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INTRODUCCION

La chicha de jora, es un producto oriundo del Perú, que se PREPARA


artesanalmente a base de maíz, LA MISMA se sirve en potos o cojuditos Y se
consume mayormente en el norte del Perú, ESPECIFICAMENTE EN Piura.
La chicha de jora, es una bebida con notable trayectoria la cual se empezó a
CONSUMIR en época del incanato durante el mandato de Túpac Yupanqui, Su
uso principal era en rituales ceremoniales y se convirtió en la bebida favorita de
la nobleza incaica. Inclusive en más de una ocasión se han encontrado botellas
de la época con esta bebida. En la actualidad, sigue teniendo vigencia, solo
que se le ha incorporado azúcar a la receta.
Hoy en día Piura conserva la chicha de jora, bebida favorita de su gente
trabajadora.
Como todo piurano sabemos que la chicha de jora servida en potos o cojuditos
es una de las bebidas favoritas Y POR LO TANTO debemos plantearnos la
siguiente pregunta ¿Cómo debemos motivar a la población piurana que la
chicha de jora se siga sirviendo en potos o cojuditos?
EL PRESENTE ensayo BUSCA realizar precisiones para motivar y conservar la
forma de servir la chicha de jora QUE ES EN potos o cojuditos, PUES LA
MISMA es parte de la costumbre piurana y herencia de nuestros antepasados
Y PARA llevar a cabo ESTE objetivo, DICHO ENSAYO se ha estructurado en
dos partes. En primera instancia realizaremos definiciones y un recuento
histórico, SEGUIDO DE las conclusiones de este, que buscan responder la
pregunta de investigación y llevar acabo EL CUMPLIMIENTO DE los objetivos.
CONCEPTO
La chicha de jora es una bebida ancestral en el Perú y América, y su principal
ingrediente es la jora o maíz fermentado. Los antiguos peruanos descubrieron
el arte de hacer chicha de Jora de manera casual, y aunque su origen fue
modesto, esa bebida llegó a ser la más importante del imperio Inca.
Si bien técnicamente es una cerveza artesanal de maíz, debido a que para su
preparación se requiere maltear el grano, para posteriormente ser fermentado,
el grado alcohólico de la misma varía de acuerdo a la región y al «chichero»
(nombre popular que se les da a las personas que la elaboran).
Historia
También conocida como chicha de maíz. Una leyenda remonta su origen a
tiempos de Túpac Yupanqui, cuando luego de que las reservas de maíz
quedaran en mal estado debido a una tremenda inundación y un ayudante del
Inca (que había sido sometido al aislamiento por pretender a una de las
concubinas de éste) se embriagó bebiendo los desechos del maíz que había
sido hervido previamente en un intento por salvarlo.
Su embriaguez, locuacidad y alegría llamó la atención dado que por vergüenza
había dejado de hablar. A partir de entonces, y luego del perdón al descubridor
de este “elixir”, esta bebida se convirtió en la sagrada bebida del Inti Raymi.
La otra teoría cuenta el siguiente relato:
Emilio Balizan, atribuye a la casualidad el descubrimiento de la chicha de Jora,
apoyado en el relato de Genaro Herrera. Durante el mandato de Tupac
Yupanqui copiosas lluvias habían deteriorado los silos de maíz resultando de
este hecho la germinación de granos que derivaron en una Malta de Maíz.
Para evitar que se echaran a perder, el inca Yupanqui ordenó la distribución de
las maltas imaginando que podrían aprovecharse en el cocido para consumirlo
en forma de "mote"(maíz cocido en agua), pero dada las características
organolépticas desconocidas (aspecto de engrudo inconsistente) la
desecharon.
No faltó un intruso hambriento que consumió dicha sustancia y quedo sumido
en extrema embriaguez, descubriendo de este modo el valor alcohólico del
maíz.
A la llegada de los españoles, cuando el sacerdote dominicano Vicente de
Valverde que llego en reemplazo de Francisco Pizarro a la plaza de Cajamarca
se encontró con Atahualpa, el general Kalkuchimac se acercó con una vasija
de chicha jora, como muestra de disposición al diálogo de parte del Inca. Pero
el sacerdote Vicente de Valverde boto el quero que contenía la chicha, ya que
él pensaba que lo iban a envenenar. Esto se puede confirmar en el siguiente
texto:
“Atahualpa ingreso a la plaza de Cajamarca se sorprendió de verla vacía, él
había esperado encontrar al jefe de los barbudos. En su reemplazo apareció el
sacerdote dominico Vicente de Valverde acompañado por un intérprete, el
tristemente célebre Felipillo. Después de mirar con atención, Atahualpa le
alcanzo al sacerdote español un quero (qiru en la lengua quechua) de oro lleno
de chicha, para brindar en forma ritual y poder comenzar una conversación
entre seres civilizados, según al manera andina.”.
La chicha de jora es la bebida del maíz, la planta sagrada por excelencia, que
simboliza al estado y expresaba la riqueza de una sociedad agrícola. El maíz,
preparado tanto como en sólido como en forma líquida, era el alimento que
representaba la civilización, el triunfo sobre el hambre y la superación de los
miedos ancestrales. El maíz había desplazado a la papa a una condición
subordinada, por así decirlo. El consumidor de la papa era el pobre; quien no
tenía más que tubérculos para alimentarse era un ser humano destituido de
refinamiento. Solo los comedores y bebedores de granos tenían civilización y
estaban a otro nivel, eran superiores.
De esta manera, el maíz despertaba entusiasmo y alegría; al tiempo de su
cosecha, las mazorcas eran llevadas a casa con gran festejo, hombres y
mujeres cantaban, rogaban al maíz para que durara mucho tiempo. El cultivo
del maíz fue muy importante, dominaron todo el territorio andino y tanto así que
desplazo a la papa, en esa época este tubérculo solo lo utilizaban para sus
ritos domésticos y comunales
¿Cómo debemos motivar a la población piurana que la chicha de jora se
siga sirviendo en potos o cojuditos?
En los últimos años del siglo XXI, la bebida de los dioses se ha extendido más al
territorio Peruano, a pesar de que aún no llega la región de la Selva, sin embargo
esto no ha sido excusa para no consumirla.
“Toma chicha de mamey, para que te alegres como un rey”… y también “Tome
mi amigo, chicha de maracuyá, para que no se vaya, a gastar más allá”… porque
como rey “yo le pagaré la chicha pero yo no pago el poto si por cholo me
desprecian siempre pago lo que roto”… son algunas de las decenas de
expresiones que han sido creadas especialmente para este bebida, la misma
que ha sido disfrutada y preparada al gusto del paladar de quienes estamos
acostumbrados a consumirla y de quienes aún no han probado, se están
perdiendo un agradable deleite que fue como un néctar de los incas.
Hoy en día ningún caserío ha dejado de prepararla y venderla, inclusive
Catacaos que no solo se caracteriza por su artesanía, es y ha sido considerada
“Tierra de Chicheríos” y es un orgullo saber que la bebida de nuestros ancestros
aún perdure, más aún porque esta bebida tradicional no solo conserva su
esencia que es el maíz, sino que además es servida en los conocidos “potos”
también llamados “cojuditos” que es una palabra que proviene del quechua y se
refiere a las vasijas grandes o mejor dicho a las vasijas ornamentales fabricadas
de calabazas secas pintadas y talladas, por lo tanto el uso del término “poto o
cojudito” es correcto. Es probable que algunas personas les puede dar
escalofríos pronunciarla porque es fuera de su habitad hogareño y la razón es
porque debe tener relación más con los prejuicios personales que llevamos
encima; así por ejemplo cuando vamos a un chicherío y escuchamos “Señora
tiene el poto roto“ o "¡Señora que buen poto!" y "Que rica esta su chicha",
nos escandalizamos por este término que es propio de la misma chicha. Y es
que si la verdadera esencia es porque está hecha de maíz, sería mucho mejor y
de mejor sabor si se completa con servirse en esta famosa vasija de barro que
previamente ha sido arrumado o colgada.
Podrás considerarte el más aficionado a esta bebida y podrá tenerse miles de
anécdotas por contar mientras te acompañas de la chica y su poto, pero siempre
recordarás como fue la primera vez que la probaste porque es en ese momento
es que luego de su degustación no solo te quedas disfrutándola sino que te nace
promocionarla y tomarla acompañado de quienes son tus conocidos a la vez que
haces nuevos amigos o amistades que con el tiempo haces que valga la pena y
todo gracias al poto y su buena chica.

Y como para no perderse y ubicar sin lugar a dudas un chicherío donde no falte
su chicha, se distinguen muchas veces de una bandera blanca colgada en la
parte superior de la puerta de aquellos lugares como símbolo propio de un
chicherío.

A pesar de que existen personas que rechazan esta tradicional bebida


simplemente porque no les gusta, hay quienes anhelan tomarla y no pueden
porque de repente su condición de salud no se le permite. Y es que esta bebida
ha servido para dar fuerza y energía a los cholos, jefes del hogar que luego de
su buen trago o sorbo que le daban, continuaban con la larga faena dedicada a
la agricultura o ganadería.
Son varias razones que existen para no dejar de beberla, así por ejemplo que
gusta de que mientras comes un rico ceviche de caballa te acompañes de su
chica de jora, o cuando te reúnes después de trabajar y el sol como siempre está
resplandeciente y quema infinitamente, no existe nada mejor que su chicha de
jora bien helada servida en el cojudito; o también cuando te reencuentras con
viejas amistades y quieren recordar viejos tiempos lo primero que haces es pedir
su balde chicha y su cojudito al lado; inclusive en cierto lugar se conserva aún
más la tradición y desde pequeños se les enseña a como tomar esta bebida, que
con el tiempo lo vuelve un hábito.
Con el paso del tiempo, se han incorporado nuevos “chicheríos” ubicados en
zonas un poco más lujosas, con otro ambiente, agregándoles no solo la música
de radios sino que además se escucha peñas en vivos y en donde se pueden
disfrutar de canciones al gusto de los consumidores; sin embargo si bien es cierto
el cliente o el público queda satisfecho de esta atención, hay que tener en cuenta
que se está perdiendo el valor que se le da a esta tradicional costumbre, y es
que se ha podido observar que la chicha de jora últimamente está siendo servida
en vasos que previamente se mantienen refrigerados para que esta bebida sea
consumida helada y de mejor sabor, a pesar de que es muy gustosa al paladar,
lo que ocasiona es perder el gusto a la tradición de mantener que se sirve en los
famosos potos o cojuditos. La idea es mantener latente esta costumbre propia
de la zona norteña porque de no incentivarse, no solo se pierden la costumbre o
tradición sino que incentiva a dejar de comprar estas vasijas y previo a ello dejar
de lado la elaboración de éstas, además de turistas que les llama la atención y
les motiva a usarlo como recuerdo ancestral que nuestra cultura bebía en su
época de estas pequeñas vasijas.
Es lamentable saber con éstas nuevas ideas o creaciones, se está perdiendo la
cultural, que debería llevarse siempre presente; es grato saber que quienes se
dedican a este negocio son personas que han aprendido bien la receta, la técnica
y lo secretos de su preparación.
Por lo tanto, como consecuencia de ello se debería concientizar y exigir que la
chicha de jora, bebida néctar de los Dioses y en honor a ellos sea consumida
desde siempre en los potos o cojuditos que es a donde corresponden y no en
vaso que ha sido refrigerado, dándole la debida importancia y haciendo
prevalecer la cultura norteña. A pesar de que se entiende este acto como cultura,
deberían existir derechos que lo respalden para que se mantengan siempre y no
pierda la esencia de su receta y su forma en que es servida, así por ejemplo
proponer que el Ministerio de Cultura cree una Ley valorizando estos actos con
detalles específicos sobre preparación o su ingrediente principal, resaltando
además en donde debe ser aún más consumida, así como otras bebidas que
son propias de dichos lugares logrando que sea consumida y dándole no solo un
valor más económico sino también cultural que es lo que deben rescatar los
norteños.

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