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Folklore de Chile

FOLKLORE DE CHILE
FOLKLORE, es el remanente de manifestaciones humanas tradicionales,
transculturizadas o del Folk, que se encuentra en permanente función de
cambios. Estas manifestaciones tienen influencia diferente en los distintos
estratos sociales.
En Chile, casi toda la gente parece preocuparse algo por el folklore, pero
son pocos los que pueden explicar con seguridad en que consiste. Con nuestro
pequeño aporte no pretendemos constituirnos en el alfa y omega de la ciencia
del folklore, pero sí nos importa aclarar algunas dudas que digan relación con
las manifestaciones tradicionales de nuestro Chile.
En nuestro país, casi todos entienden por folklore lo que es canto y
música típica chilena. Sin embargo el verdadero significado de la palabra, es
muy distinto. Este vocablo está compuesto de dos palabras en inglés, que son:
Folk : significa la gente el pueblo.
Lore : Sabiduría, experiencia o bagaje de conocimientos.
Folklore es toda costumbre que se transmite de generación en
generación, adaptada y modelada por el medio ambiente en que vive la gente.
Folklore es la comida, la bebida, el vestuario, las leyendas, las canciones, las
danzas, la mitología; todas las manifestaciones artesanales. Como cerámica,
cestería, tejidos, construcción de casas, talabartería, mueblería, los remedios
caseros, la manera de sentir a los muertos, de celebrar los santos etc., etc. Es
toda la vivencia de un pueblo.
Son las manifestaciones comunes de la gente, especialmente de los
campesinos que satisfacen las necesidades espirituales o materiales que ellos
sienten con lo que les ha enseñado la experiencia o la herencia.
Entonces, si queremos saber cual es el pensamiento que ellos tienen
sobre algunas cosas y acciones que realizan de la misma manera siendo una
manifestación común, para averiguarlo, hay que recurrir al Folklore.
Por eso mismo, el conocimiento del Folklore es la manera más directa
de conocer profundamente a un pueblo; por intermedio de él se puede
averiguar, como es y como piensa el total de la gente en forma natural y
sincera.
Esto es la vital importancia, en el caso de las personas que desarrollan
programas técnicos y culturales con los campesinos. ¿Cómo pueden
desarrollar estos trabajos si no saben como piensa la gente?. Si no saben, que
necesidades materiales o espirituales tienen esa gente.
En Chile hace muchos años que se ha tratado de profundizar sobre esta
materia, pero todo no ha pasado de ser buenas intenciones.
La práctica del Folklore recreativo hará que la gente se divierta y
entretenga mejor, ya que estará haciéndolo de la manera que a todos ellos le
gusta más. También se puede dedicar a las prácticas artesanales, que además
de entretenerlos les produce algún dinero. Una sana entretención, no solo
combate la indiferencia y los vicios si no que, además une la gente en un afán
común, la defensa del trabajo de la agricultura, especialmente a la juventud.

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Folklore de Chile

El hombre es más feliz cuando realiza una actividad que conoce y le sale
natural.
Un pueblo que practica activamente diferentes manifestaciones
folklóricas es un pueblo sano de espíritu y con personalidad, pues no esta
copiando a nadie, sino, haciendo lo que es propio. La gente que quiere imitar
la manera y formas de vida de otros pueblos no es nunca feliz y jamás estará
satisfecha; por que es muy difícil imitar lo que a otros le ale natural y
entonces, no se hace lo de uno, ni se hace bien lo de los demás. Un pueblo
con personalidad, feliz merece respeto, la admiración y cariño de los demás
países. Todo esta tan bonito que todo el mundo lo quiere visitar y conocer. Así
llegan los turistas a comprar cosas y admirarlo todo.
En esa forma, entrara mucho dinero al país, como el caso de España y
otros países que se preocuparon del Folklore y la Artesanía como atracción
turística y lograron superar la mayoría de sus problemas económicos.
En nuestro país, esta riqueza folklórica, aún no somos capaces de
explotarla en forma racional. Como es el caso de las artesanías, que por no
darle la importancia que merece, ha hecho que las generaciones más jóvenes
busquen otras maneras de ganarse el pan y solo los viejos siguen trabajando
en ellas, por lo que finalmente tendrían que llegar a morir.

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¿A QUE LLAMAMOS MUSICA FOLKLORICA?
Para tener una idea clara sobre lo que es música folklórica y su
diferencia fundamental con la música popular chilena. Dos formas musicales
que fácilmente se confunden. Las siguientes definiciones le servirán de
elementos de juicio:
Música popular chilena:
Es aquella compuesta por una o más personas identificables, movidas
por un interés intelectual o comercial, basándose en elementos folklóricos. Los
intérpretes de la música popular chilena, se encargan de poner esta música en
un plano de popularidad, a través de los medios de difusión, como la radio, la
televisión, los discos, etc. Mientras no sea desplazada por nuevos temas o
tendencias esta música se mantiene en el interés y el gusto del público.
Música folklórica:
Es aquella que responde a la necesidad espiritual de una comunidad
determinada. Pudo haber sido compuesta por una persona, pero, con el
tiempo y las modificaciones sufridas de generación en generación ha perdido
sus características originales, interpretando no el sentir de una persona, sino
que de todo un pueblo. Por esta razón, la música folklórica no sufre los
efectos de “las modas” en el gusto del público y permanece con mayor solidez
mientras mejor se identifique con el espíritu del pueblo.

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Folklore de Chile

INSTRUMENTOS AERÓFONOS DE LA ZONA NORTE


Son aquellos que producen el sonido por vibración de la columna de aire
del instrumento y los principales son:
La Quena:
Es el aerófono más importante de la zona norte y existe con escasas
modificaciones estructurales en Venezuela, Colombia, Andes ecuatorianos y
peruanos, altiplano boliviano, noroeste argentino, Norte grande de Chile, y en
la cuenca del Amazonas en el Brasil.
Desde tiempos remotos y antes de la llegada de los conquistadores
hispanos, la Quena ha sido parte vital de la vida espiritual de los pueblos que
habitan y aún viven en las zonas precordilleranas y cordillera de los Andes,
como también en Chile, Perú, Bolivia y Argentina.

La Quena se fabrica con un trozo de caña de bambú, hueso u otro


material de origen vegetal, de unos 25 a 40 cm, de longitud y de media a una
pulgada de diámetro. En el extremo superior lleva una muesca que hace las
veces de emboquilladura. En la parte media-inferior se le perforan cinco o seis
agujeros, y uno en la parte posterior para armonización.
La Quena es un instrumento solista, pero generalmente se la utiliza
junto con el bombo o caja en las bandas de cofradías danzantes del Norte
Grande.

El Pincullo o Pinkillo:
Después de la quena, es el aerófono más popular del norte de Chile y
del área de influencia andina, de origen andina, de origen quechua y aymará.
Es muy similar a la quena, pero en la abertura superior lleva una boquilla
semejante al clarinete. Consta de siete agujeros y se ejecuta en forma
vertical. En la parte posterior lleva otra abertura para armonización.
Existen diversas variedades, desde los rectos usados en el Norte Grande
hasta los curvos que se usan en las quebradas de San Pedro de Atacama.

Los grupos de bailes que concurren a las festividades de San Pedro de


Atacama, llevan como instrumentista a una sola persona, llamada Niño Mayor,
que toca simultáneamente el Tambor y el Pinkillo.
En las festividades religiosas de las peñas de Livilcar y en la Tirana se
usan Quenas y Pincullos de tamaños mayores que los comunes, que en
muchos casos pasan de los 50 cm. de largo.
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La Pusa o Zampoña:
Es quechua y aymará y sigue en preferencia al pincullo, entre los
instrumentos del Area Andina.
En aymará se le llama Siku o Sikuri; en quechua recibe el nombre de
Antara, en el norte de Chile se le llama Pusa o Laca y en español se la bautizo
como Zampoña. Todas son variaciones de la antiquísima flauta de pan,
réplica del órgano que introdujeron las misiones jesuitas en el Altiplano.
Es de diversas formas y tamaños.

La zampoña simple consta de diez a doce cañitas de bambú, dispuestas


una al lado de la otra y que dan la escala musical natural completa, sujetas
por dos palitos de la misma caña por ambos costados y unidas por hilos de
cáñamo o fibras vegetales. Las cañitas llevan abertura superior y obturadas en
la extremidad inferior.
La Sicura es una Zampoña doble, y consta de dos hileras de tubos de
caña de bambú, ocho adelante y atrás , siendo la primera de doble tamaño
que la segunda: es en realidad, “medio instrumento” y se necesitan dos para
obtener la escala completa, alternando los sonidos entre uno y otro; su
ejecución demanda la atención de ejecutantes muy expertos.
Durante las Fiestas Religiosas y de Carnaval en el Norte Grande se usan
inmensos aerófonos de casi un metro de largo y una pulgada de diámetro.

Tarca o Anata:
Nacieron en el altiplano boliviano y su área abarca casi todos los países
de América del sur. Las Tarcas son flautas de madera de una sola pieza, con
boquilla en el extremo superior y con seis perforaciones en la parte media
inferior y abiertas en el extremo inferior. Anatas y Tarcas miden entre 20 a 55
cm. de longitud y son instrumentos de verano, muy usados en las Fiestas de
Carnaval. La palabra anata significa justamente “carnaval”. Las fiestas
mencionadas son acompañadas por cajas y bombos constituyen las Tarcadas.

Lichiguayo:
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Es un aerófono de origen quechua y aymará, como una quena de mayor


tamaño que las habituales pero solamente de cinco o tres aberturas anteriores
en la parte inferior del instrumento, y un agujero posterior para armonización.
Por sus limitaciones musicales, sólo se usa como instrumento de
acompañamiento en las bandas nortinas.

El Erke o Clarín del Norte:


Su origen se pierde en el pasado. Se usa en el Norte Chico y extremo
norte de Chile, noroeste argentino, sur del Perú, alturas del oeste colombiano,
norte venezolano, altiplano boliviano, y la desembocadura del Amazonas en el
Brasil. Es un instrumento gigante, de tres a cinco metros de longitud,
construido con trozos de caña de bambú o con vara de cardón. Consta de tres
partes: la embocadura que va ubicada en la parte superior del instrumento en
forma lateral como las flautas de las bandas militares; el cuerpo del
instrumento hecho con cañas unidas para dar longitud total del aerófono,
adornado con lanas de colores llamativos y con ligazones de cuero en sus
uniones para impedir el escape del aire.

El Erkencho o Erkecito:
Se conoce en Chile con el nombre de Pututo y en los Andes peruanos
como Wakawak´ra. Su zona de uso es similar a la del Erke. Consta de una
boquilla de diez a catorce cm. de largo y una bocina o pabellón de asta de
vacuno. En la boquilla lleva una lengüeta.

Las Flautas y Pitos o Flautillas:

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Las flautas son de uso común en el Area Andina, pero los ejecutantes
prefieren las quenas y pincullos.
Tienen forma y tamaño como los pitos de las bandas militares, constan
de cinco o seis aberturas para la ubicación de los dedos, y de una abertura
lateral en la embocadura para soplar y emitir el sonido. Se usa en las cofradías
del Norte Grande, en los carnavales y festividades religiosas.
Los pitos o Flautillas son de la misma zona, con embocadura semejante
al pincuyo, pero con uno o dos agujeros en la parte inferior, por lo que son
muy limitadas sus posibilidades musicales. Son fabricados de madera o caña y
se usan en el norte de Chile.

Ocarina:
El uso de la ocarina se ha ido perdiendo en el norte Chileno; pero se
mantiene en Putre, en la zona de Belén , en Aiquina y en el altiplano
boliviano.
Se hace de greda ovoidal, hueca en su interior y con un grosor de no
más de medio centímetro. En uno de sus costados se le hace una boquilla
sobresaliente. En su parte superior lleva dos series de cuatro orificios cada
una, en forma de semicírculo abierto, para los dedos de las manos desde el
índice al meñique. En la parte posterior lleva tres perforaciones, casi entre
distantes entre sí, que son para los dos pulgares, y la del medio para el resto
del aire sobrante al hacer sonar el instrumento. Su longitud varía desde los 15
a los 28 cm. y su diámetro va desde los 5 a los 10 cm. Es tan difícil de hacer
como de ejecutar, por eso se va perdiendo su uso.

Bajones o Bajunes:
Se usaron mucho en el pasado en las misiones jesuitas y ahora están
totalmente extinguidos. Se ha usado en el norte chileno aproximadamente
hasta el Loa y gran parte del Altiplano.
Igual en su construcción a los sikuris, pero de gran tamaño, fueron las
réplicas indígenas de los órganos que los religiosos introdujeron, junto con las
flautas y violines, para atraer el interés de los indígenas hacia la religión
cristiana.

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Clarín Atacameño:
Es un instrumento ritual, perteneciente a la Cultura Atacameña (II
Región, interior provincia den Antofagasta). Es un aerófono, es decir, el
sonido se debe a la vibración de la columna de aire; instrumento de viento
propiamente tal, trompeta natural, tubular, traversa, recta, con embocadura.
Se construye con una caña de aproximadamente 1.50 a 2 metros; se
cubre con la lana de diversos colores. Se toca en forma traverso-diagonal. Se
utiliza en ocasiones rituales (II Región) y es privativa de la Cultura Atacameña:
rito de talátur o del agua, convido a la semilla, etc.

Putu o Pututo:
Instrumento ritual perteneciente a la Cultura Atacameña (valles y oasis
del interior de la provincia de Antofagasta, II Región).
Trompeta natural, tubular, traverso-diagonal, curva, sin embocadura,
construida de un cuerno de vacuno.
Actúa como instrumento solista. Está presente en los grandes rituales
del Talátur o rito del agua de la Cultura Atacameña y en las fiestas de los
Santos Patronos de los pueblos.

Acordeón:
Existen en la zona, como parte de la organografía folklórica, dos tipos
de acordeones: el acordeón piano y el acordeón de botones.
El Acordeón piano consta de un pequeño teclado, que generalmente
llega a las dos y media octavas con tonos y semitonos, para la mano derecha,

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y botones de bajos, para la mano izquierda. Sus vibraciones son producidas


por tracción y contracción del instrumento.

El acordeón de botones es mucho más popular en la zona sur; pese a


que sus posibilidades son más limitadas, los ejecutantes destacan las perfectas
armonizaciones que con él logran.
El acordeón de botones tiene solamente tonos mayores y diferencian
sus notas según se comprima o traccione. En su mano izquierda lleva 8 bajos
para acompañamiento.
Ambos instrumentos son indispensables en las orquestas de norte y sur.

Instrumentos Cordófonos de la Zona Norte


Son los que producen el sonido por vibración de cuerdas.
El Chillador:
Es una guitarra pequeña de 47 a 50 cm. de longitud total. La caja mide
4 cm. de altura, 18 cm. de largo y 14 cm. en su parte ancha. Se usa en el
Altiplano peruano y en el norte de Chile, hasta Antofagasta. Tiene cinco pares
de cuerdas metálicas.

El Charango:
De origen quechua y aymará. En Chile se usa en el Norte Grande hasta
la Provincia de Antofagasta. Es una guitarra pequeña con caja de caparazón
de quirquincho o armadillo americano. Tiene cinco pares de cuerdas
generalmente metálicas. Lo usan las cofradías danzantes del Norte Grande.

La Guitarra:

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Folklore de Chile

Es el más difundido de nuestros instrumentos musicales, como también


en todos los países de habla hispana; su área de difusión abarca todo el país a
lo largo y ancho de nuestro territorio.
Es de gran difusión y de la más antigua tradición. Su nombre viene del
árabe gitára, como transcripción del griego kithara. La española tenía seis
cuerdas simples. La primitiva, en Chile, tuvo seis cuerdas dobles.
Al principio se ejecutaba empleando una especie de uñeta hecha de
madera, marfil o concha llamada plectro, pero a fines del siglo XV empezó su
ejecución digital, costumbre mantenida hasta nuestros días.
La guitarra hasta nuestros días, forma parte en las bandas nortinas de
las cofradías danzantes, en los conjuntos folklóricos campesinos y urbanos, en
los conjuntos chilotes y en la Isla de Pascua donde reemplazó al Ukelele;
además de su uso por los cantores populares y poetas.

El Mandolino:
De origen europeo, se deriva del laúd y se usa en el Norte Grande de
Chile y en Chiloé.
El Mandolino es una especie de guitarra pequeña con caja de resonancia
abombada, al igual que el laúd. En su cubierta tiene una lamina de metal a la
altura de la boca, para proteger el instrumento del continuo roce de la uñeta
sobre las cuerdas. Tiene cuatro cuerdas pareadas.
Se usa en el Norte Grande por bandas de cofradías nortinas en fiestas
de Carnaval.

Instrumentos Membranófonos de la Zona Norte


Son aquellos que producen sonido por vibración de una membrana o
cuero.

Caja Challera:
Instrumento vigente, común a varios países del área andina.
Membranófono golpeado en forma directa, con ase y doble parche. Es un

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tambor de marco de madera. Se toca con baqueta. Se construye de madera y


cuero de animal (llama, cordero, etc.). Su función musical es de
acompañamiento o como instrumento solista junto al canto, especialmente en
carnaval.

El Bombo:
Parecido a los bombos militares- por su gran tamaño-, se usa en casi
todas las ceremonias de la zona, ya sea para fiestas paganas o religiosas.
Posee una gran caja de resonancia cilíndrica con dos cueros en sus extremos,
que van atados con cintas de cuero y fijadas con un aro de madera o metal.

Instrumentos Idiófonos de la Zona Norte


Sonido por vibración del cuerpo entero del instrumento.

Chorimori o Chorromón:
Instrumento ritual perteneciente a la Cultura Atacameña (valles y oasis,
II Región, Provincia de Antofagasta).
Es un idiófono de golpe indirecto, sacudido y suspendido, formado por
objetos duros colocados en hilera sobre un cordón de cuero. Se utiliza como
instrumento de acompañamiento. Junto al putu o pututo y al clarín
atacameño, son utilizados en el ritual del agua o Talátur.

Pandero:
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Deriva del pandero español. Es un instrumento urbano; sirve como


membranófono e idiófono de sacudimiento simultáneamente; esto lo
transforma en un instrumento combinado. Posee forma hexagonal; esta
construido de madera y se añade una membrana de cuero.
Las redondelas metálicas colocadas en su parte externa lo transforman
en idiófono de entrechoque.
Se utiliza preferentemente en el acompañamiento de la llamada cueca
centrina, que se interpreta principalmente en quintas de recreo, boites,
ramadas populares, etc.

El Tormento:
Idiófono de percusión, de golpe directo; especie de mesita, la cual el
ejecutante “tañe” con los dedos. A veces suele usarse dedales.
Sirve para acompañar cuecas, tonadas y danzas campesinas del centro y
del norte chico de Chile.

Zona Central
La Guitarra:
Es el más difundidos de nuestros instrumentos musicales, como
también en todos los países de habla hispana; su área de difusión abarca todo
el país a lo largo y ancho de nuestro territorio.
Es de gran difusión y de la más antigua tradición. Su nombre viene del
árabe gitára, como transcripción del griego kithara. La española tenía seis
cuerdas simples. La primitiva, en Chile, tuvo seis cuerdas dobles.
Al principio se ejecutaba empleando una especie de uñeta hecha de
madera, marfil o concha llamada plectro, pero a fines del siglo XV empezó su
ejecución digital, costumbre mantenida hasta nuestros días.
La guitarra hasta nuestros días, forma parte en las bandas nortinas de
las cofradías danzantes, en los conjuntos folklóricos campesinos y urbanos, en
los conjuntos chilotes y en la Isla de Pascua donde reemplazó al Ukelele;
además de su uso por los cantores populares y poetas.

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El Arpa:
También conocido como instrumento de música selecta, fue muy
difundido desde la V a la VIII regiones sobre todo en el siglo pasado. Gracias
a la labor de rescate de varios grupos tradicionales en las últimas dos
décadas, su sonido ha vuelto a ser habitual en los escenarios chilenos. De
forma triangular consta de columna, caja de resonancia y arco, donde se
colocan las 35 cuerdas que cuenta este instrumento en el ámbito tradicional.

El Charango:
De origen quechua y aymará. En Chile se usa en el Norte Grande hasta
la Provincia de Antofagasta. Es una guitarra pequeña con caja de caparazón
de quirquincho o armadillo americano. Tiene cinco pares de cuerdas
generalmente metálicas. Lo usan las cofradías danzantes del Norte Grande.

Pandero:
Deriva del pandero español. Es un instrumento urbano; sirve como
membranófono e idiófono de sacudimiento simultáneamente; esto lo
transforma en un instrumento combinado. Posee forma hexagonal; esta
construido de madera y se añade una membrana de cuero.
Las redondelas metálicas colocadas en su parte externa lo transforman
en idiófono de entrechoque.
Se utiliza preferentemente en el acompañamiento de la llamada cueca
centrina, que se interpreta principalmente en quintas de recreo, boites,
ramadas populares, etc.

Cacharaina o Quijada:
Como su nombre lo indica, es una quijada de burro o mula a la que se
le sueltan los molares y premolares. Se ejecuta rozando los dientes con un

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palito o golpeando directamente la parte superior con el puño. Sosteniéndose


la parte inferior con la otra mano.

El Tormento:
Idiófono de percusión, de golpe directo; especie de mesita, la cual el
ejecutante “tañe” con los dedos. A veces suele usarse dedales.
Sirve para acompañar cuecas, tonadas y danzas campesinas del centro y
del norte chico de Chile.

La Bandurria:
Casi extinguido en nuestro folklore musical, encontrándose escasos
cultores en la Zona Central del país.
Parecida a la guitarra, la bandurria es menor en tamaño y su caja tiene
forma de pera. Tenía tres cuerdas y en la actualidad tiene doce cuerdas
pareadas. Se toca con uñeta de plástico o hueso.

La Vihuela:
La Vihuela es un derivado de la guitarra española. Tuvo plena vigencia
en los salones y chinganas de la época colonial y de la independencia. Es casi
igual a la guitarra española, pero de caja más estrecha y menos acinturada, lo
que le da una gran sonoridad. Tiene cinco cuerdas dobles.

El Guitarrón:
El guitarrón es también un instrumento folklórico derivado de la guitarra
española y su arca de difusión comprende las provincias de Aconcagua a
Concepción. Tiene una caja de mayor cuerpo; en la boca de la caja lleva
aberturas que en conjunto semejan una flor de margarita. Su diapasón y
clavijero también es mayor, y a que consta de 25 cuerdas agrupadas en 5
ordenes múltiples, más cuatro cuerdas suplementarias llamadas diablitos.
Quedan muy pocos Guitarrones, debido principalmente a las dificultades
provocadas por su ejecución y afinación.

El Mandolino:
De origen europeo, se deriva del laúd y se usa en el Norte Grande de
Chile y en Chiloé.
El Mandolino es una especie de guitarra pequeña con caja de resonancia
abombada, al igual que el laúd. En su cubierta tiene una lamina de metal a la
altura de la boca, para proteger el instrumento del continuo roce de la uñeta
sobre las cuerdas. Tiene cuatro cuerdas pareadas.
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Folklore de Chile

Se usa en el Norte Grande por bandas de cofradías nortinas en fiestas


de Carnaval.

El Requinto:
Instrumento folklórico chileno de gran vigencia durante la Colonia, hoy
casi ha desaparecido. Su área comprende el centro del país.
Tenía doce cuerdas, distribuidas en seis pares dobles. Actualmente tiene
seis cuerdas simples, al igual que la guitarra. Su cuerpo es similar a ella, pero
más pequeña.

La Cítara:
Fue el instrumento más usado por los griegos y es una de las primeras
variante del arpa. Consiste en una caja plana de forma trapezoidal, con
cuerdas extendidas a lo largo de una de sus caras. En Chile se la usó con
diapasón semejante a la guitarra para llevar la melodía y con ménsula
semejante al arpa para acompañamiento; se rozaban sus cuerdas con una
uñeta o plectro colocado el instrumento sobre la rodilla o sobre una mesita. Es
un cordófono, la cual fue actualizada por los colonos alemanes en el sur del
país, que se establecieron a fines del siglo pasado, pero que no fue
incorporada a nuestro folklore musical.

La Lira:
Es un cordófono tan antiguo como la cítara y también deriva del arpa
egipcia o sumeria. Consiste en varias cuerdas tensas colocadas en un marco

Isla de Pascua
TOHERE:
De los instrumentos de percusión, destaca el tronco ahuecado que
ofrece distintos timbre de sonido de acuerdo al lugar donde se percuta

Keho:
Especie de tambor, que se construye haciendo un hoyo en la tierra, y
uno más pequeño en el fondo, donde se coloca una calabaza y encima de ella
una piedra plana. Sobre ésta, el ejecutante golpea con los pies al ritmo del
canto.

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Ukelele:
Instrumento de cuerda llegado desde la Polinesia. Tiene una estructura
similar a la guitarra pero más pequeña, de cuatro cuerdas y con un sonido
más agudo.

Kahuaha:
Quijada de caballo o burro, la que produce un particular sonido al
golpearse la parte superior del objeto.

Guitarra:
Habitualmente es de cuerdas de acero, debido a la influencia
norteamericana en la isla.

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EL FOLKLORE DE CHILE
Zona Norte
Dentro de la zona norte existen una variada gama de expresiones
folklóricas, entre las que destacan:
Instrumentos musicales.
Bailes y Danzas.
Mitos y Leyendas.
1.- Instrumentos Musicales:
Algunos instrumentos musicales de esta zona tienen origen Quechua y
Aymara como ser:
Quena, Kena (aerófono):

Caña abierta por ambos extremos, de veinticinco a cuarenta


centímetros, con seis agujeros para los dedos medios y uno pequeño al
extremo para el meñique. Los cinco agujeros van en la dirección de la
embocadura, y el pequeño al costado. No tiene boquilla, sino un corte que se
apoya en el borde del labio inferior. Es una flauta atravesada, reproduce cinco
notas, lleva siempre la melodía y en algunas ocasiones se ejecuta sin
necesidad de instrumentos de acompañamiento.
Es originaria del Perú. Tiene vigencia en Argentina, Ecuador, Colombia,
Bolivia y norte de Chile.

Pincullo o Pinquillo (aerófono):


Flauta vertical de caña, que mide cincuenta centímetros, con boquilla en
su extremo superior. Emite un sonido más agudo que el de la quena.
Dispersión: Bolivia, Ecuador, Perú, Argentina y norte de Chile.

Pusa o Sicura (aerófono):


Es conocida por su nombre europeo de Zampoña. Está formada por
doce cañas huecas colocadas en dos hileras de menor a mayor, amarradas en
escala, que al soplarlas emiten determinadas notas musicales. El extremo
contrario de las cañas está cerrado. Una zampoña no puede reproducir una
melodía completa dadas las pocas notas que tiene. Para lograrlo se reúnen
varios intérpretes, donde cada uno ejecuta una Zampoña distinta,
construyendo así melodías completas y de riquísimos matices. Es costumbre
que los tocadores se reúnan con acompañamiento de percusión.
Es corriente en Bolivia, Perú y norte de Chile. También se le nombra
como Laca, en aymará es Siku o Sikuri.

Tarka (aerófono):
Flauta cuadrada de madera de una sola pieza con seis orificios y una
boquilla que sirve de embocadura. Sus dimensiones varían entre veinte y
cincuenta centímetros. La Tarka es una flauta vertical que en el sector del
medio lleva los seis agujeros para los dedos.
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Folklore de Chile

Se forman grupos para tocar tarkadas, acompañados de orquestas de


percusión. Interpretada por los indios de Bolivia y del Perú, su dispersión
alcanza al Norte Grande de Chile.

Erke (aerófono):
El Erke o Clarín se toca después de las fiestas de Carnaval, en las
celebraciones de Corpus Christi, en el mes de junio. Su uso debe hacerse en el
invierno, pues existe la creencia de que los bramidos del Erke provocan las
heladas y afectan las siembras.
En Chile se usa en las quebradas del río San Pedro de Atacama,
Toconao, Peine, Socaire, Sólor, Séquitor y otros lugares.
Tiene gran semejanza con la Trutruca araucana.

Charango (cordófono):
Guitarrilla, réplica indígena de la guitarra española, cuya longitud total
aproximada alcanza a sesenta centímetros. El mástil es de madera, semejante
al del instrumento europeo, la parte delantera o tapa tienen la forma de ocho,
como la guitarra, la caja de resonancia es de caparazón de quirquincho. Su
encordado lo componen diez cuerdas afinadas en cinco órdenes dobles, por lo
común metálicas.
En Chile se usa en el Norte grande hasta la provincia de Antofagasta.

También existen instrumentos que tienen otros orígenes, como ser:

Ocarina (aerófono):
El uso de la Ocarina se ha ido perdiendo en el norte chileno; pero se
mantiene en Putre, en la zona de Belén en Aiquina y en el altiplano Boliviano.
Su longitud varía de los 15 a 28 centímetros y su diámetro va desde los 5 a los
10 centímetros. Es tan difícil de hacer como de ejecutar, por eso se va
perdiendo su uso.

Caja (membranófono):
Es el instrumento más popular desde el Ecuador hasta los valles
transversales de Chile, comprendiendo regiones altas del Perú, el altiplano
Boliviano y Noroeste Argentino.
Tiene 35 a 50 centímetros de altura. Sus parches son de llama, cabra,
vaca o vizcachas, según la zona de fabricación y se cosen con arquitos hechos
de alambres o varillas de caña que calzan en el aro o marco cilíndrico que le
sirve de caja de resonancia.

Bombo Nortino (membranófono):


El Bombo Nortino es como los bombos de las bandas militares y es el
mayor que se usa en Chile. Es instrumento principal en bandas de las
cofradías danzantes, durante las celebraciones de la Virgen de la Tirana al
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Folklore de Chile

interior de Iquique. Tiene una gran caja de resonancia hecha de madera o de


latón, con dos aros que sirven para colocar los cueros o membranas
elaborados con piel de llama o vicuña y que se fijan en la caja con correajes
del mismo material, a modo de cordones. Se hacen vibrar con un mazo hecho
de un trozo de palo con una gorra o cabeza de lana forrada en cuero.

Triángulo (idiófono):
En nuestro folklore musical es usado por los conjuntos de bailes en el
norte de Chile por su sonoridad, especialmente en la fiesta de la Virgen de la
Tirana. Es un triángulo de bronce, a veces niquelado y abierto en una de sus
esquinas inferiores. Se percute con una baqueta o palillo del mismo metal. Se
emplea en acompañamiento.

Matraca (idiófono):
La Matraca va montada sobre un mango que lleva una rueda dentada y
que sirve para hacer vibrar una lengüeta de madera delgada que se coloca en
el interior de la caja, adosada a la pared opuesta del instrumento. Suelen
usarse matracas de forma rectangular de unos 5 centímetros de altura, 25 a
30 centímetros de largo y 20 centímetros de ancho.
Para ejecutar el instrumento se le toma del mango y se lo hace girar en
el aire. Se usa aisladamente en las festividades religiosas nortinas.

2.- Bailes y Danzas:


En esta zona, los bailes y danzas son principalmente del tipo religioso.
En el área andina, zona que comprende desde el límite con el Perú y Bolivia,
hasta el pueblo de San Pedro de Atacama, provincia de Antofagasta, las
fiestas, cualquiera sea el pueblo donde se lleven a efecto, generalmente van
cofradías de otros lugares y en este tipo de celebraciones; la música toma
principalmente la forma de danza ceremonial.
En esta área podemos distinguir tipos de danzas como: el cachimbo, el
trote y la cueca nortina. En esta área la música y la danza cumplen un papel
fundamental, debido a la multiplicidad de fiestas tradicionales en los distintos
pueblos, tales como: El enflorecimiento de llamas, Miércoles de Ceniza, Fiestas
de la Cruz, Limpia de Canales, Fiestas de los Muertos, etc...
Entre las festividades celebradas en esta área citaremos: la de San
Pedro de Atacama, La Virgen de las Peñas en el Santuario de Livilcar y la más
conocida, la fiesta de la Tirana.

La Tirana:
Es un pueblo con no más de 200 habitantes situado en la Pampa del
Tamarugal, a más de mil metros de altura, al norte del Salazar de Pintados, en
la provincia de Iquique, Región de Tarapacá.
Todos los años, un 16 de julio llegan aquí más de 200 mil peregrinos,
para adorar a la Virgen mediante cantos y danzas.

18
Folklore de Chile

El contenido de los bailes ha ido variando con el paso del tiempo. En un


comienzo, estaban a cargo de cofradías formadas por pastores del altiplano,
campesinos de la precordillera y de los canchones de la Pampa del Tamarugal,
de raigambre predominantemente indígena y por mineros que en su mayoría
eran morenos. Los indígenas conocían bailes religiosos antes de la llegada de
los españoles. Los negros les agregaron cantos y danzas africanas. A ellos se
unió el acervo de bailes españoles, muy populares sobre todo en Andalucía. Al
parecer fueron los jesuitas quienes organizaron las fiestas religiosas con
bailes, pero dándoles un sentido rigurosamente cristiano. No se les incorporó
al culto, sino que se les admitió como una ofrenda ofrecida a la Virgen a las
puertas de la iglesia y entrando en el edificio únicamente para la ceremonia da
la salutación y despedida.
En el Norte Chico, que comprende el área entre Andacollo a Valparaíso,
también los bailes tienen corte religioso.

En esta área adquieren su máxima intensidad de práctica los bailes


chinos; chino del quechua: servidor, que significa otra forma de adoración
coreográfica a la divinidad, en este caso a Cristo, a la Virgen y a los Santos
patronos de muchas localidades.

Una de las fiestas religiosas de más renombre es la de la Virgen de


Andacollo.
En contraste con la variedad de danzas y comparsas que acuden a la
celebración de la Virgen del Carmen de La Tirana, muchas de las cuales son
de origen peruano o boliviano, Andacollo define la pureza de sus tres bailes,
chinos, turbantes y danzantes.

Zona Central
Al igual que en la zona norte, aquí también existen varios tipos de
expresiones folklóricas, como ser:
Instrumentos musicales.
Bailes y Danzas.
Mitos y Leyendas.
1.- Instrumentos Musicales:
Guitarra (cordófono):
En nuestro país el más difundido de los instrumentos musicales como
también en todos los países de habla hispana; su área de difusión abarca todo
el país a lo largo y ancho del territorio.
19
Folklore de Chile

Es de gran difusión y de la más antigua tradición. Su nombre viene del


árabe gitára, como transcripción del griego Kithara.
La española tenía seis cuerdas simples. La primitiva, en Chile, tuvo seis
cuerdas dobles. Su caja de madera con boca circular en el centro y un mástil
con traste, son unas de las características de la guitarra actual.

Arpa (cordófono):
Es un instrumento folklórico y clásico, difundido durante el siglo pasado.
Se usa entre Aconcagua y Ñuble, en conjuntos folklóricos.
Es casi triangular y consta de tres elementos fundamentales: la caja de
resonancia, la columna y la ménsula o clavijero que mantiene el encordado en
tensión sobre la caja. Tiene entre 33 y 34 cuerdas. Existen en tamaño portátil
confeccionadas por expertos artesanos.

Guitarrón (cordófono):
El Guitarrón Chileno es un multicordófono compuesto que posee entre
18 y 30 cuerdas, agrupadas en cinco órdenes principales sobre el diapasón y
cuatro órdenes monocordales secundarios, fuera de él, llamados diablitos.
Tiene una longitud de cuerdas que oscila entre 46 y 64 centímetros,
forma de guitarra avihuelada, plano especular rectilíneo y puente de tracción,
con alas en forma de volutas, junto a las cuales aparecen característicamente
dos adornos llamados puñales.
Estudios permiten asegurar que el origen de este instrumento es
chileno, producto del ingenio del pueblo chileno.
Sobrevive en Santiago y Colchagua, donde se le ve en los encuentros de
los poetas populares.

Charrango (idiófono):
Es un instrumento ideado tal vez por un campesino chileno. Se usa
desde Colchagua a Valdivia y en Chiloé. Es una tabla de un metro o más de
largo, por treinta y cinco o cuarenta y cinco centímetros de ancho, con un
encordado fijo de alambre acerado muy delgado, que se estira mediante dos
botellas redondas o preferentemente planas que se colocan en ambos
extremos: lograda la tensión necesaria se le colocan dos trocitos de madera
para evitar que se corran las botellas y pierda su armonía.

Pandero (idiófono):
El pandero se fabrica con una armazón hexagonal, a la cual se le
remacha un parche o cuero muy delgado en uno de sus lados. Se le hacen
unos calados en los costados de la armazón donde se le colocan chapas de
latón o bronce, de formas semicóncavas para mayor sonoridad. La cubierta del
parche se unta con pez de castilla o grasa de vacuno para ofrecer resistencia
al pulgar durante el roce y lograr una mejor vibración del instrumento.

Tormento (idiófono):
20
Folklore de Chile

El tormento de salón era una cajita de 30 centímetros de longitud por


unos 20 centímetros de ancho y de 10 a 15 centímetros de altura, con cuatro
patas plegables. Su cubierta superior estaba formada por una serie de tablitas
sueltas engranadas en una especie de pestaña para que no se salieran. Para
permitir mayor sonoridad no tenía cubierta inferior. En su interior tenía
adosada una especie de sonajas de metal y se percutía encima de la cubierta
con un palillo baqueta.
El tormento actual, usado en chinganas y ramadas es de mayor tamaño.
Mide entre 50 a 60 centímetros de longitud por unos 35 a 45 centímetros de
ancho.

Cacharaina (idiófono):
Es una quijada de burro o mula a la que se le sueltan los molares y
premolares. La superficie de la mandíbula se pinta y dibuja con temas
llamativos como flores, hojas, etc...
Su forma de ejecución es similar al Güiro tropical, o sea, rozando los
dientes con un palito para producir el sonido. Pero su forma más frecuente es
tomar la quijada con una mano empuñada en la parte más ancha,
produciendo de esa manera una mejor resonancia de instrumento. En algunas
partes del país es Carretilla, en la Isla de Pascua se le llama Kahuaha.

2.- Bailes y Danzas:


Esta es la zona del huaso. Sus valles templados y fácilmente
adaptables a la ganadería hizo que los españoles los tomaran como principal
lugar de colonización y pudieran adaptar sus costumbres sin fuertes cambios
inmediatos.
Tres de las primordiales expresiones del folklore musical Chileno son: la
tonada, el canto a lo poeta y la cueca, ésta última ya la hemos descrito por ser
el Baile Nacional de Chile, y las restantes cubren también una vasta zona del
País.
Es imprescindible recordar que existe una familia musical tonada, esto
es una agrupación de especies de distinta función social, pero que reúnen las
mismas características musicales. A ella pertenece el esquinazo, los
parabienes, el romance, el villancico, fuera de la tonada común.
Estos son algunos de los bailes más tradicionales de la zona central de
nuestro país:
Cueca.
Vals.
Corrido.
La Porteña.
El Gato.
La Jota.
El Pequén.
La Refalosa.
La Sajuriana.
21
Folklore de Chile

El Repicao.
La Polka.
La Masurca.

Ahora se describirán algunos de los bailes nombrados anteriormente.


La Refalosa:
Se cultivó en el Perú y Argentina. Entró a Chile desde Lima alrededor de
1830.
El 17 de julio de 1848 se le hizo un beneficio a José Zapiola, y en el
programa figuran nuevas Refalosas, lo que indica su ascensión a los
escenarios, a los tabladillos escénicos.
Zorobabel Rodríguez, en su “Diccionario de Chilenismos”, publicado en
1875, dice que la Refalosa se bailaba en las chinganas junto a la Cueca.
También se baila en Chiloé con sus toques propios de la zona.

El Aire:
Seguramente de origen español, tuvo asiento en la República Argentina,
Chile, Cuba y Venezuela.
Este baile fue muy popular en Chile por los años 1840. Han dejado
descripciones Blest Gana, Ruiz Aldea, Benjamín Vicuña Mackenna y J. Abel
Rosales.
Quien mejor trata esta danza es el argentino Carlos Vega, en “Danzas y
Canciones Argentinas”, ya que ésta se dispersó de Argentina a Chile.
En los últimos tiempos ha sido retomada. Se baila al tenor de estrofas
que ofrecen diversas variaciones.

El Cuando:
Danza aristocrática europea, importada hacia 1800, que se avecindó en
la Argentina. Llegó a Chile, en 1817, debido casi exclusivamente a la
interpretación que de él hiciera el General José de San Martín y su difusión se
debe a los oficiales del Libertador.
Fue bailado intensamente en la época de los pipiolos (1820). Este baile
tuvo figuración en 1910 en las fiestas del Centenario de la Independencia.
El Cuando se baila entre muchos. Es escobillado y redoblado.

Zona Sur
Así como en las zonas norte y centro del país, esta zona también posee
su propia cultura y costumbres, las cuales algunas son de origen español y
otras, propias de las islas que rodean a la Isla de Chiloé.
Esta zona es muy rica en mitos y leyendas, los cuales dan a las islas ese
toque mágico de misterio y encanto que envuelve hasta los propios habitantes
de estas tierras.
Ahora veremos algunas de las expresiones folklóricas presentes en esta
zona:
22
Folklore de Chile

Instrumentos musicales.
Bailes y Danzas.
Mitos y Leyendas.
1.- Instrumentos Musicales:
Guitarra (cordófono):
Es la misma que se utiliza en la zona central, excepto que aquí es de
fabricación casera, se habla en la región de Vihuela.

Violín (cordófono):
Instrumento que se compone de una caja bastante aplanada y de figura
peculiar con dos aberturas en forma de S en la tapa, sobre la cual pasan
cuatro cuerdas sujetas al extremo del mástil y que se hacen vibrar con un
arco. Los cortes laterales semejan una media luna. Generalmente, lleva la
melodía, la que se acompaña por guitarra y bombo.
Suele tener incrustaciones de concheperla y otros materiales.
”Barraquitos”, llamaron a unos antiguos violines de tripas de carnero.

Rabel (cordófono):
Es un pequeño violín, con algunas variantes y se confecciona en la zona
con maderas de alerce y avellano. Tiene tres cuerdas y para tocarlo se coloca
apoyado en la rodilla izquierda y descansando sobre el hombro, frotando sus
cuerdas con el arco curvo que pulsa la mano derecha. Se diferencia del violín
en que su puente se apoya directamente sobre el fondo a través de un orificio
haciéndolo vibrar.
Los Rabeles de Chiloé son íntegramente hijos del medio desde el arco,
la caja y las cuerdas. Muchas veces son realizados por los mismos ejecutantes.
Se toca en fiestas, en velorios o acompaña a los cantores y poetas populares.

Bombo Chilote (membranófono):


Es diferente al Bombo Nortino: su caja de resonancia se hace de latón,
o con la cubierta lateral de los tambores grandes de aceite industrial. Los
parches del bombo se hacen con cueros de burro, por ser de mayor dureza y
resistencia y se fijan fuertemente a la caja con alambres. Se afina el bombo
mojando los cueros y secándolos al calor de una fogata o brasero, lo que le da
una gran sonoridad.
El Bombo Chilote es mucho más pequeño, pero igual en su estructura
general al del Norte Grande. Sus parches van fijos a unos aros de madera que
se colocan a cada costado de la caja de resonancia, amarrados con tiras de
cueros que se atraviesan y que le permiten, al estirarlos, la afinación del
instrumento.

Matraca (idiófono):
Es un instrumento compuesto de un tablero y una o más aldabas que al
sacudirlo produce ruido, se usa en algunas capillas para convocar a maitines,

23
Folklore de Chile

en Semana Santa, y en fiestas populares donde participan conjuntos formados


por violinistas y tamboreros.
Chiloé tiene una importante tradición musical religiosa, presente en los
cánticos de novenas, misas, procesiones, oraciones colectivas, velorios.
Acordeón (aerófono):
Se le puede clasificar como instrumento folklórico por transculturación.
Su origen no se encuentra en el folklore, sino en Europa, como producto de la
sociedad contemporánea. Se usa en el extremo sur del país especialmente en
la zona de influencia chilota.
Existen en la zona dos tipos de acordeones: el acordeón-piano; y el
acordeón de botones.
Ambos instrumentos son de uso común en las orquestas de música
Chilota.

2.- Bailes y Danzas:


Chiloé es una de las regiones más ricas de Chile, en cuanto a folklore.
Su particular situación geográfica, su clima y la vigencia de la raza indígena
Huilliche que coexiste con la más pura tradición española, Han producido una
diversidad de manifestaciones folklóricas.
La principal característica de la música chilota, es su gran vitalidad,
cualidad que se aprecia claramente en las danzas, todas ellas de ritmo ágil y
alegre...
A continuación presentaré algunas de las danzas más populares de la
Isla de Chiloé, que con mucho esfuerzo, aun permanecen vigentes.

Zamba-Refalosa:
La refalosa fue una danza que gozó de gran popularidad hacia mediados
del siglo XIX en Buenos Aires, Lima y Santiago. En Chile fue gran competidora
de la zamacueca, decayendo, posteriormente en la segunda mitad del siglo
XIX, dejando libre paso a la primera.
Se bailó desde Coquimbo a Peñaflor. Luego se extendió hasta Cautín
hacia el sur, encontrándose después en Chiloé con características diferentes.
No se sabe a ciencia cierta como llegó a esta última región, ya que no se han
encontrado datos de dicho baile entre las provincias de Cautín a Llanquihue.
En la Zamba-Refalosa -como también se llama- interviene una pareja de
bailarines que realiza un escobillado sencillo, combinado con un zapateo estilo
chilote, presentándose el hombre recio y la mujer liviana.

Sirilla:
Es una de las danzas más antigua de Chiloé, descendiente directa de la
seguidilla española. Aún se la baila en la isla grande y su ágil ritmo en la
guitarra suele ser acompañado de bombo y caja. Su paso arrastrado y a veces
golpeadito, persiste a través de toda la danza con una intención viva de fiesta.
Es un baile de pareja suelta e independiente que comprende tres pies.
Su sencilla coreografía consta de las siguientes figuras:
24
Folklore de Chile

1.- Ambos bailarines describen una “S” de ida y regreso, saliendo por la
derecha y regresando a su lugar. La mujer baila con una mano en la cintura y
con la otra toma ligeramente la falda, primero con la derecha y luego con la
izquierda, mientras el hombre apoya sus dos manos tras la cintura.
2.- Bailan al centro en un semicírculo imaginario.
3.- Luego se separan y regresan a su posición original.
4.- Giran en su lugar y cambian de lado...
5.- Y finalmente rematan al centro.
Enseguida se preparan para el segundo pie, que es igual al anterior.

Cueca Chilota:
La principal característica es la ausencia de la cuarteta o copla inicial. El
cantor, en este caso, se limita a repetir los versos de la seguidilla, a manera
de cueca larga hasta completar cuatro o cinco versos.
La interpretación del canto es gritada (“garganteada” en lenguaje
popular), tratando el cantor de sobreponerse a los instrumentos y a la
bulliciosa alegría de los asistentes a la fiesta.
La cueca chilota conserva en general la coreografía que es común a las
cuecas de otras regiones del país, pero se diferencia de éstas en los pasos y
en el zapateo.
Los bailarines se dejan llevar por el bombo, combinando pasitos cortos
en un zapateo redoblado que suele ser variadísimo, marcado con toda la
planta del pie.

3.- Mitos y Leyendas:


Esta tierra mágica llena de encantos, posee una gran variedad de mitos y
leyendas, es por eso, que por su gran variedad, sólo describiré las más
conocidas, y con el tiempo iré describiendo las demás.
La Pincoya.
El Trauco.
El Caleuche.
La Viuda.
La Fiura.

La Pincoya
... Al regresar la Huenchula, a casa de sus padres, en donde dejara bajo
sus cuidados a su tierna hija, durmiendo en una lapa; comprobó que debido a
la curiosidad de sus mayores, la niña se había transformado en agua cristalina.
Invadida por el llanto y la desesperación, cogió la vasija y corrió desesperada
hacia la playa, a vaciar suavemente su contenido en las aguas del mar. Y
avanzando hacia el interior, se perdió en las profundidades del océano, en
busca de su esposo el Millalobo. Entre sollozos y llantos, le relató lo
acontecido. Apenas hubo de terminado de pronunciar la última frase de su
historia, vio acercarse hacia ella, una delicada barca semejante a una lapa,

25
Folklore de Chile

llevando en su interior a su desaparecida hija; convertida ahora, en una


hermosa joven, a quien dio el nombre de Pincoya.
Las múltiples variedades de peces y mariscos, que el Millalobo, ofrece
generoso al pueblo chilote, las siembras, en mares y playas, por intermedio de
las maravillosas y fecundas manos de su hija predilecta, la Pincoya.
Adolescente muy hermosa, de larga cabellera dorada, de encanto y
dulzura incomparables. Sale desde las profundidades del mar, semi vestida
con un traje de algas, a danzar a las playas. Cuando realiza su delicado baile
mirando hacia el mar, significa que en esas playas y mares abundarán los
peces y mariscos; en cambio si lo hace con el rostro vuelto hacia la tierra,
indica a los pobladores que para la temporada venidera, los mencionados
productos escasearán y por tal motivo, será menester salir en su búsqueda a
playas y mares lejanos. No obstante, cuando la escasez, en ciertas regiones se
prolonga por largo tiempo, por ausencia de la Pincoya, es posible hacerla
volver, y con ella, la abundancia, por intermedio de una ceremonia especial.
Cuando los chilotes, eternos vagabundos del mar, naufragan, siempre
encuentran junto a ellos a la candorosa Pincoya, que acude pronto a su
auxilio. Si por razones superiores, no logra su propósito de salvarlos, ayudada
por sus hermanos La Sirena y el Pincoy, transporta con ternura los cuerpos de
los chilotes muertos hasta el Caleuche, en donde ellos revivirán como
tripulantes del barco fantasma y a una nueva existencia de eterna felicidad.
Seguramente, por esta razón, los chilotes jamás temen al mar embravecido, a
pesar que la mayoría de ellos no sabe nadar. El espíritu de la Pincoya, creado
por su imaginación, al velar siempre por ellos, les infunde plena confianza,
durante sus arriesgadas faenas por los océanos del mundo.

(Publicación del Dr. Bernardo Quintana Mansilla, “Chiloé Mitológico”).

El Trauco
... Es el espíritu del amor fecundo, creador de la nueva vida, padre de
los hijos naturales. Habita en los bosques cercanos a las casas chilotas.
Para las muchachas solteras, constituye una incógnita que les preocupa
y las inquieta. Según opinión de unas, se trata de un horrible y pequeño
monstruo, que espanta y de cuya presencia hay que privarse, a toda costa.
Otras opinan distinto y manifiestan, que si bien es feo, no es tan
desagradable, sino, muy por el contrario, atractivo... Otras en lucha tenaz y
permanente, dicen haberlo eliminado de sus pensamientos, en los que alguna
vez vibró quemando sus entrañas...
Las preocupaciones por el Trauco no sólo la comparten las muchachas,
sino tanto o más que ellas, las madres, que saben muy bien el resultado de
sus fechorías. Ellas toman todas las precauciones del caso, para evitar que sus
hijas, ya “solteras”, viajen solas al monte, en busca de leña o de hojas de
“radal”, para el “caedizo” de las ovejas. Pues generalmente es en el curso de
estas faenas, cuando “agarra”, o con más propiedad “sopla”, con su

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Folklore de Chile

“pahueldún”, a las niñas solitarias; pero nunca si van acompañadas, aún de


sus hermanitos menores. El Trauco no actúa frente a testigos....
El Trauco, siempre alerta, pasa gran parte del día colgado en el gancho
de un corpulento “tique”, en espera de su víctima: una muchacha que ya
tenga formas de mujer.
En cuanto obscurece, regresa a compartir la compañía de su mujer,
gruñona y estéril, la temida Fiura.
Cuando desea conocer de cerca, las características de su futura
conquista, penetra en la cocina o fogón, donde se reúne, al atardecer toda la
familia, transformado en un manojo de quilineja, que en cuanto alguien
intenta asirlo, desaparece en las sombras.
A las muchachas que le tiene simpatía, les comunica su presencia
depositando sus negras excretas, frente a la puerta de sus casas.
El Trauco, es un hombre pequeño, no mide más de ochenta centímetros
de alto, de formas marcadamente varoniles, de rostro feo, aunque de mirada
dulce, fascinante y sensual; sus piernas terminan en simples muñones, sin
pies. Viste un raído traje de quilineja y un bonete del mismo material; en la
mano derecha lleva un hacha de piedra, que reemplaza por un bastón algo
retorcido, el Pahueldún, cuando está frente a una muchacha.
Todo su interés se concentra hacia las mujeres solteras, especialmente
si son atractivas. No le interesan las casadas: ellas podrán ser infieles, pero
jamás con él. Cuando divisa desde lo alto de su observatorio a una niña, en el
interior del bosque, desciende veloz a tierra firme y con su hacha, da tres
golpes en el tronco de tique, donde estaba encaramado, y tan fuerte golpea,
que su eco parece derribar estrepitosamente todos los árboles. Con ello
produce gran confusión y susto en la mente de la muchacha, que no alcanza a
reponerse de su impresión, cuando tiene junto a ella, al fascinante Trauco,
que la sopla suavemente, con el Pahueldún. No pudiendo resistir la fuerza
magnética, que emana de este misterioso ser, clava su mirada en esos ojos
centelleantes, diabólicos y penetrantes y cae rendida junto a él, en un dulce y
plácido sueño de amor... Transcurridos minutos o quizás horas, ella no lo
sabe; despierta airada y llorosa; se incorpora rápidamente, baja sus vestidos
revueltos y ajados; sacude las hojas secas adheridas a su espalda y cabellera
en desorden, abrocha ojales y huye, semiaturdida, hacia la pampa en
dirección a su casa.
A medida que transcurren los meses, van apreciándose
transformaciones, en el cuerpo de la muchacha, poseída por el Trauco.
Manifestaciones que en ningún instante trata de ocultar, puesto que no se
siente pecadora, sino víctima de un ser sobrenatural, frente al cual, sabido es,
ninguna mujer soltera está lo suficientemente protegida...
A los nueve meses nace el hijo del Trauco, acto que no afecta
socialmente a la madre ni al niño, puesto que ambos, están relacionados con
la magia de un ser extraterreno; quien no siempre responde al “culme”,
lanzado con el objeto de alejarlo y escapar de los efectos de su presencia; o
los azotes, dados a su Pahueldún, que debería afectarlo intensamente; como
27
Folklore de Chile

en igual forma a la quema de sus excrementos. Su potencia es tal, que en


ciertas ocasiones, nada ni nadie puede detenerlo...
(Publicación del Dr. Bernardo Quintana Mansilla, “Chiloé Mitológico”).

El Caleuche
... El nombre de Caleuche, es muy discutido en su origen; voy a
inclinarme por la derivación caleutun=cambiar de condición y che=gente,
posiblemente elegido, para referirse a los cambios de muertos a vivos, de
afligidos a dichosos o a las muchas transformaciones que puede experimentar
el barco, etc...
El Caleuche es un buque fantasma que recorre los mares y aparece, con
relativa frecuencia, en los canales chilotes. Navega tanto en la superficie,
como en las profundidades; pero jamás lo hace a plena luz del día.
En las noches tranquilas, suele aparecer entre la niebla, mostrando las
características de un gran buque velero. Profusa iluminación multicolor de
brillo extraordinario, realza su presencia. A la distancia, es posible apreciar en
su cubierta, bullanguera agitación y desde su interior vienen armoniosos
acordes de flautas, cuernos, pitos y tambores y de muchos instrumentos
desconocidos. Con la misma velocidad que hizo su aparición, desaparece
borrado por la espesa niebla, que fluye abundante desde sus costados y que
al desvanecerse, casi instantáneamente, no deja huella alguna de la
impresionante visión.
Cuando es perseguido por curiosos, malintencionados, suele
transformarse en una escurridiza foca o en un gran tronco de árbol,
especialmente de ciprés, que navega entre dos aguas o que se recuesta en las
tibias arenas de la playa.
La tripulación del Caleuche, está integrada por dos clases de
navegantes: unos son los brujos, que llegan desde tierra, montados sobre el
muelle lomo de un Caballo Marino. Los otros, son náufragos, cuyos cadáveres
trajo a bordo la Pincoya y que al instante mismo de poner pie en cubierta,
retornaron a la vida; pero ahora, a una vida nueva de felicidad eterna. Estos
dichosos marineros, a pesar de pertenecer al más allá, obtienen permiso de
sus jefes, una vez al año, para hacer breves visitas a sus familiares, que lloran
su muerte; llevándoles consuelo y aún ayuda económica. Aunque, en algunas
ocasiones sus visitas se ven frustradas y no vuelven a repetirlas jamás; esto
suele ocurrir a los difuntos maridos, que regresan a calmar las angustias de
las inconsolables viudas que dejaron tan solas; pero que encuentran muy
dichosas en los brazos de otros hombres.
Cada cierto tiempo, la tripulación del Caleuche, sale a tierra a divertirse,
en casa de gente amiga o de algún individuo, a quien se le ha impuesto la
obligación de festejarlos, con sus propios recursos, como castigo, por haber
cometido un acto calificado por ellos de delictuoso. Es lo que le ocurre a un tal
José Huala, habitante de la localidad de Coñab, quien en una oportunidad, usó
explosivos para pescar en el mar; por este hecho, debió festejar hasta el fin

28
Folklore de Chile

de sus días, a los navegantes del Caleuche; estos enormes gastos


extraordinarios, ocasionaron al infortunado Huala, gran pobreza.
Una vez terminada la fiesta terrestre, siempre abundante en libaciones y
comidas y antes del amanecer, regresan los alegres caleuchanos, a su barco
invisible y elevan anclas, produciendo sonoro ruido de cadenas, que siempre
es oído por varios vecinos; quienes saben que provienen del “Buque de Arte”,
que acostumbra a fondear, frente a la casa de Fulano y a esta amistad o
enemistad, se debe la prosperidad o la miseria económica del vecino en
cuestión.
El Caleuche tiene como misión muy especial, recorrer todos los mares y
es natural, que no escape a los mandatos del Millalobo, dueño y señor de
ellos. El objetivo de estos viajes, consiste en conocer el estado en que se
encuentran los seres que en ellos habitan; marcar los animales de nueva
generación, y protegerlos en su desarrollo. Que esta inspección es severa, se
refleja en el caso ocurrido a Pancho Calhuante, de la aldea de Matao: una
noche, mientras se encontraba pescando en las cercanías de un roquerío,
divisó a una loba que amamantaba a su pequeñuelo; se acercó sigiloso y con
un remo, golpeó brutalmente a ambos, dando muerte al lobezno, que llevó a
su casa para aprovechar el aceite. Frente a la puerta de esa casa y a cierta
distancia, en el mar, la loba lloraba la pérdida de su hijo. Al cuarto día de
transcurridos los hechos anotados, tres hombres vestidos de marinos, que
dijeron pertenecer a la dotación del Caleuche, se presentaron, de improviso,
en la casa de Calhuante, para manifestarle que la muerte que ocasionó al
lobezno, la pagaría con la muerte de su hijo mayor: el que efectivamente,
falleció a los pocos días.
Durante su recorrido por los mares, el Caleuche suele ayudar a las
naves amigas a sortear las tempestades, conduciéndolas presuroso a puertos
seguros, o remolcándolas a velocidades, que según los relatores, no admiten
otra explicación.
(Publicación del Dr. Bernardo Quintana Mansilla, “Chiloé Mitológico”).

La Viuda
... Los jinetes solitarios y su cabalgadura, siempre abrigan el temor de
un encuentro, en algún recodo del camino, con la fatídica Viuda.
En la obscuridad de la noche, de pronto el caballo se encabrita y se
niega a seguir su camino. Sólo continúa adelante, aguijoneado por las filudas
espuelas y rebencazos de su amo; más, a poco de andar, el caballo lanza
fuertes relinchos y se desboca en alborotada carrera; guiado ahora, no por las
riendas que mantiene en las manos su jinete, sino por la magia de la Viuda,
que se encaramó a sus ancas. Ya no se detendrá, ni siquiera frente al próximo
barranco, en donde se precipita, empujado, con fuerza titánica, por la Viuda:
jinete y caballo encontrarán la muerte en el fondo de la quebrada.
Cuando los viajeros nocturnos escasean, por los caminos, la Viuda se
acerca a los poblados en busca de algún peatón trasnochador y en estas
ocasiones se deja ver en alguna ventana iluminada. Los moradores son
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Folklore de Chile

invadidos de intenso temor y confusión, al observar su horrible cara, de


palidez cadavérica, con grandes ojos brillantes y movedizos, y su cabellera
tiesa amarrada con un velo negro que cae hasta barrer el suelo, junto a su
largo vestido. Los varones más valientes, salen presurosos a perseguirla; la
ven deslizarse sobre el suelo, con la velocidad del viento y es imposible
alcanzarla, si ella así no lo permite; en los despoblados tras algunos
matorrales, se detiene junto a uno de sus perseguidores, para disfrutar con él
las delicias del amor.... El infortunado o afortunado, regresa a su casa
aturdido, como ebrio, arañado en el rostro y en las manos, con sus ropas
parcialmente descosidas y desabrochadas.
En estos últimos tiempos y marchando con los avances de la ciencia y
de la técnica, se dice que la viuda también se encarama a los automóviles, de
volantes solitarios, especialmente si llevan algunos grados de alcohol en la
sangre.
(Publicación del Dr. Bernardo Quintana Mansilla, “Chiloé Mitológico”).

La Fiura
...Pequeño monstruo, en forma de mujer; el mito la muestra
habitualmente, danzando sobre la débil alfombra, de un balanceante “hualve”,
sin temor a que, en cualquier instante se rompa y la trague el pantano.
Detiene su baile, para contemplar su horrible rostro, en el espejo de un charco
y peinar su larga cabellera con un reluciente peine de plata. Contonea,
coqueta, su exuberante busto y corre ágil, haciendo flamear su breve pollera
roja, entre los troncos quemados de los roces, mimetizando sus miembros,
con los semicarbonizados ganchos de los árboles. Se escabulle entre los
matorrales, en busca del fruto de las espinosas “chauras”, que come con
glotonería. El más leve ruido la asusta, adoptando de súbito, caprichosas y
convulsionantes posturas; hace muecas horrendas con feísimo rostro y con
sus ojos chispeantes, casi ocultos por una descomunal nariz; alarga sus brazos
en todas direcciones y mueve nerviosamente los dedos deformes de una
enorme mano, en demanda de una víctima, para “tirarle un mal aire”.
La Fiura, hija única de la Condená, es la mujer del viril Trauco, más esto
no le impide ofrecer su amor a todos los hombres, a quienes impone, como
severa condición, aceptarla con los ojos cerrados. No admite mirada alguna, ni
siquiera la de los animales, sin aplicar al instante su castigo: El osado que se
atrevió a mirarla, quedará torcido en algún lugar de su cuerpo. Si quien la
mira es un niño o un animal, le deforma generalmente las extremidades,
haciéndoles imposible la marcha, los tulle.
Luchar contra ella, es tarea imposible; posee una fuerza y destreza tal,
que cuantos hombres quieran pueden pelear con ella, pero los deja a todos
maltrechos y contusos, cuando no quedan “teldelde” (trémulos). En cambio a
ella, no se logra asestarle un solo golpe: “es como pegarle a la sombra” .
Las deformaciones causadas por la Fiura, son prácticamente incurables;
en casos afortunados, se consigue alivio, utilizando el siguiente tratamiento: al
amanecer se corta una rama de la enredadera llamada “pahueldún”, una vez
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Folklore de Chile

transportada junto al enfermo, se la azota, hasta arrancarle la savia; líquido


que debe beber el enfermo y enseguida se la lleva arrastrando hasta la playa,
para lanzarla al mar (en Europa, los pueblos primitivos realizaban una
ceremonia parecida, con el árbol, que representaba el espíritu de los árboles).
Por haber obtenido, con ello, buenos resultados, también se aconseja tomar
raspaduras de “Piedra de Ara”.
(Publicación del Dr. Bernardo Quintana Mansilla, “Chiloé Mitológico”).

ISLA DE PASCUA

Al este del sol...


Alrededor del siglo V de nuestra Era, cuando América aún no era
descubierta, surcaban el Océano Pacífico pequeñas embarcaciones polinesias
que navegaban con rumbo este.
Al parecer nunca llegaron hasta el continente, pero cuando ya
desesperaban por lo solitario y vasto de su recorrido, encontraron un territorio
insular deshabitado en el cual desembarcaron. Era una isla triangular
-conocida ahora como Isla de Pascua- y ahí comenzaron a acumular leyendas
y costumbres, muchas de las cuales hasta ahora constituyen un misterio.
Cual es su nombre...
En todo el mundo se le conoce como Isla de Pascua, nombre impuesto
por el marino holandés Jacobo Roggeween, quien la descubrió durante la
Pascua de Resurrección de 1722. Sin embargo, antes y después este territorio
ha tenido otros nombres.
Existen muchos indicios de que los nativos llamaron a este lugar Te
Pito o Te Hemúa (ombligo del mundo), y también Mata Kiterage (los ojos
que miran al cielo). Resulta menos probable que alguna vez hayan bautizado a
su tierra como Rapa Nui, ya que éste es un vocablo maorí y los
investigadores estiman que le fue puesto por algunos tahitianos que pasaron
por ella en el siglo pasado.
Con posterioridad al descubrimiento de Roggeween, también se dieron
otros nombres a este territorio insular: se le llamó Isla de San Carlos
cuando los españoles tomaron posesión de ella en 1770, y Teapi y Vahiu
cuando el navegante inglés James Cook se refería a ella en sus relatos.
Como mencioné anteriormente esta isla posee su propia cultura y
creencias que con el paso del tiempo se han mantenido inalteradas. Ahora
veremos parte de los instrumentos musicales, bailes, danzas, mitos y leyendas
que los continentales conocemos...
Instrumentos musicales.
Bailes y Danzas.
Mitos y Leyendas.

1.- Instrumentos Musicales:


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Folklore de Chile

Maea:
Estas eran piedras duras, redondas sonoras y musicales que se
golpeaban rítmicamente y acompañaban los conjuntos de cantos. Estas
piedras eran extraídas del lecho marino, por ser resistentes.
Los cantos antiguos eran acompañados con las manos, golpeando las
palmas. En las danzas estaban los sonidos en forma rimada proferidos por la
garganta; y el ritmo era marcado con un báculo de madera con el cual se
golpeaba el suelo, maza alargada llamada ua, de forma como remo delgado.

Keho:
Tambor primitivo de piedra. Se hacía un hoyo ancho en la tierra, y en el
fondo de éste se hacía otro más pequeño y circular, donde se colocaba una
calabaza vacía cubierta con una piedra laja. Sobre esta piedra, un cantante o
danzante golpeaba con sus pies desnudos fuertemente siguiendo el ritmo de
la música. El efecto obtenido por el retumbar del aire contenido en el hoyo, al
cual la calabaza hacía de caja de resonancia.

Hio (aerófono):
Especie de flauta de caña de bambú con agujeros. Por las referencias
debió tener un sonido lastimero. La palabra hio, tahitiana, significa silbar o
soplar.

Kauaha (idiófono):
Mandíbula de equino desecada en forma natural. Los huesos maxilares
inferiores conservan en los alveólos dentarios todas las piezas sueltas, que no
se salen debido a su forma. Al golpear la quijada, que se coge en la parte
delantera, contra el suelo o contra la palma de la otra mano, produce dos
sonidos.

Ukelele (cordófono):
Este instrumento llegó desde la Polinesia. También recibe el nombre de
guitarra hawaiana. Es similar en su caja a la guitarra, pero mucho más
pequeña y solamente con cuatro cuerdas.

Guitarra (cordófono):
De fabricación isleña, fue muy usada en los tiempos pasados. Ahora, la
mayoría es llevada desde el continente.

Upa-Upa (aerófono):
Se le llama así al acordeón de botones o teclado.

2.- Bailes y Danzas:


En Isla de Pascua existe una interesante música autóctona enraizadas
en viejas tradiciones y leyendas transmitidas oralmente de generación en
generación. En la imaginación de sus cantores se ha observado un folklore de
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Folklore de Chile

cantos rurales que se diferencian con los cantos actuales de origen Polinésico
en que son de carácter más alegre.
Una de sus manifestaciones es el Sau-Sau, que es un canto y danza
popular pascuense de origen samoano, que se ha convertido en un baile
característico de la Isla. Además se interpretan otros cantos y danzas
populares dedicados a sus dioses, a los espíritus guerreros, a la lluvia y al
amor. Los pascuenses son buenos bailarines y parece que su gran pasión
fuera la música y la danza. Son regionalistas y sólo bailan sus propios bailes
como el popular “Sau-Sau”, el “ Tango Pascuense”, el “Tari-Tarita” y otros
bailes llegados de Tahiti.
Las canciones son interpretadas por conjuntos o algunos cantores
populares de la isla que se agrupan en torno a sus propios instrumentos
musicales, y comienzan a bailar y a cantar, palmoteando con sus manos,
moviendo la cintura y la cabeza al mismo tiempo.

Sau Sau
En las fiestas el sitio de honor corresponde al Sau Sau, de origen
samoano, que los habitantes fijan la fecha de importación en los años ‘40, que
en la isla ha tomado características propias.
Durante la noche se organizan reuniones, en que se efectúa esta danza,
en que las mujeres muestran toda su gracia y soltura, dentro de una movilidad
cadenciosa, que acompañan con el movimiento ondulante de sus manos. En el
Sau Sau, las parejas se unen y apartan con movimientos rápidos de caderas.
En esta danza, los pascuenses, en especial las mujeres, se ponen una
vestimenta de plumas de colores, que conjuntos modernos de danza están
introduciendo.

Ula Ula
Danza de origen tahitiano, se baila en la Isla una reminiscencia del
original, según el doctor Ramón Campbell. “Danzando generalmente en ritmo
de corrido vivo, las parejas acostumbran bailar separados, haciendo ondular
especialmente las caderas en forma lateral, suavemente, y descansando los
pies alternativamente sobre el talón y la punta de los dedos, con rotación de
ellos. Las mujeres acompañan el baile con gráciles movimientos de los brazos,
haciéndolos ondular en forma muy armoniosa, ya a un lado ya hacia el otro,
imitando en muchas ocasiones el acto de peinarse los cabellos con una mano
y contemplarse en un invisible espejo con la otra mano. Todo esto con una
gracia y sugerencia muy femenina y cautivadora. No suele haber en este tipo
de danza movimientos indecentes o provocativos. Se suele alternar el
movimiento bailable con figuras, las cuales las piernas se van flectando
paulatinamente hasta casi tocar las asentaderas con los talones, y tomando
posición de cuclillas sin dejar de ondular rítmicamente y alzarse después en
forma inversa”.

Tamuré
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Folklore de Chile

Danza propiamente tahitiana, cuya gracia radica en dos aspectos


principales. Por una parte, la verdadera acrobacia que es preciso desarrollar
con las piernas, en movimientos extraordinariamente rápidos y la ejecución de
movimientos de vaivén pelvianos más o menos violentos (R. Campbell).
Los que ejecutan bien esta danza son los hombres que han viajado a
Tahiti. Las mujeres en contadas oportunidades se atreven a hacer los pasos o
figuras del Tamuré tahitiano.
Danzas y cantos actuales son estilizaciones del folklore polinésico. De
origen reciente están el Vals tahitiano y el Tango pascuense.

3.- Mitos y Leyendas:


Como los investigadores no han logrado encontrar todos los eslabones
de la historia pascuense, la reconstrucción de su pasado zigzaguea entre la
realidad y la leyenda. Este camino no resulta incierto si se toma en cuenta que
muchos de los hechos estudiados comenzaron con la interpretación de un
mito.
Un ejemplo es la leyenda de los siete exploradores, a partir de la cual se
han deducido muchos hechos.
Los historiadores han aceptado la existencia de Hotu Matúa y las
circunstancias de su llegada a la Isla de Pascua. Y en este marco analizan el
relato de los siete exploradores.
El mito señala que, precediendo al viaje de su rey y por instrucciones de
un vidente, siete navegantes llegaron a la isla buscando un lugar adecuado
para instalarse y sembrar ñame (tubérculo base de la alimentación de los
inmigrantes). Dos de ellos traían, además, un moai y un collar de
madreperlas, que escondieron y que luego dejaron abandonados cuando
regresaron a su tierra de Hiva. Sólo un explorador se quedó en la isla.
Varios estudiosos han rescatado de este mito algunos hechos
comprobables: que cuando Hotu Matúa llegó a la isla, ésta ya estaba poblada;
que ya existía en ella el ñame; y que también había moais.
Otros deducen además, que los siete exploradores simbolizan a siete
generaciones que habitaron el lugar; o tal vez a siete tribus inmigrantes, de
las cuales sólo una sobrevivió y se mezcló con la gente de Hotu Matúa.
Los hechos han permitido establecer que el rey Hotu Matúa murió 20
años después de su llegada a la isla y que le sucedió su hijo mayor, Tuu
Maheke. El último de esta dinastía fue Gregorio o Roroko he tau, llamado
también el rey niño, que falleció en 1886, y aunque los pascuenses gustan de
pensar que la sucesión dinástica no tuvo desvíos ni interrupciones, hay varios
indicios de que el linaje dinástico tuvo muchas alteraciones.
Se sabe que poco después de los primeros polinesios llegó a la isla una
segunda inmigración. El origen de estos nuevos pobladores es polémico, ya
que sus características raciales difieren de las de aquellos que entonces se
consideraban “nativos”.

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Folklore de Chile

A los nuevos habitantes se les llamó Hanau eepe, lo que literalmente


quiere decir “raza ancha”, y en efecto, éstos eran más corpulentos y robustos
que los Hanau momoko o raza delgada que ocupaban desde antes el lugar.
Los Hanau eepe tenían muy desarrollados los lóbulos de las orejas razón
por la cual muchos antropólogos los asocian con los incas y sus nobles
orejones descritos por Francisco Pizarro en sus informes. Pero éste, como
muchos otros es un misterio no desentrañado aún. Por el momento, los orejas
cortas y los orejas largas son protagonistas históricos de origen confuso, pero
cuya existencia está afianzada con reales testimonios en el pasado.

Juegos Folklóricos Infantiles


Una parte importante de la cultura folklórica chilena corresponde al
sector infantil. Adivinanzas, trabalenguas, juegos y juguetes, rondas,
canciones, oraciones, poesías, dichos son conocidos por la mayoría de los
niños chilenos.
Muchos de los contenidos folklóricos infantiles están en permanente
modificación, por que los niños incorporan en ellos elementos que van
creando o que toman de los medios de comunicación, especialmente de la
radio y la televisión. Sin embargo, hay otros que sufren modificaciones muy
pequeñas, como por ejemplo los romances que los niños mantienen vigentes
cantándolos mientras realizan juegos de palmas.
A través de los distintos contenidos de la cultura folklórica, los niños
expresan su creatividad de manera abierta y espontánea.
Algunos de estos juegos son:
EL VOLANTIN
Este es uno de los juegos más atractivo para los niños y adultos, la
mayoría de nosotros en alguna oportunidad lo hemos tenido en nuestras
manos.
A través del tiempo el interés por los volantines ha disminuido, en
relación con los cientos de cultores que tenia en el pasado. Pero aun así logra
mantener su especial y tradicional encanto.
El volantín es la versión chilena del cometa y tiene una larga historia.
Según Oreste Plath “en la historia de la civilización occidental se da el nombre
de Archytas de Tavento como inventor del juego del cometa”. Este filósofo y
matemático vivió entre los años 460 al 365 antes de Cristo.
Sus primeras apariciones en Chile fueron a fines del siglo XVII durante
la colonia, cuando jóvenes sacerdotes misioneros, principalmente monjes
benedictinos, competían entre ellos como con otras congregaciones. Era esa la
época en que reinaban los famosos “pavos”, llamados también “jotes”, que
alcanzaban dimensiones de cuatro a cinco metros por lado y que
necesariamente debían ser sujetados por varios hombres. Se afirma que don
Ambrosio O’Higgins fue un cultor destacado de este juego, lo que
indiscutiblemente ayudó a ampliar su difusión.

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Folklore de Chile

Posteriormente dadas las reyertas que producían en su ejecución,


fueron dictados mandos que normaron el juego. Tal es el caso del bando
dictado por el gobernador don Luis Muñoz de Guzmán, en 1796, que ordenaba
que no se podían encumbrar volantines “dentro de la traza general de la
ciudad”, pudiendo hacer, sin embargo, en cañadas y orillas del río donde la
espaciosidad permite el libre uso, sin el menor riesgo de esta diversión. Se
dice que en los predios de la cañada alta, lo que hoy es provincia, se le veía a
menudo encumbrando volantines y los presidentes, desde Manuel Bulnes a
José Manuel Balmaceda participaron inaugurando los concursos de los
volantines.
Existe una gran variedad de volantines, de todas formas y colores. Los
hay en forma de circulo, como figura humana, estrellas, peras, figuras de aves
o de animales, etc. Todos ellos corresponden a los llamados volantines
algunos de los cuales son pequeñas obras de arte, llegando incluso sus
autores a montar exposiciones en donde lucen sus creaciones más
elaboradas.
Además de estas formas existen otras más populares, como la ñecla
cuyas dimensiones son muy menores a las del volantín común. También está
la cambucha, que es confeccionada con cualquier papel, incluso de diario,
dándole forma de cucurucho. Esta no lleva armazón de madera, pero sí los
tirantes y una cola.
El volantín se hace con papel de seda muy delgado, de colores variados
y hermosos. Los volantineros más entendidos señalan que el papel nacional es
un poco más grueso y, por lo tanto, más resistente, aunque el importado, por
ser más delgado, remonta mejor con el viento, por poco que éste sea.

BOLITAS
Este juego tremendamente atractivo para los niños chilenos, irrumpió
con toda su fuerza en el siglo pasado y a llegado hasta nuestros días
constituyendo un indudable juego folklórico infantil.
Básicamente el juego consiste en hacer chocar entre si, dos o más
bolitas, derivándose de ello una gran variedad de juegos. Uno de ellos es la
Troya. Para jugarlo se dibuja un circulo sobre la tierra y, dentro de él, cada
niño que participa coloca una cantidad de bolitas previamente acordada.
Luego se elige el que va a comenzar, ya sea en el sistema de cachipún,
tirando todos los niños sus bolitas al suelo y, el dueño de la bolita que quedó
más cerca del circulo es el que empieza. El primer jugador lanza una bolita
hacia el círculo, intentando sacar de él el máximo de bolitas junto con la bolita
que lanzó. Si sacando o no bolitas de dentro del circulo, la suya queda
adentro, se dice que se ahogo y debe retirarse del juego. Si por el contrario su
bolita sale del circulo pero no logra sacar ninguna otra, solo pierde su turno y
debe esperar que jueguen todos los demás.
Las bolitas que se utilizan son de cristal, acero, piedra o barro cocido y
pintado. Los niños les dan diferentes nombres según sus tamaños y
características: las de cristal más pequeñas la llaman “ojito de gato” El
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Folklore de Chile

“pepón” es la más grande de las bolitas comunes, y el “bolón” es la de mayor


tamaño.

EMBOQUE
Según Oreste Plath el juego del emboque está emparentado con el
juego de las bolitas. El juguete, confeccionado en madera, tiene forma de
campana con un agujero en el centro. De ella sale un cordón delgado y
flexible en cuyo otro extremo está atado un pequeño madero de un calibre
menor que el hoyo de la campana, de manera que pueda calzar en él.
El juego consiste en lanzar al aire la campana y buscar ensartarla,
cuando cae, en la punta del madero.
Algunas veces el juego se realiza individualmente y otra en dúo,
ganando aquel que emboca mayor cantidad de veces ininterrumpidamente.
Actualmente los emboques se confeccionan entorno.

EL TROMPO
Este juguete es de origen antiquísimo y ha perdido vigencia en nuestro
país, principalmente por que su uso ha sido prohibido en los establecimientos
educacionales.
Se trata de un cono de madera en cuya punta va enterrada una púa de
hierro. Partiendo de ella se enrolla un cordel de manera ascendente por el
cono y el otro extremo de la cuerda se enrolla al dedo índice. Luego se lanza
el trompo jalando fuerte la cuerda, de manera que empiece a girar cuando
toque el suelo.
Cuando el trompo está bailando, el jugador puede tomarlo en la mano,
ya sea haciendo ascender la púa por el dedo índice o por el canto de la mano.
Se pueden hacer diversos juegos con el trompo. Uno de ellos es la
Troya y la palomita.
Según el sonido que producen cuando están girando, los trompos
reciben diversos nombres cucarros, cuando el sonido es áspero y plumita o
sedita cuando es silencioso.

Juegos Folklóricos de Adultos


En la antigüedad quienes jugaban más asiduamente eran los varones.
Estas características se mantienen en Chile.
El hombre actual tal vez pretende lograr, por medio del comportamiento
lúdico, quemar energías, relacionare con el grupo, obtener destreza, competir
y ayudarse del azar para ganar.
En los juegos de adultos vigentes en Chile encontramos tanto aquellos
que son producto de nuestro mestizaje, como otros que son solo autóctonos.

EL RODEO
Entre todas las fiestas y juegos típicos de adultos, de nuestro país, el
rodeo es uno de los más emocionantes, alegres y llenos de colorido.

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Folklore de Chile

Describiéndolo en forma simple, podría decirse que simboliza la lucha


permanente del hombre con el animal, para someterlo a las necesidades de la
agricultura. En esta lucha, jinete y caballo son un todo que batalla hasta
imponerse a cada pieza del ganado vacuno.
Actualmente, el rodeo es una practica deportiva criolla que se rige por
normas muy estrictas, pero se origino en el duro trabajo del campesino. Nació
hace siglos, de la necesidad de ordenar el ganado. En cada primavera, los
animales eran traídos desde los cerros, donde pasaban el invierno.
De regreso, había que comprobar el número de animales, marcar los
nuevos y “arreglar” o castrar los novillos.
En la traída del ganado participaban los huasos más fuertes y hábiles en
el manejo del caballo y del lazo. Había que conducir a los animales bordeando
precipicios, cruzando ríos, bajando y subiendo pendientes. Muchos vacunos se
espantaban y descarriaban, y los huasos tenían que correr velozmente tras
ellos, atajarlos y lacearlos, para llevarlos de nuevo a unirse al grueso del
ganado.
Una vez reunidos, había que rodearlos en rápida carrera para separar a
los que pertenecían a distintos dueños. Finalmente se les llevaba a los
corrales. Hacerlos entrar por la “manga” o camino que lleva a cada uno de
ellos era difícil, porque los vacunos se desordenaban y corrían desorientados.
Dentro del corral, se apartaban los que iban a ser “arreglados” y los que
debían marcarse. Todo esto en diestras manos del huaso con su lazo y su
caballo. Los animales bajaban de los cerros briosos y rebeldes, de modo que
controlarlos exigía mucha pericia. Dominarlos, era para los huasos motivo de
gran satisfacción, por que así demostraban su capacidad y fortaleza física.
Como esta fama generó rivalidad al elegir los mejores, se origino un
juego: el rodeo.
Inicialmente se realizaba en corrales rectangulares, pero el animal se
dañaba en las esquinas. Más tarde se convirtió en circulo, como un redondel.

LA RAYUELA
La rayuela es otro juego de adultos tradicional en nuestro país. Consiste
en lanzar tejos circulares y metálicos hacia una raya trazada con tiza en el
suelo o hacia un lienzo colocada a lo ancho del extremo de la cancha.
Cada jugador tiene dos tejos y el éxito consiste en que caigan sobre la
raya o lienza. Así se producen el “punto bordeado” y “el punto quemado”, una
vez que se completa el número de puntos acordados, el juego se termina.
La rayuela nació en los cuarteles militares. Los soldados la idearon sobre
la base de antiguos juegos españoles. Trazaron canchas en los patios de los
carteles, entreteniéndose durante largas horas. Fue muy conocido sobre todo
en el cuartel de Dragones de la Reina, al fondo del Palacio de Gobierno.
Sin embargo, pronto este juego salió de los cuarteles, adoptándolo el
pueblo entero, en especial los criollos y mestizos, que se encargaron de
mantenerlo durante toda la Colonia.

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Folklore de Chile

Tanto arraigó en las costumbres populares, que llego hasta nuestros


días, sobre todo en campos uy aldeas, sin dejar de lado los pueblos y las
grandes ciudades, donde se han creado los “Clubes de Rayuela”.

CARRERA A LA CHILENA
Aunque las carreras de caballos han sido conocidas desde los más
remotos tiempos, no se sabe con exactitud como empezaron en Chile. Algunos
historiadores consideran que las más antiguas formas de correr eran las
llamadas carreras de resistencia, en las que se probaba el alcance del jinete y
del animal.
Durante La Colonia se puso de moda una variante muy especial, con
características propias y originales.
La carrera a la chilena es la obra de un personaje típico de nuestros
campos, en particular de la zona central; el huaso. Era este un campesino
enriquecido, de origen mestizo, que ha subsistido hasta los tiempos actuales,
y que cultivo una especial dedicación hacia el caballo. Fue él quien creó esta
peculiar versión, que se extendió ampliamente en campos y poblados.
Como quiera que fuese, las carreras eran fiestas de mucha fastuosidad
y, sobretodo, un acontecimiento social. A ellas concurrían hombres y mujeres
de todas las edades y condiciones, clases y razas.
Para realizar la carrera a la chilena, era necesario disponer de una
cancha apropiada. Estuvieron repartidas a lo largo del país y era raro
encontrar un pueblo donde no existiera una. Las más famosas se verificaban
en un llano que distaba como cinco millas de la ciudad y a ellas concurrían
hasta diez mil personas. Los señores iban en grandes carretas entoldadas,
tiradas por bueyes.
Una vez en el lugar de las carreras, formaban una especie de calle con
las carretas, muchas de las cuales estaban pintadas por fuera a semejanza de
casas, y en el interior adornadas con cortinas.
A la hora de la comida, cada familia sacaba sus provisiones y todas se
sentaban en el pasto y comían juntas. Durante estas reuniones, las apuestas
eran habituales. “Así pierden, escribe un historiador, las talegas de monedas,
las vajillas de plata, las manadas enteras de ganados mayores y aún
esclavos”.
A consecuencia de ello, se dictó un bando en 1738 en el que se
suprimían las carreras de caballos en todo el país. Sin embargo, fue imposible
extirpar esta costumbre en un pueblo “tan rumboso y tan de a caballo como
el huaso de Chile”.
En las postrimerías de la Colonia, estas diversiones comenzaron a
perder importancia y a ser reemplazadas por que interpretaban mejor a la
nueva sociedad. A medida que aumentaba la paz y se desarrollaba la
agricultura, crecía la seguridad y se aminoraba el estado de guerra, decrecía la
influencia militar de los gobernadores y aumentaba la administrativa, los
torneos y presentaciones ecuestres comenzaron a declinar. Eran también otros
tiempos.
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Folklore de Chile

Las carreras de caballos están vigentes en nuestros días con variantes


en su reglamentación, pero la base de la carrera en si y la alegría popular son
las mismas.

LA TABA
Es un juego muy antiguo, tanto que ya los primitivos griegos lo
conocían. Es el juego de azar precursor de los dados. Las tabas sirvieron
también de objeto adivinatorio.
En América el juego de “La taba” se practica mucho entre los gauchos
argentinos, que entre otros nombres lo designan como “tirar el hueso”.
Lo que parece cierto es que desde Argentina pasó a Chile y parece que
primero lo jugaron los Araucanos que lo llamaban “tefan”, y después a los
hombres de la Patria Vieja. En 1942 ya hay disposiciones que prohiben en la
calle la rueda de jugadores de taba.
Para este juego ordinariamente se usa el hueso astrágalo de la pata de
carnero o cordero, pues los del ganado vacuno, “tabones” son demasiado
grandes.
La Taba presenta cuatro caras que se distinguen con los nombres de
hoyo, tripa, carne y culo y se juega tirándola sencillamente al aire, mientras
los dos que hacen la apuesta, cada uno elige la cara que quiere. El que acierta
la posición gana.
Se gana si al caer la taba queda hacia arriba el lado llamado carne, se
pierde si es el culo.
Hay tabas con maulas, trampas. Y estas se llaman tabas cargadas.
Una partida organizada de este juego se llama “tabeada” y el juez que
arbitra la reunión es el “canchero”.

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