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TEXTO

El País, Madrid (España)


Lunes, 6 de octubre del 2008

«I LIKE YOUR MOÑO»


ELVIRA LINDO La fuerza del español

Se lo decía una cajera a otra mientras metía mis alimentos en la bolsa: «I


like your moño». A punto estuve de intervenir diciendo: «I like her moño
too», pero me contuve, porque desde que vengo a este supermercado, tan
justamente llamado The Garden of Eden (El Jardín del Edén), oculto mi
condición de hispanohablante para que las cuatro cajeras enmoñadas,
imitadoras rechonchas de ese modelo de belleza hispano que es para ellas
Jennifer López, no se inhiban delante de mí.

El español es para ellas el arma secreta, el idioma del cuchicheo, el que hablan cuando
les conviene hacer un comentario pícaro delante de los clientes que no quieren que sea
escuchado. Hablan mucho de hombres. Para ellas es el idioma familiar, de la amistad y
de la malicia. Y como nuestro aspecto español se diluye confusamente entre el de los
italianos, los griegos o los israelíes, una puede disfrutar de las confidencias sin ser
descubierta. De todas formas, ocurre con frecuencia que los hispanos que trabajan en
servicios se revuelven incómodos si les hablas en español. Es, imagino, como si dieras
por hecho que su físico, moreno, mulato, indio, corresponde a un determinado idioma, y
en Estados Unidos, a pesar de la fortaleza de las minorías, los inmigrantes tienen una
voluntad notoria de integración. La secuencia sería así: la primera generación salpica su
habla con palabras inglesas relacionadas con el trabajo o la vida diaria. Los porteros, por
ejemplo, en su mayoría hispanos, se expresan en un bellísimo español guatemalteco o
mexicano hablándote del boiler (la caldera), el freezer (el congelador), el basement (el
sótano) o del «leak que había en el ceiling» (la gotera en el techo). No es incultura, es
economía de medios, ansia de hacerse entender, y en muchos casos responde al hecho
de que es la primera vez que el emigrante usa esa palabra porque el aparato que nombra
no existía en su país. La segunda generación, y eso está más que reflejado en la
literatura, se aparta de las raíces paternas, habla un inglés impecable porque lo ha
estudiado en la escuela y chapurrea un español bastante incorrecto (a veces tímido) con
la familia.

Estamos hablando de un problema de estatus, de clases sociales; si el niño hispano


quiere ser alguien ha de saber, no ese inglés exótico que tanta gracia nos hace, no, ha de
saber inglés. Cierto es que en las calles de Nueva York el español es el idioma más
escuchado después del inglés y que hay más traductores de ese idioma que de ningún
otro en hospitales e instituciones públicas, pero la sensación es que, pese al
numerosísimo capital humano que lo habla, no acaba de levantar el vuelo para
convertirse en un idioma de primera categoría en el ámbito cultural. A las autoridades
competentes habría que pedirles que rebajaran los discursos triunfalistas sobre la
importancia de nuestra lengua y se pusieran a trabajar para que tuviera una presencia
con la dignidad que se merece. La única manera de que el español prospere es que a los
niños inmigrantes no les cause vergüenza hablar el idioma de sus padres. A eso deberían
contribuir, para empezar, los medios de comunicación hispanos que, al menos en
Estados Unidos, se esfuerzan en resaltar esa imagen chillona y bullanguera de nuestra
lengua. La televisión española internacional es más sobria pero no se queda atrás en
baratura y horterez. No lo digo yo, lo dice cualquier español que viva en el extranjero.
Da vergüenza. Es en ese tipo de cosas en las que perdemos día a día una oportunidad,
nunca mejor dicho, de oro. El español está vivísimo en las calles de Nueva York pero
no se puede confiar su supervivencia al número de hablantes, porque el inmigrante va a
lo suyo, y lo suyo es echar lastre y abandonar todo aquello que le impida prosperar y ser
uno más.

TEMA

Denuncia de la escasa valoración del español en los EE. UU

RESUMEN

Se nos presenta una situación en la que dos trabajadoras de un supermercado


intercambian un comentario en inglés con una palabra en español sin tener en cuenta
que la clienta era hispanohablante. A partir de eso, la autora refleja que en EE.UU
muchos inmigrantes se avergüenzan si se les habla en español e intentan no hablar
dicha lengua en público para integrarse mejor en la sociedad. Por otro lado, se
reclama un mayor prestigio para la lengua española en Norteamérica, del mismo modo
se intenta evitar prejuicios a la hora de socializarnos.

ORGANIZACIÓN DE IDEAS

Nos encontramos ante un texto periodístico de opinión, concretamente un artículo de


opinión, escrito por la conocida Elvira Lindo en el periódico El País. Parte de una
introducción anecdótica, quizás real, que ayuda al lector a captar al menos un
pequeño retazo de lo que posteriormente será su tesis, seguida de un cuerpo repleto
de alusiones ejemplificadoras y que culmina con una conclusión donde hallaremos la
auténtica opinión de la autora acerca del tema a tratar. Por tanto la estructura de este
texto expositivo-argumentativo es deductiva.
La escritora se apoya en las funciones expresiva y poética para persuadir al lector e
incluso cabría pensar en una modalidad imperativa en sus palabras más agresivas (“
Da vergüenza”).
Desde un primer momento, la autora quiere involucrarse personalmente al
protagonizar el primer pasaje en el supermercado. Mediante un procedimiento de
analogía compara a las cajeras del súper con un ideal de belleza latina, Jennifer
López, de esta forma lo que pretende es situar al lector en el lugar y momento y hacer
referencia a esteriotipos de personas hispanas (como puede ser su piel morena o el
hecho de que conozcan el español). Se encuentra, entonces, ante un spanglish
perjudicial para el español y favorable para el inglés. Tal como defiende Lindo, la mala
praxis del español en países hispanos lleva ala pérdida de su calidad como lengua
cultural, y esto se suele dar mucho en servicios públicos. En el primer párrafo, la
autora también hace referencia a la teoría del péndulo en literatura, comparando
análogamente lo que pasa en las generaciones posteriores, es decir, las generaciones
contiguas suelen discrepar bastante, ya que eso supone, quizás, mejoras.
En el siguiente párrafo, la escritora supone que el descuido en el español en
comunidades extranjeras a España se deba básicamente a las clases sociales, donde
todos pretenden alcanzar un inglés impecable, arrasando incluso otras lenguas si
hiciera falta. Nos encontramos en este segundo párrafo ante un procedimiento
organizativo de problema-solución, en el cual el problema ya está descrito y la autora
propone como solución dignificar al español en el extranjero, y no hay otra forma que
con las ayudas de los medios de comunicación y las entidades lingüísticas españolas.
Por último observamos la tesis que no es más que una atrevida crítica al trabajo que
hacen las fuerzas competentes de nuestra lengua en otros países, frente a ese inglés
en potencia. Cuya última consecuencia es el desprestigio y decadencia del español
fuera de sus fronteras españolas.

La red semántica está bien estructurada debido a que la progresión temática es


totalmente vinculada y a la continua aparición de términos como idioma, hablantes,
inmigrantes… que forma la isotopía reinante en el artículo. Y se ayuda además de
marcadores discursivos sintácticos que garantiza una profunda reflexión y un hilo
conector a lo largo del texto; y los predominantes son ejemplificadores y de analogía:
como, por ejemplo, de todas formas…

COMENTARIO CRÍTICO

El presente texto es periodístico, en concreto se trata de un artículo de opinión


redactado por Elvira Lindo y publicado en el diario El País el 6 de octubre de 2008.

Tal y como la autora afirma, la situación de la inmigración es muy complicada en


cualquier país o ciudad del mundo, no solo en Nueva York, dado que las personas
enfrentan a una nueva cultura, costumbres y un nuevo idioma, lo cual hace que tengan
que adaptarse. Para ello, la lengua es fundamental, no obstante, no quiere decir que
las personas se tengan que avergonzar de su lengua materna, ya sea el español u
otra. Volviendo a la ciudad en la que se enmarca el texto, considero que la situación
ha empeorado, dado que la mayoría de los emigrantes que esta ciudad recibe son
latinos y por tanto hispanohablantes, los cuales se encargan de tareas menos
valoradas y se enfrentan al rechazo de la sociedad americana, cada vez más racista y
menos abierta a recibir a estos ciudadanos. Un ejemplo de esta realidad es el nuevo
presidente electo, el cual tiene como propósito construir un muro para cerrar la frontera
con México para lo que se basa en diferentes argumentos que nada tienen que ver
con la lengua española. Por otro lado, creo que deberíamos preguntarnos el por qué
de esa imagen de la lengua española, probablemente, los políticos han jugado un
papel bastante importante en esta cuestión, ya que son muchas las conferencias o
reuniones en las que por lo general se habla en inglés, pero, ¿por qué no conversar en
inglés si el español es uno de los cinco idiomas más hablados en el mundo?
Para cambiar esto, es necesario el impuso de los políticos de todos los países donde
esta lengua es hablada, pero sobre todo, es necesario concienciar a la población
inmigrante acerca de que su idioma es un símbolo de identidad y no deben sentirse
cohibidos al usarlo.
Como ya se ha citado anteriormente, en parte esta situación se da debido al hecho de
que sean los trabajadores de habla española los que realizan los trabajos de limpieza,
cuidado de la casa o encargados del hogar. Por otro lado, los medios internacionales
también juegan un papel muy importante, como se cita en el presente texto, ya que la
imagen que proyectan del español no ayuda a que el problema se resuelva y es
necesario que los responsables cambien su actitud y transformen esta realidad.

A modo de conclusión hemos de decir que son muchas las lenguas existentes en el
mundo y nunca hemos de avergonzarnos de usar nuestra lengua materna sea donde
sea que nos encontremos, ya que nuestra lengua forma parte de nuestras raíces,
nuestra cultura y nuestra historia. Es importante que acabemos con los prejuicios y
hemos de recordar que el proceso de integración y socialización en un país diferente a
nuestro país de origen siempre es complicado y debemos colaborar y ayudar a las
personas que se encuentran inmersos en este proceso.

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