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Jacob lucha con el ángel

La oración y la búsqueda de la bendición de Dios Gn 32.22-32.

-Tratando el problema con Dios antes que con los hombres.

Muchas veces perdemos el tiempo solucionando las cosas a nuestra manera, o buscando la
ayuda, “Lo he intentado todo, hasta la fe”, esa expresión manifiesta la poca confianza que
tenemos en Dios.

Heb 11.6 “porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador
de los que le buscan”. Debemos recordarnos muchas veces que la clave del éxito está en buscar
a Dios en primer lugar.

Alguno puede pensar, “pero si sólo me acuerdo de Dios cuando tengo problemas, ¿no se
ofenderá porque siempre acudo a Él?, al contrario, a Dios le honra que le busques el día de la
angustia: Sal 50.14-15 “Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al Altísimo; E invócame en el
día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás”

Jacob lucha con los hombres para alcanzar las bendiciones (su hermano, Labán, ahora trata con
Dios). En esto vemos su madurez espiritual, en el v.9 ya vemos una oración de Jacob, hasta
entonces era Dios quien había salido al encuentro de Jacob (en el cap. 28, en Betel) ahora es
Jacob quien sale al encuentro de Dios.

La madurez de alguien está en reconocer su debilidad y la fuerza de Dios, y en buscarlo. El que


es maduro no es el que es tan fuerte que no necesita orar, ni la comunión con los hermanos, el
maduro es el que es consciente de su debilidad y necesidad de Dios, y por eso le busca.

La oración es un combate que uno libra a solas con Dios (el ejemplo de Jesús en Getsemaní Lc
22.39-46).

Proceso de la oración en Getsemaní:


1. El convencimiento “Orad que no entréis en tentación” v.40.

2. Buscando la voluntad de Dios, “pero no se haga mi voluntad sino la tuya” v. 42.

3. Problemas grandes, oraciones más intensas. “Y estando en agonía, oraba más intensamente”.
V. 44.

4. Renovado y fortalecido por la comunión. “Levantaos”. V. 46.

Podemos ser muy espirituales en la iglesia, y podemos orar en cada reunión, pero ¿y en lo
privado, ¿oras en tu habitación?. Podemos leer de las victorias de otros en oración, podemos
saberlo, pero ¿lo hemos experimentado?.

Si queréis experimentar la misericordia y el consuelo del Señor, Su dirección, Su presencia, no


basta con que os lo propongáis, somos muchos los que nos hemos propuesto orar y hemos
fracasado, debemos pedirle al Señor que nos dé el deseo, ya que Él es el que produce el querer
como el hacer (Fil 2.13), y el Señor despertará en tí un deseo de buscarle, de acercarte a Él en
oración.

-Buscando la bendición de Dios como la clave del éxito (Jacob tiene varios encuentros con Dios
durante su vida).

Todos buscamos la bendición de Dios, ¿cómo la procuramos?, ¿acaso intentamos librar nuestra
batalla con los hombres, peleando, convenciendo, etc…?.

-Transformando las terribles pruebas en encuentros con Dios.

La vida de Jacob es la vida de cualquier creyente, hay pruebas, hay errores. Pero vemos que
Jacob va madurando, su forma de enfrentar los problemas es diferente, siempre fue un hombre
astuto, Dios está haciendo de él un hombre espiritual.
Lo que ocurre es que las pruebas están debilitando a Jacob, se vuelve anciano, tiene personas a
su cargo, sus enemigos (como Esaú) son muy poderosos y no sabe si tienen buenas intenciones,
¿qué puede hacer?.

A veces la angustia que podemos llegar a sentir es algo que pensamos que nos va a aplastar, el
sueño desaparece, las ganas de comer, estamos tristes y somos pesimistas. Sentimos que todas
las desgracias vienen sobre nosotros, y parece que el Señor está mudo, no dice nada.

Detrás de cada gran prueba hay una gran oportunidad, detrás de cada prueba se esconden
bendiciones espirituales y tesoros que desconocemos.

¿Cómo podemos transformar esa prueba en una oportunidad de bendición?, teniendo un


encuentro con Dios. “No te soltaré si no me bendices”, fue lo que Jacob le dijo al ángel, ¡hagamos
lo mismo!, agarremos al Señor y digámosle lo mismo.

El Señor Jesús cuando hablaba de la oración nos ponía el ejemplo de una viuda desamparada
frente a un juez injusto que la ignoraba, lo que debemos aprender es la actitud de esa viuda,
clamó con desesperación un día, dos días, una semana, un mes, pero siguió en su propósito
firme de una respuesta. A veces nuestras oraciones no se parece a las de esa viuda ni de lejos,
no somos capaces de perseverar ni un solo día. Tiramos la toalla porque somos impacientes, y
se cumple el texto Stg 4.2 “no tenéis lo que deseáis, porque no pedís”, el Señor quiere ver en
nuestras oraciones voluntad y determinación.

Hay niños que cuando llega la época de Navidad van diciendo “esto me lo pido, y esto, y esto”,
luego no recuerdan lo que querían, a veces somos así. ¿Qué es buscar la bendición de Dios?, es
1) fijar un objetivo, tener claro lo que quieres, 2) agarrarte al Señor y no soltarlo.

Hubo una mujer enferma que lo había probado todo y decía “porque decía dentro de sí: Si tocare
solamente su manto, seré salva” (Mt 9.21). La prueba es una ocasión para que toques el manto
del Señor Jesús, a veces hemos estado apartados de Él, pero necesitamos volver a acercarnos y
tocar su manto, para experimentar Su misericordia y Su cuidado.

¿Qué pensará el Señor Jesús de nosotros cuando nos ve pasar por pruebas y penalidades?, tal
vez piense “si tan sólo tocare mi manto experimentaría mi consuelo y bendición, pero ¿por qué
no lo toca?, ¿por qué prefiere lamentarse, desesperarse y hundirse?, ¡toca mi manto!, ¡busca
mi presencia y serás salvo!”.

-Siendo transformados por nuestro encuentro con Dios.


¿Cuál es el propósito de las pruebas?. No es que el Señor nos saque de ellas. El propósito de las
pruebas es transformación espiritual.

Jacob experimenta un cambio de nombre. Esto es muy importante en el mundo hebreo y el


mundo de la Biblia, Saulo, Simón, y otros experimentaron un cambio de nombre, lo que supone
una transformación espiritual y personal debido a un encuentro con Dios. Simón tuvo un
encuentro con Cristo y le fue revelado por el Espíritu Santo Quien era y fue llamado por Jesús
Pedro, Saulo tuvo un encuentro con Jesús resucitado y fue llamado Pablo.

Ahora Jacob es llamado Israel v.28, el que lucha con Dios.

Todos nosotros estamos en una Universidad, Dios nos ha puesto en este mundo para que
seamos transformados, al vivir distintas experiencias vamos a aprender a confiar en el Señor, a
vivir por fe, a conocerle y a experimentarle.

2 Co 3.18 “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria
del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del
Señor”.

Transformación espiritual. Mirad como éramos antes. Éramos religiosos, y supersticiosos, Dios
nos transformó en creyentes. Éramos, según Tit 3 “Porque nosotros también éramos en otro
tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos,
viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. 4 Pero cuando se
manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, 5 nos salvó, no
por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento
de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo”.

Pero el cambio no queda ahí, hay más cosas que Dios quiere cambiar en nosotros, ¡somos
herederos de un Reino inconmovible!, dice la Palabra que vamos a juzgar a los ángeles (1 Co 6.2-
3), ¡hay muchas cosas que Dios debe cambiar en nosotros!, tenemos que ser preparados para
un mundo venidero que es eterno.

La aplicación para nosotros es: saca provecho de las pruebas, transfórmalas en ocasiones para
tu encuentro con Dios, para aprender obediencia, para conocer a Dios, para tocar el manto de
su misericordia, para aprender a orar con perseverancia, para buscar la bendición de Dios.

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