Está en la página 1de 2

Antonio Arnaldo Pasquali Greco (Rovato, 20 de junio de 1929).

Es un comunicador social venezolano. Está considerado como uno de los


introductores en América Latina del pensamiento de la comunicación que
subyace en las fuentes teóricas de la Escuela de Fráncfort.

Es asesor y consultor internacional en materia de comunicación y medios.


Catedrático de filosofía moral y comunicación social en la Universidad Central
de Venezuela en Caracas, en la Facultad de Humanidades y Educación.

Escritor prolífico, su obra “Comunicación y Cultura de Masas” (1963) ha sido


referencia para generaciones de comunicadores sociales en América Latina.

Antonio Pasquali llega a Venezuela el 18 de febrero de 1948, durante la


dictadura de Marcos Pérez Jiménez, dejando atrás la Italia de la postguerra y
sus estudios de Liceo Clásico en el segundo año.

Ingresa en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de


Venezuela en el año 1950. Entre sus profesores se encontraban Granel, Pérez
Enciso, Crema, Moles Caubett, García Pelayo y Juan David García Bacca. Fue
preparador de Gastón Diehl, un alsaciano al que mucho debe la historia del
arte nacional.

Estableció sólidos nexos de trabajo y amistad con Juan Nuño, Eduardo


Vásquez, Ernesto Mayz Vallenilla, Alberto Rosales y sobre todo con Federico
Riu, cuya amistad perdurará hasta la muerte de Federico (1985). Su amistad
con Sergio Antillano, un gran hombre de la prensa, le transmitirá un fuerte y
educado amor por el periodismo.

Ya graduado de la Universidad, se va a París a realizar su doctorado de


Filosofía en La Sorbona, donde pasa 2 años de su vida, con su esposa
Lucrecia, su hija Carlota y luego, Arnaldo que nacerá durante esta estancia.
Comparte esta experiencia con otros intelectuales amigos venezolanos que se
encontraban en París como Oswaldo Vigas y Ángel Hurtado.

Al regresar a Caracas, dicta clases en los colegios La Salle del Centro, Herzl-
Bialik (actual Moral y Luces) en San Bernardino y la Guadalupe en Sabana
Grande. Inmediatamente después del 23 de enero de 1958, ingresa a su propia
Facultad de Filosofía como profesor. Sus intereses académicos y profesionales
lo llevaron a ser durante un cuarto de siglo el titular de la cátedra de Filosofía
Moral y, simultáneamente, fundador de los Estudios de Teoría de la
Comunicación en la Escuela de Comunicación Social donde creó además el
Centro Audiovisual del Ministerio de Educación. Su sólida formación en estos
campos le permitió reflexionar sobre las normas que rigen la praxis y sobre el
hecho comunicante, enfocando desde dos ángulos distintos un solo y mismo
hecho, la humana relacionalidad. En su opinión, “ la norma moral - lo único
realmente irrenunciable, como decía Descartes - rige nuestras relaciones con el
Otro, y por eso el filósofo más grande de la humanidad, Platón, sentenció que
la virtud moral suprema es Díke o la Justicia, una virtud relacional. El hecho
comunicante es la relación ontológica fundamental sin la cual ningún plexo
social puede constituirse: sin saber del otro no hay sociabilidad (ni habría
perfeccionado el cerebro una de sus cuatro funciones capitales, la de producir
lenguajes).”

También podría gustarte