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La iluminación en el teatro

Uno de los aspectos fundamentales en cualquier tipo de producción es la


iluminación; junto con la actuación, vestuario y atrezzo, es el encargado de resaltar
detalles y generar el ambiente que se quiere transmitir a los espectadores.
Anteriormente vimos algunos consejos para iluminar en el teatro, y hoy vamos a
ver cómo se realiza la iluminación en el teatro según la dirección de la luz y cómo
afecta al mensaje que se quiere plasmar.
Dirección de la luz
 Frontal. Una de las fuentes de luz principales es la que se coloca de forma
frontal al escenario y es la que ilumina en general la escena. El problema es que
reduce profundidad, de ahí que sea necesario dirigir la luz desde otros puntos de
la sala.
 Lateral. Otra de las direcciones de la luz es lateral, pudiendo colocarse las
fuentes a diferentes niveles: desde arriba, en un punto intermedio o a la altura del
suelo.
 Cenital. El término cenital hace referencia a que, un plano, una fotografía
o la dirección de la luz se toman de arriba hacia abajo. Se utiliza cuando se
quieren generar sombras o se busca transmitir dramatismo en el escenario.
 Contraluz. Para generar una silueta en la escena se utiliza la dirección  a
contraluz y es cuando los personajes quedan completamente iluminados por
detrás. Puede utilizarse cuando en un momento determinado no queremos que se
vea la cara de los actores pero sí la acción que están haciendo.
 Nadiral. Lo contrario al ‘cenir’ es el ‘nadir’, por lo tanto, la luz nadiral es
la que se proyecta de abajo hacia arriba. El efecto que provoca es misterioso o
incluso siniestro, así que se utiliza generalmente para escenas concretas.
El significado de la luz en el teatro
Esquema de un escenario (luces)

Significado de la luz y la iluminación en el teatro

La luz es una posibilidad adicional de significado en el escenario, pero no


imprescindible como código.

Llamamos luz a las condiciones lumínicas con significado. Se llama


iluminación al aparato técnico que las hace posibles.

La función práctica de la luz es la de hacer visible el espacio. La luz


ilumina el lugar, lo hace evidente, de modo que aparezca como tal
espacio. Junto a esta función práctica, la luz puede adoptar funciones
simbólicas y significativas, pues todas las culturas han formado un código
simbólico de la luz, basado en la contraposición entre luz y oscuridad, con
sus matices de sombra, y en la alternancia de día y noche, con sus tiempos
lumínicos intermedios. Por ejemplo, alba, aurora, amanecer, mañana,
mediodía, tarde, atardecer, ocaso, noche, madrugada, forman un campo
simbólico, no sólo natural, asociado a ideas y sentimientos.

En el teatro se emplea la luz tanto en su función práctica como simbólica,


siempre que se pueda imitar o crear las condiciones semejantes a los
efectos de iluminación que se quieran conseguir. En su segunda función, la
simbólica, entró a formar parte del código teatral tardíamente, hace
relativamente poco tiempo, pues su uso significativo hizo su aparición
primero con la luz de gas y más adelante con la luz eléctrica y las nuevas
tecnologías; entonces tomó carácter significativo, ya que existía la
posibilidad técnica de manipularla y configurarla como código significativo.

Las representaciones en la Antigüedad y en la Edad Media se realizaban a


la luz del día (mañana o tarde) y al aire libre, con lo cual la luz era la
natural, tanto para espectadores como para el escenario. En el siglo XVII se
pasó la representación a locales cerrados o semicerrados, y de la mañana o
tarde se pasó a realizarla en la tarde o noche. Esto, sin embargo, no
supuso la creación de un código significativo lumínico, puesto que se
iluminaba por igual el escenario y la sala, mediante lámparas de velas o
candiles de aceite, que se encendían uno por uno antes de la
representación y se apagaban del mismo modo al concluirla; era imposible
apagar y encender a media función. A veces se añadían en el escenario las
llamadas candilejas, una fila superior o inferior, o ambas cosas, en el
borde del escenario, pero tampoco se podían encender y apagar durante la
función, sino al comenzar y al terminar ésta. Este tipo de luz escénica, que
sólo sirve para visibilizar el espacio, no se puede llamar propiamente signo
teatral. En el siglo XX, algunos autores y directores de escena, renuncian
al uso de la luz como código de significado, prefiriendo una iluminación
general y “natural”, como hizo Bertolt Brecht, pero en ese caso, al existir
ya un código lumínico teatral, la renuncia a él tenía también un valor de
signo negativo, el rechazo a la ilusión y a la inmersión propias del teatro
burgués.

La luz como signo en el teatro funciona en razón de su intensidad, su


color, su distribución y su movimiento, posibilidades que ofrecen las
modernas tecnologías. Una de sus funciones significativas básicas consiste
en dar a entender la luz: solar, lunar, de antorchas, de velas, de un arco
iris, de tormenta, de neón, etc. La luz en teatro se representa a sí misma y
se crea como un tipo concreto de luz, el cual pertenece a un código
cultural simbólico, que lleva consigo todos sus significados concretos: día,
noche, sombra, penumbra, etc.

Puede, por tanto, connotar otros significados, que aluden al lugar, al


tiempo, a los personajes, etc. Gracias a las técnicas de iluminación se
pueden crear efectos que hace un siglo solamente eran inimaginables. Con
ayuda de la luz (el aparato técnico de iluminación), se pueden aislar y
concentrar la atención sobre determinados signos: partes del decorado,
gestos o movimientos de los actores, accesorios.

Estas son las diferentes posibilidades de significado de la luz:

1. Puede dar a entender un lugar: rayos discontinuos y móviles pueden


significar un bosque, por ejemplo. Puede remitir a una cueva, si se
concentra en tubo, al interior de una catedral, a una habitación,
etc., e incluso puede sustituir el decorado en su totalidad.
2. Puede indicar procesos meteorológicos, fenómenos naturales y
sucesos sociales, o sea, crea situaciones y acciones, a veces en
asociación con signos acústicos no verbales (ruidos).
3. Puede aportar significados referidos a la identidad de los personajes,
aislándolos o destacándolos, por color o por intensidad.
4. Crea atmósferas y ambientes, siguiendo códigos culturales previos.
Se identifica la luz clara y cálida, por ejemplo, con la tranquilidad;
la luz lunar, fría y azul, con el misterio, lo romántico. De este modo
puede transmitir sentimientos: recogimiento, euforia, intriga, e
incluso ideas, como en una apoteosis celestial al final de un auto
sacramental, por ejemplo, que significaría el triunfo de la
espiritualidad.

En conclusión, la luz, desde su aparición como código teatral potencial,


cuando pudo ser manejada técnicamente en el escenario, se ha constituido
como un elemento teatral creador de significados adicionales.
El sonido de una obra de teatro
Publicado 13 junio, 2017 por admin

El sonido de una obra de teatro


El sonido es tan importante como la obra en sí misma. De nada sirve todo lo
que realices si al final no se escucha bien. Es primordial. En una obra hay
varios puntos de sonido a tener en cuenta:

La voz
El primero de todos los sonidos es la propia voz del actor. La voz del actor
es el 50% del personaje. Si no puedes escuchar y entender lo que dice el
actor, ese actor no servirá de mucho en la obra. A no ser claro, que tu
intención sea que no se le entienda nada. Para que al actor se le escuche
bien, deberá saber y conocer que entonación, ritmo, y volumen darle al
personaje. Pero sobre todo su dicción. La dicción es lo más importante.

Un consejo para mejorar la dicción es leer en voz alta. Este sencillo ejercicio
es muy efectivo y te ayudará a mejorar muchísimo.
La voz es el 50% del actor
 

La música
Si haces un musical y tienes música en directo, recuerda que la música en
directo suena muy fuerte. Si los actores no tienen micrófono, la música
tapará sus voces. En todos los grandes teatros tienen un foso para la
orquesta. Normalmente en los centros culturales y teatros pequeños, no
tienen. En estos luagres se recomienda colocar a la orquesta en la parte
trasera del escenario.

Si usas música grabada, como canciones, karaokes o pones música de


ambiente, recuerda que tienes que probar todo el sonido. No es lo mismo el
volumen de un playback que de un karaoke. Y ni que decir de la música de
ambiente. Y no es lo mismo lo que se escucha desde la cabina, si está
arriba o cerrada, que desde el patio de butacas donde se sienta el público.
Prueba toda la música y muévete entre las butacas para comprobar si se
escucha bien.

Si vas a cantar, siempre recomiendo que el actor use micrófono, para que
se le escuche bien sobre la música.
La música siempre hay que probarla
 

Los efectos de sonido


Pueden ser muy importantes para una obra. Un portazo, unas campanas, un
aullido de lobos o un simple silbido. Todos los sonidos que incluyas en una
obra también tendrás que probarlos. Es imposible que el sonido de un vaso
que se cae suene más fuerte que un viento huracanado. Deberás adaptar el
volumen de cada sonido según la importancia y la intensidad que quieras
darle.

Los efectos de sonido pueden ser de gran


importancia
 

Efecto de sonido
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Un efecto de sonido o efecto de audio es un sonido generado o modificado artificialmente, o
un proceso de sonido, empleado con finalidades artísticas o de contenido en el cine,
la televisión, las grabaciones musicales, los videojuegos, los dibujos animados, las
representaciones en directo de teatro o musicales y otros medios. En el cine y las
producciones televisivas, los efectos de sonido se graban y reproducen para dar un contenido
narrativo o creativo sin el uso de diálogo o música. El término se aplica frecuentemente a un
proceso aplicado a una grabación, no a la grabación en sí misma. En la producción
cinematográfica y televisiva profesional, el diálogo, la música y los efectos de sonido se tratan
como elementos separados.1 Ni los diálogos ni la música se incluyen entre los efectos de
sonido, aunque se les apliquen procesos, como reverberación o Flanger|flanging]] que se
podrían entender como efectos.

SONIDO ESCÉNICO
(Definición)
Sonido Escénico: conjunto de eventos sonoros, prácticas y
procedimientos audibles y musicales que conforman el universo
sonoro ficcional de una puesta de teatro.
Éste universo se manifiesta en el espacio físico y temporal de una
representación escénica o performática, con la pretensión de ser
oído de manera presencial por un espectador.

un sonido en escena:

 se manifiesta e interviene en los sucesos del relato  (obra)


 suena por vibración de los materiales del espacio físico
(sala/espacio)
 está puesto allí con fines espectaculares (espectáculo)

El sonido escénico es, como todo artificio teatral, labor técnica y


lenguaje estético.
En el espacio es omnipresente, no entiende de cuarta pared: lo
escuchan los espectadores, los actores y los personajes
simultáneamente, aunque con cada uno plantea diferente vínculo y
complicidad.
Es evento en el tiempo y como tal efímero, como la función teatral
misma.
Sucede en el tiempo y se propaga al espacio: su lenguaje es el que
revela la pulsión, el ritmo, el latido de la obra y lo propaga, del
escenario a la platea.
Las voces de los diálogos, los silencios, la manifestación audible
de las acciones, los sonidos de la trama, las pausas y las músicas
son el resultado sonoro inevitable de convertir un texto en
representación.
El germen, la pulsión del ritmo y el sonido escénico, está en la
trama: es el latido del relato que en la representación adquiere un
cuerpo sonoro, toca al espectador en la distancia y la obra se
convierte en espectáculo vivo, dinámico y audible.
El sonido escénico como conjunto se completa en las músicas que
traen la ronda, la reunión, el ritual colectivo que se concreta en la
función teatral ante el público.
El sonido y las músicas sincronizan el latido conjunto del
escenario y la platea, el pulso común en el que se concreta la re-
unión, individual y colectiva que propone cada historia en escena.

Elementos del conjunto Sonido Escénico

En las formas actuales del teatro y las artes escénicas el plano


sonoro de una representación está  usualmente compuesto por
múltiples elementos entre los cuales cabe destacar:

 la voz de los actores y sonidos resultantes de la acción


 músicas o efectos sonoros con influencias dramáticas en la trama
o que hacen avanzar la acción
 músicas espectaculares de carácter estructural (música de inicio
y música de final)
 músicas espectaculares emotivas o de preferencia estética
(superposiciones musicales a la escena)
 músicas de carácter transicional por necesidades del relato o del
dispositivo (apagones, cambios de vestuario o escenografía, elipsis
temporales de la trama, etc.)
 músicas y sonidos espectaculares (música de entrada de público,
audios institucionales, aplauso, música de saludo, salida de público,
clips de difusión, etc.)
 instrumentos y artefactos sonoros en escena
 músicos intérpretes y actores músicos que accionan instrumentos
o cantan en vivo durante la función
 aplausos
 silencio (práctico, dramático, estético, narrativo, representativo y
espectacular)
 ruidos (del dispositivo escénico, ruidos del espectador, ruidos del
edificio teatral, etc.)

Cada uno de los elementos que se enumeran en esta lista tiene la


peculiaridad de ser puesto en uso por distintas razones. Algunos
eventos sonoros ocurren por cuestiones de la obra y universo
sonoro propio del relato, todos están condicionados por
cuestiones del espacio físico y temporal de la representación. Y
otros existen a fines espectaculares, como por ejemplo la música
de saludo, que no tiene influencias dramáticas pero si opera a
nivel espectacular.

La apariencia externa del actor: el peinado

La apariencia externa del actor: el peinado

El segundo sistema de signos en relación con la identidad del personaje es


el peinado, por el cual entendemos el arreglo especial del cabello y el
vello facial.

Generalmente se ha tratado en combinación con la máscara; en estudios


históricos se describe como uno de los elementos de ella.

Peinado y vestuario, junto con la máscara, forman el significado completo


de la apariencia externa del actor, se potencian y se complementan entre
sí. Puede ocurrir, sin embargo, que uno o dos de estos sistemas (máscara,
peinado, vestuario) se eliminen o que cada uno aporte significado
independiente sobre la identidad del personaje. Ejemplo de esto podría
ser una escenificación en la que los actores se presentaran vestidos de
negro y sin maquillar, pero con pelucas de diferentes colores que los
identificaran, en cuyo caso sería el peinado sólo lo que crearía su
identidad.

Ticadis egipcios reales. Tutankamon y su esposa


El cabello, como el rostro y la figura, es un fenómeno natural y, como tal,
puede indicar edad (pelo cano), raza (rizado y negro/rubio y liso), y sexo
(barba/no barba). Pero en muchas culturas no se interpreta solamente
como signo natural, sino también como símbolo de cualidades del carácter.
Generalmente es un signo de sexualidad y de cualidades morales. Sus
características diferenciadoras son la cantidad, el color, el estado y la
longitud.

En la historia de la cultura occidental hay abundantes ejemplos de esto. El


pelo abundante se interpretaba como signo de fiereza, de animalidad, de
la maldad. El cabello rojo ha significado de lo mágico y misterioso; el rubio
se toma como señal de inocencia, mientras que el moreno significa la
maldad o la pasión desenfrenada. En el siglo XX el cabello rubio y ondulado
en la mujer es señal de seducción (gracias a ciertos mitos del cine). En
Europa oriental el cabello y barba de gran longitud era signo de devoción y
entrega a Dios, mientras que en la occidental era señal de exceso sexual e
impudicia.

La formación de estos estereotipos se da en un proceso de comunicación


social, donde se atribuye un valor moral a un fenómeno natural. Con el fin
de ser reconocido socialmente, el individuo manipulará y arreglará su
cabello de acuerdo con lo aceptable: tinte, corte, rizado o alisado,
peinado, incluso la ocultación bajo una peluca. De este modo, se adapta la
identidad a la jerarquía de valores culturales.

El peinado denota la pertenencia a una clase social determinada. En la


cultura europea se encuentran ejemplos de normas para el arreglo del
cabello según se fuera noble, burgués o campesino.

Puede indicar también el estatus social. En Roma, si la barba estaba de


moda entre los hombres libres, los esclavos tenían que afeitarse y
viceversa.

En ciertas culturas diferencia a las mujeres casadas de las solteras. Por


ejemplo, en el siglo XVII español la “niña en cabellos” era la joven que aún
podía llevar el pelo natural y suelto, mientras que la mujer casada o
entrada en años tenía que recogerlo y cubrirlo con una toca.
Peinados femeninos de clase alta. Siglo XIX

Puede ser signo de sexo si la cultura emite normas diferenciadoras en el


peinado para cada género. También puede indicar una profesión, como es
el caso de los sacerdotes y los soldados. Incluso puede indicar nacionalidad
o pertenencia a una región determinada, así como a una comunidad
religiosa (cráneo rapado de los budistas o tonsura católica). Más raramente
ha significado adscripción a una tendencia ideológica o política. Alguna vez
ha tomado el significado de adscripción a una concepción cultural, como la
barba de los románticos franceses.

El peinado es capaz de indicar que quien lo porta se halla en una situación


especial o en un estado de ánimo: en actos festivos o luctuosos se lucen
arreglos especiales. En algunas culturas es signo de luto afeitarse el pelo y
la barba. Puede llamar la atención sobre un comportamiento diferente o
rechazado, como es el caso de los rapados a mujeres acusadas de
colaboracionismo en Francia o a las mujeres republicanas en la posguerra
española, cuyo cabello cortado las señalaba públicamente como tales.

Para resumir, el peinado se crea según normas de la respectiva posición


social y a veces de acuerdo con la jerarquía de estereotipos sociales, pero
puede usarse también como contravención a las normas, de modo que se
indica la identidad social, pero también la individual. En culturas rígidas y
muy jerárquicas apenas puede darse ese caso; no así en la cultura
occidental actual, donde no hay normas estrictas, de modo que el peinado
aparece como signo de identidad individual. Indica gusto, valores, estado
de ánimo.

En el teatro, el peinado del actor denota el peinado del personaje. Puede


realizar todas las funciones simbólicas en relación a la apariencia externa
del personaje. Sin embargo, hay que diferenciar entre formas muy
convencionalizadas y los códigos teatrales que parten de códigos
culturales. En las formas convencionalizadas (ópera de Pekín, kabuki,
teatro No), los signos tienen significados fijos que el espectador tiene que
conocer, mientras que en el teatro occidental los códigos teatrales hacen
referencia a los estereotipos culturales, de manera que el peinado tiene
los mismos valores simbólicos que en la cultura del entorno.

El peinado en el teatro puede realizar las mismas funciones simbólicas que


en la cultura en la que se realiza, pero además puede actuar con valor
simbólico histórico, denotando la época a la que pertenece el personaje.
La función simbólica aparece cuando, por ejemplo, el cabello rubio
significa que el personaje es inocente, y además representa la inocencia.

Damas en el Ritz. 1926. Moda y peinado.

A veces en el teatro occidental se ha desarrollado un código teatral


específico del peinado, cuyo significado no se advierte recurriendo a los
sistemas culturales del entorno; es el caso de los peinados fijos asociados a
las máscaras griegas, en el que cada máscara tenía asignada una peluca de
un color diferente, longitud, estado y forma del peinado.

En el siglo XX se da con frecuencia la construcción de un código del


peinado para una determinada puesta en escena, que sólo puede
entenderse en el contexto de la propia representación. El espectador no
puede atribuir una identidad al personaje hasta ver lo que va ocurriendo y
con ayuda de otras combinaciones de signos.

En casi todos los casos los signos máscara y vestuario apoyan el significado
del peinado, contribuyendo a la identificación del personaje, que no puede
ser del completa si no es por la consideración de estos tres elementos
combinados.

Vestuario en el teatro

Foto1: Internet
Vestuario de teatro
El vestuario es la ropa que deben llevar los actores para representar los papeles que tienen dentro de la
obra.
El vestuario debe ir de acuerdo al tipo de personaje y a la época que se indica en el guión. Por ejemplo,
si una mujer va a hacer el papel de una campesina de México llevará diferente ropa a la del actor que
debe representar a un joven que toca rock.
El vestuario puede ser sencillo e incluso seleccionado de la ropa común.
Si la obra lo requiere, es necesario diseñarlo y realizarlo específicamente para la obra.
Algunas obras gastan mucho dinero en vestuario y eso hace que sean muy vistosas, pero también muy
caras.

Maquillaje para teatro


Foto2: internet
Maquillaje para teatro
El maquillaje para teatro es muy diferente al que aplicamos día a día. Este tipo de maquillaje debe
agregar un componente extra: el de la caracterización. Las obras de teatro, tanto como el cine,
televisión, y cualquier tipo de espectáculo, son vistas por un público que no suele estar cerca de la
persona, cara a cara, y por lo tanto las características físicas deberán ser exageradas a través del
maquillaje para así poder crear un mayor impacto visual en el público. Además, como se ve, la palabra
“característica” tiene la misma raíz que “caracterización”; que es lo que se busca con este tipo de
maquillaje.
Un personaje puede requerir que se lo haga más viejo o más joven, con cicatrices y cortes, moretones o
hasta sin cabello. Estos efectos especiales toman tiempo y requieren materiales especiales. Si un  rol
necesita detalles de efectos especiales, planifica el esquema con tiempo.

Foto3: internet
Mucho color
Si nunca has aplicado este tipo de maquillaje y quieres aprender, con un curso de maquillaje
artístico podrás lograr las técnicas que necesitas para poder perfeccionarlo y así aplicarlo
profesionalmente. Cuando se practica en casa, las primeras veces parece que hemos puesto
demasiada cantidad de productos, pero realmente el medio lo requiere.
Para más efecto se pueden utilizar accesorios como pestañas postizas, brillantina, cristales o cuentas
de colores especiales para maquillaje.
CONCENTRACIÓN DE LA ATENCIÓN
En pocas palabras: Concentrarse.

Para el actor es necesario preparar el cuerpo y los sentidos para un buen desarrollo en escena, y al
preparar algún personaje.
Existen diferentes maneras de concentrarse, pero, para un actor es necesario llegar a un silencio en
el exterior, además de lograr el silencio interno COMPLETAMENTE.
Concentrarse implica no dejar pasar ningún tipo de pensamiento, accíón o reacción del cuerpo (ésto
último significa que el cuepo debe expresarse, sin callarlo ni obstaculizar esa acciión o reacción, ésto
puede ser comezón, sudor o alguna otra reacción, lo importante es no obtaculizar éso que el cuerpo
siente), es estar al 100% dedicado para una sola acción, estar completamente vacío puesto que el
actor es un contenedor, un contenedor de emociones y para poder canalizar éstas es necesario estar
completamente concentrado.
El trabajo del actor es concentrar toda su energía para poder dar más del 100% dentro de escena y
poder dar vida al personaje en proceso de creación.

El teatro desarrolla capacidades de observación y sensibilidad

Activar la imaginación, imitar, divertirse y generar personajes con


características únicas son parte de las habilidades que generan los niños
que practican el teatro como actividad extra. 
El teatro es una actividad donde quienes la practican tienen la capacidad de
interpretar a varios personajes, estudiando ciertas obras literarias y
manejando el miedo escénico, quizás por esta razón es buena idea incluir a
los niños en  esta actividad. 
Pitoquito conversó con el profesor de teatro del liceo María Auxiliadora, en
Maracaibo,  Francisco Sebrihan, para saber cuáles son  los beneficios que
tiene la práctica de teatro en los niños.  
“La decisión de incluir a los niños en esta actividad debe ser por iniciativa
del niño. Cuando el niño se expone a la televisión frecuentemente trata de
imitar algunas característica de un personaje en  específico y desde allí,
inicia el proceso, donde el niño pide a los padres entrar en el teatro”,
comentó Sebrihan. 
El profesor indicó que al practicar el teatro los niños  exploran su capacidad
de actuar, desde la imitación de personajes famosos hasta estereotipos con
mímicas, expresión corporal y expresión oral. 
“Cuando un niño hace ejercicios de interpretación, esta activando la
concentración  y la capacidad de memorizar largos textos para poder
desarrollarlo, igualmente es capaz de sensibilizarse y experimentar
sentimientos ajenos a él. El teatro es una escuela, aunque algunos lo vean
como un pasatiempo, el teatro es una fuente de aprendizaje, las niños que
practican teatro son  capaces de ponerse en el lugar del otro y sentir las
alegrías y también las tristezas de otros”. 
 
Sebrihan indicó que la capacidad de observación y sensibilidad es la
habilidad más desarrollada en los niños que practican la actividad, pues
estos deben ser muy perceptivos a la hora de imitar o interpretar las
emociones. “Para poder interpretar la tristeza, por ejemplo, los niños deben
tener un conocimiento de este sentimiento ellos deben ser perceptivos, ver
cómo se comporta una persona triste y captar cada gesto verbal y no verbal
es fundamental y por eso decimos que aumenta la capacidad de
observación”. 
El profesor indicó  los niños practiquen teatro es de gran beneficio para los niños,
pues esta actividad también permite adquirir conocimientos en la literatura, ya que
al interpretar las obras los  niños deben leerla previamente, así que los niños
mejoran en la lectura. El teatro estimula también la imaginación y ayuda al
desarrollo las capacidades expresivas, incluso mejorar sus habilidades sociales,
aumenta la autoestima y le brinda seguridad en sí mismos. Aprende a trabajar en
equipo. 

Taller teatral de Desinhibición y Técnica


vocal para oradores
Se dictara una clase de hora y media semanal , en un primer módulo de 12
clases , con los siguientes contenidos... Se trabajara como propósito durante
todo el proceso de enseñanza-aprendizaje: La desinhibición, La integración,
La adaptación y La confianza.

La DESINHIBICION relacional (la que facilita comunicación con el otro


libre de prejuicios) y La desinhibición de la expresión (permite la
comunicación y la expresión en nombre propio). Con esto se propone
involucrar zonas íntimas de la persona como la mirada, la voz, la emoción,
que por los diferentes grados de sociabilidad se encontrarán inhibidas, y al
trabajarlas, se facilitara la comunicación e interacción con el otro y con
grupos

La INTEGRACION: Se apunta a alejar prejuicios y temores respecto del


otro y facilita bajar la barrera de las inhibiciones, de los miedos, vergüenza,
la resistencia a lo nuevo… a lo desconocido.

La ADAPTACION: Se trabajara en particular el desarrollo de la escucha, la


entrega, la complicidad, la interacción. Adaptación al entorno, a el otro, y
uno mismo..
La CONFIANZA: Aprender a respetarnos, escucharnos, conocernos con
nuestros vicios y virtudes, poder interactuar libres de prejuicios, ser
permeables a los cambios; es decir, asumir que nos encontramos en un
espacio donde “todos por igual” vinimos a comunicarnos y compartir.

Volumen
Las tensiones entre palabra escrita y palabra hablada son un lugar inevitable en el teatro. El
Volumen es el espacio que ocupa un cuerpo, pero además es el nivel al que es percibida la
potencia acústica de un sonido. En ese movimiento de sentido se inscriben las ediciones de
teatro que ante todo nos plantean la pregunta a la que conduce su indeterminación: ¿qué es
un libro de teatro? Podríamos ensayar varias respuestas: es la documentación de la escena,
es su fantasma, su representación, o bien desde una perspectiva contemporánea podríamos
decir que es una nueva escena.

EL VESTUARIO ESCENICO
El vestuario, es el conjunto de prendas, complementos y accesorios utilizados en
un espectáculo para definir y caracterizar a un personaje en su contexto. En el
teatro cine o televisión juega un papel importante en la creación de personajes, en
la estética visual e incluso en los elementos prácticos en una producción.

El vestuario escénico debe siempre cumplir con varias funciones a un mismo


tiempo para podérsele considerar exitoso. Las principales funciones son:

 Indica edad, sexo y cultura del personaje.

 Estado emocional del personaje.


 Responde a una época determinada, nacionalidad o pertenencia a una
region.
 Distingue clases, castas y estratos sociales.
 Puede actuar como signo de estado civil: esclavo/libre, soltera/ casada.
 Diferencia profesiones: uniformes y ropa de trabajo.
 Indica el clima en el lugar en que se desarrolla la escena, así como el paso
del tiempo.
En la actualidad, la función meramente descriptiva del vestuario escénico ha sido
sustituida por el logro de una integralidad que conjugue diversos aspectos. El
primero y más importante de ellos es su vinculación con el resto de los signos
visuales de la representación (escenografía, iluminación y en el caso del cine,
fotografía) para integrarse a un código visual general. Luego el maquillaje  y los
peinados también deben coordinarse para que coincidan con la ambientación de la
obra, a pesar de que se pueden realizar algunas concesiones en cuanto a estilos de
maquillaje en función de evitar la imagen descolorida.

La persona que se encarga de coordinar  todos estos elementos para que sean
correctamente aplicados es el vestuarista .Este profesional se expresa con
imágenes, colores, telas, accesorios, formas y diseños puestos al servicio de una
creación escénica o audiovisual. El vestuarista no solo “diseña” sino que es el
responsable del gerenciamiento del departamento en su totalidad; investigación,

presupuesto, proyecto y producción.


Las fuentes de investigación  que utilizan son diversas según cada caso; pueden
ser: periódicos de la época, testimonios sin mediación editorial, retratos, álbumes
de familia, revistas de moda, información de internet, etc.

Los medios de producción son generalmente mixtos: alquiler de prendas originales,


adaptación de prendas existentes y realización de prendas nuevas, categorizadas
según la jerarquía de los personajes, así como la relevancia de cada escena, y
adaptados estrictamente a la envergadura de la producción del film.

La salida laboral de los vestuaristas es variada, pueden colaborar en programas de


televisión, comedias musicales, productoras cinematográficas, editoriales , marcas
y agencias de publicidad, producciones para grandes teatros.
En conclusión, en todo espectáculo la ropa sale de los armarios para dejar de ser
un objeto inanimado, y lograr cobrar vida a través de los actores. Para éstos, el
vestuario se convierte en su segunda piel , por lo que no se lo considera un mero
ornamento,  por si sólo posee una historia, una trama que el mismo se encarga de
descubrir.

a magia creativa del teatro


4 MARZO, 2014

El teatro está rodeado de cierto halo mágico que nadie me puede cuestionar. Al menos, no


aquellas personas que viendo una representación han tenido que imaginarse ciertos
elementos inexistentes pero presentes en la obra.
El actor, por supuesto, tiene la ardua tarea de evocar todo aquello que no se ve con
intenciones. Así, como si en un juego de mímica se tratase tenemos que adentrarnos en el
mundo del personaje a través de las pistas que nos dan durante la obra.
 

Las manos blancas nos ofenden


 

En teatro, todo es creatividad.


Actores, directores y espectadores tienen que ponerse de acuerdo para crear un nuevo
mundo en pocos metros cuadrados, llenarlos de vida y de sensaciones. Un espectador sin
imaginación es incapaz de disfrutar plenamente de este fantástico mundo. Al igual que un
actor sin creatividad es incapaz de crear una nueva vida a partir de la suya. El teatro
muere cuando muere la imaginación y las ganas de contar.
Es indudable el potencial que encierra el teatro en el ámbito creativo, pues el limite se
encuentra en uno mismo. Todo nace de lo que queramos contar, y de como queramos
contarlo.
El director se convierte, así, en una deidad. Él crea a partir de la nada todo un mundo
nuevo. Incluso en una obra ya existente el director deja parte de su personalidad a la hora
de contar una historia que todos ya conocemos. Con ayuda de atrezo, transformará unos
simples cartones en castillos impenetrables o creara una ciudad.
 

Teatro SanPol
Para el actor, la creatividad reside en su propia persona. El jugará con su personalidad,
la moldeará como la arcilla para comprender y adaptarse en el nuevo entorno donde
se encuentra. Con ayuda de ejercicios y formación potenciará la creatividad para lograr su
meta.
Una de las cosas que se debería probar a lo largo de la vida, sin duda, es el
teatro. Experiencia irrepetible donde las haya, alimenta el alma y la llena de fantásticas
propiedades.  Aquellos que han probado el teatro conocerán la improvisación. Actuar
significa acción, pero en este caso no existe un diálogo establecido. En este ejercicio, como
en el resto de esta rama artística, predomina la creatividad, potenciándola para llegar a unos
fines concretos. Es así como la persona a través de ingenio e imaginación debe conseguir
sus objetivos a través de acciones de forma natural.
¿Todavía no te animas a probar este mundillo? Nunca se es demasiado mayor para dejar
de soñar, ni demasiado pequeño para empezar a aprender. Anímate y potencia tu
creatividad, mira más allá de lo que te rodea. El teatro abre los ojos.
La comunicación en el teatro: lo básico
El teatro supone una forma muy compleja de comunicación. En primer
lugar vamos a ver una explicación simple del proceso de comunicación.

La comunicación consiste en la transmisión de un mensaje, que puede


contener información de muy diversas clases (información, sentimientos,
opiniones, órdenes, ruegos, etc.) desde un elemento emisor a un
elemento receptor. Este mensaje tiene que estar elaborado en
un código común al receptor y al emisor, un sistema de signos que ambos
conozcan. Por ejemplo, podremos establecer comunicación con alguien
que se exprese en el código de la lengua china sólo si conocemos nosotros
también ese código. Naturalmente, la transmisión de los signos tiene que
realizarse sobre un soporte físico, al que llamaremos canal; puede ser un
mensaje oral, en cuyo caso el canal son las ondas sonoras del aire, o un
mensaje escrito o dibujado, y entonces el canal es la luz. Así mismo,
el contexto influye en la transmisión del mensaje, es decir, las
condiciones concretas en que un mensaje se produce en el emisor y llega
al receptor. Determinados signos no tienen el mismo valor en diferentes
contextos: la palabra operación tendrá un valor diferente, por ejemplo,
según se diga en un banco, en un hospital, en una clase de matemáticas o
en un cuartel. Pero muchas más cosas pueden formar el contexto de un
mensaje, desde la situación social, la personalidad de los participantes en
el acto comunicativo. En el lenguaje escrito se considera contexto todo lo
que precede y sigue a un signo, el tema del que se trata, etc.

Así que ya tenemos los elementos básicos en cualquier acto de


comunicación:

Emisor: el que emite el mensaje.

Receptor: el que lo recibe.

Mensaje: información que se transmite.

Código: sistema de signos que conocen tanto el emisor como el receptor.


Canal: medio físico por el que se transmite el mensaje.

Contexto: situación compleja en la que se transmite el mensaje y en la


que se hayan tanto el emisor como el receptor.

Podemos aplicar este esquema al teatro, y nos daremos cuenta de que se


trata de un acto de comunicación muy complejo.

Comenzamos por el emisor. En teatro son múltiples, no uno solamente. El


primero de todos sería el dramaturgo que escribe la obra dramática,
preparada para que sirva de base a una representación teatral. Si el texto
dramático es una creación colectiva, como ocurre a veces en grupos
independientes, entonces este primer emisor estaría compuesto por varias
personas también. Esa obra ya de por sí es un mensaje complejo, donde se
representan emisores y receptores múltiples, que serían los personajes que
aparecen en el diálogo, más las indicaciones del autor para la
representación, todo ello expresado en un código lingüístico determinado,
el de la lengua en que esté elaborado el texto. A continuación, nos
encontramos con un segundo emisor, que sería el director de escena que
pretende representarla, el cual coordina y organiza según un plan personal
o colectivo, de carácter creativo, a una serie de emisores. Los actores son
los encargados de transmitir los mensajes en varios códigos: lingüístico,
cinésico, espacial y gestual. Actúan como emisores y receptores
alternativos entre ellos, y como emisores respecto al público. Aún se
suman otros emisores, que serían los diferentes artistas que producen
mensajes de carácter icónico, como los diseñadores de vestuario y los
escenógrafos, además de los diseñadores de luz, que aportan también
significados en códigos específicos. Por lo tanto tenemos, un mensaje
complejo, expresado en varios códigos, por un grupo de emisores, dirigidos
todos por un emisor principal, el director de escena, que a su vez trata de
transmitir un mensaje original producido por un dramaturgo.

El receptor es también múltiple, pues se trata del público. Este receptor


domina colectivamente el código lingüístico, pero no en la misma medida,
es decir, no para todos por igual, los diferentes códigos en que el mensaje
se expresa, pues sólo algunos conocedores interpretarán todos los signos
que se ofrecen del mismo modo. Generalmente, en el mismo acto de la
comunicación no se produce reciprocidad, es decir, el receptor no
responde al mensaje de los diferentes emisores; alguna rara vez el público
como receptor puede convertirse en emisor directamente. Lo cual no
quiere decir que sea un receptor pasivo por completo; tiene también su
propio código de expresión durante la emisión y recepción del mensaje,
con sus aplausos, sus risas o sus silencios.

Los códigos, ya se ha dicho, son variados, y pueden predominar unos sobre


otros. Visual, lumínico, gestual, cinésico, lingüístico, musical, son códigos
que pueden aparecer y ser predominantes en una representación teatral,
pero que suelen combinarse según jerarquías y cualidades de una manera
armoniosa.

Naturalmente, los canales de comunicación son de dos tipos: visuales y


auditivos, ondas sonoras y luz.

Los contextos pueden variar considerablemente y marcarán ante qué tipo


de teatro nos encontramos.

De este sencillo análisis confirmamos lo dicho anteriormente, que el teatro


es un caso de comunicación complejo donde los elementos principales se
multiplican. Un análisis más profundo puede dar mayor complejidad a este
tipo de comunicación, pero lo principal se resume en lo dicho
anteriormente.

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