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Los tres emprendedorcitos

Un cuento sobre algunas de las barreras que encontramos para sacar adelante nuestros emprendimientos Autor:
Carlos López

Había una vez, hace muy poco tiempo, un grupo de tres jóvenes universitarios que un día pensaron en crear una
empresa que produjera equipos de alta definición para exploraciones geosísmicas.

En su empeño, estudiaron el mercado, hicieron el análisis financiero de su proyecto y todo resulto muy viable, había
un mercado sin explotar que necesitaba este tipo de herramientas, las proyecciones financieras eran halagadoras y
serían pioneros en este tipo de producción. Estos resultados surgidos de su estudio, los animaron a empezar a
trabajar en su proyecto. Una vez listo el proyecto y antes de empezar a producir el primer equipo, uno de ellos pensó
que sería importante, para desarrollar su proyecto, el apoyo de su universidad, entonces les propuso a sus dos
compañeros que llevarán el proyecto a la universidad.

Al siguiente día, se levantaron muy temprano para presentar su proyecto en su querida universidad. Primero lo
presentaron a algunos profesores que podrían estar interesados, luego a los decanos y luego a los directivos, pero
para su sorpresa, sólo un par de profesores les prestó atención. Los tres jóvenes emprendedores volvieron a casa
pensando que talvez su proyecto no era tan interesante como ellos pensaban ya que en su querida universidad no
les habían hecho caso. Pero esa noche, otro de los jóvenes propuso llevar su idea a una entidad estatal que brindaba
apoyo a las PYMEs. nuevamente, muy de mañana salieron con todo el ánimo a presentar su proyecto en la entidad,
pero al llegar, tropezaron con una enorme pila de trámites y se estrellaron contra la inmensa pared de la burocracia y
apenas si lograron dejar una copia de su proyecto, la cual quedo archivada junto a las de otros 16 emprendedores
que madrugaron ese día.

De nuevo volvieron a casa pensando que tal vez su proyecto no era bueno porque en la entidad tampoco les habían
hecho caso. Pero esa noche el último de ellos propuso llevar su idea a una empresa a la que le podría interesar.
Temprano salieron y temprano llegaron a la empresa, en donde una amable recepcionista les preguntó:¿tienen cita
con alguien? ¿con quien los puedo anunciar? a lo que ellos respondieron: gracias señorita, traemos un proyecto de
empresa para producir equipos de alta definición para exploración geosísmica y como sabemos que esta empresa
está en el negocio de la exploración petrolera, pensamos que les puede interesar.

La señorita muy gentilmente les dijo: discúlpenme, pero si no tienen cita no les puedo permitir su paso, pero si
quieren les puedo conseguir una cita con Pedro Pérez el asistente del asistente del asesor del Ingeniero Rojas para
dentro de... déjeme ver... tres semanas, está bien? Bien respondieron los tres emprendedores, quienes
desilusionados volvieron a casa.

Este "cuento", que no tiene final, aunque suene infantil y fantasioso suele ocurrir con bastante frecuencia debido al
poco apoyo que se brinda, tanto en las instituciones educativas (en las cuales prefieren formar empleados que
empresarios) como en los organismos estatales y en la empresa privada a las iniciativas de la gente joven, que
aunque no tiene experiencia ni influencias, sí tiene muchas ganas y merece por lo menos ser atendida y escuchada.

1. ¿Qué te impulsa a seguir adelante?


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2. ¿Cuáles son las barreras o dificultades que no te permiten salir adelante?
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