Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Fernanda Pá stor
07 de mayo, 2018
Antecedentes
Soy una estudiante en la USFQ, hace unos meses me trasladé desde una provincia
del oriente del país hasta Cumbayá . Cuando conocí este aparentemente este pequeñ o
pueblo, algo llamó mi atenció n desde la primera vez que tuve la oportunidad de
comida, naturalmente, íbamos para compartir, y conocernos y qué mejor que la comida
para encargarse de esta tarea. Durante esta época de adaptació n conocí lugares como
“el Mc”, “el Rusty”, “el Lucía” o “el paseo” entre lo má s comunes. Dichos lugares, cada
uno cará cterístico por una buena y decente atenció n, tenían algo en comú n, sus relativos
altos precios (en comparació n del lugar del que vengo e incluso Quito, la capital a 15
minutos de dicho pueblo), ademá s de esta particular manera de tratar con la gente, el
- Bien, ¿y tú ?
- Adió s, cuídate.
Efectivamente sabía que para poder ser parte de este grupo al que estaba ingresando
gente.
2
En todo caso, un día hace pocos meses en mis paseos conociendo el pueblo
USFQ en un pequeñ o puesto levantado en la vereda y protegido con un plá stico estaba la
señ ora Marta con su puesto de papas fritas con un pequeñ o letrero: “combo estudiantil
$1.00”, y un poco má s lejos, en una buena subida que brindaba una buena vista, algunos
locales, encebollados, almuerzos, y sus precios variando entre los $2,50. Al entrar a uno
cambio, el trato, la manera en que te ven, incluso como te hablan. El chavo del 8 en la tv
antes de que empiecen las noticias, y en pleno medio día los trabajadores llegando y
que se va generando, tal como lo dice Naranjo “la desigualdad también se manifiesta en
el territorio, a este respecto se puede hablar de segregació n social espacial, puesto que
suburbano de Cumbayá , lugar donde estudio actualmente. Así pues, considerando que la
comida es algo tan cultural y arraigado en nuestro país, será interesante comprender
mediante este estudio dó nde se sitú an los ciudadanos de Cumbayá (econó mica y
real y afecta a la relació n de estos dos estratos que aparentemente se crean, es decir, si
esto llega a provocar segregació n entre los habitantes y si esto afecta a los mismos en su
co-dependecia.
3
dialogar y unir a las personas, aparentemente se ha convertido en una forma de
salen de lo mediá tico, si bien hay muchos problemas actuales de gran peso en el país,
sido invicivilizado hasta cierto punto por los habitantes mismo. Así mismo, es
interesante conocer cuá l es la opinió n de estos dos grupos, entender si son realmente
conscientes de la brecha existente y si esta les afecta o tal vez incluso se han
Paul Farmer
Zygmunt Bauman
Frank Wu
Felicity Schaeffer-Gabriel
Philippe Bourgois
Los autores listados han sido estudiados en clase, en tu totalidad, si bien no todos
analizados desde el lado antropoló gico, lo cual es primoridial para este tipo de
investigació n.
4
En el pueblo de Cumbayá pretendo realizar una observació n tanto participativa
como no participativa de las personas que visitan estos lugares de comida (los
busca un criterio formado con respecto a este tema y ademá s que lleven algunos añ os
la cocina y a sus comensales (en caso de que no sea posible, entonces se limitará una
que manejan el negocio en caso de ser posible. Ademá s, trataré de dialogar con los
Marco Teórico
5
Comenta Viteri (2011), refiriéndose a Holrzman (2006, 373): “Tenemos que
histó ricamente, como lo indica, con un trasfondo cultural y social que no puede ser
alejado y analizado por separado. Por esta razó n es exactamente que esto es aplicable
en este caso, el Ecuador es un país tan diverso cultural y socialmente y la comida, como
dá ndoles valor histó rico, social, cultural, y ahora hasta incluso reconocimiento nacional
segregacionista donde uno le quita la dignidad al otro; tal y como hemos estudiado en el
curso a través de la lectura de Bauman (2014) “El precio no puede ser nunca la
participativa) entré a una pizzería, lucía bastante cara y elegante, dos familias
compartiendo una cena juntos, algunos niñ os haciendo su pedido (los pequeñ os no
deben haber tenido má s de 8 añ os) al acercarse el camerero, pude percibir ese aire de
superioridad, los niñ os trataban a la persona que estaban pagando por servirles como si
fuesen de su propiedad, por lo que se entiende que desde pequeñ os aprenden quién es
6
Ahora bien, esto nos lleva nuevamente a Bauman “tal ves sería mejor cambiar los
há bitos del mundo y hacer del há bitat humano un lugar má s hospitalario para la
los niñ os”. Tomando sus palabras, es evidente la capacidad en la que influye el
comportamiento en los niñ os, desde su corta edad parece que no fuesen inculcados algo
de humanidad, al crecer sus reacciones con respecto a personas que les sirven o de
estas “otras personas” que durante toda su vida vieron “desde arriba” o simplemente las
cotidiana y propia del ser, se crea una especie de “cultura de la calle” como lo asevera
personal autó noma.” Y es que naturalmente, las personas buscan una manera de
pertencer a algo, somos seres sociables por instinto, y en este caso no es má s que otra
prueba de lo humanos que somos. Las situaciones de la vida nos van formando como
sentirla y vivirla. Para un migrante lejos de su país, la comida los transporta a lo que
dejó atrá s, y también le hace sentir un tanto en casa, en ese nuevo lugar.
de quién no; o de quién tiene dinero o quién no. A diferencia de la situació n del
migrante en relació n a la comida como menciona Viteri (2011) en su libro Food and
7
Belonging: Ecuadorians in New York City, in Ethnicity, Citizenship and Belonging:
Practices, Theory and Spacial Dimensions. “Franklin resalta que algunos de los cambios
tangibles son có mo el “apellido ya no cuenta "y có mo el trabajo que uno hace en los
Estados Unidos. actú a como una especie de ecualizador por el que personas de distintas
de clases, migrar del país no solo significó del territorio, en este caso en particular, los
migrantes tuvieron la ventaja de migrar de esta divisió n para nada invisible, má s bien,
notoria. El “apellido”, el “có mo o con qué se viste”, “có mo habla” o “có mo come”, al estar
lejos de casa estos factores que aquí, efectivamente siguen teniendo un peso, y bastante
grande, van disminuyendo porque esta cultura y costumbre se vuelve iló gica e
irrelevante.
Cabe recalcar que en ningú n moemento trato de decir que la “suerte del
migrante” es mejor porque salió del país, y que esto le sirvió para librarse de la
sociedad. Mas bien, quiero enfocar mi aná lisis en có mo todas estas realidades son tan
solo construcciones histó ricas y sociales, que vienen desde hace cientos de añ os atrá s, y
son incapaces de perder este poder que conllevan a menos que sea cambiando de
8
econó mica y social en su pueblo, su respuesta fue: “Es un problema del país, no puedes
hablar de una desigualdad econó mica y social en Cumbayá si pasa lo mismo en todo el
“Carlos” confirmó que efectivamente bajo su punto de vista “en Cumbayá necesitas
contactos, necesitas palancas, y para tener todo esto, obviamente necesitas dinero”. Y
sin duda, en Cumbayá el pueblo está dividido entre la gente con dinero que paga por
este servicio, y muchas veces es dueñ o; y por otro lado está el pueblo, que es
Por otro lado, importante a considerar es lo que dice Farmer (2003) en “Part I.
On Suffering and Structural Violence”. en Pathologies of Power: Health, Human Rights and
the New War on the Poor, “Los factores sociales, incluidos el género, la etnicidad ("raza")
y el estatus socioeconó mico, pueden desempeñ ar un papel en hacer que las personas y
los grupos sean vulnerables al sufrimiento humano extremo. Pero en la mayoría de los
entornos, estos factores por sí mismos tienen un poder explicativo limitado.” En este
caso la comida sería el plato base para esta desigualdad social, le son añ addidos todos
estos mencionados, que tal y como asevera Farmer lo que ocasionan es un dañ o má s que
lugar donde pertecer, en caso de que su identidad no haya sido bien formada.
tradició n y a la carga cultural. La comida pasa de ser sinó nimo de pertenencia a ser
9
Análisis
El aná lisis está enfocado desde la perspectiva de todos los autores estudiados en
10
participativas en varios de los lugares de comida en Cumbayá tanto de los que
aparentemente tenían una buena y só lida posició n social y econó mica, y de lugares má s
está dividida socialmente y muy marcadamente, tal y como se ha comprobado con este
estudio, desde el á mbito de la comida. Las consecuencias de esta divisió n social son la
Los que pagan con su tarjeta de crédito un almuerzo de $5.00 o má s, a los que pueden
alejarse 5 minutos del centro de Cumbayá y “en una calle de la subida” encontrar un
almuerzo “y bien puesto” de $2.50, conveniente para el bolsillo y suficiente para rendir
el resto del día. O comprar el “combo estudiantil” de $1.00 donde la veci; o comprar un
combo del Rusty a casi $7.00. La sociedad se divide sí, aparentemente estas dos
realidades nada tienen que ver con la otra y el respeto siempre está primero, sin
tan visible y al mismo tiempo tan ignorada, entonces esta investigació n ha sido un éxito.
brechas sociales, que si bien como fue mencionado en las entrevistas, es un problema
general, pero estos problemas se acaban con soluciones pequeñ as, logros pequeñ os.
Conclusiones
vista de las estructuras histó ricas de poder que han dicho que tal apellido, tal color o tal
cara ha de tener ventaja sobre sus semejantes. Estas brechas tan solo se aumentan a
11
medida que se considera a alguien persona si viene de tal colegio, estudia en tal
universidad o tiene “estos planes a futuro”. En primer lugar, se debe tener claro que las
personas no son má s o menos que otras, su dignidad, su identidad no hace falta que se
los tiene, a pesar de esto, el estado y las personas que lo conforman está n en la
obligació n de velar por estos derechos. La comida es sinó nimo de felicidad, de compartir
y conocer, de libertad; no debe ser transformada en una competencia para ver dó nde o
con quién come alguien. El problema se debe cortar desde raíz, si bien es cierto no se
podrá ir al congreso a reclamar los derechos de una desiguldad social vista desde el lado
comida escencialmente tiene una carga cultural y hasta un poco trascendente ya que ha
acompañ ado al ser humano desde sus inicios. Aunque esto no sea algo tan relevante
como la pobreza a nivel mundial, la discrmininació n racial o los conflictos armados que
traen víctimas por miles. Es una especie de micro-problema, el cual podría incluso
Bibiografía
Bauman, Zygmunt, Amor líquido: acerca de la fragilidad de los vículos humanos. Buenos
12
Bourgeois, P. (2003). In Search of Respect. Selling Crack in El Barrio, Cambridge
University Press.
Power: Health, Human Rights and the New War on the Poor. University of
Viteri, M. (2011). Food and Belonging: Ecuadorians in New York City, in Ethnicity,
Wu, Frank. 2002. The Best Chink Food: Dog Eating and the Dilemas of Diversity. The
13