Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
RESUMEN
1. INTRODUCCIÓN
1.1. La instancia comunicativa es, sin duda, uno de los puntos obligados en
cualquier investigación sobre el discurso, ya sea oral o escrito. Este extenso
mundo situacional, soporte de toda comunicación y, a su vez, creadora de ella,
comprende elementos de diversa naturaleza que Jakobson llamó «factores
inalienables de la comunicación verbal» (1963:214). El modelo que elaboró
dicho autor sobre el «esquema de la comunicación» ha sido ampliamente
difundido como un modelo simétrico y estable, aplicable a toda situación de
comunicación. Sin despreciar en absoluto tan importante aporte, intentaremos,
en el presente análisis, retomar algunos de esos elementos constitutivos de la
comunicación (sujeto emisor, receptor, mensaje y canal) con el fin de
replantearlos en el marco del discurso político gubernamental (d.p.g.),
puesto que tales elementos están lejos de mantener un funcionamiento regular
y unívoco dentro del marco de la comunicación oficial.
259
1.2. El análisis del discurso debe observar dos niveles que, —por más
evidente que parezca—, dan cuenta de los sistemas de producción e
interpreta-ción del mensaje discursivo:
1
En la teoría de la información, los llamados «ruidos» poseen características similares a los
«filtros», puesto que también pueden introducirse en la comunicación en forma de perturbación o
alteración del mensaje (Eco, 1984: 144)
260
con lo que se quiere decir. En consecuencia y debido a la intercomprensión
parcial que sufren los enunciadores en el proceso comunicativo, la
transferencia de información mantiene el mismo significante mientras que el
sentido es susceptible de múltiples alteraciones.
1.3. Lo anterior nos lleva a una reformulación del mencionado esquema de la
comunicación propuesto por Jakobson, en torno al destinador/destinatario (con-
texto, mensaje, contacto y código), a fin de introducir elementos que den cuenta de
fenómenos que pueden modificar, alterar o transtornar el hilo de la transfe-rencia
comunicativa desde su fuente de origen a su lugar de destino. El doble modelo de
producción/interpretación que poseen todos y cada uno de los hablantes (sean
emisores o receptores), debe, a su vez, incluir todos los campos de competencias
pertinentes para la configuración de un sujeto comunicante.
El siguiente esquema se basa en la propuesta de Kerbrat-Oreccioni (1986:27)
con ligeras modificaciones formales. Veamos:
261
Las competencias ideológica y cultural mantienen, a todas luces, una
es-trecha pero difícil y oscura relación con el universo lingüístico. Por una
parte, el factor cultural toma en cuenta el conjunto de los conocimientos
implícitos que el sujeto posee del mundo en una suerte de archivo o
enciclopedia. Por otra parte, la ideología está considerada, a muy grandes
rasgos, como el conjunto de sistemas de interpretación y evaluación sobre
el universo referencial (Kerbrat-Orecchioni:26). La relación que sostienen
tales competencias con la práctica lingüística contribuye a acentuar las
posibles divergencias idiolectales entre hablantes.
Las investigaciones sobre las determinaciones sicológicas y
sicoanalíticas se encuentran aún en un grado experimental, aunque se está
tratando de encontrar relaciones de incidencias del «ego» sicoanalítico sobre
selecciones lingüísticas como los pronombres personales y los deícticos.
Finalmente, las restricciones sobre lo que Kerbrat-Oreccioni llama universo
del discurso tienen que ver con las limitaciones impuestas, de un lado, por las
condiciones concretas y propias de la situación de comunicación (enunciados
orales o escritos, monologados o dialogados, lugar y organización del espacio
comunicacional, etc.); y, de otro, por las restricciones estilístico-temáticas que
pesan sobre el mensaje (género del discurso, tipo de enunciados —narrativos,
descriptivos, poéticos, didácticos— etc.).
La confluencia de los elementos propuestos en el esquema de la comunica-ción
permiten, desde el punto de vista metodológico, dar cuenta de gran variedad de
fenómenos que antes no tenían cabida en el espacio de las interacciones
comunicativas. Con ello, pretendemos equiparar la importancia de los papeles de
producción e interpretación, puesto que es evidente que un emisor amplía, reduce,
dirige y manipula su mensaje, consciente o inconscientemente, depen-diendo del
alocutorio al que vaya dirigido. En el caso particular del discurso político, tal
consideración es, obviamente, de máxima importancia.
II. EL MENSAJE
II.l. El contexto o situación comunicativa puede propiciar la aparición de un
«campo de sugerencias» (Eco, 1984:116) que favorezca las condiciones en las que
el mensaje se da, de tal suerte que acentúe los estímulos y reacciones en la
interpretación del mismo. De esta forma, el mensaje se encuentra «abierto» a una
lectura amplia que beneficia el aumento de la información, gracias a la
ambigüedad, polivalencia y posibilidad de ser interpretado de infinidad de modos
diferentes2. La propuesta ^e Eco en Opera Apena (1962) resulta útil para dar
cuenta de la eficacia ideológica que el emisor pretende ejercer sobre el
2 Eco (op. cit: 128) llama a este caos preconcebido «caosmos»: «Por lo tanto, la voluntad de
comunicar de un modo ambiguo y abierto influye sobre la organización total del discurso determi-
nado su plenitud sonora, su capacidad de provocación imaginativa»
262
receptor, a partir de la mayor o menor «apertura» de su mensaje.
El emisor puede presentar un mensaje de «apertura explícita» (op.cit:126)
organizando intencionadamente el sistema de significantes a través de todo el
discurso. La «apertura», por naturaleza, favorece a la información, es decir,
cuanto mayor es la cantidad de información, tanto más rico es el mensaje:
3
En líneas generales, entendemos que la información es una cantidad sumada que se
añade al patrimonio de información ya obtenida y que se oresenta como una adquisición
original. (Eco, op. cit: 136).
263
no pueda aprovecharse de estrategias de apertura y pretender ofrecer una
interpretación más o menos libre. Obviamente, el d.p. no puede ser comparado
con el discurso poético en tanto éste último posee un sistema de significación
mucho más complejo, ya que funda su propio valor en la novedad de organización
del material, dado que «constituye en cada caso un aumento de la información
para el usuario» (Eco: 1984:118). El discurso político no pretende establecer
esquemas innovadores; persigue simplemente el valor y la riqueza informativa sin
que intervengan todos los significados posibles; sin embargo, el mensaje político,
sin pretender llegar a la apertura poética, es capaz de mantener oscilante su
transparencia informativa sin perder la eficacia ideológica deseada.
264
tración ya tiene redactados y dispuestos como fórmula oficial). Por otra parte, el
sujeto no necesariamente es el sujeto físico que realiza la emisión («utterance»
según la lingüística norteamericana). De ahí que la sociedad haya creado la figura
de sujetos que se dediquen a la simple —pero difícil— tarea de comunicar los
enunciados de otros (pregoneros, portavoces, locutores, etc.).
SUJETO DE LA ENUNCIACIÓN
Ahora bien, las cualidades apuntadas para ambos locutores tampoco son
exactas e inequívocas, pues dependen, en gran parte, de la diferenciación que se
establezca entre ambos locutores. En las obras literarias, por ejemplo, la sepa-
ración entre la figura del autor y la del narrador es visible y no causa mayores
confusiones. No obstante, en el discurso político surge una serie importante de
inconvenientes. Por un lado, es del conocimiento general que muchos discursos
de políticos de alta jerarquía no son escritos por éstos, sino por ayudantes o
personas que lógicamente se mantienen en el anonimato. Tampoco sabemos si el
político en cuestión retoca o modifica sus discurso basándose en un original que
no es de su producción. En ambos casos, es prácticamente imposible demostrar su
origen a menos que el mismo sujeto en cuestión admita que sus palabras no son
suyas. Por lo tanto, de antemano asumimos el principio de «responsabilización»
que impone el ser sujeto de la enunciación.
265
generales o cualquier otro cargo de la administración estatal. Como locutores (1),
estos enunciadores tienen nombre y apellidos, y fuera del contexto discursivo,
son seres del mundo.
La figura del presidente como locutor (L) es aún más compleja puesto que
debemos distinguir niveles de representación que, como entidad política, incor-
pora en sus funciones de enunciador. Llamaremos enunciador complejo al
sujeto político que asuma, en su locución, a diversos componentes a los que
representa. Veamos:
ENUNCIADOR COMPLEJO
4
Obsérvese que en discursos autobiográficos L habla de 1 mientras que en la autocrítica L
humilla a 1. En ambos casos el locutor L se toma a sí mismo como objeto de su enunciación, pero no
en tanto orador sino en tando sujeto hablante o ser de mundo. (Ducrot, 1986: 206).
266
1) REPRESENTANTE: <Y0> > Presidente
Mandatario
Jefe de Gobierno
2) REPRESENTA
CIÓN:
<GOBIERNO>>
Mandato
Administración
Período
3) REPRESENTADOS: 3.1. <PAIS> > República
Nación
Patria
País
Pueblo
3.2. <PUEBLO> > Habitantes
Ciudadanos
Pueblo (genticilio)
268
La complejidad de la instancia receptora depende, en parte, de la clase de
comunicación que se establezca5: oral («cara a cara»), monólogo, conferencia,
comunicación escrita, etc. Las diversas situaciones de alocución introducen un
número considerable de variables en el intercambio verbal. A continuación,
ofrecemos un esquema teórico de la composición del aparato receptor, siguien-do
en lo básico la propuesta de Kerbrat-Orecchioni (1986:32).
SUJETO a) (+humano)
RECEPTOR b) entidad nominal (-humano)
Por una parte, nos encontramos con un receptor alocutario, es decir, el desti-
natario propiamenie dicho, el cual puede ser un sujeto físico, una entidad
nominal, un ente real o ficticio, plural o singular. Hacemos una diferencia, no
269
obstante, entre alocutorios marcados semánticamente por el rasgo
<+humano>, en contraposición a los alocutorios de entidades nominales
marcados por el rasgo <-humano>.
El alocutorio directo se define por ser el receptor explícitamente conside-rado
por L, o sea, el sujeto receptor que elige manifiestamente el emisor. Sin embargo,
L puede preocuparse por la presencia de otros destinatarios indi-rectos que, sin
estar integrados en la relación de alocución, juegan un papel de observadores o
testigos del intercambio e, incluso, pueden ser nombrados por el emisor 6. Es
posible que aparezcan otros receptores adicionales y aleatorios, cuya naturaleza el
emisor no podrá prever así como tampoco la interpretación que hagan de su
mensaje. Sea el caso, por ejemplo, de un discurso emitido ante una Asamblea
General de la ONU, en el que se espera la presencia de periodistas y reporteros que
cubran el evento (destinatarios indirectos). Sin embargo, el emisor es incapaz de
prever la totalidad de los destinatarios que recibirán su mensaje; por ello, los
receptores adicionales pueden ser cualesquiera que voluntaria o
involuntariamente hayan recibido e interpretado el mensaje producido.
Por otra parte, los tipos de destinatarios, comunicación, respuesta y acerca-
miento permiten múltiples combinaciones sobre los aspectos comunicacionales.
L'i complejidad de estas estructuras y sus interacciones radica en que se trata de
términos relaciónales yuxtapuestos unos a otros y fijados en el lugar que les ha
destinado el emisor. Por lo tanto, ambos participantes se interseccionan lejos de
definirse por separado. Si bien el emisor marca la pauta sobre el tipo de
intercambio deseado, el receptor es libre de aceptar o transformar la situación
comunicativa. Un emisor, por ejemplo, que proponga un tipo de acercamiento
distante, puede ser perturbado por un receptor que desee un acercamiento no-
distante. En definitiva, la comunicación se basa en el «ajuste, más o menos
anhelado, de los sistemas de referencias de los dos enunciadores» (Culioli, en
Kerbrat-Orecchioni, op.cit:37). Anteriormente, habíamos establecido la presencia
de dos idiolectos, más que de un código común, en el circuito de la comunica-
ción; dicha posición queda evidenciada al advertir cómo cada acto de habla exige
que los enunciadores estén constantemente situándose «uno en lugar del otro»,
intercambiando posiciones, tratando de adaptar y moldear su propio código al que
presumiblemente posee el otro.
Por ejemplo: «Sepan Ustedes que yo sé que mis enemigos me están oyendo...».
270
1) Un primer grupo de receptores puede estar constituido,
preferentemente, por foros, asambleas, congresos o reuniones de
organismos y otras instancias que desarrollen tareas de clara labor política
(OEA, ONU, CEE, etc.). Se trata de alocutorios de entidad nominal,
cuya calidad como destinatario directo viene especificada en los textos
escritos aunque no como parte integrada del discurso:
«Discurso del Presidente Constitucional de .... Sr. Don...., ante el Conse-
jo Permanente de la Organización de Estados Americanos» (10-5-86)
MACRODESTINATARIO DIRECTO
ENTIDAD: Foros, asambleas, congresos de organismos, instituciones, etc.
D 1
DESTINATARIO DIRECTO
+PERSONA: Presidente, secretario, diplomáticos, representantes, asis-
tentes, etc.
D' 1
DESTINATARIOS INDIRECTOS: Para todos y cada uno de
los destinatarios = Rte: representante; Rcion: representación; Rdo:
representado
D" D" D" Rte-Rcion-Rdo Rte-Rcion-Rdo Rte-
Rcion-Rte
D" D" D" Rte-Rcion-Rdo Rte-Rcion-Rdo Rte-
Rcion-Rdo
271
De los destinatarios arriba señalados, son los destinatarios directos los
que aparecen nombrados con cierta regularidad a lo largo del discurso
gubernamen-tal, en una suerte de función fática que establece el emisor con
su auditorio para marcar los cambios temáticos de su discurso. El protocolo
impone que se nombre a la personalidad de más alta jerarquía de entre los
oyentes, por lo general, un presidente o secretario general. De nombrarse a
más de un destinatario se sigue la relación de preferencia jerárquica. Por
su importancia y prestigio internacional, los emisores seleccionan estos
foros con el propósito de legitimar sus posiciones dentro del marco de la
política y opinión internacional. Por esta razón, los discursos emitidos en
tales circunstancias suelen ser escritos, publi-cados y distribuidos en
medios oficiales, de prensa y otros, a fin de facilitar su difusión.
2) Llamamos comunicación homologada a aquella que se establece de
Gobierno a Gobierno, puesto que han de mantener un tipo de intercambio
recíproco (simétrico), de respuesta diferida y de acercamiento distante.
Asimismo, se establece un orden jerárquico de comunicación (o información
de la comu-nicación) que va desde la figura del Ministro de Relaciones
Exteriores hasta las representaciones diplomáticas en el extranjero, pasando
por los respectivos Ministerios de Asuntos o Relaciones Exteriores.
Gráficamente, podemos establecer el siguiente esquema:
Ministerio de Relaciones 1
Exteriores de (E) Ministerio de Relaciones
Exteriores de (R)
(destinatario indirecto)
Embajada de (R)
en país (E)
(destinatario
indirecto)
Embajadas de (E) en
otros países
Otras Embajadas
(destinatarios adicionales)
272
Como se puede observar, aunque los sujetos de emisión y recepción sean
homólogos (ministros), la transferencia del mensaje deber ir canalizada por
vías diplomáticas rigurosas, introduciendo la participación de otros sujetos
recepto-res indirectos, puesto que (L) -que conoce los cauces de la
comunicación di-plomática-, prevé la presencia de dichos destinatarios
indirectos. Por ejemplo, el embajador receptor se encarga de transferir el
mensaje de la instancia emisora a la receptora, variando el espacio
comunicativo de país a país. Por su parte, la embajada emisora tiene la misión
de distribuir y difundir entre las otras emba-jadas el documento emitido,
siempre y cuando así sea autorizado, con lo cual, el proceso comunicativo se
complica al incluir a un receptor adicional que, por definición, está excluido
de la situación de comunicación, aunque participe de la alocución.
3) Un caso especial de alocución se encuentra en la figura del
representado <PUEBLO> y <PAIS>. El locutor L puede establecer dos
tipos de relaciones con el representado. Si su mensaje va dirigido a éste, la
figura del emisor complejo sufre una partición y se desarrolla un circuito
interno de comunicación donde el representante L es el emisor y el
representado <PUEBLO> Y <PAIS> es el receptor:
«Mensaje de paz de Daniel Ortega Saavedra al pueblo nicaragüense, el 5
de noviembre de 1987 en la Plaza de la Revolución»
-Representación
-Representado
273
4) Finalmente, es frecuente la presencia de dos clases de receptores que
suelen venir juntos por razones obvias: la prensa (internacional o nacional)
y la «comunidad internacional». Entre ambos media unafiguraconfusa,
inexacta, casi impalpable: la «opinión pública» o «internacional». Tanto la
prensa como la comunidad internacional crean la «opinión», tan diversa y
heterogénea como sistemas ideológicos hay. Sin embargo, er muchos
discursos, tales figuras vienen especificadas como alocutorios directos y, en
prácticamente todos, como receptores adicionales o destinatarios indirectos.
La prensa posee cualidades más cuantificables y materiales, mientras que la
inmensurable «comunidad internacional», en definitiva, la forman todos los
habitantes del planeta. Por su parte la «opinión», o sea, el poder que ejerce la
prensa sobre la comunidad en relación con un tema determinado, es una
figura abstracta que nos remite a un receptor inasible e inmaterial. No
obstante, discursivamente, las tres figuras se perfilan con claridad como
actantes de la acción y por ello pueden ejercer papeles de destinatarios.:
274
DOCUMENTOS OFICIALES
A. SUSCRITOS POR 2 O B. SUSCRITO SOLO POR
MAS PARTES 1 PARTE
- Convenios - Cartas entre homólogos
- Tratados - Comunicaciones de Gobierno
- Acuerdos - Informes de Prensa
- Protocolos - Notas Verbales
- Declaraciones - Notas de Protesta
- Cartas de Intenciones - Notas firmadas
- Comunicados Conjuntos
- Actas
GENERADORES: GENERADORES:
Todas las partes involucradas que El Gobierno respectivo
suscriben el documento.
FUENTES: FUENTES:
a. Presidentes a. Presidencia
b. Ministros/Ministerios b. Cancillería
c. Embajadas
275
Las actas suelen ser acuerdos redactados al finalizar una conferencia inter-
nacional en los que se proclama una serie de principios políticos o se recogen
todos los acuerdos tratados durante la misma.
Las declaraciones, los comunicados mjuntos y los compromisos son mani-
festaciones de voluntad por parte de los signatarios, en las que se hace una
exposición de ideario o de conducta. Tienen un carácter muy similar a las cartas
de intenciones y tampoco deben ser ratificadas por el parlamento respectivo. No
obstante, tanto los comunicados, como las declaraciones y compromisos
también pueden ser unilaterales, o sea, suscritos por una sola parte aunque son
más frecuentes los textos multilaterales (ej: «Compromiso de Acapulco para la
paz, el desarrollo y la democracia»).
En uno de los sentidos del término, los protocolos son actas de cumplimien-to
y se denominan así a algunos tratados internacionales frecuentemente por ser
complementarios o modificativos de otros, o por tratar una materia de menor
importancia (ej: «Protocolo Adicional al Acta de Contadora para la Paz y la
Cooperación en Centroamerica»).
Estos documentos tienen un formato bastante similar entre sí. Se caracteri-zan
por introducir un discurso reproducido a través de dos tipos de verbos, según la
clasificación tradicional: verbos de dicción y verbos de opinión.
FORMATO GENERAL
DE ACUERDOS Y DECLARACIONES
SECCIÓN A
1. «LOS PRESIDENTES DE » (Identificación
de los sujetos suscribientes)
2. «REUNIDOS EN EL DÍA » (Ubicación
espacio-temporal del evento)
3. «DE ACUERDO CON LOS CONVENIOS/TRATADOS/ACUERDOS...»
(Referencia a textos anteriores de base o apoyo)
276
SECCIÓN B
«CONSIDERANDO QUE:...»
A. INTENCIONES: motivos-propósitos-objetivos
B. VALORACIONES: juicios-opiniones-consideraciones
C. EXPRESIVIDAD: agradecimientos-aprobaciones/reprobaciones9
SECCIÓN C
A. «ACUERDAN....» B. «DECLARAN...»
1. Convenir 2. Pedir 3. Comunicar
garantizar solicitar afirmar
prometer señalar ratificar
comprometer instar insistir
acordar exhortar proclamar
garantizar alertar manifestar
suscribir reinvindicar declarar
(COMPROMISIVOS) (DIRECTIVOS) (DECLARATIVOS)
a) La Presidencia de la República;
b) El Ministerio de Relaciones Exteriores;
c) Las sedes diplomáticas en el extranjero
9
Esta fuerza üocutiva puede localizarse tanto en esta sección como en los últimos párrafos de
la Sección C.
277
lo tanto, las Embajadas se encargan de tomar el material discursivo
original, con el fin de darle una forma «diplomáticamente» legible antes
de ser enviado a su destinatario.
Es interesante advertir que de la misma forma en que un enunciador es capaz
de reproducir otro discurso directa o indirectamente, las sedes diplomáticas
también pueden hacer uso de ambos mecanismos de reproducción. Normalmen-te,
se utiliza la nota verbal que sirve para introducir cualquier otro discurso. Una
nota verbal que transcriba textualmente el documento original reproduce el
discurso directamente, de modo que nos encontramos con dos sistemas de
enunciación dentro de un mismo texto: el original y el que reproduce. Las notas
verbales son el vehículo diplomático por excelencia y se emplean para cual-quier
tipo de gestión, tanto si se trata de un asunto estrictamente diplomático
(comunicación de información, petición de apoyo en una instancia internacio-nal,
etc.) como si se trata de asuntos meramente administrativos (solicitud de
franquicia, comunicación de cese de personal, etc.).
Las cartas personales entre homólogos (presidentes, ministros o jefes de
misión) se manifiestan, lógicamente, en género epistolar; pueden asimilarse a
la nota firmada aunque ésta no necesita ser introducida por una nota verbal.
Dicha correspondencia va dirigida a un destinatario específico; no obstante,
con cierta frecuencia, puede ser publicada en medios de comunicación o
divulgada por las vías diplomáticas adecuadas. Ello depende, como es de
esperar, del deseo exclusivo del destinador y de su conveniencia.
Normalmente, estos textos son introducidos directamente por la instancia de
la enunciación responsable de la divulgación o publicación del texto (las
embajadas, por ejemplo). Es frecuente utilizar este medio para elevar las
protestas de un Gobierno a otro. El Canciller suele ser el encargado de
suscribir la nota firmada en nombre del gobierno respectivo.
Los comunicados oficiales de Gobierno tienen como fin dar a conocer a la
opinión pública, la prensa, las organizaciones internacionales, etc., diferentes
tipos de actividades, eventos o hechos relevantes que afectan a dicho Gobierno.
Dependiendo del volumen del documento o de su importada, la divulgación o
publicación de los mismos se transcribe directa o indirectamente. Finalmente, los
boletines de prensa, similares a los comunicados oficiales, pueden ser enviados
desde la Cancillería a las sedes diplomáticas o ser elaborados por iniciativa de la
misma Embajada a partir de los informes recibidos. En princi-pio, no se sigue
ningún tipo de formato convencional pues puede tratarse tanto de un documento
fotocopiado directamente del original y enviado en calidad de informe de prensa,
como de un boletín con determinado formato y con espe-cial cuidado en la
información. Con frecuencia, son compilaciones de artículos periodísticos
nacionales, declaraciones o discursos pronunciados por represen-tantes del
gobierno, comunicados de Gobierno y, en fin, cualquier información pertinente
que pueda ser divulgada entre otras sedes diplomáticas.
278
VI. CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
279
GUESPIN, Louis. (1976), "Problématique des travaux sur le discours politique",
Language 23, Paris.
HIERRO, José. (1986), Principios de Filosofía del Lenguaje. Madrid, Alianza
Editorial.
JAKOBSON, Román. (1963), Essais de Linguistique General. Paris, Minuit.
KEBRAT-ORECCHIONI, Catherine. (1986), La enunciación. Buenos Aires, Hachette.
MARTÍNEZ LAGE, Santiago y MARTÍNEZ MORCILLO, Amador (1987) Dic-
cionario Diplomático Iberoamericano, Madrid, Ediciones Cultura Hispánica.
REÍS, Carlos. (1987), Para una Semiótica de la Ideología, Madrid, Taurus Edicio-
nes.
SEARLE, J. y VANDERVEKEN, D. (1985), Foundations of ilocutionary logic.
Cambrige University Press.
280