misión? ¿qué pasó después con los otros
personajes?

Finalmente, una vez que se releyó bien toda la historia, solicíteles que vuelvan a leer el título y anoten si:
● ¿Les parece un título que corresponde a la historia que acaban de leer?
● ¿Es un título interesante, que atrapa al lector y ayuda a que quiera leer la historia?
● Si les parece que debería cambiar el título, sugieran uno o varios títulos para que sus compañeros consideren...

Las repeticiones innecesarias


Acerque a los niños un diccionario de sinónimos para buscar reemplazos y estimúlelos a que busquen en los cuentos que
leyeron palabras o frases para nombrar a los personajes o lugares de ficción. Seguramente, en los cuentos leídos van a
encontrar frases adecuadas que les sirvan para mejorar el texto.
Probablemente, los niños le consulten acerca de los cambios; es una ocasión para que les aporte sus sugerencias.

Los verbos en la narración y otras marcas de tiempo


En general, las narraciones cuentan historias que suceden en el pasado; posiblemente tengan que revisar si las acciones
del cuento que están analizando se encuentran todas en pasado o si se colaron algunos verbos en presente
Los verbos no son la única manera de marcar el momento en que se realizan las acciones, también, hay otras palabras o
expresiones que acompañan a los verbos y sirven para situar mejor cuándo sucedió el hecho que se cuenta. Son los
marcadores y conectores de tiempo o temporales, como por ejemplo:
Cuando, a la vez que, entonces, luego, en cuanto, apenas, simultáneamente, previamente, al principio, un poco después,
en ese momento, finalmente.
Una mañana, al día siguiente, por la noche, todos los días, a veces, para siempre.

Entre todos, pueden hacer una lista de posibles conectores temporales para usar en las narraciones. Incluya en esta
reflexión colectiva el análisis de otras marcas centrales en la narración que son los conectores causales: porque, como,
entonces, fue por eso que, etcétera. Se trata de ayudar a los alumnos a advertir las relaciones de tiempo y de causalidad
entre las acciones en un cuento.

La puntuación del cuento


En las narraciones hay una situación inicial donde se presenta a los personajes, el espacio y el momento de la historia.
Luego, estos personajes sufren una complicación o conflicto, realizan una serie de acciones y, finalmente, el conflicto se
resuelve de manera positiva o no para ellos. Una manera de organizar por escrito estos momentos es usar el punto y
aparte. Además se usa el punto y aparte cuando hay diálogo, para que el lector sepa qué personaje está hablando.

Haga que los niños relean el cuento y marquen:


¿Dónde está la presentación y la descripción del personaje?
¿Dónde comienza la acción?
¿Dónde hay diálogo?
¿Dónde se resuelve la historia?

Después de señalar los puntos y aparte, cada revisor puede fijarse si en el cuento:
● se omitió algún punto al final de las oraciones;
● están los signos de interrogación al principio y al final;
● se incluyó signos de exclamación cuando los personajes gritan;
● se usaron comas en las aclaraciones y enumeraciones.

Hagan una lista y proponga a los niños repasar esos temas subrayando en el cuento que escribieron las palabras que
habría que corregir. Los alumnos podrían revisar:
● Las mayúsculas: de los nombres propios, en el inicio del cuento, después de los puntos.
● Las palabras que pueden plantear dudas ortográficas: r/rr (enredado), c/s/z, j/g, v/b palabras con h.
● Las tildes.

Inste a sus alumnos a buscar en los cuentos otras palabras en las que tengan dudas y a tratar de explicar por qué esas
palabras les permiten dudar. Frente a una duda ortográfica que no pueda resolverse utilizando los conocimientos de los
que disponen, se tendrá que plantear una consulta puntual al diccionario.

Armar la antología
Con los textos pasados en limpio, los autores ya están en condiciones de editar los cuentos en la antología. Para pensar
el libro, haga que los niños vuelvan a consultar antologías de cuentos y analizar qué partes tiene el libro, como por
ejemplo:
● La tapa y los datos del o los autores, título y tema.
● El índice de obras y autores.
● Un prólogo o introducción.
● Una dedicatoria o cita como epígrafe.
● La contratapa con un breve texto que recomienda la obra.
En sucesivas sesiones organice situaciones de escritura colectiva para elaborar estas partes del libro. Compartan en todo
el grupo las distintas posibilidades y acuerden temas y formatos.
Acompañe a los niños para que presenten el libro a la escuela y a la comunidad contando cómo fue el proceso de
producción, leyendo algunos cuentos y comentando lo que saben sobre las historias de fantasmas.

Del terror al humor


Que la pregunta central sea ¿Son o no cuentos de miedo?

“Silencio niños”, “Dientes”, “Carta de Drácula a su tía” “Historia de la momia desatada”, “El regalo del señor Maquiaveli”

¿Qué haría si...?


Esta actividad requiere una serie de pasos. El primero consiste en armar una lista con los personajes más conocidos del
género de terror. El segundo, en buscar las características opuestas a partir de la pregunta: ¿qué haría si...?
Por ejemplo:
• ¿Qué haría un Drácula vegetariano en lugar de beber sangre? ¿Quiénes serían sus víctimas?
• ¿Qué haría un lobo que al amanecer se transforma en hombre y es objeto de burlas por parte de la manada?
• ¿Qué haría un vampiro que sufre de miedo a la oscuridad?
• ¿Qué haría una bruja desordenada que olvida a menudo las fórmulas desus hechizos?
• ¿Qué haría una muerte distraída que pierde continuamente su agenda de visitas?
• ¿Qué haría un diablo juguetón que es víctima de una pandilla de niños traviesos?
• ¿Qué haría Frankenstein después de haber visitado al cirujano plástico?
Y todas las asociaciones que los chicos quieran hacer.
Luego, cada grupo elige uno o más personajes y, previa discusión y acuerdo entre los integrantes, procede a armar la
historia.
Por último, en una sesión de lectura colectiva, los chicos leen los relatos y los comentan.

Historias a golpe de dados


Para desarrollar esta actividad, se necesitan un dado y tres listas que se deben relacionar. Para armar una historia en la
que se combine el humor y la risa, se tiran los dados tres veces y el azar determina la forma cómo los elementos
enumerados deberán combinarse.
Lugar Personaje Objeto
1. Cementerio ruinoso 1. Fantasma 1. Helicóptero
2. Bosque oscuro 2. Bruja/o 2. Coliflor
3. Casa abandonada 3. Ogro 3. Celular
4. Castillo tenebroso 4. Muerto 4. Tabla de surf
5. Pozo insondable 5. Hombre lobo 5. Banda de rock
6. Cueva enmarañada 6. Vampiro 6. Muñeca de trapo

El trabajo de armar historias puede continuar a partir de personajes que abandonan sus historias clásicas y aparecen en
otras, con otros atributos.
Por ejemplo, los chicos pueden imaginar la historia de un Frankenstein convertido en vampiro, de brujas que deben
chupar sangre para ser eternas o de un vampiro que sale a la hora de la siesta. Seguramente los cambios de ambientes,
de hábitat, generarán nuevas historias en las que el humor desmitificará a los personajes maléficos.

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