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THE PROSPECTIVE USE OF BIOCHAR AS ADSORPTION MATRIX – A REVIEW FROM A LIFECYCLE

PERSPECTIVE

The prospective use of biochar as adsorption matrix – A review from a lifecycle perspective

1. Introducción

El biochar se define como "un material sólido obtenido de la conversión termoquímica de biomasa
en un ambiente con poco oxígeno" y puede ser análogo al carbón que se encuentra en la naturaleza
(IBI, 2013). El biochar poroso de grano fino utilizado como enmienda del suelo puede mejorar su
estructura y fertilidad, disponibilidad de nutrientes, capacidad de retención de agua en el suelo y
también es un mecanismo para el secuestro de carbono (Lehmann y Joseph, 2009).

Los procesos de producción de biochar van desde hornos tradicionales y tierra montículos, así como
sistemas de ingeniería basados en lecho plano o fluidizado reactores para pirólisis o gasificación
(Roy y Dias, 2017). Se pueden identificar tres subclases principales de pirólisis: pirólisis lenta, rápida
y rápida (Lenton y Vaughan, 2013; Roy y Dias, 2017; Qambrani et al., 2017; Qian et al., 2015). A
pequeña escala, la alternativa preferida para producir biochar es la gasificación de aire descendente
con aire, que produce un gas que se quema inmediatamente en un motor para producir calor y
electricidad (Brownsort, 2009a; IBI, 2014; Qambrani et al., 2017; Qian et al., 2015). Existe una amplia
gama de materias primas potenciales para la producción de biochar; p.ej. desechos de madera y
agrícolas, estiércol, cáscaras de arroz y paja, hojas, desperdicios de alimentos, lodos de papel,
bagazo y muchos otros (Ahmad et al., 2014; Chan et al., 2007; Galbraith et al., 2006; Nanda et al.,
2016; Thornley et al., 2009a, b). La utilización de cultivos energéticos para biochar puede encontrar
emisiones por cambios en el uso del suelo. En este sentido, se informa que los biocombustibles de
switchgrass aumentan las emisiones en un 50%, lo que pone de manifiesto el interés de utilizar
productos de desecho (Searchinger et al., 2008). Los residuos de cultivos y madera son materias
primas ricas en energía y, por lo tanto, adecuados para la pirólisis (Lehmann y Joseph, 2009; Yang et
al., 2007). Los residuos forestales pueden ofrecer un nuevo recurso de biomasa, aunque se debe
tener cuidado de no causar ninguna degradación de los nutrientes del suelo mediante la eliminación
excesiva (Gabrielle y Gagnaire, 2008). Otros tipos de desechos, como estiércol o lodos de
depuradora, pueden aplicarse potencialmente para la pirólisis, siempre que el exceso de calor del
proceso se utilice para secar la materia prima (Hospido et al., 2005; Huang et al., 2015). Entre los
diferentes tipos de desechos animales, la arena para pollos ha demostrado ser una valiosa enmienda
del suelo una vez pirolizada, debido a su alto contenido de nutrientes (Chan et al., 2007). Más allá
de los objetivos de almacenamiento de carbono y enmienda del suelo, existe un interés creciente
en el uso de biochar para otras aplicaciones de valor agregado, como el relleno para compuestos,
catalizadores o material para aplicaciones electrónicas y de bioenergía (Lehmann y Joseph, 2009;
Nacu et. al., 2016; Nanda et al., 2016; Qambrani et al., 2017; Qian et al., 2015). Las propiedades
versátiles del biochar también hacen posible su uso en procesos metalúrgicos, así como en
industrias químicas y farmacéuticas (Nanda et al., 2016)

Además, el biochar ha encontrado múltiples aplicaciones como material de adsorción para la


eliminación de contaminantes, también carbón activado (Lehmann y Joseph, 2009; Nanda et al.,
2016; Qambrani et al., 2017; Qian; et al., 2015); sin embargo, el biochar puede activarse para
mejorar su sorción capacidad al aumentar tanto el área superficial como la microporosidad (Ahmad
et al., 2014; Lima et al., 2008; Lima et al., 2010; Mohan et al., 2014). UNA
Se descubrió que la activación técnica con vapor del biochar mejora sus efectos positivos sobre la
retención y absorción de nutrientes por parte de las plantas en comparación con el biochar no
activado (Ahmad et al., 2014; Borchard et al., 2012); de manera similar, también se demostró que
el biochar activado por vapor aumenta su capacidad de adsorción con respecto a la eliminación de
contaminantes orgánicos e inorgánicos de soluciones acuosas (Ahmad et al., 2014; Mohan et al.,
2014). La carbonización hidrotérmica (Regmi et al., 2012), magnetización (Chen et al., 2011),
oxidación por K2MnO4, peróxido de hidrógeno (Cho et al., 2010) y O3 (Sánchez-Polo y Rivera-Utrilla,
2002) también son otros enfoques que pueden mejorar la capacidad de adsorción de biochar.

El uso prospectivo de biochar para suelos contaminados con metales pesados, Los hidrocarburos
aromáticos policíclicos o pesticidas dependen de su capacidad para reducir la movilidad y la
absorción de contaminantes por las plantas (Karami et al., 2011; Méndez et al., 2012; Yao et al.,
2012). Los mecanismos de eliminación de metales pesados con enmienda biochar podrían atribuirse
a interacciones electrostáticas, precipitación y formación de complejos metálicos (Dong et al., 2011;
Jiang et al., 2012; Lu et al., 2012; Peng et al., 2011), mientras que la eliminación de contaminantes
orgánicos por biochar puede atribuirse principalmente a la adsorción superficial (Kwon y Pgnatello
(2005)).

La evaluación del ciclo de vida (LCA) es una metodología definida de acuerdo con las normas ISO,
cuyo objetivo es evaluar las cargas ambientales asociadas con un producto, proceso o actividad a lo
largo de su ciclo de vida mediante la cuantificación de energía, recursos y emisiones (ISO, 2006a, b).
Hasta la fecha, se ha publicado un número considerable de estudios de ACV sobre sistemas de
biochar, que se centran específicamente en su uso como enmienda del suelo y la valorización de
bio-oil y syngas para la generación de energía (Chan et al., 2016; Dang et al., 2014; Zhang et al.,
2014; Gaunt y Lehmann, 2008; Hammond et al., 2011; Huang et al., 2015; Ibarrola et al., 2012;
McCarl et al., 2009; Peters et al., 2015a, b; Roberts et al., 2010; Zhong y col. 2010).

Como ejemplo, Hammond et al. (2011) evaluaron el carbono potencial de reducción de los sistemas
de biochar de pirólisis de ocho diferentes materias primas como base para el desarrollo de nuevas
investigaciones en el marco del Reino Unido; encontraron los sistemas de pirólisis como tecnologías
de electricidad con carbono negativo, aunque con tasas de energía más bajas que las alternativas
de la competencia. De manera similar, Gaunt y Lehmann (2008) también calcularon la reducción de
las emisiones de carbono asociadas con la pirólisis lenta de cultivos energéticos y desechos de
cultivos de acuerdo con diferentes propósitos, ya sea para biochar o producción de energía. Los
resultados de su estudio resaltaron los beneficios ambientales de la adición de biochar a los suelos
agrícolas en lugar de su valorización como energía, siempre que el biochar se venda al por menor a
US $ 47 / t para reemplazar las ganancias económicas que podrían haberse obtenido de la
generación de energía adicional si la producción de biochar no había sido priorizada.

Roberts y col. (2010) analizaron las emisiones netas de GEI del biochar hecho de diferentes fuentes:
residuos de cultivos (rastrojos de maíz) y energía cultivos (hierba de cambio). Mientras que los
desechos de cultivos lograron mayores reducciones en Emisiones de GEI (de acuerdo con Dang et
al., 2014) que la energía cultivos, el modelo de uso de la tierra adoptado también afectó
significativamente los resultados. En línea con esto, Ibarrola et al. (2012) informaron una reducción
de carbono que varía de 0.07t CO2eq para cartón a 1.25t CO2eq por tonelada de residuos de
madera, cuando se utilizó biochar para la enmienda del suelo.
Peters y col. (2015a) modeló un sistema de pirólisis lenta para generar calor y biochar a partir de
materias primas lignocelulósicas y comparó su desempeño ambiental con el de la combustión
directa de biomasa. Se obtuvieron emisiones negativas de gases de efecto invernadero, indicativas
de un potencial de reducción de carbono significativo para el sistema de biochar. Además, la
aplicación de biochar en suelos de baja calidad donde se esperan aumentos de rendimiento altos
mostraría un desempeño más favorable en términos de mitigación del cambio climático.

Más tarde, Peters et al. (2015b) y Chan et al. (2016) evaluaron el desempeño ambiental de la
producción de bio-petróleo a través de la pirólisis en comparación con tratamientos alternativos a
través de la evaluación del ciclo de vida.

Según los resultados, los impactos del proceso de pirólisis fueron asociado principalmente con los
requisitos de energía relacionados desde las etapas de pretratamiento.

Además, la mayoría de los autores (Zhong et al., 2010) centraron su atención principalmente en los
beneficios ambientales potenciales de los sistemas de biochar de pirólisis que utilizan materias
primas alternativas para producir energía renovable en combinación con otros productos de valor
agregado; A pesar de los puntos críticos restantes que deben abordarse, en la mayoría de los casos
se obtuvieron resultados amigables con el medio ambiente.

OBJETIVO

Este documento de revisión tiene como objetivo abordar y comparar los impactos ambientales de
la producción de biochar a partir de diferentes materias primas para su uso posterior en la
sustitución del carbón activado para la eliminación de contaminantes. Sin embargo, en contraste
con estudios relacionados previos que se basaron en la compilación o discusión de resultados de
otros autores, este estudio utiliza datos de inventario primario como punto de partida para el
desarrollo de un estudio comparativo de ACV basado en principios metodológicos comunes. De esta
manera, los resultados ambientales no se recopilan directamente de la literatura, sino que se
calculan a partir del procesamiento de la información del inventario. Con este objetivo, se realizó
una búsqueda bibliográfica exhaustiva para recopilar datos de inventario de esos estudios centrados
en los procesos de pirolisis para la producción de biochar. A partir de esta información, se realizó el
análisis LCA de los diferentes procesos de biochar.

2. PRODUCCIÓN DE BIOCHAR A PARTIR DE UNA EVALUACIÓN DEL CICLO DE VIDA (LCA)


ENFOQUE

Las siguientes materias primas fueron seleccionadas para comparación en este estudio:

lodos de depuradora (Hospido et al., 2005), desechos de jardín (Roberts et al., 2010), astillas de
madera (Bergman y Gu, 2014), rastrojos de maíz (Dang et al., 2014), residuos forestales (Zhang et
al., 2014), camada de aves de corral (Huang et al., 2015), álamo (Peters et al., 2015a, b) y racimo de
fruta vacía de palma aceitera (EFB) (Chan et al., 2016). Se recomienda la estandarización para llevar
a cabo un procedimiento comparativo preciso (Andrae, 2011; Cherubini et al., 2009). Sin embargo,
dado que los estudios compilados de la literatura pueden variar considerablemente en las
elecciones metodológicas (incluidos los límites del sistema, las reglas de asignación y los parámetros
de entrada en los datos del inventario, entre otros), se aplicaron algunos criterios comunes para la
recopilación y el procesamiento de datos como base para la evaluación.

2.1. LÍMITES DEL SISTEMA

A pesar de todas las discrepancias encontradas en términos de definición del alcance y etapas
productivas involucradas, las siguientes etapas del ciclo de vida se incluyeron en el análisis para
todos los sistemas (Fig. 1): recolección de materia prima (y cultivo forestal y de cultivos), transporte
desde el origen a las instalaciones de pirolisis, procesos de pretratamiento (si es necesario), etapa
de pirolisis y uso final de coproductos, ya sea como combustible para la generación de energía (gas
de síntesis y bio-aceite) o como material de adsorción (biochar en sustitución del carbón activado).

UNIDAD FUNCIONAL (UF)

Proporciona una referencia con la que están relacionadas tanto las entradas como las salidas. En el
presente trabajo, el análisis comparativo se realizó teniendo en cuenta 1 kg de biochar como unidad
de referencia para el cálculo y la comparación entre sistemas alternativos.

DATOS DEL INVENTARIO DEL CICLO DE VIDA

Los datos del inventario se compilaron de acuerdo con criterios anteriores y se presentan en la Tabla
1. Las condiciones de funcionamiento (temperatura, velocidad de calentamiento, tiempo de
residencia) durante el proceso de pirolisis pueden conducir a un cambio diferente.

distribución de coproductos. Por lo tanto, mientras que la pirolisis rápida (y rápida) tiene un mayor
potencial de generación de energía y produce más energía y un rendimiento relativamente bajo
de biochar por unidad de materia prima, la pirolisis lenta produce menos energía y más biochar
(Hammond et al., 2011; Nanda et al., 2016) Además, la temperatura juega un papel crítico en las
propiedades del biochar, incluida la composición elemental, las características estructurales
(tamaño de partícula, área de superficie, distribución del tamaño de poro), así como la capacidad
térmica y la conductividad eléctrica, entre otros (Nanda et al., 2016). Por lo tanto, la temperatura
puede ser un factor limitante para la calidad del biochar y sus aplicaciones adicionales (Nanda et al.,
2016).

METODOLOGÍA DE EVALUACIÓN DE IMPACTO

Entre los diversos métodos considerados para evaluar las cargas ambientales asociadas con la
producción de biochar a partir de diferentes materias primas, la mayoría se centró en la evaluación
de carbono y categorías relacionadas. Sin embargo, el uso de diferentes métodos de caracterización
puede conducir a inconsistencias en los resultados ambientales. En consecuencia, los factores
proporcionados por la metodología ReCiPe (Goedkoop et al., 2013) se aplicaron a los datos de
inventario de los estudios seleccionados para evaluar sus posibles impactos. Se consideraron las
siguientes categorías de impacto: cambio climático (CC), acidificación terrestre (TA), eutrofización
de agua dulce (FE) y agotamiento de fósiles (FD).

3. EVALUACIÓN AMBIENTAL COMPARATIVA DE BIOCHAR DE MATERIAS PRIMAS ALTERNATIVAS

3.1 CONTRIBUCIONES RELATIVAS AL IMPACTO AMBIENTAL POR ETAPA DEL CICLO DE VIDA.

Resultados medioambientales sobre diferentes materias primas e impacto.


las categorías se muestran en la Fig. 2. Los valores positivos se refieren a cargas perjudiciales,
mientras que las razones negativas representan créditos ambientales que compensan parcialmente
los impactos ambientales. Se puede observar una tendencia común en las diferentes categorías de
impacto, independientemente de la materia prima considerada, pero con algunas variaciones.
Como ejemplo, los requisitos de energía juegan un papel importante en los daños ambientales para
todas las categorías; sin embargo, si bien este factor tiene una contribución clave en FE (hasta 90%
- Fig. 2c), las emisiones difusas también pueden tener una influencia relevante en CC (hasta 50% -
Fig. 2a) y TA (hasta 69% - Fig. 2b), debido a la emisión de CO2 y SO2, respectivamente. Sin embargo,
las cargas ambientales del CO2 emitido al aire causan una presión más baja cuando se toma en
cuenta la reducción de carbono de los procesos evitados (carbón y energía) (Fig. 2a). Del mismo
modo, estos procesos evitados también representan créditos ambientales en otras categorías de
impacto, aunque su relevancia no siempre será la misma. Por lo tanto, la generación de calor a partir
de la combustión de gas de síntesis y / o biopetróleo compensa significativamente los impactos
relacionados, especialmente en términos de CC (del 20% al 64%) y FD (del 43% al 86%), debido a la
mayor influencia de consumo de energía (Fig. 2a – d). Por el contrario, el desempeño ambiental
favorable de la producción de carbón evitada a partir de la valorización del biochar tiene una
influencia menor en el perfil ambiental de los diferentes sistemas, debido a su menor relevancia en
comparación con la influencia de los requerimientos de energía. En consecuencia, podría esperarse
que aquellos sistemas cuya generación de energía se clasificó mejor que la producción de biochar
(independientemente de su uso posterior) presenten perfiles ambientales más favorables

3.2. BALANCE DE CARBONO Y ENERGÍA

Se supuso que el biochar como materia prima para la fabricación de carbón activado reemplaza el
consumo de combustibles fósiles en un 50% (Hospido et al., 2005; Huang et al., 2015; Peters et al.,
2015a, b; Zhang et al., 2014). Los saldos netos de energía y emisiones de CO2 para los diferentes
sistemas se muestran en la Tabla 2.

3.2.1. EMISIONES DE CARBON

Para los impactos del cambio climático, las emisiones difusas en términos de CO2 descargado en el
aire tienen un papel clave. En este sentido, aquellos sistemas donde estas emisiones son
parcialmente (o totalmente) compensadas por la reducción de carbono muestran perfiles
ambientales más favorables. Entre las diferentes alternativas de materia prima, el álamo resultó en
el balance de emisiones de CO2 negativo más neto (−3.89 - Tabla 2), principalmente debido al
carbono secuestrado por las plantas durante la etapa de cultivo. El desperdicio de jardín y rastrojo
de maíz también presentan un balance negativo; sin embargo, no se asumieron emisiones difusas
de los procesos de pirolisis para estas materias primas (Roberts et al., 2010). Por el contrario, el
desperdicio de aceite de palma mostró los peores resultados con los mayores impactos (10.3 -
Tabla 2), seguido por los residuos forestales; sin embargo, mientras que, para las otras materias
primas, las emisiones directas de CO2 son responsables de las cargas ambientales más altas, las
indirectas (principalmente de las etapas de pretratamiento) tienen una mayor influencia en los
impactos asociados con el aceite de palma y los residuos forestales (alrededor del 50%). Esto da
como resultado un balance de C mucho más desfavorable para estas materias primas en
comparación con las otras alternativas, incluso con una relación de emisión directa similar, como
las astillas de madera.
3.2.2. BALANCE DE ENERGÍA

Para la mayoría de los sistemas evaluados, el balance energético neto fue negativo, cuyo consumo
de energía es menor que su producción. Por lo tanto, las materias primas que son más densas en
energía son capaces de producir (Hammond et al., 2011). De hecho, los materiales de madera
muestran los mejores perfiles ambientales con respecto al agotamiento de los combustibles fósiles,
pero seguidos de cerca por la cosecha de maíz, la basura de aves de corral y los desechos del jardín.
Tanto las emisiones de SO2 al aire como los nutrientes liberados al agua tienen un impacto crítico
en la acidificación terrestre y los potenciales de eutrofización del agua dulce, respectivamente. Sin
embargo, debido a la ausencia de datos disponibles, su efecto se minimiza en la mayoría de los
casos. En consecuencia, el uso de energía y la generación de energía adicional ganan relevancia en
la acidificación e impactos de eutrofización asociados con las diferentes materias primas evaluadas
aquí. Por lo tanto, cuanto mayores sean las relaciones entre la producción y la demanda de energía,
se muestran los perfiles más amigables con el medio ambiente para estas categorías de impacto. En
consecuencia, las astillas de madera representan la mejor opción entre todas las materias primas
para ambas categorías.

3.3. ESTIMACIÓN DE ÍNDICE NORMALIZADO

La normalización tiene como objetivo calcular la magnitud relativa de los resultados para cuantificar
el desempeño ambiental de cada sistema en función de un solo valor (ISO, 2006a, b). Sobre esta
base, la Fig. 3 muestra la evaluación comparativa entre las diferentes materias primas. Tenga en
cuenta que la energía más renovable y, en consecuencia, los valores negativos más altos de los
combustibles fósiles más altos representan los resultados más respetuosos con el medio ambiente.
Los resultados normalizados respaldan los hallazgos previos del análisis de caracterización: la
biomasa lignocelulósica (astillas de madera, rastrojo de maíz y residuos forestales) conduce a los
mejores resultados ambientales (balance ambiental negativo), como regla general. Como se
mencionó anteriormente, las materias primas lignocelulósicas tienen un potencial energético
mucho mayor, lo que implica mayores créditos ambientales en términos de generación de energía.
Además, los mayores rendimientos de bio-aceite se obtienen típicamente de procesos rápidos de
pirolisis con la posterior conversión en energía. Esta es la principal justificación detrás del
desempeño favorable de la producción de biochar a partir de desechos de aves de corral en
comparación con otras materias primas. Sin embargo, como excepción, el cultivo de álamo
representa los peores resultados junto con el desperdicio de aceite de palma, que se atribuye
esencialmente a los impactos ambientales derivados de la etapa de cultivo; Las emisiones de
carbono son responsables de los mayores impactos ambientales, principalmente de las etapas de
pretratamiento requeridas para la valorización de los residuos de aceite de palma.

4. BIOCHAR COMO ALTERNATIVA AL CARBÓN ACTIVADO BAJO UN ENFOQUE AMBIENTAL

La Tabla 3 muestra una comparación de los resultados de caracterización global asociado con los
diferentes sistemas para cada categoría de impacto, así como los impactos ambientales derivados
de la producción convencional de carbón activado. Según los resultados, la producción de biochar y
su uso para la adsorción de contaminantes presentan impactos más bajos que el carbón activado
(Tabla 3). Se debe prestar especial atención a las materias primas con mayor potencial energético,
incluidos los residuos forestales, las astillas de madera y el álamo, como las alternativas más
ecológicas, especialmente en términos de CC, TA y FD. Solo los impactos mayores que el carbón
activado convencional se cuantificaron para los desechos de aceite de palma y los residuos
forestales en CC (alrededor de 3 y 7 veces más, respectivamente), debido al mayor carbono indirecto
emitido al aire por estos sistemas. También se estimaron mayores impactos en FE,
independientemente de la materia prima considerada. Sin embargo, en este caso, los mayores
requerimientos de energía de los sistemas de pirolisis y biochar son responsables de los resultados
desfavorables en comparación con las prácticas convencionales desde una perspectiva ambiental.
Por lo tanto, dado que la demanda de energía tiene una influencia crítica en los impactos de FE
relacionados, penaliza significativamente el perfil ambiental de la producción de biochar en esta
categoría. Sin embargo, estos impactos se ven compensados por los créditos ambientales más altos
de la generación de calor (calor evitado) para los sistemas de biochar, lo que lleva a mejores
resultados para todas las demás categorías.

5. CONCLUSIONES

Los resultados ambientales comparativos muestran que el biochar como adsorción El material es
una alternativa más sostenible que el convencional activado carbón. Los principales hallazgos que
fomentan la aplicación de biochar para propósitos ambientales están asociados con la mitigación
neta de las emisiones de carbono de los procesos evitados, lo que resulta en créditos ambientales,
especialmente en términos de CC. Además, la influencia significativamente beneficiosa se evidenció
en las otras categorías ambientales debido a la generación de calor evitada por la combustión de
gas de síntesis y / o bio-aceite. En consecuencia, se demostró cómo aquellos sistemas en los que se
prioriza la generación de energía (materias primas lignocelulósicas) en detrimento de la producción
de biochar tienden a generar perfiles más respetuosos con el medio ambiente.

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