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“La perdida evidencia del arte”. Adorno, Th. W.

:
Teoría estética. Orbis. Barcelona, 1983
Se trata de una breve reflexión sobre la propia reflexión del arte y sus límites. Con el
arte del siglo XX y con la llegada de las vanguardias, se consiguieron nuevos estilos de
arte y además la ampliación temática, lo que nos lleva a los nuevos tabúes impuestos
por estos límites sobrepasados, y el dilema de las verdaderas ventajas de esta infinitud
encontrada por los artistas, en ocasiones una infinitud que supone nuevos límites y
nuevas fronteras, por lo que la libertad limita al artista.
¿Cómo podemos concebir la idea de arte libre cuando la sociedad no lo es? Esta es una
de las ideas que plantea el autor y que me parece la columna vertebral de todo el texto.
No podemos exigirle al arte una libertad total cuando la sociedad no puede
comprenderla al no ser libre. Y es que en el siglo XX reinaban las desigualdades y el
gusto por el arte estaba en constante cambio, al igual que las tendencias artísticas. No
podemos concebir la idea de libertad si no se tiene noción de la misma.
Las nuevas ideas artísticas y la novedad temática se amparan en la idea de humanidad,
todo ello en el siglo XX. ¿Cómo podemos hablar de humanidad cuando el siglo XX se
caracteriza por las tragedias humanas más atroces? Las dos guerras mundiales que
asolaron el mundo, nuestra propia guerra civil, las nuevas ideologías e ideales…
Después de haber vivido y en su defecto, creado, esta serie de barbaridades cómo el ser
humano puede hablar de arte. Cómo podemos concebir el arte después de la muerte
absoluta de la humanidad, de manera literal y no literal. Hablamos ahora del espectador
muerto, el que ve y no observa, el que mira pero no se fija. No podemos crear nuevas
tendencias artísticas, ni marcar nuevas pautas cuando no somos empáticos con el
espectador. Por ello, el autor habla de una autonomía irreal. Esto es, se desmoronan las
bases construidas por la humanidad, por ello la creación de obras de arte no puede ser
humana, debido a que la idea de humanidad ha desaparecido a medida que las personas
cometemos atrocidades.
A modo de conclusión, ésta idea sobre la deshumanización del arte me parece muy
interesante, ya que ha sido muy estudiada en clase y tratada en numerosas obras
literarias de arte. Hay una frase de este mismo autor que encierra todas las ideas que
plantea en el texto: “Después de Auschwitz no puede haber poesía”. Después de la
máxima expresión de dolor y muerte, odio y rabia entre humanos, cómo podemos crear
algo hermoso, por ello, no somos humanos porque la idea de humanidad encierra la
candidez y la caridad, totalmente inexistente en el hombre moderno.

Clara López Navajas


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