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Para otros usos de este término, véase Los siete pecados capitales.
Los siete pecados capitales son una clasificación de los vicios mencionados en las
primeras enseñanzas del cristianismo para educar a sus seguidores acerca de la
moral cristiana.
Un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable, de manera tal
que en su deseo, un hombre comete muchos pecados, todos los cuales se dice son
originados en aquel vicio como su fuente principal. […] Los pecados o vicios
capitales son aquellos a los que la naturaleza humana está principalmente
inclinada.
Tomás de Aquino1
Los vicios pueden ser catalogados según las virtudes a que se oponen, o también
pueden ser referidos a los pecados capitales que la experiencia cristiana ha
distinguido siguiendo a san Juan Casiano y a san Gregorio Magno (Mor. 31, 45). Son
llamados capitales porque generan otros pecados, otros vicios. Son la soberbia, la
avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula, la pereza.
Catecismo de la Iglesia Católica, n.º 1866,
artículo 8, «El pecado» (V: La proliferación del pecado).2
Índice
1 Lista de los pecados capitales
1.1 Siete pecados capitales
1.2 Siete pecados capitales
2 Pecados capitales
2.1 Lujuria
2.2 Gula
2.3 Avaricia
2.4 Pereza
2.5 Ira
2.6 Envidia
2.7 Soberbia
3 Arte y literatura
4 Virtudes que contempla la Iglesia católica
5 Relación de cada pecado con un demonio particular
6 Referencias
7 Véase también
8 Enlaces externos
Lista de los pecados capitales
La identificación y definición de los pecados capitales a través de su historia ha
sido un proceso fluido y ―como es común con muchos aspectos de la religión― con el
tiempo ha evolucionado la idea de lo que envuelve cada uno de estos pecados. Ha
contribuido a estas variaciones el hecho de que no se hace referencia a ellos de
una manera coherente o codificada en la Biblia y por tanto se han consultado otros
trabajos tradicionales (literarios o eclesiásticos) para conseguir definiciones
precisas de los pecados capitales.
El número siete fue dado por el papa Gregorio Magno y se mantuvo por la mayoría de
los teólogos de la Edad Media.
Siete pecados capitales
Se sabe que el santo africano Cipriano de Cartago (f. 258) ―en De Mort. (IV)―
escribió acerca de siete pecados principales.
El monje Evagrio Póntico (345-399) escribió en griego Sobre los ocho vicios
malvados, una lista de ocho vicios o pasiones malvadas (logismoi en griego) fuentes
de toda palabra, pensamiento o acto impropio, contra los que sus compañeros monjes
debían guardarse en especial. Dividió los ocho vicios en dos categorías:3
gula y ebriedad (que Casiano dejó en griego gastrimargia, porque no encontró una
palabra acomodada en latín que significara simultáneamente gula y ebriedad);
avaricia (philarguria: ‘amor hacia el oro’).
lujuria (fornicatio)
vanagloria (cenodoxia)
ira (ira: cólera irreflexiva, crueldad, violencia).
pereza (acedia: depresión profunda, desesperanza).
soberbia (superbia)
tristeza (Λύπη, Lúpê, tristeza)
Columbano de Lexehuil (540-615) ―en su Instructio de octo vitiis principalibus en
Bibl. max. vet. patr. (XII, 23)― y Alcuino de York (735-804) ―en su De virtut. et
vitiis, XXVII y siguientes)― continuaron la idea de ocho pecados capitales.
lujuria
ira
soberbia
envidia
avaricia
pereza
gula
San Buenaventura de Fidanza (1218-1274) enumeró los mismos.4
Santo Tomás de Aquino (1225-1274) respetó esa misma lista, con otro orden:5
vanagloria (soberbia).
avaricia
glotonería
lujuria
pereza
envidia
ira
El poeta Dante Alighieri (1265-1321) utilizó el mismo orden del papa Gregorio Magno
en «El Purgatorio», la segunda parte del poema La Divina Comedia (c. 1308-1321). La
teología de La Divina Comedia casi ha sido la mejor fuente conocida desde el
Renacimiento (siglos XV y XVI).
Pecados capitales
Lujuria
Dante Alighieri consideraba que lujuria era el amor hacia cualquier persona, lo que
pondría a Dios en segundo lugar. Según otro autor[cita requerida] la lujuria son
los pensamientos posesivos sobre otra persona.
Por otra parte, el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE, XXII edición,
2012) define el significado y uso apropiado de la palabra «lujuria» de dos maneras:
Como un «Vicio consistente en el uso ilícito o en el apetito desordenado de los
deleites carnales». O como el «Exceso o demasía en algunas cosas».
Gula
Artículo principal: Gula
La gula representada por Pieter Brueghel en su obra Los siete pecados mortales o
los siete vicios.
Actualmente la gula (en latín, gula) se identifica con la glotonería, el consumo
excesivo de comida y bebida. En cambio en el pasado cualquier forma de exceso podía
caer bajo la definición de este pecado. Marcado por el consumo excesivo de manera
irracional o innecesaria, la gula también incluye ciertas formas de comportamiento
destructivo. De esta manera el abuso de sustancias o las borracheras pueden ser
vistos como ejemplos de gula. En La Divina Comedia de Alighieri, los penitentes en
el Purgatorio eran obligados a pararse entre dos árboles, incapaces de alcanzar y
comer las frutas que colgaban de las ramas de estos y por consecuencia se les
describía como personas hambrientas.
Avaricia
Artículo principal: Avaricia
Pereza
Artículo principal: Pereza
Considerada en orden a los efectos que produce, si la acidia es tal que hace
olvidar el bien necesario e indispensable a la salud eterna, descuidar notablemente
las obligaciones y deberes o si llega a hacernos desear que no haya otra vida para
vivir entregados impunemente a las pasiones, es sin duda pecado mortal.
Ira
Envidia
Envidia representada por Jacques Callot
Artículo principal: Envidia
Véase también: Schadenfreude
Como la avaricia, la envidia (en latín, invidia) se caracteriza por un deseo
insaciable, sin embargo, difieren por dos grandes razones: Primero, la avaricia
está más asociada con bienes materiales, mientras que la envidia puede ser más
general; segundo, aquellos que cometen el pecado de la envidia desean algo que
alguien más tiene, y que perciben que a ellos les hace falta, y por consiguiente
desean el mal al prójimo, y se sienten bien con el mal ajeno.
Soberbia
En El paraíso perdido de John Milton, dice que este pecado es cometido por Lucifer
al querer ser igual que Dios.
Jonathan Edwards dijo "Recuerda que la soberbia es la peor víbora que puede haber
en el corazón, el mayor perturbador de la paz del alma y de la dulce comunión con
Cristo. Fue el primer pecado y está en los cimientos de la casa de Satán. Es el
pecado más difícil de arrancar ya que es el pecado que mejor se esconde. Muy a
menudo e inconscientemente entra en la religión bajo el disfraz de falsa humildad."
Soberbia (del latín superbia) y orgullo (del francés orgueil), son propiamente
sinónimos aun cuando coloquialmente se les atribuye connotaciones particulares
cuyos matices las diferencian. Otros sinónimos son: altivez, arrogancia, vanidad,
etc. Como antónimos tenemos: humildad, modestia, sencillez, etc. El principal matiz
que las distingue está en que el orgullo es disimulable, e incluso apreciado,
cuando surge de causas nobles o virtudes, mientras que a la soberbia se la concreta
con el deseo de ser preferido a otros, basándose en la satisfacción de la propia
vanidad, del Yo o ego. Por ejemplo, una persona Soberbia jamás se "rebajaría" a
pedir perdón, o ayuda, etc.