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Rev Psiquiatr Urug 2010;74(2):179-205

DSM-5, OPD-2 y PDM: Convergencias y divergencias


entre los nuevos sistemas diagnósticos psiquiátrico y
psicoanalíticos Psiquiatría y
Psicoanálisis

Resumen Summary Autor


El diálogo entre la psiquiatría y el psicoanálisis In past decades, the dialogue between psychia-
en el campo del diagnóstico se dificultó, en try and psychoanalysis in the diagnostic field Ricardo Bernardi
décadas pasadas, por la existencia de posturas has been difficult due to opposite attitudes
contrapuestas sobre la forma de definir los about how disorders have to be defined and Prof. de Psicología Médica,
trastornos y sobre la utilidad misma de la tarea about the usefulness of the diagnostic task. Facultad de Medicina, Uni-
diagnóstica. Esta situación parece haber cam- This situation has recently changed due to the versidad de la República.
biado recientemente, al surgir nuevos sistemas existence of new psychoanalytically oriented Prof. de Facultad de Psi-
diagnósticos de orientación psicoanalítica (OPD-2 diagnostic systems (OPD-2 and PDM) that cología, Universidad de la
y PDM) que aceptan la operacionalización de accept the operationalization of their concepts República.
sus conceptos y al incorporar la nueva versión and because the new draft version of DSM-5 Miembro de la Asociación
en borrador del DSM-5 un enfoque diagnóstico approaches more to clinical complexity and Psicoanalítica del Uruguay y
que refleja mejor la complejidad y variabilidad variability. The three systems are compared in de la Asociación Internacional
clínica. Los tres sistemas son comparados en the field of the personality disorders aiming at de Psicoanálisis (IPA).
el campo de los trastornos de la personalidad, finding out the areas of complementarity and Editor latinoamericano del
buscando señalar las zonas de complementa- coincidence among them, as well as the issues International Journal of
riedad y de coincidencia entre ellos, así como still open to discussion between psychiatry and Psychoanalysis.
los puntos aún abiertos a la discusión tanto psychoanalysis and also within each of these
entre la psiquiatría y el psicoanálisis, así como disciplines.
en el interior de cada una de estas disciplinas. Correspondencia:
ric.e.bernardi@gmail.com

Palabras clave Keywords

Diagnóstico Diagnostic
DSM-IV DSM-IV
DSM-5 DSM-5
Psicoanálisis Psychoanalysis
Trastornos de la personalidad Personality disorders

R. Bernardi|Revista de Psiquiatría del Uruguay|Volumen 74 Nº 2 Diciembre 2010|página 179


Psiquiatría y Introducción fundidad, al no acompañarse de la necesaria
Psicoanálisis preocupación por la definición de los conceptos,
aumentó su imprecisión, afectando por tanto
su validez al no ser posible establecer hasta
El diagnóstico clínico constituye un campo dónde distintos términos eran coincidentes,
privilegiado para el diálogo entre la psiquiatría contradictorios o complementarios.
y el psicoanálisis, en el que a lo largo del tiem-
po se dieron convergencias y divergencias de Tanto en la psiquiatría como en el psicoa-
distinta naturaleza. En este terreno se ponen nálisis la situación resultante provocó insa-
en juego no solo concepciones sobre la salud tisfacción, lo que llevó a que desde uno y otro
y la enfermedad, sino, también, el modo de campo se pusieran en marcha revisiones de
establecer la relación profesional y humana los criterios diagnósticos. En este momento
entre el clínico y quien procura su ayuda. En asistimos al anuncio de nuevas versiones del
los últimos años, psiquiatras y psicoanalistas DSM y del CIE así como al surgimiento de
estuvieron situados en los extremos del péndulo nuevos sistemas diagnósticos psicoanalíticos,
respecto a muchos aspectos del diagnóstico. los cuales buscan ser complementarios al
Hoy día, sin embargo, existen en el horizonte DSM o al CIE. En este trabajo me referiré
claros indicios de cambios que sugieren que el a la próxima aparición del DSM-5, cuyos bo-
período de los desacuerdos globales deja paso rradores ya están disponibles1, y, dentro del
a zonas en las que es posible un intercambio campo psicoanalítico, al Manual de Diagnóstico
fecundo entre ambas perspectivas diagnósticas. Psicodinámico Operacionalizado, versión 2
(OPD-2)2 y al Manual de Diagnóstico Psico-
En el período pasado buena parte de los dinámico (PDM)3 recientemente publicados.
desacuerdos giró en torno a la necesidad, je- Ellos abren un nuevo espacio para el diálogo
rarquizada por la psiquiatría, de diagnósticos entre la psiquiatría y el psicoanálisis, el cual
claros y precisos que cubrieran el campo de la intentaré explorar a continuación comparando
patología y la diferenciara de la normalidad, entre sí estos tres sistemas diagnósticos en
mientras el psicoanálisis hizo hincapié en la relación con los TP.
necesidad de reconocimiento de la singula-
ridad de cada individuo y en la continuidad
entre los fenómenos de salud y enfermedad. El sistema diagnóstico DSM y la tradición
El sistema DSM (Diagnostic and Statistical uruguaya
Manual of Mental Disorders), elaborado por
la Asociación Psiquiátrica Americana y el CIE
La influencia que tuvieron en Uruguay el
(International Statistical Classification of Di-
DSM-III y luego el DSM-IV fue importante,
seases and Related Health Problems, capítulo
al igual que en muchos otros países y puede
V), publicado por la Organización Mundial de
preverse que lo mismo ocurrirá con el DSM-5.
la Salud, se apoyaron en definiciones opera-
El sistema CIE ha tenido menor influencia y
cionales sobre la base de criterios aportados
en líneas generales resulta similar y tradu-
por la investigación científica. Al mismo
cible al DSM.
tiempo, muchos psicoanalistas enfatizaron
la necesidad opuesta, de una comprensión Conviene señalar que la preponderancia
indefinidamente abierta, de los aspectos más del sistema DSM fue durante largo tiempo
profundos y únicos de cada experiencia humana contrabalanceada en Uruguay por el peso que
individual. Esta polarización terminó restrin- conservaron los grandes maestros europeos
giendo en ambos la validez de las categorías de la psiquiatría así como por la influencia de
clínicas. En el caso de la psiquiatría, si bien las corrientes fenomenológica y existencial. Si
las definiciones operacionales aumentaron la comparamos los Anales de la Clínica Psiquiá-
validez y confiabilidad de los diagnósticos, los trica con la Revista Uruguaya de Psicoanálisis,
criterios utilizados llevaron en muchos casos, encontraremos que alrededor de 1970 existía en
sobre todo en el campo de los trastornos de ambos una fuerte influencia de esta tradición
la personalidad (TP), a un empobrecimiento filosófica, visible en las obras de R. Ramírez,
de su contenido, que afectó su validez. En el J. Galeano, G. Koolhaas y otros distinguidos
caso del psicoanálisis, la búsqueda de pro- psiquiatras o psicoanalistas de ese momento.

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También debe destacarse el peso que tuvo la permitan determinar tasas de incidencia, Psiquiatría y
obra de Henri Ey, que inspiró la práctica y la prevalencia o remisión de los trastornos. Psicoanálisis
producción de numerosos psiquiatras, entre
la cual se destacan los trabajos y la enseñanza
La necesidad de estos requisitos es indiscu-
de Humberto Casarotti. La discusión sobre las
tible, pero el problema es encontrar el camino
convergencias y divergencias entre las ideas
adecuado para cumplir con ellos. El DSM-III
órgano-dinámicas de Henri Ey y el psicoaná-
y el DSM-IV, sin proponérselo, al enfatizar el
lisis tenía su antecedente en discusiones que
diagnóstico sobre la base de listas de síntomas,
habían tenido lugar en Francia, algunas de
en el marco de categorías discontinuas que
ellas con especial brillo, como ser las Jorna-
encerraban un apreciable margen de arbi-
das de Bonneval de 1946 sobre el tema de la
trariedad, llevaron en muchos casos a una
causalidad psíquica, que se abrieron con las
desvalorización del examen clínico minucioso, *Las influencias dominantes
presentaciones contrapuestas de H. Ey y J. en otras corrientes fueron otras,
volvieron innecesaria la empatía con el paciente
Lacan4. También en nuestro medio surgieron como es el caso de la corriente
y el atender a su contexto familiar y social y
temas de debate entre las ideas de Henri Ey y inspirada en la obra de C. G.
desestimularon la comprensión psicopatológica. Jung.
las psicoanalíticas, en cuestiones tales como
Aunque el DSM siempre hizo hincapié en que
la distinción entre salud y enfermedad o la
no pretendía sustituir una formación clínica
etiopatogenia de los trastornos mentales, pro-
profunda, los psiquiatras jóvenes buscaron
blemas que desbordan el tema diagnóstico y
memorizar síntomas más que comprender
que serán solo indirectamente abordados aquí.
personas. Tampoco intentaron comparar sus
Las primeras versiones del DSM, el DSM-I observaciones con las de los grandes maestros.
(1952) y el DSM-II (1968), recogieron la in- Esto llevó a lo que Andreasen7 denominó “la
fluencia de las tradiciones fenomenológica, muerte de la fenomenología en los Estados
psicoanalítica y de la psiquiatría social, pero Unidos”. El mismo panorama se repitió en
fueron cuestionadas por su falta de confiabi- otros países. En la medida en que el uso del
lidad y por la ausencia de criterios apoyados DSM-III o DSM-IV se asoció a una renuncia a
en la investigación científica. Surgieron, en la riqueza de la descripción fenomenológica y
consecuencia, propuestas de cambio basadas a la complejidad de la psicopatología, se llegó
en la operacionalización de las definiciones, a aquello mismo que se buscaba evitar, esto
la revalorización del curso y desenlace de los es, a la irrelevancia de los conceptos diagnós-
trastornos y un uso más amplio de las inves- ticos. Una misma categoría diagnóstica podía
tigaciones empíricas5, 6. Estas propuestas se recubrir realidades humanas muy diferentes
impusieron y llevaron a que en la siguiente entre sí, cuyas particularidades, necesarias
versión del DSM, aparecida en 1980, el DSM‑III, para un encare terapéutico del paciente y no
se produjera una amplia reformulación de las sólo de la enfermedad, no ayudaba a reconocer.
categorías diagnósticas, que sirvieron de base
para el DSM-IV (1994) y el DSM-IV-TR (2000).
Los cambios introducidos en el DSM-III y el
El problema del diagnóstico en el
DSM-IV trajeron beneficios e inconvenientes. psicoanálisis uruguayo
Del lado de las ventajas se debe reconocer que
colocaron en primer plano las condiciones Desde su fundación en 1955, la influencia
exigibles a un diagnóstico, a saber: dominante en la Asociación Psicoanalítica
Uruguaya (APU) fue la de Sigmund Freud*. Si
– Contener categorías diagnósticas que bien Freud no se propuso formular un sistema
tengan validez, confiabilidad y utilidad clínica. diagnóstico completo, distinguió las neurosis,
las psicosis y las perversiones y, dentro de las
– Lograr que las investigaciones sean com-
neurosis, diferenció las psiconeurosis (neurosis
parables.
histérica, neurosis fóbica o histeria de angustia
– Delimitar los trastornos a los que el sistema y neurosis obsesiva), en las cuales los conflictos
de salud debe dar cobertura. inconscientes juegan un papel determinante
– Identificar la respuesta a los tratamientos. y a las que consideraba las más aptas para
– Facilitar los estudios epidemiológicos que el tratamiento psicoanalítico, frente a otros

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Psiquiatría y tipos de neurosis (neurosis actuales, neurosis segundo momento de observación clínica y
Psicoanálisis de guerra, etc.), en las que era preciso tomar reflexión crítica más rigurosa, que busque
en cuenta factores de otro tipo. Con el correr traducir estas experiencias singulares en
del tiempo, nuevos autores fueron agregando conceptos más generales, pues de lo contrario
nuevas categorías diagnósticas (por ejemplo, conducen a una deriva conceptual que puede
O. Kernberg, H. Kohut, A. Green, entre mu- debilitar el anclaje clínico de los conceptos y
chos otros), lo cual aumentó la riqueza de las vaciarlos de significado, al utilizar distintos
conceptualizaciones clínicas pero también autores las mismas palabras para designar
aumentó el riesgo de un caos terminológico cosas muy diferentes, o denominar de forma
y conceptual. distinta a las mismas cosas.
En los comienzos del grupo psicoanalítico El momento actual es oportuno para que el
uruguayo, junto con la obra de S. Freud, tuvieron psicoanálisis vuelva a interesarse por la tarea
una fuerte gravitación las de Melanie Klein diagnóstica. Existe hoy día una creciente con-
y de W. R. Bion. Ellas llevaron a distinguir lo ciencia de que es necesario identificar el tipo
que se denominó la parte neurótica y la parte de pacientes que se beneficia más con alguno
psicótica de la personalidad, como dos formas de los diferentes recursos psicoterapéuticos y
distintas, existentes en grado variable en todo farmacológicos disponibles. Esto constituye
individuo, de manejar la realidad interna y una responsabilidad profesional hacia los
externa sobre la base de diferentes ansiedades, pacientes pero también hacia el sistema de
fantasías inconscientes y mecanismos de de- salud, que, como ocurre en todo el mundo,
fensa. J. Bleger8, psicoanalista argentino, fue necesita información diagnóstica sobre el
tal vez quien con mayor rigor metodológico tipo de pacientes que recibe las prestaciones y
intentó construir indicadores clínicos que sobre su evolución. Este camino requiere que
permitieran operacionalizar estos conceptos la psiquiatría, el psicoanálisis y las distintas
para su uso diagnóstico, tarea que su muerte psicoterapias encuentren la forma de hacer
prematura, en 1972, dejó inconclusa. En las compartibles sus distintos lenguajes.
décadas siguientes, en Uruguay, la influencia Diagnosticar no es etiquetar sino concep-
del psicoanálisis francés y en especial de la tualizar
obra de Jacques Lacan, llevó a revalorizar
los conceptos diagnósticos originales freudia-
nos y a desarrollar nuevas perspectivas que El término “diagnóstico” es utilizado por
condujeron a prestar atención a las fallas en múltiples disciplinas para designar el proceso
la estructuración psíquica relacionadas con analítico que conduce a identificar fenómenos,
procesos de desmentida que llevan a déficits de acuerdo con un sistema conceptual que es
en los procesos de simbolización9, 10. tomado como referencia. En las ciencias de
la salud tiene un sentido muy específico: el
El tema del diagnóstico nunca fue en reali-
de identificar la situación de una persona en
dad una prioridad del grupo uruguayo, en el
relación con sus procesos de salud y enferme-
que tuvieron escasa repercusión las variadas
dad, o, dicho más directamente, el de saber
propuestas diagnósticas que se formularon en
qué es lo que le está pasando para poder, en
la comunidad psicoanalítica internacional. En
consecuencia, saber cómo tratarlo.
nuestro medio se puso mayor énfasis, como dije,
en lo singular e inabarcable de cada paciente.
Esto aparejó una ventaja, pues fortaleció la El diagnóstico psiquiátrico constituye, como
escucha de aquellas metáforas o descripciones señala con razón H. Casarotti14, el paso primero
co-construidas entre paciente y analista que y fundamental de la atención psiquiátrica y
permitían captar mejor las experiencias propias del “saber-hacer” del psiquiatra. Cabe agregar
del análisis. Se ha comprobado11-13 que cada que lo mismo vale para cualquier acción en
psicoanalista trabaja influido por teorías implí- salud mental, sea individual o colectiva. Para
citas personales que se van desarrollando a lo ello el diagnóstico debe estar apoyado en con-
largo de la vida y enriquecen su comprensión ceptos y en procedimientos que posean validez,
clínica. Pero esta actitud de escucha abierta confiabilidad y utilidad clínica, tres conceptos
y provisional necesita acompañarse de un que conviene subrayar. El proceso diagnóstico

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no termina en la primera entrevista, aunque método interpretativo, que proviene de la Psiquiatría y
ella pueda ser importante, sino que continúa tradición hermenéutica; por un lado necesita Psicoanálisis
a través del tiempo y puede incluir diversas una comprensión idiográfica, esto es, referida
perspectivas especializadas (por ejemplo, a lo particular y único**, pero para desarro-
diagnósticos de especialidades médicas, de llarse como disciplina le es necesario formular
laboratorio, psicológico, neuropsicológico, criterios e hipótesis de alcance general, lo cual
psicoanalítico, familiar, psicosocial, etc.). Cada lo aproxima a las ciencias nomotéticas***.
una de ellas puede pasar a primer plano, si lo De hecho el psicoanálisis y la psiquiatría
requiere así la atención del paciente. No tiene incluyen preguntas y problemas de distinta
sentido, por tanto, contraponer diagnóstico naturaleza y es preciso responderlos desde
psiquiátrico y diagnóstico psicoanalítico, pues distintas aproximaciones y metodología****.
en principio ambos deben ser complementarios.
Todas las perspectivas diagnósticas comparten naturales y las ciencias de la
La discusión actual sobre el diagnóstico cultura, polémica cuyos ecos
ciertas preguntas básicas (¿Qué le pasa al
ha llevado a poner el acento en los aspectos y nuevas versiones continúa
paciente? ¿Qué es necesario tomar en cuenta en la actualidad.
metodológicos, relacionados con la operacio-
para poder atenderlo mejor?) Y la tarea del
nalización de las definiciones. Este desafío ha
clínico a cargo del paciente es formular un
sido aceptado tanto por el DSM-5 como por los ****Tampoco es posible des-
plan terapéutico coherente a partir de todas cuidar los problemas filosóficos
nuevos sistemas diagnósticos psicoanalíticos.
ellas. Pueden, eventualmente, surgir zonas subyacentes. Cuando nos pregun-
Operacionalizar significa definir los conceptos tamos si los trastornos mentales
de conflicto entre las distintas disciplinas, las
a partir de las operaciones y procedimientos constituyen entidades reales o
cuales serán abordadas en la práctica según
que les dan origen, lo cual significa relacionar son simples convenciones lingüís-
las responsabilidades profesionales en juego ticas o construcciones cultural
las formulaciones abstractas de una teoría a
en cada situación. A largo aliento, el desafío e históricamente condicionadas
los términos observables en los que se apoya16. como sostiene el constructivismo,
para todas las disciplinas involucradas es
El OPD-2, que asumió esta tarea en forma encontramos que esta discusión
convertir estas zonas de conflicto en tema
sistemática, debió hacer frente a las dificul- puede retrotraerse a discusiones
de investigación, de modo que la respuesta clásicas de la filosofía sobre el
tades que plantea la irrenunciable subjetivi-
se apoye lo más posible en la mejor evidencia tipo de realidad que poseen las
dad del entrevistador***** (por ejemplo, en entidades abstractas, como la
disponible, como lo pide la práctica basada
conceptos como los de contratransferencia, que se dio entre el realismo, el
en evidencias.
etc.). Esto llevó al OPD-2 a poner especial nominalismo y el conceptua-
cuidado en evaluar la validez y confiabilidad lismo. Estas cuestiones son
inevitables, pues diagnosticar
Aunque algunos sistemas diagnósticos como de los conceptos usados. significa, precisamente, relacionar
el DSM-IV pretendan ser ateóricos, su marco Una categoría diagnóstica posee validez* si lo particular con lo general. El
conceptual no es ajeno a las influencias filosó- OPD-2 comienza con una cita
ficas, ideológicas y culturales del momento. En *Prefiero el término enfoque u otras marcas que sirven de Goethe que dice: “Lo especial
al de modelo, por cuanto es como rótulos. El diagnóstico de siempre está sujeto a lo general;
el caso del DSM-IV es perceptible la influencia menos ambicioso y responde un trastorno de personalidad lo general siempre tendrá que
del modelo biomédico, aun cuando la medici- mejor a la situación del cono- no significa cosificar a una remitirse a lo especial”.
na y la psiquiatría actuales son conscientes cimiento actual, en que no es persona sino identificar un
de la necesidad de no sustituir un enfoque posible un modelo unificador patrón recurrente de modos
global sino aproximaciones de pensar, sentir y actuar. *****En sus inicios, el operacio-
bio-psico-social por uno bio-bio-bio o psico- parciales que respeten la Pero también es cierto que nalismo, como postura filosófica,
psico-psico, al decir del ex-presidente de la complejidad de las relaciones no se puede impedir que los se opuso al uso de conceptos de
APA, S. S. Shafstein15. Pero dar concreción a entre los distintos niveles de diagnósticos, como cualquier naturaleza mental o subjetiva.
los fenómenos cuando se estu- concepto útil, puedan a veces Sin embargo, la historia de las
este enfoque* es una tarea compleja y obliga ciencias sociales mostró que, a
dian problemas específicos. ser mal empleados y ser utili-
a no olvidar que tanto la psiquiatría como el zados para etiquetar, denigrar nivel metodológico, era posible
psicoanálisis asientan sobre diversas tradiciones o violar la confidencialidad dar definiciones operacionales
filosóficas que a veces están en tensión entre **A veces se confunde diag- de las personas. de muchos de estos conceptos.
nosticar con “etiquetar”. En Esto está de acuerdo con la
sí. El psicoanálisis tiene un método específico tendencia al pluralismo meto-
realidad esto no es así, pues
de exploración de los problemas psíquicos, pero diagnosticar es conceptualizar, ***La distinción entre discipli- dológico que predomina en la
sus hipótesis teóricas pertenecen en realidad o sea, abstraer caracteres nas idiográficas y nomotéticas epistemología actual, el cual
a dos tradiciones diferentes, a saber, la de las comunes y generalizar, mien- se debe a Windelband, y aconseja no excluir campos del
tras etiquetar sólo puede forma parte de una discusión conocimiento, sino desarrollar los
ciencias de la naturaleza y las ciencias de la procedimientos necesarios para
utilizarse para designar lo más general que se dio a
cultura. Freud intentó desarrollar una ciencia singular y único, para lo cual principios de siglo sobre las buscar la información relevante
similar a las ciencias naturales a partir de un se utilizan los nombres propios diferencias entre las ciencias allí donde ella se encuentra.

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Psiquiatría y recoge características centrales del fenómeno. ambas perspectivas, reabriendo la discusión
Psicoanálisis Es confiable o consistente si muestra que desde una perspectiva más útil, a saber, sobre
existe acuerdo entre evaluaciones realizadas cuáles aspectos del diagnóstico se describen
por distintos clínicos (medido por el “acuerdo mejor desde una perspectiva categorial y
entre evaluadores”) o en distintos momentos cuáles desde una dimensional.
(“confiabilidad test-retest”). Como test es-
tadístico de confiabilidad suele utilizarse el
Un sistema diagnóstico debe poseer utili-
índice kappa de Cohen. Para la mayoría de los
dad clínica, lo que significa que debe abarcar
trastornos, el DSM-IV logró un acuerdo entre
el conjunto de trastornos que se ven en la
investigadores de nivel aceptable o excelente,
práctica, facilitar su reconocimiento y ser
sobre todo cuando se utiliza la Entrevista
suficientemente amigable para que pueda
Clínica Estructurada (SCID) aplicada a los
ser utilizado por personas con el entrena-
trastornos del eje I. La confiabilidad test-retest
miento promedio. A la vez debe servir para la
no es tan buena en el caso de los trastornos
*El análisis de la validez debe investigación científica, criterio afortunada-
de la personalidad. El desafío para los nuevos
mucho a la tradición psicomé- mente compartido tanto por el DSM-5 como
trica. La validez “a la vista” sistemas diagnósticos psicoanalíticos ha sido el
el OPD-2 y el PDM. Hoy existe suficiente
(“face validity”) surge del examen de lograr índices kappa igualmente o incluso
evidencia de que los cambios que produce
directo. Cuando se examina más satisfactorios que el DSM-IV, exigencia
la “validez de contenido” se no sólo la farmacoterapia sino también la
que el OPD-2 ha mostrado que puede cumplir.
busca determinar el grado en psicoterapia pueden ponerse de manifiesto
que los aspectos relevantes del por medio de investigaciones estadísticas de
concepto están presentes en
la evaluación y la “validez de
Una cuestión importante que los nuevos proceso y resultados acordes con las exigen-
constructo” evalúa si las distin- sistemas diagnósticos debieron enfrentar cias de la Medicina Basada en Evidencias y
tas facetas del concepto están tiene que ver con la naturaleza categorial o que también son evidenciables por el estudio
adecuadamente contempladas. dimensional de los fenómenos en estudio. ¿Son imagenológico de los cambios cerebrales17, 18.
La “validez convergente” valora
en qué medida coinciden entre
salud y enfermedad dos categorías distintas o Pero si bien estas investigaciones deben ser
sí los diversos procedimientos son variaciones de grado dentro de un mismo jerarquizadas, conviene no divorciarlas de la
diagnósticos y la “validez dis- continuo? La misma pregunta vale para las investigación clínica. Clínica e investigación
criminante” complementa a diferencias entre trastornos, que pueden ser deben informarse mutuamente, pues a veces
la anterior, mostrando en qué
grado el procedimiento empleado
alternativamente considerados como perte- la investigación destaca la significación es-
logra diferenciar a un fenómeno necientes a clases distintas o como valores tadística sin examinar suficientemente si la
de otros similares. Estas consi- dentro de espectros de naturaleza continua. investigación posee significación clínica*** 19.
deraciones tienen importancia Creo que una virtud de los nuevos sistemas Los juicios clínicos expresan las observaciones
metodológica, pues, como diré
más abajo, algunas críticas
diagnósticos es evitar la dicotomía entre lo e inferencias que surgen de la experiencia
al diagnóstico del DSM-IV se categorial y lo dimensional** y combinar clínica directa con una persona, mientras
dirigieron a fallas en la validez que la investigación estadística cuantitativa
de constructo, convergente y formula generalizaciones sobre la distribución
discriminante de varias de sus
categorías.
de las variables y sus relaciones mutuas en
la necesidad de distinguir numerosa se han producido una población dada20. Clínica e investigación
entre estados distintos que cambios pequeños en algunos deben complementarse cuidando que una no
** Es como si nos preguntáramos requieren acciones también ítems de un test, sin que esto ocupe el lugar que le corresponde a la otra.
si los cambios de temperatura del distintas. implique cambios perceptibles
agua constituyen un fenómeno en la calidad de vida de los
continuo o si se trata de un pacientes.
cambio entre estados diferentes ***La importancia dada a El manual de diagnóstico y estadística,
(hielo, líquido, gas). Obviamente las diferencias estadísticas 5ª versión (DSM-5)
ambas perspectivas son válidas (medida a través de los valores ****En el 2006, el entonces
y deben ser utilizadas según el p, que sirven para rechazar presidente de la APA, Steven
aspecto que interese considerar. la hipótesis nula) ha hecho Sharfstein, anunció a D. J. A comienzos de 2010, luego de un trabajo
Las acciones terapéuticas (y las perder de vista que a veces Kupfer como Chair y a D.
esta diferencia estadística A. Regier como Vice-chair
de cerca de 10 años que involucró a más de
responsabilidades profesionales)
a veces pueden guiarse jerar- tiene muy escasa significación del comité encargado del 500 especialistas de todo el mundo, agrupados
quizando la continuidad entre clínica. Un tratamiento o desarrollo del DSM-5. El en 13 Comités****, la Asociación Psiquiátrica
lo sano y lo enfermo, pero en fármaco puede ser estadís- comité sobre personalidad y Americana dio difusión a los lineamientos que
otras ocasiones (por ejemplo, ticamente superior a otro o trastornos de la personalidad
al placebo, pero esto puede está presidido por Andrew
guiarán al nuevo DSM, el DSM-5 (esta vez el
si hay que decidir internar o no
internar) pasa a primer plano deberse a que en una muestra E. Skodol. número de la versión se escribe con números

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arábigos), cuya versión definitiva se anuncia Los trastornos de personalidad (TP) en el Psiquiatría y
para mayo del 2013*. Esta revisión busca DSM-IV: limitaciones del eje II Psicoanálisis
ajustar el DSM a los avances de la clínica y de
la investigación, de modo que los diagnósticos
sean más precisos, confiables y útiles para la El eje II del DSM-IV venía siendo objeto,
práctica psiquiátrica. desde bastante tiempo atrás, de fuertes
cuestionamientos por parte de clínicos y de
investigadores que le objetaban la falta de
Mientras que el DSM-IV se mantuvo dentro validez de las categorías diagnósticas, la ines-
de los lineamientos generales del DSM-III, el tabilidad de los diagnósticos, la arbitrariedad
DSM-5 apunta a una revisión mayor. Se pro- de los umbrales y el alto grado de comorbi-
pone unir los ejes I, II y III en un único eje, lidad. Desarrollaré algunas de estas críticas
aproximándose al sistema CIE, cuya nueva siguiendo a Shelder y Westen20:
versión (CIE-11) está anunciada para 2014. * Su presentación oficial está
anunciada para la reunión anual
También se está estudiando utilizar escalas de la APA que tendrá lugar en
comunes con el CIE para los ejes IV y V. Seña- – En el DSM-5 el diagnóstico de los TP se
San Francisco en ese año.
laré, sin la intención de ser exhaustivo, algunos realiza combinando síntomas que son muy
de los cambios propuestos. En muchos casos heterogéneos entre sí en su naturaleza e
importancia. ** Más información al respecto
el diagnóstico categorial se combinará con el disponible en: http://www.nihpro-
dimensional, utilizando las dimensiones para – Los puntos de corte para decidir la inclu- mis.org/default.aspx
describir fenómenos de distribución continua. sión o exclusión de un ítem son arbitrarios
Se incluye la evaluación dimensional de sín- (por ejemplo: ¿cuán poca empatía es falta de *** La búsqueda realizada en
tomas que atraviesan los distintos trastornos empatía?). Scholar.Google y en PubMed no
(“cross cutting assessment”) tales como la – Las categorías diagnósticas en realidad muestra trabajos que comparen
ansiedad, el humor depresivo, los trastornos entre sí el DSM-5, el OPD-2 y
se podrían evaluar como si fueran rasgos el PDM.
del sueño, el consumo de sustancias, etc., dimensionales (las personas pueden ser más
pues se los considera útiles no sólo para el o menos paranoides, narcisistas, evitativas,
diagnóstico, sino también para el pronóstico, dependientes, etc.).
la planificación y la evaluación de los resulta- – El nivel de comorbilidad de distintos TP
dos del tratamiento. Con fines de prevención es exageradamente alto (es habitual que haya
se incluyen formas premórbidas o iniciales 4 o más diagnósticos para la misma persona),
de los trastornos, por ejemplo, síndrome de lo cual pone en duda la validez discriminante
riesgo de psicosis. Se estudia la inclusión de del sistema.
la opinión del paciente sobre su calidad de
– La mayoría de las personas (cerca del 60%)
vida y sobre la atención recibida recogida a
que califican para la categoría general de TP
través de un sistema computarizado (Patient
del DSM-IV no coincide con ninguna de las
Reported Outcomes Measurement System,
categorías diagnósticas específicas.
PROMIS**), utilizado también para enferme-
dades orgánicas. La definición de numerosos – En contrapartida, estas categorías agrupan
trastornos sufre algún tipo de modificación, pacientes que son demasiado heterogéneos
más o menos importante, punto en el que no entre sí en aspectos relevantes.
entraré aquí. – Algunas categorías (por ejemplo, TP
paranoide) están en realidad basadas en la
reiteración con diferentes palabras de un
Estas propuestas están aún en fase de
mismo rasgo (suspicacia).
testeo empírico para saber si son aplicables
a la práctica clínica. Pero aun cuando sean – La confiabilidad test-retest es baja, lo
provisionales y estén abiertas a la discusión, cual indica una falta grave de confiabilidad
resulta interesante cotejarlas con los nuevos del método, puesto que se trata de diagnos-
sistemas diagnósticos psicoanalíticos. Me ticar trastornos que se supone que tienden
focalizaré en el diagnóstico de los TP, pues es a persistir en el tiempo.
uno de los campos que sufre mayores modifi-
caciones en el DSM-5 y que se presta mejor
para una comparación de los tres sistemas***.

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Psiquiatría y En el plano conceptual se ha señalado que 1. Funcionamiento en relación con el self
Psicoanálisis la distinción entre eje I y eje II es arbitra-
ria21. Se señaló también la ausencia de una
1.i. Integración de la identidad
dimensión relevante: la evaluación del nivel
de funcionamiento de la personalidad y en Incluye: a) la regulación de los estados del
especial de sus recursos y su capacidad de self; b) la coherencia del sentido del tiempo
resiliencia así como de sus vulnerabilidades. y de la historia personal; c) la capacidad para
Esta carencia lleva a que el diagnóstico ofrezca experimentar la unidad del self y para identi-
escasa orientación para planear un enfoque ficar claramente los vínculos entre el self y los
terapéutico más global. El sistema DSM, otros; y d) la capacidad para la autorreflexión.
en opinión de los responsables del DSM-522
* Conservo el término self, ya corría el riesgo de volverse irrelevante si no 1.ii. Integridad del concepto del self
habitual en el lenguaje técnico, en realizaba los cambios necesarios.
vez de traducirlo por “sí mismo”.
a) Regulación de la autoestima y del respeto
A menos que se especifique lo por sí mismo; b) el sentimiento de constituir
contrario, las traducciones de una agencia autónoma; c) la valoración o
textos en inglés son mías. apreciación de sí mismo; y d) las cualidades
Los trastornos de personalidad en el
de las representaciones del self (por ejemplo,
** El DSM-5 utiliza “dominio”
DSM-5 complejidad, diferenciación e integración).
para referirse a las dimensiones
o incluso áreas en un sentido El comité sobre TP, presidido por A. E.
general; “rasgo” para referirse 1.iii. Capacidad del self para dirigirse a sí
a características de la perso-
Skodol, recomendó una reconceptualización
mismo (“self directedness”)
nalidad; “facetas”, o “facetas profunda de la psicopatología de la persona-
de los rasgos”, cuando se trata lidad. Los TP son definidos como fallas en a) Establecimiento de normas internas
de rasgos de nivel más bajo el desarrollo del sentido de la identidad del para la propia conducta y b) coherencia y
que forman parte de un rasgo significación a corto plazo de las metas vitales.
más general; y “dimensión”
self* y de la capacidad para el funcionamiento
para designar un continuo de interpersonal que serían adaptativos en el
naturaleza escalar. contexto de las normas y expectativas de la 2. Funcionamiento en el dominio in-
cultura del individuo. terpersonal
Estas fallas se manifiestan como pertur-
baciones nucleares del funcionamiento de la
2.i. Empatía
personalidad y como características extremas
de al menos algún rasgo de la personalidad, Incluye: a) capacidad de mentalizar (o sea,
que comienza en la adolescencia y que se man- de crear un modelo adecuado de los pensa-
tiene a través del tiempo aunque cambien las mientos y emociones de otra persona); b) de
circunstancias. Se conservan algunos de los apreciar las experiencias de otros; c) atención
tipos categoriales del DSM-IV que mostraron a la variedad de las opiniones de otros; y d)
mayor validez y utilidad. En suma, los TP ya comprensión de la causalidad social.
no se diagnostican sumando síntomas como
en el DSM-IV, sino combinando la evalua- 2.ii. Intimidad y cooperación
ción en los dominios señalados, que pasaré
A saber: a) la profundidad y duración de
a examinar**.
la conexión con otros; b) la tolerancia y el
deseo de cercanía; y c) la reciprocidad en la
A. La estimación del nivel de consideración y apoyo y su reflejo en el com-
funcionamiento de la personalidad portamiento interpersonal y social.

Esta estimación se hace teniendo en cuenta 2.iii. La complejidad e integración de las


el funcionamiento de la personalidad (normal representaciones de los otros
o patológica) en relación con el self o sí mismo a) La cohesividad, complejidad e integración
y en relación con los otros. Dado que estos de las representaciones mentales de otros y
criterios servirán de base para la comparación b) el uso de las representaciones de los otros
con el OPD-2 y el PDM, pasaré a detallarlos. para regular el self.

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D. Bender23 expone así el fundamento de Interpersonal: La capacidad para conside- Psiquiatría y
la importancia que se le da a las fallas del rar y comprender la experiencia de los otros Psicoanálisis
funcionamiento del self y de las relaciones y sus motivaciones están significativamente
interpersonales: “… la severidad generalizada perturbadas, y la atención hacia los otros está
es el más importante predictor aislado de la virtualmente ausente (la atención es hipervi-
disfunción concurrente y prospectiva”, esto es, gilante, focalizada en atender las necesidades
constituye el mejor indicador de la existencia y evitar el daño). Las interacciones sociales
de otras disfunciones de la personalidad en pueden ser confusionantes o desorientadoras.
el presente y en el futuro24. Resulta legítimo, El deseo de pertenencia está limitado por la
por tanto, dar peso diagnóstico a la ubicación expectativa de daño. El compromiso con los
del individuo en un continuo de severidad de otros es desapegado, desorganizado o consis-
la disfunción, pues esta disfunción refleja ca- tentemente negativo…”.
* El trastorno esquizoide puede
racterísticas sustanciales del modo en que la ser evaluado a través de los
persona se ha estructurado en sus relaciones rasgos de retracción social,
internas y externas. Bender señala con claridad
B. Los tipos principales de trastornos de distanciamiento social, evitación
que este funcionamiento refleja la acción del personalidad de la intimidad, afectividad
restringida y anhedonia. El tras-
temperamento, de los procesos del desarrollo torno paranoide a través de los
y de los factores ambientales actuales. Cita El DSM-5 propone reducir el número de rasgos de suspicacia, evitación
al respecto los “modelos de trabajo interno” categorías o prototipos de trastornos princi- de la hostilidad, y creencias
inusuales. El histriónico, por
(“internal working models”), descritos por pales a los siguientes: 1) trastorno borderline los de histrionismo y labilidad
la teoría del apego de Bowlby, que describen (fronterizo o límite); 2) antisocial/psicopático; emocional. El trastorno narcisista
estructuras psíquicas que regulan la forma 3) esquizotípico; 4) evitativo; 5) obsesivo- por los rasgos de narcisismo,
en la que la persona se relaciona consigo y compulsivo. La reducción fue decidida sobre manipulatividad, histrionismo
y dureza. El dependiente, por
con los otros y que son necesarias para la la base de estudios que mostraron que estas los rasgos de sumisión, ansiedad
regulación emocional. cinco categorías eran las que poseían mayor e inseguridad ante las sepa-
validez y utilidad clínica. raciones.

Como queda a la vista, muchas de estas


consideraciones son compartibles por el La forma de describir los trastornos cambia
psicoanálisis. La teoría del apego de Bowlby también sustancialmente. No se ofrece una
se relaciona no solo con su obra psicoanalí- lista de síntomas sino un formato narrativo que
tica sino también con uno de los campos de combina aspectos nucleares que se expresan
investigación del desarrollo más fructíferos en el funcionamiento de la personalidad visto
actualmente. más arriba, con comportamientos y rasgos
característicos, configurando prototipos que
El nivel de perturbación de la personalidad el clínico debe comparar con el paciente en
se evalúa de acuerdo con una escala de 0 a 4, y estudio y decidir el grado de concordancia
para cada uno de estos cinco niveles se ofrece entre ambos.
una descripción prototípica. Para dar una idea
de ella tomaré como ejemplo el comienzo de la Las categorías que quedan suprimidas
descripción del nivel 3 (perturbación seria): (trastornos esquizoide, paranoide, histriónico,
narcisista y dependiente) son sustituidas por
“Self: existe una incapacidad para pensar una evaluación a través de la combinación de
sobre la experiencia propia. Los estados del rasgos, sumada al funcionamiento de la perso-
self están desregulados y pueden ocurrir sin nalidad en las áreas del self e interpersonal*.
que sean percibidos y/o ser experimentados
como externos al self. La experiencia de una Para ilustrar la forma en la que son descri-
identidad única está virtualmente ausente, tos los prototipos, transcribiré los primeros
así como cualquier sentido de continuidad párrafos de la descripción de los trastornos
de la historia personal. Los límites con los borderline25:
otros están confundidos o faltan. El concepto
del self es difuso…

R. Bernardi|Revista de Psiquiatría del Uruguay|Volumen 74 Nº 2 Diciembre 2010|página 187


Psiquiatría y “Los individuos que entran en este trastor- B. El grado de concordancia del caso con
Psicoanálisis no de la personalidad tienen un concepto del cada uno de los 5 prototipos de personalidad
self extremadamente frágil que es fácilmente descritos (trastorno borderline, antisocial/
alterado y fragmentado bajo estrés y resulta psicopático, esquizotípico, evitativo y obsesivo-
en la experiencia de la falta de identidad o compulsivo). El grado de concordancia con
sentimientos crónicos de vacío. Como resultado cada uno de ellos puede ir de 5 (muy bueno)
tienen una estructura del self empobrecida o a 1 (inexistente).
inestable y dificultad para mantener relaciones
íntimas duraderas. La autovaloración está
C. Se consignan los rasgos de la persona-
a menudo asociada con la autodepreciación,
lidad que llegan a nivel 3 (extremadamente
desprecio por sí mismo, rabia, y desánimo. Los
descriptivo) y 2 (moderadamente descriptivo).
individuos con este trastorno experimentan
* Se consideran los siguientes impulsos rápidamente cambiantes, intensos,
rasgos y facetas: 1) Emociona- impredecibles y reactivos, y pueden sentirse Sobre la base de lo anterior se llega a la
lidad negativa: labilidad emo-
cional, ansiedad, sumisión, extremadamente ansiosos o deprimidos. decisión de si el paciente cumple con los cri-
inseguridad ante la separación, Pueden también enojarse o ponerse hostiles, terios para TP (Sí/No).
pesimismo, baja autoestima, y sentirse incomprendidos, destratados o
culpa/vergüenza, autoagresión, victimizados….”.
depresividad, desconfianza; Para un paciente con un trastorno bor-
2)  Introversión: retracción derline, el diagnóstico se formularía de la
social, distanciamiento social, siguiente manera: Existe un TP; que posee
afectividad restringida, anhedo-
C. Los rasgos de la personalidad
nia, evitación de la intimidad; una perturbación del funcionamiento del self
3) Antagonismo: insensibilidad, e interpersonal de nivel (…); con un grado (…)
manipulatividad, narcisismo, Se incluyen seis rasgos: 1) emocionalidad de coincidencia con el prototipo borderline;
histrionismo, hostilidad, agre- negativa, 2) introversión, 3) antagonismo, y para el cual los rasgos (…) resultan ser
sión, oposicionalidad, engaño; 4) desinhibición, 5) compulsividad y 6) es- extremada o moderadamente descriptivos.
4) Desinhibición: impulsividad, quizotipia. Cada uno de estos rasgos a su vez
distractibilidad, imprudencia,
irresponsabilidad; 5) Compulsi- incluye entre 4 y 10 facetas de orden más
vidad: perfeccionismo, perseve- bajo, lo que ofrece un total de 37 facetas para
ración, rigidez, orden, aversión construir el perfil del paciente*. Controversias sobre las modificaciones
a los riesgos; 6) Esquizotipia:
percepciones inusuales, creencias introducidas por el DSM-5
inusuales, excentricidad, disre- La propuesta sobre los rasgos se originó en el
gulación cognitiva, tendencia a
la disociación.
denominado “modelo de los 5 factores”, el cual Resulta útil revisar algunas opiniones críticas
fue modificado para incluir la compulsividad al DSM-5, pues ellas ponen a luz aspectos que
y la esquizotipia. Se espera que la descripción merecen ser discutidos en la actual etapa de
sobre la base de rasgos permita eliminar la revisión del texto.
comorbilidad del DSM-IV, clarificar la hete-
rogeneidad de las categorías, incrementar la
estabilidad de los diagnósticos, reconocer la A. Frances, quien presidió el comité anterior
naturaleza continua de los fenómenos y me- de la APA que elaboró el DSM-IV26 considera
jorar la validez discriminante y convergente. que el estado actual del conocimiento no
justifica cambios de la magnitud propuesta.
Considera que el DSM-5 exigirá a los psiquia-
tras un reaprendizaje trabajoso, el cual será
Modo de formular el diagnóstico utilizado por la industria farmacéutica para
sus propios fines. Esto podría llevar a nuevas
“epidemias” diagnósticas, como las que pro-
El diagnóstico consignará:
vocó el DSM-IV. Sobre su propia experiencia
con el DSM-IV comenta: “Aunque muchos
A. El nivel de funcionamiento de la per- otros factores estuvieron ciertamente en
sonalidad en una escala que va de 0 (sin juego, el súbito aumento en los diagnósticos
perturbación) a 4 (perturbación extrema). de trastornos autistas, de déficit atencional
con hiperactividad y de trastornos bipolares,

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puede en parte reflejar los cambios en las sobre la base del argumento de que las otras Psiquiatría y
definiciones del DSM-IV. […] La psiquiatría categorías no poseen suficiente evidencia Psicoanálisis
no debe entrar en el negocio de fabricar inad- surgida de investigaciones a su favor. Consi-
vertidamente trastornos mentales”. Frances deran que ausencia de evidencia no equivale
opina que con el loable propósito de favorecer a evidencia de ausencia y que sería un error
la prevención, la introducción de categorías de excluir síndromes ampliamente confirmados
riesgo podría incrementar la medicalización en la práctica, pues esto introduciría una cuña
(y la medicación) de casos falsos positivos, entre la realidad clínica y los diagnósticos
efecto que también podría ser producido por sancionados como válidos, por lo que instan
la modificación de los umbrales diagnósticos a ampliar el sistema de prototipos de modo
de otros trastornos que surge a partir de de no excluir síndromes que no son raros en
las nuevas definiciones* 27. Respecto a la la población y que están desde hace mucho * Frances menciona al respecto:
evaluación dimensional, en especial en los identificados empíricamente. Igualmente el déficit atencional con hipe-
ractividad, las adicciones, los
trastornos de la personalidad, si bien admite críticos se manifiestan respeto a la inclusión trastornos del espectro autista,
que su uso resulta más preciso que el de las de rasgos. Consideran que su definición pro- los estados de duelo, la pedo-
actuales categorías borrosas, encuentra que viene más de la psicología académica que de la hebefilia, y otros cambios más
las dimensiones propuestas son demasiado clínica y que introducen una heterogeneidad generales, como ser la modifica-
ción de los criterios de severidad
complejas, prematuras e insuficientemente en los criterios diagnósticos que complica inú- del trastorno. Cree que estos
testeadas como para que resulten aplicables tilmente la práctica clínica y que difícilmente cambios además de aumentar
en la práctica clínica. será incorporada por los psiquiatras clínicos, la medicalización podrían traer
ya renuentes hoy a completar el diagnóstico consecuencias negativas a nivel
legal y a nivel de las prestaciones
del eje II. Por eso creen que dichos cambios
Estas críticas fueron rechazadas por quie- de salud.
tendrán un efecto contrario al esperado y no
nes encabezan los trabajos para el DSM-5,
harán avanzar el diagnóstico de la personalidad
sosteniendo el valor práctico y la base en la
en la práctica de todos los días29.
evidencia de las nuevas propuestas22, 28.

P. Luyten y S. Blatt32 consideran que muchos


Desde el campo de la psicoterapia psicoa-
de los supuestos sobre la naturaleza categorial
nalítica y cognitivo-conductual también sur-
de los trastornos mentales subyacentes al
gieron cuestionamientos. En un comentario
DSM-III y al DSM-IV no fueron confirmados
editorial aparecido en el American Journal of
por la investigación. Creen, en cambio, que la
Psychiatry, firmado por conocidas figuras del
nueva aproximación dimensional nos coloca
campo de la psicoterapia, algunos de los cuales
al borde de una nueva era en el diagnóstico
son co-autores del PDM, a saber: Jonathan
psiquiátrico, que traerá cambios radicales en la
Shedler, Aaron Beck, Peter Fonagy, Glen O.
conceptualización, clasificación y tratamiento
Gabbard, John Gunderson, Otto Kernberg,
de los trastornos mentales. Pero para que esta
Robert Michels, y Drew Westen29, se señala
promesa se cumpla es necesaria una mayor
algunos puntos de acuerdo y otros de franca
integración de los modelos psicopatológicos
discordancia con las propuestas del DSM-5. Los
guiados por la teoría con los modelos derivados
autores dan una bienvenida a la evaluación de
de estudios empíricos. Opinan que el tipo de
la severidad de los trastornos, pues concuerdan
enfoque más útil para los clínicos será el que
en que un mismo trastorno del DSM-IV puede
integre las interacciones entre los procesos
ir desde leves trastornos en las relaciones a
psicosociales y neurobiológicos que están
una inhabilitación para la convivencia social.
presentes en el desarrollo de la personalidad
También están de acuerdo con las descripciones
y en la psicopatología.
de los trastornos basadas en prototipos, pues
consideran que las decisiones sobre la perte-
nencia a una categoría diagnóstica, se basan Estas controversias sugieren algunos comen-
en realidad en la percepción del ajuste de un tarios. Merece ser destacada la concordancia
caso individual a un determinado prototipo existente sobre la utilidad de la evaluación
que el clínico tiene en mente30, 31. Sin embargo, dimensional de la severidad de los trastornos,
no concuerdan en modo alguno en reducir los que será la dimensión en la que me apoyaré
prototipos o categorías diagnósticas a cinco, para la comparación con el OPD-2 y con el

R. Bernardi|Revista de Psiquiatría del Uruguay|Volumen 74 Nº 2 Diciembre 2010|página 189


Psiquiatría y PDM. La crítica a la disminución del número clínicas tradicionales resultaron para muchos
Psicoanálisis de trastornos parece bien fundamentada. En insuficientes e insuficientemente operacio-
realidad, la experiencia clínica lleva más a nalizadas, lo que hizo surgir la necesidad de
ampliar los prototipos y a señalar subtipos nuevos enfoques. En los últimos años surgie-
dentro de ellos, que a disminuirlos. El alcance ron dos propuestas de sistemas diagnósticos
de la crítica al uso de rasgos es más difícil de operacionalizados que buscan hacer frente a
evaluar. Resulta evidente que 37 facetas son estas necesidades. La primera de ellas surgió
excesivas e impracticables, introduciendo en Alemania (OPD-2) y la segunda en Estados
una heterogeneidad de criterios diagnósticos Unidos (PDM). Aunque tienen una creciente
que resultará problemática. Sin embargo, difusión en muchos países, algunos de ellos
no me parece que la observación clínica no de nuestra región, estas propuestas aún no
incluya habitualmente el prestar atención a han tenido suficiente divulgación en Uruguay,
* Una operacionalización radical
ciertos rasgos. Algunos de los incluidos en el por lo que resulta útil su presentación aquí.
como vimos no es epistemológi- DSM-5, como ser la emocionalidad negativa,
camente exigible hoy día y es en la desinhibición, etc., son características que
el fondo una aspiración utópica, La operacionalización de los conceptos
habitualmente están incluidas en la mirada
pues conceptos ateóricos puros psicoanalíticos no es fácil y es aún resistida
diagnóstica. Probablemente las experiencias
no son posibles y ni siquiera por muchos psicoanalistas que creen que
deseables. de campo del nuevo sistema puedan llevar a
puede llevar a la desnaturalización de dichos
formulaciones más afortunadas.
conceptos. El OPD-2 resume claramente las
** El OPD-2, es, de los dos, el decisiones que fue necesario tomar, y los cos-
que metodológicamente ha lle- tos y beneficios de esta operación. En primer
vado más adelante el proceso de
operacionalización, estudiando Nuevos sistemas diagnósticos lugar, se debe encontrar un “mínimo común
los valores de confiabilidad y múltiple” entre las variadas acepciones que
validez alcanzados.
psicoanalíticos: OPD-2 y PDM un mismo término posee para diferentes
escuelas psicoanalíticas. En segundo lugar,
Como señala R. Wallerstein33, Freud no es necesario buscar formas de operacionali-
estaba primariamente interesado en desarro- zación que sean a la vez firmes en cuanto a la
llar un sistema diagnóstico –aunque realizó traducción de los conceptos psicoanalíticos a
numerosas e importantes contribuciones en términos con base fenomenológica, pero sin
ese sentido–, sino en describir configuraciones pretender desconocer su filiación y el marco
psicopatológicas que sirvieran de apoyo para conceptual en el que se originaron* . Para
el tratamiento psicoanalítico. En esas épocas dar un ejemplo sencillo, la expresión “repro-
existían escasas alternativas terapéuticas, pero ches del superyó” es sustituida en el OPD-2
a medida que se desarrollaron nuevos recur- por “sentimientos de culpa”, lo cual se sitúa
sos terapéuticos y el psicoanálisis mismo dio más cerca de la experiencia clínica. El grado
origen a diversos enfoques psicoterapéuticos en que estas soluciones de compromiso son
(grupo, familia, pareja, diversas formas de exitosas debe ser evaluado en función de un
psicoterapia dinámica, etc.), se hizo sentir la doble requisito cuyo punto medio no es siem-
necesidad de una aproximación diagnóstica más pre fácil de lograr: por un lado la traducción
amplia para poder indagar cuál tratamiento operacionalizada debe conservar el mayor
resultaba más beneficioso para qué tipo de grado de riqueza del original y por otro, a
paciente. Se comprobó que la psicoterapia nivel metodológico, debe alcanzar un nivel
era requerida también por personas cuyos aceptable de validez y confiabilidad cuando
problemas desbordaban los cuadros clásicos. se la pone a prueba empíricamente**.
Al mismo tiempo el propio desarrollo interno
del psicoanálisis hizo necesario identificar
no solo los cuadros que podían interpretarse El modelo implícito del OPD-2 y del PDM
como el efecto de conflictos inconscientes, sino sigue siendo biopsicosocial y es bidireccional,
también los efectos de fallas o déficits a nivel dado que se postula una compleja multi-
de la estructuración y funcionamiento de la factorialidad entre los fenómenos de nivel
personalidad, cuyos efectos se intrincaban somático y psicosocial. Se parte del carácter
con los de los conflictos. Las descripciones dimensional y continuo de los fenómenos en
estudio, pero no por ello se niega la existen-

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cia de diversos umbrales, los cuales marcan Expondré a continuación los cinco ejes diag- Psiquiatría y
transiciones clínicamente significativas entre nósticos, que, como dije, buscan aprehender los Psicoanálisis
diferentes trastornos o entre situaciones de aspectos cardinales del paciente de modo que
salud y enfermedad. Las explicaciones de tipo sirvan para el tratamiento psicoterapéutico.
causal y las hermenéutico-comprensivas son
consideradas, ambas, válidas, siempre que
Eje I: vivencia de la enfermedad y prerre-
se especifique el tipo de problema para el
quisitos para el tratamiento
que se recurre a ellas, se respete su margen
de validez y no se pretenda ensamblarlas en
un conocimiento unificador a priori sobre el El eje I del OPD-2 busca poner de manifiesto
ser humano. la perspectiva del paciente sobre su sufrimiento
y sus expectativas de ayuda, jerarquizando la
relación entre los factores estresantes y los * En Chile se han desarrollado
Manual de psicodiagnóstico recursos de la personalidad. actividades en ese sentido a
operacionalizado (OPD-2) cargo de Guillermo de la Parra
y Franciso Alvarado.
Este eje incluye:
El OPD-2 (Operationalized Psychodiagnos-
tic Manual, versión 2, surgió como resultado
del trabajo en el que participaron numerosos – La gravedad y evolución del padecimiento
psicoanalistas, psicoterapeutas y psiquiatras y la evaluación del funcionamiento global.
alemanes. La primera versión (OPD-1) vio la – El concepto y la vivencia subjetiva que el
luz en 1996 y en el 2006 apareció la segunda paciente tiene de su enfermedad y la presen-
versión (OPD-2), con Manfred Cierpka como tación de los síntomas y problemas sociales.
figura de referencia. Existe una adaptación – El concepto de cambio, el tratamiento
para niños y adolescentes no incluida en el deseado a nivel somático, psicoterapéutico
manual para adultos y que no será considerada y social.
aquí. La traducción al español se realizó bajo
– Los recursos personales para el cambio y
la responsabilidad de Guillermo de la Parra.
la capacidad de mentalización.
– El apoyo psicosocial para el cambio.
El OPD-2 constituye un sistema diagnóstico
– Los obstáculos internos y externos para
multiaxial, complementario al sistema CIE.
el cambio, la ganancia secundaria de la en-
La segunda versión difiere de la primera en
fermedad y otras condiciones que pueden
que profundizó la interrelación entre los cinco
mantener el problema.
ejes diagnósticos que lo componen, jerarquizó
la evaluación de los recursos naturales del pa-
ciente para el cambio y mejoró la identificación Estos ítems permiten al entrevistador
del foco terapéutico desde una perspectiva establecer la relación inicial con el paciente,
dinámica, pero que busca ser también útil ubicándose en el punto en que el paciente
para otros enfoques psicoterapéuticos. Como está en cuanto a la comprensión de sus pro-
señalé más arriba, el nivel de confiabilidad blemas y valorando los factores favorables o
de los distintos diagnósticos, evaluado de desfavorables para el trabajo futuro. Hace uso
acuerdo con el índice kappa de Cohen, es entre de nociones procedentes de distintos campos
bueno y excelente, y resulta comparable a la (por ejemplo, coping, resiliencia, etc.) a las
alcanzada por el DSM. El manual contiene que busca integrar desde una perspectiva
también referencias a estudios sobre la va- dinámica.
lidez de los constructos y un resumen de los
puntos abiertos a futuras investigaciones. Si Eje II: relación
bien el manual puede ser usado con beneficio
por los lectores como una orientación para la
tarea clínica, el entrenamiento recomendado La relación transferencial-contratransfe-
incluye un curso básico y dos complementarios rencial juega un aspecto central en la teoría
de veinte horas cada uno*. psicoanalítica, perspectiva que es compartida

R. Bernardi|Revista de Psiquiatría del Uruguay|Volumen 74 Nº 2 Diciembre 2010|página 191


Psiquiatría y por el OPD-2. Pero no pretende evaluarla responden a distintos grupos motivacionales
Psicoanálisis como tal en las entrevistas diagnósticas, sino y que quedan fijadas en una contraposición
más bien estudiarla a través de las dinámicas que produce sufrimiento, síntomas y empo-
relacionales que se objetivan en la relación y brecimiento psíquico. Puede verse que los
que pueden ser cotejadas con las que surgen conflictos están en relación con los patrones
del relato del paciente. En consecuencia, disfuncionales que se describen en el eje II,
importa la identificación de patrones relacio- que también dan expresión a las “represen-
nales disfuncionales* que combinan lo que taciones generalizadas de la interacción” de
el paciente percibe en sí mismo con lo que las que habla Stern.
otros (incluido el entrevistador) perciben en
el encuentro con él. Los patrones relacionales
En la medida que los conflictos ponen en
son disfuncionales cuando generan pautas
juego sistemas motivacionales (o pulsiones,
de relación fijas que no tienen en cuenta las
* En esto juegan un papel impor- para decirlo en términos de la metapsicología
tante las investigaciones de CCRT. características de los otros, generando ma-
psicoanalítica), se expresan tanto a nivel de
lestar y sufrimiento en uno mismo y/o en los
las representaciones psíquicas como en la vida
demás. En la relación transferencial con el
** Existen diferentes clasifi- afectiva. Las emociones son mecanismos de
caciones de estos sistemas, entrevistador se re-escenifican estos patrones
regulación biopsicosocial, que involucran la
pero tal vez una de las más (“enactment”)34. Los patrones relacionales
mente y el cuerpo y que tienen una función
conocidas es la de Panksepp, son vistos como formaciones psicosociales de
que menciona cinco sistemas evolutiva, convirtiéndose en señales dirigidas
compromiso, que surgen de deseos y temores
básicos: el de búsqueda, el de a los otros (alegría, temor, rabia), orientando
placer-sexualidad, el de rabia- conscientes o inconscientes que se ponen en
la actitud hacia el mundo (curiosidad, asco) o
autoafirmación, el de miedo- juego en la relación con los otros y que en los
cumpliendo funciones de protección (sorpresa,
seguridad, el de separación- pasos siguientes del proceso diagnóstico serán
vínculo y el de cuidados. temor). No sólo importan las emociones dis-
relacionados con los conflictos (eje III) y/o con
cretas o darwinianas (alegría, tristeza, rabia,
las fallas en la estructura psíquica (eje IV).
temor), sino también lo que Damasio denomina
“emociones de base o de fondo”, ligadas al
Para describir los roles que el paciente y los estado de ánimo y que se manifiestan más a
otros cumplen en estas re-escenificaciones el nivel de todo el cuerpo que facial. Los esta-
OPD-2 recurre al modelo circunflejo, tomando dos emocionales más profundos se muestran
en cuenta posiciones o modos de conducta relacionados con los sistemas motivacionales
respecto a una serie de dimensiones relacio- básicos** de naturaleza neurobiológica y que
nadas con la libertad, el afecto, la idealización se sitúan en ese límite entre lo físico y lo
y el cuidado. Las dinámicas relacionales que mental donde Freud colocaba la pulsión. Los
se pueden construir basadas en ellos, son patrones conflictivos disfuncionales surgen de
analizadas desde cuatro perspectivas, a saber: las disonancias que se producen a lo largo del
desarrollo entre las demandas pulsionales, las
formas contradictorias de manejar los deseos
– el modo en que el paciente se vivencia a
y las experiencias intersubjetivas. Para que
sí mismo
los conflictos puedan adquirir estabilidad y
– el modo en que vivencia a los otros puedan ser elaborados necesitan apoyarse
– cómo los otros lo vivencian a él en ciertas características estructurales de la
– cómo los otros se vivencian a sí mismos personalidad, que serán examinadas en el eje
en sus relaciones con el paciente de la estructura.

Para su operacionalización el OPD-2 tomó


Eje III: conflicto en cuenta siete patrones conflictivos básicos,
para los cuales existen afectos-guía que faci-
litan su identificación:
La noción de conflicto es central en psi-
coanálisis. Para operacionalizarla el OPD-2
recurrió a la concepción tradicional de choque
entre representaciones inconscientes que

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1. Conflicto de individuación vs. dependencia de estructura no es nuevo en psicoanálisis (el Psiquiatría y
(afecto guía: angustia ante la pérdida o fusión segundo modelo propuesto por Freud, el del Psicoanálisis
con el objeto). yo - ello - superyó, fue precisamente denomi-
2. Sumisión vs. control (incomodidad y rabia nado modelo estructural), pero cobró mayor
en las relaciones de poder). importancia a medida que la psicopatología
psicoanalítica prestó atención a los déficits
3. Deseo de protección vs. autosuficiencia,
existentes a nivel de la personalidad.
autarquía (tristeza y depresión o reacciones
defensivas ante la amenaza de pérdida de
amor del objeto). Para su operacionalización, la estructura
4. Autovaloración (vergüenza o admiración psíquica es considerada como el conjunto de
exageradas cuando está en juego el engran- disposiciones que sostiene la organización de
decimiento del self o del objeto). las experiencias subjetivas e interpersonales y
que permiten las regulaciones y adaptaciones * Nótese que los conceptos más
5. Conflicto de culpa (sentimientos de culpa, a abstractos de la teoría psicoanalí-
necesarias para hacer frente a las diversas tica no aparecen como tales, sino
veces percibidos en forma contratransferencial).
situaciones de la vida. Estas disposiciones a través de sus manifestaciones
6. Conflicto edípico (timidez o erotización y no pueden ser directamente observadas, a nivel fenomenológico.
rivalidad cuando está en juego la sexualidad). sino que son inferidas como el sustrato que
7. Conflicto de identidad (identidad vs. di- subyace a distintos procesos que sí pueden
sonancia) (bienestar con la propia identidad, ser observados. Distintos autores formularon
sea general o en áreas específicas: cuerpo, distintos modelos de los factores estructurales,
valores, familia, grupos de pertenencia, etc.). poniendo el acento en diversos aspectos del
funcionamiento psíquico: las funciones del yo,
del self, de las relaciones objetales, la relación
El diagnóstico del OPD-2 busca evaluar cada
con el lenguaje y lo simbólico, los mecanismos
uno de estos conflictos (en cuatro niveles, de
de defensa, etc. O. Kernberg buscó sintetizar
ausente a muy significativo), evaluando la
varios de estos aportes y establecer distintos
situación dilemática en que colocan al pa-
niveles de integración de estas funciones
ciente y lo que dificulta su superación. Por
estructurales, camino que el OPD-2 retoma.
ejemplo, propone el siguiente ejemplo para
describir la forma en la que el conflicto entre
individuación y dependencia puede volverse La descripción de este manual se basa en la
fuente de sufrimiento y a la vez perpetuarse: descripción del self en relación con los objetos,
“Si me entrego a alguien, tarde o temprano tomando en cuenta cuatro funciones básicas:
me defraudará o sufriré cuando ocurra una
separación; por lo tanto debo evitar las rela-
1. Percepción del self y de los objetos (ca-
ciones muy próximas que puedan generarme
pacidad de percibirse en forma reflexiva y de
dependencia, aunque las necesito”. A través
percibir a los otros en forma total y realista).
de este tipo de formulaciones el OPD-2 busca
identificar las configuraciones que tienen más 2. Regulación y manejo del self (impulsos,
peso en la vida y en las relaciones del sujeto, emociones y autoestima) y de la relación con
de modo que puedan orientar el trabajo psi- el otro.
coterapéutico*. 3. Comunicación emocional interna (a través
de afectos y fantasías) y con los otros.
Eje IV: estructura 4. Capacidad de vínculo con objetos internos
(vínculos positivos, variados y triangulares)
y con objetos externos (dar y recibir apoyo,
Mientras los conflictos constituyen los argu- vincularse y separarse).
mentos de las piezas teatrales o dramatizaciones
que la persona representa en forma repetitiva
a lo largo de su vida, la noción de estructura, Sobre la base del funcionamiento de estas
en cambio, hace referencia a los bastidores o dimensiones se configuran cuatro niveles de
al escenario que es necesario para que estos integración estructural (1. Nivel alto, 2. Nivel
dramas puedan ser representados. El concepto medio, 3. Nivel bajo y 4. Nivel de estructura

R. Bernardi|Revista de Psiquiatría del Uruguay|Volumen 74 Nº 2 Diciembre 2010|página 193


Psiquiatría y desintegrada). Para poner un ejemplo, podemos Relación entre los ejes
Psicoanálisis retomar el que figura al hablar de conflicto.
Para que el paciente pueda vivir en forma
La forma en la que se describe la interre-
estable y clara su conflicto entre entregarse
lación entre los ejes constituye una de las
y depender o mantenerse aislado es necesario
características más interesantes del OPD-2.
que exista un espacio intrapsíquico con obje-
No pretende establecer relaciones etiológicas
tos internos diferenciados; a medida que las
o de causalidad, sino combinar los distintos
funciones estructurales disminuyen hacia un
ejes en función de modo que sea útil para vi-
nivel de estructura menor (medio), el conflic-
sualizar aspectos que deberán ser explorados
to se vuelve más destructivo, la imagen del
y profundizados en la psicoterapia.
self y la autoestima más difíciles de regular
y predominan las relaciones diádicas con
* En el psicoanálisis uruguayo
las fallas en la estructuración objetos más pobres y menos diferenciados. El eje I alerta sobre el sufrimiento del pa-
simbólica se suelen vincular Vemos entonces que los conflictos van per- ciente, cuyo comportamiento en la entrevista
al predominio de relaciones diendo organización y estabilidad, y pequeñas y el relato de sus vínculos se pone de mani-
“duales” (como podrían ser las sobrecargas de tensión psíquica dan lugar fiesto en el eje II. Este pone de manifiesto las
que existen entre una madre y
su hijo pequeño), en las cuales a manifestaciones conflictivas polimorfas y dificultades actuales de relación. A partir de
falta la función de un tercero (el cambiantes. Cuando llegamos a un nivel bajo esto se inicia el intento de comprender sus
lugar del padre) que permitiría de integración, los conflictos son vividos más dificultades subyacentes en dos direcciones.
una nueva forma de estructu- como interpersonales que como intrapsíquicos, En primer lugar se explora en qué medida los
ración. También podrían jugar
mecanismos de desmentida que disminuye la capacidad reflexiva, predomina problemas del paciente son consecuencia de
dificultarían el reconocimiento la difusión de la identidad, los actings por sus conflictos inconscientes en el marco de
de las diferencias. El OPD-2 intolerancia a la frustración y las angustias un funcionamiento estable de sus funciones
vemos que también incluye de destrucción del self. Por último, en un ni- psíquicas básicas (eje III). Estos conflictos nos
dentro de la estructura aspectos
relacionados con las relaciones vel desintegrado, las imágenes del self y del muestran lo precipitado de las situaciones
diádicas o triangulares (pp. 296 objeto aparecen confundidas, con angustia del desarrollo que no pudieron ser supera-
y 310), así como el estudio por la pérdida del self. Las cosas pasan, con das y que se repiten actualmente. Al mismo
del conflicto de individuación escasa sensación de responsabilidad por los tiempo se investiga la posibilidad de fallas
vs. dependencia, edípico, etc.
Sin embargo, estos conflictos propios actos. Predominan organizaciones estructurales en estas funciones (capacidad
difícilmente podrían tener un postpsicóticas, postraumáticas y perversas, de mentalización, regulación de la afectividad,
papel estructurante, dada la que permiten entrever la falta de coheren- comunicación con objetos internos y externos,
concepción amplia y compleja cia del self y la emocionalidad desbordante. y vínculos de apego) y se busca determinar
de la noción de estructura que
postula el OPD-2. Este es un Podemos concluir que el eje estructura del la severidad de estas fallas (eje IV). Esto nos
tema, sin duda, abierto a futuras OPD-2 incluye aspectos procedimentales alerta sobre los recursos disponibles para un
investigaciones que profundicen (función reflexiva, por ejemplo) con otros cambio. Cuando estas dificultades son marca-
en los aspectos conceptuales y que implican regulaciones psicofisiológicas das los conflictos, como dije, serán múltiples y
clínicos del problema.
(impulsos, afecto) y fenómenos vinculares, variables y los patrones relacionales del eje II
como el apego. Incluye también fallas en la también serán inconsistentes y frágiles y los
vida fantasmática similares a las descritas dramas del paciente aparecen desestabili-
por P. Marty, cuyo estudio fue ampliado por A. zados por las carencias de la estructura que
Green. No puede dudarse que estos fenómenos los sostiene, la cual debe entonces colocarse
constituyan parte del basamento de nuestra como foco del tratamiento. El paso siguiente
vida psíquica, y que sean de naturaleza com- es volver a reconsiderar los ejes en sentido
pleja y determinación multifactorial*. inverso, yendo ahora desde la profundidad
hacia la superficie, o sea, de la estructura
al conflicto, a las relaciones y, por último, al
Eje V: trastornos psíquicos y psicosomáticos
eje I y al eje V, sindromático, para, entonces,
en posesión de estas distintas perspectivas
Para el diagnóstico sindromático-descriptivo establecer con el paciente el tipo de ayuda que
el OPD-2 recurre al CIE-10. lo puede beneficiar. La actitud activa o pasiva
del paciente frente a su dolencia, esto es, el
buscar resolver activamente los problemas o
el privilegiar la ayuda externa, constituye un

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factor que atraviesa los distintos ejes y que actitud más libre e interpretativa, mientras Psiquiatría y
debe ser tenido en cuenta por el terapeuta*. la exploración de la vivencia de la enferme- Psicoanálisis
dad y el diagnóstico sindromático necesitan
una postura más activamente exploratoria.
El diagnóstico de la estructura requiere una
Entrevista combinación de ambas.

La actitud del entrevistador en una entrevista Se trata por tanto de un proceso de entrevista
psicoanalítica se caracteriza por una tensión multimodal, acorde con el enfoque multiaxial.
entre dos polos. Por un lado, el analista aspira Se inicia al modo de una conversación abierta en
a una escucha receptiva, de modo de lograr la que el paciente puede desplegar libremente
que el campo se configure en la mayor me- sus “escenificaciones” (verbales y no verbales)
dida posible por las variables que dependen y su oferta relacional. Similar receptividad
* Aunque el OPD no menciona
del entrevistado, como pedía Bleger. Pero al este punto resulta interesante
es útil para explorar aspectos del conflicto relacionar este factor con la
mismo tiempo necesita explorar activamente ligados a sus significados inconscientes. Pero distinción realizada por S. Blatt
los problemas nucleares para determinar las a medida que interesa poner de manifiesto la entre los pacientes preocupados
necesidades terapéuticas. No siempre es fácil estructura psíquica pasan a ocupar el primer
por las relaciones (anaclíticos)
combinar estos dos fines y no han faltado y los centrados en la autorrea-
lugar aspectos formales que sirven como in- lización (introyectivos) a la que
posiciones unilaterales a favor de uno u otro dicadores de las capacidades o limitaciones volveré luego.
de ellos. El arte clínico psicoanalítico consiste del paciente para percibirse a sí mismo y a
en equilibrar ambos polos en función de las los demás, para regular las situaciones que
distintas exigencias de la entrevista. lo desbordan, para fantasear, para comuni-
carse o para crear nuevos vínculos, incluido
Las ideas sobre las metas de la entrevista con el entrevistador. O sea, para disponer
fueron también variando. En la época de de sus funciones estructurales. La técnica
Freud importaba especialmente decidir la de entrevista propuesta incorpora distintos
analizabilidad del paciente, para lo cual recursos, incluyendo, en distintos momentos,
Freud confiaba más en un breve análisis de preguntas, confrontaciones o señalamientos e
prueba que en entrevistas diagnósticas. A incluso interpretaciones de prueba con fines
medida que se hicieron más claros los lími- diagnósticos, siempre que no movilicen inade-
tes de la analizabilidad y surgieron nuevas cuadamente al paciente. El tiempo necesario
alternativas terapéuticas, la entrevista se para la entrevista difícilmente es menor a la
convirtió en un instrumento para evaluar hora y media y puede exigir dos o tres horas,
las necesidades del paciente, los recursos que repartidas en varios encuentros.
mejor pueden beneficiarlo y para establecer
con él un acuerdo entre sus necesidades y su
disposición a tratarse.
Foco

El OPD-2 entiende por foco “aquellos aspectos


El OPD-2 detalla los aspectos históricos que problemáticos que producen o mantienen el
acabo de resumir sucintamente y considera a la trastorno y sobre los cuales debe construirse
suya como la cuarta generación de concepciones el trabajo terapéutico”. En el foco se ponen de
psicoanalíticas sobre la entrevista diagnóstica manifiesto las estrategias que le permiten al
y como un intento de síntesis de las propuestas paciente sobreponerse a sus conflictos en el
anteriores. Propone una actitud básica del marco de sus posibilidades estructurales, de
entrevistador que permita la reactivación de lo que se desprende que los objetivos terapéu-
relaciones objetales tempranas en la relación ticos deben incluir el lograr modificaciones a
transferencial. Pero esta postura receptiva y no nivel de lo que se ha definido como foco. Es
estructurada debe alternar, como en el modelo posible trabajar con varios focos, por lo común
de Kernberg, con secuencias exploratorias y no más de cinco.
estructuradas. La indagación de la relación
(eje II) y del conflicto (eje III) requiere una

R. Bernardi|Revista de Psiquiatría del Uruguay|Volumen 74 Nº 2 Diciembre 2010|página 195


Psiquiatría y Cada uno de los ejes diagnósticos contribu- concepto que se hizo y la forma de presentación;
Psicoanálisis ye a la formulación de los focos. Un mismo el modelo que tiene del cambio al que aspira
motivo de consulta inicial puede dar origen y los recursos y obstáculos para el cambio.
a diferentes focos de trabajo terapéutico de
acuerdo con lo que surge del examen de los
El eje II (relación) se evalúa indicando una
diversos ejes. Así, por ejemplo, un paciente
serie de características que conducen a una
puede consultar por dificultades relacionales
formulación dinámica relacional en forma de
que se expresan en actitudes controladoras
secuencia de reacciones consecutivas. Para
relacionadas con necesidades insatisfechas de
aclarar este punto transcribiré un ejemplo del
afecto y de cuidados. Pero estas dificultades
manual. En primer lugar se indica la forma
pueden corresponder en realidad a diferen-
en la que el paciente vivencia a los otros (por
tes cuadros clínicos, los cuales se ponen de
ejemplo, la paciente vivencia a los otros como
manifiesto al analizar los ejes del conflicto
demandantes y teme fracasar y ser humillada).
y de la estructura. Por ejemplo, en un caso
Como segundo paso se señala cómo reacciona
dado, puede encontrarse que ese patrón dis-
la paciente ante esa vivencia (busca adaptarse y
funcional corresponde a un conflicto central
esforzarse por los demás). Tercero, se consigna
de autoestima relacionado con conflictos
el tipo de oferta relacional (inconsciente) que
edípicos y de culpa, sin que estén afectadas
implica esta reacción de la paciente (para los
de forma notoria las funciones estructurales
otros, en contraste con lo que ella cree percibir,
de la personalidad. En otro caso, en cambio,
es ella la que es vivida como exigente, deman-
las mismas dificultades relacionales no se
dante y crítica). Cuarto, se describe el tipo
acompañan de patrones conflictivos estables,
de respuesta inconsciente que ella provoca
sino que lo que ocupa el primer plano son
en los otros (los otros buscan protegerse y o
las perturbaciones estructurales, como, por
la cuidan o la ofenden). El último eslabón es
ejemplo, dificultades para la regulación afec-
la forma en que la paciente responde a esta
tiva, la percepción de sí mismo y de los otros
cadena de reacciones (cada una de estas dos
y las dificultades de apego. La orientación
reacciones son vivenciadas como señal de un
del trabajo terapéutico y la reformulación
rechazo y de que ha fracasado).
del motivo de consulta se establecerán, por
lo tanto, en función de focos formulados en
función de estas perturbaciones. Los ejes III (conflicto) y IV (estructura) son
puntuados de 0 a 4 en cada uno de los ítems
mencionados más arriba. El eje V se evalúa
El OPD-2 ofrece además una serie de instru-
de acuerdo con el CIE-10.
mentos complementarios para la evaluación
del cambio terapéutico, que son valiosos para
la investigación del proceso y los resultados Manual diagnóstico psicodinámico (PDM)
de la psicoterapia.
El Manual de Diagnóstico Psicodinámico o
Forma de presentar el diagnóstico PDM (Psychodynamic Diagnostic Manual) fue
desarrollado en Estados Unidos como un sistema
diagnóstico psicoanalítico para niños, adoles-
La hoja de registro del diagnóstico comprende
centes y adultos, complementario al DSM-IV.
la evaluación en los cinco ejes diagnósticos.
Pone el acento en los aspectos diferenciales de
cada paciente, buscando comprender el modo
El eje I contiene diversas dimensiones, cada en que cada uno experimenta sus trastornos
una de las cuales es evaluada de 0 (ausente) y la organización de su personalidad. Apunta
a 4 (muy alto). Las dimensiones principales por tanto a lograr una formulación más in-
son las que tienen que ver con la evaluación dividualizada y amplia del funcionamiento
objetiva de la enfermedad o problema durante psíquico. Aunque busca ser especialmente
la última semana; la vivencia subjetiva del útil para la psicoterapia dinámica, intenta
paciente sobre su enfermedad o problema, el tener un alcance más amplio. La sección para

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niños y adolescentes ocupa buena parte del disociativo. Introduce al mismo tiempo subti- Psiquiatría y
manual y contiene una destacable riqueza de pos dentro de varios de estos trastornos, por Psicoanálisis
observaciones de utilidad clínica. ejemplo, en el trastorno depresivo distingue
los subtipos introyectivo, el anaclítico (según la
clasificación de S. Blatt) y las manifestaciones
El PDM fue publicado en 2006 como fruto
opuestas de tipo hipomaníaco.
del esfuerzo colaborativo de la Asociación
Psicoanalítica Americana, la Asociación
Psicoanalítica Internacional, la División de En todos los casos el eje P presta especial
Psicoanálisis3 de la Asociación Psicológica atención al nivel de severidad del trastorno, lo
Americana, la Academia Americana de Psi- que se relaciona con la forma de organización
coanálisis y Psiquiatría Dinámica y del Comité de la personalidad. Sobre la base de criterios
Nacional de Psicoanálisis en Trabajo Social que surgen, entre otros autores, de la obra de
Clínico. El grupo de trabajo fue presidido por Kernberg y Clarkin, y de Greenspan, distingue * Kernberg y Clarkin llamaron la
atención en numerosos trabajos
Stanley I. Greenspan e incluyó a Eve Caligor, el nivel de la personalidad saludable, en la sobre la necesidad de hacer esta
Peter Fonagy, Leon Hoffman, Otto y Paulina que no existe trastorno de la personalidad, distinción conceptual. Nótese
Kernberg, Nancy McWilliams, Joseph Palom- de los TP de nivel neurótico y los TP de nivel que lo que los trastornos que
bo, Howard Shevrin, Drew Westen y Robert borderline. En estos últimos, existe una orga- el DSM-IV denomina border-
line, tienen en realidad una
Wallerstein, entre otros. nización borderline de la personalidad que, a alta comorbilidad con otros
diferencia del DSM-IV y DSM-5, no es vista trastornos, fundamentalmente
como un TP específico, sino como un nivel de tipo histriónico, narcisístico,
El PDM distingue 3 ejes: paranoide o dependiente. Lo que
moderado o severo de disfuncionalidad en la
ocurre es que se están mezclando
organización patológica de la personalidad, que fenómenos relacionados con la
El eje P: trastornos y patrones de la per- puede darse en todos los TP*. En cuanto a la tipología del trastorno con los
sonalidad existencia de un nivel psicótico de organiza- fenómenos que dependen de la
ción de la personalidad, el PDM, tomando en severidad del mismo.
cuenta distinto tipo de consideraciones, cree
El tipo de trastornos incluidos en el eje P tiene
que es un punto que conviene dejar abierto
puntos de contacto con los tipos de trastornos
a futuras investigaciones.
incluidos en el DSM-5, pero también existen
diferencias significativas. En forma similar al
DSM-5, estos trastornos no son presentados El eje M: funcionamiento mental
como listas de síntomas sino como descrip-
ciones clínicas configurando un prototipo,
Este eje tiene especial interés para el diá-
pero agrega en cada uno el diagnóstico de las
logo entre la psiquiatría y el psicoanálisis,
pautas constitucionales y de maduración que
fundamentalmente para la comparación con
lo determinan, las tensiones y preocupaciones
el OPD-2 y con el DSM-5. Ofrece un perfil
centrales del paciente, los afectos principales,
de funcionamiento mental que abarca nueve
las creencias patogénicas centrales acerca del
dimensiones:
self y del otro, y los subtipos principales del
trastorno.
Capacidad para la regulación, atención y
aprendizaje.
En forma opuesta al DSM-5, el PDM no
reduce el número de trastornos, sino que los Capacidad para relaciones (incluyendo
aumenta y reformula. En relación con los profundidad, amplitud y consistencia).
que estaban incluidos en el DSM-IV, elimina Cualidad de la experiencia interna (nivel
el trastorno esquizotípico y conceptualiza de de confianza y autoestima).
manera diferente los fenómenos borderline, Experiencia afectiva, expresión y comuni-
los que no son considerados un tipo de tras- cación.
torno sino una forma de organización de la
Patrones y capacidades defensivas.
personalidad, como diré más abajo. Agrega
además los siguientes trastornos: trastorno Capacidad para formar representaciones
de la personalidad sádico y sadomasoquista, internas.
masoquista, depresivo, por somatizaciones, y

R. Bernardi|Revista de Psiquiatría del Uruguay|Volumen 74 Nº 2 Diciembre 2010|página 197


Psiquiatría y Capacidad para la diferenciación e integra- funcionamiento basado en los siguientes ocho
Psicoanálisis ción (versus desintegración o fragmentación). niveles, a saber:
Capacidad de autoobservación (mentalización).
Capacidad para construir y usar estándares 1. Capacidades mentales óptimas, apro-
internos e ideales. Sentido de moralidad. piadas a la edad, con grado de flexibilidad y
conservación adecuado a la fase.
Más abajo compararé este eje del PDM con 2. Capacidades mentales razonablemente
la evaluación de la funcionalidad de la per- apropiadas para la edad, con grado de flexi-
sonalidad en el DSM-5 y con las categorías bilidad y conservación adecuado a la fase.
del OPD-2. 3. Capacidades mentales apropiadas para la
edad con conflictos específicos para esa fase
* Entre ellos: Las Escalas de o para desafíos transitorios del desarrollo.
El eje S: experiencia subjetiva de los patro-
Capacidades Psicológicas (SPC); 4. Restricciones leves y falta de flexibilidad:
el Perfil Psicodinámico de Karon- nes sintomáticos
linska (KAPP); la Entrevista
a) encapsulada en el carácter, b) encapsulada
Estructurada de Organización en los síntomas.
de la Personalidad (STIPPO); Este eje tiene puntos de contacto con el
5. Restricciones y alteraciones moderadas
el Psychotherapy Process Q-Set eje I del OPD-2, pero está organizado en
en el funcionamiento mental.
(PPQS) y el Procedimiento de forma diferente, presentando la vivencia de
Evaluación de Shedler y Westen
la enfermedad en función de los diferentes 6. Restricciones y alteraciones mayores en
(SWAP). el funcionamiento mental.
trastornos.
7. Defectos en la integración y alteración de
las representaciones del self y de los objetos.
Al igual que el OPD-2, el PDM indica nu-
merosos instrumentos complementarios de 8. Defectos mayores en las funciones men-
evaluación que complementan la evaluación tales básicas.
clínica y son útiles para la investigación*.
Comparación entre el DSM-5, el OPD-2
Forma del PDM de presentar el y el PDM respecto a los trastornos de
diagnóstico personalidad

En el eje P (patrones de personalidad) se Con las limitaciones del caso, pues se trata
especifica el nivel normal, neurótico o borderline de sistemas diagnósticos aún en etapa de
de la organización de la personalidad y el tipo discusión o sobre los que aún no existe sufi-
de trastorno en función de las descripciones ciente experiencia en nuestro medio, quisiera
propias de cada trastorno. extraer algunas conclusiones del cotejo de los
tres sistemas diagnósticos entre sí.
Con el eje S (pautas sintomáticas) se describe
la forma particular en la que el paciente vive Más allá de sus diferencias, los tres sistemas
su situación. parten de la necesidad de operacionalizar sus
definiciones y buscan prestar mayor atención
a la complejidad y diversidad que muestra la
El eje de funcionamiento mental (M) requie- clínica. Esto trae un enriquecimiento en el
re una evaluación más compleja. En primer diálogo entre la psiquiatría y el psicoanálisis,
lugar pide una breve descripción de nueve facilitando un lenguaje común. Trae aparejado
dimensiones contenidas en este eje. también un cambio en los frentes de discu-
sión. Mientras en años anteriores, en nuestro
A continuación se presenta un resumen medio, se destacaba la contraposición entre
del funcionamiento mental que, sobre la los psiquiatras que aceptaban el DSM-IV y
base de una breve descripción de los hechos los psicoanalistas que cuestionaban la tarea
clínicos más salientes, específica el nivel de diagnóstica, ahora se destacan los nuevos

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temas de debate en el interior de cada una de Resulta interesante distinguir cuáles son Psiquiatría y
estas dos disciplinas. Ya he mencionado las las áreas de complementariedad, de acuerdo Psicoanálisis
discusiones en el interior de la psiquiatría que y de conflicto entre estos sistemas. El PDM
acompañaron la difusión de las propuestas y el OPD-2 se definen a sí mismos como
del DSM-5; dentro del psicoanálisis, es seguro complementarios al DSM-IV y al CIE-10,
que quienes defienden los diagnósticos ope- respectivamente. Esta complementariedad
racionalizados y dimensionales no tendrán el en relación con el DSM-IV se muestra en la
apoyo de quienes prefieren mantener el statu Tabla 1, en la que se visualiza que el PDM
quo sobre estos puntos*. y el OPD-2 agregan información adicional,

Tabla 1 | Comparación del OPD-2 y del PDM con el DSM-IV


* Mientras determinados enfo-
DSM-IV PDM OPD-2 ques psicoanalíticos, como el
de Bion o Winnicott, permiten
Ejes I, II (TP), III, IV y V Eje P. Trastornos y patrones de la CIE-10 hablar de grados de integración
personalidad (se superpone sólo con del self, esto se vuelve más pro-
el eje II del DSM) blemático en otras corrientes. Por
ejemplo, en el enfoque lacaniano,
Eje M. Perfil de funcionamiento Eje III. Conflicto influido por conceptos de cuño
mental Eje IV. Estructura estructuralista y de naturaleza
muchas veces dicotómica, no
Eje S. Experiencia subjetiva de los Eje I. Vivencia de la enfermedad y
tiene sentido una aproximación
patrones sintomáticos prerrequisitos para el tratamiento
dimensional a problemas tales
Eje II. Relación como, por ejemplo, la división
del sujeto o los registros sim-
Orientación terapéutica: focos bólico, real e imaginario. Pero
cuando predominan los conceptos
dicotómicos, con exclusión de
otras perspectivas, se limita la
posibilidad de reflexionar sobre
organizada de acuerdo con diferentes ejes en aun, nada obsta, en principio, para que cada muchos aspectos de la clínica y
cada uno de ellos. sistema pueda incluir aspectos del otro en las de la práctica analítica, como ser,
La complementariedad queda más clara si áreas o ejes que continúan siendo diferentes a nivel psicopatológico, sobre los
en cada uno de ellos. Por ejemplo, el DSM-5 fenómenos borderline o sobre los
se tiene en cuenta que en los sistemas DSM cambios terapéuticos que impli-
y CIE el diagnóstico psiquiátrico de TP debe podría incluir con beneficio la evaluación can variaciones dimensionales
necesariamente acompañarse del examen de la vivencia subjetiva de la enfermedad y y no sólo la reestructuración de
cuidadoso de la posible existencia de otra la disposición para el cambio, así como los categorías discretas.
patología mental (eje I) o somática (eje III), así patrones relacionales, los cuales aportarían
como por una visión general de la interacción información útil para la relación entre psiquia-
con el contexto social (ejes IV y V). tra y paciente y podrían incluirse sin que el
sistema en su conjunto perdiera coherencia.

Pero cuando pasamos del DSM-IV al DSM‑5


se hacen evidentes áreas de convergencia Corresponde ahora examinar las áreas de
que no existían antes, a la vez que persisten convergencia en torno a la evaluación del
algunas zonas de discusión respecto a la mejor funcionamiento de la personalidad y la se-
manera de formular o conceptualizar algunos veridad del trastorno. La Tabla 3 presenta
diagnósticos (Tabla 2). esta comparación, destacando en negrita los
contenidos en los cuales las concordancias
son más directas. Puede verse que los tres
En la segunda fila de la Tabla 2 puede verse sistemas prestan atención a fenómenos
que al incluir el diagnóstico de funcionamiento clínicos similares, aunque en algunos casos
de la personalidad, el DSM-5 pasa a jerarquizar pueden formularlos o conceptualizarlos en
una zona de fenómenos clínicos que jugaban un forma diferente.
papel central en los otros sistemas, creándose
La convergencia es muy grande entre el
por tanto un área de posibles coincidencias
DSM-5 y el PDM, y probablemente refleja
que serán examinadas a continuación. Más

R. Bernardi|Revista de Psiquiatría del Uruguay|Volumen 74 Nº 2 Diciembre 2010|página 199


Psiquiatría y Tabla 2 | Comparación del OPD-2 y del PDM con el DSM-5
Psicoanálisis
DSM-5 PDM OPD-2

Tipos de trastorno (grado de Eje P. Trastornos y patrones de la CIE-10


coincidencia con el prototipo) personalidad

Niveles de funcionamiento de Eje M. Perfil de funcionamiento Eje III. Conflicto


la personalidad (severidad del mental Eje IV. Estructura
trastorno)

Rasgos

Eje S. Experiencia subjetiva de los Eje I. Vivencia de la


patrones sintomáticos enfermedad y prerrequisitos
* Los mecanismos de defensa para el tratamiento
incluidos en el PDM no fueron
incluidos en la nueva versión Eje II. Relación
del OPD (OPD-2) debido, como
señalé antes, a dificultades Orientación terapéutica: focos
en su operacionalización, lo
cual significa en principio una
desventaja. Puede también
llamar la atención el escaso
lugar que juegan tanto en el la influencia que tuvo el PDM como ante- su orientación psicoanalítica, entre conflicto
OPD-2 como en el PDM la cedente y la existencia de fuentes comunes. y estructura*. El PDM propone incluir más y
biografía del paciente así como El OPD-2, por su parte, proviene de una más elaborados prototipos de los TP en vez
la descripción de los traumas
o carencias experimentados. tradición distinta e introduce la distinción de recurrir a un número menor de prototipos
La explicación debe buscarse, entre conflicto y estructura. Si miramos las combinándolo con la descripción de rasgos
en mi opinión, en que ellos no disfunciones desde esta última perspectiva de la personalidad. Como señalé al hablar de
pretenden formular considera-
ciones de orden etiopatogénico, vemos que la diferencia que ella introduce las polémicas en curso sobre el DSM-5, se ha
así como en las dificultades que no radica tanto en las disfunciones en sí, objetado que el uso de rasgos y facetas, más
presentan estos aspectos para sino en su diferente naturaleza y extensión allá de su valor desde el punto de vista de la
ser operacionalizados a nivel
diagnóstico. según se trate de problemas originados en psicología académica, podría constituir en
conflictos o provenientes de fallas estruc- la práctica una complicación sentida como
turales. En el primer caso se trata de los innecesaria y que apartara a los clínicos del
efectos creados por el choque de impulsos y diagnóstico de la personalidad.
sentimientos contrapuestos en torno a áreas
que en su origen están delimitadas (conflictos
La discrepancia sobre el número de tras-
relacionados con la pérdida del objeto, del
tornos nace de la utilización de diferentes
amor del objeto, con las relaciones de poder,
criterios para la selección de estos tipos. El
autoestima, sexualidad o culpa) y que luego
DSM-5 conserva sólo aquellos diagnósticos
se vuelven repetitivas y expanden sus efectos.
cuya validez y utilidad están respaldadas por
Cuando las funciones de la personalidad, en
investigaciones, mientras el PDM considera
cambio, están alteradas como consecuencia
que no corresponde dejar de lado prototipos
de perturbaciones estructurales, se trata más
corroborados por años de experiencia clínica
bien de fallas difusas, que no giran en torno
sino que, en todo caso, se debe mantenerlos
a una temática determinada, sino que se ex-
mientras continúa su investigación. Con
presan a múltiples niveles y en circunstancias
criterio similar, el PDM incluye subtipos y
variadas. La propuesta del OPD-2 es que la
especificaciones en los prototipos que están
diferenciación de estos dos contextos puede
ausentes en el DSM-5. En ese sentido, la
tener utilidad clínica y terapéutica.
utilización de rasgos puede reflejar tenden-
En cuanto a las discrepancias, ellas se dan cias o cristalizaciones dominantes, pero no
en primer lugar entre el DSM-5 y el PDM refleja las complejidades y contradicciones
respecto a los tipos de TP que deben ser que se pueden dar entre distintas partes de la
diagnosticados. En relación con el OPD-2, personalidad o entre conflictos con diferente
la mayor diferencia radica, como dije, en la nivel de estructuración psíquica. Esto hace
diferenciación que hace este último, acorde con

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Tabla 3 | Comparación de la evaluación del funcionamiento de la personalidad en el
Psiquiatría y
DSM-5, el PDM y el OPD-2 Psicoanálisis

DSM-5 PDM OPD-2


Niveles de funcionamiento de la Eje P. Patrones de la Eje I. Vivencia de la enfermedad
personalidad: 1. Self; 2: Interpersonal personalidad y trastornos Eje II. Relación
Tipos de trastorno Eje M. Perfil de Eje III. Conflicto
Rasgos funcionamiento mental Eje IV. Estructura
Eje S. Vivencia subjetiva

1.i. Self. Integración de la identidad: M1. Capacidad para la regulación, III.1. Individuación vs. Dependencia
Sentido de unidad y continuidad entre atención y aprendizaje III.7. Conflicto de identidad (identidad vs.
diferentes estados del self, sentido de disonancia)
verdad o fachada del self M5. Patrones y capacidades IV.1 Percepción del self y de los objetos
defensivas (capacidad de percibirse en forma reflexiva
y de percibir a los otros en forma total y
M 6. Capacidad para formar realista)
representaciones internas IV.2 Regulación y manejo del self
(impulsos, emociones y autoestima) y de la
M7. Capacidad para la diferenciación relación con el otro
e integración vs. indiscriminación y
fragmentación

M8. Capacidad de autoobservación


(mentalización)

1.ii. Self. Integridad del concepto M3. Cualidad de la experiencia III.4. Autovaloración
de sí mismo: a) Regulación de la interna (nivel de confianza y IV.2 Regulación y manejo del self
autoestima y del respeto por sí mismo, autoestima) (impulsos, emociones y autoestima) y de la
b) el sentimiento de constituir una relación con el otro
agencia autónoma, c) la valoración M8. Capacidad de autoobservación
o apreciación de sí mismo y d) las (mentalización)
cualidades de las representaciones
del self (complejidad, diferenciación e
integración)

1.iii. Self. Capacidad para dirigirse a sí M9. Capacidad para construir y III.5. Conflicto de culpa
mismo: a) Establecimiento de normas usar estándares internos e ideales. III.6. Conflicto edípico
internas para la propia conducta, b) Sentido de moralidad IV.1. Percepción del self y de los objetos
coherencia y significación a corto plazo IV.2 Regulación y manejo del self
de las metas vitales (impulsos, emociones y autoestima) y de la
relación con el otro

2.i. Interpersonal. Empatía: M2. Capacidad para relaciones II. Patrones relacionales
a) capacidad de mentalizar (o sea, (incluyendo profundidad, amplitud y IV.1. Percepción del self y de los objetos
de crear un modelo adecuado de consistencia) IV.3. Comunicación emocional interna (a
los pensamientos y emociones de M4. Experiencia afectiva, expresión y través de afectos y fantasías) y con los
otra persona); b) de apreciar las comunicación otros
experiencias de otros; c) atención a
la variedad de las opiniones de otros;
d) comprensión de la causalidad social

2.ii. Interpersonal. Intimidad y M2. Capacidad para relaciones e II. Patrones relacionales
cooperación: a) profundidad y duración intimidad III.1. Individuación vs. dependencia
de la conexión con otros, b) tolerancia M4. Experiencia afectiva, expresión y III.2. Sumisión vs. control
y deseo de cercanía, c) reciprocidad en comunicación III.3. Deseo de protección vs.
la consideración y apoyo y su reflejo autosuficiencia (o autarquía)
en el comportamiento interpersonal IV.4. Capacidad de vínculo con objetos
y social internos (vínculos positivos, variados y
triangulares) y con objetos externos (dar y
recibir apoyo, vincularse y separarse)

2.iii. Interpersonal. Complejidad e M4. Experiencia afectiva, expresión y II. Patrones relacionales
integración de las representaciones de comunicación III.1. Individuación vs. dependencia
los otros: a) Cohesividad, complejidad M6. Capacidad para formar III.2. Sumisión vs. control
e integración de las representaciones representaciones internas III.3. Deseo de protección vs.
mentales de otros; b) uso de las autosuficiencia (o autarquía)
representaciones de los otros para IV.3. Comunicación emocional interna (a
regular el self través de afectos y fantasías) y con los otros

M5. Pautas y capacidades defensivas IV.2. Regulación y manejo del self


(impulsos, emociones y autoestima) y de la
relación con el otro

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Psiquiatría y que la descripción que brindan los rasgos también considerarse legítimamente como
Psicoanálisis pueda resultar muy limitada. Por ejemplo, la manifestaciones de severidad. Por otra parte,
faceta “narcisismo” del rasgo “antagonismo” el DSM-5 considera sólo las formas extrover-
del DSM-5, corresponde, en las descripciones tidas del fenómeno borderline, dejando fuera
psicoanalíticas, al “narcisismo de piel gruesa” las formas introvertidas o tranquilas que el
de Rosenfeld35 pero no al “narcisismo de piel PDM incluye. Estos distintos argumentos
fina”. Esta distinción de Rosenfeld coincide sugieren que es más conveniente utilizar
con la diferenciación que hace el PDM entre el término “borderline” como indicador del
una forma arrogante y otra deprimida del nivel de gravedad de las perturbaciones que
narcisismo. El OPD-2 también distingue dos como un trastorno específico, lo cual lleva a
modos del conflicto de autoestima, uno activo*, revalorizar la afirmación de Bender23, citando
en el que el yo se engrandece a costa del objeto a Tyrer24, de que la dimensión de severidad
* Conviene aclarar que el OPD-2 y otro pasivo en el que el yo se devalúa frente es el predictor más fuerte de disfunción con-
considera el narcisismo como
un sistema motivacional más al objeto. En este caso y en otros, el PDM y el currente y futura.
básico, que puede teñir cualquier OPD-2 ofrecen descripciones sutiles a la vez
otro conflicto (p. 266). que clínicamente convincentes.
La cuestión de la severidad del trastorno es
analizada desde una interesante perspectiva
** Si bien es posible establecer
cierta relación entre el tipo de Otro punto de discordancia se da respecto por el OPD-2, una de cuyas fortalezas es pre-
trastorno y el nivel de pertur- al significado del término “borderline”. El cisamente el intentar diferenciar la perspec-
bación, la variabilidad es la DSM-5, al igual que el DSM-IV, incluye un tiva desde el conflicto y desde la estructura.
regla. Los trastornos depresivos
o depresivo-masoquistas, his- trastorno de la personalidad borderline. Pero El comprender el tipo de conflicto, temas o
téricos y obsesivo-compulsivos si observamos el uso corriente del término en esquemas subyacentes, puede explicar mejor
presentan con más frecuencia muchos ambientes psiquiátricos, vemos que el que los rasgos las conductas a veces opuestas
un nivel neurótico de funciona-
miento, mientras los trastornos mismo es usado cada vez más ante cualquier que una misma persona puede manifestar
paranoides, psicopáticos, narci- trastorno de la personalidad que reviste gra- ante problemas similares, y que pueden lle-
sistas, sádicos, sadomasoquistas vedad. Esto es exactamente lo que propone el varlo, por ejemplo, en el caso de un trastorno
hipomaníacos somatizadores
y disociativos tienden hacia el PDM, que, siguiendo a O. Kernberg y otros paranoide, a atacar o a huir, o, en el caso de
extremo borderline del continuo autores, utiliza el término borderline, no para un trastorno histérico, a conductas hiper o
(PDM, pp. 24 y 25). Pero es designar un trastorno específico, sino para asexuales, como lo señala el PDM. La forma
necesario reconocer que un
individuo puede funcionar en distinguir una forma de organización de la en la que el OPD-2 describe los conflictos y
un nivel neurótico en algunos personalidad que determina perturbaciones los afectos-guía que los caracterizan enriquece
aspectos y en un nivel borderline más severas que las que caracterizan al nivel la entrevista. En forma similar, las dimensio-
en otros, o puede aparecer de
mayor gravedad si el entrevistador más leve o neurótico**. Paradójicamente un nes incluidas en la estructura (percepción,
no lo comprende adecuadamente. argumento a favor de esta conceptualización regulación, comunicación, vínculo) son fun-
del fenómeno borderline surge, precisamente, damentales para comprender las funciones
del contenido de las definiciones del DSM-5. que sostienen la personalidad, poniendo de
Este sistema define el trastorno borderline manifiesto el basamento que hace posible
sobre la base de características distintivas que los conflictos y los patrones relacionales
(fallas en la identidad, en las relaciones con adquieran estabilidad y persistencia.
los otros, etc.), que son muy similares o coin-
cidentes con las que en otra parte36 utiliza
El DSM-5 y el PDM arriban a una perspectiva
para describir los niveles de perturbación
global del funcionamiento mental, al hacer
media o extrema en la escala de severidad.
confluir los distintos aspectos en una evalua-
En forma correlativa, encontramos que la
ción final en una única dimensión, mientras
definición de estos niveles de perturbación
el OPD-2 mantiene una visión más analítica,
no se diferencia claramente de la descripción
que discrimina las rigideces relacionadas con
del trastorno borderline. Tal vez al describir
los conflictos con las inestabilidades prove-
este último el DSM-5 pone más énfasis en
nientes de la estructura y su manifestación
aspectos tales como las manifestaciones de
en los patrones relacionales. Pero más allá de
impulsividad, las reacciones casi psicóticas,
estas diferencias en la forma de conceptua-
la autoagresión y las conductas de riesgo.
lización, vemos que los tres sistemas miran
Pero estas son características que pueden
en este punto en la misma dirección y buscan

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apoyarse en una base clínica similar, lo cual y que requiere mayor empatía, observación Psiquiatría y
facilita el diálogo entre la psiquiatría y el clínica y comprensión psicopatológica que la Psicoanálisis
psicoanálisis*. Esto es lo que he intentado que era necesaria para comparar el relato del
poner de manifiesto en la Tabla 3. paciente con una lista de síntomas. Un mayor
diálogo con el paciente sobre su personalidad
y sus fortalezas y vulnerabilidades sirve, a su
Desde esta perspectiva la severidad del
vez, para promover la alianza terapéutica y el
trastorno adquiere relevancia diagnóstica
establecimiento de metas compartidas entre
e invita a reflexionar desde una perspectiva
paciente y terapeuta. Este aspecto constituye
psicopatológica con los conocimientos dispo-
sin duda una contribución positiva de los nuevos
nibles a través de los estudios del desarrollo.
sistemas a la práctica psiquiátrica. También
La interacción temprana entre factores
puede, como he referido, convertirse en una
constitucionales y ambientales determina la
debilidad si la tarea diagnóstica se vuelve * Respecto a este diálogo inter-
forma en la que se organiza la personalidad. disciplinario, conviene tener
excesivamente compleja o trabajosa. Serán
A su vez, esta organización se vuelve causa presente que los hechos clí-
necesarios testeos empíricos cuidadosos para
y efecto de nuevas interacciones con el am- nicos no son psiquiátricos ni
determinar el punto óptimo que permita la psicoanalíticos en sí mismos,
biente, lo que puede dar origen a las mani-
mayor profundidad, validez y confiabilidad sino que constituyen referentes
festaciones iniciales de los trastornos de la comunes que cada disciplina
manteniéndose al mismo tiempo práctico y
personalidad. En cierta medida los recursos selecciona y estudia en función
factible en el mundo real.
de la personalidad (fortaleza, resiliencia) de sus objetivos, métodos y
pueden limitar los efectos de un ambiente tradiciones. Pero esta especifi-
cidad no implica que no pueda
desfavorable, pero también pueden dar lugar Previendo la repercusión que tendrá el existir la transferencia mutua de
a modos de reacción que potencien los factores DSM‑5 en nuestro medio y su probable cre- conocimientos y métodos. Así
negativos, llevando a multiplicar su efecto en ciente convergencia con el sistema CIE, resulta como la interdisciplinariedad
forma de cascada de eventos desfavorables. conveniente que psiquiatras y psicólogos se no implica la pérdida de la
identidad de cada disciplina,
De esta manera, el tipo de trastorno (o de vayan familiarizando desde ya con el proceso especificidad tampoco quiere
predisposición caracterial, cuando no se llega que conducirá a la versión definitiva. Sería decir aislamiento.
al nivel de trastorno) será la resultante de un útil generar grupos de consenso que cotejaran
complejo interjuego de rasgos temperamen- estas propuestas con la experiencia nacional
tales innatos, cuidados tempranos, defensas, y que realizaran un intercambio con los gru-
conflictos, pautas relacionales, respuestas del pos de trabajo a nivel internacional. Por su
entorno y formas de organización subjetiva parte, el OPD-2 y el PDM pueden resultar de
de la experiencia, todo lo cual puede abrirse gran valor para los clínicos de dos maneras.
a nuevas experiencias o retroalimentarse en Por un lado, pueden ser utilizados en forma
forma de círculos repetitivos. Los sistemas experta, para lo cual el OPD-2 ofrece cursos
diagnósticos que estamos considerando no de entrenamiento intensivo. Esta es, sin duda,
entran en estas hipótesis etiopatogénicas, sino una posibilidad interesante para quienes
que conducen a prestar atención a aquellas quieran profundizar en el uso del sistema y
funciones y perturbaciones de la personali- emplearlo en forma confiable para fines de
dad que influyen en el resultado final de este investigación. Pero este no es el único camino.
proceso. El poner el énfasis en la severidad de Tanto el DSM-5 como los manuales del OPD-2
los trastornos está reforzando la necesidad de y el del PDM ofrecen valiosas descripciones
poner en el orden del día de la investigación clínicas cuya lectura, aun sin entrenamiento
psiquiátrica y psicoanalítica la identificación especial, enriquece la práctica cotidiana de
de los factores que la determinan. psiquiatras y psicoanalistas y contribuye a
la reflexión psicopatológica. En ese sentido,
el ejercicio de mirar la clínica desde estas
Pasando ahora a aspectos prácticos y vin-
distintas perspectivas constituye un camino
culados al ejercicio clínico, es necesario decir
que enriquece no sólo el diálogo entre la
que los tres sistemas hacen necesaria una
psiquiatría y el psicoanálisis, sino también
relación con el paciente mucho más profunda
el avance de cada una de estas disciplinas.
que la requerida por el DSM-IV. Evaluar los
aspectos relacionados con el self y con la rela-
ción con los otros es una tarea más compleja

R. Bernardi|Revista de Psiquiatría del Uruguay|Volumen 74 Nº 2 Diciembre 2010|página 203


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