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Cuestionario 1955-1973.

El informe Prebish, el desarrollismo, la industria y los ciclos


pendulares

1) A partir del artículo de Belini y Marcelo Rougier señalar:

- Las características del estado empresario durante el peronismo, y su


diferencia con el modelo precedente.

Al culminar la Segunda Guerra Mundial se inició un periodo de expansión más


importante del Estado empresario a nivel internacional consecuencia del avance del
pensamiento keynesiano y de las fuertes demandas sociales a favor del pleno empleo
y de la mejora de los niveles de vida.
En nuestro país, las motivaciones que llevaron a la expansión de la presencia estatal en
la economía tenían orígenes diversos. Un primer factor se debió a la decisión de los
principales inversores extranjeros de retirarse de empresas que habían controlado
durante décadas. Un segundo impulso partió del hecho de que durante la entreguerra
había crecido la corriente de opinión favorable a la nacionalización de algunos sectores
básicos de la economía e incluso de la intervención directa del Estado en la industria.
A partir de la década de 1940 la nacionalización fue el resultado del vencimiento de
varias concesiones estatales otorgadas a empresas extranjeras y, en otros casos, del
interés de los propietarios por deshacerse de sus activos en el país, como sucedió con
los ferrocarriles ingleses y la compañía de teléfonos norteamericana.
Hacia 1946, el gobierno peronista condujo la ampliación de la empresa pública creando
así una nueva economía mixta, es decir, la combinación del contralor estatal con las
ventajas de la iniciativa privada.
La participación del capital privado era entendida de dos maneras; por un lado, las
empresas mixtas podrían obtener recursos de empresarios argentinos a través del
mercado bursátil de Bs. As.. En otros casos, el gobierno impulsaba alianzas con el
capital extranjero, cuya contribución era vista como clave para asegurar el acceso a
tecnología internacional.
La principal novedad del periodo fue el avance del Estado sobre la industria. La creación
de empresas industriales responde a la idea de que era necesario impulsar nuevas
actividades industriales en las que el interés privado era escaso (industria siderúrgica o
automotriz) y a acontecimientos que ocurrieron que hacían peligrar actividades
industriales ya existentes consideradas imprescindibles para el desarrollo económico.

En contraposición de lo anterior dicho, el modelo precedente era el liberalismo


económico que si bien establecía como condición esencial para el desarrollo de las
fuerzas productivas el retiro del Estado de toda función económica, éste desempeñó un
papel central al establecer las bases jurídicas sobre las cuales se eliminarían las trabas
a la expansión del capital, entonces podemos decir que el estado federal fue parte activa
de la conformación de un mercado nacional unificado, mediante el estímulo a la
construcción de una extensa red ferroviaria.
El ferrocarril fue la principal empresa estatal durante el siglo XIX, pero no la única. El
Estado se hizo cargo desde sus orígenes del manejo del servicio postal y de la
construcción de las obras de salubridad.
Durante los años 20 surgieron dos iniciativas que estaban destinadas a adquirir
importancia como empresas del Estado. La explotación petrolera y las Fuerzas Armadas
vinculada a la provisión de nuevos medios de guerra. La Fábrica Militar de Aviones era
una empresa estatal que no vendía inicialmente su producción en el mercado. En la
década del 1930, la empresa inició la producción de aviones con diseño propio y en la
segunda posguerra se convirtió en la impulsora de nuevas industrias ya específicamente
civiles.
Sin embargo, el estallido de la Gran Depresión marcó el inicio del derrumbe de las viejas
ideas sobre el papel del Estado. La intervención del sector público se acentuó para
limitar los efectos de la desestructuración del mercado internacional estaba provocando.

- Las transformaciones operadas durante la etapa desarrollista, en particular el


concepto de racionalización.

El derrocamiento de Perón, en septiembre de 1955, inició una etapa en que la


intervención estatal fue objeto de debate.
La primera gran reestructuración de las empresas públicas creadas durante la posguerra
fue llevada adelante por el presidente Frondizi a comienzos de la década de 1960.
Según el diagnóstico frondicista, la inflación tenía su origen en los desembolsos que el
Tesoro realizaba para financiar el déficit de las empresas públicas. En consecuencia,
liberar la economía y privatizar las empresas públicas se convertirían en los principales
objetivos.
Entre 1959 y 1962 se privatizaron numerosas empresas del Estado. Sin embargo, las
mayores empresas públicas quedaron a cargo del Estado que inició un severo programa
de racionalización siendo el caso más importante, por su aporte determinante al déficit
de las empresas estatales, los ferrocarriles. A comienzos de la década de 1960 la
empresa sufría una fuerte descapitalización en tanto que perdía terreno frente a la
competencia del transporte automotor. Por otra parte, era la principal empresa pública
debido a su número de empleados. Por esto, Frondizi creó una nueva entidad
denominada Empresas Ferrocarriles del Estado Argentino (EFEA) a la que sometió a un
programa de reducción de personal y de eliminación de ramales y servicios; sin
embargo, la oposición gremial y política provocaron el fracaso de esta política.
El déficit de los ferrocarriles explicaba más del 80% del total de las empresas del Estado,
que era la causa principal del déficit fiscal. En cambio, la política desarrollista tuvo
mejores resultados en frenar y luego provocar la caída del número de empleados en las
empresas públicas; entre 1959 y 1963, el personal de las empresas descendió un 30%.
De todas maneras, la racionalización y privatización de las empresas públicas no
significó un retiro del Estado en todas las áreas. La política económica frondicista puso
énfasis en el desarrollo de sectores clave, como las industrias básicas, la explotación
petrolífera y el complejo automotor. Para esto recurrió principalmente al capital
extranjero.
Durante la década de 1960 se iniciaron nuevos emprendimientos estatales, aunque bajo
formas jurídicas novedosas. En 1967 se promulgó la ley 17.318 que establecía un
régimen legal para sociedades anónimas con mayoría de capital estatal.
Esta creciente participación del Estado obedeció a circunstancias diversas. Las “fallas
del mercado”, la escasa disposición del capital privado a tomar a su cargo actividades
riesgosas o de baja rentabilidad, la intención de retirarse de algunas empresas
extranjeras, requerimientos estratégicos, situaciones monopólicas y actividades que
demandaban inversiones de enorme magnitud solo disponibles para el sector público,
pueden ser algunas de las causas.
La presencia del Estado no se limitó a las empresas públicas, sino que también participo
en el capital de empresas privadas.
Independientemente de su cantidad, el Estado, a través de distintas reparticiones y
empresas, se encargaba de la totalidad de la producción y distribución de energía
eléctrica y de gas natural, de las dos terceras partes de la producción del petróleo y el
80% de su refinación. Controlaba los sistemas de comunicaciones y ferroviario, la mitad
del tráfico aéreo nacional e internacional y marítimo, y la totalidad de los puertos.
Asimismo, estaba en sus manos una porción significativa del sistema financiero y de
seguros y de reaseguros.
El Estado tenía una participación mayoritaria en la producción de acero y de productos
químicos básicos, además de fabricar en pequeña escala vehículos y aviones. Entre las
100 empresas más grandes de la Argentina, 20 eran de propiedad estatal y en otras
muchas el sector público tenía porciones significativas de su capital.
Sin embargo, pronto el Ministerio de Economía decidió avanzar en la privatización de
muchas empresas públicas.

- Explicar por qué los autores afirman que después de 1971 hubo una reversión
del Estado empresario.

A partir de la década de 1970 la intervención del Estado fue cuestionada con firmeza
por los grupos en el poder político. Esta crítica se apoyaba además en un contexto
internacional caracterizado por la reversión de las ideas keynesianas que desde fines
de los años 60 se presentaban como la causa del déficit del sector público y del creciente
proceso inflacionario, según la perspectiva neoclásica.
En la Argentina, las ideas neoliberales se manifestaron con el fracaso de la experiencia
peronista 1913-1976 y con la imposibilidad del gobierno democrático de sostener un
proyecto de acumulación en el mediano plazo. La crítica de este modelo empezó en el
mismo gobierno peronista hacia 1975 con la gestión de Celestino al frente del Ministerio
de Economía. El diagnóstico destacaba la ineficiencia de las empresas públicas y el
elevado déficit fiscal que ocasionaban: el Estado era intrínsecamente “malo” e ineficiente
como empresario y ahogaba la iniciativa privada.
La política de privatizaciones de empresas públicas continuo en el gobierno de Raúl
Alfonsín por la necesidad de encarar el fuerte déficit fiscal consecuencia del enorme
endeudamiento provocado por la política económica de Martínez de Hoz.
La “reforma del Estado”, encarada por el gobierno radical, incluía la atracción de capital
privado a la industria petrolera, a través del Plan Houston, y la venta de empresas
estatales cuya privatización no se había logrado en la gestión de Martínez de Hoz.
La crisis hiperinflacionaria de 1989 marcó un punto de inflexión: había que privatizar ya
que así lo demandaba gran parte de la población porque para ese entonces las
empresas públicas acumulaban importantes déficits operativos, sobreendeudamiento,
desinversión, asignación de recursos ineficiente, altos índices de incobrabilidad,
deterioro tarifario y bastantes demandas judiciales.
El desmantelamiento del sector público cobró fuerza durante el menemismo en los años
90, donde el consenso se daba en: la apertura de la economía, la reforma del Estado y
la privatización de empresas públicas, la desregulación de los mercados, y en particular,
de la actividad financiera.
La “reforma del Estado” autorizó al Poder Ejecutivo a privatizar total o parcialmente casi
todas las empresas estatales. La transferencia al sector privado se realizó a través de
la venta de acciones y de activos, los contratos de asociación y las concesiones.
A comienzos del siglo XXI ya no quedaban rastros del viejo Estado empresario de la
posguerra.
Las tensiones históricas respecto del papel que el Estado debe asumir en la economía
argentina continúan aún presentes, en gran parte como consecuencia del “fracaso” del
Estado empresario constituido en las décadas posteriores a la segunda posguerra y en
otra parte, como resultado del “fracaso” de la oposición de la intervención del Estado de
las décadas siguientes.

2) Explicar los argumentos que utilizó el Plan Prebish para criticar la política
económica peronista, y las polémicas que suscitó con Jaureche.

El gobierno militar (“Revolución Libertadora”) convocó a Raúl Prebisch, destacado


economista funcionario de la CEPAL con larga trayectoria en la política económica
argentina, para realizar un diagnóstico de situación y diseñar su estrategia a seguir.
Según el análisis de Prebisch, los principales lineamientos de la política económica entre
1945 y 1955 fueron: la redistribución de ingresos desde el sector rural al urbano
industrial, la expansión del empleo y el aumento de la participación del sector público.
Para esto se usaron una serie de mecanismos y herramientas: incremento salarial,
nacionalización de los depósitos bancarios, subsidios al consumo, control de precios
internos, entre otros.
Su diagnóstico era un escenario de crisis como consecuencia de los errores de la
política económica peronista y recomendaba un vuelco hacia las políticas liberales
ortodoxas.
La preocupación prioritaria fue detener la inflación y criticó las expansivas políticas
monetaria, fiscal y salarial de la administración anterior por haberla provocado. Más
concretamente, esta hacia sido consecuencia de los aumentos de sueldos y salarios
superiores a los incrementos de productividad en muchos sectores de la economía, y
de la expansión del crédito bancario para cubrir déficits que surgían de la colocación de
los excedentes de las cosechas, el sistema de transporte y las operaciones de crédito
hipotecario.
Además, planteó la necesidad de un desmantelamiento gradual de los mecanismos de
intervención estatal, buscando retornar a un sistema con libertad de mercado.
Otra prioridad de la política económica fue la resolución del desequilibrio externo. Según
Prebisch, éste condicionaba la posibilidad de aumentar las importaciones de materias
primas, combustibles, maquinarias y equipos.
La culpa era casi todas del gobierno anterior porque había aplicado políticas
discriminatorias contra el agro que condicionaron los ingresos por exportaciones. Para
inducir el aumento de la producción y exportación agropecuaria el plan recomendaba
una importante devaluación para mejorar la posición de la balanza de pagos del país.
La idea general era que se alentarían las exportaciones agro modificando los precios
relativos de internos para aumentar el ingreso rural a costa de los ingresos urbanos.
Además, señalaba como prioridad absoluta de la política económica la solución del
desequilibrio externo. La debilidad de la posición externa argentina fue atribuida
esencialmente a la insuficiente inversión en la producción agropecuaria para
exportación y al insuficiente desarrollo de la industrialización por sustitución de
importaciones.
El Plan presento además de seleccionar para el desarrollo las industrias del hierro y del
acero, las metalúrgicas y mecánicas afines, toda una serie de recomendaciones para
fomentar obras de infraestructura (energía eléctrica y transportes).
La productividad se elevaría mediante la mejora inmediata de los métodos, la educación
para el uso más eficiente de la maquinaria existente y la importación y fabricación de
equipos de mayor productividad.
Sin embargo, se generó mucha polémica en torno al Plan y quienes realizaban críticas
utilizaban como punto de partida para valorarlo, el reconocimiento de la existencia o no
de la situación crítica de la economía señalada por Prebisch.
Uno de ellos fue Arturo Jauretche, quien hacía fines de 1955 publicó un informe
económico denominado “Retorno al Coloniaje”.
Jauretche invalida el diagnóstico el Plan ya que según él, el país no se encontraba en
la situación catastrófica anunciada, sino por el contrario había logrado superar una
situación mucho más grave como la del periodo 1951-52.
Además, cuestiona la veracidad de las cifras expuestas en el Informe siendo sus
principales puntos de crítica los siguientes:
· La situación de divisas: a la afirmación de que la grave crisis de la economía se
asentaba en la situación de divisas que tenía nuestro país, Jauretche contrapone los
argumentos del propio Prebisch quien sostenía en el Informe que el monto de
compromisos exteriores no es “en sí mismo exagerado, dada la potencialidad
económica del país”. Jauretche argumenta que las cifras utilizadas son erróneas, en su
opinión, el asesor económico invento la crisis para justificar las medidas propuestas.
Además considera desacertada la afirmación de que la industria creció a “costilla” de la
limitación agropecuaria ya que se basa en el hecho de que la producción se diversifico
e incremento superando los niveles de preguerra.

· El problema de la Infraestructura necesaria para el desarrollo industrial: En este punto


Jauretche reconoció este problema aunque destacó que esto fue consecuencia del
extraordinario y acelerado crecimiento durante el periodo peronista.
Para el caso de los ferrocarriles, señaló que estos daban “pérdidas” en todos los países,
las que no deben computarse como tales.
Finalmente, destaca que el Informe omite toda referencia al resto del sistema de
transporte (flota aérea y fluvial, transporte urbano) donde hubo importantes avances y
renovación de equipos durante la gestión peronista.
Al ocuparse de la expansión industrial, cuestionó que ésta fuera “tardía, lenta o
insuficiente”, señalando el incremento en el personal ocupado y en el número de
establecimientos, aunque sin considerar el volumen físico de la producción industrial
que era la base del análisis del asesor.

· El proceso inflacionario: Jauretche también discutió las causas de la inflación ya que


considera que el incremento de los precios no era producto del crecimiento de costos ni
de la emisión estatal, sino del arbitrario aumento de los ingresos de la clase
terrateniente, de los consorcios exportadores y de los consumidores extranjeros. Señaló
que un “continuado proceso de inflación” permitió la redistribución de ingresos en favor
de los sectores asalariados. En su opinión, la inflación fue siempre controlada por el
gobierno peronista y dirigida en el sentido más conveniente a los intereses nacionales
y, además, consideraba que el nuevo gobierno quería detener la inflación para revertir
la distribución de los ingresos a favor de los terratenientes.
En síntesis, el principal argumento de Jauretche se basó en negar la existencia de una
crisis coyuntural, crisis que el Informe no postulaba, lo que reduce notablemente el valor
de sus conclusiones. En muchos temas, y especialmente para el caso de la inflación, la
falacia de su argumentación salta a la vista, porque si bien mucho de lo señalado pudo
ser cierto para los primeros años del peronismo dejó de serlo claramente en los años
siguientes.

3) ¿Qué es lo que los autores Gilbert, Rougier y Tenewicki definen como “costado
desarrollista del Plan”?

El “costado desarrollista del Plan Prebisch” refiere al contenido no ortodoxo al que hacía
referencia el economista.
La prioridad era la solución del desequilibrio externo. Esa debilidad de la posición
argentina externa se atribuyó a la insuficiente inversión en la producción agropecuaria
para exportación pero también al insuficiente desarrollo de la industrialización por
sustitución de importaciones. En tal sentido, el Plan, en vez de hacer referencia al
discurso liberal tradicional de que como los recursos eran limitados se debía canalizar
en las actividades relativamente más productivas ( el agro por sobre la industria), señaló
que se necesitaba continuar vigorosamente con el esfuerzo de industrialización pero
dando un salto: pasar de la etapa de sustitución “fácil” de importaciones (sobre la base
de bienes de consumo inmediato) a la “compleja”, apoyada en la sustitución de bienes
básicos y materias primas esenciales con el impulso del capital extranjero.
En conclusión, Prebisch planteó un avance y no un viraje en el proceso de
industrialización argentino, pues lo que propuso fue una profundización del modelo ISI
y no el abandono de dicho modelo.
Para llevar a cabo estas medidas, se recomendó desarrollar las industrias del hierro y
del acero, las metalúrgicas y mecánicas afines y fomentar obras de infraestructura
(energía eléctrica y transportes). Los productos a ser promovidos fueron: aceros
especiales, motores diésel, vagones de ferrocarril, tractores, automóviles pequeños y
otros productos de la industria mecánica.
En paralelo, debían desarrollarse otras industrias que permitieran la reducción no
costosa del uso de divisas: la del papel y celulosa, la de productos químicos básicos y
la petroquímica.
La productividad se elevaría con la mejora inmediata de los métodos, la educación para
el uso más eficiente de las máquinas existentes y la importación y fabricación de equipos
de mayor productividad.

4) A partir del texto de Míguez analizar las características del proyecto


desarrollista de Frondizi y sus limitaciones.

El proyecto desarrollista de Frondizi tenía como característica principal el desarrollo


autosostenido de las industrias pesadas, de base: acero, petroquímica, metalmecánica,
automotriz, máquina herramienta, generación de energía. Para ello, la producción
agrícola también debía ser mejorada, ya que, según el diagnóstico, se encontraba en
una situación de estancamiento debido a la baja disponibilidad de bienes de capital y de
agroquímicos. En consecuencia, era necesario tecnificar el agro. La Argentina no solo
debía aumentar sus exportaciones agropecuarias y cubrir su mercado interno de bienes
intermedios y de capital, sino que además debía convertirse en exportador a de estos
últimos.
Según el propio Frondizi: “La Argentina puede desarrollarse gracias a sus propios
recursos, pero ello importaría renunciar a un ritmo de crecimiento más acelerado. Lo
importante es distinguir claramente dos tipos bien contrapuestos de inversión extranjera.
Por un lado, aquella que aporta una nueva fuente de riqueza, crea trabajo, contribuye a
elevar el nivel de vida popular, promueve el desarrollo integral y armónico de nuestra
economía y hace a ésta menos dependiente de los factores externos, y por el otro, el
tipo tradicional de inversión que suelen practicar los países metropolitanos en sus
colonias o en aquellos países subdesarrollados que intentan incorporar virtualmente a
su dominio.”
La distinción se refería directamente al capital británico por un lado, considerado
inversión tradicional, y por el otro lado, a los capitales norteamericanos y soviéticos –
también europeos–,interesados en invertir en plantas productoras de bienes
intermedios, extracción de petróleo, en áreas que los desarrollistas consideraban
prioritarias. Mientras se condenaba al primero, se elogiaban las posibilidades que abrían
los segundos.
De esta forma, se promulgaron dos leyes como instrumento para lograr la
industrialización: la Ley 14.780 ( Radicación de capitales) y la 14.781 (Promoción
Industrial).
La primera de ellas dispuso la igualdad de tratamiento al capital nacional y al
internacional, es decir, los mismos derechos. Esto tuvo una grave consecuencia: se
eliminaron todas las limitaciones a la repatriación de utilidades y dividendos.
En cuanto a la segunda, las ramas promovidas eran la siderurgia, petroquímica,
celulosa, pero las únicas empresas que podían acceder a estas ramas, por razones
tecnológicas, eran las extranjeras o las que recibían radicación de capital extranjero.
Como consecuencia, las industrias promovidas fueron únicamente las de capital
extranjero. Es decir que no solo se generaron condiciones regulatorias propicias para la
radicación, sino que una vez radicadas las empresas, el Estado tomó medidas
proteccionistas en favor de esas ramas para beneficiar a los monopolios extranjeros.
Las barreras aduaneras reforzaron el poder de esos monopolios, propiciando aún más
la concentración de capital.
Otro mecanismo que benefició a las empresas extranjeras fue que el establecimiento de
su-
cursales de casas matrices residentes en los países de origen del capital, les permitió
realizar la propia producción a través de importaciones y exportaciones liberadas de
recargos aduaneros.
Otro ejemplo, fueron las llamadas inversión en participación, mediante la radicación en
empresas nacionales ya existentes a cambio de acciones, lo que tuvo como
consecuencia que estas empresas inversoras se quedaran con la mayoría del capital
accionario.
La nueva etapa de la industrialización sustitutiva modificó entonces la participación de
las distintas fracciones industriales, iniciándose el avance extranjero en la cúpula
industrial de la época e incorporó un nuevo factor de poder: los organismos
internacionales de crédito y específicamente el FMI.

En conclusión, el modelo desarrollista finalmente encontró limitaciones al necesitar para


la industrialización “nacional” de los capitales extranjeros, accediendo a las condiciones
de los organismos de financiamiento internacionales, lo cual profundizó la crisis de la
balanza de pagos y el endeudamiento.
En principio se buscaba la autonomía frente a los países extranjeros y el desarrollo
nacional, pero las medidas tomadas en la práctica inculcaron una nueva dependencia
hacia países como EEUU, la Unión Soviética y otros países europeos que encontraban
en nuestro país condiciones propicias para invertir y desarrollar sus empresas.

5) Sintetizar los problemas de la economía argentina que plantea José Luis


Nicolini

Se analizarán las dificultades que traban la reactivación y el crecimiento económico ,


con las consecuencias de una devaluación sobre los precios , sobre el producto y
también sobre cómo se reparte este producto entre las distintas clases sociales :
Si aumenta el dólar , quien compró dólares anteriormente y decide cambiarlos a pesos
recibe más de los que gastó . Esta devaluación genera una diferencia entre los que
exportan e importan , ya que al exportar se obtienen divisas (por ende más pesos ) y el
que importa necesita más pesos para obtener divisas y poder comprar sus insumos ,
con lo cual genera un alza en los costos de producción que se trasladan a los precios .
El aumento de precios también afecta a los bienes que compra el estado, para evitar
que aumente el déficit, el fisco aumenta las tarifas de recaudación .Ante este alza los
sindicatos reclaman alza de los salarios que se trasladan a los precios y sucesivamente
a toda la economía .Primer efecto de la devaluación: la inflación.
Como consecuencia de la suba de precios, disminuye el poder adquisitivo de los
asalariados, se compra solo lo necesario como los alimentos (que son bienes
exportables) y se reduce la compra de bienes manufacturados (bienes industriales). Cae
así la demanda interna, cae los ingresos de las empresas con lo cual contratan menos
personal y compran menos insumos, se genera incertidumbre con lo cual caen la
inversiones.Segundo efecto de la devaluación, la recesión.
La recesión implica una caída en los ingresos de los empresarios que venden en el
mercado interno, sumado a la reducción de los salarios reales, por otra parte habíamos
visto que aumenta el ingreso de los exportadores. Tenemos aquí el tercer efecto de la
devaluación: Redistribución del ingreso nacional desde los asalariados y la
industria orientada al mercado interno hacia los exportadores (hacia todos los que
logran mantener sus ingresos en dólares).

LA REVALUACIÓN:
Revaluación significa un aumento del precio de los bienes o productos. En donde
significa un aumento del precio de la moneda local en relación con una moneda
extranjera bajo un tipo de cambio fijo. Cuando esta revaluación compensa a la
devaluación original se detiene el proceso de distribución del ingreso a favor de los
exportadores. Es más si la revaluación espera a la devaluación original se produce un
traslado de los ingresos del sector exportador hacia los trabajadores y los empresarios
que venden en el mercado interno. Si bien la revaluación revierte la redistribución del
ingreso causada por la devaluación, No necesariamente la revaluación lleva a una
reactivación económica.

INFLACIÓN CON RECESIÓN:


Cuando varía el precio del dólar se perjudican unos y benefician otros. Se cruzan sobre
este precio intereses económicos y sociales. Sea quizás el precio más político de la
economía ya que es altamente sensible a la puja por la distribución del ingreso nacional.
Si ésta puja distributiva es severa, es posible que el tipo de cambio muestre fuertes
oscilaciones. Es posible que, las devaluaciones sean cada vez más agudas y frecuentes
lo que alimenta una espiral de tipo inflacionario-recesivo con fuerte caída del poder
adquisitivo de quienes no logran atar sus ingresos al dólar.

LOS PRECIOS Y EL PODER:


Se entiende por precios no solo el de los bienes sino también el del dólar ( tipo de
cambio), el precio del trabajo (salarios) , y el precio de los servicios públicos (las tarifas).
En momentos en que se logra una situación de consenso entre los principales actores
económicos, es posible que el tipo de cambio y el resto de los precios muestren
estabilidad, la experiencia , parece indicar esto .En una sociedad en crisis esto es difícil
de lograr esto y más aún luego de una espiral de inflación-recesión como la descrita
.Los agentes económicos quedan altamente sensibilizados . Alcanza con que algún
grupo económico de poder vea la oportunidad de hacer una diferencia rápida y el
delicado equilibrio se altera. El resto actúa con rapidez y el dólar se dispara. Como
principal comprador, formador de precios y agente financiero de la economía , el estado
posee una destacada influencia para la formación del consenso ; puede incluso provocar
una aguda recesión para negociar con agentes reticentes .
Pero aun suponiendo que se logre estabilidad de precios, la situación no es igual a la
inicial. Recesión, implica achicamiento del producto a repartir y los más débiles son los
que en el nuevo consenso soportan una reducción mayor en sus ingresos .

EL CRECIMIENTO , LA FUGA DE CAPITALES Y LA DEUDA EXTERNA:


El crecimiento requiere estabilidad de precios, pero también requiere que quienes tienen
dinero lo gasten en inversión productiva y así se estimule a una mayor producción, gasto
, demanda y sucesivamente .Se genera un círculo virtuoso de crecimiento económico .
El estado puede intervenir con inversiones y asignación de recursos para los más
vulnerables que gastan rápido y así estimular la demanda y el crecimiento.
Cuando hay estabilidad en los mercados el capital sale del refugio y busca la inversión
y esto genera crecimiento , si quienes tienen dinero están dispuestos a invertir .El rumbo
de la economía , hacia la recesión y el deterioro de la calidad de vida o hacia el
crecimiento y la prosperidad , depende crucialmente de las decisiones de inversión que
puedan tomar un grupo personas .De hecho , las sucesivas rondas en la espiral
inflacionaria concentran aun más la riqueza en un reducido número de familias .La
experiencia indica que una parte importante de esta riqueza no se invierte.
El grueso de la fuga de capitales se realizó en una de las épocas de mayor estabilidad
en los mercados: La época de Martínez de Hoz (1977-80). Las tasas de interés internas
pasaron a ser más elevadas que las externas, las empresas públicas y privadas fueron
alentadas a financiarse con recursos del extranjero (préstamos), hicieron negocio
endeudándose en el extranjero y realizar colocaciones en activos locales . De hecho,
durante esos años, se endeudó al estado en el extranjero para depositar ese capital en
cuentas privadas también en el exterior .Fue una operación social en la que participó
activamente la dirigencia económica del país .En otras palabras el capital existe, pero
no se invierte ni aun en condiciones de estabilidad, es decir si los propios dueños de la
economía Argentina no invierten , los extranjeros menos aún.
LA CRISIS DEL ESTADO Y EL SECTOR FINANCIERO:
Según el planteo keynesiano convencional, el necesario aumento de la inversión podría
ser financiado con emisión monetaria.
Actualmente si el estado emite pesos, ese dinero no alimenta al círculo virtuoso del
crecimiento ya que se transforma en dólares . En otras palabras, los pesos que se
emiten para financiar el déficit público no toman contacto con los bienes y la producción
sino que se dirigen , en buena medida , directamente a la especulación financiera y al
dólar . Al aumentar así la demanda del dólar sube el precio de este y detrás de la
devaluación suben los demás precios .En breve al no ser aceptado el peso como
moneda, la emisión no genera demanda y crecimiento sino que genera inflación. El
estado ve seriamente limitadas sus facultades e influir en el comportamiento de la
economía mediante el uso de la emisión para financiar su política fiscal (inversión
pública productiva).

6) ¿Cuáles son los argumentos que conducen hacia la introducción del capital
extranjero como solución a los problemas de desarrollo en la economía
argentina? (Schvarzer)

A comienzos de la década del 50 se replanteó el proceso industrial, que presentaba


problemas de crecimiento, por falta de máquinas que solo podían venir del exterior pero
el país no generaba divisas para comprarlas .Tampoco se veían posibilidades de
conseguirlas a mediano plazo debido a las dificultades del agro para aumentar la oferta
exportable. El bloqueo se consolidaba por la escasez de crédito externo. Se hacía así,
que la única fuente visible fueran las empresas transnacionales, en la medida en que
estuvieran dispuestas a aportar esos equipos bajo la forma de inversiones directas. Si
ellas se instalaban en el país, podrían contribuir a resolver el cuello de botella generado
por la falta de divisas .
Esa esperanza otorgó a las transnacionales una imagen positiva que se difundía en la
sociedad .Eran vistas como portadoras de dinamismo que traerían tecnología y
renovarián los ya muy antiguos métodos productivos locales .Las transnacionales,
suponían, podrían traer nuevos equipos y métodos de producción, repitiendo la
experiencia del ingreso de los ferrocarriles, frigoríficos y otras compañías de propiedad
extranjera en el periodo anterior a 1930. Se pensaba que el estado debía abrir camino
a las transnacionales en sectores todavía no explorados, como la fabricación de
automóviles, tractores y otros rubros modernos.
Se empezaba así, la promulgación de leyes e incentivos de parte del estado para la
atracción del capital extranjero e invierta en el país con sus novedosas formas de
producción, con lo cual se disminuiría la importación a la vez que contribuiría al
desarrollo del país.

7) A partir del análisis sobre la introducción de inversiones extranjeras, determine


las consecuencias de las mismas sobre nuestro sistema productivo. (Schvarzer)

El ingreso de las transnacionales presentaba un riesgo: podían lograr rápidamente la


hegemonía en el mercado, superando o suprimiendo al empresario local.
El Estado apoyaba, en especial, a los sectores considerados “modernos” (siderurgia,
metal - mecánica y petroquímica) y mantenía su interés en aquellos cuya oferta podía
reemplazar importaciones (papel, celulosa y química).
Los primeros en cerrar fueron los frigoríficos. Esas empresas sufrían el desafío de los
nuevos frigoríficos.
Las plantas fabriles de la empresa, muy envejecidas, no eran un ámbito de creación de
riqueza sino una excusa para ganancias ilícitas. La solución no fue el cierre sino el paso
a la administración estatal de esas plantas. El objetivo manifiesto era evitar problemas
de empleo.
Los periódicos bautizaron a esa práctica como “vaciamiento de empresas”
El crecimiento industrial tomó impulso a partir de 1953. La apuesta al ingreso de capital
externo y el deseo de incentivar su arribo al mayor ritmo posible fueron causa ed la
permisividad para importar partes y piezas para los proyectos aprobados, que
disimulaban el ingreso de bienes de consumo durable, desarmados, con la excusa de
que se traían para la producción.
Además, el gobierno otorgó amplia libertad de compras en el exterior, generando una
demanda adicional de divisas hasta que se avanzó hacia un momento crítico.
El efecto acumulado del “ingreso de nuevas plantas” y “el avance de los sectores
modernos” llevó a aumentar la productividad media de ramas como maquinaria y
material de transporte.
Una fracción de las antiguas empresas se mantuvo sin cambios, a la espera de
conservar su hegemonía sin esfuerzo, mientras que otra ensayó ciertas respuestas a
ese desafío. Las filiales implantadas por las transnacionales, no resultaron la portadoras
del progreso técnico como se esperaba.
La situación política y económica nacional alentaba la “fuga de cerebros”. Este era un
sistema que atraía migrantes de los estratos más pobres de las naciones limítrofes y
simultáneamente, expulsaba profesionales y personal calificado. Esto erosionaba la
capacidad nacional de producir.

8) Explicar el comportamiento de la UIA durante el gobierno de Arturo Illia a partir


del texto de Míguez

El 7 de julio de 1963 ganó las elecciones Arturo Umberto Illia.


El Estado tuvo un rol central tanto en la planificación y en toda una serie de políticas de
intervención y control: precios máximos, control de cambios, reducción de
importaciones, impulso al crédito a través de la reforma de la Carta Orgánica del Banco
Central, entre otras. La política monetaria fue expansiva, para obtener un descenso de
las tasas de interés y el fortalecimiento de la demanda de inversión.
La Unión Industrial Argentina defendió abiertamente el ingreso del capital extranjero
prácticamente sin restricciones. En cuanto a la posición de la entidad frente a la política
económica de Illia, tanto la UIA como la ACIEL se mantuvieron durante todo el período
como defensoras del libre mercado, rechazando todo planeamiento estatal,
oponiéndose al principio del sindicato único por rama y reclamando la restricción del
derecho de huelga.

Medidas tomadas por el gobierno:

Restricción de importaciones: para disminuir el déficit fiscal en noviembre de 1963.


Se cerró la importación de ciertos bienes de consumo, se restringió la entrada de bienes
de capital, hubo recargos a las importaciones y restricciones a las compras de divisas.
También se reglamentaron los depósitos previos a la importación.
 UAI: los dirigentes de la UAI mostraron su preocupación acerca de que “las
medidas de este carácter se fueran sucediendo hasta comprometer el régimen
de libre iniciativa de las empresas”

La Ley de Abastecimiento promulgada en febrero de 1963 tuvo como objetivo


promover el normal abastecimiento y distribución en condiciones de calidad y precio
razonable, de todos los bienes y servicios económicos que afectan las condiciones de
vida de la población, para la defensa del consumo y crecimiento efectivo de la
producción. Claramente apuntaba contra lo monopolios formadores de precios, en parte
causantes del proceso inflacionario.
 En enero de 1964, cuando la Ley debía discutirse en el Parlamento, la UIA al
igual que las restantes corporaciones de ACIEL, la consideró inconveniente, por
varias razones: por la amplitud de facultades conferidas al Poder Ejecutivo, el
incremento de la burocracia estatal, la “reducción de la función del empresario a
la de gestor de las decisiones estatales”, la fijación de cuotas de producción, el
establecimiento de precios sostén y el consecuente fomento de actividades
improductivas, la fijación de márgenes de utilidades, y finalmente consideraban
que “la posibilidad que tienen de utilizar los medios de que dispone el Estado
para intervenir en las distintas etapas del ciclo económico, implica establecer un
peligroso antecedente de socialización de los factores de producción”.
 La entidad responsabilizó año a año al gobierno por la mala política económica
y por lo tanto, por sus consecuencias inflacionarias.
 Ante la disposición 14 del 8/03/1965, que estableció la prohibición de elevar los
precios de los bienes y servicios sin su previa comunicación la UAI afirmó:
“constituye un exceso sobre las atribuciones que la ley 16454 confiere a dicha
Dirección.”
Esto culminó en un recurso de revocatoria que fue oportunamente presentado.

Administración de las divisas a través del restablecimiento del control de cambios y


el mercado único de cambios. Esto sucedió en el mes de abril de 1964 a través del
decreto 2581. Este decreto se fundaba en la necesidad de “evitar el distorsionamiento
del mercado de divisas y consecuencialmente del valor de nuestra moneda, provocado
por factores ajenos al libre juego de la oferta y la demanda reales” e incluyó en su
artículo primero que el contravalor de las divisas generadas por exportaciones “deberá
ingresarse al país y negociarse en el mercado único de cambio dentro de los plazos que
establezca la reglamentación pertinente”, y en el segundo, que deberá ingresarse del
mismo modo “toda suma ganada en moneda extranjera a favor de un residente de la
República Argentina”,
 Como consecuencia del control de cambios, la UAI afirmó que junto con el tipo
de cambio sobrevaluado han afectado el desenvolvimiento de la economía

Ley de Salario Mínimo Vital y Móvil publicada el 15 de junio de 1964. Como objetivos
centrales estaban el de evitar la explotación de los trabajadores en aquellos sectores en
los cuales puede existir un exceso de mano de obra, asegurando un ingreso mínimo
adecuado y mejorando los salarios de los trabajadores más pobres.
 La UAI se apresuró a objetar, indicando que si la ley se implementaba ello
derivaría en un aumento de los costos primarios, por lo tanto, en mayor presión
inflacionaria.
 Luego de la publicación oficial la UAI consideró que era la causa del proceso
inflacionario.

Ley de Medicamentos sancionada el 23 de julio de 1964 y promulgada el 9 de agosto


de 1964. Establecía una política de precios y de control de medicamentos, congelando
los precios a los vigentes a fines de 1963, fijando límites para los gastos de publicidad,
imponiendo límites a la posibilidad de realizar pagos al exterior en concepto de regalías
y de compra de insumos. La reglamentación de la Ley mediante el decreto 3042/65
fijaba además la obligación para las empresas de presentar mediante declaración jurada
un análisis de costos y a formalizar todos los contratos de regalías existentes.
Partidarios, opositores y observadores imparciales coincidieron en que esta política tuvo
un peso decisivo en el proceso político que culminara con el derrocamiento del
presidente a manos de un golpe militar.
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Sumando otro factor más, en 1963 la CGT (Central General de Trabajadores) dispuso
un “Plan de Lucha” para solicitar mejoras económicas y sociales.
Los partidos políticos conservadores esperaban que el gobierno aplicara una política
represiva, y la actitud adoptada frente al Plan de Lucha durante todo 1964 fue
considerada incluso como tolerante con la “penetración comunista”.
La UAI insistió fuertemente en todos sus comunicados con que el gobierno era
“ineficiente”, no se preocupaba por la reactivación de la economía ni por la “creación de
mayor cantidad de bienes” en función de sostener únicamente una “demagogia
electoral”

En 1965, en un comunicado de ACIEL de 1417 entidades empresarias reclamaron al


gobierno un urgente cambio de la conducción económica oficial. La conducción
económica era desacertada por algunas de las siguientes características:agudización
del déficit fiscal, la ley de Abastecimiento, la congelación y fijación de precios máximos,
Ley de Salario Mínimo VItal y Móvil, implantación del control de cambios, la
reestatización de empresas privadas, la anulación unilateral de los contratos petroleros,
etc.

En enero de 1966, directamente declaró inconstitucional y fuera de la ley a la


intervención del Estado en la vida económica. Los empresarios utilizaron prácticas
directas para presionar, llegando a desobediencia civil y negándose a pagar las cargas
sociales y los impuestos.

El gobierno elaboró un plan antiinflacionario para 1966 que logró nuevamente la crítica
de la UAI ya que lo consideraba un plan incompleto.

El 28 de junio de 1966 los militares rodearon la Casa de Gobierno, destituyeron al


presidente Illia y finalmente designaron a Juan Carlos Onganía como presidente.

9) Según O´Donnel, ¿qué características tuvo la consolidación del Estado en la


Argentina durante el período del modelo agroexportador y qué tipo de capitalismo
se desarrolló?

La estancia fue menos trabajo-intensiva que la plantación y la hacienda. Fue también


menos intensiva en capital y tecnología que la plantación y el enclave
El control del principal recurso productivo (la tierra) quedó, en la pampa argentina y el
Uruguay en manos de una temprana burguesía agraria local, en tanto que el enclave y
la plantación solieron ser propiedad directa del capital internacional, mientras que la
hacienda quedó en manos de una oligarquía escasamente capitalista
Proporcionaron a la burguesía pampeana y a la uruguaya una importante base propia
de acumulación de capital
A partir del control por el capital europeo de los mecanismos de transporte, financiación
y comercialización internacional de sus productos, provocó que la acumulación agraria
impusiera el surgimiento de un sector urbano, comercial e incipientemente industrial,
significativamente más rico y diversificado que el de las economías que giraron
alrededor de la hacienda, el enclave y la plantación.
La economía exportadora de lanas y cereales –y más tarde también de carne- cubrió
una parte en proporción mayor del territorio nacional que la que abarcaron las otras
economías de exportación latinoamericanas. Sobre todo, abarcó una cantidad y
proporción mucho mayores de las respectivas poblaciones: las zonas que no se habían
incorporado directamente al mercado mundial tuvieron un peso económico y
demográfico bastante menor que en el resto de América Latina. Siempre fue escasa la
incidencia del campesinado, sujeto a relaciones pre-capitalistas de producción y a
condiciones de vida misérrimas, que caracteriza a buena parte del resto del continente.

El que una proporción significativamente superior de la población haya quedado


insertada en su particular economía de exportación equivale a afirmar que desde fines
del siglo XIX la Argentina constituyó un caso de homogeneidad intranacional de mayor
significación que el resto de América Latina.

La importante base de acumulación local que daba el control directo de la tierra, la alta
productividad internacional de ésta hasta aproximadamente 1930 y los escasos
requerimientos de trabajo por su modalidad “extensiva” de explotación fueron decisivos
para que la región pampeana -incluso sus centros urbanos- fuera internamente más
diversificada y próspera que las del enclave, la plantación y la hacienda.

Hacia comienzos del siglo XX la existencia de un mercado urbano (y en buena medida


también pampeano) plenamente capitalista y de ingresos altos, indujo un comienzo de
industrialización que recibió un fuerte impulso de las restricciones a las importaciones
resultantes de la Primera Guerra Mundial.

Emergio una también temprana clase obrera, que desarrolló patrones organizativos
autónomos frente al estado y a la incipiente burguesía industrial, que se vio favorecida
por una fuerte demanda de trabajo que no podía ser satisfecha por el numeroso y
cercano campesinado.

Las posibilidades de expansión comercial y financiera, junto con esas primeras


actividades industriales -originadas en la acumulación de capital surgidas de la
modalidad especifica de inserción dependiente en el sistema capitalista mundial-
hicieron que esta economía creciera fundamentalmente al impulso de su propia
sociedad civil y de su engarce con la internacional; eso es que el impulso dinamizador
de este sistema pasaba relativamente poco por el estado.

El capitalismo argentino se expandió al ritmo y con las características impuestas, en


especial por la incorporación, como exportadoras de productos primarios, de algunas
de sus regiones..

Dentro de las que se vincularon al mercado mundial como exportadoras de productos


primarios, el sistema de estancia de la pampa argentina y del Uruguay tuvo conocidas
diferencias respecto de los enclaves y plantaciones, prevalecientes en el resto del
continente como modalidad habitual de incorporación al mercado mundial
10) ¿Qué dilemas tiene a su juicio la estructura económica y social argentina?
¿Qué tipo de ciclos y alianzas se conformaron en el período 1956-1976?

Tomemos en cuenta dos puntos fundamentales.

El primero: la emergencia en la Argentina de un sector popular, en el que tiene un peso


importante la clase obrera dotado de recursos económicos y organizativos de mayor
importancia que los del resto de América latina. Por una parte, la existencia de ese
campesinado como disponibilidad actual o virtual de fuerza de trabajo debilita a la clase
obrera, facilitando que se le impongan condiciones más rigurosas. Y, por la otra, esa
misma existencia entraña una clase mucho más indefensa que la obrera para que se le
extraigan excedentes.

El segundo: sus principales productos de exportación –cereales y carne- son alimentos


que constituyen el principal bien-salario del sector popular.
La crisis mundial de 1930 deprimió exógenamente los precios de los bienes pampeanos.
Algo después el gobierno peronista (1946-1955) constituyó un primer esbozo de
problemas que más tarde harían eclosión. Primero (1946-1950) el estado se apropió de
parte sustancial del producido de las exportaciones pampeanas, mantuvo deprimidos
sus precios internos y con ello aumentó el nivel de ingreso del sector popular y amplió
la demanda efectiva de otros bienes, sobre todo industriales. Esto no tardó en generar
problemas de balanza de pagos, debido al efecto conjunto del “desaliento” de la
producción pampeana y del aumento del consumo interno de exportables.
Más tarde (1952-1955) se mejoraron los precios agropecuarios, con lo que se alivió la
situación de la balanza de pagos. Pero ello a su vez generó resistencias por la
redistribución negativa del ingreso que implicaba y la reducción del mercado efectivo
con que contaba la burguesía urbana.
Algo más tarde, alrededor de 1960, se produjo una gran ola de inversiones extranjeras
directas en industria y servicios, que implicaron la rápida internacionalización de la
estructura productiva urbana. Al contrario de las esperanzas “desarrollistas”, esta nueva
etapa resultó en un fuerte aumento de la demanda de importaciones, mayor que la tasa
de crecimiento del producto nacional de las exportaciones y de la producción pampeana.
Ante esto la solución “evidente” en lo económico radicaba en un fuerte aumento de las
exportaciones que al levantar el techo de la balanza de pagos, hubiera permitido proveer
a esa estructura productiva urbana de las importaciones necesarias para un “desarrollo
sostenido”.
Los mismos procesos determinaron la recurrente aparición de otra fractura fundamental
interburgués, al separar los intereses económicos y las metas políticas de corto plazo
de la burguesía urbana (incluso de sus fracciones oligopólicas) y de la burguesía
pampeana. Esto compuso un mapa de cambiantes alianzas, que se halla en el origen
de los “ciclos” económicos y políticos de la Argentina.
alianza de largo plazo entre la gran burguesía urbana y la burguesía pampeana, que
podría emprender la “modernización” del capitalismo argentino por vía simultanea del
aumento de la concentración del capital en el sector urbano y de la conversión de la
última hacia un agribusiness.

Sin embargo, al menos hasta 1976, esa alianza solo se forjó por lapsos cortos, para
disolverse con celeridad en situaciones que colocaron a estas dos fracciones
“superiores” de la burguesía argentina en campos políticamente diferentes.

11) ¿Qué entiende O´Donnel por comportamiento pendular de las fracciones de


clase en la Argentina? Explicar la posición de cada sector en los distintos
momentos del ciclo económico?

Ante el desencadenamiento de la crisis de la balanza de pagos, la gran burguesía


pendulaba hacia los intereses objetivos de la burguesía pampeana, propiciando y
apoyando los “programas de estabilización” que transferían una gran masa de ingresos
(fundamentalmente desde el resto del sector urbano) hacia la burguesía pampeana y
hacia los sectores comerciales y financieros ligados a la exportación de sus productos.

Los efectos redistributivos y recesivos de esas medidas generaban la reacción de las


fracciones débiles de la burguesía urbana y del conjunto del sector popular.

Ante ello la gran burguesía urbana atendió sus intereses económicos de corto plazo, se
montó en la cresta de la ola de la reactivación económica, que dada su posición le
permitía beneficiarse privilegiadamente y “dejo hacer” las políticas de reactivación.
Con lo cual esta fracción recorría un arco completo del péndulo, sumándose al conjunto
del sector urbano y abandonando a la burguesía pampeana de todo lo cual resultaron
las grande fluctuaciones de precios relativos.

Este camino, por supuesto conflictivo con la burguesía pampeana en su actual


constitución, no lo es respecto del conjunto del sector urbano (en tanto no presupone
una caída de sus precios relativos) y en el mediano plazo podría haber logrado el
aumento de la producción pampeana. Sin embargo, los intentos de implementar
diversas variantes del “impuesto a la renta potencial de la tierra” fracasaron
repetidamente.

Esas clases dominantes eran en esencia clases regionales y aunque cayera


temporariamente su producción, ninguna de ellas tenia la enorme incidencia sobre el
total de exportaciones que ostenta la burguesía pampeana. Por eso otros estado
latinoamericanos han podido subordinar a esas clases y a los estados regionales que
ellas controlaban directamente, sin bloquear por ello los principales circuitos de
acumulación de sus economías ni empeorar demasiado los problemas de la balanza de
pagos.

El caso de la burguesía pampeana ha sido diferente, debido a su temprana condición


de clase nacional y su directa vinculación –que los constituyó como tales- con el
estado nacional; esto significó que las luchas interburguesas no tuvieron su ámbito
principal entre un estado nacional y los estados regionales, sino en el interior mismo
de un estado nacional que se fracturaba de continuo por imposición de esas luchas

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