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Proteccion de La Sociedad de Ganaciales PDF
Proteccion de La Sociedad de Ganaciales PDF
SECCIÓN DE POSTGRADO
FACULTAD DE DERECHO
DOCTORADO EN DERECHO
LIMA-PERÚ
2012
ÍNDICE
Prólogo
Introducción
Capítulo 1. Antecedentes de la Sociedad de Gananciales
2
Capítulo 3. Régimen de Disposición de Bienes dentro de la Sociedad de
Gananciales
Introducción.
BIBLIOGRAFÍA
CONCLUSIONES
3
PRÓLOGO
Los alumnos del cuarto ciclo del Doctorado en Derecho de la Universidad San
Martin, con la asesoría del maestro Dr. Hernando Montoya Alberti coincidimos
en preparar un estudio sobre el tema de la sociedad de gananciales.
4
INTRODUCCIÓN
En tal sentido, hemos preparado la siguiente investigación que cuenta con tres
capítulos, el primero trata sobre los “antecedentes históricos de la sociedad de
gananciales”, en el cual se ha investigado respecto al tratamiento que las diferentes
constituciones del Perú otorgó al matrimonio y al régimen patrimonial; asimismo su
repercusión en los Códigos Civiles (peruanos) de 1852, 1936, y 1984, y expone al
detalle el reconocimiento de la sociedad de gananciales en el derecho comparado
(romano, francés y el español); por otro lado, presenta el análisis respectivo a la
naturaleza jurídica de la sociedad de gananciales y la teoría del patrimonio autónomo.
Así también desarrollamos el régimen patrimonial en el matrimonio en este acápite se
consigna la clasificación de regímenes patrimoniales matrimoniales, así como se hace
mención a la separación de bienes, y profundiza en la sociedad de gananciales. Para
finalizar este capítulo hacemos mención sobre el tratamiento brindado a la sociedad de
gananciales en las uniones de hecho tanto en heterosexual como homosexuales.
Esperamos que este trabajo aporte para solución de problemas que ocasionen
los actos de participación en la disposición de los bienes en materia comercial,
apuntando en la protección del patrimonio autónomo de la familia, y que a larga un
acto no bien calculado perjudique el futuro de los hijos que son el producto humano
más importante en la sociedad de dos persona ya sea por el vínculo matrimonial o por
la unión de hecho.
6
TEMA: ANTECEDENTES DE LA SOCIEDAD DE GANANCIALES
7
Capítulo 1.
1
Echecopar García, Luis. El Régimen Legal de Bienes en el Matrimonio. Lima. Compañía
de Impresiones y Publicidad. 1952. P. 73.
8
siendo propietario de los bienes que tuviesen al contraer matrimonio2, marido no
administraba los bienes de la mujer, solo era posible a través de la figura del
mandato, luego la mujer tenía verdadera capacidad patrimonial.
2
SHULZ FRIZTZ, Derecho Romano Clásico, traducción directa de la edición inglesa por
José Santa Cruz Tegeiro, Barcelona, Bosh, 1960, P. 113.
3
MARESA Y NAVARRO, José María, Comentarios al Código Civil Español, tomo IX,
Madrid, imprenta de la Revista de Legislación 1904, p. 26.
4
MARESA, OB.CIT.,P.27
9
los bienes donados los padres de la novia entregaban cierta suma de bienes que
tenía el carácter de un anticipo de legítima.
5
HINOJOSA, Eduardo, Cuál ha sido, cuál es y cuál debiera ser la condición de la mujer
casada en la esfera del Derecho Civil. Discurso de recepción en la Real Academia de
Ciencia Morales y Políticas, Madrid, 1907, p 13-14
6
MARTINES MARINA, Ensayo Jurídico Crítico sobre la legislación y principales cuerpos
legales de los reinos de León y Castilla y especialmente sobre el código de las Siete
partidas D. Alfonso el Sabio 2º Edición, tomo I, Madrid, Imprenta de D.E. Aguado, 1834,
P312.
10
El fuero Juzgo: Después del periodo Visigodo se produce una dispersión
de la población hispana y se diversifica la normativa, en esta época se acentúa
los pactos o convenciones que determinan el régimen económico matrimonial y
que muestran la tendencia hacia el régimen comunitario.
Los bienes que aumentaban el capital del marido, eran los siguientes:
12
casa, ni la ropa de uso, si la mujer lleva al matrimonio una renta ó
legado anual, ni la renta ni el legado eran dote. La mujer conservaba
el dominio en los bienes dótales que sean inmuebles, alhajas ó cosas
de valor que no se consumen con el uso, mientras que el marido
hacía suyas las cosas fungibles, quedando responsable de su valor;
pero, el marido no puede enajenar, ni hipotecar, ni empeñar los
bienes dótales, cuyo dominio conserva la mujer, a falta de firma de la
mujer en la escritura de enajenación de sus bienes dotales, es
prueba de que no prestó su consentimiento, y no se admitía en
contrario ninguna otra. Puede sin embargo el marido, enajenar los
bienes dotales sin consentimiento de la mujer, pero con licencia
judicial para alimentar a los hijos, no habiendo otros medios de
hacerlo, para dotar a las hijas, para el establecimiento de los hijos,
para los reparos absolutamente necesarios a la conservación de los
bienes inmuebles, para dividir los bienes poseídos en común, cuando
en ellos está constituida la dote, y no es cómodamente divisible del
bien inmueble, para que, sirviendo de capital al marido, se emplee en
industria que de a la sociedad mayor provecho que los bienes
dotales, si es que los productos de estos no bastan para los gastos
necesarios de la familia, cuando los bienes inmuebles están situados
en lugares distantes del domicilio de los cónyuges y conviene
venderlos para comprar otros que se hallan más próximos ó en el
mismo domicilio.
13
2. Las arras: Lo que esposo le daba a la esposa por razón del
matrimonio, ésta hacía suyas las arras, verificado el matrimonio, las
arras seguían la condición de los bienes parafernales.
7
Artículo 180: El marido es administrador de los bienes de la sociedad conyugal.
Artículo 182: La mujer no puede dar, enajenar, hipotecar ni adquirir a título oneroso o
gratuito sin intervención del marido o sin consentimiento por escrito.
14
Pierde los gananciales: La viuda que se prostituye. Por adulterio
declarado judicialmente. No participa de los gananciales, la mujer
que abandona la casa del marido por todo el tiempo que dure la
separación. Así mismo, el artículo 1050, establecía que la mujer que
no quiere ir habitar en casa del marido, y que en contra de la
voluntad permanezca en cualquier otra, no tendrá derecho a
gananciales.
15
3.- Los que adquiera durante el matrimonio a título oneroso, cuando la
causa de adquisición ha precedido al casamiento;
4.- La indemnización por accidentes o por seguro de vida, de daños
personales o de enfermedades, deducidas las primas pagadas
durante la sociedad.
17
Si los futuros cónyuges optan por el régimen de separación de
patrimonios, deben otorgar escritura pública, bajo sanción de nulidad. Para que
surta efecto debe inscribirse en el registro personal. A falta de escritura pública
se presume que los interesados han optado por el régimen de sociedad de
gananciales.
18
El Código exige que para la sustitución del régimen patrimonial en
forma convencional, como condición de validez, el otorgamiento de escritura
pública y la inscripción en el registro personal; precisándose que el nuevo
régimen tiene vigencia desde la fecha de su inscripción. (Artículo 296)
8
Art. 302 Código Civil : “Bienes sociales”
9
Art. Nº 315 Código Civil : “Disposición de los bienes sociales”
10
Art. 312 Código Civil : “Prohibición de contrato entre cónyuges
21
Como se puede apreciar otras figuras consideradas en los Código del
1852 y 1936 no han sido consideradas en la actual regulación de la sociedad de
gananciales del Código Civil de 1984, como son los bienes reservados y la dote,
además se puede optar por el régimen de separación de patrimonio
convencionalmente sin expresión de causa.
a) Constitución de 1933
b) Constitución de 1979
22
protegen a la familia y promueven el matrimonio. Reconocen a estos últimos
como institutos naturales y fundamentales de la sociedad.
23
según origen de los bienes, sin negar que se trata de una
comunidad.
3º Una tercera posición, considera que la sociedad de gananciales es
una forma particular o peculiar de sociedad, esto es, una sociedad
patrimonial legal, en la que el elemento personal (cónyuges), el
patrimonial (bienes propios y sociales) y el legal (ordenamiento
jurídico que lo regula);
4º Una cuarta posición la considera como una sociedad sui géneris.
5º Una quinta teoría la alemana de que es un patrimonio en mano
común (origen del término mancomunidad), en el que no existen
partes alícuotas; cada parte participa en el todo. Recalcar que se
trata de la comunidad es bastante adecuado, pues es preciso
distinguirla de la copropiedad institución completamente diferente; de
igual forma las teorías que apuntan a considerarla una persona
jurídica han sido desvirtuadas en la actualidad.11
11
Jiménez Vargas-Machuca, Roxana. Bienes que integran la sociedad de gananciales. En
Código Civil Comentado. Tomo II. Gaceta Jurídica. Segunda Edición. Lima, 2007. Pág.
195-196
24
propiedad. La propiedad12 es, en primer lugar un poder jurídico. El poder
adopta muchas formas, en este caso nace del derecho. Recae sobre un
bien o sobre un conjunto de bienes, ya sean corporales (cosas) o
incorporales (derechos).
Definición
12
Avendaño Valdez, Jorge. Definición de Propiedad. En Código Civil Comentado. Tomo V.
Gaceta Jurídica. Segunda Edición. Lima, 2007. Pág. 137.
13
Alex Plácido Vilcachagua: http://www.lawiuris.com/2008/12/03/regimen-patrimonial/
14
Informe de Investigación CIJUL (Centro e Información Jurídica en Línea) Universidad de
Costa Rica
(http://aslegalcr.com/blog/wpcontent/uploads/2008/10/1979_regimenes_patrimoniales_de
ntro_del_matrimonio_9-07.pdf)
15
REGIMEN PATRIMONIAL DEL MATRIMONIO, Ontaneda Vallejos, Allen Mario
(http://www.teleley.com/articulos/art_ontaneda.pdf)
25
Tiene gran transcendencia sobre todo en caso de separación matrimonial, el
divorcio y en todo tipo de sucesorio (herencias), asimismo tiene gran repercusión
frente a terceros en los casos de insolvencia de alguno de los cónyuges.
Según Gerardo Trejos, los aspectos básicos que debe regular el régimen
patrimonial son:
Características
26
De otro lado las legislaciones determinan en forma diferente la
ubicación de los patrimonios de los cónyuges, es decir, si las
inversiones que se realizan durante la vida en común en algunos
casos aumentaran el patrimonio del marido, de la mujer, o de la
comunidad si se hubiera formado.
1. Por su Vigencia:
16
Maria del Pilar Castillo Soltero, Fiscal Provincial de Familia, Lima, Perú
27
el año 1953, mientras que en Francia fue usado como régimen
convencional bajo la denominación "sin comunidad", asimismo el
Código Portugués de 1867 lo denominó "simple separación de
bienes".
2. Por su Contenido:
30
C) Régimen de Participación o Mixtos:
31
3. Por la Intervención de la Autonomía Privada.
LEGISLACIÓN COMPARADA
España
32
El sistema por defecto en España es el de la sociedad de gananciales, sin
embargo en Cataluña, Baleares y en la Comunidad Valenciana los matrimonios
contraídos tiene por defecto la aplicación del sistema de separación de bienes.
México
Argentina
Perú
17
El artículo 295 del Código Civil señala que cuando la elección se hace antes del
matrimonio, el régimen elegido comenzara a regir al celebrarse el matrimonio, señalando
además que si los futuros cónyuges optan por el régimen de separación de patrimonios,
deberán hacerlo expresamente, otorgando la escritura pública respectiva bajo sanción de
nulidad e inscribiéndola en el registro personal para que surta efectos, por lo que el
silencio de los cónyuges hace presumir jure et de jure que se ha elegido el régimen de
sociedad de gananciales.
El artículo 296 establece que para la sustitución voluntaria del régimen patrimonial
durante el matrimonio, para su validez del convenio se requiere escritura pública, y para
que surta efecto ante terceros debe inscribirse en el registro personal.
33
1.3.1 SEPARACIÓN DE BIENES
1.3.1.1. Concepto
1.3.1.2. Legislación
18
Informe de Investigación CIJUL (Centro e Información Jurídica en Línea) Universidad de
Costa Rica
(http://aslegalcr.com/blog/wpcontent/uploads/2008/10/1979_regimenes_patrimoniales_de
ntro_del_matrimonio_9-07.pdf)
19
Lederman Apozdava, Elevyn. Proteccional Régimen Patrimonial Familiar en la
Legislación Costarricense. Tesis de grado. San José, Costa Rica: Universidad de la
Salle, Escuela de Derecho, 2003
34
establecer a que no desean que se aplique a su matrimonio el régimen
de sociedad de gananciales, entonces sus relaciones patrimoniales
quedan sometidas al régimen de separaciones de bienes por ser el
régimen legal supletorio de segundo grado, y en este sentido para hacer
alusión a este supuesto se afirma que la separación de bienes tiene
carácter legal. Finalmente, la separación de bienes se considera judicial
cuando se producen circunstancias del último párrafo del art. 1435 del
Código Civil.20
1.3.2.1. Concepto
20
Rams Albesa, J. y Moreno Martínez, J. A. El Régimen Económico del Matrimonio
(Comentarios al Código Civil: Especial Consideración de la doctrina jurisprudencial),
Madrid.
21
http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/indercom/cont/7/dtr/dtr1.pdf
35
Precisamos definición de los bienes gananciales y los
gananciales propiamente dichos, el primero, es sólo un derecho de
participación que cada cónyuge tiene en el valor de los bienes; el
segundo, los bienes que deben ser objeto de división entre los consortes
a fin de hacer efectivo aquel derecho; y, el tercero, los bienes remanentes
que se dividirán por mitades ambos esposos o sus respectivos herederos
después de la liquidación de la sociedad.
Patrimonio Autónomo
El Patrimonio Autónomo, es aquel que posee vida propia sin la obligación
de permanecer vinculado a un sujeto de derecho, siendo un conjunto de
derechos y obligaciones que no se están imputado a una persona
determinada. Para incontables estudiosos dicha figura no tiene
probabilidades de existir en nuestro derecho, pero para otros un ejemplo
claro es el de la herencia yacente que sirve como modelo del patrimonio
autónomo, como se comprende la herencia yacente es el patrimonio
hereditario, en que se ignora quién es el heredero, no tiene herederos o
los que existían han renunciado a dicha herencia, la cual aparece
consagrada en artículo 1060° del Código Civil vigente.
36
En cuanto a dicha hipótesis de patrimonios impersonales o autónomos,
se encuentran varias tesis de reconocidos autores, que nuestra
legislación no comparte ya que considera como inadmisible la existe de
derechos en sentido subjetivos y deberes jurídicos que no estén
imputados a una misma persona jurídica, colectiva o física.
Efectos y administración
El principal efecto de la Sociedad de Gananciales es que en la
disposición de los bienes se requerirá la participación de ambos
cónyuges, esto debido a que éste régimen está pensado en la vida
común a la cual se obligan ambos cónyuges, de modo que sus bienes
contribuyan al bienestar de ambos.
Los bienes que hubiesen sido adquiridos dentro del matrimonio son de
propiedad de ambos y, con la disolución del matrimonio, se deben
liquidar, de forma que a cada uno corresponda el cincuenta por ciento de
su valor, salvo pacto en contrario.
Los bienes propios son aquellos que tiene cada cónyuge desde antes
de la celebración del matrimonio y los que adquiere durante éste a título
gratuito, por subrogación real con otro bien propio, o por una causa o
título anterior al matrimonio, también están comprendidos los bienes
adquiridos después por herencia, legado o donación, estando previsto en
el artículo 302 del Código Civil la relación de bienes propios, como son
las indemnizaciones por accidentes o seguros, los derechos de autor e
inventor, los implementos laborales o profesionales, las acciones y
participaciones de sociedades, la renta vitalicia, los vestidos y objetos de
uso personal.
37
cónyuge propietario de los bienes propios puede gravarlos o disponer de
ellos libremente, sin intervención del otro cónyuge. En este régimen
durante la sociedad de gananciales, cualquiera de los cónyuges no
puede renunciar a donaciones, herencia o legados.
1.3.2.2. Legislación
38
especiales, así tenemos la Ley de Títulos Valores, Ley Nº 27287 en cuya
Sexta Disposición Final señala: “En la transferencia o constitución de
gravámenes sobre una persona natural, no se requiere la intervención del
otro cónyuge.
39
artículo 315 como en el artículo 292 del Código Civil, lo que lleva a
concluir que, la presencia de ambos cónyuges en un acto de disposición
o gravamen, no supone un requisito de validez del acto jurídico sino
supone una adecuada legitimidad para contratar.
22
Exp. N° 06572-2006-PA/TC
40
Por mandato expreso constitucional, entendemos que la comunidad de
bienes es el régimen establecido para las uniones de hecho y que este debe
regirse por las normas que regulan a la sociedad de gananciales. Dado que es
un mandato expreso, se deduce que los convivientes no pueden someterse a un
régimen de separación de bienes como podría suceder en el matrimonio, más
aún, si como se ha mencionado el TC, el objetivo es justamente evitar el
desmedro económico que pudiera sufrir alguno de los convivientes al terminarse
la relación de concubinato.
41
Es así que Héctor Cornejo Chávez señala que “en cuanto a la prueba del
concubinato, parece evidente que cuando los mismos interesados están de
acuerdo en el hecho de su unión no debería obligárseles a litigar para
demostrarlo, al menos para las relaciones entre ellos. La forma adoptada por el
nuevo código (Código Civil), aunque de alguna manera es posible que haya
tenido en mente los intereses de terceros, resulta obligando a los concubinos en
todo caso y para todos los efectos a probar dentro de juicio su condición de
tales”.
En ese mismo sentido Alex Placido mencionaba que con relación a los
efectos patrimoniales que se reclamen entre los convivientes o terceros, como
son los derechos que les correspondan de conformidad con el régimen de
sociedad de gananciales, la prueba de la existencia de la unión de hecho se
requiere en forma previa al ejercicio de tales pretensiones; por lo que debe
actuarse en un proceso distinto y anterior. Este criterio también se sustenta en la
naturaleza de las pretensiones.
23
El requisito de la convivencia es señalado como innecesario tanto para la unión
heterosexual como para la homosexual.
42
que no serán uniones homosexuales las existentes entre tres personas del
mismo signo sexual, ni tampoco si se mantienen varias uniones al mismo tiempo,
dado que lo caracteriza a esta forma de vida es unicidad, su exclusividad, que no
se encuentra presente cuando se mantienen varias relaciones al mismo tiempo o
cuando se unen más de dos personas en comunidad.
La unión homosexual, para que sea tal, debe tener “fama”, es decir
reconocimiento público o demostración externa de su existencia; ello desecha
las uniones homosexuales clandestinas. Solo cuando estas características se
puede reconocer la relevancia jurídica a la unión, sin embargo existe un carácter
más a tener en cuenta, y es que la unión de dos personas del mismo sexo debe
tener permanencia en el tiempo. Es muy difícil determinar cuándo una unión es
permanente y cuando es esporádica o transitoria si no existe una regulación
legal que determina el plazo; pero lo cierto es que la duración es una condición
sine qua non para producir efectos jurídicos.
Legislación comparada
24
Los Homosexuales y el derecho a contraer matrimonio, Graciela Medina. Editores
Rubinzal – Culzoni. Buenos Aires.
43
Las legislaciones abstencionistas son aquellas en las que el legislador no
ha tomado ninguna previsión con respecto a las uniones homosexuales; no las
sanciona, pero tampoco se ocupa de regular sus consecuencias jurídicas, en
este clase se encuentra las legislaciones latinoamericanas.25
Contrario es el caso de la Ley de Puerto Rico (1999) por cual señala que
“cualquier matrimonio entre personas del mismo sexo o transexuales celebrado
bajo otra jurisdicción no será válido ni se reconocerá por la Ley de Puerto Rico.”.
En ese mismo sentido sancionó las legislaciones de Kentucky (1998), Iowa
(1997), Illinois, West Virginia (2000), Washington (1998), Delaware.
Existen otros tipos de legislaciones que optan por normar sobre las
uniones de hecho homosexuales en forma independiente del matrimonio y
25
En los países latinoamericanos por definición histórica, el matrimonio es considerado
como la unión de un hombre y una mujer.
44
aclaran específicamente que no se aplica el estatuto matrimonial ni genera
relaciones parentesco. Como por ejemplo:
Colombia27
26
Más adelante vamos a desarrollar la legislación catalana.
27
http://190.41.250.173/rij/bases/juris-nac/orientac.htm
45
derechos y deberes (Constitución Política de Colombia, arts. 42 y 43), lo que
como objeto necesario de protección no se da en las parejas homosexuales. La
debilidad de la compañera permanente se encuentra en el origen de las
disposiciones constitucionales y legales citadas y, en consecuencia, el contexto
de desprotección identificado no era otro que el de las parejas heterosexuales.
En suma, la Corte considera que son varios los factores de orden social y
jurídico, tenidos en cuenta por el Constituyente, los que han incidido en la
decisión legislativa, y no simplemente la mera consideración de la comunidad de
vida entre los miembros de la pareja, más aún si se piensa que aquélla puede
encontrarse en parejas y grupos sociales muy diversos, de dos o de varios
miembros, unidos o no por lazos sexuales o afectivos y no por ello el legislador
se encuentra obligado a reconocer siempre la existencia de un régimen
patrimonial análogo al establecido en las normas objeto de impugnación.
España
46
La ley reconoce la libertad de los convivientes para regular
sus relaciones económicas y así pueden pactar la aplicación
del régimen de gananciales sin que pueda aplicarse automáticamente si no lo
acuerdan así.
Perú
Respecto a las uniones homosexuales el panorama no es uniforme,
pues la consideración de familia a este tipo de uniones no está recogida
legislativamente ni consolidada socialmente en todos los países28
28
Al respecto puede consultarse la legislación de Holanda, Francia, Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, la Ley de Cataluña y la Ley de Aragón en España.
29
LA SOCIEDAD DE GANANCIALES Y LAS UNIONES DE HECHO EN EL PERU, Olga
María Castro Pérez - Treviño
47
TEMA: RÉGIMEN DE PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO DE
LA SOCIEDAD DE GANANCIALES
48
Capítulo 2
30
Plácido Vilcachagua, Alex: “Regímenes Patrimoniales del Matrimonio”. Lima. Gaceta
Jurídica.2002. Pág. 50
31
Plácido Vilcachagua, Alex. Obra citada. Pág. 54.
49
En el Régimen de Sociedad de Gananciales hay dos tipos de Bienes: los
propios de cada cónyuge (artículo 302° del Código Civil) y los comunes o bienes
de la sociedad, adquiridos por uno u otro durante el matrimonio. El Código Civil
enumera los bienes propios (artículo 302° del Código Civil) de la forma más
completa posible, preceptuando que todos los demás son bienes sociales
(artículo 310º del Código Civil), con lo que subsana automáticamente cualquier
omisión y, asimismo, establece la presunción iuris tantum de que todos los
bienes se reputan sociales32.
Por su parte Fueyo Laneri sostiene que entre las características del
patrimonio familiar se encuentra la indivisibilidad, es decir, este patrimonio es
calificado como unidad económica y “unidad jurídicamente indivisible”. Lo
anterior tiende al mejor cumplimiento de su finalidad. La desintegración es
posible en casos excepcionales y de manera condicional.34
32
Jiménez Vargas-Machuca, Roxana (2003). Bienes que integran la sociedad de
gananciales. En: Comentario al Código Civil, Tomo II –Derecho de Familia-. Lima,
Gaceta Jurídica. Pág. 290 – 292.
33
Gallegos Canales, Yolanda y Jara Quispe, Rebeca. 2008 “Manual de Derecho de
Familia”. Jurista Editores. Lima. Pág. 437.
34
Gallegos Canales, Yolanda y Jara Quispe, Rebeca. Obra citada. Pág. 440.
50
Nuestro Código Civil regula el régimen económico matrimonial en el Libro
Tercero sobre el Derecho de Familia. La posibilidad de que los contrayentes
puedan optar entre el régimen de sociedad de gananciales o el de separación de
patrimonios, y que los cónyuges puedan sustituir el régimen económico vigente,
demuestra la existencia en él de la autonomía privada, si bien con limitaciones
para garantía de aquéllos y de los terceros. Estos límites, además de los
generales de la autonomía privada, proceden en especial del aspecto
institucional que el matrimonio tiene. Ellos son producto del contenido ético de
las relaciones jurídicas familiares, que imprime un matiz particular y propio al
sistema familiar y del que no es ajeno el régimen económico del matrimonio; no
se está, pues, ante relaciones jurídicas puramente económicas. Por ello, ambos
aspectos, discutidos en la doctrina, no se excluyen, sino que se integran; y esa
conjunción en nuestro sistema se aprecia como una convención matrimonial.
“Los artículos 307º y 308º del Código Civil regula como se cubren las
obligaciones contraídas por los cónyuges antes de la vigencia de la
sociedad de gananciales. Siendo así, no corresponde discutir los bienes
propios de uno de los cónyuges o los bienes de la sociedad conyugal
responderán por las deudas contraídas por el otro cónyuge. Lo que
corresponde determinar es si la obligación se contrajo en beneficio del
futuro hogar o en provecho de la familia.
En principio las deudas personales (artículo 307º del Código Civil) deben
ser asumidas por los responsables de dicha conducta, sin embargo se
ha establecido dos excepciones a dicha regla. Por un lado, cuando las
35
CASACIÓN N° 2008-2000/CAJAMARCA
36
CASACIÓN N° 1953-97/PIURA
37
CASACIÓN N° 2773-2005/AREQUIPA
52
deudas han sido contraídas antes de la sociedad a favor de la existencia
de la futura sociedad, en este supuesto responde de manera subsidiaria
el activo social ante la falta de activo del deudor. Por otro lado, durante
la vigencia del matrimonio cuando uno de las personas contrae deudas a
consecuencia de tratar de alcanzar un beneficio familiar, en este caso
también el patrimonio familiar responderá de manera subsidiaria.38
38
Quispe Salsavilca, David (2003). Deudas contraídas con anterioridad al régimen. En:
Comentario al Código Civil Comentado, Tomo II- Derecho de Familia-. Lima, Gaceta
Jurídica. Pág. 291.
39
Quispe Salsavilca, David (2003). Deudas personales del otro cónyuge. En: Comentario al
Código Civil Comentado, Tomo II- Derecho de Familia-. Lima, Gaceta Jurídica. Pág. 295-
296.
53
2.2.2. Deudas de la Sociedad Conyugal
Con respecto a las deudas de la sociedad debemos de señalar
que se afecta de manera directa tanto a los hombres como a las
mujeres, en base a la igualdad que existe. En nivel de alcance se
da en dos etapas, siendo que en un primer momento responde los
bienes de la sociedad conyugal y de manera subsidiaria y limitada
los bienes personales de los cónyuges.
40
Arata Solís, Moisés: “La sociedad de Gananciales”. 2011. Gaceta Jurídica. Pág. 264.
41
Plácido Vilcachagua, Alex. Obra citada. Pág. 264.
54
en tanto que son deudas sociales42. Resulta claro que, en cuanto
a los efectos de la anulabilidad frente a terceros subadquirentes, a
éstos debe afectarles salvo que hayan actuado de buena fe y a
título oneroso. Este es también el criterio que siguen las
legislaciones como la española y la jurisprudencia argentina. La
primera dispone que "cuando la ley requiera para actos
determinados que uno de los cónyuges actúe con el
consentimiento del otro, los actos realizados sin él y que no hayan
sido expresa o tácitamente confirmados, podrán ser anulados a
instancia del cónyuge cuyo consentimiento se haya omitido o de
sus herederos". La segunda establece que el acto al que le falta el
concurso de la voluntad del otro esposo, está viciado de nulidad
relativa, que puede ser demandada por ese cónyuge. No está
comprometido un interés público, sino el interés patrimonial de
aquél, o el interés de los hijos, según sea el supuesto; de modo
que no hay razón para que sea declarada de oficio, como
sucedería si se tratase de un caso de nulidad absoluta.
42
Arias Schreiber, Max (2002). “Exegesis del Código Civil Peruano TOMO VII”. Lima,
Editorial Gaceta. Pág. 253.
55
objetivo de la responsabilidad a la que se encuentran sujetos los
bienes conyugales frente a talo cual supuesto de deuda,
responsabilidad que puede ser modulada, limitada, sometida a
determinadas órdenes de actuación, etc., por la ley.
43
CASACIÓN N° 2421-2002/ La Libertad
56
adquiridos dentro de la sociedad conyugal no pueden responder
por la deuda adquirida sólo por el marido".44
44
Expediente Nº 1144-98, Resolución del 16/06/98, Segunda Sala Civil Corporativa para
Procesos Ejecutivos y Cautelares de la Corte Superior de Lima.
45
Expediente Nº 1264-97, Resolución del 16/01/98, Sala Civil Corporativa para Procesos
Ejecutivos y Cautelares de la Corte Superior de Lima.
46
Expediente Nº 48D-9D-Lima, Normas Legales Nº 211, Pág. J-3.
47
Casación Nº 4-95. El Código Civil a través de la Jurisprudencia Casatoria. Pág. 153.
57
embargado, ya que no se trata de una obligación que la sociedad
conyugal deba responder".48
Así, el acreedor puede recurrir al Art. 1219° del Código Civil, siendo que: i)
puede emplear las medidas legales a fin de que el deudor le procure aquello
que está obligado; ii) procurarse la prestación o hacerla procurar por otro, a
costa del deudor; iii) en cualquiera de ambos casos obtener del deudor la
indemnización49.
Puede darse el caso que uno solo de los cónyuges se endeude pero no en
beneficio propio sino en el de la familia, y en estos casos responderán los
bienes sociales, considerándose deudora, por ende, a la sociedad conyugal,
evidentemente si esto se ha acreditado. El artículo 330º del Código Civil se
circunscribe a las deudas privativas, exclusivas, de uno de los cónyuges de una
sociedad conyugal regida por el régimen patrimonial de sociedad de
gananciales o comunidad.
50
Almeida Briceño, José. Obra citada. Pág. 419.
51
ROJAS LEO, Juan Francisco. “Comentarios a la Ley General del Sistema Concursal”.
Lima. ARA Editores. 2002. Pág. 66.
59
1. Procedimiento concursal preventivo (solo a solicitud del deudor). Este
procedimiento es la convocatoria a los acreedores con el propósito de
lograr una reprogramación en el pago de las deudas, la cual sea
uniformemente oponible a todos, con la finalidad de afrontar la situación de
crisis coyuntural, que el patrimonio del deudor enfrenta, y que solo requiere
algunos correctivos temporales para superarla, además del incentivo que
significa el apoyo del ente administrativo, el cual le proporcionará los
beneficios (inexigibilidad de las obligaciones y suspensión de la ejecución
del patrimonio).
60
de las dos terceras partes (2/3) de sus obligaciones se hayan originado en
la actividad empresarial desarrollada por el deudor y/o por terceras
personas, respecto de las cuales aquél haya asumido el deber de pago de
las mismas, incluyéndose para estos efectos las indemnizaciones y
reparaciones por responsabilidad civil generadas con el ejercicio de la
referida actividad (en este caso se trata de excluir el concurso sustentado
en deudas de tipo familiar como salud, educación, alimentos). Estos
requisitos se impusieron para facilitar los mecanismos del sistema a las
personas naturales, sociedades conyugales o sucesiones indivisas,
siempre y cuando sea indubitable que realicen una actividad empresarial.
52
CASACIÓN N° 3959-2006/Lima
64
pueden ingresar al proceso concursal y tener inclusive carácter de cargas
o deudas sociales.
65
situación de indivisión entre el patrimonio del cónyuge deudor y el
universo de sus acreedores. Por lo demás, para el ejercicio de este tipo
de acción el tercero acreedor no necesita recabar autorización judicial,
pero deberá hacer citar a su deudor en el proceso que promueva sin
perjuicio de lo antes señalado, esta acción presenta serios
desincentivos para el tercero acreedor; el principal consiste en que su
ejercicio no beneficia exclusivamente a éste sino por el contrario, debe
compartirlo con los demás acreedores del mismo cónyuge deudor, a lo
más podrá exigir que éstos contribuyan a los gastos que a él le haya
irrogado la prosecución de la acción. En cambio la actual legislación
concursal ofrece un mecanismo más expeditivo para lograr presionar al
cónyuge deudor a realizar el pago, bajo apercibimiento de declararlo
insolvente, teniendo en cuenta que una vez designado el administrador,
liquidador o administrador especial, según sea el caso, por la junta de
acreedores, éstos ejercerán la representación del cónyuge insolvente y
por lo tanto, tendrán a su cargo no sólo el ejercicio de sus acciones,
sino también la defensa de sus derechos (artículo 61°.4 y 82°, inciso c)
de la Ley General del Sistema Concursal).53
53
Almeida Briceño, José. Obra citada. Págs. 437-440.
66
encuentre sujeto a condición o plazo (artículo 195° del Código Civil).
Esta medida pretende evitar la insolvencia o la reducción de la solvencia
conocida del deudor impidiendo que se desprenda a favor de otros el
patrimonio que de modo global garantiza el crédito.
54
Almeida Briceño, José. Obra citada. Págs. 440-441.
67
2.4.3. Disposición arbitraria del Patrimonio Social
55
Placido Vilcachagua, Alex (2003). Disposición de los bienes sociales. En: Comentario al
Código Civil Comentado, Tomo II- Derecho de Familia-. Lima, Gaceta Jurídica. Pág. 315.
68
La voluntad concorde de los cónyuges se requiere como elemento
constitutivo necesario para la validez del acto. Siendo así, el acto
practicado sin intervención de uno de ellos y, aun, sin la autorización
supletoria judicial, es nulo por falta de manifestación de voluntad: ésta
se configura con la intervención de ambos cónyuges (artículo 219º,
inciso 1, del Código Civil). Claro está que la nulidad no podrá ser
alegada contra terceros que actuando de buena fe y a título oneroso
adquieran algún derecho de un cónyuge que en el Registro Público
aparece con facultades para otorgarlo (artículo 2014º del Código Civil).
Pero, como el interés afectado no es otro que el del cónyuge que no
interviene para controlar el poder dispositivo de bienes sociales y puede
suceder, por el contrario, que, aun sin su consentimiento, no tenga nada
que oponer al acto realizado, que tal vez estime ventajoso, o bien que
prefiera proteger su interés de algún otro modo, de acuerdo con su
consorte, no parece adecuado caracterizar esta situación como una
acción de nulidad radical e insalvable, sino más bien como una acción
de anulabilidad, cuyo ejercicio depende del arbitrio del cónyuge no
interviniente. En tal sentido, solo éste puede decidir sobre su
impugnación o convalidación expresa o tácita. Esta última-se produce
cuando el cónyuge no interviniente asume un comportamiento acorde
con los efectos del acto realizado sin su participación. La legitimación
para ejercer esta acción de anulabilidad corresponderá al cónyuge no
interviniente y, a su muerte, a sus herederos, por no ser un derecho
personalísimo; no siendo admisible que lo realice el cónyuge infractor, ni
el tercero que contrató. A este respecto, se opone el principio general
en materia de anulabilidad, que niega la acción a quienes la
ocasionaron, conforme al último párrafo del artículo 222º del Código
Civil.
69
manifestación de voluntad: ésta se configura con la intervención de
ambos cónyuges. La doctrina nacional adopta posiciones que van
desde la invalidez del acto hasta la ineficacia del mismo. En este último
caso, se ha sostenido que el acto es válido entre las partes, pero
inoponible al otro cónyuge.
70
Esta postura no perjudica el tracto comercial, ya que para ello se
autoriza que leyes especiales puedan establecer excepciones; como
ocurre, por ejemplo, en la reciente legislación sobre títulos valores (Ley
N° 27287) en cuya sexta disposición final se establece que en "la
transferencia o constitución de gravámenes sobre títulos valores
emitidos o transferidos a favor de una persona natural, no se requiere la
intervención del cónyuge", rigiendo la misma norma para los valores
representativos mediante anotación en cuenta. Asimismo, en la
legislación bancaria, financiera y de seguros (Ley N° 26702), respecto
del contrato de cuenta corriente bancaria, se dispone en su artículo 227º
que "en el establecimiento de cuentas corrientes por personas naturales
y en las operaciones que se efectúen con las mismas, se presume de
pleno derecho el consentimiento del cónyuge del titular de la cuenta"; o,
en la legislación laboral sobre la compensación por tiempo de servicios
(Decreto Legislativo N° 650), en cuyo artículo 39 se establece que "la
compensación por tiempo de servicios tiene la calidad de bien común
solo a partir del matrimonio civil (...) y mantendrá dicha calidad hasta la
fecha de la escritura pública en que se pacte el régimen de separación
de patrimonios o de la resolución judicial consentida o ejecutoriada que
ponga fin a dicho régimen"; y, sobre la afectación en garantía, el retiro
parcial o total del depósito en caso de cese, "se presume, salvo prueba
en contrario, que el trabajador cuenta con el consentimiento
correspondiente para realizar tales actos", estableciéndose que "para
desvirtuar esta presunción basta que el cónyuge (...) que acredite su
calidad de tal, lo manifieste por escrito al empleador y al depositario".
56
Casación N° 849-95-Lima, Sala Civil de la Corte Suprema, Hinostroza Minguez, Alberto,
Jurisprudencia Civil, Tomo III, p. 25.
71
orden público, sin que puedan modificarse por la sola voluntad de los
cónyuges. En consecuencia, no existe una situación de copropiedad
sobre ellos, es decir, los cónyuges no tienen derechos o acciones sobre
tales bienes, hasta que se produzca la liquidación de dicha sociedad.
Por lo tanto, su disposición debe efectuarse por ambos cónyuges, caso
contrario el acto jurídico del que se tratase es nulo" 57
57
Casación N° 941-95, El Código Civil a través de la Jurisprudencia Casatoria, p. 151.
58
Casación N° 1034-98, El Código Civil a través de la Jurisprudencia Casatoria, p. 152.
72
Se presume, sin admitir prueba en contrario, que los bienes, materia de
negociación en Bolsa, tienen el consentimiento de ambos cónyuges; en
concordancia con el artículo 315º del Código Civil.”
Por un lado, la doctrina propone la nulidad, en tanto que las normas del
Código Civil, son de orden público, siendo que de acuerdo al Art. V del
Título Preliminar, se señala con nulidad su infracción. Así, Benjamín
Aguilar señala lo siguiente:
59
Aguilar Llanos, Benjamín (2008). “La familia en el Código Civil Peruano”. Lima, Ediciones
Legales. Pág. 115
73
contraviniendo dicha norma, se practica actos de disposición de bienes
sociales por uno de los cónyuges se incurra en la causal de nulidad
absoluta de acto jurídico prevista en el artículo doscientos diecinueve
inciso primero del Código Civil, por falta de manifestación de la voluntad
de los titulares del dominio del bien.”60
60
CASACIÓN Nº 336-2006 LIMA
61
Plácido Vilcachagua, Alex. Obra citada. Pág. 102.
62
Morales Hervías, Rómulo (2005). Validez y eficacia de los actos de disposición y de
gravamen en la sociedad de gananciales. El concepto oculto en el artículo 315° del
Código Civil. En: Revista Jurídica del Perú. N° 64 Setiembre-Octubre. Pág. 174.
74
ineficacia el mismo que origina que el acto jurídico cuestionado
no sea oponible al patrimonio de la sociedad de gananciales.
63
CASACIÓN N° 111-2006/LAMBAYEQUE
75
observancia de forma establecida en la norma. Así, ante la carencia o
falla dentro de la categoría estructural, nos encontraremos ante una
nulidad o anulabilidad.
64
Morales Hervías, Rómulo. Obra citada. Pág. 174-178.
65
CASACIÓN Nº 665-2002/TACNA
66
CASACIÓN Nº 2235-2003/LIMA
76
producirá el empobrecimiento de un patrimonio cuyo titular se ve
obligado a satisfacer al acreedor por mandato legal bajo la figura de la
responsabilidad subsidiaria o por que fue compelido por el acreedor.
77
TEMA: RÉGIMEN DE DISPOSICIÓN DE BIENES DENTRO
DE LA SOCIEDAD DE GANANCIALES
78
INTRODUCCIÓN.
Tal es el caso de las presunciones establecidas por el Art. 227º de la Ley 26702,
Ley del Sistema Financiero y del Sistema de Seguros y Orgánica de la
Superintendencia de Banca y Seguros; el Art. 113º del Decreto Legislativo 861, Ley
del Mercado de Valores; la Sexta Disposición Complementaria y Final de la Ley 27287,
Ley de Títulos Valores; y el Decreto Supremo 001-97-TR, TUO de la Ley de
Compensación por Tiempo de Servicios.
En este trabajo nos interesa averiguar cuáles son las razones o circunstancias por
las que el ordenamiento jurídico acepta, en las distintas hipótesis que se plantean, que
ese actuar individual resulte suficiente como para vincular a los bienes comunes,
cuales son los límites que tiene este actuar, por ejemplo en el ámbito del derecho
mercantil y si se debería extender a otros supuestos por analogía.
80
Capítulo 3.
67
GARCÍA Y GARCÍA, José Manuel. “Teoría general del patrimonio”. En: Estudios
Jurídicos en Homenaje al Profesor Luis Diez-Picazo. Tomo I, 1ra Edición. Civitas,
Madrid, 2003, p.581.
81
común, pero cuya autonomía es imperfecta, en la medida que está en constante
interrelación con los patrimonios personales de los cónyuges en materia de
responsabilidad patrimonial.
68
Artículo 301 del C.C.- En el régimen de sociedad de gananciales puede haber bienes
propios de cada cónyuge y bienes de la sociedad.
69
“El patrimonio ganancial está colocado bajo una titularidad que no la ostenta una
persona jurídica como puede serlo la sociedad respecto de los socios. La titularidad es
del marido y la mujer, aun cuando en aquellos casos puedan existir situaciones en las
que un bien de naturaleza ganancial aparezca exteriormente atribuido a uno solo de ellos
(p. Ej. En el Registro de la Propiedad aparece como titular único el marido o la mujer).
Cualquiera que sea la forma aparente de la titularidad, ello no evitará el juego de los
preceptos reguladores de la sociedad de gananciales, si bien efectivamente lo es de
acuerdo con los criterios legales”. DÍEZ PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio (2001).
Sistema de Derecho Civil, Vol. IV, 8ª ed., p. 162. Madrid: Tecnos.
70
La consagración de la afección directa de los bienes gananciales por las obligaciones
contraídas por los dos cónyuges conjuntamente o por uno de ellos con el consentimiento
del expreso del otro se encuentra en el artículo 1367 del C.C. español(equivalente con el
CC Peruano); en tanto que la afección directa de los bienes gananciales en los casos
expresamente señalados en la ley los contempla el artículo 1365 del C.C. español
(equivalente con el CC Peruano) y demás que guardan estrecha relación con él.
82
taxativamente previstos en el código civil71. Es la razón, por la que durante la
vigencia del régimen de la sociedad de gananciales, no existe materia
disponible. Así pues, mal podría un cónyuge disponer de algo que no es
realmente suyo.
Los bienes propios son aquellos que tiene cada cónyuge desde antes
de la celebración del matrimonio, y los que adquiere durante éste a titulo
gratuito, por subrogación real con el otro bien propio, o por una causa o
titulo anterior al matrimonio, también están comprendidos los bienes
adquiridos después de la herencia, legado, o donación, estando previstos
en el artículo 302º del Código Civil la relación de bienes propios, como
son las indemnizaciones por accidentes o seguros, los derechos de autor
e inventor, los implementos laborales o profesionales, las acciones y
participaciones de sociedades, la renta vitalicia, los vestidos y objetos de
uso personal. Cada cónyuge tiene el derecho de administrarlos, con
excepción de los frutos provenientes de los bienes propios, pues estos
son bienes sociales, y cuando el cónyuge propietario de los bienes
permite que sean administrados por el otro; además el cónyuge
propietario de los bienes propios puede gravarlos o disponer de ellos
libremente, sin intervención del otro cónyuge; en este régimen durante la
sociedad de gananciales, cualquiera de los cónyuges no puede renunciar
a donaciones, herencia o legados.
71
Artículo 318.- Fenece el régimen de la sociedad de gananciales:
1.- Por invalidación del matrimonio.
2.- Por separación de cuerpos.
3.- Por divorcio.
4.- Por declaración de ausencia.
5.- Por muerte de uno de los cónyuges.
6.- Por cambio de régimen patrimonial.
83
Clasificación dada por la doctrina de los Bienes privativos.
84
enfermedades, deducidas las primas pagadas con bienes de la
sociedad(inciso 4).
85
Pese a ello, en la práctica se presentan supuestos de hecho que se
convierten en verdaderas “zonas grises” ante la dicotomía de bienes
propios y bienes sociales.
72
Reglamento de las Inscripciones (aprobado por Acuerdo de la Sala Plena de la Corte
Suprema de Justicia del 17 de diciembre de 1936): “Art. 61°.- La inscripción de los
inmuebles y derechos inscribibles adquiridos durante el matrimonio, se extenderá
siempre con la calidad de comunes debiendo hacerse constar en el asiento los nombres
y apellidos de los cónyuges, salvo que se presente el título que justifique la calidad de
propios en los casos de los incisos 1° y 2° del Artículo 177° del Código Civil, o resolución
judicial que les asigne esta calidad, en los demás casos del citado artículo o la de
reservados en el caso del Art. 206° del mismo Código”. Nótese que este artículo no ha
sido actualizado con el actual CC.
Resolución de Superintendencia Nacional de los Registros Públicos N° 033-96-
SUNARP (del 09 de febrero de 1996): “Art. 2°.- Declarar que la intervención conjunta de
86
A manera de ejemplo, Nancy Alania pretendió inscribir como bien
propio el inmueble ubicado en la Manzana Q, Primera Etapa de la
Urbanización Mercurio, del Distrito de Los Olivos, Lima, que adquirió
de los esposos Carmen Donayre y Hugo Loyola (en su calidad de
vendedores) en contraprestación del precio que fue desembolsado
con el dinero que le fue proporcionado por su padre en calidad de
donación. Con el objeto que no exista duda alguna, su esposo, Percy
Coria, declara en escritura pública, corroborando dicha condición. El
Registrador observó el título y la solicitante interpuso apelación. El
Tribunal Registral de la Oficina Registral de Lima y Callao ha
señalado como precedente de observancia obligatoria que “con la
finalidad de enervar la presunción de bien social contenida en el
inciso 1) del Artículo 311° CC e inscribir un bien como propio, no es
suficiente la declaración efectuada por el otro cónyuge contenida en
la escritura pública de compraventa”, lo cual implica que el origen de
los fondos sea acreditado mediante instrumento público, conforme lo
señala el Art. 245° CPC. En igual sentido, no procede la rectificación
de la calidad de un bien social como un bien propio, si no se acredita
dicha condición. Los mismos requisitos se solicitan para acreditar la
calidad de bienes propios por subrogación (Art. 311° incs. 2 y 3 CC).
Lo dispuesto en el párrafo anterior no es de aplicación en los casos
en que uno de los cónyuges que “tenga poder especial del otro para
la realización de alguno de tales actos”.
88
3.3.2. Gestión del Patrimonio Privativo:
73
Código Civil Comentado. Plácido Vilcachagua, Alex. Editorial Gaceta Jurídica, Tercera
Edición, Diciembre de 2010, Tomo II, Primera Parte, Lima –Perú, pg. 205.
89
fortalecimiento, está implícito que la gestión de los bienes debe
responder al interés familiar, como precepto rector cualquiera
que sea el régimen en rigor.
90
Debe considerarse que al margen del supuesto de autorización
tácita contemplado en el Art. 306º del Código Civil, frecuente en
la práctica diaria pero poco importante desde el punto de vista de
los valores económicos que pueden ponerse en juego en dicha
hipótesis, tenemos que en el caso de los bienes privativos, el
otorgamiento de poderes entre los cónyuges, resulta ser la figura
más pertinente para atribuir la gestión de esos bienes al otro
cónyuge.
74
Código Civil Comentado. Jiménez Vargas-Machuca, Roxana. Editorial Gaceta Jurídica,
Tercera Edición, Diciembre de 2010, Tomo II, Primera Parte, Lima –Perú, pg. 211.
92
Es de observar que la contribución al sostenimiento del hogar,
obligación establecida en forma general corresponde a los
cónyuges bajo cualquier régimen patrimonial en que se
encuentren (Art. 300 y Arts. 235, 287 y 423), en el régimen de
sociedad de gananciales está específicamente detallada como
de cargo de ella (Art. 316) y la manera como se cumplirá
también con los bienes sociales.
Por otro lado, para los actos de disposición del patrimonio común, el
código civil dispone en el primer párrafo del Art. 315º, que se deberá
contar con poder especial conferido por el cónyuge no participante en la
negociación. Sin embargo esta disposición, enunciada a manera de regla
general parecería restringir sus alcances a la regulación de los actos de
disposición efectuados sobre bienes comunes de naturaleza inmueble, si
se integra la norma comentada sobre la interpretación de la norma
comentada con el segundo párrafo de esta, al no sujetar las
adquisiciones de bienes muebles al requisito previo de otorgamiento de
poderes.
96
3.3.3.1. Casos en los cuales se presume el consentimiento del
Cónyuge no interviniente:
Leyes Especiales
97
“Art. 227.- En el establecimiento de
cuentas corrientes por personas naturales y en las
operaciones que se efectúe con las mismas, se presume de
pleno derecho el consentimiento del cónyuge del titular de
la cuenta”.
98
Al respecto el profesor José Almeida Briceño75 cita la Casación
emitida por la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de
la República, en la CAS Nº 928-98-LAMBAYEQUE76, del 17 de
diciembre de 1998, que establece el siguiente criterio:
75
Almeida Briceño, José. La Sociedad de Gananciales. Editorial Grijley, 1ra Edición 2008,
Lima-Perú. 575pgs.
76
En igual sentido, CAS Nº 2877-2000-LAMBAYEQUE, del 25 de mayo de 2001, publicada
en la SCEP del 30 de noviembre de 2001, p. 8048 y CAS Nº150-2002-APURIMAC del 17
de junio de 2002, publicada en la SCEP, del 30 de setiembre de 2002. pp 9230-9231.
99
b) Presunción establecida por el Decreto Legislativo Nº 861, Ley del
Mercado de Valores:
101
demandante por no tener legitimidad para obrar, señalando que de
acuerdo a la Ley General de Sociedades no es la sociedad conyugal a
quien le corresponde el ejercicio de los derechos de socio sino al
cónyuge titular de las acciones (Baruch Ivcher).
102
3.4. La Disposición Arbitraria del Patrimonio Social
El artículo 315 del Código Civil contiene una regla y tres excepciones, la
primera señala que para disponer o gravar bienes sociales se requiera la
intervención del marido de la mujer. Las excepciones a dicha regla son:
103
actúa sin conocimiento de este hecho; supuesto al que hemos denominado como
disposición arbitraria del patrimonio social
a) La tesis de la inembargabilidad.
b) La tesis de la embargabilidad.
104
aparece con facultad para otorgarlo – aun cuando en la realidad de las cosas
tenga la calidad de bien social-, pese a que después se anule, rescinda o
resuelva el del otorgante por virtud de causas que no consten en los Registros
Públicos. La adquisición a nom domino (artículo 948 del cc) protege al tercero
que de buena fe que ha recibido un bien mueble no registrado mediante la
tradición física de quien aparece en la posesión del mismo, en algunos casos
buscara acreditar que el cónyuge si conocía del acto de disposición arbitrario y
que incluso le brindo una aceptación tácita, mientras que en otros, tratara de
ingresar dentro de las excepciones establecidas por el artículo 315 del Código
Civil, específicamente en aquellos casos que se intentaran descifrar
“CONSIDERADOS POR LEYES ESPECIALES”.
77
CAS. N° 723-2005-TACNA de 25 de octubre del 2006, SPIJ 2007.
106
patrimonio social, si bien los primeros no aparejan mayor peligro,
por no importar ningún tipo de disposición, los segundos si ya
que se pueden producir desmedro al patrimonio social mediante
la sobre evaluación del bien a adquirirse, más aun si
actualmente existen bienes muebles de igual o mayor valor que
los inmuebles.
107
abusivo del acreedor, teniendo en cuenta que los bienes sociales son
inafectables por constituir un patrimonio autónomo e indivisible; otras veces los
acreedores se han visto en situaciones difíciles, puesto que no han podido
afectar bienes de la sociedad ni recuperar sus créditos otorgados, en razón de
que los Jueces les han negado toda posibilidad de afectar tales bienes por
considerar que son inafectables.
LEGISLACIÓN COMPARADA
Conforme lo disponen los artículos 1740 y 1750 la sociedad está obligada al pago de
las deudas y obligaciones contraídas por el marido, pues durante la sociedad los
acreedores del marido podrán perseguir tanto sus bienes como los bienes sociales.
Respecto de las obligaciones contraídas por la mujer, considerado su incapacidad
para actuar en la vida jurídica y estando desprovista de todo poder, por regla general
la mujer no puede obligar ni siquiera sus bienes propios, menos los del marido y la
sociedad conyugal. Excepcionalmente la mujer puede obligar los bines del marido y la
sociedad, lo que sucede cuando tiene autorización del
Por lo que se puede decir que en dicho país las obligaciones válidamente contraídas
por uno de los cónyuges responde el bien social en su totalidad.
108
CÓDIGO CIVIL ESPAÑOL DE 1889.
Cada cónyuge responde con su patrimonio personal de las deudas propias y, si sus
bienes privativos no fueran suficientes para hacerlas efectivas, el acreedor podrá pedir
el embargo de bienes gananciales, que será inmediatamente notificado al otro
cónyuge, y este podrá exigir que en la traba se sustituyan los bienes comunes por la
parte que ostenta el cónyuge deudor en la sociedad conyugal, en cuyo caso el
embargo llevara consigo la disolución de aquella.
Con la dación de la Ley número 28 que entro en vigencia en enero del año siguiente,
señala que cada cónyuge será responsable de las deudas que personalmente
contraiga, salvo las concernientes a satisfacer las ordinarias necesidades domesticas
o de crianza, educación, y establecimiento de hijos comunes, respecto de los cuales
responderán solidariamente frente a terceros, proporcionalmente entre sí, esta
disposición legal establece un total igualdad entre los cónyuges, respecto de su
capacidad legal para comparecer a juicio, como para asumir obligaciones, de manera
que los acreedores solo tienen acción contra los bienes del cónyuge deudor, y no
existe posibilidad de que se presente el conflicto planteado en nuestro país.
Cada cónyuge responde con su patrimonio personal por las deudas propias, y si sus
bienes privativos no fueran suficientes para hacerlas efectivas, el acreedor podrá pedir
el embargo de bienes gananciales, que será inmediatamente notificado al otro
cónyuge, y este podrá exigir que en el embargo, se sustituyan los bienes comunes por
la parte que ostenta el cónyuge deudor en la sociedad conyugal en cuyo caso el
embargo llevara consigo la disolución de aquella.
109
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111
CONCLUSIONES
112
las ganancias; sin embargo, nuestra legislación ha considerado únicamente el
régimen de sociedad de gananciales y el de separación de patrimonios.
Que, las acciones Subrogatoria y Pauliana, son medios de protección del crédito
que pueden ser utilizados por el tercero acreedor se encuentran dirigidos a
conservar o lograr la solvencia del patrimonio del cónyuge deudor, que
constituye el soporte o base de garantía de sus obligaciones, y de esta manera
evitar o remediar su situación de insolvencia, sobre todo cuando es consciente o
dolosamente preparada o inducida.
113
cada cónyuge, puesto que a ambos por igual les corresponde la propiedad y la
administración sobre los bienes que integran el patrimonio común.
En lo que respecta a los actos de disposición de los bienes, el Art. 315º del
Código Civil establece que para disponer o gravar los bienes se requiere la
intervención del marido y la mujer. No obstantes existen tres excepciones a
dicha regla: i) cuando uno de los cónyuges delega al otro el ejercicio de tal
facultad mediante poder especial, ii) los actos de adquisición de bienes muebles;
iii) los casos considerados por leyes especiales en los que se presume el
consentimiento del otro cónyuge.
115
que el cónyuge no interviniente resultare perjudicado, no solo con los
bienes sociales, sino con sus bienes propios, siendo mejor en el caso de los
cónyuges que se dedican al ámbito mercantil o comercial de manera habitual,
realicen actos mercantiles y comerciales través de algunas de las formas
contempladas en las leyes societarias, a fin que todas las transacciones se
realicen a nombre de la persona jurídica conformada por los cónyuges.
El código civil carece de una norma adecuada para resolver los casos sobre
responsabilidad de los bienes sociales por deudas personales de uno de
los cónyuges, lo que ha determinado que los justiciables, abogados y
magistrados opten por otros caminos muchas veces inadecuado.
Debe buscarse una solución que permita proteger a la familia y el matrimonio por
un lado sin descuidar la tutela que se debe a los acreedores que muchas
veces no puede ver satisfecho su derecho de crédito, por otro.
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