El sistema cerebro mental es un dispositivo que realiza inferencias activas para

reducir la incertidumbre. Para ello necesita establecer metas, sobre las que

influyen las creencias previas, las evidencias sensoriales y la precisión-

confiabilidad que modifica a cada uno de los parámetros que forman el modelo

de acción abductiva. El SCM se desplaza en el tiempo (t), de manera que el

dispositivo modifica sus creencias, actualizándolas para que se ajusten a la

estimulación ambiental.

La incertidumbre ante los eventos requiere tener claridad sobre qué es un

evento. Se define como hecho que produce actividad en los gradientes

neuronales, por lo tanto es un estímulo o colección de estímulos rotulados. Las

expectativas son un sistema encadenado de creencias unido al ambiente

estimular estructurado y en función del tiempo. Las observaciones de hechos

están modificadas por la búsqueda de claves o la aparición de indicios, que son

dos maneras de expresar la particular relación que tiene una persona con las

modificaciones del ambiente. La persona modifica sus creencias en tanto las

metas- estados forman una secuencia de eventos condicionales lineales y

transversales. Las inferencias activas son las que están motivadas por las

sensibilidades, que son las impresiones primeras con mitad inconciente y la

mitad conciente. Las sensibilidades están vinculadas a las creencias previas y a

los motores inferenciales funcionales, por lo que en la clínica psiquiátrica es

frecuente encontrar ‘jumping beliefs’, conclusiones precoces, que tienen un

núcleo arracimado de distorsiones (sesgos, heurísticos). La evaluación de las

posibilidades de acción en función de los estados- metas deseables crea las

alternativas, el acierto, el error y el empirismo primario. La acción realizada

modifica las creencias en tanto cercanía a los estados- metas deseables,

mediante atajos abductivos que rápidamente reducen la energía libre del

sistema cerebro mental. Las sensibilidades ayudan a lograr los estados- metas.

El control supervisado de las creencias propias depende de la cantidad

proporcional en que una persona puede trazar el camino de sus inferencias

activas a partir de reconocer las expectativas de que una opción de la cadena

condicional favorezca el logro del estado deseado. Sin embargo, las

probabilidades a priori que tiene una persona en su sistema de creencias en

función de la estructura que diseñó de alternativas permanecerán irreconocible

para sí misma.

De esta manera es importante la precisión, que se define como el aceptante de

un evento, la creencia en lo que se observa y el arraigo de sus creencias a priori.

De un modo metafórico la precisión es la escoba que limpia la suciedad que se

acumula en los sistemas cerebro mentales. La precisión tiene que limpiar de la

manera más dedicada los antecedentes empíricos, que están formados por

observables aún no observados y que son elecciones que favorecen el logro de

los estados- metas. De este modo las creencias previas tienen como

antecedente a los antecedentes empíricos, porque los antecedentes empíricos

implican acciones en relación a estados- metas, teniendo tales acciones

creencias atadas y antecedentes empíricos, de manera que en las acciones

influye la precisión. Entre las creencias previas se encuentra un tipo de creencias

acerca de la función de utilidad en relación a la meta. Los gradientes neuronales

reducen la incertidumbre y disminuyen la entropía. El universo de la

incertidumbre posible tiende a infinito por lo que conviene tener objetivos y

andar por el tiempo con el sistema cerebro mental que se tiene, moderando el

abuso de los heurísticos, los sesgos de autoservicio, los sesgos de aproximación,

los sesgos de confirmación y manteniendo una precisión suficiente para no ser

el que presenta eventos que logran todas sus metas pero tampoco el que no

encuentra más que incertidumbre terrorífica, porque todos los estados

deseables- objetivos podrían haber sido otros, y los hechos que se observan

tienen una anarquía tal que siquiera te darías cuenta que has perdido el

lenguaje.

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