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La Martona,

cuna de la
industria
lechera
nacional
Fundada por Vicente
Lorenzo Casares en 1889,
La Martona fue la primera
industria láctea del país.
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El nombre "La Martona" deriva de "Marta", nombre de la


hija mas pequeña de don Vicente y madre del escritor
Adolfo Bioy Casares.
La fábrica –que aún se conserva frente a la estación
ferroviaria de Vicente Casares, en el partido de Cañuelas–
procesaba la leche proveniente de 52
tambos distribuidos en las 7 mil hectáreas de la
estancia San Martín.
Su imagen característica era la cabeza estilizada de un
gato, la marca que se utilizaba para herrar el ganado.
En 1886 Casares dio los primeros pasos mediante la
producción de quesos, pero los resultados no fueron
exitosos porque no existían buenos métodos de
refrigeración.
Tres años más tarde surgió La Martona, con una idea
fundamental, novedosa en el país: su proyecto consistía
en organizar un sistema integrado de producción,
que atendiera las tres etapas productivas: la
agropecuaria, la industrial y la comercial.
En el aspecto productivo, La Martona se caracterizó por
sus grandes avances tecnológicos. Desde 1890 utilizó
papel sulfurizado para envasar la manteca (antes de
eso se usaban trozos de tela). En 1893 inició las primeras
exportaciones de este producto hacia Inglaterra.
En 1902 comenzó a producir dulce de leche en forma
industrial siguiendo las recetas tradicionales de la colonia.
Hacia el año 1916 adquirió la primera desnatadora
Westfalia que hubo en el país, traída desde Oelde,
Alemania. En 1941 –antes que en Estados
Unidos– implementó los camiones térmicos para
recolectar la leche en los tambos.
En 1960 instaló una empaquetadora de manteca de
alta velocidad; en 1961 introdujo el envase de
cartón para la leche fluida; y en 1962 instaló la primera
embotelladora en el país capaz de llenar y cerrar
12.000 botellas por hora. En los ‘70 desarrolló, en forma
pionera, el yogur con colchón de frutas y el jugo de
naranjas en botellón de vidrio.

El periodista francés Jules Hert, en una visita que realizó a


Cañuelas en 1911, escribía: "Debo subrayar el hecho de
que el establecimiento La Martona sobrepasa en el
tratamiento higiénico de la leche a todos los de
las capitales europeas, excepto Copenhague. La gran
lechería Balle que distribuye a Berlín la mayor parte de la
leche de consumo no llega a tal grado de perfección sino
después de la del Sr. Casares".

Todos estos antecedentes propiciaron que en el año 1989


-a cien años de la creación de La Martona- la Honorable
Cámara de Diputados de la Nación declarara por
unanimidad a Cañuelas Cuna Nacional de la Industria
Lechera (Res. 28/9/89). La fecha se recuerda cada 27 de
noviembre.

Por otra parte, el decreto 262 de 1997 declaró al caso de


la estancia San Martín "Monumento Histórico Nacional".

¿QUIÉN ERA VICENTE CASARES?


Nació en Buenos Aires en 1848, en el seno de una familia
dedicada a la actividad comercial y financiera. En 1866,
con sólo 18 años, fundó la estancia San Martín en
Cañuelas, nombre que deriva de San Martín de Tours,
Patrono de Buenos Aires.

En 1874 visitó el oeste de los Estados Unidos y Europa,


donde recogió numerosas experiencias. Allí aprendió que
para desarrollar la industria lechera hacían falta no sólo
corrales para clasificar la hacienda, sino también una
zona en la que pudieran ubicarse muchos tambos de
abastecimiento.
Casares tuvo una intensa vida pública. Fue legislador
provincial (1886), fundador del Banco Sudamericano
(1888), presidente del Banco Nación (1891), fundador de
Lotería Nacional (1893), candidato a vicepresidente
(1898), diputado nacional (1900) y presidente del Partido
Autonomista (1908).

Murió en 1910 cuando la empresa ingresaba en su etapa


de consolidación y desarrollo.
Su hijo mayor, Vicente Rufino, tomó las riendas de la
empresa, que funcionó hasta 1978

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Destacamos también avisos como éste, en el que la Martona, muy a la
vanguardia y adelantada para su época, nos comunicaba los beneficios
asociados a la marca y a sus productos, e incluso nos hablaba desde su
ADN conciliador de tradición y vanguardia que la llevaba a producir
maravillosos resultados.

Hablar de industria lechera en Argentina es hablar de La Martona. Y de Vicente


Casares.

Ya de muy joven demostraba un alto interés por las tareas rurales, de allí que a la
edad de 18 años funda junto a su padre la estancia San Martín en el partido de
Cañuelas en la Provincia de Buenos Aires. Fue en las fértiles tierras de dicho
establecimiento donde se produjeron las primeras toneladas de trigo que se
exportaron desde la Argentina y que Casares tuvo la satisfacción de sembrar y
cosechar en 1871

La marca fue fundada en 1889 por Vicente, estableciendo un nuevo estándar de


calidad en el país: de leche pasteurizada, filtrada, controlada y clasificada, y de
dulce de leche, con cocción controlada y proceso mecánico.

El nombre y la identidad visual de La Martona


Su nombre deriva de Marta, nombre de la hja menor de don Vicente y madre del
escritor Adolfo Bioy Casares.

La fábrica –que aún se conserva frente a la estación ferroviaria de Vicente


Casares, en el partido de Cañuelas– procesaba la leche proveniente de 52 tambos
distribuidos en las 7 mil hectáreas de la estancia San Martín.

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Logo de La Martona, estilizado a partir de la ‘Marca’ de ganado

Su imagen característica era la cabeza estilizada de un gato, la


marca que se utilizaba para herrar el ganado. Lo que hace a esta
marca un gran ejemplo, pues éste fue justamente el origen
del branding: de los hierros con los que se ‘marcaba’ al ganado,
evolucionamos a símbolos que identifican nuestras compañías y empresas.
Una marca innovadora, con grandes logros
La Martona surgió con una idea fundamental, novedosa en el país: su proyecto
consistía en organizar un sistema integrado de producción, que atendiera las tres
etapas productivas: la agropecuaria, la industrial y la comercial.

En el aspecto productivo, La Martona se caracterizó por sus grandes avances


tecnológicos. Desde 1890 utilizó papel sulfurizado para envasar la manteca (antes
de eso se usaban trozos de tela). En 1893 inició las primeras exportaciones de
este producto hacia Inglaterra. En 1902 comenzó a producir dulce de
leche en forma industrial siguiendo las recetas tradicionales de
la colonia.

El periodista francés Jules Hert, en una visita que realizó a Cañuelas en 1911,
escribía: “Debo subrayar el hecho de que el establecimiento La Martona
sobrepasa en el tratamiento higiénico de la leche a todos los de las capitales
europeas, excepto Copenhague. La gran lechería Balle que distribuye a Berlín la
mayor parte de la leche de consumo no llega a tal grado de perfección sino
después de la del Sr. Casares”.

Ya en 1908, Argentina se convirtió en el segundo productor industrial de yogurt


gracias a La Martona. En 1923 Introduce las primeras máquinas automáticas
suizas para fragmentar y empaquetar manteca. De 1935-1941 Se emplean
vagones térmicos en FFCC en lugar de tarros (1935) y camiones térmicos para
acopio de leche en tambos (1941, antes que en EE.UU.). Durante esos años se
extienden las lecherías, tradicionalmente blancas e impecables, centradas sobre
productos lácteos.

Sus productos se distribuían en locales propios que eran ejemplo de higiene y


calidad de productos. Dichos locales aseguraban la llegada de leche fresca y libre
de bacterias, en forma diaria, a distintos puntos estratégicos del país.

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La Martona: empresa láctea
La Martona, fundada en 1889 por Vicente Casares, fue la primera industria
láctea del país. Funcionaba en la estancia San Martín, en el partido de
Cañuelas y también fue la primera

fábrica de ᄉ dulce de leche ᄃ de Argentina.ᄉᄉ ᄃᄃ

Su creador fue un estanciero, productor agropecuario y político argentino,


quien ubicó la empresa en su estancia San Martín, situada en el partido
de Cañuelas, en la Provincia de Buenos Aires.
El nombre escogido para la empresa, derivaba de Marta, su hija de un año de
edad, quien fuera luego madre del escritor Adolfo Bioy Casares.
ᄉᄉ ᄃᄃ Antigua lata de Dulce de leche La Martona

Cañuelas: cuna del dulce de leche

La fábrica se encontraba frente a la estación del ferrocarril, hoy localidad


denominada Vicente Casares en honor de su fundador, conservándose aún el
edificio que fuera el establecimiento modelo, declarado Monumento
Histórico Nacional en 1997.
La empresa estableció un nuevo estándar de calidad en el país, iniciando
una nueva forma de producción (producción, industrialización y
comercialización). En el aspecto productivo se caracterizó por sus grandes
avances tecnológicos, logrando en 1893 comenzar las primeras
exportaciones de este producto hacia Inglaterra.

El 30 de abril de 1910 falleció su fundador, Vicente Casares, y se hizo cargo


de la empresa su hijo mayor, Vicente Rufino, quien con 28 años comenzó una
época de avances técnicos, logrando acrecentar los negocios de la
compañía y estableciendo mejoras progresivas en los productos, en su
tratamiento y en su calidad.

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Sus productos se distribuían en locales propios llamados bares lácteos que


le aseguraban la llegada de leche fresca y libre de bacterias, en forma
diaria, a distintos puntos del país. Llegó a tener veinte filiales en la ciudad
de Buenos Aires.

Cierre de la empresa
La Martona dejó de funcionar en 1978, poco antes de cumplir 90 años de
funcionamiento ininterrumpido. En sus casi noventa años de historia pudo
hacer gala de un sinfín de éxitos e innovaciones.

Al cumplirse 100 años de la fundación de La Martona, en 1989, la Cámara de


Diputados de la Nación Argentina, declaró a Cañuelas como “La cuna
nacional de la industria lechera”, recordándose este acontecimiento los días
27 de noviembre de cada año.
ᄉᄉ ᄃᄃ

Fundada por Vicente Lorenzo Casares en 1889, La Martona fue la primera industria
láctea del país.
Su nombre deriva de Marta, la fornida hermana de don Vicente y madre del escritor
Adolfo Bioy Casares.
La fábrica –que aún se conserva frente a la estación ferroviaria de Vicente Casares, en
el partido de Cañuelas– procesaba la leche proveniente de 52 tambos distribuidos en
las 7 mil hectáreas de la estancia San Martín.
Su imagen característica era la cabeza estilizada de un gato, la marca que se utilizaba
para herrar el ganado.
En 1886 Casares dio los primeros pasos mediante la producción de quesos, pero los
resultados no fueron exitosos porque no existían buenos métodos de refrigeración.
Tres años más tarde surgió La Martona, con una idea fundamental, novedosa en el
país: su proyecto consistía en organizar un sistema integrado de producción, que
atendiera las tres etapas productivas: la agropecuaria, la industrial y la comercial.
En el aspecto productivo, La Martona se caracterizó por sus grandes avances
tecnológicos. Desde 1890 utilizó papel sulfurizado para envasar la manteca (antes de
eso se usaban trozos de tela). En 1893 inició las primeras exportaciones de este
producto hacia Inglaterra.
En 1902 comenzó a producir dulce de leche en forma industrial siguiendo las recetas
tradicionales de la colonia y hacia el año 1916 adquirió la primera desnatadora
Westfalia que hubo en el país, traída desde Oelde, Alemania. En 1941 –antes que en
Estados Unidos– implementó los camiones térmicos para recolectar la leche en los
tambos.

En un artículo de Justo Solsona redactado para la revista barcelonesa "La Ilustración


Artística" en septiembre de 1901 accederemos a la intimidad de esta flamante
empresa que con apenas una década de antiguedad se encontraba ya consolidada y en
plena expansión.
También compartiremos una excursión en el verano de 1902 efectuada por los
tripulantes de la corbeta "Nautilus", el buque escuela español que recaló en Buenos
Aires, donde, naturalmente, fueron objeto de innumerables y agotadores agasajos, de
los cuales da cuenta el artículo de la revista barcelonesa "La Ilustración Artística".
Entre los lugares donde estuvieron los marinos se destacó la visita al establecimiento
lácteo "La Martona"
http://www.acciontv.com.ar/soca/casares/martona1901.htm
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La Martona vista del lado este

"En la parte de su ejido donde no decrece nunca la animación y el bullicio, es en la


extensa estancia de D. Vicente L. Casares, llamada «La Martona», cuyas tierras ocupan
una superficie poco mayor de ocho mil hectáreas..."

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Vista general del depósito central de La Martona

"Pasan de setecientas las personas empleadas en La Martona». Cuanto se precisa para


la vida, engorde y conservación del ganado vacuno, caballar, aves, etc., todo sale de
los bien cultivados terrenos de la propia estancia.
Todas las dependencias son iluminadas por la luz eléctrica..."
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Uno de los tambos de La Martona proveedor de la materia prima

"Esta cantidad enorme de leche es producida por cerca de ocho mil vacas de las
mejores clases, muchas importadas..."
«LA MARTONA»

"A 45 minutos de tren y al Sur de la capital federal está situado el bonito pueblo de
Cañuelas, pintoresco y animado durante el tiempo caluroso por las muchas familias
que veranean en él, pero solitario y triste durante el invierno.
En la parte de su ejido donde no decrece nunca la animación y el bullicio, es en la
extensa estancia de D. Vicente L. Casares, llamada «La Martona», cuyas tierras ocupan
una superficie poco mayor de ocho mil hectáreas.

El Sr. Casares, conjuntamente con su gerente D. Emilio Carballo, de muchos años


atrás vienen estudiando, perfeccionando y trabajando, con creciente entusiasmo, en la
industria de la leche y la manteca, buscando formas para conservar en todos tiempos
frescas una y otra; ampliando paulatinamente la industria y el negocio y resolviendo el
problema de la venta de los superiores productos en Buenos Aires, en casas
decoradas ad hoc, en forma elegante, caprichosa y de impecable limpieza, y
conquistando el favor del público. Al fin han conseguido su propósito, pero a costa de
grandes capitales invertidos en la maquinaria más perfeccionada, en múltiples
pruebas, en la selección del ganado vacuno, no perdonando sacrificio para alcanzar el
lugar eminente que hoy ocupa en las grandes industrias del país; al punto que
recientemente, un sindicato con un capital muy grande ha comprado por cuatrocientas
mil libras esterlinas cuanto con «La Martona» se relaciona; quedando al frente de la
nueva Socdad Anónima, como presidente, el propio Sr. D. Vicente L. Casares, y
formando parte del directorio personas tan entendidas como los Sres. Carlos Pellegrini,
Gonzalo Segovia, Belisario Lynch, José Mussini, Emilio Ressteng, Emilio y Héctor
Casares.

Gracias a esto, han adquirido mayor impulso los trabajos y ha aumentado la actividad
en los diferentes departamentos de la estancia y de la fábrica, en los depósitos
generales de la capital y en las sucursales o casas de venta ya mencionadas.

En las últimas, el despacho diario de leche alcanza a veinte mil litros.


Unicamente la vendida, contada por vasos de medio litro, a los transeuntes que

acosados de sed o deseosos de tomar un vaso de leche pasteurizada o esterilizada,


fresca, casi helada en verano y a temperatura natural en invierno, pasan generalmente
de diez mil.
Esta cantidad enorme de leche es producida por cerca de ocho mil vacas de las
mejores clases, muchas importadas.
Pero además del producto natural «La Martona» confecciona una leche especial
llamada maternizada, por ser muy semejantes sus cualidades de gusto y nutritivas a la
de la mujer que cría; leche que ha tenido envidiable éxito, no sólo en las casas cunas,
hospitales, etc., etc., sino que también entre las familias, actuando como poderoso
auxiliar de las madres que teniendo poca leche o ninguna, no quieren dar sus hijos a
manos mercenarias.

La producción de la manteca de panes pasa de dos toneladas diarias, habiendo


dominado por completo el mercado por sus superiores calidades, llegando a escasear
algunas veces por las grandes cantidades compradas para la exportación.
Además fabrica toda clase de cremas, natillas, flor de leche y otros productos
derivados directamente de la leche.

Las casas de venta, distribuídas por el municipio, con que actualmente cuenta «La
Martona», son cuarenta y una; todas ellas hermosas, con mucho gusto artístico
decoradas, dominando el blanco y oro con plafones de azulejos pintados, muy
agradables a la vista y excesivamente limpias; pero el nuevo directorio piensa
aumentarlas hasta llegar a ciento.

Otra industria anexa a la descrita es la venta de huevos.


En la estancia hay millares de gallinas, y todos los huevos puestos durante el día son al
siguiente distribuídos entre las casas de venta de Buenos Aires, en donde pronto se
agotan.
Todos los días la gerencia indica por teléfono el precio de venta.
En la fábrica llaman la atención los grandes depósitos frigoríficos, donde se depositan
las mercaderías hasta el momento de ser remitidas al depósito general de Buenos
Aires, de donde pasan a los frigoríficos que cada sucursal posee para la leche, cremas,
manteca, etc.
Pasan de setecientas las personas empleadas en La Martona». Cuanto se precisa para
la vida, engorde y conservación del ganado vacuno, caballar, aves, etc., todo sale de
los bien cultivados terrenos de la propia estancia.
Todas las dependencias son iluminadas por la luz eléctrica.
Y para terminar: posee gran número de carritos, o mejor dicho, cochecitos muy
elegantes, para distribuir los encargos de leche o de los demás productos a domicilio y
a las horas que le convenga al consumidor."

Por Justo Solsona, Buenos Aires.


"La Ilustración Artística", Barcelona, España, 9 de septiembre de 1901
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Area de producción de la "leche maternizada"

"«La Martona» confecciona una leche especial llamada maternizada, por ser muy
semejantes sus cualidades de gusto y nutritivas a la de la mujer que cría; leche que ha
tenido envidiable éxito, no sólo en las casas cunas, hospitales, etc., etc., sino que
también entre las familias, actuando como poderoso auxiliar de las madres que
teniendo poca leche o ninguna, no quieren dar sus hijos a manos mercenarias..."

ᄉᄃ

Sección manteca de la La Martona

"La producción de la manteca de panes pasa de dos toneladas diarias, habiendo


dominado por completo el mercado por sus superiores calidades, llegando a escasear
algunas veces por las grandes cantidades compradas para la exportación..."
ᄉᄃ

Clásica vista de uno de los míticos locales de «La Martona»

"Las casas de venta, distribuídas por el municipio, con que actualmente cuenta «La
Martona», son cuarenta y una; todas ellas hermosas, con mucho gusto artístico
decoradas, dominando el blanco y oro con plafones de azulejos pintados, muy
agradables a la vista y excesivamente limpias; pero el nuevo directorio piensa
aumentarlas hasta llegar a ciento..."

Referencias[ᄉ editar ᄃ]
1. ᄉ http://corporate.la/la-martona-la-marca-sinonimo-de-la-leche-en-argentina/ᄃ
2. ᄉ Página de Gobierno Municipal de Cañuelas ᄃ
http://www.canuelas.gov.ar/index.php/turismo/localidades/item/405-vicente-casares
3. ᄉ La Martona, cuna de la industria lechera nacional ᄃ En InfoCañuelas, 06/01/2008
La Martona, primera industria

En 1889, Vicente Casares fundó La Martona en Cañuelas, provincia de


Buenos Aires. Los capitales para el emprendimiento provenían de su
actividad agropecuaria: los Casares eran importantes estancieros de la
provincia de Buenos Aires, miembros de una familia tradicional, con
inserción en la vida política. El ya dueño y fundador de La Martona llegó
a director del Banco Nación y fue diputado nacional (en 1900). Para
conseguir liquidez para montar el establecimiento, Vicente Casares
vendió 20.000 hectáreas de sus tierras.
Hasta ese momento, la producción de leche se realizaba en condiciones
poco higiénicas, tanto en su elaboración como en la conservación del
producto y sus derivados. En vistas de la expansión del mercado,
Casares decidió viajar a Estados Unidos y Europa para interiorizarse
sobre las últimas técnicas fabriles y de higiene con el objeto de montar
una usina en el país. A su regreso fundó la planta, que podría decirse
estaba “integrada”, ya que se abastecía de materia prima a partir del
suministro de tambos y campos propiedad de la familia, en un comienzo
con rodeo de 5.000 cabezas de razas Holstein, Suizas y Durham, aunque
entrado el siglo XX se impusieron las Holando-Argentino. Tanto en los
tambos como en la usina se establecieron rigurosas medidas de higiene
que posibilitaron un producto de calidad mejorada.ᄉ[6]ᄃ
Cabe mencionar que también encontró dificultades: la escasez de
operarios capacitados en una industria nueva, sobre todo para la
instalación y uso de las máquinas higienizadoras importadas de Francia.
No obstante, la actividad se puso en marcha.

En la usina central se ubicó la plataforma de recibo, el laboratorio, la


sala de filtrado y enfriado de leche fluída, la sala de desnatado y la
mantequería, la fábrica de hielo y la sala de máquinas y calderas. Allí se
higienizaba, se la envasaba y era enviada a Buenos Aires por ferrocarril
para distribuir en casas de expendio propias (“lecherías” y “bares
lácteos”) y ajenas. El volumen de producción permitió lograr un producto
accesible y de cierta calidad, que provocó un aumento en el consumo
interno de lácteos.
En 1895 la empresa contaba con 4 máquinas a vapor, empleaba 15
operarios y producía leche fluida e higienizada, manteca, crema y
quesos, llegando incluso a exportar manteca a Gran Bretaña. En 1897 se
instaló una segunda usina, que permitió efectuar procesos como la
homogeneización. Para 1902 contaba con filiales descremadoras en
Cañuelas, Tristán Suárez y Uribelarrea. Los sucesores de Casares (que
falleció en 1910) continuaron ampliando la operatoria de la empresa.

La industria láctea tuvo un primer auge durante la Primera Guerra


Mundial, incrementando su operación interna y las exportaciones de
derivados. Se constituyó como una de las que más personal ocupaba, el
7% del total de obreros de la manufactura en ese momento (más de
28.000 obreros). La actividad en su conjunto se ubicó como el quinto
sector en relación al capital invertido, detrás de frigoríficos, compañías
eléctricas, bodegas e ingenios azucareros. La demanda de leche líquida
de la ciudad de Buenos Aires, principal centro de consumo, alcanzaba los
350.000 litros diarios, abastecidos principalmente por la empresa de los
Casares y por La Vascongada. En este contexto, La Martona incorporó
nuevas máquinas de origen europeo y amplió el volumen de producción
a 75 mil litros por día.ᄉ[7]ᄃ
La firma amplió progresivamente su mix de productos: a la leche
maternizada, esterilizada, al dulce de leche y a la caseína que fabricaba
ya a comienzos de siglo, posteriormente se agregaron otros como leche
condensada y yogurt. Por último, en la década del ’20 introdujo máquinas
para fragmentar y empaquetar manteca. En décadas posteriores,
consiguió expandir sus operaciones, formando en los ’40 una sociedad
anónima para los negocios de la división agropecuaria. En 1978 la firma
cerró, acuciada por la crisis económica y la competencia con otras
compañías

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