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LA SOCIABILIDAD
El concepto de Simmel se puede entender como una dinámica esencial de la realidad
Simmel en la esencia de ser sociable y coincide así con lo que apunta el historiador francés
Agulhon (1992) cuando establece que la sociabilidad es la “aptitud especial para vivir en
Las actividades y sentimientos de las personas, es decir, las materias que llenan la vida;
aunque no son de índole social, como lo señala Simmel (2002) “esto lo llamo el contenido
pronuncian la aproximación de sujetos desolados al ser con los otros y para los otros. Tal
incontables maneras diferentes en las que va creciendo la unión de los individuos en razón
inconscientes” (p.79).
consideración de gran alcance. Como ratifica Simmel (2002): “Si las circunstancias y
necesidades prácticas llevan a los seres humanos a elaborar el material de la vida, resulta
que aquellos intereses se elevan de manera peculiar sobre el servicio a la vida, se produce
una autonomización de esas energías” (p. 79). A partir de ese momento, por así decirlo,
existencia. Pero la ciencia como indica Simmel (2002): “significa, en cambio, que el
perfección” (p. 79). Aunque cuando se presenta la autonomización en estas formas, señala
En el campo del derecho, esto da paso a su esencia, que desde la existencia de la sociedad
aparecen formas de conducta individuales. Que, como expone Simmel (2002) “una vez
conductas solo se producen porque son “justas”, con indiferencia de la vida que gerenó,
domino y hasta el fiat justicia, pereat mundus” (p. 80). Entonces se podría decir que, el
exhibe Simmel (2002) “el derecho en su pureza no tiene una finalidad, porque ya no es
medio, sino que determina por sí mismo y sin legitimación por una instancia superior
genera lo que llamamos “juego”. De esta manera Simmel (2002) menciona que “las
fuerzas, penurias e impulsos producen nuestro comportamiento que son adecuadas para
Todo esto se sustrae así del flujo de la vida” (p. 81). Como ya se sustrae de la vida y es
una autonomización, éste puede seleccionar y decidir por sí mismo como puede
representarse en su naturaleza, así apunta Simmel (2002) “De este modo, el juego
adquiere su carácter alegre, pero también aquel significado simbólico que lo diferencia
de cualquier simple diversión. Aquí se encuentra lo que justifica la analogía entre arte y