ÁREA: Educación.
SEMESTRE: VIII.
¿Por qué la escuela no es amable con el saber de las niñas y niños andinos?
Los padres de familia no entienden por qué la escuela enseña excluyendo. El origen de
tal situación puede estar en la manera como los profesores humillan a los niños
cuando éstos se expresan en su idioma o hacen referencias al modo mágico de
vincularse con la naturaleza, pero ello no parece ser razón suficiente. La escuela es de
una índole tal que expresa en su operar un modo de ser que genera rupturas en la
relación del niño con sus padres y con la naturaleza.
Cuando la opción por el progreso se encarna en los estudiantes y logra ser asumida
autónomamente, los signos de respeto se erosionan, los alumnos ya no saludan a los
mayores en caminos y calles, y discuten a menudo las opciones técnicas que los
campesinos mayores en asambleas comunales deciden en base a su cosmovisión.
Tenemos que aprender además, que cada cultura tiene su modo de ser, su tiempo y
ciclos para conocer la naturaleza y otras culturas. La cultura occidental moderna
requiere, dentro de los contextos rurales, su propia pausa para conocerla. Quizás el
tiempo actualmente destinado no sea el más conveniente para ello. No estamos
obligados, en niños de culturas orales, a establecer los mismos ritmos en al aprendizaje
de una cultura escrita que tienen los niños de las ciudades.
Los Andes constituyen uno de los ocho centros mundiales donde una agricultura
diversa se originó hace 10,000 años. Eran parte de esta diversidad se halla en las
chacras de los campesinos, y su persistencia se debe en medida importante al cuidado,
protección, afecto y cariño de la cultura criadora de éstos. Esta agricultura está basada
principalmente en prácticas, saberes e insumos propios. Es con este saber que realizan
una enorme contribución a la producción agrícola en el país. A pesar de la importancia
de esta sabiduría en la alimentación de la población peruana, no existen en el Perú
sino contados esfuerzos para conocerla, valorarla y entenderla dentro de los
particulares contextos culturales en que hallan sentido y utilidad. La mayoría de las
aproximaciones sobre la sabiduría andina se acercan a esta como si fuera peldaño
inicial de una escalera cognitiva universal. Los adjetivos: “primitivo”, “mágico” o
“salvaje” con que se lo califica no hacen más que negarle un estatuto propio, al tiempo
que insinúan su gradual reemplazo por un saber basado en la ciencia y técnicas
modernas. La era del desarrollo, inaugurada por Truman en 1949, no fue amable con
las tradiciones. Un grupo de expertos de las Naciones Unidas diseñó las políticas de
desarrollo para los países denominados subdesarrollados de la siguiente manera: Hay
un sentido en el que el progreso económico acelerado es imposible sin ajustes
dolorosos.
Las filosofías ancestrales deben ser erradicadas; las viejas instituciones sociales tienen
que desintegrarse; los lazos de casta, credo y raza deben romperse; y grandes masas
de personas incapaces de seguir el ritmo del progreso deberán ver frustradas sus
expectativas de una vida cómoda. Muy pocas comunidades están dispuestas a pagar el
precio del progreso económico. (United Nations, 1951:15. En: Escobar, A. 1996:20). La
globalización no es ajena a este propósito. Caracterizada por ser un proceso por el
cual: “Eventos, decisiones y actividades en una parte del mundo llegan a tener
consecuencias significativas para individuos y comunidades en partes bastante
distantes” (Group of Lisboa, 1995), lo percibimos como la remozada continuación en
amplitud e intensidad del paradigma de vida buena que cristalizó en la modernidad y
fomentado en la era del Modernización educativa, y los retos de la mediación cultural
en los Andes del Perú. Grimaldo Rengifo Vásquez. PRATEC. Perú. Lima, Noviembre
2003. 14 desarrollo, y que está basada en la difusión planetaria de tres fenómenos
concurrentes: la separación del individuo de los lazos de la comunidad; la enajenación
humana de la naturaleza, y la separación de lo sagrado de la dimensión corriente de la
vida, en breve, de la ruptura y destrucción de todo modo de vida afincado en lo que
genéricamente se conoce como tradición.
En la visión andina, los padres a sus hijos les enseñan el respeto. No se debe maltratar
a los animales, ni a las plantas; porque tienen vida, así como tos humanos la tienen. El
respeto es a todo cuanto se considera sagrado. Es el saludo a los mayores, es hacer
fiesta y rituales a la pachamama, a los apus, al agua, a los animales. El respeto es no
pisotear los surcos, es conversar con cariño con todo lo existente, es el saber
reconocer el saber del otro, es no imponer una forma de vida. Esto no se aprende
desde los libros o desde reglas de urbanidad, es la vivencia diaria lo que nos está
formando y enseñando siempre. Los niños y niñas aymaras saben que tienen que
saludar a sus mayores, pero también a sus propias deidades que son sus protectores.
El respeto no solamente se limita a los humanos, es a todo, y es lo que difiere del
concepto de respeto en la cultura occidental, donde entre humanos elaboran sus
propias normas de comportamiento y la naturaleza es considerada recurso en
beneficio de los humanos.
Conclusión
Final mente podría decir que la escuela no es amable con el saber de los niños por que
la educción actual persigue otros fines que plantea los grandes poderes de la alta
sociedad quienes deciden que es lo que las personas aprendan, para que sean sus
eternos esclavos, es por tal sentido que los docentes tenemos que darnos cuenta y
cambiar esa enseñanza occidental y partir de la revaloración de los conocimientos de
cada comunidad y revalorar ciertos conocimientos que son muy valiosos.