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Wolfgang Amadeus Mozart

Wolfgang Amadeus Mozart fue un compositor y pianista austriaco del siglo XVIII (nació el 27 de
enero de 1756 y murió el 5 de diciembre de 1791) conocido principalmente por su prodigioso y
temprano talento para la música y por la composición de más de 600 obras en 35 años de vida,
algunas tan extraordinarias que hoy le reconocen indiscutiblemente como uno de los músicos más
importantes de la historia.

Nació en el seno de una familia de músicos en Salzburgo (actual Austria). Su padre, Leopoldo
Mozart, consciente de la precoz habilidad de su hijo y de su interés natural por la música,
abandonó la mayoría de sus tareas profesionales para dedicarse exclusivamente a la formación
musical de Mozart y su hermana Nannerl. Con tan solo 5 años, el pequeño Mozart ya mostraba un
dominio prodigioso del violín y el teclado, e incluso ya había compuesto sus primeras obras
musicales.
Su adolescencia y la mayor parte de la vida adulta la dedicó a componer, si bien las continuas
dificultades económicas a las que estuvo expuesto le obligaron a simultanear su don para crear
música con trabajos esporádicos como intérprete y profesor; hasta que el emperador del Sacro
Imperio, José II de Habsburgo, le ofreciera un trabajo estable como compositor pocos años antes
de fallecer (1787). En estos últimos años de vida compuso dos de sus mejores obras: La Flauta
Mágica y Réquiem. Finalmente, fallecería en Viena el 5 de diciembre de 1791 a la edad de 35
años.

Las bodas de fígaro:


En 1786 Mozart con 30 años, durante una estancia en Viena, pasan por sus manos
cientos de libretos y asiste a varias representaciones lo cual convierte en un habito. El se
da cuenta de que todas sus obras teatrales tenían libretos mediocres, entonces
colaborando con Lorenzo da Ponte. Pudo producir 3 grandes óperas: Le nozze di Fígaro,
Don Giovanni, y Cosí fan tutte.

En 1784 se había presentado tras años de prohibición, la obra teatral le mariage de


Fígaro. Mozart se la propuso a Laponte y este suavizando algunos fragmentos y
reprimiendo otros logro pasar la censura del emperador cuyo estreno estuvo acompañado
de gran expectación en la primavera de 1786.

A lo largo de este siglo la ópera bufa italiana introdujo en el escenario personajes más
humanos, heredados de la comedia dell´arte, creó también dúos, tríos, cuartetos, y
quintetos y amplios concertantes al final de los actos. Las bodas de Fígaro es una de las
obras cumbres de la ópera bufa, porque explota las consecuciones de la escuela
napolitana con fantasía y originalidad y a lo largo del segundo acto representa un
resumen y cúspide de esos concertantes transparentes, divinos y variados. Las bodas de
Fígaro es un raro ejemplo de perfección músico-dramático. Pocos compositores como
Mozart encontraban el contraste dramático, la fuerza de los caracteres y en el que los
ideales de Mozart no interfieren ni moralizan sobre el realismo en el discurso dramático.
Para Mozart el texto tiene que estar al servicio de la música y en esta debe coagularse la
acción dramática.
Mozart no fue un ideólogo, su interés político es muy marginal y en su extensa
correspondencia non se encuentran alusiones a los aledaños de la revolución, Mozart
conserva en su teatro lo bufó y lo satírico; todo el sentido original de la comedia, desde
Arisofanes y Terencio, como reverso de la vida “venerable” de los dioses i de los
hombres. Tiene siempre presente la sentencia del clásico: “riendo se pronuncian
profundas verdades”.

En las bodas de fígaro hay personajes serios y bufos o situaciones que oscilan entre un
mundo y otro, este equilibrio dialectico siempre está presente en el teatro mozartiano

Aspectos musicales de le nozze di Fígaro:


Las bodas de Fígaro sigue el esquema básico de la ópera bufa italiana; esto es, los
números musicales se suceden separados por recitativos <secos>, en los que la voz es
acompañada por el clave. Los recitativos tenían por misión hacer progresar la acción
dramática, mientras que en las arias, dúos y otros concertantes los personajes
expresaban sus sentimientos acordes con el momento del drama. Los conjuntos se
situaban preferentemente al final de los actos y en ellos intervenían todos los personajes
produciéndose un <clímax> dramático al que concurrían las vicisitudes anteriores.

En la obra de Mozart sorprende el dinamismo continuo, el ritmo escénico y la evolución de


los personajes que la música logra imprimir. La música misma crea un modelo dramático
cabal en el que encajan todos los personajes y situaciones. Tal instinto teatral podemos
comprobarlo en las tres óperas escritas en colaboración con da Ponte. Cada una obedece
a una forma perfectamente diferenciada. En las bodas de Fígaro existe una dinámica
trepidante, anunciada por la obertura, que alcanza a todos los personajes. Hay un
movimiento externo (el enredo y la mascarada del argumento) y otro interno dado por el
tratamiento musical a cada uno de los personajes. No olvidemos que en la ópera bufa
tradicional además de personajes bufos hay otros serios, en los que cabe la expresión
sentimental, sólo que en Mozart, los primeros no aparecen tan de una pieza y presentan
transiciones dramáticas que les dotan de mayor carácter. Los personajes serios, llegan
ciertamente a límites que exceden el ámbito general del género bufo. Pero todos los
elementos, como corresponde al género, están integrados en un tono general brillante,
ligero y alegre.

La ópera bufa madura suele tener dos actos. Aunque las bodas de Fígaro está dividida en
cuatro actos, en realidad los finales de los actos II y III corresponden a los dos
tradicionales del género y encajan perfectamente en sus cánones. La orquesta
mozartiana en las bodas de Fígaro corresponde por composición y uso, a la orquesta
clásica de finales del siglo XVIII, heredera de la orquesta de Mannheim. La división que
sostiene la armonía, es bastante nítida. La parte melódica la constituyen: Violines I y II,
flautas I y II, oboes I y II, clarinetes I y II; la parte acompañante está formada por: Fagotes
I y II, trompas I y II, trompetas I y II, timbales, y el resto de la cuerda, viola, violonchelo y
contrabajo. El uso de los instrumentos de madera crea en manos de Mozart uno de los
mayores encantos de la obra; matizan y colorean las frases y tienen un papel
preponderante en la exposición de los motivos. Tras la obertura nos sumerge de golpe en
el carácter general de la obra.

La interpretación vocal exige, en primer lugar, una perfecta conjunción y una precisión
matemática entre sus partes que no interrumpa la sensación de espontaneidad. Mozart
demuestra en todas sus óperas un gran conocimiento de las voces femeninas. En las
bodas de Fígaro las exigencias son altas. Hay que decir que, en rasgos generales, las
voces en Mozart necesitan una depurada escuela clásica o bel-cantista. Esto es, una
emisión de voz pura y delicada, dominio de los reguladores y perfección en la ejecución
de las notas de adorno.

Argumento:

Lugar y época: En el palacio del Conde y la Condesa Almaviva, en las cercanías de


Sevilla, España, a finales del siglo XVIII.

Acto I

Susanna y Fígaro están preparando su boda (Duettino: Cinque, dieci...), y él arregla la


habitación que el conde les ha regalado para quedarse con Susanna pero Fígaro cree que
es porque él le consiguió a Rosina hace muchos (Duettino con recitativo: Se a caso
madama la notte ti chiama), ella se encuentra perturbada: el Conde quiere tomar a
Susanna antes que su esposo volviendo a un derecho que él mismo abolió, y se lo ha
hecho saber por medio del maestro de música, Don Basilio. Así se inicia la acción: Fígaro
decide ponerse en guardia contra el Conde de Almaviva (Cavatina: Se vuol ballare signor
Contino), que es la parte más importante de la opera, de quien fuera cómplice para
conquistar a Rosina, ahora Condesa de Almaviva. Mientras tanto Marcellina, el ama de
llaves del palacio, y Don Bartolo, el doctor en leyes, planean casar a la dama con Fígaro,
en cumplimiento a un contrato hecho tiempo atrás. Él la ayudará, como venganza por su
Rosina perdida (Aria: La vendetta). Luego ambos enfrentan a Susanna, saliendo
Marcellina herida en su orgullo: su edad era mucho mayor que la de Susana (Duetto: Via
resti servita). Aparece luego el paje Cherubino, quien está huyendo del Conde de
Almaviva, el cual quiere castigarlo por haber hallado al paje con una de sus vasallas
favoritas, Barbarina, y es perseguido por Don Basilio. Le cuenta a Susanna su confusión
amorosa (Aria: Non so più cosa son cosa faccio). Cuando se percatan que se acerca el
Conde Almaviva, Cherubino se escode bajo un vestido que pone Susanna, Entra el
conde, quien le da una moneda a Susanna pero luego escuchan una voz que es Don
Basilio, el maestro de música. Ahora es el Conde el que corre a esconderse y en el apuro
lo hace junto a Cherubino. Don Basilio enreda la situación al revelar que el Paje mira a la
Condesa en una forma especial. El conde de Almaviva, herido en su orgullo sale de su
escondite y ordena a Cherubino ingresar al ejército.
Acto II

Llega Susanna y le dice que le cuente lo que ha pasado. La condesa le dice a Susanna
que vaya por Fígaro. Fígaro sugiere que vistan a Cherubino de chica para burlar al conde,
y la condesa le pregunta a Susanna que qué le parece; Susanna le responde que no está
mal. Sale Fígaro por Cherubino, quien está vestido de oficial. A instancias de Susana
canta a la condesa su amor, Voi che sapete che cosa è amor (Vos que sabéis qué es el
amor). La condesa y Susanna le disfrazan de mujer, y citan al conde a una entrevista con
Susanna, a la que en realidad asistirá Cherubino, Susanna ve que Cherubino trae una
venda en el brazo y la condesa de Almaviva le pregunta que qué ha pasado. Luego
Susanna se va probar su vestido de boda a su cuarto y después de que ella se va
aparece el conde de Almaviva, y Cherubino se tiene que encerrar en una habitación. El
conde de Almaviva pregunta a la condesa de Almaviva con quien hablaba y ésta le dice
que era Susanna que se fue a probar su vestido de boda a su cuarto. La condesa y el
conde escuchan un ruido que Cherubino hizo y el conde intenta derribar la puerta.

Acto III

El Conde y Susanna, acto III. Grabado de Heinrich Ramberg.

El conde reflexiona sobre la situación confundido por los eventos precedentes ("Che
imbarazzo è mai questo"). Incitada por la condesa, Susanna entra en escena y acuerda
ver al conde más tarde esa noche, aunque en realidad es la misma condesa la que planea
encontrarse con el conde disfrazada de Susana. Cuando Susana sale, el conde la
escucha decir a Fígaro que ya ha ganado el caso (Hai giá vinta la causa). Dándose
cuenta de que ha sido engañado, decide vengarse de Fígaro haciéndole casarse con
Marcelina o pagar una gran cantidad de dinero.

El notario Don Curzio exige a Fígaro el cumplimiento del contrato con Marcellina (É decisa
la lite), o pagarle una gran suma de dinero, pero como éste no tiene, le obliga a casarse
con ella. Fígaro se excusa diciendo que él es de familia noble, y que no puede casarse sin
una autorización de sus padres desconocidos, porque le robaron de pequeño unos
bandidos, y los espera encontrar en 10 años. Como prueba de esta nobleza, dice que
tiene una señal en su brazo, que Marcelina y don Bartolo reconocen. Marcelina dice que
Fígaro es su hijo, que desapareció al poco de nacer, y que don Bartolo es su padre y que
figaro se llama rafaelo, pero figaro se puso figaro porque él no sabía que se llamaba
rafaelo, así que ya no tiene que casarse con ella ("Riconosci in questo amplesso").
Cuando llega Susanna, y ve abrazados a Marcellina y Fígaro, le golpea en la cara, y
Marcelina, junto con todos los demás, le explican la nueva situación.
La Condesa dicta a Susana una carta para el Conde de almaviva, para confundir a su
marido ("Canzoneta sull'aria"). llegan al escritorio del conde de almaviva y la condesa de
almaviva le da un alfier a susanna para que cierre la carta y le dice que le ponga atrás de
la carta que tiene que ser devuelto el alfiler, mientras, entran un grupo de campesinas
para ofrecerle flores a la Condesa de almaviva, entre las que se encuentra Cherubino
vestido de mujer pero a la condesa y a susanna se les hace conocido cherubino y
entonces la condesa le pregunta a barbarina, que también le está ofreciendo flores, que
quien es cherubino y barbarina le dice que es su prima que vino a la boda de susanna y
figaro. Antonio, el jardinero, y el Conde descubren a cherubino. Luego llega figaro por las
damas para la boda y por susanna, pero el conde de almaviva le dice a figaro que si va a
bailar con el tobillo lastimado y figaro le dice que si que ya casi no le duele y luego el
jardinero le enseña a cherubino.

Se celebra la boda entre Fígaro y Susanna y entre Don Bartolo y Marcelina, y durante el
baile, Susana pasa al conde de almaviva la nota que escribió dictada por la Condesa de
almaviva, fijando una cita para esa noche y cuando el conde de almaviva está abriendo la
carta se pica con el alfiler, y luego le dice a barbarina que le devuelva el alfiler a la bella
susanna pero luego el jardinero le pega a barbarina y entonces barbarina pierde el alfiler.
La aguja con la que está prendida la carta, debe ser devuelta, en señal de conformidad. El
plan es que esa noche no se encuentre con Susanna o con Cherubino, sino que se
encuentre con la Condesa de almaviva, así que ésta intercambia su ropa con Susanna.

Acto IV

Fígaro sorprende a Barbarina buscando la aguja que sellaba la carta, ya que el Conde de
almaviva se la había dado a Barbarina para que se la diera a Susanna, y ésta la había
perdido. Fígaro entonces sabe, por Barbarina, que Susanna se ha citado con el Conde
porque barbarina le dijo a figaro que el conde le dijo a que le devolviera el alfiler a la bella
susanna, pero ignora el plan. Enfadado, invita a don Bartolo y a don Basilio a ser testigos
de esa cita (Recitativo ed Aria: "Tutto è disposto). Llegan la Condesa y Susana, con los
trajes intercambiados, y se produce un encuentro complicado:

Cherubino, que había quedado con Barbarina, ve a la Condesa, que iba disfrazada de
Susanna, e intenta besarla, pero en ese momento llega el Conde, y es él quien recibe el
beso. Éste le responde con un bofetón, que recibe Fígaro, que se había acercado para
ver qué pasaba. Cuando Cherubino y Fígaro se van ("Partito é al fin l'audace"), el Conde
comienza a seducir a la Condesa, pensando siempre que es Susana, lo que enfurece a
Fígaro, quien lanza un grito y asusta al Conde. Él y su esposa disfrazada salen hacia el
bosque, dejando a Fígaro desolado. De repente aparece Susana, y Fígaro piensa que es
la Condesa. Para vengarse del Conde, Fígaro comienza a cortejarla, aun cuando la
reconoce por su voz, ("la volpe vuol sorprendermi") lo que hace que Susanna se
enfurezca, ya que no se dio cuenta que había sido reconocida por su esposo, Fígaro.
Cuando se da cuenta ("pace, pace, mio dolce tesoro"), la pareja se abraza y figaro le pone
el zapato a susanna. Escuchan la voz del Conde, que entra buscando a Susana. Fígaro y
Susana deciden entonces continuar con el plan de engañar al Conde, y Fígaro comienza
a cortejar a la Condesa falsa, lo que enfurece al Conde, que confunde a Susanna con la
Condesa. Llama auxilio (Finale: "Gente, gente, all'armi, all'armi") y aparecen don Bartolo y
don Basilio, junto con Antonio y Marcellina. Todos juntos pide perdón al Conde, pero él se
niega, hasta que aparece la Condesa, dejando a todos muy sorprendidos. El conde pide
perdón a su esposa, por sus sospechas y por su mala conducta. La Condesa le perdona y
acaba el acto con una alegre fiesta.

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