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Parte III

ENTORNOS
CLÍNICOSDE
INTERCONSUL TA
Capítuío U

Medicina interna
y subespecíalídades médica
Coordínador: Donna B. Qreenberg

En este capítulo se exponen los aspectos denadas por el sistema simpático suprarre-
psiquiátricos de las enfermedades cardiovas- nal y otros sistemas neuroendocrinos, influ-
culares, pulmonares, gastrointestinales y re- yen sobre las enfermedades cardíacas (Fol-
nales. Posteriormente, se revisan los sínto- kow, 1987; Henryy Stephens, 1977).
mas psiquiátricos asociados a los trastornos Los mamíferos han desarrollado la res-
endocrinos, al lupus eritematoso sistémico, a puesta de atque o huida, un potente grupo
la deficiencia de cobalamina (vitamina B12) y de reflejos fisiológicos que preparan al orga-
al diagnóstico diferencial de la fatiga crónica. nismo para una intensa actividad física, en
previsión de la ocurrencia de un aconteci-
miento determinado. Por ejemplo, la audi-
Enfermedades cardiovasculares ción o el olor de un león provoca instantá-
neamente que su presa se prepare para la
huida, lo que constituye una ventaja evolu-
Peter Halperín
tiva. Estas señales, mediadas por la noradre-
A fin de proporcionar una consulta efec- nalina y la adrenalina, incrementan la fre-
tiva, el psiquiatra de interconsulta debe po- cuencia cardíaca, la contracción miocárdi-
seer conocimientos sólidos sobre los tras- ca, la presión sanguínea y regulan el tono
tornos cardíacos y su tratamiento, pero arterial para que la sangre se distribuya pre-
también debe ser consciente de la relación ferentemente hacia el sistema musculoes-
entre los factores psicosociales y la enferme- quelético. Se liberan lípidos en el torren-
dad cardiovascular. Las respuestas emotivo- te circulatorio, que serán utilizados como
conductuales hipotálamo-límbicas, desenca- fuente de energía para la actividad física in-
de ias áreas corticales frontales, orbitales, res más potentes como una entrevista sobre ca de la respuesta al estrés (Ditto y Miller,
:nte. La noradrenalina también reduce
motoras y premotoras, produce arritmias la enfermedad y la muerte— fueron induc- 1989). Los estudios conductuales sobre pa-
nbral de agregación plaquetaria, facili-
ventriculares. El tratamiento previo con tores más fiables de arritmias que las ma- cientes hipertensos muestran elevadas co-
o así la coagulación.
bloqueantes |3-adrenérgicos y ia ablación fí- niobras físicas como el masaje del seno ca- rrelaciones entre la hipertensión y la expre-
esde el punto de vista evolutivo, estas
sica de las estructuras simpáticas como el rotídeo, los cambios posturales, la manio- sión o la internalización de la hostilidad, es-
uestas fisiológicas constituían grandes
ganglio estrellado, previenen el desarrolfo de bra de Valsalva, la hiperventilación, aguantar pecialmente en situaciones amenazadoras
ajas en el entorno en el que se desarro-
las arritmias causadas por ia estimulación la respiración y el reflejo de activación (De- que producen respuestas de afrontamiento
n; sin embargo, la acción de la noradre-
cortical, asi como de las causadas poi cbtie- Silva y Lovvn, 1978, Lown y DeSilva, 1978). acüvab y liostiles (Esler et al., 1977, Light et
la y la adrenalina poseen contrapartidas
sores psicosociales en modelos animales. Lown y Graboys (1977) destacan la im- al„ 1987; Manuck et al., 1987).
:ionadas con fas enfermedades cardio-
Dado que la depresión mayor se asocia a portancia del tratamiento psiquiátrico al de-
ulares. Por ejemplo, el incremento fi-
morbiiidad cardíaca, las interacciones entre mostrar que el control psicológico de deter-
jgico de la frecuencia cardíaca puede
el sistema serotoninérgico, la depresión y el minados desencadenantes puede reducir la Isquemia inducida por estrés
^ocar arritmias patológicas en personas
corazón despiertan gran interés. En mode- frecuencia de las arritmias de riesgo vital.
lerables, las variaciones normales de la
los animales (Biatt et al., 1979; Rabinowitz Asimismo, los pacientes que han presenta- El estrés mental de la vida cotidiana es el
¡ión arterial pueden producir espasmos
y Lown, 1978), las intervenciones farmaco- do un problema cardíaco corren el riesgo de precipitante más común de la isquemia
ias arterias coronarias, los cambios no
lógicas para incrementar los niveles de sero- desarrollar una depresión o déficit cognos- miocárdica en los pacientes con una enfer-
)lógicos de la presión sanguínea pueden
tonina en el sistema nervioso central au- citivos postratamiento (Roine et al., 1993). medad coronaria (Rozanski et al, 1988). En
mover la aparición de hipertensión, el
emento de la liberación de lípidos pue- mentaron el umbral para la inducción de algunos estudios realizados con electrocar-
contribuir al desarrolfo de hiperfipide- arritmias ventricuiares. El incremento de la diografía ambulatoria, los investigadores
s y otras dislipidemias (Pauletto et af., serotonina también se asocia con un des- Estrés e hipertensión evaluaron la incidencia de isquemia en la
•1), y el potencial efecto beneficioso del censo de la actividad neural simpática (An- vida diaria (definida como depresión del
remento de la coagulabilidad puede in- tonaccio y Robson, 1973). La administra- En un conocido modelo de estudio ani- segmento ST) en pacientes con angina, y
r en la trombosis de las arterias corona- ción de nuevos inhibidores selectivos de la mal, ef hacinamiento, la exposición a la encontraron que es más probable cuando
y el infarto de miocardio (S. O. Levine recaptación de la serotonina (fSRS) puede amenaza de un gato, el crecimiento en aisla- los pacientes sufren estrés mental que físi-
il., 1985; Markovitz y Matthews, 1991). tener un papel específico en el tratamiento miento y la posterior exposición a socieda- co, y que los episodios más isquémicos no
de los pacientes con enfermedad cardíaca y des establecidas provocó en ratones una hi- producen dolor (Deanfield et al., f 983).
depresión. pertensión sostenida (Henry et al., 1967).
En los pacientes con cardiopatía, incluso Los estudios en seres humanos sugieren que
PATOLOQÍA CARDÍACA Y SISTEMA las sociedades estables, seguras y rurales
un estrés psicológico leve puede inducir Estrés y patogenia de la enfermedad
NERVIOSO presentan un menor número de personas hi- coronaria
arritmias, mientras que en los pacientes que
pertensas que las sociedades urbanas con
ritmias ventriculares y muerte cardíaca no presentan deterioro miocárdico, el estrés
de cualquier magnitud no provoca arritmias elevadas tasas de criminalidad y estructuras Patrón de conducta tipo A. Dunbar
)ita
(Lown, 1979; Reich et al., 1979). Hablar sociales inestables (Harburg et al., 1973; (1943) describió al cardiópata típico como
Henry y Cassel, 1969; Stamler et al., 1967). una persona que trabaja durante muchas
Los estudios con animales han demostra- en público, el recuerdo de acontecimientos
que la activación emocional intensa pre- con una gran carga emocional, conducir au- Algunos pacientes hipertensos presentan horas sin tomarse vacaciones, sin delegar
pone a las arritmias ventriculares (Lown, tomóviles y otros acontecimientos estresan- una respuesta vasoconstrictora al estrés más responsabilidades, sin cuidar de su salud y
73; Matta et al., 1976). En los modelos tes pueden producir arritmias en pacientes prolongada que los individuos normoten- sin reconocer su tendencia a la depresión.
irtiales, la estimuiación directa mediante susceptibles (Lown et al., 1980; Sigler, sos (Brod, 1970; Brod et al., 1959). La simi- La tendencia a experimentar ira, a la vez
ctrodos de ias estructuras fímbicas, el hi- 1967; Taggart et al., 1969, 1973). En una litud de este tipo de respuestas en los des- que a controlar su expresión, es otra piedra
tálamo, el fóbulo temporal anterior, la ín- serie de pacientes, los factores estresantes cendientes normotensos de los pacientes angular de la comprensión psicoanalítica de
ia y la circunvolución cinguiar, así como —desde la aritmética mental hasta estreso- hipertensos sugiere una transmisión genéti- los pacientes con enfermedad coronaria.
a activación simpática y la ira son bási- objetivos, incluido el ejercicio físico, con ción de la importancia de los síntomas, me- inicio de los síntomas y la llegada al servicio
en la hipótesis sobre el patrón de con- una intensa respuesta simpaticomimética jorando la comunicación con los cardió- de urgencias (Hackett y Cassem, 1969'
ta tipo A de Friedman y Rosenman (DeQuattro et al., 1985; Friedman et al., logos y disminuyendo la tardanza entre el Moss y Goldstein, 1970; Simon et al.,
^4) que ha pasado a dominar esta línea 1975; Glass et al., 1980; Seraganian et al., inicio del dolor y la llegada al servicio de 1972). Esta cuestión es crítica porque el 55-
nvestigación entre los años 60 y 80. El 1985; Simpson et al., 1974; Williams et al., urgencias. Los investigadores también en- 80% de las muertes se producen durante las
ón de conducta tipo A es un complejo 1982). El hecho de que el bloqueo (3-adre- contraron descensos significativos de la de- 4 horas posteriores al inicio de los síntomas
ón-emoción caracterizado por la expre- nérgico reduzca las puntuaciones tipo A y presión, aumentos significativos de la auto- (Wallace y Yu, 1975). La mayoría de los ser-
i de dos aspectos subyacentes: ia hostiii- la respuesia cardiovascular lambién sugie- eficacia y aumcntos modcrados dcl apoyo vicios de urgencias disponen de Uxnicas
y la «urgencia temporal» o la «enferme- re una conexión simpaticoadrenal tipo A social (Mendes de Leon et al., 1991). como la terapia trombolítica, que pueden
de la prisa». (Krantz et al., 1982). Dos estudios sobre las Para una revisión más detallada del pa- reducir al mínimo el deterioro debido a un
,os investigadores del Western Collabo- puntuaciones globales tipo A no demostra- trón de conducta tipo A y de la medicina infarto en curso. La explicación más plausi-
/e Group Study (WCGS) (Rosenman et ron una correlación con la gravedad de los conductual en general, véase el capítulo 34. ble de no atribuir los síntomas a un proble-
1975) encontraron que durante un pe- hallazgos angiográficos (Dimsdale et al., ma cardíaco es el miedo al infarto de mio-
io de 8 años y tras controlar el resto de 1979; Sherwitz et al., 1983). Sin embargo, Apoyo social. En un artículo clásico, cardio (Hackett y Rosenbaum, 1984).
factores de riesgo, los hombres tipo A la hostilidad y la ira se han correlacionado Ruberman et al. (1984) demostraron que de Sin embargo, la negación no siempre es
irrollaron enfermedades coronarias en- con la gravedad de la enfermedad coronaria todos los pacientes que habían sufrido un perjudicial para los pacientes con una car-
1,7 y 4,1 veces más que los hombres según el angiograma (Dembrowski et al., infarto de miocardio, los que estaban más diopatía. Hackett et al. (1968) demostraron
) B. Los datos del estudio Framingham 1985; MacDougall et al., 1985). aislados socialmente, sufrían un estrés vital que cuando el paciente ya se encuentra en
yan la relevancia del patrón de conducta El estudio más importante sobre el tipo A mayor y poseían un nivel educativo menor, la unidad de atención coronaria (UAC) du-
> A en hombres (Friedman et al, 1986). es un amplio ensayo terapéutico, el Recur- presentaban un riesgo vital cuatro veces su- rante la etapa postinfarto, la negación del
se efectuaron estudios comparables en rent Coronary Prevention Project (RCPP), perior al de los pacientes con menores nive- peligro se asocia con un mejor pronóstico
jeres. que demostró que la psicoterapia de gru- les de estrés y aislamiento. Estudios más re- clínico hospitalario. Dado el considerable
\Io obstante, la Prueba de intervención po capaz de reducir el patrón de conducta cientes han demostrado que el aislamiento incremento del riesgo de isquemia y arrit-
factor de riesgo múltiple (Multiple Risk tipo A y otras conductas de riesgo reducía social (vivir solo) se asocia con mayor ries- mias en el período postinfarto inmediato,
tor Intervention Trial) no demostró cone- considerablemente la recurrencia del infarto go de trastorno cardíaco recurrente (Case es probable que la reducción de la ansie-
n entre el patrón de conducta tipo A y de miocardio y de la muerte por trastorno et al, 1992), y que los pacientes con una dad, secundaria a la negación, disminuya el
i posterior enfermedad coronaria (She- cardiovascular en pacientes con infarto de enfermedad cardíaca que poseen menos re- riesgo al reducir la liberación de catecola-
le et al., 1983). Tampoco un estudio del miocardio previo (Friedman et al., 1986). cursos sociales y económicos tienen un pro- minas.
po del WCGS, realizado 20 años des- En el RCPP se abordó, además del patrón nóstico significativamente peor (Williams
is, demostró que los pacientes inicial- de conducta tipo A, el tratamiento de otros etal, 1992). Depresión. La depresión se ha asocia-
nte identificados como tipo A mantuvie- factores psicológicos y sociales importantes do con el incremento del riesgo de muerte
peor pronóstico (Miller et al., 1991; Ra- que podrían aportar información sobre los Negación. De todos los factores psico- por causas cardíacas. Por tanto, la depre-
nd y Brand, 1988). Estudios prospecti- comportamientos que en la práctica pueden lógicos y emocionales que afectan a la en- sión mayor debería diagnosticarse y tratar-
; más recientes también cuestionan la evitar la aparición de infarto de miocardio. fermedad cardíaca, quizá ninguno sea tan se. Los pacientes con cardiopatía presentan
lótesis del vínculo entre el tipo A y la en- En primer lugar, la negación de los sínto- importante clínicamente como la negación. una elevada prevalencia de depresión ma-
medad coronaria. mas y el retraso en la búsqueda de atención Los pacientes ignoran o atribuyen errónea- yor. Los estudios modernos que utilizan los
Comparado con los sujetos tipo B, el tipo médica merecieron un interés prioritario en mente los síntomas cardíacos a un trastorno criterios diagnósticos de investigación o
'esponde a las pruebas de laboratorio, a la terapia 0- J- Gill y M. Friedman, comuni- más benigno, como el ardor de estómago, a los criterios DSM-III (American Psychiatric
tores estresantes como el hostigamiento cación personal, mayo 1994). En el primer pesar de conocer los síntomas del infarto de Association, 1980) sitúan esta prevalencia
rante una competición y a las tareas rela- año, los pacientes tendieron a cambiar su miocardio. Varios estudios han establecido alrededor del 18% (Carney et al, 1988;
nadas con el trabajo o la consecución de comportamiento, incrementando la acepta- un retraso medio de 2,9-5,1 horas entre el Schleifer et al, 1989). Carney et al. (1988)
EN1" KI>,V
determinaron c\ cular pacientes y encontró una disminución del ción o la participación en programas super-
deriesgomdep.^ í n f e rmeáad cardtovasc
tiempo de hospitalización, de la estancia en visados de ejercicio físico. Los programas
Coronarios, m á ^ ^ ^ J V S S ^ t r a s t o t n o ^
ueu las unidades de cuidados intensivos, de la de rehabilitación también constituyen una
pertensión, las ^t' kboiQDei& -• m iocárdica P
^e^tornos frecuencia de insuficiencia cardíaca conges- oportunidad única de integrar el tratamien-
diabetes. \ ! tiva y de la ansiedad subjetiva, así como una to psicosocial, como la terapia de grupo, en
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Avery y W i ^ . ^J ^ recuperación más rápida de las actividades el programa de tratamiento conductual
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cotidianas durante los 4 meses posteriores (ejercicio físico, cambios dietéticos, aban-
habían sido t t a > A O u l¿
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farmacoterapi a ^ ^ y\ unespastnocate^- ovasC^r

frente a los p a c i ^ \v 16) > i v o s c\ue r i o l a s c o r o n a ^ ^ ^ ^ c h i g a o n e


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(Cannon, 1 9 8 8 ) . E n u n * \
la terapia y la educación con la atención ru-
tinaria a los pacientes hospitalizados por in-
sión más detallada, v. caps. 33 y 34.)

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después, el grupo tratado presentaba menos Tratamiento farmacológíco
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tDtft»y> trasunpe- síntomas de enfermedad cardíaca y mejores
mayor e n e l ^ r ^ J ^ * dos para ' e n f e r m e d a d c a r d r a c a ^ ^ puntuaciones psicológicas. Frasure-Smith
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(1991) demostró que la administración de
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gias riesgos. Si la depresión es moderada, la de-
'-" n austia sin exci" 11 a , d c o r onaarga simpática, sino que también adquieren
incluyen e l i n ^«V\ V Üh clara relación edad coronaria. 1-a en
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querir entre 2 y 4 semanas después del in-
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y i a correlació^ 'VVhi ^elrtesgpdepasarpo* ae recibieron un entrenamiento en control que se detallan a continuación.
rotonína y l a s ¥ l » * f / ' j » , . . . . 1 1982), medadcoronana. estrés y relajación durante el ingreso por
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farto de miocardio, mejoraron su estado Antidepresivos tricíclicos. En la prác-
icológico y profesional durante los 6 me- tica clínica, los efectos secundarios de los an-
puede
I posteriores (Langosch et a l , 1982). tidepresivos tricíclicos provocan una elevada
(Blumenthal et CARUlA
CONENrtRNAtPAP ros estudios sugieren que los pacientes tasa de interrupción del tratamiento en el 14-
\ practican la meditación observan una 60% de los enfermos con cardiopatía (Roose
Trastorrio Tratamtentopsicológ^ oría de las arritmias ventriculares (Ben- et al., 1991b). Roose y Dalack (1992) descri-
de angustia,
demuest e t al., 1975). El grupo Lown (1980) refi- ben los principales problemas que deben
mento de ^ ^ ^ Existen tres
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^éuticos y eel caso de un paciente cuya taquicardia preverse en este tipo de pacientes.
sisteroa 1 : ? r v í ^ ^ \ ; | - " ' S1C
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«l»» ^pático ciente con enfermedad cardíaca que esté re-
ciado con 1 I d«' 1 alteración del run- G r u e n (1975) evaluó e ^ tippacientes se benefician de la observa- cibiendo un antidepresivo tricíclico, deben
^ uira , „ i de apoyo en
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determinaron que la depresión era un factor al., 1982) y enfermedad cardiovascular pacientes y encontró una disminución del ción o la participación en programas super-
ie riesgo independiente para los trastornos (Goldberg et a l , 1990). El trastorno de an- tiempo de hospitalización, de la estancia en visados de ejercicio físico. Los programas
:oronarios, más potente que el sexo, la hi- gustia y la isquemia miocárdica pueden las unidades de cuidados intensivos, de la de rehabilitación también constituyen una
Dertensión, las arritmias ventriculares o la producir los mismos síntomas. Durante la frecuencia de insuficiencia cardíaca conges- oportunidad única de integrar el tratamien-
iiabetes. cateterización cardíaca en pacientes con un tiva y de la ansiedad subjetiva, asi como una to psicosocial, como la terapia de grupo, en
Avery y Winokur (1976) evaluaron la trastorno de angustia puede observarse recuperación más rápida de las actividades el programa de tratamiento conductual
nortalidad en los pacientes depresivos que un espasmo catecolaminérgico de las arte- cotidianas durante los 4 meses posteriores (ejercicio físico, cambios dietéticos, aban-
labían sido tratados adccuadamcntc con riolas coronarias o una angina microvascular al aka. Oldenburg el al. (1985) compararon dono del habito tabaquicoj. (^Para una revi-
'armacoterapia o terapia electroconvulsiva (Cannon, 1988). En un estudio, Chignon et la terapia y la educación con la atención ru- sión más detallada, v. caps. 33 y 34.)
'rente a los pacientes depresivos que no ha- al. (1993) evaluaron la tasa de trastorno de tinaria a los pacientes hospitalizados por in-
Dían respondido al tratamiento. Tras un pe- angustia en un grupo de pacientes remiti- farto de miocardio y encontraron que 1 año
lodo de observación de 3 años, la tasa de dos para electrocardiografía ambulatoria a después, el grupo tratado presentaba menos Tratamiento farmacológíco
nfarto de miocardio fue considerablemente fin de detectar enfermedad cardíaca. La tasa síntomas de enfermedad cardíaca y mejores
nayor en el grupo tratado de forma inade- de prevalencia del trastorno de angustia fue puntuaciones psicológicas. Frasure-Smith
Depresíón
:uada. En un estudio más reciente sobre aproximadamente del 15% en 200 pacien- (1991) demostró que la administración de
Í22 pacientes hospitalizados por infarto, tes evaluados de forma consecutiva. La an- un protocolo terapéutico breve y la reduc- Siempre ha resultado difícil decidir cuán-
.esperance y Frasure-Smith (1993) encon- gustia era tan frecuente entre los pacientes ción del estrés disminuía significativamen- do comenzar el tratamiento farmacológico
raron que los pacientes con una depresión que presentaban alteraciones en el ECG te las tasas de comorbilidad y mortalidad de la depresión en los pacientes con una en-
;rave presentaban una probabilidad cinco como entre los que no las presentaban. El 5 años después del infarto. fermedad cardíaca. En los pacientes grave-
r psiquiatra de enlace, que suele tener que
eces mayor de muerte durante los 6 meses Los ejercicios de meditación y relajación mente deprimidos tras un infarto de mio-
)osteriores al alta que los pacientes no de- responder a la cuestión de si las precordial- cardio, las ventajas del tratamiento farma-
muscular pueden ser fácilmente enseñados
mmidos. gias son «reales», debería tratar el trastorno cológico precoz de los problemas psiquiá-
durante la hospitalización. Con ellos, los pa-
Las explicaciones de esta clara relación de angustia sin excluir de antemano la en- tricos y cardiológicos suelen superar a los
cientes no sólo reducen directamente la des-
ntre la depresión y el riesgo cardiovascular fermedad coronaria. La enfermedad corona- riesgos. Si la depresión es moderada, la de-
carga simpática, sino que también adquieren
ncluyen el incremento de la actividad peri- ria y el trastorno de angustia pueden coexis- terminación de su persistencia puede re-
una mayor sensación de autonomía y con-
érica catecolaminérgica, detectada en los tir. Por tanto, siempre hay que tener en querir entre 2 y 4 semanas después del in-
trol en el ambiente pasivo de una cama de
>acientes con depresión (Esler et al., 1982), cuenta el riesgo de pasar por alto una enfer- farto. Deberían observarse las precauciones
hospital. Según un estudio, los pacientes
_
la correlación entre los niveles bajos de se- medad coronaria. que se detallan a continuación.
que recibieron un entrenamiento en control
otonina y las arritmias ventriculares. El del estrés y relajación durante el ingreso por
nenor cumplimiento de las prescripciones infarto de miocardio, mejoraron su estado Antidepresivos tricíclicos. En la prác-
nédicas y de los hábitos de salud también • TRATAMIENTODELOSPACIENTES psicológico y profesional durante los 6 me- tica clínica, los efectos secundarios de los an-
luede contribuir de forma significativa CON ENFERMEDAD CARDÍACA ses posteriores (Langosch et al., 1982). tidepresivos tricíclicos provocan una elevada
Blumenthaletal., 1982). Otros estudios sugieren que los pacientes tasa de interrupción del tratamiento en el 14-
Tratamiento psicológico que practican la meditación observan una 60% de los enfermos con cardiopatía (Roose
Trastorno de angustia. El trastorno mejoría de las arritmias ventriculares (Ben- et al., 1991b). Roose y Dalack (1992) descri-
.e angustia, caracterizado por un incre- Existen tres estudios que demuestran son et al-, 1975). El grupo Lown (1980) refi- ben los principales problemas que deben
lento de la actividad y la sensibilidad del que los abordajes psicoterapéuticos y edu- rió el caso de un paciente cuya taquicardia preverse en este tipo de pacientes.
istema nervioso simpático, y probable- cativos mejoran el estado de los pacientes ventricular cesaba durante la meditación. Hipotensión ortostática. Antes y después
lente también por una alteración del fun- hospitalizados por un infarto de miocardio. El equipo de rehabilitación cardíaca pue- de iniciar el tratamiento de cualquier pa-
ionamiento del locus coeruleus, se ha aso- Gruen (1975) evaluó el efecto de la psicote- de contribuir al tratamiento conductual. ciente con enfermedad cardíaca que esté re-
iado con mayor riesgo cardíaco (Coryell et rapia individual de apoyo en este tipo de Los pacientes se benefician de la observa- cibiendo un antidepresivo tricíclico, deben
cular completo (Bigger et al., 1977, 1978; Katon y Raskind, 1980; Kaufman et al., seguros en situaciones de sobredosis que
jtenerse valores de la presión arterial or-
Burckhardt et al., 1987; Burrows et al., 1982; Woods et al., 1986). Los efectos se- otros tipos de antidepresivos. Los ISRS pue-
istática. Los cambios de la presión arterial
1976, 1977; Giardina et al., 1979, 1981; cundarios conocidos de estas medicaciones den desplazar a otros fármacos con ligandos
rtostática previos al tratamiento predicen
Kantor et al., 1975, 1978; Luchins, 1983; incluyen la hipertensión, la taquicardia y las proteínicos como la digoxina y la warfarina
hipotensión postratamiento y, curiosa-
Raskind et al., 1982; Sigg et al., 1963; Tha- arritmias, aunque son infrecuentes entre los incrementando así sus niveles plasmáticos.
lente, la respuesta antidepresiva positiva a
se y Perel, 1982; Veith et al., 1982a). pacientes ancianos y con enfermedad médi- Dado el estrecho rango terapéutico de estos
>s fármacos tricíclicos (Jarvik et al., 1983;
Capacídad de contracción miocárdica. Va- ca. Los psicoestimulantes poseen la ventaja fármacos, siempre que se añadan ISRS de-
chneider et al., 1986). No todos los pa-
rios estudios han demostrado que ios anii- üc aci' püco scdanLes, Lener un inicio dc ac- üerían coiiLiularse esLrecüaiueiiLe ios mveies
Lentes con signos posturales experimentan
depresivos tricíclicos no afectan negativa- ción rápido (unos días) y eliminar la anore- plasmáticos de los pacientes que reciben di-
íareo al incorporarse, y el mareo puede
mente a la función ventricular izquierda, in- xia debida al estado de ánimo. Se ha de- goxina y el tiempo protrombínico de los pa-
íejorar incluso a pesar de que la presión
cluso en pacientes con una baja fracción de mostrado que los pacientes que no toleran cientes que reciben warfarina. Dada la inhi-
rterial no se estabilice. Los pacientes con
eyección (Giardina et al., 1981; Veith et al., los antidepresivos tricíclicos toleran bien los bición de las enzimas hepáticas, los niveles
isuficiencia cardíaca congestiva son espe-
1982b). Por tanto, no es una cuestión preo- psicoestimulantes. Los psicoestimulantes de antiarrítmicos, de metoprolol y de otros
ialmente vulnerables a los cambios postu-
pueden ser eficaces y rápidos para los pa- antagonistas (3-adrenérgicos pueden ser su-
ales en la presión arterial debidos a fárma- cupante en los pacientes con paros cardía-
cientes hospitalizados por enfermedad car- periores a lo esperado (Gram, 1994).
os(Rooseetal., 1986,1987). cos congestivos.
díaca y profundamente deprimidos, a los
Efectos secundarios anticolinérgicos. Dado
Bupropión. En un estudio con 36 pa- que la depresión dificultaría su recupera- Carbonato de litio. Aunque el carbo-
[ue la taquicardia —más de 5 latidos/minu-
cientes cardíacos, el bupropión produjo po- ción médica. No obstante, debe controlarse nato de litio suele considerarse seguro para
o sobre la frecuencia cardíaca basal— in-
cos casos de hipotensión ortostática, pocas la presión arterial y la frecuencia cardíaca. el tratamiento del trastorno bipolar en pa-
:rementa la actividad y la demanda cardía-
alteraciones significativas de la conducción cientes con enfermedad cardíaca, requiere
:as, deberían utilizarse los antidepresivos
y ninguna exacerbación de las arritmias Inhibidores selectivos de la recapta- una supervisión cuidadosa. Se han detecta-
ricíclicos con menor actividad anticolinér-
ventriculares (Roose et al., 1991a). No obs- ción de la serotonina. Los ISRS (fluoxe- do anomalías circulatorias a niveles tera-
>ica (como la nortriptilina y la desipra-
tante, ocasionó un incremento leve de la tina, sertralina y paroxetina) parecen ser re- péuticos, incluso en pacientes sin enferme-
nina).
presión arterial supina. La hipertensión em- lativamente seguros en los pacientes con dad cardíaca, especialmente en ancianos
Ejectos sobre el sistema circulatorio. A nive-
peoró en 2 de 5 pacientes, que no pudieron enfermedad cardíaca. Cabe destacar que los Qaffe, 1977; Mitchell y MacKenzie, 1982;
es terapéuticos, los antidepresivos tricícli-
tolerar el fármaco. ISRS carecen de actividad anticolinérgica y Roose et al., 1979a, 1979b; Tangedahl y
;os prolongan la conducción en la porción
a-adrenérgica. En personas no deprimidas, Gau, 1972; Wellens et al., 1975; J. Wilson
rlV del haz de His. En los pacientes con un
el efecto de la fluoxetina en el ECG se limitó et al., 1976). Las anomalías más comunes
^loqueo parcial de la rama-haz, el enlente- Trazodona. El principal riesgo de la
a una pequeña disminución de la frecuencia son la alteración del nodo sinusal, el blo-
rimiento del HV inducido por los fármacos trazodona para las personas con enferme-
cardíaca basal, sin cambios en la conduc- queo auriculoventricular completo y (raras
iricíclicos puede provocar el bloqueo car- dad cardíaca está relacionado con el blo-
ción, los mtervalos PR y QT, o en el QRS veces a niveles terapéuticos) la ectopia ven-
díaco completo. queo a-adrenérgico y la hipotensión postu-
(Fisch, 1985; Upward et a l , 1988). Asimis- tricular. También es frecuente el aplana-
Un QTc superior a 440 mseg se asocia con ral (Himmelhoch et al., 1984). Se conocen
mo, en una amplia muestra de pacientes de- miento benigno o la inversión de las ondas
un incremento del riesgo de muerte repenti- pocos casos de irritabilidad ventricular (Vi-
primidos, la sertralina no produjo práctica- T Debería disponerse de un ECG basal y de
na (Schwartz y Wolf, 1978). En los pacientes tulloetal.,1990).
mente ningún efecto sobre el ECG (Upward seguimiento cada 6-12 meses de cualquier
con enfermedad cardíaca, debería efectuarse e
t al., 1988). Sin embargo, se ha informado paciente con enfermedad cardíaca o mayor
un ECG basal, que debería ser repetido una Psicoestimulantes. Los efectos secun-
de bradicardia en dos pacientes (Ellison et de 65 años que esté recibiendo litio, a fin de
vez las dosis farmacológicas han alcanzado darios cardíacos del metilfenidato y la dex- a
l-, 1990), y de fibrilación auricular en un descartar alteraciones circulatorias.
niveles terapéuticos, y al menos anualmente, troanfetamina son relativamente infrecuen-
Paciente con una cardiopatía que fue trata-
a fin de evaluar el intervalo PR, el QRS, la du- tes, por lo que es probable que sean fár- do
con fluoxetina (Buff et al., 1991). Desde Terapia electroconvulsiva. Zielinski
ración del QTc y la ausencia de bloqueos en macos infrautilizados en los pacientes con ei
punto de vista cardíaco, los ISRS son más et al. (1993) compararon la terapia electro-
la rama-haz o de un bloqueo auriculoventri- enfermedad cardíaca (Ballard et al., 1976;
;onvulsiva (TEC) en 40 pacientes deprimi- Ansiedad aguda Enfermedad pulmonar puestas de ventilación a la inhalación de
ios con enfermedad cardlaca grave y 40 C0 2 . Presentan una menor frecuencia respi-
^acientes sin problemas cardíacos. Todas Benzodiacepinas. La ansiedad puede Donna B. Qreenberg ratoria, menor volumen de intercambio
as complicaciones en los pacientes sin pro- conllevar complicaciones mortales para los Richard L. Kradin pulmonar en reposo y niveles elevados de
ílemas cardíacos y el 66% de las complica- pacientes con arritmias ventriculares o para Pco2 (Damas-Mora et al., 1976, 1982). Los
:iones en los pacientes con una cardiopatía los que esperan pruebas electrofisiológicas, La hipoxia crónica afecta las funciones niveles pulmonares y sanguíneos de C0 2
;e resumen en arritmias menores transito- cirugía o desfibrilación intraabdominal. cognoscitivas y el estado de ánimo (Heaton suelen estar regulados por la ventilación
nas y cambios en las ondas ;> i-1 durante o Uaüo et riesgo de acLivacion siiiipáúca, las et al., 1983, PrigaLano eL ai., 1983). Los minuto, ei producto entre la irecuencia y el
nmediatamente después del tratamiento, benzodiacepinas se han convertido en fár- cambios de la presión parcial del dióxido de volumen de aire intercambiado cada minu-
que se resolvieron en unospocos minutos. macos de rutina en las UCI y las unidades carbono (Pco2) y del equilibrio acidobásico to. Los pacientes que sufren depresión no
Jna quinta parte de los pacientes con en- cardíacas quirúrgicas (Jefferson, 1989). Las ejercen acusados efectos sobre el flujo san- incrementan la ventilación por minuto de
:ermedad cardíaca (n = 8) presentaron benzodiacepinas también reducen los nive- guíneo cerebral y el funcionamiento neuro- manera apropiada cuando respiran una
:ambios persistentes en el ECG, que dura- les de catecolaminas inducidos por estrés nal. Las elevaciones agudas de la Pco2 afec- mezcla de gases con niveles elevados de
:on entre horas y días, acompañados de y la activación plaquetaria (Baer y Cagen, tan la conciencia y la fluidez mental. La hi- Pco2 o una baja presión de oxígeno parcial
Drecordialgia, asístole o arritmia. No se 1987; Vogel et al., 1984). Estos fármacos percapnia crónica provoca cefalea y estados (Po2) (Jehinek et al., 1985; Shershow et al.,
Drodujo ninguna muerte. La preexistencia poseen efectos cardiovasculares insignifi- de embotamiento, desmotivación e impro- 1973, 1976). Los pacientes con depresión
de una enfermedad cardíaca isquémica pre- cantes, pero pueden contribuir a la apari- ductividad (Burns y Howell, 1969; Neff y que sufren una alteración del sueño son
iijo la aparición de probletnas isquémicos, ción de depresión respiratoria, sedación ex- Petty 1972). La hipocapnia también dismi- más vulnerables a la retención de C0 2 , de
.gual que la preexistencia de arritmias pre- cesiva o delirium. La detección de la depen- nuye la capacidad de planificar o recordar manera que los que sufren depresión y en-
dijo la aparición posterior de arritmias. En dencia a benzodiacepinas antes de la hos- (Posner, 1972). fermedad pulmonar presentan mayor riesgo
resumen, la TEC adecuadamente supervi- pitalización también es importante. Los sín- La evaluación que hace el paciente de la para las complicaciones debidas a la depre-
sada es relativamente segura, incluso en tomas de abstinencia como la activación ge- gravedad de la disnea afecta a su calidad de sión respiratoria (White et al., 1983).
pacientes con una enfermedad cardíaca neralizada o las crisis, son indeseables vida y a su capacidad funcional (Moody et
grave. (Para una revisión más detallada de cuando está afectado el estado cardíaco de al., 1990). La percepción subjetiva de la
laTEC, v cap. 32.) un paciente. gravedad se correlaciona con el estado de Respiración en los trastornos de ansiedad
ánimo, la tendencia a la hiperventilación,
Buspirona. La buspirona carece de las cogniciones catastrofistas, el miedo a la El incremento de la tasa respiratoria y los
Delíríum efectos anticolinérgicos o a-adrenérgicos. disnea y al signiñcado intrapsíquico del sín- cambios en el volumen de intercambio pul-
Es menos probable que produzca depre- toma (Carr et al., 1992; Demers et al., monar son los aspectos clave de la respuesta
Los fármacos neurolépticos, especial- sión respiratoria, y, por tanto, es más se- 1990; Kellner et al., 1987, 1992; D. E de ataque-huida de Selye (Selye, 1956). Los
mente el haloperidol o el droperidol intra- gura que el diacepam en pacientes con Klein, 1993; Morgan et al, 1983; Porzelius pacientes ansiosos presentan frecuencias
venosos, suelen utilizarse para el trata- enfermedad respiratoria (Rapoport et al., etal, 1992;Yellowleesetal., 1987). respiratorias más rápidas, menores volúme-
miento de los pacientes con un delirium 1991). Aunque su acción es más lenta, la nes de intercambio pulmonar y períodos
agitado. El riesgo de hipotensión depende buspirona también puede ser preferible más breves de retención de la respiración
del grado de bloqueo ci-adrenérgico del en pacientes con enfermedad cardíaca fc RESPIRACIÓNENLOSSÍNDROMES que los sujetos control (Tobin et al., 1983).
tranquilizante. El haloperidol posee un que requieren respiración asistida. Las PSIQUIÁTRICOSCLÍNICOS Los pacientes ansiosos refieren incapaci-
menor efecto hipotensivo que el droperi- benzodiacepinas o el haloperidol pueden dad de aspirar suficiente aire y sensaciones
dol. A dosis muy altas de haloperidol in- iniciarse simultáneamente con la buspi- Respiracíón en la depresíón clíníca de ahogo u opresión (Christie, 1935). La hi-
travenoso existe el riesgo de arritmias, y rona y ajustarse después de varias sema- perventilación debida a la ansiedad puede
debería controlarse el intervalo QT (Kri- nas cuando la buspirona empieza a hacer Los pacientes con depresión clínica sue- provocar una disminución del flujo sanguí-
wiskyetal., 1990). efecto. len mostrar un embotamiento de las res- neo cerebral, mareo y sensaciones de des-
incluyen la percepción de la actividad como asma, los pacientes con deterioro respiratorio
lersonalización. El jadeo, los suspiros v la • ASPECTOSPSIQUIÁTRICOS extenuante, el pesimismo, la variación diur- suelen recibir esteroides a dosis altas. Puesto
ensación de ahogo son síntomas n u e indi- DE LOS SÍNDROMES RESPIRATORIOS na del estado de ánimo con empeoramiento que los efectos psiquiátricos secundarios de
an la posible presencia de una crisís de an-
matutino y el despertar precoz. La prevalen- los esteroides dependen de la dosis, en casos
;ustia. Los síntomas fóbicos, que suelen ir Enfermcdad pulmonar obstructiva
cia de la depresión en los pacientes con agudos pueden subestimarse la agitación y la
sociados a las crisis de angustia son otro crónica EPOC es del 12-15%, y suele ir acompañada manía, que pueden favorecer la posterior
ndicativo de la presencia de un trastorno
En los pacientes con una enfermedad de síntomas de angustia (Light et a l , 1987). aparición de estados lábiles o depresivos co-
le ansiedad en los pacientes con enfprme-
lad pulmonar. pulmonar obstructiva crómca (EPOC), la La prevalencia de los smtomas de angus- mórbidos. Los efectos secundanos de ios es-
tia puede ser elevada. Se han encontrado an- teroides pueden neutralizarse rápidamente
D. E Klein et al. (1993) han s U g e r ido re- hipoxia crónica puede afectar el pensa-
tecedentes de crisis de angustia en el 38% de con dosis bajas de neurolépticos.
ientemente que la principal alt e r a ción en miento y el estado de ánimo, y producir de-
los pacientes con EPOC (Porzelius et a l ,
os pacientes con trastorno de a n p u s t i a es l a lirium, labilidad del estado de ánimo y res-
1992; Yellowlees et a l , 1987). Dado que un
;ensibilidad química a niveles elevados de tricción de las actividades cotidianas. Los
significativo subgrupo de pacientes con Fumar y dejar de fumar
>C02. M. E. Cohen y White (1951) demos- pacientes con EPOC presentan deterioro de
EPOC son propensos a la retención de C0 2 ,
raron que la respiración de cc>n c e n t r a c io- la capacidad de abstracción y de la integra-
no puede descartarse la posibilidad de que La nicotina, que incrementa la frecuencia
íes de C 0 2 superiores al 4% p r o V o c a b a cri- ción motora y perceptiva compleja. Estas
la sensibilidad al C 0 2 sea la causa de los sín- cardíaca y la presión arterial, actúa como es-
;is de angustia en pacientes con neurosis de capacidades están más alteradas que la velo-
cidad motora, la fuerza o la coordinación tomas de angustia. Asimismo, es posible que timulante agudo para la respiración (Stoler-
msiedad.
grosera. El tratamiento mediante oxígeno existan factores comunes, y probablemente man y Shoaib, 1991). También incrementa
Aunque la mayor parte de l a i n v estiea-
continuo mejora la calidad de vida, la ca- determinados genéticamente, que vinculen la liberación de dopamina en la corteza pre-
;ión sobre la angustia se haya centrado en
pacidad neuropsiquiátrica y la longevidad la tendencia a fumar y la propensión al tras- frontal y el núcleo accumbens (Mifsud et al.,
a alteración central de la r e s p r r a c j o n e n
en mayor medida que el mero tratamiento torno de angustia (Pohl et al.,T992). 1989). Otras sustancias adictivas, como los
respuesta al C02, nosotros Hemos pro-
nocturno. No se ha observado ningún cam- Hemos detectado que las sustancias gaba- opiáceos, las anfetaminas y la cocaína, tam-
puesto la hipótesis de que esta alteración
bio en el estado de ánimo (Grant et al., érgicas suprimen el ritmo respiratorio auto- bién estimulan la liberación de dopamina
puede reflejar una inestabilidad primaria
1982, 1987; Heaton et al., 1983; Nocturnal mático. La administración de benzodiacepi- (DiChiara e Imperato, 1988).
o adquirida de las vías c o l i n é r g r c a s c e n t r a -
Oxygen Therapy Trial Group, 1980; Priga- nas para el tratamiento de la angustia suele Tanto el alcoholismo (Covey et al., 1993),
les y periféricas. Los resultados nrelimina-
tano et al., 1983; Series y Cormier, 1990). efectuarse de forma conservadora por miedo como el trastomo de ansiedad generalizada y
res obtenidos en nuestro l a b o r a t 0 r i o su-
Sin embargo, los beneficios del suple- a que se produzca una depresión respiratoria. el trastorno de angustia presentan una eleva-
gieren que u n subconjunto d e p a c i e n t e s
mento de oxígeno tienen un coste psicoló- No obstante, hay que valorar individualmen- da asociación con el consumo de cigarrillos
con trastorno de angustia t a m r o i e n presen-
gico. La necesidad de utilizar el oxígeno su- te las ventajas de la eliminación de la angus- (Carvajal et al., 1989; Glassman, 1993). Los
ta un incremento anormal de i a s r e S ü u e s -
plementario puede provocar vergüenza. Al- tia, la ansiedad anticipatoria y los síntomas fumadores más ansiosos refieren que el con-
tas motoras bronquiales a la i t Y h a f a c i o n de
gunos pacientes tienen la sensación de que fóbicos, frente al riesgo de retención de C0 2 . sumo de cigarriflos reduce la ansiedad, aun-
una sustancia colinérgica, la rnetacolina
el oxígeno a domicilio indica el principio de Los nuevos ISRS pueden ser útiles en este que los modelos experimentales no apoyan
(R. L. Kradin, comunicación p e r s o n a l di-
una enfermedad terminal y pueden aislar- tipo de casos. Los neurolépticos a dosis bajas esta observación (Frederick et al., 1988).
ciembre 1994).
se socialmente. Otros dependen psicológi- también pueden ser útiles para disminuir el La asociación entre el fumar y la depre-
El paciente con trastorno ^ aneustia camente del suministro de oxígeno (Mar-
miedo y la agitación, sin riesgo de que se pro- sión se mantiene incluso después de con-
puede interpretar la sensaciór\ i n t e r ocepti- chionno et al., 1985). Los pacientes pueden
duzca una supresión respiratoria. Cualquier trolar las variables de ansiedad y alcoholis-
va de disforia y la dificultad ;r> a r a respirar limitar su expresividad emocional para no
seoante debe ser administrado con precau- mo. Glassman (1993) señala que aunque la
como algo catastrófico, una ^ s f r x i a i n m i - sobrepasar su capacidad pulmonar.
cion si el reflejo respiratorio es débil. depresión no ha sido incluida en los crite-
nente; para aliviar estos síntorrx a s n u e d e ha-
Borson y McDonald (1989) sugirieron Dado el reciente hincapié en el tratamiento rios del DSM-III-R para la abstinencia de la
cerse que se reinterprete esta c 0 g n j c ^ n m e _ e
la inflamación, tanto en la enfermedad nicotina (American Psychiatric Association,
diante técnicas conductuales y CO gnitivas que las claves para el diagnóstico del trastor-
no depresivo mayor en pacientes con EPOC Pulmonar obstructiva crónica como en el 1987), el 75% de los fumadores graves de
(D. E Klein, 1993).
aspectos fundamentales de la educación es el sea obstructiva, central o ambas. La somno- mayor número de cambios vitales estresan-
»arrillos que intentan dejar de fumar ex-
manejo adecuado de los fármacos profilácti- lencia diurna, la cefalea matutina, el sueño tes, en especial la ruptura de relaciones so-
rimentará síntomas depresivos. En algu-
cos y paliativos. Los efectos secundarios de los inquieto, los ronquidos y el dar vueltas en la ciales, que los que presentan un dolor indi-
is pacientes con enfermedades psiquiátri-
fármacos antiasmáticos incluyen inquietud, cama deberían hacer sospechar la presencia cativo de apendicitis (Creed et al., 1988).
s graves en remisión, los intentos de dejar
palpitaciones e insomnio. Los pacientes que de una apnea noctuma en pacientes que re- En los pacientes con trastornos gastromtes-
: fumar han provocado la exacerbación
desarrollan una fobia a la disnea pueden abu- fieren sentirse deprimidos o con pérdida de tinales funcionales se ha encontrado una
ave de los síntomas, que volvieron a remi-
sar de los inhaladores broncodilatadores. memoria, especialmente si son hombres obe- frecuencia significativamente mayor de
• af retomar el tabaco (Glassman, 1993).
Weiss (1994) ha descruo un programa de- sus. (Para una revLsión más detallada del tra- abusob físicos o sexuales en la infancia o ia
Los efectos de la nicotina sobre las vías
tallado de tratamiento conductual. Utilizó un tamiento de la apnea nocturna, v cap. 15.) edad adulta. Estos pacientes también han
Irenérgicas, serotoninérgicas y dopami-
inventario de problemas para evaluar los fár- sido sometidos a un mayor número de inter-
irgicas modulan los síntomas disfóricos.
macos para el asma, los signos precoces de venciones quirúrgicas a lo largo de su vida y
i activación inducida por la nicotina de las Trastornos gastrointestinales son propensos a sufrir dolor abdominal cró-
mronas dopaminérgicas que se proyectan una crisis asmática, sus desencadenantes, el
comportamiento propio y ajeno durante una nico o recurrente con múltiples quejas so-
1 las áreas prefrontales también puede Kevin W. Olden máticas (Drossman et al., 1990b). Un núme-
crisis y los efectos del asma sobre la actividad
)ntrarrestar los síntomas negativos de los R. Bruce Lydiard ro sustancial de artículos científicos encuen-
social, académica y familiar (Creer, 1979). El
icientes con esquizofrenia, lo que podría tra una mayor prevalencia de trastornos psi-
paciente también puede utilizar un diario de
mtribuir a expficar la muy elevada preva- quiátricos en los pacientes con trastornos
las crisis. Weiss intenta descubrir los factores • EPIDEMIOLOQÍA
ncia de fumadores de cigarrillos en esta intestinales funcionales que en la población
psicológicos básicos que impiden que el pa-
obfación (Tung et al., 1990). general (Blanchard et al., 1990; Clouse y Al-
ciente atienda a las señaies precoces de ad- Los trastornos gastrointestinales funciona-
vertencia o se tome ia medicación de manera les son muy frecuentes. El 69% de las perso- pers, 1986; Esler y Goulston, 1973; G. Fava
apropiada (p. ej., ei miedo a no ser adecua- nas de Estados Unidos que participaron en y Pavan, 1976; Fielding, 1977; Ford et al.,
isma do, ef miedo al rechazo y el impulso de des- una encuesta refirió que durante los tres me- 1987; Hislop, 1971; Langeluddecke, 1985;
tacar en los deportes, que conlieva la carga ses previos había experimentado síntomas Latimer, 1983; Latimer et al., 1981; Lydiard
El asma es una de fas enfermedades psi- et al., 1993; Richter et al., 1986; Talley
de mantener en secreto la vulnerabilidad). que cumplían criterios de al menos uno de
osomáticas clásicas. La activación emocio- 1993; Walker et al., 1990a, 1990b; Wender
Weiss aconseja a sus pacientes que conozcan 25 trastornos gastrointestinales distintos. El
.af (ansiedad, miedo e ira) y las sugestiones yKalm, 1983; Younget al., 1976).
los hechos y los errores sobre el asma, los 44% de la muestra refirió síntomas compati-
iueden modificar el flujo aéreo. La reactivi-
. factores emocionales y físicos que precipitan bles con trastornos funcionales del intestino Es importante, para entender a estos pa-
lad aérea a las emociones puede estar me-
y agravan un ataque, los signos precoces de grueso, el 42% con trastornos esofágicos, el cientes, conocer los factores psicológicos y
iiada por el nervio vago (la broncoconstric-
advertencia y qué hacer cuando aparezcan, y 26% de la región gastroduodenal y el 26% sociales que los conducen a solicitar asisten-
ión metacoiinérgica puede ser bloqueada
cómo relajarse y respirar abdominalmente. del área anorectal (Drossman et al., 1993). cia médica (Drossman et al., 1988; Sandler
)or la metacolina) (Isenberg et al., 1992). La
ugestión y las emociones pueden afectar de En Norteamérica, los trastornos gastroin- et al., 1984; Whitehead y Schuster, 1985).
orma preferente a las vías aéreas superiores, testinales más comunes en las mujeres que Se suele solicitar consulta por síntomas in-
nás amplias (Lehrer et al., 1986), que son Apnea del sueño er¡ los hombres son el globo, la disfagia fun- testinales cuando los síntomas depresivos, la
nervadas por neuronas colinérgicas. cional, el síndrome del colon irritable, el es- ansiedad, el dolor y los acontecimientos vi-
Durante ei sueño normal, la oxigenación treñimiento, el dolor abdominal y el dolor tales estresantes recientes los exacerban.
Los pacientes con asma deben enfrentarse
biliar funcional. En cambio, los hombres
d desafío de llevar una vida plena a pesar de disminuye y el Pco2 aumenta. En la fase 4 del
suelen experimentar con mayor frecuencia
as crisis asmáticas. Tanto la psicoeducación sueño, la respiración es regular (Fishman,
aerofagia y abotargamiento posprandial • QLOBO FARÍNQEO
:omo la relajación, el biojeedback o la terapia 1972; Hedgel y Chermack, 1988). Durante
(Drossmanetal., 1993).
ie famüia representan un papel importante en las fases de movimiefttos oculares rápidos
Los pacientes con dolor abdominal de El globo se define como una sensación de
.a atención a los pacientes con asma (Ewer y (REM) y las fases 1 y 2 del suefto no REM,
etiología desconocida tienden a presentar pienitud, de tener un cuerpo extraño o un
Stewart, 1986; Lehrer et al., 1992). Uno de los aparecen la respiración irregular y la apnea,
:osquilleo en la garganta, a nivel del cartílago ción a la presencia de trastornos del estado neralizada (36%), trastornos de somaüza- (Connell et al, 1965; Drossman et al, 1982'
xicofaríngeo, que dura al menos 3 meses. de ánimo y de ansiedad. La mayoría de los ción (20%), trastornos por abuso de sustan- Thompson y Heaton, 1980). Es la segunda
<¡o está relacionado con la deglución. No pacientes responde a una psicoterapia breve cias (20%), trastornos por angustia (4%) y causa de absentismo laboral, solamente su-
:xiste una verdadera disfagia, es decir, el pa- de apoyo. En el caso de que se detecte un fobia social (4%). perado por el resfriado común. El síndrome
iente no tiene dificultad alguna para tragar trastorno de ansiedad o del estado de ánimo Las alteraciones de la motilidad esofági- del colon irritable suele aparecer al inicio de
ólidos o líquidos. En los sujetos control sa- debería considerarse la administración de ca también suelen ser la causa de dolores la edad adulta y afecta a las mujeres aproxi-
íos es normal encontrar antecedentes de ansiolíticos y/o antidepresivos. torácicos no cardíacos (Castell y Richter, madamente el doble que a los hombres (Fiel-
^lobo (el 46% en un esLudio), y es más fre- 1987). El trasLorno de angusLia Lambién es ding, 1977, Hislop, 1971). La Labla 17-1
:uente en mujeres (Thompson, 1982). Aun- frecuente en los pacientes con dolor toráci- muestra los criterios diagnósticos del síndro-
rue el globo ha sido asociado al malestar • ALTERACIONESESOFÁQICAS co y arterias coronarias angiográficamente me del colon irritable (Connell et al., 1965;
mocional, muchos pacientes con un globo normales. Es probable que tanto las altera- Drossman et al., 1982, 1990a; Manning et
^resentan trastornos anatómicos (Moser et Se han descrito cinco patrones de altera- ciones de la motilidad esofágica como las al., 1978;ThompsonyHeaton, 1980).
il., 1991). El diagnóstico diferencial incluye ción de la motilidad esofágica: la acalasia, la crisis de angustia contribuyan a los sínto- La mayoría de los clínicos prefieren abor-
a acalasia, el espasmo esofágico difuso, las hipertensión del esfínter esofágico inferior, mas de dolor torácico en muchos de estos dajes no farmacológicos para tratar a los
esiones anatómicas en las amígdalas, la fa- el espasmo esofágico difuso, el «esófago en pacientes. Beitman et al. (1987a, 1987b) pacientes con formas leves del trastorno,
inge o el esófago, la espondilolistesis cervi- cascanueces» y los trastornos de la motili- demostraron que el tratamiento psiquiátri- como la educación, las limitaciones dietéti-
:al, el reflujo gastroesofágico, el hipotiroidis- dad esofágica no especificados. Los tres últi- co podía reducir los síntomas de dolor to- cas, las técnicas de control del estrés y la
no y las alteraciones neuromusculares de los mos son los que suelen asociarse en mayor rácico en estos pacientes. utilización de productos ricos en fibra. Los
Dares craneales IX, X o XII (Freeland et al., medida con comorbilidad psiquiátrica. El Dado que los bloqueantes de los canales médicos suelen solicitar una consulta psi-
L974; Greenberg et al, 1988). Aunque el diagnóstico de alteración de la motilidad de calcio son potentes relajantes de la mus-
2;lobo ha recibido clásicamente el nombre de esofágica solamente puede efectuarse tras culatura lisa, se esperaba que la administra-
llobus hystericus, cursa tanto con hallazgos realizar una prueba de motilidad, introdu- ción de este tipo de fármacos disminuiría los TABLA 17-1. Criterios diagnósticos del
matómicos como con los procesos de duelo, ciendo un catéter de motilidad sensible a la patrones anormales de motilidad esofágica y, síndrome del colon irritable
d trastomo de conversión, las crisis de an- presión por la nariz hasta el esófago. La uti- a su vez, los síntomas gastrointestinales. En
2ustia y la depresión (Greenberg et al, 1988; lización combinada de catéteres de profu- Síntomas continuos o recurrentes, durante al menos
un estudio con nifedipino (10-30 mg tres 3 meses, de:
^ehtinen y Puhakka, 1976). sión diminutos con registradores informáti-
veces al día) frente a placebo, las pruebas de 1. Dolor abdominal, que se alivia con la defecación
El globo tiende a disminuir de forma es- cos ha eliminado gran parte de las dificulta- o que se asocia a cambios en la frecuencia o la
motilidad esofágica mejoraron en el grupo
aontánea. Aunque el biofeedback y la terapia des técnicas de las anteriores pruebas de consistencia de la evacuación; y/o
tratado, pero el malestar psicológico y los
ie conducta han demostrado una eficacia motilidad, haciendo que el procedimiento 2. Alteraciones en la defecación (tres o más de los
síntomas esofágicos continuaron igual siguientes síntomas, al menos el 25% de las oca-
:erapéutica relativa (Hayes, 1976), ningún sea mucho más cómodo para los pacientes siones)
(Richter et al, 1987). Este estudio sugiere
msayo clínico amplio y controlado ha de- (Castell y Richter, 1987). • Alteración de la frecuencia de la evacuación
que la terapia enfocada a tratar el malestar
mostrado de forma fehaciente la eficacia de La mayoría de los pacientes con trastor- • Alteración de la forma de evacuación (dura o
emocional es mucho máseficaz para la reso- blanda/acuosa)
:ste tipo de intervenciones. nos de la motilidad esofágica presenta tras- lución de los síntomas que el tratamiento • Incontinencia o urgencia, sensación de eva-
El psiquiatra de interconsulta debería tornos psiquiátricos del Eje I. Clouse y centrado en el trastorno de la motilidad. cuación incompleta
• Episodios de mucus
;onsiderar en primer lugar la posibilidad de Lustman (1983) encontraron en este grupo • Sensación de distensión abdominal
un diagnóstico orgánico. A continuación de pacientes una prevalencia de trastornos Si se detectan los síntomas anteriores, deben realizar-
debería elaborarse una historia clínica cen- psiquiátricos del 84%, frente al 31% obser- BTÍNDROME DEL COLON IRRITABLE se pruebas de laboratorio que incluyan hemograma
trada en los aspectos psicológicos y sociales, vado en un grupo de sujetos control. Los completo y tasa de sedimentación eritrocítica, y eva-
luaciones sigmoidoscópicas u ópticas. La necesidad
a fin de identificar cualquier acontecimien- pacientes con trastornos de la motilidad El síndrome del colon irritable es un tras- de exploraciones adicionales se determina clínica-
to vital estresante, y un examen del estado esofágica presentaban trastornos depresivos torno frecuente y, en ocasiones, debilitante, mente (Drossman et al, 1990a)
mental. Debería prestarse una especial aten- mayores (52%), trastornos de ansiedad ge- que afecta al 8-17% de la población general Drossman et al., 1990a.
iátrica cuando los pacientes no respon- Del 27% de los pacientes con síndrome del pacientes con enfermedad inflamatoria in- lidad de vida más que reducir simplemente
n a este tipo de medidas. colon irritable que sufrían un trastorno de testinal suelen presentar deterioro psicoló- los síntomas físicos.
Drossman y Thompson (1992) han suge- angustia, casi todos presentaban agorafobia gico y social significativo, independiente
o que para el tratamiento de los pacien- derivada del miedo a perder el control in- de las anomalías metabólicas (Drossman,
con un síndrome del colon irritable, los testinal. El trastorno obsesivo-compulsivo 1989). Enfermedades renales
nicos deberían: a) programar citas regula- también se ha asociado al síndrome del co- Comparados con otras enfermedades
; para poner de manifiesto que el clínico lon irritable (Olden, 1994). En este estu- crónicas, los pacientes con enfermedad in- Lewis M. Cohen
compromete con el paciente a largo pla- dio, el 42% de los pacientes con este tras- flamatoria intestinal no presentan una fre-
, b) advertir al paciente que el síndrome torno cumplía los criterios diagnósticos cuencia significativamente mayor de tras-
i colon irritable suele ser una enfermedad del síndrome de colon irritable, frente al tornos psiquiátricos. Tampoco se ha encon- • TRASPLANTERENAL
mica que requiere un tratamiento pro- 29% de los sujetos control que no lo pre- trado ninguna relación entre la gravedad de
ígado, c) efectuar un diagnóstico positivo sentaban. la enfermedad y la presencia o ausencia El trasplante renal y los distintos tipos de
síndrome de colon irritable para garanti- Los tratamientos de primera elección so- de un trastorno psiquiátrico (Helzer et al., diálisis han transformado el destino de las
' al paciente que no sufre una enferme- lamente consiguen una remisión parcial de 1984). Sin embargo, se ha encontrado ten- personas que se encontraban en los estadios
d grave como el cáncer y d) definir objeti- los síntomas afectivos o de ansiedad. Aun- dencia al «pensamiento obsesivo» en los finales de una enfermedad renal y han per-
5 terapéuticos razonables, como una me- que existen varios estudios que han demos- pacientes con colitis ulcerosa. Asimismo, mitido que los psiquiatras de enlace puedan
adaptación, en vez de la eliminación de trado la eficacia de psicofármacos como los los pacientes con colitis ulcerosa sometidos atender los aspectos psiquiátricos de sus
síntomas. La terapia psicológica puede antidepresivos tricíclicos y las benzodiace- a colectomía tenían mayor probabilidad de nuevas vidas.
ar indicada para algunos pacientes que pinas en el síndrome del colon irritable, di- presentar un trastorno psiquiátrico. Muchas personas han sobrevivido más
:
ren factores estresantes psicológicos y chos estudios presentan graves deficiencias La interconsulta psiquiátrica de los pa- de 20 años a un trasplante de riñón, y en la
:iales graves. (K. B. Klein, 1988). Se ha prestado poca cientes con enfermedad inflamatoria intes- bibliografía empezamos a observar infor-
atención a los diagnósticos psiquiátricos. tinal requiere más que el mero estableci- mes a largo plazo, como el de Gorlen et al.
Aun así, los datos disponibles, aunque limi- miento de la presencia o ausencia de un (1993), en Noruega, que evaluó la calidad
imorbílídad psiquiátríca en los tados, sugieren qua el tratamiento farmaco- trastorno psiquiátrico. Incluye la evalua- de vida de 33 pacientes que habían sido so-
cientes con síndrome del colon irritable lógico del trastorno mental reduce tanto los ción de la calidad de vida del paciente: su metidos a un trasplante de riñón un prome-
síntomas psiquiátricos como los gastroin- capacidad para realizar las actividades coti- dio de 15,6 años antes. Prácticamente toda
Los pacientes que consultan por síndro- testinales (Lydiard et al, 1991; Noyes et al., dianas, para alcanzar un grado razonable la muestra refirió una buena calidad de
: del colon irritable presentan una eleva- 1990;Tollefsonetal., 1991). de satisfacción sexual y la posibilidad de vida, y el 76% se encontraba totalmente re-
frecuencia de trastornos psiquiátricos. moverse libremente (Bergner et al., 1981; habilitado y laboralmente activo. Los tras-
iiard et al. (1993) evaluaron la presencia Drossman, 1989; Meyers et al., 1980). El plantes renales sirven actualmente como
trastornos psiquiátricos en pacientes con psiquiatra de enlace debe colaborar con to- punto de referencia en la comparación para
• ENFERMÉDADINFLAMATORIA
drome del colon irritable resistente a tra- dos los miembros del equipo multidiscipli- las investigaciones sobre otros órganos,
INTESTINAL
ciiento remitidos a una unidad universita- nario, incluyendo las enfermeras, los ciru- como el trasplante de médula ósea (Andry-
de gastroenterología, y encontraron que Los pacientes con enfermedad inflama- janos y los gastroenterólogos, en la formu- kowskietal., 1990).
94% de los pacientes presentaba antece- toria intestinal, enfermedad de Crohn o lación de las estrategias terapéuticas. Ade- Los psiquiatras y los trabajadores sociales
ites de trastornos psiquiátricos mayores. colitis ulcerosa pueden presentar graves más de la terapia psicológica y la psi- forman parte de la mayoría de los equipos
is del 80% presentaba un trastorno psi- desequilibrios hidroelectrolíticos a causa cofarmacológica, los pacientes pueden so- de trasplante y seleccionan y apoyan a po-
iátrico activo, básicamente del estado de de la diarrea. La hematoquecia crónica y la licitar la ayuda de las asociaciones de tenciales receptores y donantes (Fricchione,
mo y de ansiedad. mala absorción de las sustancias nutritivas pacientes. El apoyo que reciben puede in- 1989). (Para una revisión más detallada de
Muchos pacientes no eran conscientes pueden provocar una anemia grave (Gins- crementar en gran medida su capacidad de las cuestiones implicadas en el trasplante
que sufrían un trastorno psiquiátrico. berg y Albert, 1989; Gitnick, 1990). Los adaptación: el objetivo es maximizar la ca- de órganos, v cap. 19.)
blemente peor (Barrett et al., 1990; Evans et empezado a aceptar que la diálisis es un Síndromes neuropsíquiátricos
• DIÁLISIS
al., 1985). Los investigadores implicados en tipo de tratamiento de soporte vital que
Capacidad sexual tres estudios prospectivos han concluido puede ser interrumpido (Chazan, 1990; La insuficiencia renal crónica causa al-
que, comparados con una población some- Epstein, 1979; Neumann, 1992). teraciones sutiles y subclínicas en la capa-
Harry Abrams (Abrams et al, 1975) en- tida a diálisis, los pacientes con riñón tras- Aunque algunos programas de diálisis de- cidad de concentración, la solución de
contró que el 75% de una muestra de hom- plantado consiguen mejores resultados te- niegan la interrupción del tratamiento (Fis- problemas y el cálculo. La uremia avanza-
bres con una enfermedad renal en su esta- rapéuticos físicos y emocionales (Parfrey et her et al., 1986), el 90% de los nefrólogos da causa deterioro de los procesos menta-
dio fmal refería haber expenmentado una al., 1989; Russell et al, 1992, Sunmuns et consultados considera que la interrupción les, letargia, asterixis, mioclonías multifo-
reducción de la potencia sexual. La reduc- al., 1981). La presencia de antecedentes del tratamiento es una opción válida (P A. cales y otras alteraciones neuroconductua-
ción de la potencia se definió operativa- psiquiátricos predice la aparición de sínto- Singer, 1992). Kjellstrand et al. (Kjellstrand les. Aunque estas alteraciones pueden ser
mente como una reducción mínima del mas psiquiátricos tras el trasplante (Sensky y Dossetor, 1992; Neu y Kjellstrand, 1986) reversibles mediante la diálisis, existen
50% en la frecuencia de las relaciones se- 1989). refieren que la interrupción de la diálisis fue déficit sutiles que persisten incluso en los
xuales. Un estudio reciente también subra- No es prudente que el clínico considere el la segunda causa de mortalidad en su mues- pacientes que responden a la diálisis (Os-
ya la presencia de alteraciones sexuales e in- trasplante como la panacea. Las personas so- tra (23% de las muertes). Los datos de la berg et al., 1982). La adaptación indivi-
fertilidad y demuestra la obtención de una metidas a hemodiálisis pueden encontrarse ESRD Network of New England indican que dual de la diálisis puede tener efectos po-
mejoría parcial tras el trasplante (Schover et más aisladas y más receptivas a los benefi- aproximadamente el 20% de los pacientes sitivos sobre estas alteraciones sutiles. En
al., 1990). La administración de testostero- cios psicológicos y sociales que conllevan muere cada afto, y que en el 10% de las general, los pacientes mejor dializados
na o la reducción de las dosis de corticoste- los programas de diálisis estructurados. muertes, éstas están precedidas por la deci- presentan menos anomalías electroencefa-
roides o antihipertensivos pueden contri- La disminución de la calidad de vida y la sión de interrumpir la diálisis (ESRD Net- lográficas, mayor capacidad de concentra-
depresión son particularmente acusadas en work of New England, 1990). ción y menos alteraciones del suefto (Tes-
buir a la mejoría de los problemas de poten-
cia sexual (Dubovsky y Penn, 1980). Tam- las personas sometidas a un trasplante falli- La mayoría de las personas con una en- chanetal., 1983).
bién puede valorarse la inserción de una do que deben someterse posteriormente a fermedad renal en fase terminal no hace un En los pacientes con insuficiencia renal
prótesis peneana (Gulledge et al., 1983). diálisis (Bremer et al., 1989). Este subgrupo testamento vital, no habla directamente con crónica sometidos a diálisis también se ha
Sin embargo, la mayoría de los programas de pacientes debe enfrentarse con la decep- su familia sobre la muerte, no comenta este detectado un deterioro de la inteligencia
de diálisis siguen ignorando la presencia de ción adicional experimentada por el perso- tema con el personal médico y no utiliza las global según la versión revisada de la Es-
problemas sexuales. nal sanitario y la familia. Además, suele lu- opciones legales disponibles (L. M. Cohen cala de inteligencia de Wechsler para
char denodadamente con la culpa secunda- et al., 1991; Holley et al., 1993; Husebye et adultos (Wechsler Adult Intelligence Scale-
ria a la creencia de haber «sacrificado» o al, 1987; Reilly 1990). Las personas some- Revised, Wechsler, 1981). Esta disminu-
Calídad de vída «malgastado» un riñón. tidas a diálisis no están tan preocupadas por ción se debe, en parte, a la lentitud en la
la muerte como por las actividades cotidia- ejecución de las pruebas. Aunque las ha-
La mayor parte de los estudios psicoso- nas (Norton, 1969). bilidades verbales se mantienen, las capa-
ciales sobre la fase final de la enfermedad Cuestíones éticas e interrupción En nuestro estudio prospectivo sobre 19 cidades manipulativas se deterioran. La
renal ha llevado a los investigadores a la de la díálísis pacientes y sus familias que decidieron inte- memoria, en particular la memoria de tra-
conclusión de que los pacientes sometidos a rrumpir la diálisis, ninguno de los pacientes bajo, es la función más gravemente afecta-
trasplante gozan de una calidad de vida me- Actualmente, el 50% de los pacientes que fue capaz de tomar esa decisión presen- da. Muchos pacientes se quejan de proble-
jor (Bentdal et al., 1991; Piehlmeier et al., que inician una terapia de diálisis en Esta- taba ideación autolítica, irracional o un tras- mas de concentración, que se incremen-
1991; Simmons et al., 1984), similar a la de dos Unidos es mayor de 60 aftos (Kutner y torno psiquiátrico mayor. Habían decidido tan considerablemente durante los inter-
los pacientes sometidos a diálisis peritoneal Brogan, 1990). Dado que en este tipo de que el deterioro físico progresivo les impedía valos entre la diálisis (West, 1978).
domiciliaria (Bremer et al., 1989). Por otra población suele haber mayor número de disfrutar de la vida y que la diálisis prolonga- El diagnóstico diferencial de los síndro-
parte, los pacientes sometidos a hemodiáli- personas con diabetes y demencia, así como ba el sufrimiento más que la vida (L. M. Co- mes neuropsiquiátricos en el paciente con
he
sis presentan una calidad de vida considera- pacientes geriátricos, los nefrólogos han n et al, 1993; McKegney y Lange, 1971). insuficiencia renal crónica incluye la hiper-
calcemia, la hipofosfatemia, la hipogluce- plicación a este fenómeno es confusa, puede (Stoudemire et al, 1991). El protocolo re- quiátrica. Cuando los síntomas y/o signos
mia, la hiperglucemia, la hiponatremia, la estar relacionada con una elevación de los quiere la determinación de una dosis ade- sugieren la presencia de una alteración en-
hipernatremia, la intoxicación debida a fár- niveles de metabolitos tricíclicos hidroxila- cuada (por lo general, 300-600 mg), que se docrina o cuando el paciente presenta un
macos, la encefalopatía hipertensiva, los dos (Dawling et al, 1982). Los informes de administra después de la diálisis. Los niveles síndrome psiquiátrico atípico (sin encon-
trastornos cerebrovasculares, los hemato- casos sugieren que los pacientes toleran me- plasmáticos de litio se comprueban 2-3 ho- trarse en la edad de riesgo, con síntomas m-
mas subdurales, la meningitis, la encefalitis jor los inhibidores selectivos de la recapta- ras después. Algunas alternativas al litio, sólitos, sin antecedentes familiares, sin res-
y la hidrocefalia normotensiva. En los gru- ción de serotonina, así como otros fármacos como el valproato o el verapamilo, pueden puesta al tratamiento habitual, etc), deben
pos de nesgo debe tenerse en cuenta la en- como el bupiopióu. Un estudio farmacoci- ser úüles para este tipo de pacientes. efectuarse pruebas de laboratorio adiduna-
cefalopatía debida a VIH. nético sobre pacientes depresivos con altera- les. Si no se observan signos o síntomas de
La demencia debida a diálisis es un síndro- ción renal grave sometidos a hemodiálisis, una enfermedad endocrina específica, no
me específico descrito por primera vez a prin- demostró que las concentraciones plasmáti- •"CONCLUSIÓN suelen realizarse pruebas endocrinas, in-
cipios de los años 70, que cursa con una en- cas de dosificaciones normales de fluoxetina cluidas las tiroideas (Bauer et al., 1991).
cefalopatía progresiva, tartamudeo, disartria, no se alteraban (Bergstrom et al., 1993). La mayoría de los pacientes sometidos a Obviamente, si el diagnóstico diferencial in-
disfasia, alteraciones de la memoria, depre- programas de diálisis son personas psicoló- cluye algún trastorno endocrino, es necesa-
sión, paranoia, mioclonías y crisis comiciales. Ansiolíticos. Es probable que sea me- gicamente sanas que, de repente, deben rio que el psiquiatra realice como mínimo
En el curso de aproximadamente un año, el jor evitar las benzodiacepinas con metaboli- afrontar nuevas y muy exigentes tensiones y un examen físico, en busca de signos de al-
síndrome puede progresar hasta la demencia tos farmacológicamente activos, como el demandas. La vida de la persona sometida a teración endocrina.
global y la muerte. La presencia de este sín- diacepam (Levy, 1985). La mayoría de los hemodiálisis puede llegar a incluir 17 medi-
drome se correlaciona con concentraciones clínicos confía en el loracepam, el clonace- caciones distintas a diario, enormes gastos
elevadas de aluminio en el tejido cerebral de pam, el oxacepam y el temacepam. Las do- farmacéuticos y médicos, dolor intermiten- • DIABETESMELLITVS
los pacientes y se ha asociado claramente con sificaciones suelen ser la mitad o dos tercios te y fatiga, incertidumbre en cuanto al futu-
apariciones de múltiples casos en las unida- de las administradas a l o s pacientes sin alte- ro, largas listas de espera para un trasplante, Las enfermedades psiquiátricas que se
des de diálisis en las que el abastecimiento de raciones renales (Levy, 1985). una dieta rígida, dependencia de los demás asocian con mayor frecuencia a la diabetes
agua había sido contaminado por concentra- para el cuidado básico y compartir la expe- mellitus son la ansiedad y la depresión (ta-
ciones excesivas de aluminio. Dado que en la Antipsicóticos. Teóricamente, cabe pen- riencia de compañeros que se deterioran bla 17-2). Dado que el tratamiento controla
actualidad, el proceso de potabilización del sar que estos pacientes tienen mayor riesgo progresivamente o mueren. la diabetes pero no la cura, los pacientes
agua en Estados Unidos elimina el aluminio, de presentar un síndrome neuroléptico ma- Es un placer y un desafío para los psi- con síntomas psiquiátricos persistentes que
la incidencia de la demencia debida a diálisis ligno debido a las acusadas oscilaciones eni quiatras trabajar con los pacientes que pa- reciben tratamiento pueden presentar me-
ha disminuido notablemente. las concentraciones de l o s líquidos y la des- decen una enfermedad renal en fase termi- nos comorbilidad (tabla 17-3). Actualmen-
hidratación asociada al tratamiento (Stou- nal y con el personal que se ocupa de, ellos. te, las intervenciones más adecuadas inclu-
demiré et al., 1991). Asimismo, los fárma- yen fármacos específicos para cada síndro-
Fármacos psicotrópicos cos neurolépticos p u e d e n disminuir el um- me, o terapia cognitivo-conductual.
bral para las crisis comiciales, pero se utili- ^ Trastomos endocrinos
Antidepresivos. Los clínicos siempre zan de forma rutinaria c o n dosis de partidaa
han estado atentos a la posible presencia de algo inferiores a lo habitxaal. Los de alta po- R
ogerKathol • HIPOTIROIDISMO
depresión en este tipo de pacientes y han tencia parecen ser especialmente bien tole-
ts
utilizado ampliamente los antidepresivos rados (Levy, 1985). importante reconocer qué trastornos Aunque la depresión y la ansiedad son
tricíclicos. Lamentablemente, los pacientes ^cnnos se asocian con más frecuencia muy frecuentes entre los pacientes con hi-
sometidos a diálisis parecen ser más sensi- Eutimizantes. - L o s pacientes sometidosi: síndromes psiquiátricos específicos (ta- potiroidismo, la principal preocupación son
bles a los efectos secundarios de estos fárma- a diálisis no eliminan el litio y no requie' '-2) porque pueden influir en los sín- los déficit cognoscitivos que pueden apare-
cos (Stoudemire et al., 1990). Aunque la ex- ren suplementos diarios entre tratamiento5 presentes en una primera visita psi- cer como consecuencia de los cambios en la
a ctividad metabólica del SNC. Por tanto, Por tanto, no es necesario iniciar ninguna in-

uier
o 2
O o- - deben evaluarse las capacidades cognosciti-
E tervención psiquiátrica hasta haber completa-

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vas y adaptar el estilo de vida hasta que se do un tratamiento con fármacos antitiroideos

33-
5 p-, ro 00
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haya conseguido establecer un tratamiento yodina radiactiva o cirugía tiroidea. Como es
adecuado. Es importante realizar una eva- lógico, los síntomas de ansiedad desaparece-
luación longitudinal, porque los estudios de rán en relación directa a la reducción de los
R 3 2 2
seguimiento de la demencia (Clarfield, niveles de la hormona tiroidea. Los síntomas
l rH i n ?- t í vO S-
dcpresivos no cstán dirccLa.mt.nle íelaciona-
3 1338) sugicrcn quc cl tratamicnto dcl hipo'-
tiroidismo no subsana necesariamente los dos con los niveles de tiroxina.
déficit de memoria.
El tratamiento de la carencia tiroidea re-
13
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suelve los síntomas psiquiátricos en la mayo- • HIPERPARATIROIDISMO
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0-8
3 o-
* •
ría de los pacientes que presentan síntomas
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I depresivos o de ansiedad concurrentes con Los síntomas del estado de ánimo son
un estado hipotiroideo. Sin embargo, si estos frecuentes entre los pacientes con este tipo
síntomas no mejoran tras un suplemento de trastorno. Varias series de casos sugieren
-r E adecuado durante un período de 1 mes a que la gravedad de los síntomas se intensifi-
6 semanas, el clínico debería considerar es- ca a medida que se incrementa el nivel de
rA trategias alternativas de intervención psi- hipercalcemia. El delirium, la psicosis y el
quiátrica directa (tabla 17-3). Evidentemen- deterioro cognoscitivo son más frecuentes
te, si un paciente presenta síntomas depresi- entre los pacientes que presentan niveles de
vos o de ansiedad con riesgo vital o suma- calcio superiores a 15 o l 6 mg/dl. Los sínto-
mente debilitantes, puede intentarse un mas depresivos, pero no los cognoscitivos,
es Í# #J o# * 3 £, g ^ abordaje farmacológico breve mientras se es- tienden a remitir con el tratamiento (Brown
n t N tS|?£ peran los efectos del suplemento hormonal. et al., 1987). Aunque los síntomas cognos-
' 00 ^ rki rN
citivos pueden mejorar, suelen permanecer
síntomas residuales.
• HIPERTIROIDISMO

*a? Al igual que en los pacientes con hipotiroi- • SÍNDROMEDECUSHINQ


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m f? ^O rN co rN dismo, la depresión y la ansiedad son fre-
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O fN i^, cuentes entre los pacientes con hipertiroidis- La mayoría de los estudios indican que el
mo. En la mayoría de los casos no es difícil 50-80% de los pacientes con síndrome de Cu-
identificar a los pacientes hipertiroideos a shing también presenta síntomas depresivos
C partir de los signos y los síntomas de la enfer- entre leves y graves (v tabla 17-2). También
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medad. En más del 90% de los casos que pre- se han encontrado síntomas depresivos entre
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-a sentan síntomas depresivos y de ansiedad
<! « moderados y graves hasta en un 50% de estos
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asociados a hipertiroidismo y que no presen- pacientes. Muchos de ellos presentarán sínto-
•3 tan un trastorno mental previo, el mero trata- mas psicóticos como cuadro inusual de la de-
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Pr o miento del hipertiroidismo suprimirá los sín- presión asociada a enfermedad médica. Por
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tomas mentales (Kathol y Delahunt, 1986). tanto, es fundamental que parte de la evalua-
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ción médica de las personas con síndrome de presencia de síntomas psiquiátricos en tivo global (demencia) (Yagnik y Cohen, Defíciencia de cobalamina
Cushing incluya el estado de ánimo. los pacientes con enfermedad de Addi- 1988). La acción de los autoanticuerpos (vitamina BJ
En los pacientes con depresión puede ser son. Por esta razón, es imposible determi- sobre las membranas neuronales puede ex-
necesario iniciar un tratamiento antidepresivo nar si se observa una mayor frecuencia de plicar la mayoría de estas alteraciones. Es-
Donna B. Qreenberg
mientras se espera la resolución de las mani- sintomatología psiquiátrica en ellos o si lo tos autoanticuerpos alcanzan el cerebro a
festaciones físicas y psiquiátricas del síndrome que se describió como síntomas psiquiá- través de brechas en la barrera hematoen- La dosis diaria imprescindible de cobala-
de Cushing mediante tratamiento quirúrgico tricog no eran más que la apatía, la fatiga cefálica creadas por la vasculitis inmunita- mina es baja, por tanto, es poco probable
y/o medico de ia causa de ia hipercorüsole- y ia ieiargia asociadas ai uaslorno euuo- na cBluestem, 1987). Las alteraciones he- que aparezca un estado de carencia en los
mia. Tal intervención puede incluir terapia crino. matológicas autoinmunes son más frecuen- pacientes con una capacidad de absorción
farmacológica o TEC en los pacientes más gra- tes entre los pacientes con lupus y síntomas normal. La carencia aparece en pacientes
ves. En los menos graves, el tratamiento pue- neuropsiquiátricos. En los pacientes con con anemia perniciosa (pérdida autoinmu-
de ser complementado con terapia cognitivo- • CONCLUSIÓN meningitis aséptica y síndromes neurológi- ne de factor intrínseco y gastritis atrófica) y
conductual o de apoyo. En última instancia, cos focales se detecta elevación de las pro- en pacientes con gastrectomía completa o
todos los síndromes afectivos debidos al sín- Varias enfermedades endocrinas se aso- teínas en el líquido cefalorraquídeo y pleo- una intervención intestinal que permite el
drome de Cushing se resolverán con el mero cian con una elevada frecuencia de sínto- citosis. Las técnicas de neuroimagen reve- crecimiento excesivo de bacterias en el fon-
control del exceso de cortisol. mas o síndromes psiquiátricos. En la ma- lan una atrofia perisurcal (Bresnihan, do de saco intestinal. Otras circunstancias
Es difícil distinguir a los pacientes con yoría de los casos, estos síntomas se re- 1982). Parte del deterioro neurológico se que predisponen a este tipo de trastorno
síndrome de Cushing de los que presentan suelven con el tratamiento adecuado del asocia a la presencia de vasculitis capilar son la mala absorción secundaria a gastritis
una hiperactividad del eje hipotálamo-hi- trastorno endocrino. Si se detectan sínto- inflamatoria, que suele cursar con lesiones atrófica, una enfermedad ilíaca y una dieta
pófiso-suprarrenal debida a una depresión mas psiquiátricos, puede informarse al pa- focales. estrictamente vegetariana. La deficiencia de
primaria. Para diferenciar estos dos trastor- ciente sobre su respuesta al tratamiento Es probable que los síndromes del esta- vitamina B12también es frecuente entre los
nos, debe tratarse inicialmente la sintoma- del trastorno endocrino y sobre la probabi- do de ánimo sean los cuadros psiquiátri- pacientes con síndrome de inmunodeficien-
tología depresiva y a medida que se resuel- lidad de requerir otro tipo de atención psi- cos más frecuentes en los pacientes con cia adquirida (SIDA) (Mantero-Atienza et
ve, determinar si persiste la hipercolestero- quiátrica. lupus (Baker, 1973; Grigor et al., 1978), al., 1991).
lemia, lo que constituye una evidencia de pero las alteraciones del estado de ánimo Cuanto antes se instaure un tratamiento,
que la depresión podría deberse a síndrome no siempre dependen de la afectación ce- mejor. La capacidad de reversión del dete-
de Cushing. Asimismo, el paciente podría rebral debida al lupus. Los pacientes con rioro cerebral debido a una carencia de vita-
ser sometido a una prueba de perfusión de Lupus erítematoso sistémico
lupus eritematoso sistémico suelen ser mina B12 depende del tiempo de evolución
factor liberador de corticotropina (CRF). tratados con esteroides, lo que incrementa de la enfermedad. La reversión de una de-
Los pacientes con síndrome de Cushing Donna B. Qreenberg el riesgo de aparición de síndromes del es- mencia de larga evolución debida a carencia
presentarán un incremento de la respuesta tado de ánimo y psicosis debidos a este- de cobalamina puede ser difícil, pero si el
de la hormona adrenocorticotropa (ACTH) El delirium, los trastornos del estado de roides. Las alteraciones metabólicas (p. clínico está alerta a sus indicios, puede pre-
a la perfusión del CRF, mientras que tienen ánimo, las crisis generalizadas y los signos e
j-, debidas al deterioro renal) pueden au- venirse. Además de la elevación del volu-
depresión primaria presentarán un aplana- de implicación difusa de alteraciones del mentar la probabilidad de aparición de men corpuscular medio, existen otros indi-
miento de la respuesta. SNC son síntomas comunes del lupus eri- crisis y delirium. En la práctica, las opcio- cios de carencia de vitamina B12, como los
n
tematoso sistémico 0- Singer y Denburg, es de tratamiento para el lupus del SNC déficit neurológicos periféricos: pérdida si-
1990). Los cuadros psiquiátricos más fre- mcluyen el aumento de la dosificación de métrica y progresiva de la fuerza en las ex-
e
• ENFERMEDADDEADDISON cuentes son la psicosis breve reactiva o atí- steroides, la adición de anticonvulsos y tremidades inferiores, parestesias y sensa-
pica, el delirium, las crisis generalizadas antidepresivos y para la depresión grave, ción de déficit postural que provoca que los
Desde mediados de los años 50 existen primarias, las crisis parciales complejas, la !a TEC (Allen y Pitts, 1978; Douglas y pacientes anden con paso débil, inestable y
pocos estudios que hayan investigado la mielitis transversa y el deterioro cognosci- Schwartz, 1982; Guze, 1967). torpe.
• SÍNDROMEDEFATIQACRÓNICA dolor somatomorfo, requiere que se atien-
El tratamiento requiere la restitución de dera que uno de sus síntomas básicos es el
dan las reacciones emocionales, las nece-
la vitamina B12 mediante frecuentes inyec- sueño no reparador, asociado a intrusiones
Los investigadores siguen buscando las sidades funcionales, el reentrenamiento
ciones intramusculares durante el primer persistentes de ondas a en las fases REM y
causas de otras enfermedades que cursan con cognitivo y el incremento gradúal de la ca-
mes y mensuales de mantenimiento. Varios no REM del sueño (Moldofsky y Lue,
fatiga persistente. Estudios recientes no con- pacidad aeróbica. Estos pacientes suelen
estudios sugieren que la administración de 1980). La fatiga está presente en el 81% de
firman la hipótesis de que la infección crónica sentirse despreciados si se supone que sus
un régimen oral de 1 mg de vitamina Bu al los pacientes con fibromialgia, las alteracio-
o recidivante por el virus de Epstein-Barr ex- síntomas son puramente psicológicos. Es
día puede ser un tratamiento de manteni- nes del sueño en el 75% y la ansiedad en el
plique los síntomas persistentes de fatiga. Los randamental reconocer la validez de su su
miento suficiente para muchos pacientes 45-55% (Wolie et ai., 1990). Existen dos
criterios de trabajo fueron definidos por con- frimiento.
(Hitchcock y Toendle, 1991; Lederle, 1991). tratamientos que han demostrado ser efica-
senso en 1988 (Holmes et al., 1988) y 1994 Los nuevos criterios excluyen la depre-
ces en estudios controlados: 25 mg de ami-
(Fukadaetal, 1994) (fig. 17-1). sión mayor con síntomas psicóticos o me-
triptilina con y sin naproxeno (Carette et
al., 1986; Goldenberg et al., 1986), y ciclo- Los pacientes con síndrome de fatiga cró- lancólicos, el trastorno bipolar, la esquizo-
Fatiga nica suelen cumplir criterios de algún tras-
benzaprina más otro tricíclico (Bennett et frenia, la demencia, la anorexia nerviosa o
al., 1988). En un estudio más reciente a do- torno psiquiátrico: depresión mayor (35- la bulimia nerviosa. El abuso de sustancias
Donna B. Qreenberg 75%), trastorno de angustia (5%), distimia en los 2 últimos años es un criterio de ex-
ble ciego y controlado con placebo de 208
pacientes, que cumplían los criterios del (5%) y trastorno de somatización (10-15%) clusión, pero no el trastorno de ansiedad o
La fatiga es uno de los síntomas que se
año 1990, la eficacia de 50 mg de amitripti- (Abbey y Garfinkel, 1990). El síndrome de la depresión no melancólica (Fukada et al.,
escuchan con más frecuencia en la consulta
lina o de 30 mg de ciclobenzaprina no se fatiga crónica es sumamente heterogéneo. 1994).
médica (National Ambulatory Medical Care
mantuvo superior al placebo al cabo de 6 Katon y Russo (1992) informan que los pa- Los factores más importantes para la pre-
Survey 1978). Es tarea del médico encon-
meses de seguimiento (Carette et al., 1994). cientes con gran número de síntomas físicos dicción de la persistencia de la enfermedad al
trar explicaciones serias y abordables a par-
El American College of Rheumatology ha carentes de etiología médica, como los que cabo de 2,5 años son más de ocho síntomas
tir de la historia clínica, el examen físico y cumplen criterios de fatiga crónica, presen-
redefinido recientemente la fibromialgia médicos inexplicados, antecedentes de disti-
las pruebas de laboratorio habituales. Tres tan una elevada prevalencia de diagnósticos
como un trastorno por dolor generalizado mia, duración del síndrome superior a 1,5
síndromes —la fibromialgia, el síndrome de psiquiátricos a lo largo de su vida, tienden
con zonas de hiperalgesia específicas, pero la años, bajo nivel educativo y edad avanzada.
fatiga crónica y el síndrome de fatiga posví- a amplificar sus síntomas y experimentan
fatiga no es un criterio diagnóstico porque : Ningún examen físico previo o prueba inmu-
rico— representan los diagnósticos con- un grado de incapacidad mayor de lo espe-
también es muy frecuente en pacientes con i nológica o vírica es capaz de predecir la per-
temporáneos que reciben los pacientes que rado.
diagnósticos comparables, como la artritis í sistencia de los síntomas (Clark et al, 1995).
refieren una fatiga persistente sin evidencias
reumatoide (Wolfe et al, 1990). Los criterios I No existe un tratamiento específico para
de otro diagnóstico médico. En los tres sín-
para la fibromialgia incluyen la presencia $• el sindrome de fatiga crónica (Dawson y Sa-
dromes, la frecuencia de diagnósticos psi- bin
persistente de dolor generalizado izquierdo y ] > 1993). Gantz (1993) sugiere la admi- SÍNDROMES SECVNDARIOS AINFECCION,
quiátricos, especialmente de trastornos de
derechó, superior e inferior a la cintura y en C 'stración de fármacos antiinñamatorios no POTENCIALMENTE ASOCIADOS
ansiedad y del estado de ánimo, es mayor
las zonas cervical, dorsal o lumbar. Deben f1 'íeroideos para los dolores musculares y AL SÍNDROME DE FATIQA CRÓNICA
que en la población general.
identificarse 11 de 18 zonas de hiperalgesia P artralgias, antihistamínicos no sedantes
mediante palpación digital; el paciente debe ^ las alergias y fármacos antidepresivos Síndrome posvírico
l
referir dolor tras la aplicación de una fuerza P °s síntomas depresivos, la ansiedad y
• FIBROMIALQIA
no superior a 4 kg. Aunque la eliminación de fL somnio. Este autor descarta remedios Sin duda, el malestar agudo vírico es un
;
la fatiga como criterio desvíe la atención ha- j no probados. Debe tenerse en estado de anergia asociado a somnolencia y
La fibromialgia es un síndrome de dolor la r
Í' P esencia oculta de abusos de sus- elevación de las citoquinas, pero no se ha
muscular generalizado con alteraciones sig-
cia un trastorno muscular, los pacientes deri- : > trastornos primarios del sueño o de descubierto ningún virus implicado en el
nificativas del sueño y fatiga, sin signos de
trastorno vascular colágeno susceptible de
vados a los servicios de reumatología presen.- ' üp0 I n ° n C o n hipomanía (trastorno bipolar síndrome de fatiga crónica. Los pacientes
tan un grado elevado de fatiga y una frecuen- ; tr
atamiento, como en el caso del con fatiga crónica, como gran parte de la
ser detectado por el reumatólogo. Se consi-
te comorbilidad psiquiátrica.
Evaluación clínica de los casos con fatlga prolongada o crónica mediante: población, presentan serologías que confir- Enfermedad de Lyme
A. Historia clínica y examen físico man la exposición a varios tipos de virus
B. Examen del estado mental (las alteraciones requieren un examen psiquiátrico, psicológico o (Levineetal., 1992).
neurológico apropiados) La enfermedad de Lyme se debe a la es-
C. Pruebas bioquímicas (ios resultados anormales que sugieren la presencia de una enfermedad Basándose en la premisa de que los virus piroqueta Borrelia hurgdorjeri que, como la
excluyente deben aclararse) pueden reactivarse o persistir cuando se de- neurosífilis, posee características neurotó-
1. Pruebas de detección de laboratorio: HC, TSG, ALT, proteína total, albúmina, globulinas, prime el sistema inmunológico, los científi-
fosfatasa alcalina, Ca, P0 4 , glucosa, BUN, electrólitos, creatinina, TSH y AO
xicas tardías. El diagnóstico es clínico y se
2. Pruebas adicionales indicadas clírtícamente para excluir otfos diagnósticos cos han buscado evidencias de deficiencia basa en la identificación de los signos físi-
iuniumtaria cn los paocntcs con síridromc cu^ cláiicoi. La dctcccióii dc picadiuas de
Excluir el caso si se encuentra otra causa
de fatiga crónica. Un estudio prospectivo so- garrapata es un dato con valor diagnóstico.
para la fatiga crónica bre 1.200 pacientes de atención primaria Un signo precoz de la enfermedad es la
mostró evidencias de que el inicio de la fatiga aparición de eritema migratorio, una pápu-
Clasificar el caso como síndrome de fatiga crónica o fatiga idiopática
crónica si la fatiga persiste o recurre durante 6 meses o más
crónica estaba relacionado con episodios de la roja que evoluciona periféricamente y se
infecciones comunes. Los indicadores más clarea en el centro. La lesión y los nódulos
potentes de fatiga postinfección fueron la asociados aparecen al cabo de 1 mes. Du-
presencia de malestar psicológico y la fatiga rante los 6 meses posteriores a la infección,
previos a la infección (Wesseley et al, 1995). el 15-20% de los pacientes presenta me-
ningitis linfocítica, dolores radiculares y
Clasificar como síndrome de fatiga crónica si: Clasificar como fatiga ¡diopática neuropatías craneales y periféricas. Es fre-
1. Se cumplen los criterios de gravedad de la fatiga crónica si la gravedad de la fatiga
2. Aparecen juntos cuatro o más de los siguientes
no es suficiente o no se cumplen Infeccíón por vírus de Epsteín-Barr cuente la aparición de somnolencia, incre-
los criterios sintomáticos del mento de la sensibilidad emocional, déficit
síntomas durante 6 meses o más: (mononucleosis)
síndrome de fatiga crónica
a) Alteración de la memoria o la concentración,
b) dolor de garganta, c). nódulos linfáticos axilares
de memoria y depresión. Otros pacientes
o cervicales, d) dolor muscular, e) dolor en La fatiga debida a mononucleosis aguda presentan parálisis facial, meningitis, radi-
múltiples articulaciones, f) cefaleas de nueva
aparición, g) sueño no reparador, h) malestar puede aparecer tras un pródromo de 3 se- culoneuritis, corea, ataxia cerebelar, crisis
posterior al esfuerzo manas de duración, después del cual apare- comiciales, demencia, hemiplejía, mielitis
ce faringitis exudativa, linfadenopatía, he- transversa, encefalomielitis o leucoencefali-
patosplenomegalia, hepatitis o encefalitis; tis. El examen del líquido cefalorraquídeo
los tests heterófilos solamente son positivos espinal muestra pleocitosis linfocítica, im-
Agrupar los casos según la presencia o ausencia de los siguientes parámetros básicos: munoglobulinas G (IgG) e IgM, y anticuer-
al cabo de varias semanas. Pueden detectar-
A. Trastornos comórbidos (los trastornos psiquiátricos deben ser confirmados mediante pos de Lyme; el 80% de los pacientes también
un instrumento estandarizado) se linfocitos atípicos. El mejor indicador de
B. Nivel actual de fatiga (medido mediante una escala) infección aguda es la presencia de anticuer- presenta artritis o artralgias. Puede obser-
C. Duración de la fatiga varse neuropatía periférica asimétrica, sen-
D. Nivel actual de capacidad física (medido mediante un instrumento de registro) pos del antígeno inmunoglobulínico M
(IgM) de la cápsida vírica, que persiste du- sorial y motora.
rante 4-8 semanas. Aunque la mayoría de Las fases avanzadas de la enfermedad se
los pacientes vuelve al trabajo al cabo de caracterizan por artritis de rodilla, cadera
unas 3 semanas, en algunos casos la fatiga u hombro, que mejora gradualmente. La
grupar nuevamente los casos en la medida en que sea necesario según parámetros persiste durante meses. Los síndromes de-
opcionales, como características epidemiológicas o hallazgos de laboratorio encefalomielitis progresiva es una secuela
presivos y de ansiedad son frecuentes du- tardía que puede aparecer incluso 7 años
íURA 17-1. Evaluación y clasificación de la fatiga crónica sin etiología orgánica. ALT, alanina rante la fase de recuperación. La enferme- después del diagnóstico y que se caracteri-
notransferasa; AO, análisis de orina; BUN, nitrógeno ureico en sangre; HC, hemograma completo; P0 4 , fósforo; dad recidivante, con volúmenes elevados de za por encefalopatía, crisis comiciales, de-
j, tasa de sedimentación globular; TSH, hormona estimuladora del tiroides.. Adaptado con autorización de
tada K., Straus SE, Hickie I, et al.: «The Chronic Fatigue Syndrome: A Comprehensive Approach to Its Definition
anticuerpos, se asocia a neumonitis intersti- mencia, hemiplejía, disfasia, hemianopsia,
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En los últimos años, los factores econó- Se desconoce cómo afectan estos cam-
micos y los cambios tecnológicos acaecidos bios a los pacientes en su experiencia psico-
en el ámbito de la cirugía han alterado radi- lógica de la cirugía. Cabe destacar que tales
calmente la práctica hospitalaria de la ciru- cambios se están produciendo mientras la
gía general. Algunos ejemplos son las admi- población va envejeciendo cada vez más y
siones el mismo día de la intervención, la aumenta la probabilidad de que padezca
reducción de la estancia media hospitalaria enfermedades, dos factores que, por sepa-
con el manejo de complejas órdenes médi- rado, permiten predecir la vulnerabilidad
cas en casa, y las visitas de enfermería do- a numerosos trastornos psiquiátricos pos-
nnciliarias que vienen a sustituir a los cui- quirúrgicos (Lipowski, 1992; Schor et al.,
dados hospitalarios. Los avances técnicos, 1992; Zisselman, 1993).
como las endoscopias que sustituyen a pro- En un capítulo decisivo, Surman estudia-
cedimientos más agresivos para el paciente, ba los diversos problemas psicológicos que
"3R permitido acortar las estancias y redu- pueden experimentar los pacientes quirúr-
Clr
la morbilidad quirúrgica (Phillips et al., gicos. Señalaba el importante papel que de-
1993). sempeña el cimjano en la vida del paciente:
Dos aspectos quirúrgicos hacen referencia a la rea- Ansiedad prequirúrgica y rechazo tran tal grave se reconoce cada vez con mos como para quejarse, o con la interven-
lidad y al enorme significado de esta experiencia: a) la sitorio al tratamiento, Algunos factore no menfrecuencia. Por ello se recomienda ción de tutores legales (en casos en que se
cirugía constituye un abordaje decisivo para el alivio
que intervienen en la aparición de la ansie rnay°r recurre a un poder notarial para tomar deci-
del dolor y el sufrimiento, y b) la cirugía comporta "stos pacientes continúen con la medi-
dad preoperatoria son la importancia de an que
una relación de transferencia donde el paciente juega hasta la fecha de la intervención y siones sanitarias).
tecedentes personales de situaciones trau- cación
un rol de gran dependencia y que le obliga a mante- 'teriormente, se investiguen las posibles Cuando no existe la figura de un tutor
nerse a la espera. (Surman, 1987; pág. 69.) máticas previas, las expectativas de ganancia pos
teracciones farmacológicas y la reapari- legal, el consentimiento informado o su
o pérdida que tenga el paciente ante la ciru.. -n de síntomas psiquiátricos. La retirada rechazo se tendrá que determinar por vía
Eí Liabaju del psiquiaLra dc enlace coh gía, y la idcntificación quc haga cl cnfeciiiiaj unisca üe íarniacos psicotropos dc mantc- judicial. El psiquiatra dcbc haccr una c, a -
los pacientes quirúrgicos tiene como objeti- con otras personas que hayan pasado p0r imiento pueden tener consecuencias mé- luación de la situación global, incluyendo
vo aliviar los problemas emocionales que experiencias similares. Además, el acto qui- icas desfavorables, como arritmias nocivas el estado mental del paciente en ese mo-
interñeren con la intervención inminente o rúrgico lleva implícito un amplio abanico de en pacientes vulnerables (Van Sweden, mento y los supuestos y expectativas que
que dificultan la convalecencia. Es necesa- estresantes psicológicos que afectan a la ma- 1988), convulsiones por la retirada de la tiene sobre su salud. Tras la evaluación,
rio articular la intervención psiquiátrica con yoría de pacientes; se trata de amenazas a la medicación (Shader y Greenblatt, 1993), y es posible que el psiquiatra pueda aportar
el tratamiento quirúrgico para que la estan- integridad corporal y psíquica, miedo a lo síndrome de rebote colinérgico (Dilsaver et datos de gran relevancia acerca de la na-
cia hospitalaria del paciente no presente desconocido, pérdida de la identidad y del al., 1983; Lawrence, 1985). turaleza del problema y pueda resolverlo
complicaciones. Puesto que los objetivos control, y miedo al dolor o a la muerte sin tener que acudir a la vía legal, y sin
del cirujano y del psiquiatra coinciden en Qohnston, 1980). Competencia y consentimiento infor- que el paciente y el facultativo a cargo de
este punto, no deben existir diferencias con Se estima que el 5% de pacientes de ciru- mado. Pocas cosas generan más confu- su caso acaben desautorizándose mutua-
respecto al manejo del paciente, ya que si gía general presentan reacciones de pánico sión en el personal médico y quirúrgico que mente. El objetivo fundamental es preser-
no se comunican ni se acuerdan estos obje- prequirúrgicas o se niegan a ser interveni- el paciente que se niega a que se le practi- var la posibilidad de un tratamiento mé-
tivos, habrá malentendidos. dos (Strain, 1985). Con frecuencia, estos que un procedimiento aparentemente nece- dico adecuado.
problemas aparecen en pacientes con tras- sario y razonable. En estos casos, la consul- Cuando el cirujano y el psiquiatra están
tornos de ansiedad previos o que se desen- ta psiquiátrica tendrá como objetivo valorar de acuerdo en que es necesario iniciar ac-
• PRINCIPIOS QENERALES cadenan por primera vez en el contexto de si es necesario que el médico declare que el ciones legales para determinar si el paciente
enfermedades graves. La intervención se| paciente es «incompetente», a fin de autori- está capacitado para dar el consentimiento
Aspectos del preoperatorio centrará en educar al paciente, coordinar la zar el tratamiento medicoquirúrgico a pesar o para rehusar un procedimiento o trata-
asistencia, implicar al anestesista y aplicai de las objeciones del paciente. Pese a los miento, el psiquiatra ya deberá haber rea-
Contexto de la consulta. Segúnjacob- técnicas de conducta (como ejercicios de re- malentendidos generales que existen alre- lizado un examen del estado mental del
sen y Holland (1989) los motivos de consul- lajación autoguiada, intervenciones farma- dedor de la competencia legal del psiquiatra paciente centrado en las siguientes capaci-
ta psiquiátrica más frecuentes en la fase pre- cológicas eficaces y la implicación de los fa- para determinar el consentimiento o el re- dades:
operatoria se dan en tres áreas principales: ;
müiares en la situación médica). hazo a un tratamiento médico, en realidad
,te
juega un papel de gran relevancia en la • Capacidad adecuada para poder comu-
1. El paciente rechaza la intervención o Psicotropos. Revisiones recientes se- v
aluación del paciente, facilitando resulta- nicar una elección.
presenta una reacción de pánico a ella. ñalan la importancia de valorar y discuttf ls
positivos tanto para el paciente como • Capacidad para demostrar que entien-
2. El paciente realiza tratamiento con fár- abierta y conjuntamente entre cirujano, pa Para sus cuidadores. de la información médica relevante, in-
macos psicotropos con los que el equi- ciente, anestesista y psiquiatra los riesgos ) ^as verdaderas urgencias en las que se cluyendo los riesgos y beneficios.
po quirúrgico no está demasiado fami- beneficios de continuar o retirar el trata- le
valorar el rechazo del tratamiento o la • Capacidad para valorar la situación ac-
liarizado. miento psicofarmacológico antes de la ciru- Petencia se resuelven, de hecho, con las tual y sus consecuencias.
3. Existen dudas sobre la capacidad del gía (Sedgwick et al, 1990). El riesgo desu- as del buen samaritano (p. ej., reanima- • Capacidad para manejar la información
paciente para dar su consentimiento o frir una recaída al suspender la medicacio" l en
la sala de urgencias), por el hecho de una manera sensata (Appelbaum y
rechazo a la intervención. en aquellos pacientes que sufren un trastot' HUe los pacientes están demasiado enfer- Grisso, 1989; Hally Ellman, 1990).
En el informe del psiquiatra debe constar darse, como graves alteraciones de compor- La intervención psicofarmacológica en lingual; sin embargo, no constituye un tra-
una descripción detallada, con ejemplos, de tamiento en la sala médica (externaliza- pacientes posquirúrgicos se ve complicada tamiento deñnitivo a largo plazo en pacien-
cómo el paciente puede o no demostrar es- ción), un primer episodio depresivo o de- p0r factores como: órdenes médicas de no tes con depresión mayor. Algunos trata-
tos elementos. También es indispensable presión recidivante, manía, síntomas de an- ¿ar nada por vía oral, falta de absorción mientos somáticos no farmacológicos pro-
realizar un diagnóstico psiquiátrico diferen- siedad, psicosis breves, intoxicación por I gastrointestinal o absorción deficiente, apa- metedores, como la privación terapéutica
cial y exponer los resultados reales o los que agentes yatrogénicos, trastorno por estrés 1 rición de problemas médicos (p. ej., un in- de sueño y la fototerapia, no se han estudia-
se esperan del tratamiento psiquiátrico, postraumático (TEPT), y otros (Porter y Ro- farto de miocardio o un accidente vascular do en poblaciones con enfermedades médi-
siempre que sea necesario. El iiiforuic del senlhal, 1993, Strain, 1985, Surman, 1987, | ctrebral pcriopcratorios), o intcraccioncs cas y son impracticablcs cn los hospiulci
psiquiatra constituye un testimonio experto Vieta et al., 1993). Varios estudios han de- farmacológicas que pueden afectar trata- generales. (La TEC se comenta en detalle eJ
que se suele utilizar en el proceso judicial. mostrado, sin ningún tipo de dudas, en pa- mientos que anteriormente eran eficaces. elcap. 32.)
Si la consulta está suficientemente detallada cientes de hospitales generales con trastor- Por tanto, el psiquiatra debe llevar a cabo Algunas veces se solicita a los psiquia-
y clara no será necesario que el psiquiatra nos psiquiátricos infradiagnosticados o que » una evaluación completa del estado físico y tras de enlace que intervengan en el dolor
deba comparecer ante los tribunales. han sido tratados de una manera inadecua- mental del paciente tras la intervención qui- agudo, sobre todo en pacientes que no es-
da se producen estancias más prolongadas, rúrgica antes de recomendar una interven- tán conformes con terapias previas para el
un incremento de los costes y un exceso de ción psicofarmacológica y poner en conoci- dolor, en casos en los que se detecta o se
Morbilídad psiquiátríca en pacientes morbilidad (Lyons et al., 1986; Thomas et miento del personal quirúrgico y de enfer- sospecha de algún trastorno psiquiátrico,
posquírúrgicos al., 1988; Verboskeyetal., 1993). mería las recomendaciones de una manera cuando se considera que el paciente abusa
clara y comprensible. Para ello, a menudo de sustancias o si responde «atípicamen-
Trastornos mentales secundarios al es necesario informar a sus colegas acerca te» al tratamiento del dolor (Carr et al.,
tratamiento médico o a sustancias de Consíderaciones del tratamíento de la naturaleza, el curso y las estrategias 1992).
abuso. Los trastornos mentales induci- actuales de tratamiento de los trastornos Puesto que el dolor es una experiencia
dos por enfermedades o sustancias suelen Normalmente, es complicado llevar a psiquiátricos. Los antidepresivos son los somatosensorial subjetiva, es frecuente que
ser un diagnóstico frecuente en los pacien- cabo una psicoterapia formal en los servi- únicos psicofármacos que no son totalmen- el médico dude de los síntomas del pacien-
tes quirúrgicos tras la intervención. Los cios quirúrgicos a causa del ruido, las inte- te seguros ni eficaces si se administran por te, tratando de forma deficiente el dolor y
trastornos más habituales son el delirium, rrupciones, el régimen médico postopera- vía parenteral. (La psicofarmacología se ex- sin evitar un sufrimiento innecesario. En di-
con una prevalencia en estudios prospecti- torio, la escasa relevancia que suelen tener pone detalladamente en el cap. 30.) chas situaciones, el psiquiatra debe llevar a
vos realizados con pacientes quirúrgicos los aspectos psicológicos para el personal Algunas veces, la terapia electroconvulsi- cabo diversas acciones: establecer una
que oscila entre el 7 y el 15% (Golinger, sanitario, etc. Aun así, suele ser útil hacer va (TEC) es el único tratamiento viable en alianza que permita restablecer la credibili-
1989; Lipowski, 1992; Schor et al., 1992; visitas breves y muy centradas, y son espe- pacientes de servicios quirúrgicos que pa- dad del paciente en el equipo quirúrgico,
Seymour y Vaz, 1989; Zisselman, 1993). La cialmente importantes en el manejo pos- decen un trastorno afectivo mayor. Estos realizar un diagnóstico psiquiátrico inteligi-
abstinencia del alcohol y de otras sustan- quirúrgico de pacientes con un trastorno lí- pacientes suelen tener problemas perma- ble, explicar las posibles interrelaciones que
cias también es frecuente y suele ser infra- mite o de otro tipo de la personalidad. Asi- nentes de absorción gastrointestinal u otras existen entre los factores psiquiátricos y la
diagnosücada. Un 11% de los pacientes mismo, resultan de gran valor las interven- complicaciones que imposibilitan la terapia experiencia de dolor del paciente, y evitar
alemanes se automedican con alcohol in- ciones conductuales, tales como contratos con antidepresivos orales. Aunque en oca- enfrentamientos entre las partes implicadas.
mediatamente después de la intervención de tratamiento, técnicas de relajación e siones se administra amitriptilina por vía Algunas medidas de gran utilidad son la far-
(Neukam et al., 1992). También es fre- imaginación guiada. Algunas veces tam- mtravenosa, este fármaco es delicado desde macoterapia adecuada (France y Krishnan,
cuente la abstinencia de nicotina (Fiore et e
bién es necesario tener en cuenta los prin- l punto de vista logístico, requiere monito- 1988), las técnicas de relajación, la psico-
al., 1992). n
cipios de la terapia interpersonal, aplicados zación cardíaca y su eficacia no está de- educación acerca del diagnóstico psiquiátri-
sobre todo al manejo de relaciones esencia- •ttostrada (Enowitch, 1984; Krebs-Roubi- co, intervenciones para potenciar la autono-
Ce
Otros trastornos psiquiátricos. Exis- les (personal médico, los familiares que vi- k et al., 1981). Una medida útil es utilizar mía, como la analgesia regulada por el pro-
ten otros problemas que también pueden sitan al paciente). durante un tiempo metüfenidato por vía sub- pio paciente (bombas de perfusión de anal-
cap. 6.) Es importante recordar que las le. paciente agitado. En la evaluación de trar benzodiacepinas. Cuando el pánico es
gésicos) (Chapman, 1992; Gil et al., 1990; evidente, se recomienda instaurar dosis ba-
yes y procedimientos pueden ser diferentes un paciente agitado, es importante determi-
Voulgari et al., 1991), y la atención perma- jas de neurolépticos de alta potencia.
en los distintos estados. Cuando existe la n a r si el empeoramiento de la enfermedad
nente a fin de mejorar la comunicación en-
posibüidad de que un paciente muy enfer- médica provoca delirium o cualquier otro
tre el paciente y el equipo de tratamiento. Dispositivos de asistencia cardíaca.
mo pueda morir, los médicos suelen pedit trastorno. A menudo, el proceso cardiotorá-
Estos aspectos son especialmente relevantes Este tipo de dispositivos se suele utilizar en
el consentimiento a los miembros de la fa- c i c 0 subyacente deteriora la circulación o la
para la intervención en pacientes ingresa- individuos con fallos cardíacos para mante-
milia. En circunstancias muy extremas er, oXigenación, poniendo en peligro a otros
dos en unidades de quemados v de cirugía ncr la circulación corporal y cvitar dañu¿>
las que el paciente es mcapaz de dai uua orgauo:> y aumentando el riesgo de deli-
de cara y cuello (ambas poblaciones de pa- irreparables a otros sistemas orgánicos y al
respuesta, y cuando es necesario practicat n u m. Es importante que el psiquiatra de
cientes se exponen más adelante en este ca- corazón. Estas técnicas se aplican hasta que
una intervención quirúrgica inmediata y la enlace determine si en el cuadro clínico del
pítulo). (Para una exposición más detallada se lleva a cabo un procedimiento corrector
muerte puede ser inminente, el consenti- paciente influye un trastorno psiquiátrico,
del manejo del dolor, v. cap. 31.) o hasta que el corazón recupera suficiente-
miento se suele dar por supuesto. un trastorno del sistema nervioso central
Otra consulta muy frecuente, para pacien- (SNC) o rasgos de personalidad. Algunas mente sus funciones. Se trata de dispositi-
tes ingresados y también en régimen ambu- mtervenciones consisten en variar el am- vos como la bomba intraaórtica, el disposi-
• CIRUQÍACARDIOTORÁCICA latorio tiene que ver con la capacidad del biente terapéutico, eliminar las sustancias tivo de asistencia ventricular izquierda, el
enfermo para cumplir las indicaciones médi- tóxicas y potenciar al máximo el bienestar dispositivo de asistencia ventricular dere-
El paciente que debe de ser sometido a cha, el dispositivo de oxigenación de la
cas y pautas posteriores a la intervención. h del paciente (Tesar y Stern, 1986).
cirugía cardiovascular normalmente padece membrana extracorpórea y el corazón artifi-
cirugía de sustitución de válvulas y el tras- La agitación puede ser debida también a
una enfermedad amenazante para su vida, y cial. Las características de este tipo de dis-
plante de órganos son áreas en las que tiene los fármacos antieméticos. Muchas veces no
la cirugía en sí supone un elevado riesgo de positivos requieren que el paciente esté ten-
una especial importancia saber si el pacientí se llega a reconocer que la acatisia y otros
mortalidad y morbilidad. Técnicas como la cumpliráeltratamientoylaspautasfarmacoefectos extrapiramidales pueden ser causa- dido tranquilamente, ya que la interrupción
bomba intraaórtica constituyen medidas de del flujo sanguíneo o la desconexión de es-
lóeicas Los pacientes que no siguen el tratadospor antieméticos tales como la metoclo-
asistencia para pacientes con enfermedades tos aparatos pueden provocar importantes
miento indicado podrán presentar un falkpramida, proclorpenacinay droperidol.
que en otra época eran mortales. Estos fac- hemorragias y la muerte. Por esta razón, a
del trasplante que les llevará a la muerte. S Otra posible causa de agitación es el con-
tores configuran una situación en la que re- esprobablequeelpacientenosigalaspautatrol inadecuado del dolor. Algunas veces excepción de la bomba intraaórtica, los pa-
sulta de enorme importancia para la evolu- cientes se mantienen muy sedados e inmó-
terapéuticas, el psiquiatra deberá informar aéste se debe al hecho de que el paciente no
ción y la reducción de costes llevar a cabo viles. Estas medidas de asistencia compor-
ciruiano para que éste pueda colocar uninforma de su malestar creciente al personal
inmediatamente una consulta adecuada tan numerosos riesgos, como infecciones,
prótesis'en la válvula sin necesidad de qumédico, a la dificultad para comunicarse
(Lazarus y Hagens, 1968; Mumford et al., hemorragias y embolias.
el paciente deba tomar anticoagulantes en ecuando el paciente está conectado a un ven-
1982; Surmanetal., 1974). Tras esta fase inicial, los pacientes con un
postoperatorio; de esta manera se reductüador o a dosis inadecuadas; en general,
el riesgo de sufrir un accidente vascular cerelos médicos infravaloran la necesidad de corazón artificial y determinados dispositi-
bral posterior, o incluso la muerte. administrar analgésicos y sobrevaloran la vos ventriculares se podrán levantar y pa-
Aspectos del preoperatorio duración de la acción analgésica. El trata- sarán a una fase ambulatoria (Hravnak y
Ansiedad preoperatoria. Cuando sttiiento del dolor es más eficaz si se utilizan George, 1989; Ruzevich et al., 1990). Du-
Competencia y cumplimiento. Nor- rante este período suele resultar de utilidad
está a la espera de una cirugía cardíaca üd°sis regulares de analgésicos en vez de do-
malmente las consultas que se solicitan para la evaluación y el apoyo psiquiátrico. El de-
minente, tanto el paciente como sus fam#s sólo cuando se necesitan.
evaluar si un paciente está capacitado pa- lirium, como es lógico, es frecuente en este
liares pueden experimentar un nivel de ar El miedo ante la cirugía inminente o a la
ra dar su consentimiento suelen estar rela- grupo, así como un leve deterioro neuropsi-
siedad significativo. La importancia simb^certidumbre en cuanto a sus resultados se
cionadas con trastornos psiquiátricos ante- cológico y neurológico.
lica que 'tiene el corazón y la preocupaciókbe tener también en cuenta en el paciente
riores o con trastornos secundarios, como Al evaluar a un paciente con agitación
que provoca cuando no funciona bien pu^gitado. Si el hecho de hablar sobre ello no
el delirium. (Los factores relevantes para la ;
que está conectado a una bomba intraaórti-
den potenciar un mayor malestar. °nsigue tranquilizarlo, se podrán adminis-
competencia se exponen en detalle en el
ca, es importante esclarecer si los proble- de cuidados intensivos con el objeto de ob- midazolam y la morfina —administrados gesia porque los pacientes no responden de
mas subyacentes están relacionados con el servar las constantes vitales y hacer una c0 n frecuencia en unidades de cuidados in- la misma manera a los fármacos para el do-
dolor, con el delirium, la frustración o con evaluación continuada para controlar la po- tensivos para tranquilizar a los pacientes in- lor. Es necesario evaluar el estado mental
otros factores. A veces los pacientes necesi- sible aparición de pérdidas de sangre. En e] quietos— pueden perpetuar y exacerbar el del paciente porque el delirium con agita-
tan estar intubados para mantener la oxige- proceso de recuperación, la anestesia se va ¿elirium. Como ya se ha señalado antes, los ción asociada en un paciente intubado algu-
nación, lo que complica todavía más la eva- eliminando gradualmente y los miembros neurolépticos de alta potencia son seguros y nas veces se confunde con dolor y es trata-
luación y la comunicación. Son frecuentes del personal observan al paciente a la espera eficaces para controlar la agitación y no pro- do incorrectamente. Asimismo, es necesario
los síntomas de dolor y suclcn scr atríbui- dc quc sc dcspicrtc. Dcpcndicndo dc la in- vocaii estados confusionalcs (Sos y Casscm, tratar la ansicdad mcdiantc cstratcgias ad<_-
dos a la postura. Para una correcta función tervención y del estado del paciente, nor- 1980; Tesar y Stern, 1986, 1988). Como cuadas para tranquilizar al paciente y usar
hemodinámica es necesario que la pierna malmente se retiran los tubos enseguida. En ocurre con todos los pacientes de una uni- ansiolíticos.
en la que se inserta el dispositivo esté estira- este período puede aparecer confusión pos- dad de cuidados intensivos, la reorienta-
da. Lesiones de espalda previas y enferme- terior a la anestesia. En los pacientes some- ción, la aportación de seguridad y confianza Desconexión de un respirador. La des-
dades degenerativas de los discos pueden tidos a una intervención cardíaca de gran y el hecho de explicar los procedimientos conexión causa disnea, que puede dar lugar j
ser la causa de un malestar insoportable. Se envergadura, este estado puede prolongarse médicos suelen reducir los problemas de a su vez a ansiedad, miedo, indefensión,
ha estimado que la incidencia de delirium más allá del tercer día después de la inter- conducta en pacientes sometidos a una car- pérdida de la vitalidad y problemas de aho-
en pacientes con una bomba intraaórtica es vención, y se considera que el paciente ha diotomía (Sadler, 1981). Estas medidas go (DeVito, 1990). El «hambre de aire»,
del 34% (Sanders et al, 1992). El haloperi- desarrollado un delirium poscardiotomía. también reducen la necesidad de farmaco- con el paciente conectado a un ventilador o
dol a dosis altas por vía intravenosa es un Dubin et al. (1979, pág. 586) concluían terapia. no, se intensifica por la ansiedad y el mie-
tratamiento seguro para pacientes con deli- que el «estado del miocardio, la gravedad do. Las manifestaciones físicas del miedo
rium agitado (Tesar y Stern, 1988) y combi- de la enfermedad física, la complejidad del Abstinencia de sustancias. Es indis- pueden llevar a una sobremedicación con
nado con benzodiacepinas es un tratamien- procedimiento quirúrgico y la enfermedad pensable observar al paciente durante el pe- sedantes y narcóticos, que generan proble-
to eficaz para pacientes con una bomba in- cerebral orgánica previa a la intervención, ríodo perioperatorio para detectar la posibi- mas de ventilación y dificultan una oxige-
traaórtica (Sanders et al., 1992). En indivi- son factores determinantes en el delirium lidad de abstinencia de sustancias. La absti- nación adecuada. La evaluación de la ansie-
duos con antecedentes de cardiomiopatía y poscardiotomía». Estos mismos factores nencia de sustancias de abuso tales como el dad y el delirium y las recomendaciones de
abuso de alcohol de larga duración, el halo- guían la evaluación hoy en día. alcohol, las benzodiacepinas, narcóticos y una farmacoterapia adecuada son de gran
peridol puede provocar arritmias (Metzger El delirium aparece en el 70% de pacien- barbitúricos pueden provocar hipertermia, ayuda en estos casos.
y Friedman, 1993) y por tanto, debe utili- tes cardiotomizados (Hazan, 1966; Mravi- hipertensión o hipotensión, crisis convulsi- Para los pacientes con problemas de des-
zarse con mucha precaución en esta pobla- nac, 1991). Como es de esperar, el riesgo vas, alucinaciones, alteraciones en la fre- habituación a un respirador, existen varios
ción. Puesto que muchos pacientes con car- de delirium se incrementa en pacientes de cuencia respiratoria y delirium. Estos sínto- requisitos previos para que la desconexión
diopatías graves están conectados a monito- edad avanzada sometidos a una sustituciór. mas a menudo se confunden con complica- resulte satisfactoria. Los factores respirato-
res, es conveniente seguir los intervalos de de válvula (Heller et al., 1970). Breuer et al ciones de la propia cirugía, y su presencia rios incluyen potencia muscular respirato-
conducción con electrocardiogramas ruti- (1983) referían que, en el postoperatorio, la puede incrementar la morbilidad (p. ej., ria adecuada, oxigenación, demanda de aire
narios (Rosenbaum, 1980). bomba intraaórtica y los agentes presores cuando un paciente con un estado confu- y función respiratoria apropiadas. Otros
están muy asociados a un delirium poscar- sional se arranca la bomba intraaórtica). El factores importantes son los niveles correc-
r
diotomía de larga duración. econocimiento inmediato y el tratamiento tos de la función cardíaca, de la capacidad
Aspectos del perioperatorio Al evaluar la posibilidad de un delirium de la abstinencia de sustancias puede evitar de transporte del oxígeno, los parámetros
en los pacientes, es necesario examinar to- Pntebas innecesarias y caras, así como le- metabólicos, equilibrio hídrico, estado nu-
s s'ones o la muerte.
Confusión y agitación. En el período dos los parámetros clínicos: el paciente, la tricional, estado mental y disponibilidad
postoperatorio inmediato, la mayoría de pa- constantes vitales, los datos de laboratorio psicológica del paciente (Henneman, 1991;
cientes que han sido sometidos a cirugía (preoperatorios y postoperatorios) y los fár- Control del dolor. Se recomienda rea- Knebel, 1991). La disponibilidad psicológi-
cardiotorácica son trasladados a una unidad macos que ha recibido. Fármacos como e' l2ar un control individualizado de la anal- ca hace referencia al temor y preocupacio-
nes del paciente a consecuencia de los ensa- son similares a los del delirium poscardioto- Sustitución de válvulas. La princi- transmitir a otro individuo por contacto fí-
yos en los que se le desconecta del respira- mía, e incluyen la predisposición basal del oal molestia en individuos sometidos a sico. Se están llevando a cabo estudios para
dor (corao cuando un paciente se fatiga du- paciente, factores de la propia cirugía y el u n a sustitución de válvula es el ruido. Las evaluar cómo afectan estos dispositivos a la
rante un ensayo y por tanto, es incapaz de grado de recuperación. Algunos pacientes válvulas mecánicas causan molestias, alte- calidad de vida.
completar el proceso de desconexión). presentan alteraciones cognoscitivas preope- raciones del sueño en el paciente y en el
Existen diversos abordajes farmacológi- ratorias. Pueden ser debidas a microembolias cónyuge, problemas de concentración y
cos para reducir la ansiedad durante la des- causadas por una válvula enferma o a la fibri- constituyen una fuente de turbación so- • CIRUQÍAORTOPÉDICA
concxión a respiradorcs artificialcs. Sc trata lación atrial crónica (Kimball, 1972; Middlc- Hnl nara alermos individuos (Limb et al..
de administrar dosis bajas de benzodiacepi- kauff et al., 1991). Los problemas cardíacos 1992). Estos problemas resultan más Las consultas psiquiátricas para pacien-
nas y neurolépticos (Cassem y Hackett, de larga evolución como las arritmias, la hi- compücados para los individuos más jó- tes de cirugía ortopédica hospitalizados tie-
1978). La relajación progresiva y el biofeed- potensión, la insuficiencia congestiva y el venes y las mujeres. Un grupo de investi- nen efectos positivos. Tras la consulta, los
back focalizado (Acosta, 1988; Holliday y paro asistólico también pueden provocar dis- gadores encontraron que estos síntomas pacientes refieren mayor sensación de bie-
Hyers, 1990) y la hipnosis (Bowen, 1989) funciones leves del SNC. estaban asociados al nivel con que se po- nestar, mejora en la calidad de su asistencia
son estrategias alternativas. Un tema que se día escuchar la regurgitación de las válvu- médica y su evolución física. Asimismo, se
suele obviar durante la evaluación es la hi- Depresión y recuperación de las fun- las (Moritz et al., 1992). Otros individuos ha demostrado que las consultas psiquiátri-
giene del sueño. Las alteraciones del sueño ciones. En pacientes sometidos a un by- describían una sensación de bienestar y cas ayudan a reducir los costes médicos.
acaban agotando al paciente, con lo cual se pass de las arterias coronarias, la prevalencia alivio al escuchar los tonos monótonos y re-
ve incapaz de manejar las importantes exi- media de depresión es del 25%. La cirugía gulares, pero se alarmaban al escuchar la-
gencias físicas y emocionales que comporta cardíaca suele provocar importantes altera- tidos irregulares o cuando se aceleraba la Delirium
la desconexión. ciones en la perspectiva que tiene el pacien- frecuencia cardíaca.
Para que la desconexión sea un éxito al- te de sí mismo y del futuro. Otros factores El delirium postoperatorio se considera
gunos individuos necesitan dedicar una adicionales son la necesidad de hacer cam- Implante de desfibriladores cardíacos un problema de gran envergadura en pa-
gran cantidad de tiempo y paciencia. Estos bios en la dieta y en su estilo de vida. Te- automáticos. A los individuos con taqui- cientes de edad avanzada intervenidos por
elementos son un lujo escaso en el mundo niendo en cuenta la prevalencia de deterio- cardia ventricular sostenida que no respon- prótesis de cadera, y su prevalencia alcanza
excesivamente acelerado de la unidad coro- ros cognoscitivos leves y la evidencia de al- de a la medicación o a la ablación se les sue- el 25% (Millar, 1981; Sheppeard et al.,
naria de cuidados intensivos. El hecho de teraciones electroencefalográficas durante el le recomendar que se sometan a la implan- 1980; Titchener et al., 1958). Se han pos-
tranquilizar al personal y al paciente, así postoperatorio —cambios que parecen ubi- tación de un desfibrilador cardíaco automá- tulado numerosas etiologías del delirium
como la insistencia para conseguir la desha- carse en el hemisferio izquierdo— la depre- tico. Esta técnica dispone de un ordenador postoperatorio, incluyendo la edad, un dé-
bituación mediante técnicas conductuales, sión poscardiotomía se puede atribuir a le- sensible a la frecuencia cardíaca y adminis- ficit cognoscitivo preoperatorio, la magni-
como colocar un diagrama en la pared, per- ves lesiones cerebrales en individuos con tra una descarga eléctrica cuando la fre- tud de la intervención quirúrgica, la aneste-
miten demostrar a ambas partes el progreso predisposición para ella (Witoszka et al., cuencia cardíaca alcanza un nivel predeter- sia, la privación de sueño y la privación sen-
diario del paciente. 1973; Zeitlhoffer et al., 1988). minado. Pretende evitar la muerte súbita al sorial. Se ha observado que un determinado
Se han identificado los factores predicto- proporcionar desfibrilación inmediata, an- número de intervenciones preoperatorias y
res de la reincorporación laboral tras una tes de que un ritmo anormal lesione gran postoperatorias —como sesiones terapéuti-
Aspectos del postoperatorio cardiotomía. Las expectativas del individuo Parte del miocardio. La frecuencia y canti- cas breves, educación/información acerca
constituyen un potente predictor de la fre- dad de descargas administradas depende de lo que ocurrirá, ejercicios de relajación, e
cuencia de la «vuelta al trabajo». El nivel del individuo. incluso el hecho de plantear la posibilidad
Cambios neuropsicológicos. Las com-
educativo y los ingresos familiares son fac- La implantación de estos dispositivos de que aparezca delirium tras la interven-
plicaciones neurológicas durante el período
tores más potentes que el tipo de trabajo o está asociada al trastorno de ansiedad gene- ción— parecen disminuir, si no su inciden-
postoperatorio pueden ser desde un acciden-
el nivel de ejercicio físico requerido (Stan-
r
alizada y a trastornos sexuales. Además, cia, como mínimo los efectos del delirium
te vascular cerebral a alteraciones cognosciti-
tonetal.,1983). uurante la descarga, la corriente se puede (Rogers y Reich, 1986).
vas leves. Los factores de riesgo de deterioro
Trastorno límite de la personalidad estimulan los mecanorreceptores, que libe- Sin embargo, durante la rehabilitación, es ños experimentan una combinación de sín-
ran un transmisor sináptico (una endorfi- necesario prestar especial atención al abuso tomas, como aquéllos cuya pérdida de vi-
Los psiquiatras de enlace que manejan a na). Estas técnicas pueden aliviar el dolor je sustancias. sión está acompañada de pérdida auditiva,
pacientes con un trastorno límite de la per- durante más de 6 horas. El masaje incre- que requieren una rehabilitación y atención
sonalidad deberían promover un programa menta también el flujo sanguíneo, relaja los especiales. Normalmente sobreviene un
de intervención conductual que incluya: a) músculos y mejora el tono muscular (Pater- 0"~OFTALMOLOQÍA proceso muy doloroso y prolongado, du-
comunicaciones claras con el paciente y en- son y Burn, 1985). Otros métodos alternati- rante el cual el niño y sus padres comparan
tre ei propio personai medico, b) emendei vus ¿on la aplicación dc calor húmedo c jNormaimente, ios medicos no vaciian a constantemente sus capacidades con ias de
que el paciente necesita que el personal esté seco, la aplicación de frío, inyecciones de li- la hora de derivar a una consulta psiquiátri- niños con una vista normal a medida que va
constantemente pendiente de él, c) manejar docaína en los puntos que desencadenan el ca a un paciente con alteraciones claras, pasando por las diferentes etapas de desa-
las características del paciente sin enfrentar- dolor, la inyección de esteroides en algunas como episodios psicóticos o delirium (en rrollo.
se a las defensas a ias que tanto recurre y d) articulaciones, protecciones y/o tensores, ocasiones agitados por privación sensorial),
establecer unos límites claros a la depen- acupuntura, fricciones, la terapia física y la o cuando no se encuentra una enfermedad
dencia, a las conductas manipulativas, a su cirugía correctiva. Entre las técnicas con- orgánica que explique la pérdida de visión. Pérdida aguda de vísíón en adultos
ira y a sus comportamientos autodestructi- ductuales se encuentran los ejercicios de re- Sin embargo, es posible que el oftalmólogo
vos. Elpsiquiatra de enlace debería ayudar lajación, imaginación guiada, hipnosis y no sepa cuándo derivar a un paciente que La pérdida aguda de visión suele desen-
al personal médico a reducir ios temores, biojeedback. Estas técnicas permiten que el padece una pérdida permanente, aguda y cadenar un proceso muy doloroso. Si la
sentimientos de indefensión y otras compli- paciente tenga cierta sensación de control parcial o total de visión. pérdida de visión es prolongada o perma-
caciones del paciente que pueden deteriorar sobre la situación, reduciéndose así los ni- nente puede facilitar la aparición de depre-
la relación con el equipo terapéutico (Gro- veles de depresión y ansiedad, lo que tam- sión y aislamiento social. El paciente puede
ves, 1975). bién permite disminuir la percepción del Pérdída de vísíón en niños presentar cambios de personalidad, escasa
dolor. motivación (en una persona que estaba
Los niños que sufren una pérdida de vi- muy motivada) y problemas de comunica-
Dolor cróníco sión manifiestan dos respuestas habituales. ción (ya que el paciente ha perdido la capa-
Abuso de sustancias La primera es una reacción neuroconduc- cidad de captar las expresiones faciales
Los analgésicos narcóticos suelen incluir- tual que se puede entender mejor como una emocionales de los demás). Good (1993)
se en las pautas terapéuticas habituales y Los pacientes ortopédicos en los que se adaptación conductual a la visión limitada. sugería que las intervenciones inmediatas
antes de prescribir estos fármacos, el psi- han detectado problemas de abuso de sus- La segunda respuesta afecta al desarrollo de pueden minimizar el impacto de la pérdida
quiatra debe determinar si el paciente tiene: tancias deben ser evaluados minuciosamen- la personalidad del niño, al limitar su creci- de visión, por ejemplo, mediante máquinas
antecedentes personales de abuso de sus- te para determinar los factores etiológicos. miento social y cognoscitivo. La reacción con voz, perros guías, ayudas para la mala
tancias o cualquier otro comportamiento) ¿El abuso de sustancias es anterior a la le- neuroconductual suele ser malinterpretada visión, enseñando el sistema Braille y/o con
adictivo. En todos los casos de pacientes; sión ortopédica, o es consecuencia de un por los adultos, que la entienden como un compañeros. Si estas medidas se introducen
con dolor, es conveniente tener en cuentai síndrome de dolor crónico? Los trastornos intento consciente por parte del niño de lo antes posible, se reducirán los sentimien-
métodos alternativos para el manejo del do- anteriores se deben manejar de la misma portarse mal. Sin embargo, es importante tos de aislamiento, desesperanza y depre-
lor, pero son especialmente importantes ení manera que en pacientes con abuso de cual- señalar que muchos comportamientos son sión que pueda presentar el paciente.
e
los padentes con dolor ortopédico crónico) quier sustancia. Los que presentan dolor specíficos de determinadas enfermedades Las alucinaciones visuales, aunque son
que abusan de sustancias. Estos métodos al- crónico requieren un abordaje más agresivo y que es necesario manejarlos como tales. más frecuentes en pacientes con deterioro
ternativos son muy eficaces y se pueden uti~ para manejar el dolor, utilizando métodos Ln niños con problemas de visión, se han visual, deben ser estudiadas en los pacientes
lizar combinados y junto a fármacos para el1 alternativos de control del dolor (p. ej., re- °bservado alteraciones en su desarrollo, con problemas oftalmológicos, puesto que
dolor. El masaje manual o eléctrico y la esti- lajación, hipnosis, acupuntura, bloqueo -orrto retrasos motores y la confusión de los dichas alucinaciones pueden ser un signo de
mulación nerviosa eléctrica transcutáneaa nervioso), como ya se ha señalado antes. Pronombres «yo» y «tú». A menudo, los ni- enfermedad mental o de enfermedad cere-
bral orgánica. Pueden darse trastornos per- Los traumatismos oculares pueden aler- El psiquiatra debe conocer las complica- talización puede vincularse a tres fases en la
ceptivos (como la distorsión del tamafto y la tar al oftalmólogo de la necesidad de reali- ciones oftalmológicas de los diversos psico- atención y manejo del paciente que ha su-
forma) o palinopsia (alucinaciones visuales zar una consulta psiquiátrica. Situaciones tropos. Algunos fármacos con efectos anti- frido quemaduras: a) fase aguda, b) fase de
caracterizadas por la persistencia de la ima- infantiles como juegos con escasa supervi- colinérgicos, como los antidepresivos tricí- reconstrucción y c) fase de adaptación a lar-
gen después de desaparecer el objeto). sión, abusos, lesiones relacionadas con el clicos y los neurolépticos, pueden provocar go plazo (Welch, 1987).
deporte y bajo nivel socioeconómico, se un glaucoma de ángulo cerrado. Es necesa-
La pérdida de visión suele ir acompaña-
consideran factores de riesgo de traumatis- rio hacer una consulta con el oftalmólogo
da de cambios en el estilo de vida del pa-
mos oculares. Algunos ejemplos más drásti- en jja^iciiLci coii anLeceü.GiiLc¿ ÜC giaucoiiia Fasc aguda
ciente; estos cambios, que pueden incluir
cos son las tentativas de suicidio (dispararse candidatos a estos fármacos.
la pérdida de trabajo y de las actividades
sociales, pueden ser bastante devastadores con un arma), casos en los que es completa- Los pacientes que reciben tioridacina a do- Durante las 24-72 horas después de pro-
para los pacientes y en realidad, pueden te- mente indispensable tomar precauciones e sis superiores de 800 mg/día pueden presen- ducirse las quemaduras, el paciente experi-
ner mayor relevancia que el propio proceso introducir la asistencia psiquiátrica, y el tar ceguera. Es conveniente evitar estas dosis, menta un período inicial de lucidez. Este
de la enfermedad. En general, los niños «síndrome del bebé agitado», que puede y se recomienda realizar exploraciones ocula- período permite que el psiquiatra pueda
afrontan mejor que los adultos los cambios dar lugar a derrames sanguíneos en la retina res cada 6 meses en pacientes que reciben evaluar la historia del paciente, su dinámi-
de estilo de vida, ya que están más predis- hasta provocar su ruptura. La autoextirpa- 600 mg/día. La clorpromacina puede causar ca de personalidad y sus patrones de afron-
puestos al aprendizaje de estrategias de ción, o el intento de extraerse el propio ojo, cataratas anteriores. La intoxicación por litio tamiento. Una elevada proporción de pa-
compensación. suele estar asociada a esquizofrenia o a tras- puede provocar nistagmo suscitado por la cientes de la unidad de quemados posee
tornos psiquiátricos graves, y deben abor- mirada ffja y en ocasiones, nistagmo acentua- importantes factores predisponentes a las
Puesto que la comunicación humana Ue-
darse con la misma atención que las lesio- do, movimientos oculares rápidos, crisis ocu- quemaduras, como alcohoiismo, deterioro
va implícita ei contacto ocular, su pérdida
nes oculares (Good, 1993). lógiras y opsoclonía. Los fármacos neurolép- cognoscitivo o demencia en pacientes de
tiene una influencia psicológica muy intensa
ticos también pueden causar crisis oculógiras, edad avanzada, enfermedades mentales
tanto para el paciente como para las perso- Diversos fármacos oftálmicos tópicos, al
que pueden ser tratadas con fármacos antico- crónicas, disfunción familiar o, en el caso
nas que cuidan de él. En comparación con absorberse, pueden causar problemas psi-
linérgicos; sin embargo, los anticolinérgicos de niños con quemaduras, negligencia
otros tipos de lesiones, las ocuiares suelen quiátricos. Por ejemplo, los a-bloqueantes
pueden, a su vez, dar lugar a visión borrosa. franca. En un estudio, MacArthur y Moore
provocar reacciones de contratransferencia y utilizados en el tratamiento del glaucoma
Cabe destacar algunas interacciones far- (1975) observaron que el 59% de los varo-
de transferencia en las personas (paciente, pueden provocar depresión (con síntomas
macológicas. Los a-bloqueantes oftalmoló- nes y el 38% de las mujeres con quemadu-
cuidador, médico que le atiende), reacciones que pueden oscilar desde una leve disforia a
gicos (como el timolol y betaxolol) pueden ras presentaban una combinación de di-
cuyas características dependen de las perso- la anergia y a la ideación suicida), alucina-
reaccionar con las fenotiacinas. El uso si- chos factores.
nalidades específicas implicadas. ciones, letargia, confusión e impotencia.
Los anticolinérgicos tópicos, utilizados para multáneo de propranolol y ciorpromacina o Tras la fase inicial de lucidez, entre el 30
proporcionar exposición y visibilidad qui- tioridacina provoca incrementos plasmáti- y el 70% de pacientes de quemados desa-
rúrgica, pueden dar lugar a una reducción cos del a-bloqueante y del neuroléptico. rrollan delirium, seguramente debido al es-
Aspcctos neuropsiquiátricos de la ceguera
de la salivación, aumento de la presión arte- Cuando se utilizan bloqueadores dei canal trés y a las alteraciones metabólicas induci-
rial, alteraciones gastrointestinales y cam- del calcio con a-bloqueantes de uso tópico, das por las quemaduras (Andreasen et al.,
La forma neuropsiquiátrica (funcional)
bios en los niveles de actividad (desde pueden aparecer problemas en la conduc- 1977). La clorpromacina y el haloperidol
de la pérdida de visión suele diagnosticarse
la somnolencia a un déficit transitorio de la ción, insuficiencia cardíaca e hipotensión. son los fármacos recomendados para tratar a
cuando aparecen fallos visuales en ausencia
atención con hiperactividad); pueden dar pacientes con quemaduras y con delirium.
de una explicación física. Algunos ejemplos
lugar incluso a un delirium transitorio. Es- El haloperidol se suele administrar por vía
psiquiátricos son la sociopatía o simuiación,
tas reacciones son más frecuentes en los ni- B~ONIDADES DE QVEMADOS intravenosa a dosis de 1-5 mg, alcanzando
la depresión, la visión en túnel característi-
ños, ya que configuran una población en la una dosis total máxima de 185 mg en el
ca de los pacientes con un trastorno de con-
que es más probable obviar o ignorar estos El trabajo del psiquiatra de consulta en la transcurso de 24 horas (Cassem y Sos,
versión, histeria, posibles abusos infantiles
síntomas, pues no suelen informar de ellos. unidad de quemados y después de la hospi- 1980). La clorpromacina también se adrm-
u otras alteraciones afectivas.
nistra por vía intravenosa, a dosis de 100 mg Fase de reconstrucción 3 Definir una jerarquía de objetivos y so- des habituales diarias, como tragar, tocar,
en 100 ml de infusión salina normal durante luciones mediante la aplicación de téc- oír, oler, ver e ingerir. Además, es necesario
15-30 minutos. Con otros fármacos, se reco- La fase de reconstrucción abarca desde el nicas cognitivas y de resolución de pro- incluir información acerca del nivel energé-
mienda administrar la dosis inicial a interva- final de la intervención quirúrgica aguda y blemas. tico y las reacciones psicológicas que cabe
los de 30 minutos hasta que el paciente está el delirmm hasta que el paciente es dado de • 4 Continuar trabajando con flexibilidad esperar, como la depresión y la ansiedad.
sedado. Para conseguir mantener la seda- alta de la unidad. Por tanto, este período los objetivos anteriores mientras se ma- Por último, la educación prequirúrgica
ción, se inyectará la mttad de la dosis total puede durar desde semanas a meses, en nejan otros aspectos que preocupan al debe preparar al paciente ante la posibili-
cada 12 horas (.Welch, 19b/;. funcióii Jc la cxtcnsión dc las quemadura;" baciente dad de presentar psicosis o delirium.
El dolor constituye un área de interven- y del ritmo de la recuperación. Puesto que Resuita de gran uuudad para el pacicnu.
ción del psiquiatra de enlace que reviste el paciente ya es capaz entonces de enfren- Pensamos que este abordaje activo-con- conocer a una persona bien adaptada que se
especial importancia. Si bien el dolor en el tarse a lo que le ha ocurrido con claridad frontacional de resolución de problemas es haya sometido a una intervención de simi-
paciente de quemados es crónico, se hace mental, esta fase es la más complicada des- un ingrediente activo para prevenir la de- lares características. Así se pone de mani-
más duro al cambiar los vendajes y los des- de el punto de vista psicológico. Sin embar- presión. fiesto que las personas se adaptan bien al
bridamientos. Los analgésicos más habi- go, los problemas físicos del paciente conti- procedimiento; en realidad, un estudio de-
tuales por vía intravenosa son morfina, núan, como el dolor asociado a la terapia fí- mostraba que más del 86% de pacientes
meperidina, metadona y fentanilo. Cada sica y a los cambios de vendajes. Durante •"ciRUQÍ A DE CARA Y CUELLO con problemas de cara y cuello se adapta-
uno de estos fármacos tiene ventajas e in- esta fase, el psiquiatra debe estar preparado ban funcionalmente a sus desfiguraciones.
convenientes, y las dosis varían mucho de para manejar el duelo, facilitar la expresión Contraindicaciones psiquiátricas Una tercera parte de estos pacientes tenía
un paciente a otro. Debido a su rápido ini- emocional e intervenir en el manejo de la a la cirugía desfiguraciones visibles a consecuencia del
cio de acción y su breve duración, se reco- regresión. tratamiento quirúrgico (West, 1977). Un
mienda administrar fentanilo antes de A diferencia de los trasplantes, las indica- ingrediente indispensable para prevenir
cambiar los vendajes y cortar los tejidos ciones o contraindicaciones de la cirugía de reacciones emocionales negativas es el apo-
(Welch, 1987). Fase de adaptación a largo plazo las desfiguraciones se basan principalmente yo que reciben los pacientes de sus familia-
Es necesario manejar dos aspectos psico- en consideraciones médicas. Muchos pa- res y del equipo terapéutico, tanto en el
lógicos básicos durante este período: la ne- cientes con cáncer de cara y cuello se adap- preoperatorio como en el postoperatorio.
Pese al notable malestar emocional que
gación y la educación. Los psiquiatras con conlleva esta fase, los pacientes suelen tener tan y afrontan muy bien la cirugía estética
experiencia en las unidades de quemados problemas para implicarse en la psicotera- para salvar sus vidas. Sin embargo, un estu-
atestiguan la rápida alternancia entre la ne- pia o comunicarse con sus familiares. El ob- dio reciente demostraba que el 18% de los Trastornos psíquíátricos
cesidad que tiene el paciente de obtener jetivo psicológico es fomentar un afronta- pacientes referían que los inconvenientes
más información y la negación intensa. Este miento adecuado. superaban a las ventajas (Gamba et al., Un paciente con antecedentes de trastor-
salto tan rápido entre ambos polos suele Basándonos en el trabajo de Weisman y 1992). Estos pacientes respondían con afir- no psiquiátrico tiene un mayor riesgo de
confundir a la familia y al personal médico. Sobel (1979), sugerimos que los clínicos maciones tales como: «no me podía recono- presentar un trastorno de este tipo tras ser
La experiencia ha demostrado que no es utilicen el siguiente planteamiento en pa- cer a mí mismo» y «parecía un monstruo» sometido a una cirugía que provoca desfi-
prudente, cuando no cruel, tratar de disipar cientes con quemaduras: (Gamba et al., 1992, pág. 220). Para este guraciones. La psicopatología también afec-
la negación, especialmente al principio. Por grupo, sobrevivir al cáncer era menos im- ta la capacidad del paciente para afrontar la
otra parte, es necesario responder a las pre- 1. Identificar los sentimientos básicos portante que presentar una determinada cirugía. Breitbart y Holland (1988) seftalai
guntas directas de una manera cordial aun- acerca de la experiencia de padecer apariencia. Este dato llevó a los autores a ban que la presencia de un trastorno de am
que precisa. Se debe incluso contestar a la quemaduras sin que se lleguen a con- proponer que la mejor manera de ayudar a siedad previo constituía un obstáculo mu)
pregunta «¿Me voy a morir?», aunque el pa- vertir en el eje central de la terapia. preparar al paciente para la cirugía es edu- importante para el tratamiento y la rehabini
ciente se encuentre en una situación muy 2. Definir una jerarquía de problemas a cándole. Esta instrucción incluye valorar tación de pacientes con cáncer de cara )
crítica. los que debe hacer frente el paciente. hasta qué punto están alteradas las activida- cuello.
No es raro que los pacientes experimenten desfiguración mucho peor de lo que es en dolor y ansiedad, que, a su vez, provocan puede causar inhibición o abstinencia se-
depresión y/o ansiedad leves; sin embargo, realidad, con el consiguiente incremento del un aumento del dolor. Como ocurre en pa- xual» (pág. 131). La intimidad y la activi-
puede desarrollarse una depresión mayor o aislamiento, de la depresión y la ansiedad. cientes de quemados, y tal y como se ha co- dad sexual se ven afectadas también por la
un trastorno de ansiedad. El diagnóstico de Existen varias intervenciones útiles para mentado antes en este capítulo, recomenda- vergüenza y la turbación (Grinker, 1976).
depresión es complicado cuando un pacien- la ansiedad. Las intervenciones iniciales en mos prescribir fármacos para el dolor de El hecho de hablar claramente sobre este
te ya tiene problemas de sueño y de apetito, el período postoperatorio inciuyen el entre- manera «que el paciente pueda rehusar (o tema con el equipo a cargo del tratamiento,
signos vegetativos claves para la depresión. namiento en relajación, la imaginación guia- considerar) las dosis», en lugar de prescri- tanto antes como después de la cirugía, sue-
Guos signos quc st deueii bu¿uü, e¿>pccíiiLa- ud y iá deSCiiSiüÍiiZaCiGii. i_a liriagiriaClOil y bir dosis sólo cuando sc ncccsitcn. Esta cs- lc rcsultar muy útil.
mente en pacientes que deberán someterse a la desensibilización combinadas permiten trategia permite que el paciente tenga sen- Uno de los principales factores que influ-
cirugía de cáncer de cara y cuello, son: que el paciente afronte sus temores y apren- sación de control, proporciona bienestar y yen en la adaptación de los pacientes a los
da a relajarse. La reestructuración cognitiva minimiza la desesperanza (Shapiro y Korn- cambios corporales es el nivel de aceptación ¡
• Dependencia excesiva. es otra manera de reducir la ansiedad. Con feld, 1987). que sienten. La percepción de ausencia de
• Ira. esta intervención, los pacientes valoran sus apoyo social mina la recuperación. Orr et
• Retraimiento social (que se pone de cogniciones para determinar si son adecua- al. (1989) encontraron que los pacientes
manifiesto, por ejemplo, mediante un das y si no lo son, reestructurarlas a fin de Reacciones ante la pérdida y problemas que percibían mayor apoyo social (amigos
escaso contacto ocular, la evitación de que provoquen menos estrés. Las interven- de la imagen corporal más que familiares) tenían una imagen más
las reuniones familiares). ciones farmacológicas son útiles en pacien- positiva de su cuerpo, una autoestima ma-
• Sentimientos de desesperanza e inde- tes que están tan ansiosos que no pueden Los pacientes sometidos a cirugía que yor, y menor depresión que los que tenían
fensión. iniciar estos ejercicios, o en los que sufren causa desfiguraciones experimentan nume- menos apoyo. La primera «exposición so-
• Quejas excesivas de dolor. insomnio y son incapaces de concentrarse rosas pérdidas. Existen pérdidas de función cial» a la que debe enfrentarse el paciente
• Incumplimiento del tratamiento. debido a sus síntomas de ansiedad. y de capacidades, así como pérdidas de par- tras la cirugía o el trauma tiene lugar con el
La alteración del estado mental es una ma- tes específicas del cuerpo, pero más impor- equipo de tratamiento. Por tanto, el apoyo
El psiquiatra deberá buscar síntomas suti- nifestación postoperatoria común en pacien- tantes aún son las pérdidas de identidad y social y la comunicación acerca de aspectos
les no verbales en los gestos y expresiones tes que han sido sometidos a cirugía de cara de la propia imagen. La cara es crucial para que son delicados para él, como la sexuali-
para evaluar el estado de ánimo del paciente y cuello. La desorientación, confusión, ilu- la identidad y la autoimagen de un indivi- dad o la vergüenza que siente por su ima-
tras ser sometido a procedimientos quirúrgi- siones o alucinaciones leves constituyen sín- duo y, por tanto, la cirugía que desfigura el gen corporal, se inician en el ámbito hospi-
cos que desfiguran su apariencia externa. tomas provocados por sobrecarga sensorial, área facial comporta el riesgo más elevado talario. La aceptación del paciente comienza
La ansiedad también es un problema sig- privación sensorial, privación de suefto o el de devastación emocional y de la consi- con la capacidad que tiené el personal mé-
nificativo en pacientes desfigurados. Mu- impacto de acontecimientos extremadamen- guiente depresión. El temor a las reacciones dico de comunicarse de una manera cómo-
chos factores contribuyen a la ansiedad en te amenazadores. Adams et al. (1984), me- sociales ante la desfiguración facial puede da y efectiva con él.
pacientes que se están adaptando a las des- diante unos tests administrados en la cabece- desencadenar, a veces, aislamiento social,
figuraciones. En el caso de haber sufrido un ra del paciente, observaron que un elevado perpetuando todavía más la depresión. La
accidente, normalmente se suele dar una porcentaje de pacientes considerados por los vergüenza es la causa del aislamiento que, a Abstinencia de sustancias
reacción de ansiedad ante ese trauma espe- cirujanos como «deprimidos» presentaban su vez, empeora la depresión.
cífico, así como por el aspecto físico. importantes déficit neuropsicológicos. La sexualidad también se ve afectada por Se ha observado una elevada incidencia
Muchos síntomas están asociados a la an- alteraciones en la imagen corporal. Aunque de alcoholismo y abuso de sustancias en
siedad, además del hecho de sentirse ansio- no se centró concretamente en personas poblaciones de pacientes con cáncer de cara
so o como si uno «se estuviera desmoronan- Control del dolor con cáncer de cara y cuello, Grinker (1976) y cuello (Shapiro y Kornfeld, 1987). Cuan-
do». La ansiedad puede provocar distor- aseguraba que el «miedo que provoca pre- do la ingesta de alcohol se interrumpe brus-
siones del cambio corporal y de la imagen Un control inadecuado del dolor contri- sentarse ante el cónyuge como una persona camente por un traumatismo o por la ciru-
corporal. Los pacientes llegan a percibir su buye a aumentar los niveles de depresión, tullida, dañada, incompleta o moribunda gía, suele presentarse abstinencia.
Aspcctos relacionados con el personal todo al comienzo de sus carreras, no conside- Cassem NH, Sos J: The intravenous use of Groves JE: Management of the borderline patient
sanítario ran que estos aspectos sean lo suficientemen- haloperidol for acute delirium in intensive on a medical or surgical ward: the psychiatric
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Capítulo 19

Trasplante
Thomas B. Strouse
Deane L. Wolcott
Chrístíne E. Skotzko

El desarrollo de los trasplantes de órga- recursos económicos entre los servicios de


nos y de médula ósea es uno de los grandes trasplantes de órganos y otros servicios sani-
triunfos de la medicina del siglo xx. Los tarios puede restringir el crecimiento de esta
trasplantes que hoy en día se realizan con especialidad clínica.
éxito empezaron a desarrollarse durante las La psiquiatría relacionada con el tras-
décadas de los setenta y ochenta. Los futu- plante de órganos es un área de actividad
ros desarrollos biomédicos probablemente clínica que ha experimentado un rápido
extenderán la utilidad clínica de los tras- crecimiento, tanto en lo que respecta a la
plantes a órganos para los cuales ésta es to- clínica como a la investigación (Freeman
davía una técnica experimental utilizada en et al., 1995). Clínicamente, el especialista
muy raras ocasiones (p. ej., el trasplante de en este campo actúa como profesional que
intestino delgado o el trasplante múltiple). proporciona un servicio al paciente y como
A principios de la década de 1990 en Es- miembro del equipo de trasplante. Actual-
tados Unidos se empezaron a vislumbrar los mente, un especialista en psiquiatría para
límites potenciales de los trasplantes en el trasplantes necesita tener conocimientos y
sistema sanitario. Aunque se han realizado habilidades específicas que van más allá de
grandes esfuerzos para aumentar la cantidad las del psiquiatra de enlace general, ya que
de donantes de órganos (p. ej., donantes debe cumplir óptimamente con su papel
parciales vivos relacionados con el pacien- clínico y su papel como miembro del equi-
te), parece que la disponibilidad de órganos po de trasplante.
seguirá coartando el floreciente futuro de los La función del psiquiatra de trasplante
trasplantes. Además, la competencia por los con el paciente en estado crítico incluye el
diagnósüco y el tratamiento de los trastor- cólogos), y e) su efectividad para proporcio- , J ¿e que los síntomas somáticos de enfer- en Estados Unidos, los receptores potencia-
nos psiquiátricos que se producen en los nar apoyo informal a los miembros del medades crónicas se asemejan muchas veces les siguen sobrepasando el número de do-
candidatos y en los receptores de órganos. equipo de trasplante que estén pasando por los síntomas de enfermedades psiquiátricas nantes o de órganos disponibles (Surman,
Con frecuencia debe participar en la evalua- una fuerte tensión. (Mai, 1987). Entre las habilidades que se re- 1989). Los comités de selección para los
ción del candidato a trasplante y en el pro- nuieren en el equipo de psiquiatras destaca trasplantes proporcionan un control de la
ceso de selección, que está sujeto a múlti- la competencia en la evaluación del abuso de fuente de donación, y por tanto están inhe-
ples aspectos éticos, legales, científicos y de • EVALUACIÓN BIOPSICOSOCIAL sustancias, incluyendo la abstinencia y el rentemente implicados en un proceso de se-
políticas públicas. Tambien se ocupa de Dh LOS CANDIDATOS A TRASPLANTE riesgo de recaida, de ios uastoiTius ue la pei- ieuuiúii Oaiauü Cii iai_Luieb éueui>, psicusu-
evaluar el cumplimiento pasado, presente y YDELOSDONANTESVIVOS sonalidad, y del riesgo de una mala evolu-ciales y biomédicos (Freeman et al., 1992;
futuro con el régimen terapéutico estableci- Jonsen, 1989).
ción psicosocial, así como su capacidad para
do en cada candidato a trasplante, así como Concepto de equípo Tanto los clínicos como los investigadores
diagnosticar y tratar los trastornos psiquiátri-
de ofrecer asesoramiento ante problemas cos primarios o secundarios («orgánicos»).del campo de los trasplantes son cada vez
interpersonales y sociales que puedan inter- La complejidad del trasplante de órganos Los centros de trasplante normalmente más conscientes de la naturaleza entrelazada
ferir en relaciones entre el paciente y el requiere que un equipo multidisciplinario confían en los coordinadores de enfermeríade los aspectos médicos, psiquiátricos, psi-
equipo médico. La evaluación psiquiátrica y participe en el cuidado de los médicos, can- cosociales y éticos en la evaluación de los
para facilitar la entrada del paciente en la
el manejo de los pacientes con alteraciones didatos y receptores, así como de los do- fase de evaluación formal. Los coordinado- candidatos a trasplante (Craven y Rodin,
o trastornos de la personalidad, pacientes nantes vivos. En la fase de evaluación, las 1992; Foxy Swazey 1992). Esta observación
res se aseguran de que se realicen todas las
con historia de abuso de sustancias o que personas que sufren enfermedades irrever- selecciones o evaluaciones necesarias. Ade-no debe sorprender, ya que hacer una eva-
todavía continúan usándolas, y pacientes sibles son seleccionadas para formar parte más, están implicados en la educación del luación psicosocial requiere juicios muy cui-
con insuficiencia hepática aguda debida a del grupo de candidatos a trasplante. paciente y les proporcionan apoyo, tanto a dadosos sobre el estilo de afrontamiento del
sobredosis de sustancias (normalmente, pa- paciente, su conducta de enfermedad, su ca-
La composición del equipo que seleccio- ellos como a sus familiares.
racetamol), son desafíos comunes a los que pacidad para formar una alianza con el equi-
na a estos pacientes varía según los centros. En la mayoría de los programas también
debe enfrentarse el especialista en psiquia- po médico, las necesidades de apoyo emo-
En casi todos los programas se incluyen in- se lleva a cabo una evaluación del entor-
tría de trasplantes. cional y los recursos económicos y materiales
ternistas y cirujanos con especialización en no del paciente, sus sistemas de apoyo, su
Entre las funciones de estos profesionales los órganos relevantes. Los miembros de (Freeman et al, 1992; tabla 19-1). Más allá
disponibilidad y la necesidad de proporcio-
está cumplir con muchas de las actividades este equipo son normalmente los guardia- narles una vivienda (Levenson y Olbrisch, de estas actividades, se pide a los equipos
formales o informales como miembro del nes que controlan el flujo de pacientes hacia psicosociales que establezcan complejas pre-
1993b). La estabilidad de las relaciones de
equipo de trasplante. El grado en que el psi- la fase de evaluación. pareja, la posibilidad de implicar a otras dicciones sobre la calidad de vida del pacien-
quiatra es aceptado como miembro de este Los datos psicosociales son importantes y personas y los recursos económicos y geo- te después del trasplante, la adecuación de
equipo depende de los siguientes factores: generalmente son revisados antes de aceptar gráficos también son factores importantes los sistemas familiares de apoyo, el impacto
a) su capacidad para comunicarse efectiva y a un individuo como candidato a trasplante que deben considerarse. del trasplante sobre las enfermedades psi-
sucintamente con el resto de los miembros (Wolcott, 1991), o como donante vivo. El in- quiátricas preexistentes y el futuro cumpli-
del equipo, b) el grado en que su juicio clí- terés por estos datos personales se desarrolló miento. Existe un acuerdo general respecto a
mco ofrece fiabilidad, c) su capacidad para paralelamente con la posibilidad de que exis- h ASPECTOSDELTRASPLANTE que la evaluación psicosocial debería promo-
manejar las reacciones adversas de los tiesen donantes vivos de riñón (Eisendrath et QUEAMENUDOCONLLEVAN . ver la equidad de acceso, la imparcialidad
miembros del equipo médico hacia los pa- al„ 1969; Fellner, 1971; Vidt, 1971). CONSULTA PSIQUIÁTRICA y la voluntad de no hacer daño al paciente
cientes conflictivos que pueden interferir con Los psiquiatras de enlace están excepcio- (Lowy y Martin, 1992). No obstante, con fre-
la correcta toma de decisiones y con el tra- nalmente bien entrenados para hacer la eva- Consideraciones éticas cuencia los especialistas en salud mental son
tamiento, d) su capacidad para colaborar de luación psicosocial de los pacientes. Entre las conscientes de los conflictos entre los apa-
forma efectiva con cualquier otro equipo razones que justifican que el psiquiatra coor- A pesar del incremento anual en el nú- rentes deseos o los mejores intereses del pa-
psicosocial (p. ej., trabajadores sociales, psi- dine la evaluación psicosocial está la posibili- mero de trasplantes de órganos realizados ciente (p. ej., prolongación de la vida, recibir
TABLA 19-1. Criterios de selección psicosocial dos en los datos disponibles. Loewy (1987) 0 La evolución de las relaciones familiares • TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS
para el trasplante de órganos y la posibilidad de que el donante posea EN CANDIDATOS A TRASPLANTE
afirma que los comités deberían ser muy
Contraindicaciones absolutas cuidadosos para evitar las consideraciones creencias mágicas sobre la resolución de
Abuso activo de sustancias de «valor social». Basándose en parte en la conflictos familiares de larga evolución
Pacientes con enfermedades cardíacas
Psicosis que limita significativamente la comprension Ameñcans With Disabüities Act, Merrikin y gracias a su donación.
del consentimiento informado o el seguimiento de
Overcast (1987) se negaron a aceptar la • Preocupaciones y creencias personales, Los síntomas de ansiedad aparecen cor¡
las prescripciones médicas
Rechazo al trasplante y/o ideación suicida activa descalificación de los pacientes por el hecho culturales o religiosas sobre la donación frecuencia relacionados directamente con e]
Trastomo facticio con síntomas físicos de suinr enrermedades mentales. ÜC organos. cstado cardíaco dcl pacicntc. Kahn ci jl
• La posibilidad de que el estrés psicobio- (1987) refirió que el 83% de los individuo^
Contraindicaciones relativas lógico implícito en la donación empeore con miocardiopatía idiopática sufrían pro-
Demencia u otras disfunciones cerebrales persistentes:
Evaluación de los donantes vivos una psicopatología ya existente. bablemente un trastorno de angustia er¡
Si no pueden garantizarse recursos psicosociales
adecuados o una supervisión del cumplimiento
comparación con el 16% de los individuoj
de las prescripciones médicas, o bien La donación completa o parcial de órga- En el único estudio disponible realizado con insuficiencia cardíaca postinfarto, carj
Si la disfunción es de un tipo que se correlaciona sobre la evolución psiquiátrica de los do- diopatía reumática o cardiopatía congénita
nos por parte de donantes vivos se está
con un riesgo elevado de reacciones neuropsi-
quiátricas adversas en la fase posterior al tras- convirtiendo en una fuente cada vez más nantes de segmentos parciales del hígado, Wells et al. (1989) descubrieron un gradq
plante (p. ej., demencia alcohólica, síndromes importante de tejidos. Los donantes vivos Goldman (1993) describió a 20 pacientes sigmficativamente mayor de trastornos ái
del lóbulo frontal) ansiedad recientes y pasados en personai
suponen un 20% de los riñones trasplanta- de la University of Chicago. La evolución
Enfermedades psiquiátricas refractarias al tratamiento, con enfermedades cardíacas en compara]
como trastornos afectivos intratables con intensa dos en Estados Unidos. La donación de psicológica era paralela a la descrita en la
ideación autolítica, esquizofrenia, trastornos de la segmentos parciales de órganos (pulmón, bibliografía sobre los donantes de riñón. ción con un grupo de individuos sin otra
conducta alimentaria, trastornos de la personalidad hígado) —principalmente de padres a hi- enfermedades médicas crónicas.
No cumplimiento con el sistema de trasplante, falta jos— es una práctica que está creciendo Freeman et al. (1988b) refirieron trastor
de voluntad para participar en el tratamiento psi-
coeducativo/psiquiátrico necesario notablemente (Broelsch et al., 1990; Gold- Escalas de evaluacíón nos adaptativos en el 25% de los individuoj
man, 1993). para los candidatos evaluados antes de un trasplante de cora
No existen criterios estandarizados para zón. El trastorno distímico y el trastorn<
la evaluación de los potenciales donantes Existen dos- escalas para la evaluación mental orgánico suponían el 4% de los tras
un trasplante) y las necesidades razonables vivos. En cualquier caso, muchos centros clínica de los factores psicosociales en can- tornos en esta población. Kuhn et al
del programa de trasplantes (p. ej., el cum- de trasplante incluyen a psiquiatras en la didatos a trasplante: la Valoración psicoso- (1990) refirieron trastornos adaptativos ei
plimiento de prescripciones, la sobriedad o evaluación prospectiva del paciente. Los cial de candidatos a trasplante (Psychosocial el 19% de los candidatos y síndromes neu
la participación entusiasta del paciente en el donantes potenciales deberían ser evalua- Assessment oj Candidates jor Transplant, ropsiquiátricos en el 12%. A pesar de la re
tratamiento) (Gellman, 1989; Murray, 1989). dos mediante el mismo sistema de consenti- PACT), desarrollada por Olbrisch et al. lativamente baja proporción de deliriun
¿Existen remedios éticos para estos pro- miento informado que se aplica a cualquier (1989), y la Escala de evaluación para el franco, otros investigadores han observad*
blemas? La mayoría de los autores conclu- otra situación prequirúrgica. No obstante, trasplante (Transplantation Evaluation Ra- pruebas de deterioro cognoscitivo en uii
yen que los procesos de selección psicoso- al evaluar a los potenciales donantes, tam- ting Scale, TERS), desarrollada por Twill- gran porcentaje de candidatos a trasplant^
cial deberían incluir un mínimo «consenti- bién es importante examinar otras áreas, man et al. (1993). Ambas escalas incluyen cardíaco (Schall et al., 1989).
miento informado» para los pacientes; es entre las que se incluyen: ítems para los diagnósticos psiquiátricos,
decir, una explicación clara del propósito y abuso de sustancias, conductas de enfer-
el uso que hará el comité de selección de • La dinámica familiar y el potencial para medad, cumplimiento de prescripciones, Pacientes con enfermedad pulmonar i
sus datos (Lowy y Martin, 1992). Surman la coerción de un miembro particular apoyo social, estrategias de afrontamiento
y Purtillo (1992) y Wolcott (1990) subra- hacia la donación. previas y estrategias de afrontamiento espe- Los pacientes que son candidatos a trasi
yaron la importancia de establecer criterios • La obligación implícita del receptor de cíficas para la enfermedad. La TERS tam- plante de un pulmón o de los dos presentaij
de exclusión científicamente válidos basa- aceptar el «regalo». bién evalúa estados afectivos y mentales. graves limitaciones en su actividad dian2
relacionadas directamente con su enferme- prospectivos a gran escala que confirmen pacientes que asistían a diálisis, y en un má- ción con prejuicios de los programas de se-
dad. Wells et al. (1989) examinaron la pre- esta incidencia. Durante el período poste- ximo de 22% (Lowry 1979). Los problemas lección (Lowy y Martin, 1992; Merrikin y
valencia reciente y a lo largo de la vida de rior al trasplante, la prevalencia de delirium cognoscitivos y los síndromes similares a la Overcast, 1987), particularmente en pa-
los trastornos psiquiátricos en un grupo también es alta. Aunque se acepta amplia- demencia se asociaron a la enfermedad re- cientes psiquiátricos que no lo merecen.
de individuos con enfermedades pulmona- mente que el trasplante de hígado se asocia nal crónica y a la diálisis (Alter et al, 1989; La mayoría de los psiquiatras que desa-
res crónicas, y hallaron que su riesgo a lo a una mejora en el funcionamiento neuro- Nissenson et al., 1987). Estos trastornos rrollan su actividad en los programas de
largo de la vida para el trastorno afectivo, psicológico y neuropsiquiátrico (Tarter et pueden desaparecer después del trasplante trasplantes, apoyan la idea de que los facto-
IUS UaiLoiiios iclaciuiiauus con susuuicias y al., 1992), IUÍJ síiiuiuiiics iieuiupsiquiáliieuo ,.o- , - - ; . \ - í > . ; , ! , - „ , J „ I , „..,-„,, t , , , , , , , .
renal. iu^> p ^ i u u ^ u u i a i u ^ I Í U U U U U I Í U Ü LUiiidi¿>u c u i ü u
el trastorno de ansiedad, era significativa- que se diagnostican en este período alcan- elementos inmutables o definitivos para lle-
mente superior que el del grupo control sin zan el 33% en los receptores de un hígado gar a una conclusión sobre la idoneidad de
enfermedad médica. Kellner et al. (1992) (DeGroen y Craven, 1992; DeGroen et al, • TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS, los candidatos (Surman, 1989, 1992). En
observaron que el grado de disnea en pa- 1987; Tollemar et al., 1988). Algunos pa- SU RELACIÓN CON LOS CRITERIOS lugar de esto, los factores que se consideran
cientes con enfermedades pulmonares cró- cientes presentan delirium prolongado que DE SELECCIÓN Y PREDICCIÓN tan rígidamente como contraindicaciones
nicas se correlacionaba positivamente con progresa hacia síndromes que recuerdan la DELAEVOLUCIÓN absolutas para el trasplante deberían consi-
el grado de depresión y ansiedad. demencia (DeGroen y Craven, 1992). derarse como factores de riesgo y como ob-
No debe sorprendernos que cuando Cra- En los candidatos a trasplante de hígado La tabla 19-1 muestra las contraindicacio- jetivos de una intervención muy directa. En
ven (1990b) examinó series consecutivas de se han detectado algunos trastornos psi- nes psicosociales absolutas y relativas que Estados Unidos, los trastornos psiquiátricos
candidatos a trasplante de pulmón, el 50% quiátricos primarios. En las series descritas se han propuesto para los trasplantes de ór- con frecuencia no se identifican ni se tratan
presentaba una historia de trastorno psi- anteriormente, Trzepacz et al. (1989) halla- ganos. En esta tabla combinamos las prácti- (Regier et al, 1993), y probablemente son
quiátrico. Estos trastornos incluían el sín- ron que el 20% de los candidatos sufría en cas actuales, considerando en qué medida más prevalentes entre los posibles recepto-
drome cerebral orgánico (19%), la depre- aquel momento trastornos adaptativos, el pueden realizarse, con predictores provisio- res de trasplantes.
sión mayor (16%), el trastorno de angustia 4,5% padecía una depresión mayor, el 9% nales basados en datos sobre mala evolu-
o el trastorno de ansiedad no especificado cumplía los criterios para el abuso o la de- ción en lo que se refiere a la superviven-
(11%) y el abuso de alcohol u otras sustan- pendencia del alcohol y el 2% cumplía los cia, la morbilidad perioperatoria médica y Trastornos relacionados con sustancias
cias(ll%). criterios para el abuso de otras sustancias. psicológica, y la calidad de vida (House
y Thompson, 1988; Kuhn et al., 1988a, El alcohol causa grandes problemas de
1988b, 1988c; Levenson y Olbrisch, 1987, salud en Estados Unidos, y su abuso está
Pacíentes con enfermedad hepátíca Pacientes con enfermedad renal 1993a; Surman, 1992; Wolcott, 1990). presente en aproximadamente un tercio de
Aunque los estudios (Levenson y 01- los pacientes con enfermedades hepáticas
El delirium, incluyendo la encefalopatía La depresión mayor, diagnosticada a par- brisch, 1993b; Olbrisch y Levenson, 1991) en su último estadio que esperan una eva-
hepática, es el trastorno psiquiátrico que se tir de la Entrevista diagnóstica (Diagnostic han demostrado que el 100% de los progra- luación para el trasplante, y en la mitad de
observa con más frecuencia en los pacientes Interview Schedule) (Robins et al, 1981), se mas de trasplantes de hígado —y altos por- todos los pacientes con enfermedades hepá-
con enfermedades hepáticas, antes y des- detectó en el 8,1% de una muestra no selec- centajes de otros programas de trasplantes ticas en su último estadio (Loewy, 1987).
pués del trasplante. Trzepacz et al. (1989) cionada de 99 pacientes que estaban some- de órganos— utilizan evaluaciones psicoso- Además, la miocardiopatía relacionada con
observaron que la tasa de encefalopatía he- tidos a diálisis renal. De entre estos pacien- ciales en la selección de candidatos, carecen el alcohol es una razón frecuente para el
pática se aproximaba al 20% en un estudio tes deprimidos, el 50% presentaba una his- de consenso acerca de las contraindicacio- trasplante de corazón y constituye una me-
prospectivo realizado con candidatos a tras- toria de depresión mayor (Rodin y Voshart, nes relativas o absolutas de los trasplantes, a dida significativa —aunque desconocida
plante de la Universidad de Pittsburgh. La 1987) y otro 12% cumplía los criterios sólo excepción del abuso activo de sustancias o del 30% de los pacientes con miocardiopa-
encefalopatía subclínica posiblemente se da para la depresión mayor episodio pasado. de las psicosis activas. No obstante, los es- tías «idiopáticas» que son evaluados para
con mucha más frecuencia (Trzepacz et al., La depresión mayor se detectó en un 5% pecialistas en ética, leyes y muchos clínicos, trasplante (Burdine et al., 1990). Lucey et
1988), aunque no se dispone de estudios como mínimo (Smith et al., 1985) de los están preocupados por la potencial aplica- al. (1990; Lucey y Beresford, 1992) fueron
pioneros en la evaluación de los pacientes El trasplante de riñón proporciona una son epifenómenos del trasplante, imponen blicaron una revisión exhaustiva de series
alcohólicos candidatos a trasplante de órga- alternativa a la única tecnología capaz de exigencias muy concretas al paciente que no de pacientes que se consideraron candida-
nos, y se basaron en parte en el trabajo de mantener la vida: la diálisis; otros órganos consiente, y que son claramente distintas a las tos a trasplante «en el límite moderado»
George Vaillant (198.3). El algoritmo de Be- trasplantados pueden mantener la vida, que se presentarían en una intervención sen- por razones de edad, malignidad de la en-
resford insiste en la importancia del diag- pero otras tecnologías no. Con el argumen- cilla, como una cardioversión. Estas exigen- fermedad, infección por VIH, retraso men-
nóstico preciso y de que el paciente y su fa- to de liberarse de las dificultades logísticas cias sobre el mantenimiento podrían orientar tal o largo tratamiento previo de problemas
milia reconozcan el alcoholismo como una de la diálisis crónica, Surman (1989) sugie- la escala de consideraciones éticas para rea- afectivos, de personalidad y de abuso de
„„<•„...„.,„ J „ J , . „,-, 1 , -,,..,1,,.,-,,'í,, J , 1 - ,,,-„
u i n u i i i i u u i a u i \ u n i a n u i u a t i u u U L I U nJ UJIU- ic cruc Ci [Xtispicinic ^iC rinon cs CaSi sicmprc [údL Ua¿>piaiiLeb eii pacieiiLcb L Ü ) U UUÍI¿>CÍILI- bUsLaiiciut.. Lu¿. uULuics s u b r u y u i u i i lu¿ d l s -
dictores comúnmente aceptados de absti- la mejor alternativa para los pacientes con miento no es obvio (Lowy y Martin, 1992). tintos modelos éticos que tendían a aplicar
nencia a largo plazo de alcohol. enfermedades psiquiátricas. los psiquiatras de enlace para anticipar los
El abuso de sustancias diferentes del al- posibles riesgos médicos y psiquiátricos.
cohol ha recibido mucha menos atención Demencia y retraso mental Señalaron también la falta de pautas éticas
en la bibliografía sobre trasplantes. Gast- Ideación autolítica y/o rechazo estandarizadas para determinar las políticas
friend et al. (1989) demostraron convincen- del trasplante Tal y como ya se ha mencionado ante- de selección entre los pacientes con trastor-
temente que el abuso de sustancias en los riormente en este capítulo, las tendencias nos psiquiátricos refractarios al tratamiento.
receptores de trasplantes se correlacionaba Es poco frecuente que los equipos de tras- éticas y legales, incluyendo la Americans En el pasado, las decisiones de excluir a
fuertemente con la falta de cumplimiento plantes se encuentren con candidatos que With Disabilities Act, cada vez influyen más candidatos a trasplante con enfermedades
de las prescripciones médicas. Además, los presentan ideación suicida. No obstante, al- sobre los programas de trasplante en lo que psiquiátricas no psicóticas solían basarse en
receptores de trasplantes con problemas in- gunos de estos candidatos han experimenta- respecta a la responsabilidad para tomar de- la preocupación sobre el cumplimiento de
munológicos eran vulnerables a infecciones do un rechazo fulminante del órgano tras los cisiones que no discriminen a las personas las prescripciones médicas una vez realizado
fúngicas, bacterianas y víricas, a enfermeda- intentos de suicidio (p. ej., necrosis hepática con enfermedades mentales (Lowy y Mar- el trasplante. La bibliografía sobre trasplantes
des pulmonares y a otras múltiples compli- inducida por paracetamol). Estas situaciones tin, 1992; Merrikin y Overcast, 1987). de corazón pone en duda que los pacientes
caciones médicas de la inhalación, inyec- merecen que se consideren los complejos Una aproximación preferible a este con- con diagnósticos psiquiátricos no psicóticos
ción o ingestión de sustancias de abuso. factores éticos y clínicos. ¿Debería realizar- fficto es la que reconoce los posibles proble- previos presentasen más morbilidad médica
se un trasplante, por ejemplo, a un joven de mas de cumplimiento asociados a la de- o psicológica que otros pacientes trasplanta-
18 años que permanece en coma tras una so- dos (Frierson y Lippmann, 1987; Maricle et
mencia y al retraso, busca caracterizar el
Psícosis bredosis letal de paracetamol y que no tiene al, 1991; Skotzko et al., 1994; Surman,
funcionamiento actual (particularmente en
posibilidades de despertar? 1989). No obstante, en los trastornos de la
los ámbitos críticos para el éxito del auto-
Existe poca bibliografía sobre el trasplan- Los programas de trasplante no poseen una personalidad, en especial los que coexistían
cuidado tras el trasplante del órgano) e in-
te de órganos realizado en pacientes con es- autoridad especial para llevar a cabo procedi- con trastornos afectivos o con abuso de sus-
tenta organizar los recursos necesarios para
quizofrenia u otras psicosis crónicas. Di- mientos involuntarios sobre los pacientes que tancias, sí se observó que se asociaban a
garantizar estos cuidados tras el trasplante.
Martini y Twillman (1994) describieron re- no quieren recibirlos. Los que probablemente complicaciones quirúrgicas y psiquiátricas
cientemente trasplantes de hígado y médula se beneficiarían de un trasplante pero que re- postoperatorias (Freeman et al., 1988a; Gast-
ósea realizados con éxito en dos hombres chazan de lleno esta posibilidad son libres de friend et al., 1989; Kuhn et al, 1988c).
Enfermedades psíquiátricas refractarias
esquizofrénicos. Sills y Popkin (1992) refi- tomar sus propias decisiones. Los que están al tratamíento
rieron un caso de sustitución electiva de un en estado crítico y su estado mental puede po-
riñón trasplantado en un paciente que pre- ner en peligro su participación en la toma de No se han realizado estudios prospecti- Cumplimíento del régimen terapéutíco
sentaba una psicosis orgánica, no cumplía decisiones, en general no se oponen al tras- vos sobre los resultados de trasplantes en
con las prescripciones terapéuticas, presen- plante pero tampoco proporcionan un con- receptores que antes de la operación sufrían Entre las complejas exigencias de cumpli-
taba una conducta antisocial y abuso de al- sentimiento claro. El tratamiento farmacológi- enfermedades psiquiátricas refractarias al miento que se requieren de los receptores de
cohol tras el trasplante. co tras el trasplante y el papel de paciente, que tratamiento. Surman y Purtillo (1992) pu- trasplantes, se incluyen un estricto seguimien-
to del régimen de medicación, participación de trabajo que se reúne regularmente y que medad psiquiátrica tratable, merecerían que La oportunidad de reunirse con una per-
activa en los controles médicos y en los segui- sigue al menos unas reglas informales de se respetasen sus deseos. sona que ya ha recibido el trasplante es una
mientos, abstinencia de sustancias de abuso y trabajo. Los candidatos se presentan de for- Los órganos artificiales como puente ha- experiencia valiosa para muchos pacientes.
registro escrupuloso de algunos datos. ma individual, y se exponen y discuten las cia el trasplante aumentan el número de pa- Les tranquiliza y aumenta su confianza en
Una historia de falta de cumplimiento indicaciones médicas y quirúrgicas y las po- cientes en estado crítico en el hospital y en los profesionales que realizarán la interven-
significativo de las indicaciones médicas sibles contraindicaciones. También se pre- última instancia, el número de personas ción. Los familiares también pueden sentir-
provoca graves preocupaciones sobre las sentan las ventajas y los puntos débiles ob- que pueden sobrevivir hasta que se realice se más seguros a partir de su relación con el
conipricacioncs lUluras. ¡^os arguiiiciitüi ¿civauui cn ia evaiuuuiuii psiquiuuica y la ¿i tiabpiaiilc. i_05 uistruiiicntos uc asistcncia •^KJLL \ U.LÍL. U ULIU nAiii-illUl U-Li pcJ.^iLlÍLi_ LitO-

sostienen este punto de vista: el cumpli- realizada por el trabajador social. En gene- cardíaca permiten que el paciente viva fuera plantado con éxilo.
miento pasado predice mejor la conducta ral, el grupo llega a una decisión de consen- de una unidad de cuidados intensivos Aunque no se ha invesLigado amplia-
futura, y la falta de cumplimiento causa una so, que incluye condiciones previas para la (UCI), y que sea tratado ambulatoriamente menLe, con frecuencia se observa un fenó-
morbilidad significativa en los receptores de aceptación, tales como «un estudio del cum- durante meses hasta que se encuentre un meno de ansiedad anLe el «leléfono» y el
trasplantes. El último punto está muy bien plimiento», o derivaciones para el trata- donante adecuado. Es probable que estos «busca». El buscapersonas puede dispararse
demostrado (DeLong et al, 1989; Didlake et miento del abuso de sustancias. aparatos se hagan cada vez más comunes súbiLamenle seftalando una posible reunión
al, 1988; Rovelli et al., 1989; Schweizer (Hravnak y George, 1989). El potencial en el hospiLal. Los Leléfonos que suenan en
et al, 1990). Algunos investigadores han de- para las complicaciones médicas y psicoló- medio de la noche pueden aumentar las ex-
mostrado que el cumplimiento o la falta de gicas para una persona que se mantiene con pectativas de un trasplante inminente. Las
• PERÍODODEESPERAPARAELTRASPLANTE
cumplimiento pasados predice fiablemente un «órgano artificial» es grande. Estas com- personas pueden desarrollar una sensación
la conducta postrasplante. Didlake et al. La ansiedad es un estado por el que pa- plicaciones incluyen la pérdida de control, de terror o aprensión a estos aparatos. Algu-
(1988) concluyeron que no se disponía de san con frecuencia los individuos que espe- dificultades de adaptación, delirium, infec- nos pacientes están tan preocupados que
predictores fiables de cumplimiento en los ran un trasplante (Craven, 1990b; Mai et ción, hemorragias y la muerte (Levenson y quieren esperar la «llamada» quietos en
receptores de trasplantes de riñón, pero al, 1986; Surman et al., 1987a, 1987b; Glocheski, 1991; Levy, 1981; Reedy et al., casa, reduciendo todas las actividades ex-
otros investigadores observaron una alta co- Weems y Patterson, 1989). La frustración y 1990;Ruzevichetal, 1990). ternas. Algunas veces es necesario realizar
rrelación entre el cumplimiento pretrasplan- la desmoralización son sentimientos que intervenciones terapéuticas para controlar
Los grupos de apoyo proporcionan bene-
te y postrasplante (Rodriguez et al, 1991). también se observan con frecuencia en las esta ansiedad.
ficios a las personas que esperan un tras-
Gastfriend et al. (1989) encontraron correla- personas que esperan un trasplante. Los plante y a sus famüiares (Buchanan, 1978;
ciones entre la historia de abuso de sustan- rasgos de personalidad de los pacientes y Suszycki, 1986). Las asociaciones regiona-
cias, la edad inferior a los 30 años, los tras- su ambivalencia respecto al trasplante pue- les de donaciones de órganos fomentan la Consíderarionespsicofarmacológicas
tornos afectivos y las dificultades socioeco- den provocar comportamientos patológi- participación de pacientes y familiares. La
nómicas con la falta de cumplimiento y el cos (Kuhn et al., 1988a; Phipps, 1991). El implicación activa en actividades públicas Las principales clases de psicofármacos y
fracaso del trasplante. Otros trabajos apoyan pacierite y el equipo médico necesitan áni- de donación puede ayudar a los pacientes y las consideraciones especiales en pacientes
la hipótesis de que los adultos tienen menos mos, apoyo y tranquilidad para poder tra- a sus familias a sentirse menos indefensos con disfunciones o insuficiencias de órga-
dificultades en el cumplimiento que los ni- bajar juntos de un modo efectivo. Es im- y desesperanzados durante el período de es- nos, se resumen en la tabla 19-2. Para am-
ños o los adolescentes (Hesse et al., 1990; portante realizar una evaluación periódica pera. La Transplant Recipient International pliar más esta exposición, el lector puede
Rovelli et al, 1989; Schweizer et al., 1990). del compromiso continuado con el tras- Organization (TRIO) proporciona un marco consultar Stoudemire y Fogel (1987) y
plante. Algunos individuos pueden decidir en el que los candidatos pueden aprender Trzepacz et al. (1991, 1993a, 1993b).
que el trasplante, o la calidad de vida de un de otras personas que ya han recibido el Cuando es posible realizar un seguimien-
• COMITÉDESELECCIÓN
paciente hospitalizado que espera un tras- trasplante, pueden escuchar los consejos to muy frecuente, aconsejamos tratar los sín-
plante, son inaceptables (Collins et al., médicos sobre algunos aspectos relativos al tomas psiquiátricos siempre que su trata-
El proceso de selección varía de un cen- 1990). Si estos pacientes no presentan evi- trasplante, y es una ayuda para promover la miento no comporte peligro para la salud del
tro a otro. La mayoría dispone de un grupo dencias de sufrir un delirium o una enfer- donación de órganos en la comunidad. paciente. Los efectos secundarios de los anti-
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depresivos tricíclicos convencionales mu- nas incluyen la buspirona, que puede set eneral, el largo período de cirugía, el volu- UCI. Tras un período inicial de lucidez,
chas veces no se toleran en pacientes candi- especialmenLe eficaz en la ansiedad crónicg en y los cambios electrolíticos asociados a los pacienles eslán leLárgicos, confundidos
datos a un trasplante. Además, los datos asociada a la enfermedad pulmonar (Rapo- reperfusión del nuevo órgano, el LraLa- y necesiLan reinLubación a pesar del ade-
(Glassman et a l , 1993) sugieren que el uso porL, 1988), y los neuroléplicos de aka p 0 .1 mienio con ciclosporina, el LraLamienLo con cuado funcionamienlo respiraLorio previo
de tricíclicos en cualquier paciente con en- Lencia como el haloperidol y el droperidol, I ooiáceos en el período posLoperaLorio, la dis- (Craven, 1991). Los sínLomas observados
fermedades cardíacas supone un riesgo po- Debe eviLarse la difenhidramina siempre I función lemprana del injerto, la fiebre, las son variables, e incluyen crisis, ceguera cor-
tencial. Los agentes más recientes, como los que sea posible, debido a que sus efecLos an-1 coagulopaLías, las infecciones y oLros proce- Lical, afasia, paresLesia, neuropalía, ideas
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menLe se Loleran bien. En la labla 19-2 se co-
menLan algunas consideraciones especiales.
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• PROBLEMAS NEUROPSIQVIÁTRICOS
I sos (Dubin cL al., 1979; Plcvak CL al., 1989).
La absLinencia de susLancias psicoacLivas
también debe Lenerse en cuenLa.
Cada vez hay más esLudios que relacio-
dclirantcs y agitación (Bcnnett y Normaü,
1986; DeGroen eL al., 1987). La obnubila-
ción, el coma profundo, el status epilepticus
y la muerte neurológica se producen en ca-
sos muy aislados (Adams eL al., 1987). Los
Los pacienLes con una faLiga grave suelen EN EL PERÍODO PREOPERATORIO nan la ciclosporina y oLros elemenLos de la
beneficiarse del LralamienLo con psicoesli- farmacopea del LrasplanLe con el delirium cambios difusos en la susLancia blanca se
mulanLes como el meLilfenidaLo o la dexlro- Delirium y trastornos de la conciencia posLoperalorio y la neuroloxicidad (Adams observan medianLe resonancia magnélica, y
anfeLamina. El LralamienLo limiLado en el eL al., 1987; Berden eL al., 1985; BhaLL eL al., se acompañan de una disriLmia encefalográ-
liempo (que finaliza normalmenie cuando Los Lraslornos menLales secundarios agu- 1988; Craven, 1991; De Bruijn eL al., 1989; fica siméLrica; los descansos de ciclosporina
se realiza el LrasplanLe) con 5-10 mg dos ve- dos son comunes en el período preoperaLo- DeGroen y Craven, 1992; DeGroen el al., se asocian a la remisión de sínLomas y a la
ces al día, puede mejorar nolablemenLe el rio. En visLa de las lasas de prevalencia del 1987;Franketal., 1993; Lopez et al., 1991; normalización de los cambios en la susLan-
funcionamienlo del pacienle durante el pe- 20-30% de encefalopaLía hepáLica anLes del PalmeryToto, 1991; C. B. Thompson et al., cia blanca en algunos pacienLes (DeGroen el
ríodo de espera. Lrasplanle de hígado (Trzepacz el al., 1989), 1984; Tollemar et al., 1988; Vogt el al., al., 1987).
Los estados de ansiedad clínicamente no debe sorprendernos que hasLa un Lercio 1988; Wilczek eL al., 1984; Winnock eL al., Aunque generalmenLe se conLempla
significativa que aparecen antes del tras- de lodos los recepLores de un LrasplanLe de 1993). De enLre lodos los pacienLes que han como una complicación posLoperaLoria agu-
plante pueden resukar basLanle difíciles de hígado presenLen síndromes neuropsiquiáLri- recibido un LrasplanLe, los recepLores de hí- da, la neuroLoxicidad de esLas susLancias a
LraLar, en parlicular en pacienles que han cos agudos en el período preoperalorio (Cra- gado son los más suscepLibles a eslos efec- veces ocurre meses después del LrasplanLe
sufrido delirium inlermiLenLe. Normalmen- ven, 1991; DeGroeny Craven, 1992; DeGro- tos adversos (BennelL y Norman, 1986; (De Bruijn eL al., 1989). Enlre 3 y 6 meses
Le, los psiquiaLras se han apoyado en la se- en eL al., 1987; Surman, 1994; Tollemar el Boon eL al., 1990; ConLi y Tubin, 1988; Cra- después del LrasplanLe de hígado han llega-
guridad de benzodiacepinas como el oxa- al., 1988). Hasla un 70% de los recepLores ven y Rodin, 1992; De Bruijn eL al., 1989; do a observarse delirium relacionado con la
cepam, lemacepam y loracepam, que no de un Lrasplanle de pulmón puede experi- DeGroen eL al., 1987; Lopez el al„ 1991; Ple- ciclosporina, crisis parciales complejas, ce-
Lienen melaboliLos acLivos y que son glu- menlar un delirium posloperaLorio (Craven, vak eL a l , 1989; Surman y Purlillo, 1992; To- guera corLical, síndromes del lóbulo fronLal
curonizados a compuesLos hidrosolubles 1990a). Es menos frecuenLe que los receplo- llemar et al., 1988; Trzepacz et a l , 1993a, y síndromes afeclivos secundarios (T SLrou-
(GreenblaLL y Shader, 1987). No obsLanLe, res de un Lrasplante de corazón y de riñón 1993b), y en diferentes centros sanitarios se se, daLos no publicados, abril 1994). En De-
las benzodiacepinas se dializan en una pro- presenten un delirium agudo. En receptores ha informado de algún grado de neurotoxici- Groen y Craven (1992) puede enconirarse
porción mínima y pueden empeorar la con- de trasplantes, el delirium u otros cambios dad por ciclosporina en el 25-40% de los re- una complela revisión de los posibles meca-
fusión en pacienLes con una encefalopaLía en el estado metal pueden anunciar la apari- ceptores de un hígado en la fase postoperato- nismos de la neuroloxicidad de la ciclospo-
hepálica (Surman, 1992, 1994) y los esLa- ción de enfermedades oportunistas del SNC ria. Existen pocas series de casos en las que rina. La Labla 19-3 resume los sínLomas de
dos de baja perfusión asociados a la insufi- (Boon et al., 1990; Conti y Tubin, 1988; Sur- se describan esLos síndromes en receplores Loxicidad de esLa susLancia.
ciencia cardíaca. Los esludios más recienles man, 1994; Surman y Purtillo, 1992). Los de corazones (Cooper eL al, 1989; Lane eL OLras susLancias ulilizadas comúnmenLe
implican a compuesLos gabaérgicos endóge- factores etiológicos más comunes para el de- al, 1988; McManus eL al., 1992) o riñones en el Lrasplanle de órganos y que se asocian
nos en la encefalopaLía hepálica (Basile et lirfum en recepLores de Lrasplante incluyen (PalmeryToLo, 1991). a delirium son los corlicosLeroides (Kersh-
al., 1991, 1994; Pomier-Layrargues et al., las consecuencias sobre el cerebro de un fallo Los primeros signos de neuroloxicidad ner y Wang-Cheng, 1989; Lewis y SmiLh,
1994). Las alternativas a las benzodiacepi- orgánico crónico, los residuos de la anestesia por ciclosporina suelen observarse en la 1983) la OKT3 (Coleman y Norman,
TABLA 19-3. Algunos síndromes puede revertir temporalmente la alteración 1990a). En las revisiones realizadas por En personas que han recibido un tras-
neuropsiquiátricos asociados al trasplante
de órganos y a la supresión inmunológica del nivel de conciencia que se observa en Trzepacz et al. se presenta un completo estu- plante también se han descrito casos de sta-
las encefalopatías hepáticas avanzadas y Jio del diagnóstico y el tratamiento farmaco- tus epikpticus generalizado y parcial com-
Delirmm en la intoxicación por benzodiacepinas en al- lógico del delirium en pacientes receptores plejo. Estas graves complicaciones ocurren
Crisis
gunos pacientes (Basile et al, 1994; Grimm de un trasplante (1991, 1993a, 1993b). generalmente durante el período de las 2 se-
Cefalea/síntomas visuales
et al, 1988; Pomier-Layrargues et al., manas posteriores al trasplante (Surman,
Ceguera cortical
1994). Los receptores de un trasplante de 1989; C. B. Thompson et al, 1984, Vogt et
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Síndromes similares a la demencia
frir nuevos accidentes vasculares en el SNC miento convencional con benzodiacepinas
Síndromes del lóbulo frontal
asociados al bypass cardiopulmonar (Shaw En algunos centros, las crisis tónico-cló- y antiepilépticos estándar. Los descansos en
Trastornos afectivos, de ansiedad y del pensamiento
secundarios etal., 1985). nicas generalizadas y las crisis parciales el tratamiento con ciclosporina a veces son
Trastomos del movimiento Los neurolépticos de alta potencia como complejas son las complicaciones neuropsi- necesarios para poder controlar las crisis,
Mielosis pontina central el haloperidol y el droperidol son efectivos quiátricas que aparecen con más frecuencia en parte porque la corrección de los dese-
Alteraciones del gusto en el tratamiento de los pacientes con agi- tras-un trasplante; los receptores de hígado quilibrios de magnesio puede ser imposible
Incontinencia tación o con delirium postrasplante; no son probablemente los pacientes más afec- con el tratamiento continuado con ciclos-
Disfunción sexual obstante, los pacientes con trasplante de tados por estos problemas (Adams et ál, porina.
hígado pueden presentar una vulnerabili- 1987; Estol et al., 1989a, 1989b; C. B.
dad especial a los síntomas extrapiramida- Thompson et al., 1984; Vogt et al., 1988).
1990), y la FK 506 (DiMartini et al., 1991; les, debido a los efectos de la enfermedad Aparecieron crisis en un 10% de los pacien- Cefalea y síntomas visuales
Eidelman et al., 1991). El FK 506 (tacroli- hepática crónica sobre los ganglios basales tes de una serie de receptores de trasplante
mo) es una alternativa inmunosupresora a (Neiman et al., 1990). Los receptores de un de pulmón (Craven, 1990a). La ciclospori- La cefalea grave es una queja frecuente
la ciclosporina que en estudios preliminares trasplante de corazón posiblemente son na a menudo está implicada en estas com- entre las personas que han recibido un tras-
ha demostrado menor neurotoxicidad y sensibles a la hipotensión o a las arritmias plicaciones (Craven, 1991; Estol et al., plante y que siguen un tratamiento con ci-
menos lesiones neuropatológicas (Eidelman inducidas por butirofenonas (Metzger y 1989a, 1989b) de una forma directa o indi- closporina (Adams et al, 1987). La cefalea
et al., 1991; Lopez et al., 1991). Un estudio Friedman, 1993). recta; también se han observado lesiones puede oscilar con los picos sanguíneos, y el
aleatorizado halló una mayor frecuencia La práctica de combinar dosis modera- del SNC, incluyendo cambios en la sustan- cumplimiento de las prescripciones médi-
marginal de temblores, alteraciones del sue- das de butirofenonas (haloperidol, 2-4 mg cia gris, microinfartos, mielinosis pontina cas puede verse amenazada si no se trata
ño y crisis en pacientes que tomaban esta i.v cada 6-8 horas, o droperidol, 2-4 mg i.v. central y edema (Estol et al., 1989a, esta complicación. Entre los pacientes que
sustancia, en comparación con los que to- cada 2-4 horas) con benzodiacepinas que 1989b). En los primeros estudios que se toman FK 506 esta molestia aparece con
maban ciclosporina (Frank et al, 1993). no dejan metabolitos activos (loracepam, realizaron, tanto la frecuencia de las crisis menos frecuencia.
Aunque los principios generales de la 2-4 mg i.v cada 4-6 horas), a menudo pro- como la gravedad de la neuropatología se La cefalea grave puede ser una señal de
evaluación y el tratamiento del delirium porciona un tratamiento eficaz de los sínto- veían más reducidas con FK 506 que con la otros problemas neurológicos en pacientes
(v. cap. 7) se aplican a pacientes con tras- mas agudos del delirium. El grupo del Mas- ciclosporina (Eidelman et al., 1991). Por que han recibido un trasplante de órgano.
plantes de órganos, deben tenerse en cuenta sachusetts General Hospital ha informado desgracia, se han publicado estudios que El más grave es la ceguera cortical transi-
algunas consideraciones. Por ejemplo, las de la utilización de 250-2.000 mg/24 horas contradicen estos resultados (Frank et al, toria, una complicación conocida del tra-
benzodiacepinas pueden empeorar la ence- de haloperidol intravenoso en el tratamien- 1993). La OKT3 es una sustancia utilizada tamiento con ciclosporina (Ghalie et al.,
falopatía hepática o provocar desinhibición to de pacientes con delirium poscardioto- para prevenir el rechazo, y también se ha 1990; Rubin y Kang, 1987; Wilson et al.,
conductual, presumiblemente gracias al in- mía (Tesar et al, 1985). Los receptores de relacionado con las crisis postrasplante (Co- 1988). Tras el trasplante de hígado, y en el
cremento de la actividad gabaérgica (Basi- un trasplante de pulmón también parecen leman y Norman, 1990), como ocurre con pico de las crisis de cefalea, se puede obser-
le yjones, 1988; Basile et al., 1991). El flu- tolerar grandes cantidades acumulativas de el aciclovir y el ganciclovir (Trzepacz et al., var ceguera cortical asociada a crisis parcia-
macenilo, un antagonista benzodiacepínico, haloperidol sin efectos secundarios (Craven, 1993a, 1993b). les complejas y anomalías occipitales bilate-
rales visibles en la RM del cerebro. Las cri- fuga de ideas e insomnio grave, síntomas nueden predisponer a los receptores de un En algunos centros se ha descrito un sín-
sis, la ceguera y el edema se resuelven gene- todos ellos que sugieren una hipomanía trasplante a temblores posquirúrgicos (Nei- drome de mutismo acinético, discinesia oro-
ralmente con una interrupción transitoria (DeGroen y Craven, 1992) y síndromes de- jnan et al., 1990). Otros factores que poten- facial, parálisis seudobulbar y mielinosis
del tratamiento con ciclosporina. La ciclos- presivos (Craven, 1991; DeGroen y Craven, ciarían el temblor son la hipomagnesemia o pontina central confirmada por la RM en pa-
porina induce hipertensión, y la cefalea gra- 1992; C. B. Lhompson et al, 1984). Mu- la hipocalcemia (Adams et al, 1987; C. B. cientes trasplantados (Bird et al., 1990, Esioi
ve también puede anunciar una crisis hiper- chos informes ligan temporalmente los sín- Lhompson et al., 1984), o la administración et al., 1989a, 1989b, Martmez et al., 1988).
tensiva. tomas afectivos con el inicio de la terapia concomitante de otros fármacos de los que En pacientes que han sufrido un trasplante
La^ aiucinaciüiies vLuaic^ aLiada^ Lun- cuii ciciubpuiiua Uaa cl Uabplaulc dc úiga- s^ ^uoc GUC CiCvan iOS nivclcs clc ciCiOspon dc cor^z^pi sc iici onscTvncfo un ^í,nr'7*n'rv^"• ""
bién se atribuyen al tratamiento con ciclos- nos, y con una remisión de los síntomas tras na, incluyendo la eritromicina, contracepti- lacionado posiblemente con lesiones difusas
porina en pacientes que no sufren delirium la interrupción temporal de ciclosporina o vos orales, metilprednisolona, ketoconazol, en la sustancia blanca, asociadas a anormali-
tras el trasplante (Noll y Kulkarni, 1984), y la disminución de la dosis. fluconazol, cimetidina y verapamilo (Lrze- dades en el movimiento y alteraciones de la
también se han observado en pacientes que Nuestro grupo de trabajo ha observado pacz et al, 1993a, 1993b). Algunos pacien- conciencia (Lane et al., 1988). El síndrome
seguían un tratamiento antiviral con ganci- que la manía transitoria evolucionaba a sín- tes experimentan fasciculaciones o espas- pontino, una complicación grave, se ha rela-
clovir (Faulds y Heel, 1990; M. N. Lhomp- dromes del lóbulo frontal como parte de la mos mioclónicos, que pueden empeorar cionado de forma concluyente con la ciclos-
son y Jeffries, 1989), así como con muchos presentación clínica de la neurotoxicidad de por la noche e interrumpir el sueño. No porina en pacientes con trasplante de híga-
de los antibióticos utilizados para tratar inicio tardío de la ciclosporina en recepto- existen datos de estudios controlados sobre do. El síndrome desaparece si se interrumpe
pacientes trasplantados (Lrzepacz 1993a, res de trasplantes de hígado. La manía y la el tratamiento. Cuando el cambio en las do- temporalmente la ciclosporina o si se reduce
1993b). La visión borrosa es otra queja co- depresión se han relacionado con el trata- sis de inmunosupresores y la atención a las la dosis, un hallazgo confirmado por la ex-
mún; a veces es útil hacer un mantenimien- miento con esteroides a altas dosis (Kersh- interacciones entre los fármacos resultan periencia UCLA, en la que tanto los sínto-
to con dosis más bajas de ciclosporina. ner y Wang-Cheng, 1989; Lewis y Smith, inútiles, el clonacepam puede ser útil para mas clínicos como los hallazgos de la RM
1983; Ling et al., 1981), y con el pródromo el temblor y los espasmos mioclónicos. han mejorado sustancialmente o se han nor-
de la infección del SNC por citomegalovirus En los pacientes que se han sometido a malizado en algunos pacientes. El riesgo de
(Surman, 1992). El FK 506 se asocia a un trasplante también se han descrito sínto- recurrencia con la reintroducción del trata-
Trastornos del estado de ánímo,
«cambios en el estado de ánimo» (Eidelman mas de disfunción cerebelar, como ataxia, miento con ciclosporina no está claro. Su
de ansiedad y del pensamiento
et al., 1991), y el aciclovir se asocia a depre- nistagmos, debilidad y disartria (Adams et reintroducción produce neurotoxicidad re-
secundarios
sión mayor con síntomas psicóticos (Sirota al., 1987; Belli et al., 1993; C. B. Lhompson currente, y las alternativas son la supresión
etal., 1988). et al, 1984; Vogt et al., 1988). Al igual que completa de este fármaco y el cambio a
Los estudios no controlados informan de
ocurre con muchos de estos problemas FK 506, o intentar maximizar el uso de aza-
que la incidencia de síndromes afectivos
neuropsiquiátricos, los pacientes trasplan- tioprina y esteroides. Por desgracia, el mu-
(depresión/manía/hipomanía) secundarios
tados de hígado parecen los más vulnera- tismo acinético también se da, aunque rara-
(«orgánicos») y de depresión mayor es del Trastornos del movímiento
bles. Estos síntomas, la mayoría de ellos mente, con el tratamiento inmunosupresor
68% entre los pacientes que han recibido
descritos como estados neurotóxicos agu- con FK 506 (Eidelman et al., 1991).
un trasplante de corazón (Shapiro y Korn- El temblor grosero es un problema fre-
feld, 1989) y del 25% entre los receptores cuente entre las personas que se han some- dos, pueden mejorar o desaparecer comple-
de un trasplante de hígado (Surman et al., tido a un trasplante. Los altos niveles de ci- tamente a pesar de su etiología poco clara,
1987a, 1987b). No disponemos de las tasas closporina sérica se asocian normalmente a pero muchos persisten y pueden llegar a ser • CVRSOPOSTOPERATORIOYVIDA
entre los receptores de trasplantes de riñón, síntomas extremos, aunque el temblor se incapacitantes. Las paresias transitorias de TRASELTRASPLANTE
ya que no se han realizado estudios siguien- produce en muchos pacientes con niveles los miembros, la hemiplejía y la espastici-
do los criterios contemporáneos. normales y niveles por debajo de lo normal. dad son fenómenos que también se han Cumplímiento
Gran variedad de informes de casos y se- El OKL3 también puede causar o exacerbar descrito en algunos pacientes (DeGroen y
ries pequeñas describen síndromes manía- el temblor (Coleman y Norman, 1990). Los Craven, 1992; DeGroen et al., 1987; Marti- Como se ha comentado previamente en
cos completos (Wamboldt et al., 1984), efectos crónicos del alcohol sobre el cerebro nezetal., 1988). este capítulo (v «Cumplimiento del régimen
terapéutico»), pueden anticiparse ciertos Kuhn et al. (1988b) observaron que el prú blernente Se interrumpe su red de apoyo so- sofisticación de la investigación en este
problemas de cumplimiento en los pacien- mer aniversario del trasplante de corazón • l para la mayor parte de las familias, la ex- campo también se han desarrollado de for-
tes. Becker y Maiman (1980) describieron era un momento clave y que la readaptación nectativa tras el trasplante es que el receptor ma impresionante desde principios de la dé-
unos pasos concretos para potenciar el cum- completa no se producía hasta que no se al- Dueda funcionar independientemente. cada de los noventa, siguen existiendo mu-
plimiento, que aparecen en la tabla 19-4. canzaba este punto. Existen muchas barreras para que un pa- chos desafíos que enfrentar.
Tras el trasplante, el paciente debe re- ciente trasplantado se reincorpore a un tra- Además de potenciar la especialización
adaptarse a su papel dentro de la familia y bajo remunerado. La pérdida del seguro sa- clínica (que en estos momentos requiere
Adaptación postüpeiatoi id en el cauipo piofcc,ioiial, a lo¿> cauibiot, en ¡y rutaiio aauciaua a ta icuupuiuiuuii UL ¡.a U H L I - rcdiizar cursos >o.c CiiLrcriaiiiicriLO cspcciii^uo
imagen corporal, a afrontar el miedo persis- niedad es uno de los factores que ejerce más en psiquiatría para trasplante de órganos) y
Existe un interés creciente en que el pa- tente al rechazo y a la infección, a los efec- presión. Al enfrentarse al elevado coste de los de desarrollar sofisticadas estrategias para
ciente trasplantado vuelva a una vida de ca- tos secundarios de la medicación inmuno- cuidados sanitarios, a la conciencia de que asegurar la supervivencia económica a largo
lidad razonable. La readaptación satisfacto- supresora, a cumplir con las expectaüvas necesitarán realizar visitas de seguimiento y plazo, la psiquiatría en el tema de trasplan-
ria a la vida cotidiana tras el trasplante ge- del equipo médico, a afrontar la posible dis- tomar medicación inmunosupresora el resto tes, como campo de trabajo y de conoci-
neralmente requiere algunos meses o más. capacidad y sus costes (Craven, 1990b). To- de su vida, no es raro que algunos pacientes miento, se enfrenta a desafíos significativos,
dos los receptores de un trasplante se en- busquen desesperadamente la rehabilitación. especialmente en el campo de la investiga-
frentan a estas dificultades. Jones et al. Los empresarios tampoco quieren em- ción. La tabla 19-5 resume las áreas en las
TABLA 19-4. Pasos para potenciar (1988) observaron que los pacientes esta- plear a una persona con unas características que se necesita más investigación.
el cumplimiento ban más ansiosos en el período correspon- médicas tan poco habituales. Además, temen
1. Mejorar la comprensión sobre la medicación y
diente a los 4-12 meses tras el trasplante, que el empleado sea un obstáculo en la polí-
el régimen de seguimiento (p. ej., proporcionar que en el momento de recibir el alta hospi- tica sanitaria de la empresa. Si un empresario TABLA 19-5. Áreas de la psiquiatría
instrucciones por escrito) talaria tras la operación, confirmando así el de trasplante de órganos en las que se necesita
quiere contratar a una persona que ha recibi-
2. Ajustar en lo posible el régimen terapéutico al estrés que suponía ser un paciente convale- más investigación
estilo de la vida de cada paciente (p. ej., dismi- do un trasplante, la existencia de la enferme-
nuir la frecuencia de las dosis, minimizar los ciente de un trasplante. dad previa puede impedir que el paciente se Secuelas neuropsiquiátricas y tratamiento de los pa-
cambios en la vida cotidiana y en los hábitos) cientes que presentan insuficiencia del órgano en
El aumento de la autonomía y de la inde- beneficie del plan de seguros de la empresa. el último estadio
3. Explorar las experiencias previas del paciente
con los medicamentos y los tratamientos
pendencia son para muchos autores las Paris et al. (1993) señalaron seis predic- Indicaciones para la seguridad y la eficacia de los tra-
4. Mantener una relación de apoyo con el paciente
principales razones por las que un paciente tores de vuelta al trabajo: d) sentirse física- tamientos psicofarmacológicos de los trastornos
5. Controlar el cumplimiento revisando los medi- se somete a un trasplante. Sin embargo, la mente capaz de trabajar; b) que no haya psiquiátricos en pacientes de esta población
camentos en cada visita realidad es que las expectativas de indepen- riesgo de perder el seguro sanitario; c) que Predictores pretrasplante de la evolución psiquiátrica,
conductual y psicosocial de los pacientes trasplan-
6. Aumentar la conciencia del equipo médico so- dencia y de recuperación inmediata pronto haya pasado tiempo desde el trasplante; d)
bre los factores que contribuyen a no realizar tados
se ven frustradas (Stevenson et al, 1990; nivel educativo superior a la educación se-
un cumplimiento adecuado Evaluación del tratamiento de los pacientes con tras-
7. Utilizar contratos terapéuticos para conseguir
Walden et al, 1989). Este fenómeno puede cundaria; e) mantenimiento de los ingresos tornos relacionados con sustancias, que son candi-
objetivos contribuir a crear malestar porque el pa- derivados de la discapacidad, y j) un perío- datos a trasplante
8. Proporcionar continuidad en el cuidado a tra- ciente trasplantado aún debe confiar en los do más corto de discapacidad pretrasplante. Variables psicosociales pretrasplante que pueden pre-
vés del equipo médico de trasplante dectr una evolución médica negativa (en contrapo-
demás para su transporte o para otras nece-
9. Establecer alianzas adicionales (apoyo social) sición a la psiquiátrica) en pacientes trasplantados
en la supervisión del cumplimiento del pacien- sidades.
(supervivencia)
te con el régimen terapéutico Los efectos neurológicos adversos, u otras fe CONCLUSIÓN Predictores de la rehabilitación de un paciente tras-
10. Asignar papeles a los miembros del equipo mé- complicaciones como la insuficiencia renal, plantado, adaptación y calidad de vida
dico para promover mejor el cumplimiento del
tratamiento pueden provocar que los individuos queden Aunque el papel del psiquiatra que lleva Eficacia de las intervenciones psiquiátricas específi-
con una discapaeidad significaüva que ellos a cabo su actividad en el campo del tras- cas, incluyendo la psicoterapia, en pacientes tras-
Adaptado con autorización de Becker MH, Maiman LA: «Strate- plantados de alto riesgo
gies for Enhancing Patient Compliance». Journal ofCommunity Health
no preveían y con una dependencia de los de- plante de órganos ha progresado de manera
Efectos de la donación de órganos sobre los donantes
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gicas y sociales de la mayoría de los pacien- La experiencia del cáncer incluye fases
tes con cáncer se centraba únicamente en la cronológicas distintas: el prediagnóstico,
fase terminal. Hoy día, la labor de los clíni- el diagnóstico, el inicio del tratamiento, el
cos especializados en psicooncología inclu- postratamiento, las recurrencias, el progre-
ye la adaptación vital tras el diagnóstico de so de la enfermedad y la fase terminal/pa-
cáncer, contrarrestar el incremento de la to- liativa. Estas fases se acompañan de res-
lerancia al tratamiento y tratar las posibles puestas adaptativas y desadaptativas. En la
complicaciones psiquiátricas de los pacien- fase prediagnóstica, cuando se intenta re-
tes y sus familias. Una enfermedad de riesgo solver la posible existencia de un cáncer,
vital como el cáncer interrumpe prematura- los pacientes deben enfrentarse al miedo al
mente el curso de la existencia y altera gra- dolor, la desfiguración, el aislamiento y la
vemente al individuo y a su entorno (Fawzy muerte. En el mejor de los casos, en la fase
y Fawzy 1982; Fawzy y Natterson, 1994; diagnóstica el médico debería comunicar el
Holland y Rowland, 1989). Los pacientes diagnóstico de cáncer con tacto y sinceri-
con gran malestar emocional pueden solici- dad, con una esperanza realista y compro-
tar la ayuda de un psiquiatra a medida que metiéndose a apoyar al paciente. En esta
intentan adaptarse a su situación con estra- fase inicial, el paciente se enfrenta a una
tegias adaptativas y desadaptativas. La ta- crisis existencial grave (Weisman y Wor-
rea del psiquiatra es diagnosticar y tratar a den, 1976-1977). A menudo, sigue los re-
los pacientes que presentan síndromes que quisitos diagnósticos y de tratamiento con
esperanza en el futuro, sin embargo, suele curarse. Los pacientes pueden buscar deses- (Greenberg, 1991; Holland et al., 1991; fenotiacinas, como la perfenacina y la pro-
ser necesario repetirle la información clíni- peradamente más información, se-gundas Razavi et al., 1993; Triozzi et al., 1988), la clorperacina, se utilizan habitualmente para
ca, porque la ansiedad bloquea su com- opiniones médicas y terapias altermativas Jesensibilización sistemática (Morrow y prevenir las náuseas, los pacientes pueden
prensión y asimilación. Pueden aparecer al- La fase terminal/paliativa indica que¿ el pa- jvlorrell, 1982), la hipnosis o las técnicas incluso no mencionar su uso cuando se les
teraciones del sueño. La negación, una de- ciente es consciente de la irreversibilndad ¿e ¿e distracción. Aunque las benzodiacepi- pregunta sobre los fármacos que toman. Es
fensa normal, se acompaña de un estado de la enfermedad. En este momento se teme el nas deberían mantenerse durante el perío- habitual que la causa oculta de los síntomas
shock e incredulidad. abandono, la pérdida de la dignidadl corpo- do de náuseas posterior a la quimioterapia, anteriores sea una fenotiacina o la metoclo-
El iratanuento conlieva ia apancion dei rai y ei dolor. Las preocupaciones m^as habi- ei medico y el pacionle Leiidiían que acui- pramida. La mera eliminación del fárrnaco
miedo al dolor quirúrgico y a la muerte o la tuales en esta fase incluyen las cueestiones dar por adelantado el momento de su inte- resuelve el problema.
vulnerabilidad y la pérdida de control. Los legales y económicas, el desamparco de los rrupción.
pacientes pueden iniciar un proceso de hijos y el duelo por las pérdidas.
duelo por la pérdida de un pecho, el útero, Embolía pulmonar o edcma pulmonar
un brazo o una pierna. Pueden perder la ca- Oaustrofobía
pacidad de realizar su actividad laboral, el • ANSIEDAD El edema pulmonar y en particular, la
contacto social y la capacidad de moverse Los pacientes que sufren angustia en es embolia pulmonar son causas médicas de
con facilidad. La quimioterapia suele com- Náusea y vómítos antícipatorios pacios cerrados tienen graves problemas ansiedad debida a hipoxia; el psiquiatra de-
portar cambios físicos como el incremento con el equipo de resonancia magnética bería tener en cuenta estos trastornos du-
de peso y la caída del cabello. La capacidad La náusea y los vómitos constituuyen un (Meléndez y McCrank, 1993) y, en ocasio- rante la evaluación inicial de los síntomas
sexual y la fertilidad pueden verse afecta- estímulo potente, un vívido recuerddo visce- nes, con otras pruebas diagnósticas. La me- de ansiedad. Las embolias se observan en
das. Las complicaciones neuropsiquiátricas ral del tipo «nunca más» (Ellis et a.lj.1., 1979) dicación ansiolítica previa puede ser útil muchos tipos de cáncer.
del tratamiento deben identificarse, tratarse que se asocia intensamente a los eg;stímulos para este tipo de problemas, así como per-
y si es posible, prevenirse. condicionados. Los pacientes qtxeate sufren mitir que el paciente acuda al laboratorio
Al finalizar el tratamiento, los pacientes vómitos durante la quimioterapi ^ l 3 suelen acompañado por alguien cercano. El reci- • DEPRESIÓN
se enfrentan a la amenaza de la recurrencia desarrollar aversión al hospital, a l^Has enfer- bir una atención especial por parte de los
del cáncer. Justo cuando parece que el pa- meras o a la vista y el olor de los i n s ¡.strumen- lécnicos también puede ser de utilidad. Si La tradicional confianza americana en el
ciente podría alegrarse de su nueva situa- tos médicos. Aunque las náuseas -y¡ y los vó- la fobia se detecta previamente, el médico poder del pensamiento positivo es especial-
ción, aparece la ansiedad de la fase postrata- mitos suelen ser las manifestacioiones rcás puede adaptar y acortar la prueba, por mente relevante para los pacientes con can-
e
miento. Muchos temen que el cáncer reapa- obvias, el grupo de síntomas anticiiicipatorios jemplo, centrando el estudio mediante re- cer. El pensamiento positivo conlleva espe-
s
rezca, ahora que los médicos no lo contro- depende de la gravedad de la ansie«¡edad p re ' onancia magnética en la sección corporal ranza y es un medio para el control directo
lan tan estrechamente y no existe un via al tratamiento y de la ansiedad c; condici0' le
comporte problemas diagnósticos más del curso del cáncer. Galen relacionó la d e -
mr
tratamiento que lo combata. Por culpa de nada a su recuerdo (Andrykowskvijici, 1990 nediatos. presión y el cáncer, y los pacientes que co-
este miedo, el paciente puede creer que Paradójicamente, el paciente se ve a? atrapaCl nocen el floreciente campo de la psicom-
debe estar alerta ante cada molestia y dolor. por el temor visceral al tratamieeslento Q munología suelen tener la irrrpresión de que
Para muchos pacientes que deben someter- puede salvarle la vida (Greenbergyg, 19- Acatisia los pensamientos negativos o la desrriora í
se a revisiones regulares que estructuran su Existen varias estrategias para trri: trataf e- zación tienen el poder de fracer crecer las
En 1 *
vida durante la fase de remisión, cada visita fenómeno clínico. La p rimera daede ella ls células tumorales (Greenberg, 1989).
unidades oncológicas, la agitación
y exploración le provocan una ansiedad prevenirlo mediante un tratamierrt,ento de las tareas de la psicoterapia debe ser s
Ruietud asociadas a los neurolépticos
considerable por lo que pueda pasar. emético apropiado (Stefanek et al., III, 1 tuar adecuadamente los pensamientoS
~ puede confundirse con la an-
El cáncer recidivante produce gran an- segunda estrategia consiste en redux<¡iflucir La gativos, la ira y la tristeza del paciente y c i a '
inquietud, el insomnio y el ma-
gustia y decepción, sobre todo cuando las siedad previa al tratamiento median_tt#nte -¡ 1 rificar que éstos no se correlacionan c.o
erior pueden malinterpretarse
recurrencias indican que el tumor no podrá diacepinas, como alprazolam o lod l° r a A crecimiento del tumor.
^epresión agitada. Dado que las
La prevalencia de la depresión mayor en- sicos comunes al trastorno depresivo y a la ca s, dado su benigno perfil de efectos ad- • MANÍA
tre los pacientes que acuden a las unidades enfermedad médica (McDaniel et al, 1995). versos. La fluoxetina no causa efectos se-
oncológicas es del 5-8% (Derogatis et al., La conciencia de enfermedad, la incapaci- cundarios anticolinérgicos y sedantes. Sin La manía raras veces se asocia al cáncer
1983; Lansky et al, 1985; Valente et al., dad para la concentración, la culpa por sen- embargo, puede incrementar la anorexia, la per se. Aunque en algunos casos aislados, se
1994), prácticamente la misma que la ob- tirse una carga para los demás, la ideación inquietud y la agitación y como los antide- ha observado que tumores diencefálicos y
servada entre aquellos con otras enfermeda- suicida, el insommo no debido al dolor y el presivos tricíclicos, la respuesta antidepresi- metástasis cerebral han provocado manía
des médicas. La prevalencia del trastorno despertar precoz son indicios a favor de la va se demora varias semanas (Massie et al, secundaria, los corticosteroides son la cau-
auaplaüvo es mayoi, quizá de hasLa un 25% presencia de una depresion primaria. 1991, Shustei" ei ai., 1992). La fluuxcüiia sa más frccucnte dc los síndromcs manifor-
(Derogatis et al., 1983). El riesgo es mayor En general, la opción antidepresiva de- mhibe el metabolismo mediante el sistema mes aparecidos en los pacientes con cáncer
para los pacientes con antecedentes de de- pende de los síntomas diana y de la necesi- enzimático P-450. Afortunadamente, es im- (Greenberg y Brown, 1985).
presión, trastorno por angustia o trastorno dad de evitar efectos secundarios indeseables probable que afecte a los protocolos qui- A medida que avanza el tratamiento del
bipolar. Los pacientes que presentan dolor en cada paciente en particular. Los antide- mioterapéuticos. El efecto inicial supresor cáncer, el litio sigue siendo el fármaco de
crónico también tienen una mayor probabi- presivos tricíclicos pueden ser útiles para los del apetito, así como la náusea, la diarrea elección para los pacientes con un trastorno
lidad de sufrir síntomas depresivos asocia- pacientes sin alteraciones cardíacas, sobre y la agitación, hacen de la fluoxetina una bipolar primario (Greenberg et al., 1993b).
dos. Existe un particular tipo de cáncer, el todo si se intenta incidir en los trastornos del mala elección terapéutica para los pacientes El litio incrementa el volumen de leucocitos
cáncer de páncreas, que cursa con una inci- sueño y en el dolor. Sin embargo, dado que debilitados, pero ventajosa para los que han al favorecer el factor estimulador granulocí-
dencia desproporcionada de disforia como muchos pacientes sometidos a quimioterapia ganado demasiado peso. La sertralina y la tico y la interleucina-6.
síntoma principal y secundario (Holland et —incluidos los que padecen un cáncer de paroxetina, ambas con una vida media infe- La administración de litio debería inte-
al., 1986). Los esteroides y los tratamientos mama— ganarán peso (Demark-Wahnefried rior a la de la fluoxetina, no suelen incidir rrumpirse durante los días en que el pacien-
biológicos como el interferón son los fárma- et al., 1993), la apetencia por los dulces de en el peso, pero puede provocar efectos se- te recibe la quimioterapia, pues podría ex-
cos contra el cáncer que suelen asociarse en los pacientes que toman antidepresivos tricí- cundarios gastrointestinales similares. poner a muerte celular a un número exce-
mayor medida con inestabilidad afectiva. clicos puede constituir un efecto secundario Ni los antidepresivos tricíclicos ni los ISRS sivo de células medulares. Por esta razón,
El suicidio es poco frecuente entre los pa- indeseable. La administración de un psicoes- suelen interactuar con la quimioterapia. Sin los protocolos quimioterapéuticos que in-
cientes con cáncer. Los estudios epidemioló- timulante como la dextroanfetamina (Fer- embargo, la procarbacina, utilizada princi- cluyen el liüo, lo interrumpen durante los
gicos realizados en Finlandia (Louhivuori y nandez et al, 1987), el metilfenidato o la pe- palmente contra la enfermedad de Hodgkin, 2 días previos a la quimioterapia. Las náu-
Hakama, 1979) y Connecticut (Fox et al, molina (Breitbart y Mermelstein, 1992) es es un inhibidor moderado de la monoami- seas, los vómitos y la relativa deshidratación
1982), así como los estudios sobre los certifi- adecuada si se pretende obtener un efecto rá- nooxidasa (IMAO), con características simi- que pueden aparecer durante la quimiote-
cados de defunción, han demostrado que la pido en los pacientes con una enfermedad lares al disulfiram, que retrasa el metabolis- rapia hacen que la toxicidad del litio sea
tasa de suicidio es sólo ligeramente más ele- sistémica que están deprimidos, apáticos y mo de otros fármacos psicotrópicos. La ma- más probable y más difícil de reconocer.
vada en los pacientes con cáncer que en la no comen. Se ha demostrado que un trata- yoría de los oncólogos, cuando prescribe la El litio puede mantenerse durante la ra-
población general. Algunos pacientes consi- mientO' de 1-2 meses obtiene efectos positi- procarbacina, prohíbe el consumo de alco- dioterapia. La muerte celular de leucocitos
deran la opción del suicidio como una forma vos duraderos en los pacientes oncológicos. hol, pero no de alimentos que contienen tira- durante la radioterapia no se favorece en el
de escapar de la perspectiva de un dolor y un La trazodona es un fármaco muy utiliza- mina. Afortunadamente, es improbable que paciente que recibe litio, pues la muerte por
sufrimiento constantes, lo que les permite do en los pacientes con enfermedad médi- se produzca una crisis hipertensiva, ni si- radiación no es específica del ciclo celular.
mantener la sensación de control. La mayo- ca, incluidos los que padecen un cáncer. quiera si el paciente está recibiendo simultá- Durante la radiación craneal, es mejor inte-
ría desea recibir atención y alivio sintomático Este fármaco tiene la ventaja de resolver los neamente un antidepresivo tricíclico (DeVita rrumpir la administración de litio, debido al
continuados, a pesar de la progresión de la problemáticos síntomas diana relacionados et al., 1965). De hecho, la bibliografia no re- riesgo de neurotoxicidad y crisis comiciales
enfermedad (Massie et al, 1994). con la alteración del apetito y el insomnio. coge ningún caso de la aparición de una cri- por el tumor o el edema.
El diagnóstico de la depresión en el pa- Los inhibidores selectivos de la recapta- sis hipertensiva. No obstante, debería evitar- El psiquiatra de enlace debería estar
ciente con una enfermedad médica suele ción de la serotonina (ISRS) son muy utili- se la administración conjunta de la procarba- atento a una posible insuficiencia renal o le-
confundirse por la presencia de síntomas fí- zados en las poblaciones medicoquirúrgi- cina y la fluoxetina u otro ISRS. sión cerebral que pudieran incrementar el
riesgo de toxicidad debida al litio en un pa- educativa de 6 semanas de duración, expe- punto de vista terapéutico, lo más urgente leptomeníngea, a lesiones cerebrales debi-
ciente estable. La primera alternativa al litio rimentaron menos confusión tras el diag- es el tratamiento del edema cerebral con de- das al tratamiento, a hiponatremia, hipo-
son los fármacos neurolépticos. La carba- nóstico que el grupo control (Fawzy et al., xametasona y de las crisis comiciales con magnesemia, al síndrome de hiperviscosi-
macepina también puede ser útil por su 1990a, 1990b, 1993). Al cabo de 6 años, el anüconvulsivos. El mejor procedimiento de dad (Gilbert y Armstrong, 1995; Stern et
efecto anticonvulsivo y estabilizador del es- número de muertes entre los pacientes del detección de las lesiones cerebrales metastá- al., 1985) y a infecciones en caso de inmu-
tado de ánimo. Debe evaluarse el riesgo de grupo que recibió la intervención psiquiá- sicas es la exploración mediante tomografía nodeficiencia. Los pacientes sin síntomas
leucopenia leve en las fases iniciales del tra- trica fue significativamente menor. La gra- computarizada con elevadas dosis de con- motores que presentan síntomas psiquiátri-
tamiento con carbamacepma atendiendo a vedad de las iesiones originaies en ambos LiasLC j UUUUÜ y esuiuiuu u.umulauu. 01 au u t - cos primarios pucdcn derivarsc al psiquia
las reservas de la médula ósea. grupos no justificó las diferencias en cuanto tecta una metástasis aislada, cabe conside- tra. La aparición de delirium, catatonía, sín-
al pronóstico. rar la resección quirúrgica. Si no es así, el tomas focales transitorios, temblores meno-
tratamiento de elección es la radiación cere- res, detención de la vocalización y el habla,
• TRATAMIENTOSPSICOTERAPÉVTICOS bral completa. alucinaciones simples, cosquilleo, destellos
• COMPLICACIONES NEVROLÓQICAS luminosos, tinnitus, cambios autonómicos
En estudios sistemáticos, la psicoterapia HABITUALES DEBIDAS AL CÁNCER episódicos, sensaciones epigástricas, distor-
individual (Massie et al., 1989; Watson, Enfermedad leptomeníngea siones temporales, emotividad extrema, es-
1983; Weisman, 1976), la terapia de con- Metástasis cerebral tados de obnubilación, crisis de angustia,
ducta y la terapia de grupo han demostrado Cuando los cambios en el estado mental ilusiones y el síntoma patognomónico de
reducir la angustia en los pacientes oncoló- Cuando un psiquiatra de enlace evalúa aparezcan en el contexto de una exploración percibir olores desagradables sugieren la
gicos. Los programas conductuales y la hip- los cambios en el estado mental de un pa- mediante tomografía computarizada nor- presencia de crisis parciales. Cabe tener en
nosis reducen la ansiedad, el dolor, las náu- ciente con cáncer, tiene en cuenta la posibi- mal, hay que pensar en la presencia de una cuenta que los niveles de fenitoína disminu-
seas y los vómitos (Trijsburg et al., 1992). lidad de que un tumor provoque metástasis enfermedad leptomeníngea (Wasserstrom, yen en los pacientes sometidos a quimiote-
Los investigadores no sólo han evaluado la cerebral (Cascino, 1993; Hochberg y Pruitt, 1982). El examen citológico del líquido ce- rapia (Grossman et al., 1989).
eficacia de la terapia psicológica para la re- 1987). El cáncer de pulmón, tanto de las falorraquídeo puede revelar la presencia de
ducción del malestar, sino también su capa- células pequeñas como de las mayores, es el células malignas. Este tipo de hallazgo es
cidad para prolongar la vida de los pacien- que provoca metástasis cerebral con mayor muy probable en linfomas no hodgkinianos, Síndromes paraneoplásicos
tes con cáncer (Fawzy et al., 1995). Un gru- frecuencia y es la causa de la mayoría de leucemia, melanomas y adenocarcinomas
po de mujeres con metástasis de mama fue ellas. El 10% de los pacientes con cáncer de pulmonares, de mama o del sistema gas- En los pacientes oncológicos el delirium
seleccionado al azar para recibir sesiones de pulmón sufre metástasis cerebral en el mo- trointestinal. Además de los cambios en el puede estar relacionado con efectos distan-
apoyo en grupos semanales durante 1 año mento del diagnóstico, y no menos del 30% estado mental, los pacientes suelen presen- tes y no metastásicos de los tumores. El de-
(Spiegel et al., 1981, 1989). Los investiga- la desarrolla posteriormente. El cáncer de tar déficit de los nervios craneales o signos terioro cerebelar subagudo, la encefalomio-
dores encontraron que el grupo que recibió mamá provoca metástasis cerebral en el 6- radiculares. Los signos inespecíficos que patía y el síndrome miasténico de Eaton-
esta intervención presentaba menos altera- 20% de los pacientes. En los pacientes con pueden recomendar la derivación psiquiá- Lambert forman un espectro de alteracio-
ciones del estado de ánimo, menos respues- un melanoma metastásico, también es fre- trica incluyen la cefalea, la dificultad para nes neurológicas que suelen asociarse al
tas fóbicas y la mitad de dolor que el grupo' cuente observar metástasis del sistema ner- mantener el equilibrio y las crisis comiciales. delirium y la demencia. La encefalopatía
control. El grupo tratado sobrevivió un pro- vioso central. El cáncer de riñón, un tipo de límbica produce graves alteraciones de la
medio de 36,6 meses, frente a los 18,9 me- tumor que suele presentar un curso muy memoria, ansiedad, depresión y crisis co-
ses del grupo control. variable, provoca metástasis cerebral en Crisis parciales complejas miciales. Se cree que la causa es de tipo au-
En otro estudio, los pacientes recién el 11-13% de los pacientes. Otros tumores toinmune y que está relacionada con los
diagnosticados de un estadio I o II de un —de tiroides, pánCreas, ovario, útero, prós- Los pacientes con cáncer son propensos anticuerpos antineuronales (Cornelius et
melanoma maligno que fueron asignados al tata, testículos, vejiga y sarcoma— no sue- a sufrir crisis no sólo debidas a los tumores al., 1986; Moll et al., 1990; Newman et al,
azar a un programa de intervención psico- len provocar metástasis cerebrales. Desde el cerebrales, sino también a la carcinomatosis 1990;Posner, 1989).
La producción ectópica de hormonas La hipomagnesemia en pacientes con se les administra dexametasona para redu- Anorexia
por parte de los tumores puede alterar el cáncer suele ser secundaria a alteraciones cir el edema. La dosis terapéutica de dexa-
estado mental mediante: a) el incremento tubulares causadas por el cisplatino o se- metasona suele provocar insomnio y agita- Cuando los pacientes con cáncer pierden
de la producción de hormonas antidiuré- cundarias a una mala nutrición (Schilsky y ción. La irradiación cerebral produce más el apetito, su negativa a comer'suele conver-
ticas y el consiguiente descenso de los ni- Anderson, 1979). La hipomagnesemia cur- fatiga que la aplicación de radiación en tirse en un problema familiar (Holland et
veles de sodio, b) el incremento de la pro- sa con letargia y depresión, hipocalcemia, otras zonas. La aplicación de radioterapia al., 1977). Parte de la pérdida del apetito
ducción hormonal paratiroidea con el hipopotasemia e incremento del riesgo de en zonas cercanas al cuello conlleva el ries- puede deberse a la quimioterapia, la radia-
poi>Lenor auuieiiLo de ios niveies de caicio, cnsis comiciaies. gu de dpariuún dc hipoLiroidismo. La irra ción o 1a TTroon-p<;ióri HP nn tumor siqtpmiro
i o
o c) el incremento de la producción hor- El síndrome de hiperviscosidad, que se diación cerebral también puede afectar al También pueden influir la presencia de un
monal adrenocorticotrópica y la aparición caracteriza por el desencadenamiento repen- funcionamiento de la hipófisis. trastorno depresivo mayor, de un condicio-
de un síndrome de Cushing, caracterizado tino de un estado confusional o de crisis, namiento gustativo aversivo (Bernstein,
por un exceso en la producción de cortisol aparece en pacientes con un linfoma, una 1978) y/o la ansiedad anticipatoria frente al
que suele ir asociado al cambio afectivo. macroglobulinemia de Waldenstróm o un Efectos secundarios neuropsiquiátricos dolor o la diarrea posteriores a la ingesta de
Los fenómenos paraneoplásicos son más mieloma (Crawford et al., 1985). Las para- de los fármacos contra el cáncer alimentos. En el contexto de una enferme-
frecuentes tras un carcinoma de las células proteínas incrementan la viscosidad de la dad médica, el apetito puede estimularse
pulmonares pequeñas; sin embargo, el sangre y alteran la circulación sanguínea en Los efectos secundarios neuropsiquiátri- incrementando la energía del paciente me-
cáncer de mama, el de estómago, el uteri- el cerebro. Un nivel superior a 4,0 centipoi- cos figuran entre las complicaciones clínicas diante fármacos como la dextroanfetamina.
no, el renal, el testicular, el tiroideo y ei de se (cp) (la normalidad se sitúa entre 1,56 y potenciales más importantes de los fárma- El acetato de megestrol (Loprinzi, 1995; Lo-
colon también pueden asociarse a síndro- 1,68 cp) se relaciona con la aparición de los cos antineoplásicos. En la tabla 20-1 se des- prinzi et al, 1990, 1994a), la ciproheptadi-
mes paraneoplásicos (Minotti et al., 1994; síntomas. Los síntomas clásicos del síndrome criben algunos de los efectos secundarios na, la prednisona y los cannabinoides tam-
Peterson et al., 1994; Schüler y Jones, de hiperviscosidad son el sangrado, los sig- más importantes a los que puede enfrentar- bién han sido utilizados para promover el
1993). nos y síntomas visuales y el delirium. Puede se el psiquiatra de enlace. aumento de peso (Nelson et al., 1994).
estar indicada la plasmaféresis combinada
con el tratamiento oncológico primario.
Otras causas de delírium Demencia debída al tratamiento Alteración sexual e infertilídad

En ocasiones, el tratamiento del cáncer El cáncer puede condicionar completa-


El delirium secundario a hipercalcemia • COMPLICACIONESDELTRATAMIENTO
provoca una demencia tardía. La lesión más mente el estilo de vida. Al principio, la mor-
es una emergencia oncológica que suele
ser secundaria a la metástasis ósea. Su tra- Complícaciones de la radíoterapia común es la leucoencefalopatía necrotizante talidad eclipsa toda otra cuestión, pero a
tamiento requiere rehidratación, adminis- diseminada. Estas lesiones de la materia medida que se incrementa la esperanza de
tración de difosfonatos (agentes específi- Además de los efectos secundarios médi- blanca, más visibles mediante resonancia supervivencia, los pacientes más jóvenes
cos contra el calcio) y probablemente un cos, como la inflamación cutánea y la su- magnética que en la tomografía computari- empiezan a considerar su atractivo sexual,
cambio en el tratamiento del tumor. Los presión de la médula ósea, los pacientes zada, pueden ser transitorias o progresivas. su capacidad sexual y la posibilidad de te-
signos sutiles de hipercalcemia, como la pueden desarrollar fatiga o náuseas. Los Su inicio puede caracterizarse por ataxia, ner hijos. En las mujeres con cáncer ovárico
fatiga, las náuseas o el deterioro cognosci- efectos secundarios dependen del volumen confusión, somnolencia, espasticidad y de- o endometrial, que requiere resección qui-
tivo, pueden confundirse con una depre- irradiado y la náusea depende de la irradia- mencia. La materia gris y los ganglios basa- rúrgica de los órganos reproductores, la
sión. Dado que el calcio está ligado a la al- ción sobre vísceras (Greenberg, 1991; Gre- les permanecen intactos. La atrofia cerebral pérdida de la fertilidad es inmediata (Flay y
búmina, puede ocurrir que niveles globa- enberg et al., 1992, 1993a). Tras finalizar el es frecuente tras la irradiación cerebral, pero Matthews, 1995). Tras la aparición de un
les de calcio plasmático situados dentro de tratamiento, la fatiga disminuye al cabo de se correlaciona poco con el estado neuroló- cáncer de mama, la producción de hormo-
los límites de la normalidad sean significa- varias semanas. A los pacientes sometidos a gico y puede ser reversible (Frytak et al., nas debida a un embarazo puede promoveij
tivos si el nivel de albúmina es bajo. radiación sobre el sistema nervioso central, 1985; Lee et al., 1986; Rottenberg, 1991). el desarrollo de micrometástasis; por tanto,
normonas yuimioterapia Antagonistas del ácido fólico BlOlOglCOS
Tamoxijeno' Procarbacina' yietotrexato910 lnterjerónL>
El slndrome imita los síntomas de la menopausia: so- Mecanismo confuso; probablemente inhibe la síntesis Inhibe la reducción de dihidrofolato y, por tanto, in- Síndrome seudogripal, con fiebre, dolores muscula-
focos, alteración del sueño, irritabilidad de DNA, RNA y proteínas res y malestar, que desaparece progresivamente
hibe la síntesis de DNA, RNA y proteínas
Ocasionalmente asociado a hipercalcemia al principio Produce somnolencia, psicosis y delirium, con inicio Encefalopatía difusa a dosis altas
Más toxicidad neurológica a dosis altas o intratecales
del tratamiento inmediato y resolución rápida Síndrome de fatiga, dificultades de concentración, re-
Más toxicidad con radioterapia concomitante traso psicomotor y desinterés general a 3 millones
Un caso de confusión que comenzó 2 días después y Efecto MAO dcbil: ningún informe clínico sobre in-
remitió en 7-10 días teracción medicamentosa que haya provocado Delirium transitorio: 10-13 días de unidades/día i.m.; cambios afectivos poco im-
una crisis hipertensiva; la mayoría de los oncólo- Recaptación de leucovorín: ácido 5-hidrofolínico portantes
Amínoglutetímida gos no recomienda la restricción dietética de la ti- Dosis altas o intratecales pueden inducir leucoencefa- 2 informes de pacientes con reacciones psicóticas, 2
SínoVornP i n i r i ^ l H P r * n i r i t n r m l p c t t r v fqticm rarnina 1 ^r-íOtíl informes de pacientes con síntomas maníacos; 4
Informe de un caso de manía casos de psicosis en pacientes con mas de 20 rm-
Similar a la glutetimida
llones de unidades/m2
"'l "

Los síntomas pueden reducirse incrementando la do- Demora el metabolismo de barbitúricos y fenotiacinas
Inhibidores de la metafase" De 58 pacientes tratados con interferón por hepati-
sis gradualmente Efecto similar al disulfiram; no debe mezclarse con el
tis vírica crónica, 4 presentaron irritabilidad
alcohol Vincristina, vinblastina
acusada y accesos de descontrol (síndrome orgá-
Acetato de megestrol2 b Disforia, letargia
L-Asparaginasa nico de personalidad), 3 presentaron Uanto, de-
Progestágeno Dependientes de la dosis presión y desesperanza (síndrome afectivo orgá-
Mecanismo: priva a las células linfocíticas leucémicas
Incrementa el apetito; útil en pacientes con caquexia; Considerar el riesgo de crisis, niveles de ADH inade- nico), y 3 presentaron delirium (el delirium apa-
de aspartato, un aminoácido imprescindible que
el aumento de peso y los efectos secundarios de- cuados (niveles bajos de sodio) reció en los pacientes con antecedentes de lesio-
estas células no pueden sintetizar nes cerebrales o enfermedades hepáticas más
penden de la dosis La vincristina inhibe la dopamina hidroxilasa; más dis-
Somnolencia, letargia, delirium, de inicio inmediato y graves)
A dosis bajas (20 mg cuatro veces al día) es útil para foria en el cáncer de pulmón de células pequeñas
resolución rápida; no dependientes de la dosis, fre-
los sofocos3 cuando se añade a un régimen complejo
cuentes Interleucina-2 (1L-2) y células agresoras activadas por
Menores efectos mielotóxicos de la vinblastina; neu- linfocina (LAK)14
Fluoximesterona Delirium infrecuente de inicio tardío (8.° día); puede rotoxicidad menor que con vincristina
Andrógeno estar relacionado con la carencia de asparagina El delirium depende de la dosis
Agentes alquilantes12
Irritabilidad, incremento de la libido, hirsutismo Análogos de la pirimidina (inhibidores de la Principalmente al final del curso de la IL-2 o varios
Ijosfamida
síntesis de DNA) días después del inicio del tratamiento combinado
Relacionada con la ciclofosfamida, que no produce
Corticosteroidesi El delirium en fases de IL-2 no predice el delirium en
Citarabina1 neurotoxicidad
Según Rome y Braceland (1952): grado I, leve a gra- la fase siguiente
Dosis altas producen delirium; relacionado con la do- Toxicidad urinaria relacionada con cistitis hemorrági-
ve; grado II, hiperactividad e insomnio; gra- Recuperación en 2-3 días
sis y la edad ca debida al metabolito acroleína; actualmente se
do III, labilidad afectiva, ansiedad, agitación;
Inicio durante el 2.°-4.° día, duración de 1 semana bloquea la toxicidad mediante la administración Otros factores pueden contribuir a la aparición del
grado IV, psicosis con sintomatología afectiva delirium, como la hipoxia o'la sepsis
Puede ser debido al metabolito tóxico, arabinósido de conjunta de mesna, que se une a la acroleína y per-
prominente mite la administración de ifosfamida a dosis altas La mayoría de los pacientes presentan un síndrome
uracilo
Dependiente de la dosis: más frecuente con el equiva- La toxicidad del SNC oscila entre la letargia y las cri- parecido a una gripe, con malestar, sensación de
Dosis altas pueden provocar leucoencefalopatía, que frío, anorexia y fatiga, susceptibles de tratamiento
lente a 60 mg/día o más de prednisona cursa con cambios de personalidad, somnolencia, sis, el coma y la muerte; incluye delirium, signos
Slntomas maníacos y depresivos prominentes cerebelares, debilidad y déficit de nervios craneales. (la fiebre y la sensación de frio se tratan con 50 mg
demencia, retraso psicomotor y ataxia
El EEG muestra enlentecimiento del ritmo 6, compa- de meperidina i.v.)
Los antecedentes de psicosis no aumentan el riesgo Señales de densidad periventricular de la materia
tible con un síndrome metabólico o tóxico Aparte del delirium pueden aparecer otros cambios
En ciclos repetidos de quimioterapia, la respuesta blanca en la exploración mediante resonancia
Los pacientes suelen volver a la normalidad en 3 días afectivos poco destacables
afectiva puede variar magnética: necrosis discreta, multifocal y coagu-
lativa, de la materia blanca periventricular y en Atribuidos al cloracetaldehído (metabolito de la ifos- Hipotiroidismo postratamiento (sobre todo en muje-
La interrupción del esteroide puede asociarse a dolor res con anticuerpos previos que sugieren una tiroi-
los centros semiovales bilaterales; desmielini- famida) pero no a la ciclofosfamida
y pérdida del tono muscular zación ditis autoinmune)
Degradada por la alcohol deshidrogenasa
Si aparece un síndrome afectivo mayor, la remisión Síndrome cerebelar Las complicaciones renales (p. ej., fa nefrectomla pos-
no es inmediata tras la interrupción de los este-
roides y el paciente debería tratarse con psico- 5-Fluorouracílos terior a toxicidad por DDP) son un factor de riesgo
tropos para la toxicidad del SNC
Fatiga
El tratamiento de elección para la hiperactividad y el Emulan la intoxicación por alcohol
Delirium o crisis infrecuentes (especialmente tras ro-
insomnio son los tranquilizantes mayores (perfe- La ifosfamida se asocia a niveles inadecuados de ADH;
tura de la barrera hematoencefálica o vías metabó-
nacma, haloperidol); también el clonacepam hay que controlar los niveles de sodio
El litio ha sido utilizado como profilaxis en el trata- licas aberrantes)
Síndrome cerebelar ADH, hormona antidiurética; DDP, diamindicloroplatino (cisplatino); DNA, ácido desoxirribonucleico; EEG, electroencefalograma; MAÜ,
miento esteroideo de esclerosis múltiple
monoaminooxidasa; RM, resonancia magnética; RNA, ácido ribonucleico; SNC, sistema nervioso central.
(Continúa) 'Pluss y DiBella, 1984; 'Loprinzi et al., 1990; 'Loprinzi et al, 1994b; 'Ling et al., 1981; 'DeVtta et al., 1965; 'Holland et al., 1974; 'Lazarus et
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1984;"Denicoffetal., 1987.
si una mujer afronta un embarazo debe la enfermedad. La capacidad del paciente aparezca un abuso de sustancias o sintoma- ayude al personal médico y sanitario a en-
confiar en su curación. para hablar de sus sentimientos abiertamente tología psicopatológica grave, debe ofrecerse frentarse al estrés asociado a la atención a
Aunque muchos regímenes terapéuticos con el médico y la familia, así como para par- una consulta psiquiátrica incluso en ausen- los pacientes con cáncer. Por ejemplo, la
con procarbacina y agentes alquilantes no ticipar en proyectos famüiares futuros, otor- cia de síntomas manifiestos. Cuando el pa- tensión que conlleva ser el blanco de la ira
afectan a la fertilidad, son el tipo de quimio- ga significado y continuidad a las cuestiones ciente es uno de los progenitores, los niftos de un paciente puede ser una pesada carga
terapia con una mayor probabilidad de pro- que le preocupan (Fawzy et al., 1983). en edad preescolar o escolar suelen manifes- para la enfermera oncológica. Cuando los
ducir infertilidad (Thachil et al., 1981). Los Sin embargo, el desgaste emocional y tar su trastorno emocional en la escuela. El familiares están ausentes, los pacientes tien-
hüiiibreíj con enieimedad de ííodgkin o ecoaomieo puede aherar a ias íamiiias. Las nino debería saber qué le pa^a a bU piogenL den a dirigir su rabia hacia las cnfcrmera¿,
cáncer testicular pueden tener un recuento personas responsables del núcleo familiar tor, y la explicación debería ajustarse a su que no son consideradas figuras maternas
bajo de espermatozoides en el momento del deben ocuparse de su propio malestar capacidad de comprensión. Los niños ma- sino inconscientemente definidas como
diagnóstico. Aunque la procarbacina y los emocional y a la vez atender a las necesida- yores y los adolescentes suelen experimentar más prescindibles que los médicos y por
agentes alquilantes provocan infertilidad des del paciente y del resto de los miem- una inversión de roles al convertirse en cui- tanto, objetos apropiados para la ira. El psi-
masculina a medida que avanza el trata- bros de la familia, cuyas necesidades suelen dadores (Fawzy y Natterson, 1994). quiatra de enlace puede ayudar al personal
miento, la fertilidad puede recuperarse al asimismo aumentar. Estas personas pueden Muchas famihas apreciarán que el rnédi- sanitario a entender que la rabia de los pa-
cabo de unos años. Algunos hombres pue- beneficiarse si se toman tiempo para satis- co les indique o les confirme la impresión cientes va dirigida contra la enfermedad y
den decidir conservar el esperma antes del facer sus propias necesidades alimentarias, de que la muerte del paciente está cercana. que no es una crítica por la inadecuación de
tratamiento quimioterapéutico. de descanso y de relajación sin sentirse cul- La muerte de un ser querido puede ir a me- su trabajo.
pables por abandonar al paciente de vez en nudo acompañada de una sensación de ali- Una estrategia para ayudar al personal
cuando. Deben saber que pueden y deben vio, personal y proyectada, con la racionali- de oncología a enfrentar los factores estre-
• FAMILIASDELOSPACIENTES pedir la ayuda del personal sanitario, de zación de que, al menos, el sufrimiento ter- santes asociados al trabajo con pacientes
CONCÁNCER otros miembros de familia y de los amigos. minó. El médico puede ofrecer a un famüiar oncológicos es definir claramente los obje-
En vez de tomárselo como una imposición, cercano la oportunidad de visitarle unas se- tivos para cada paciente y esforzarse poste-
La prolongación de la supervivencia de la mayoría de los familiares y amigos se manas después de la muerte del paciente riormente en alcanzarlos.
los pacientes oncológicos conlleva mayores sienten aliviados y agradecidos por poder para resolver cualquier duda sobre el curso Existen tres tipos básicos de pacientes:
exigencias para sus familias. El curso del ayudar (Rait y Lederberg, 1989). El pacien- de la enfermedad o el resultado de la autop- a) aquéllos para los que el tratamiento per-
cáncer implica muchos altibajos emociona- te con cáncer y su pareja suelen ocultar sus sia. Este encuentro suele dar al familiar la mitirá la curación o una supervivencia li-
les que, en algunos casos, culminan con sentimientos de impotencia y miedo en un posibilidad de hablar de la culpa o la ansie- bre de esa enfermedad, b) aquéllos para los
una pérdida. La manera en que cada familia esfuerzo por parecer optimistas y tranqui- dad sobre algo que cree que pudo haber que el objetivo es el control a largo plazo y
en particular afronta esta confusión depen- los. Los estudios sugieren que los pactos de contribuido al malestar del paciente o a su la mejoría de la calidad de vida (los pa-
de de la edad y del número de miembros de silencio no son útiles y que la expresión muerte prematura. La conversación con el cientes que necesitan una terapia de apoyo
la familia, de sus recursos adaptativos, de su de serftimientos y la participación compar- médico que conocía y respetaba al paciente, sintomática, incluyendo el control de do-
estabilidad antes del diagnóstico, del bagaje tida en la toma de las decisiones mejora la
que lo asistió junto a su familia durante los lor) y c) aquéllos para los que la muerte es
étnico y cultural, y de los papeles y respon- adaptación. Los grupos de apoyo son un
últimos días de la enfermedad, puede ayu- inminente.
sabilidades de cada miembro de la familia recurso excelente para las parejas, y cada Los pacientes del tercer grupo deben sa-
dar a resolver el duelo familiar (Fawzy et
(Lewis, 1993). vez son más frecuentes en muchos centros ber que no serán abandonados. Necesitan
al., 1983).
médicos. un mayor contacto humano. El reconoci-
En el mejor de los casos, la cohesión y la
proximidad emocional se incrementará y ge- El cáncer infantil provoca siempre un gra- miento de que las necesidades de cada gru-
nerará un sentimiento de alegría y de apre- ve malestar en los padres. Dado que es fre- • PERSONALONCOLÓQICO po de pacientes son de la misma importan-i
ciación de la vida familiar y del vivir en gene- cuente que los padres de un niño gravemen- cia puede ayudar en gran medida a que el
ral. Este tipo de familias se comunica abierta- te enfermo o en fase terminal se vean afecta- A menudo, se solicitará al psiquiatra de personal sanitario se sienta útil y satisfecho
mente con el paciente y con el médico sobre dos por una desintegración de la familia o enlace asignado al centro de oncología que con su trabajo.
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Capiwlo 21

Neurologíay neurocirugía
Qregory Fricchíone
Jeffrey B. Wetlburg
Qeorge B. Murray

En este capítulo nos centraremos en la Lesiones estructurales


evaluación, el diagnóstico y el manejo de los
trastornos neurológicos y neuroquirúrgicos Enfermedades vasculares cerebrales.
en el ámbito de la interconsulta en pacientes La enfermedad vascular cerebral es ef tras-
con signos y síntomas psiquiátricos o neuro- torno neurológico más frecuente en el mun-
conductuales. Estos pacientes pueden pre- do y fa tercera causa de morbilidad y mor-
sentar trastornos psiquiátricos primarios o talidad en Estados Unidos, después de las
secundarios que explican sus problemas. enfermedades cardíacas y el cáncer (Ha-
chinski y Norris, f 985; Starkstein y Robin-
son, f 992). La isquemia explica el 85% de
• EPIDEMIOLOQÍAYCARAaERÍSTICAS ellas. Los fenómenos hemorrágicos explican
CLÍNICAS el f 5% restante.

Conocer la frecuencia de una enferme- Depresión postictal. La principal secuela


dad es indispensable para el psiquiatra de psiquiátrica de la enfermedad vascular cere-
enface que lleva a cabo una consulta en el bral es la depresión. Robinson et al. (f 983;
servicio de neurología y neuropsiquiatría. Sinyor et al., 1986) confirmaron, en un es-
Las tablas 21-ly21-2 resumen la prevalen- tudio longitudinal de 2 años, que ia depre-
cia e incidencia de determinados trastornos sión (depresión mayor y distimia según el
. neuropsiquiátricos (Black et al., f988; DSM-ÍIÍ [American Psychiatric Association.
Kurtzke, 1984; Malaspina et al., 1992; Re- 1980]) se presenta entre un 30 y un 50% de
gieretal., 1988). los pacientes inmediatamente después de
TABLA 21-1. Prevalencia de los trastornos neuropsiquiátricos en la población general TABLA 21-2. Incidencia de los trastornos comparación con las lesiones corticales. El
neuropsiquiátricos en población general
Prevalencia segundo factor es el grado de deterioro de
Afección (por 100.000) Incidencia anual las actividades de la vida diaria, de manera
Afección (por 100.00
Dislexia 5.000-10.000 que los pacientes que presentan una evolu-
Demencia (enfermedad de Alzheimer) 7.700 Lesiones cerebrales 200 ción favorable de la depresión son los que
Depresión mayor 2.200 Accidente vascular cerebral 150 han sufrido un deterioro menos grave. Los
Trastorno convulsivo 650-1.700 Síndrome posconcusional transitorio 150 fármacos antidepresivos acortan la duración
nsctuizoireriia ínfi nr\r\ T_
--,',ii"Tofrenia 1 1-70
uc lu ucpiCiiuli pOiUciai.
Trastorno convulsivo 50
Lesiones cerebrales 800 Los estudios corroboran la idea de que el
Demencia 50
Accidente vascular cerebral 600 riesgo de depresión aumenta a medida que
Tumores cerebrales 30
Trastorno de angustia 500 la lesión está más próxima al polo frontal iz-
(benignos, metastáticos, malignos)
Enfermedad bipolar 500 quierdo (y posterior derecho), de manera
Enfermedad de Parkinson 30
Enfermedad de Parkinson 133-200
Síndrome posconcusional persistente 20
que las lesiones en el hemisferio frontal iz-
Narcolepsia 10-100
Hemorragia subaracnoidea 15
quierdo están muy asociadas a la depresión
Tumores del SNC (primarios y secundarios) 80
Esclerosis múltiple 3 (Robinson y Starkstein, 1990; Robinson et
Síndrome posconcusional persistente 80
al., 1984). Debe señalarse, sin embargo,
Esclerosis múltiple 60 Adaptado con autorización de Black DW, Yates WR, Andreasen
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Hemorragia subaracnoidea 50
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Síndrome posconcusional transitorio 50 Textbook of Psychiatry. Editado por Talbott JA, Hales RE, Yudofsky
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Distrofia miotónica 5,5 Month Prevalence of Mental Disorders in the United States». Archi- deprimidos, cuando en realidad presentan
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American Medical Association.
Porfiria intermitente aguda 2 los componentes afectivos del lenguaje, y
Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) puede clasificarse de la misma manera que
Prevalencia de disfunciones del SNC en población con SIDA 30-75%° la afasia. En la aprosodia se utiliza un con-
Los estudios de seguimiento del curso
Prevalencia de complejo demencia-SIDA en población con SIDA 16-33%'' junto de evaluaciones análogas a las em-
natural sugieren que la duración media de
SNC, sistema nervioso central. la depresión posterior al accidente vascular pleadas para evaluar la disfasia, con el fin de
Datos obtenidos de 'Levy y Bredesen (1988) y 'Portegies et al. (1993).
cerebral es aproximadamente de 1 año. La observar la prosodia espontánea, la repeti-
Adaptado con autorización de Black DW, Yates WR, Andreasen NC, et al.: «Schizophrenia, Schizophreniform Disorder and Detusional (Pa-
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chiatry 45: 977-986, 1988. Copyright, 1988, American Medical Association. Starkstein et al. (1988a) afirmaban que el Algunos pacientes, que en principio pa-
curso natural de la depresión postictal de- recen presentar una depresión posterior a
sufrir el accidente vascular cerebral. Estos depresión menor. Algunos estudios confir- pende de dos factores. El primero es la loca- un accidente vascular cerebral, a veces sim-
invesügadores referían que el 26% de los man estas prevalencias de depresión postic- lización de la lesión, de manera que los pa- plemente están aprosódicos y son incapaces
pacientes presentaba un cuadro clínico que tal en diversas situaciones de tratamiento cientes que se recuperan de la depresión de dar al equipo de tratamiento respuestas
coincidía con una depresión mayor, mien- (Eastwood et al., 1989; Ebrahim et al., presentan una mayor proporción de lesio- emocionales adecuadas. Un marcador útil
tras que el 20% restante padecía distimia o 1987). nes subcorticales y en el tronco cerebelar en de depresión postictal es la falta de motiva-
ción del paciente para la fisioterapia (Ross y de ansiedad generalizada. Por otra parte, ción verbal, pérdida de fuerza en las Los tumores hipofisiarios son responsa-
Rush, 1981). casi la mitad (23 de 47) de una serie de pa- piernas, sensación de pérdida e inconti- bles de endocrinopatías asociadas a secuelas
Un factor fundamental de riesgo de de- cientes con depresión posterior a un acci- nencia de esfínteres (Cummings, 1985a, psiquiátricas. Los adenomas de células basó-
presión posterior a un accidente vascular dente vascular cerebral presentaban sínto- 1985b, 1985c). En ocasiones se consi- filas de la hipófisis pueden dar lugar al sín-
cerebral, al margen de la localización de la mas comórbidos de ansiedad (Starkstein et dera que el mutismo acinético observado drome de Cushing y a otros síndromes psi-
lesión, es la dilatación ventricular debida a al., 1990). en las lesiones del cingulado anterior quiátricos secundarios. Los adenomas aci-
una atrofia subcortical. Además, los antece- constituye un síndrome frontomedial. dófilos de la hipófisis pueden cursar con
L 1
üentes faimtiares o personaies premorbidos íuniores cerebraies. Las neopiastas ce- a ^ i u i i i L ^ a n a , ^ m i...iaMi.v.iiw. 4"°' "j
de trastorno afectivo parecen predisponer rebrales explican casi el 10% de las enfer- Las alteraciones emocionales observadas ansiedad (Price et a l , 1992). Una pérdida de
a la depresión postictal (Starkstein et al., medades neurológicas no traumáticas (Sil- en pacientes con tumores en el lóbulo tem- campo visual como la hemianopsia bitem-
1988b, 1989). ver et al., 1990). Entre un 1 y un 2% de los poral incluyen depresión, irritabilidad, apa- poral implica inmediatamente lesiones en la
Tras sufrir infartos lacunares, puede pro- pacientes con un trastorno psiquiátrico tía o alegría. También pueden aparecer dis- hipófisis o en el hipotálamo como etiología
ducirse un amplio abanico de cambios afec- puede presentar tumores cerebrales no de- control episódico y labilidad emocional. de las alteraciones en el estado mental.
tivos, como la incontinencia emocional y la tectados (Price et al., 1992). Los tumores en el lóbulo parietal y occi- Los procesos paraneoplásicos afectan al
depresión. Los accidentes vasculares cere- Los tumores del lóbulo frontal son los pital no suelen causar tantos síntomas psi- sistema nervioso central (SNC) a conse-
brales lacunares son pequeñas lesiones, a que con mayor frecuencia se relacionan quiátricos como los tumores localizados en cuencia de los efectos remotos del tumor y
menudo debidas a hipertensión, que tienen con alteraciones neuropsiquiátricas, y se otras áreas. Sin embargo, los pacientes con no por su invasión directa. Los síndromes
lugar en partes subcorticales más profundas observaron en un 90% en un estudio reali- tumores occipitales pueden presentar aluci- paraneoplásicos del SNC suelen dar lugar a
del cerebro y en el tronco cerebral (Fisher, zado con 85 sujetos (Strauss y Keschner, naciones (Lohr y Cadet, 1987). Los pacien- una reacción inmune dirigida contra los an-
1982). 1935). Se han sugerido tres tipos de dis- tes con tumores parietales pueden manifes- tígenos compartidos por el tumor subya-
función del lóbulo temporal (Cummings, tar agitación, tendencias paranoides y alte- cente y determinadas neuronas. Los síndro-
Manía postictal. Starkstein y Robinson 1985a, 1985b, 1985c): raciones afectivas. mes paraneoplásicos se asocian con más fre-
(1992) vieron sólo 3 casos de manía poste- Los tumores diencefálicos en la línea me- cuencia al cáncer de pulmón de células pe-
rior a un accidente vascular cerebral en una dia implican estructuras subcorticales rela- queñas. También se han descrito en cáncer
1. El síndrome orbitofrontal está caracteri-
serie de 300 pacientes consecutivos que ha- cionadas con el sistema límbico, como el tá- de mama, estómago, útero, riñón, testícu-
zado por desinhibición, impulsividad,
bían sufrido un accidente vascular cerebral. lamo, hipotálamo y las regiones paraventri- los, tiroides y colon (Skuster et al., 1992).
labilidad emocional con un discordan-
De todas maneras, la manía posterior a un culares. Se han detectado psicosis esquizo- Algunas veces los pacientes con cáncer pue-
te tono bromista y euforia, e inatención
accidente vascular cerebral está asociada a freniformes en pacientes con este tipo de den ser ingresados en unidades de psiquia-
con baja introspección y capacidad de
lesiones orbitofrontales, basotemporales, de tumores (Malamud, 1967). Asimismo, se tría por presentar un síndrome que cursa
razonamiento.
los ganglios basales y lesiones talámicas, so- han observado alteraciones afectivas, cam- con depresión, ansiedad, alteraciones de la
2. El hipotético síndrome de la convexidad
bre todo en el hemisferio derecho (Robin- bios de personalidad y mutismo acinético personalidad, alucinaciones, catatonía o
frontal que se caracteriza por apatía, in-
son y Starkstein, 1990). La vulnerabilidad (Burkle y Lipowski, 1978; Cairns y Mos- trastornos de la memoria, con o sin deli-
diferencia y retraso psicomotor, explo-
genética, observada en los antecedentes fa- berg, 1951). Los tumores hipotalámicos se rium. El psiquiatra debe sospechar de sín-
siones de cólera, perseveración motora,
miliares de trastorno del estado de ánimo, han relacionado con trastornos de la con- dromes paraneoplásicos del SNC ante pa-
falta de persistencia, incongruencia en-
y la atrofia subcortical pueden aumentar el ducta alimentaria e hipersomnia, incluyen- cientes con cáncer que presenten signos y
tre la conducta motora y la verbal, défi-
riesgo de manía postictal. do somnolencia excesiva diurna (Climo, síntomas psiquiátricos.
cit en la programación motora, concre-
ción y mala categorización. 1982; Coffey, 1989). También se han obser-
Ansiedad postictal. En una serie de 98 pa- vado problemas de regulación de la sed y la Trastorno convulsivo. La pnmera de-
3. El síndromefrontomedial, relacionado fre-
cientes que habían sufrido un primer acci- temperatura. El 90% de los tumores en el finición de epilepsia realizada por Hugh-
cuentemente con manifestaciones aciné-
dente vascular cerebral agudo, tan sólo 6 cuerpo calloso provocan problemas neuro- lings Jackson sigue siendo válida: es una
ticas. Existe una pérdida de los gestos es-
cumplían criterios adaptados de trastorno conductuales (Selecki, 1964). «descarga eléctrica ocasional, excesiva y al-
pontáneos, disminución de la produc-
terada de los tejidos nerviosos» (citado en de conducta diferente. Un estado crepuscvj- ¿[05 de incidencia seftalan que el riesgo de antecedentes previos personales o famiHa-
Browne et al., 1983; pág. 414). El electro- lar continuado con capacidad de respuesta psicosis en pacientes epilépticos es de 6 a res (Robinson et al., 1988). En un 15% de
encefalograma (EEG) permite detectar la parcial y amnésica, vocalización parcial y Ci„ \l veces superior al de la población no epi- los pacientes esquizofrénicos se ha detecta-
actividad convulsiva mediante puntas, los clos de automatismos complejos reactivos, y léptica (McKenna et al., 1985). do la presencia de lesiones craneales antes
complejos punta-onda y otros datos (Men- otra fase de capactdad total de respuesta, in- Bear y Fedio (1977) han escnto acerca de que presentaran el pnmer episodio psi-
dez et a l , 1984). Las ondas lentas y punti- terrupción de la vocalización, mirada fjja del denominado síndrome conductual in- cótico (Lishman, 1987).
agudas focales son indicadoras de actividad y automaüsmos estereotipados (Treiman y terictal (circunspección sin sentido del hu- Los síntomas del síndrome posconcusional
convuLiva en pacLcLLLes que preaeiiLan ULI Delgauo-EacueLa, 1983). rnor, depeLidcLicia, übscsividad) que se ob- son cciaicas, marcos, iauga c insomnio. Lus
cuadro clínico de epilepsia. Sin embargo, de El neurólogo suele pedir al psiquiatra de serva en pacientes con epilepsia del lóbulo pacientes pueden presentar problemas de
los 2 millones o más de americanos epilép- enlace que evalúe a pacientes con posibles temporal. La hiperreligiosidad, hipergrafía e memoria, falta de concentración, alteracio-
ticos, el 60% presenta crisis no convulsivas seudocrisis. Muchos pacientes presentarán hiposexualidad están asociadas a la perso- nes perceptivas, distimia, ansiedad, irritabi-
sin manifestar otros síntomas o signos mo- verdaderas crisis además de las seudocrisis nalidad interictal epiléptica del lóbulo tem- lidad y cambios de personalidad (Lishman,
tores que, por otra parte, anunciarían el (o crisis no epilépticas). poral (Waxman y Geschwind, 1975), aun- 1988; Süver et al., 1990). El síndrome pos-
final de la crisis convulsiva (Goldensohn, En los pacientes epilépticos es frecuente que estas asociaciones son discutidas (Ro- concusional no se correlaciona con la grave-
1983). Como señaló Murray (1985), la ma- la depresión. Mendez et al. (1986) sugerían din y Schmaltz, 1984). Sin embargo, parece dad de la lesión craneal ni con el grado de
yoría de los pacientes con epilepsia no con- que la depresión en algunos pacientes epi- existir una verborrea clara y distintiva en pérdida de conciencia.
vulsiva presenta crisis convulsivas parcia- lépticos puede ser debida a un psicosíndro- pacientes con crisis parciales complejas que
les, y en el 40% de éstos no se detectaron me epiléptico específico secundario a la dis- les proporciona una cualidad interpersonal Enfermedades degenerativas. Una am-
puntas focalizadas en el EEG (Klass, 1975; función límbica. En comparación con el 7% viscosa (Hoeppner et al., 1987). plia gama de enfermedades degenerativas
Murray 1985). de los sujetos control, el 30% de los pacien- causan signos y síntomas neuropsiquiátricos.
Las crisis convulsivas generalizadas se ca- tes epilépticos había llevado a cabo tentati- Traumatismo craneal. Los traumatis- La enjermedad de Parkinson es un trastorno
racterizan por la implicación simultánea de vas suicidas. La tasa de suicidio en una serie mos craneoencefálicos constituyen un im- degenerativo con elevada comorbilidad psi-
ambos hemisferios cerebrales. En las crisis de pacientes con epilepsia fue cinco veces portante problema de salud pública que quiátrica (Fogel, 1993): el 65% de los pacien-
parciales, aparecen síntomas y signos focales superior a la observada en la población ge- afecta entre 750.000 y 3 millones de perso- tes con enfermedad de Parkinson acaban pre-
de excitación en una zona concreta de un neral (Barraclough, 1981). En pacientes con nas cada año en Estados Unidos Qennett y sentando una demencia al llegar a los 85 aftos
hemisferio. Las crisis parciales simples no epilepsia del lóbulo temporal, la incidencia Teasdale, 1981; Kwentus et al., 1985). Pue- de edad (Mayeux et al., 1990). Se puede es-
cursan con deterioro de la conciencia y nor- de suicidio fue 25 veces superior a la obser- den provocar importantes cambios en la perar que aproximadamente un 40% de los
malmente se origina en regiones corticales vada en la población general (Robertson y personalidad. Tanto si existen lesiones en pacientes con una enfermedad de Parkinson
motoras, sensoriales o visuales. Las crisis Trimble, 1983). los lóbulos frontales como si estas estructu- sufra un síndrome depresivo mayor como
convulsivas parciales complejas están aso- Los pacientes con epilepsia también pre- ras no están afectadas, el psiquiatra de con- mfnimo (Cummings, 1992). Esta elevada co
ciadas a deterioro de la conciencia y se origi- sentan psicosis esquizofreniforme, con fre- sulta puede detectar un síndrome del lóbu- morbilidad, y el riesgo añadido de problemas
nan en focos del sistema límbico en el lóbu- cuencia en aquéllos con epilepsia del lóbu- lo frontal, caracterizado por labilidad, irrita- psiquiátricos debidos a los fármacos antipar-
lo temporal medial. Este dato permite expli- lo temporal (McKenna et al., 1985; Mendez bilidad, superficialidad y falta de adecua- kinsonianos, sugieren que la intervención óp-
car por qué los signos y síntomas psiquiátri- et al., 1984). Los síntomas incluyen tras- ción. Pueden estar alterados el lenguaje, las tima de estos pacientes deberá contemplar la
cos —auras cognitivas (despersonalización, tornos del pensamiento, ideación paranoi- habilidades de cálculo y el análisis lógico, psiquiátrica además de la neurológica.
pensamiento forzado, déjá vu), auras afecti- de, alucinaciones y alteraciones del esta- además de presentar problemas de concen- Los pacientes con enfermedad de Parkin-
vas (miedo, depresión, placer), alteraciones do de ánimo en el contexto de conservación tración y abstracción (Silver et al., 1990). son presentan temblores, bradicinesia, rigi-
perceptivas (üusiones, alucinaciones) y pro- de la afectividad. Las psicosis persistentes Los trastornos premórbidos del estado dez, alteraciones de la marcha y/o inestabi-
blemas de memoria (amnesia)— son tan fre- son concomitantes bien conocidos de la de ánimo suelen empeorar con las lesiones lidad postural. Los fármacos son una causa
cuentes (Mendez et al., 1984). En el status epilepsia, y se suelen atribuir a disritmias cerebrales, pero la depresión o la manía frecuente de parkinsonismo, sobre todo los
epilepticus parcial complejo se dan dos fases subictales del lóbulo temporal. Los estu- pueden aparecer tras una lesión craneal sin neurolépticos. La metoclopramida (Albibi y
McCallum, 1983) y la fluoxetina (Bouchard sonalidad, trastornos del estado de ánimo ra caracterizada por la pérdida de potencia cian con una amplia variedad de alteracio-
et al, 1989), así como la amoxapina y el li- (en más del 50% de los afectados), estados y atrofia muscular. Algunas veces se ha aso- nes del estado mental en pacientes con me-
tio, también provocan síndromes extrapira- similares a la esquizofrenia (con más sínto- ciado a demencia (Wikstrom et al., 1982). ningitis.
midales. mas negativos que positivos) y alcoholismo Los cambios de personalidad pueden mani- La encefalitis es una infección generaliza-
Los efectos secundarios psiquiátricos de (Maricle, 1993). Las conductas suicidas se festarse antes de que lo haga la enfermedad da del SNC que normalmente tiene un ini-
los fármacos antiparkinsonianos, como la dan en el 30% de los pacientes, de los cua- de la neurona motora, algunas veces asocia- cio agudo con fiebre, signos meníngeos,
psicosis y la confusión, suelen obligar a rea- les entre el 2 y el 7% llegan a consumarlo dos a atrofia frontotemporal. síntomas neurológicos focales y delirium,
hzar modiñcaciones en ei tratamiento. hn VMancie, 1993). lodos ios pacientes pre- que algunas veces profesan hacia el estupoi
caso de que con la retirada gradual de un sentan demencia subcortical que va avan- Infecciones del SNC. Las infecciones (Skuster et al., 1992). La encefalitis focal
antiparkinsoniano no se resuelvan los sínto- zando a un ritmo irregular. del SNC forman parte del posible diagnósti- que se suele observar con mayor frecuencia
mas psicóticos, se podrá probar la clozapina El ejemplo más importante de enferme- co diferencial que debe llevar a cabo el psi- es la causada por el virus del herpes simple,
(Fogel, 1993). dades degenerativas desmielinizantes es la quiatra de enlace. La neurosífñis es cada vez que normalmente afecta a los lóbulos tem-
La depresión parece ser más frecuente en esclerosis múltiple. La etiología de la esclero- más frecuente debido a la inmunodeficien- porales y la zona media inferior de los lóbu-
los pacientes con una enfermedad de Par- sis múltiple sigue sin conocerse, pero los re- cia relacionada con el virus de la inmuno- los frontales. Suele cursar con anosmia, alu-
kinson cuya bradicinesia y alteraciones de cientes descubrimientos parecen señalar a deficiencia humana (VIH). Los síntomas de cinaciones olfativas y gustativas, crisis con-
la marcha son más graves que en los que un componente autoinmune. La esclerosis la neurosífilis pueden iniciarse con cefaleas, vulsivas parciales simples o complejas,
predominan los temblores. La depresión en múltiple se diagnostica con más frecuencia letargia, problemas de concentración, falta cambios de personalidad y psicosis. A me-
pacientes con esta enfermedad no es una en mujeres jóvenes, y se inicia entre los 20 y de memoria, y deterioro del juicio. Las pri- nos que la encefalitis sea tratada inmediata-
mera reacción al grado de discapacidad; la los 40 años de edad. Al menos al principio, meras manifestaciones neuropsiquiátricas mente con agentes antivirales como el aci-
enfermedad de Parkinson se complica por los síntomas neuropsiquiátricos tienden a son la oftalmoplejía, alteraciones de las pu- clovir, la morbilidad y la mortalidad son
la presencia de signos físicos (apatía, bradi- remitir y recurrir. Las lesiones afectan con pilas y en muy pocos casos, las pupilas de muy elevadas.
cinesia, rigidez) que se asemejan a los sínto- mayor frecuencia al nervio óptico, al cere- Argyll Robertson (pequeñas e irregulares, Las secuelas duraderas de la encefalitis
mas psicomotores y vegetativos característi- belo, el tronco cerebral, y a regiones exten- que reaccionan con normalidad a la conver- incluyen cambios de personalidad, labili-
cos de la depresión. Centrarse en los sínto- sas de la médula espinal, causando marcha gencia de la luz pero no a toda ella, y sólo dad emocional, disfunción cognitiva y alu-
mas psicológicos de la depresión puede atáxica, temblor intencional, disartria, diso- en parte ante el agente midriático). El líqui- cinaciones (Baker, 1988).
ayudar en el diagnóstico de un síndrome ciación de la mirada conjugada lateral, pa- do cefalorraquídeo (LCR) muestra una leve
depresivo. raparesia, pérdida sensorial en las extremi- linfocitosis (200 células/ml) de casi todas
La enfermedad de Huntington es un tras- dades e incontinencia urinaria. las células mononucleares. El cuadro clínico • DIAQNÓSTICO DIFERENCIAL
torno neurodegenerativo autosómico domi- puede, con el tiempo, deteriorarse y acabar
Algunos estudios sugieren un sustrato fi-
nante, que afecta a los ganglios basales, en en demencia. Exploración del trastorno de conversión
siológico en la depresión de pacientes con
el que predominan los trastornos psiquiá- esclerosis múltiple. En un estudio en el que La meningitis aguda bacteñana, por hongos
tricos hasta las últimas etapas de la enfer- se comparaba 30 pacientes con esclerosis y vírus se puede encontrar a veces en pa- El trastorno de coñversión suele diagnos-
medad (Maricle, 1993). Los pacientes con múltiple con sujetos control neurológica- cientes medicoquirúrgicos hospitalizados. ticarse pronto (Boffeli y Guze, 1992). En un
enfermedad de Huntington presentan mo- mente enfermos e igualmente discapacita- Las personas con problemas inmunológicos estudio de seguimiento de 10 años, en 10
vimientos coreicos involuntarios, movi- dos, era más probable que los pacientes con que trabajan en unidades hospitalarias con de los 40 varones que en principio habían
mientos voluntarios alterados, déficit cog- esclerosis múltiple estuvieran deprimidos pacientes con síndrome de inmunodeficien- recibido un diagnóstico de trastorno de
noscitivos y disfunción psiquiátrica. Los antes de manifestar los signos de su enfer- cia adquirida (SIDA) o en unidades oncoló- conversión, posteriormente se pudo detec-
síndromes psiquiátricos habituales en pa- medad y durante la fase de la enfermedad gicas, así como los pacientes con infeccio- tar una enfermedad neurológica reconoci-
cientes con esta enfermedad son los trastor- (WhitlockySuskind, 1980). nes ventriculoperitoneales, algunas veces ble, sobre todo enfermedades degenerativas
nos de conducta, el trastorno antisocial de La esclerosis lateral amiotrófica es una en- presentan meningitis agudas. Las cefaleas, del SNC (Watson y Buranen, 1979). En un
la personalidad, otros síndromes de la per- fermedad degenerativa de la neurona moto- meningismos y alteraciones del LCR se aso- estudio más reciente, se observó que 11 pa-
cientes de un total de 56 con un trastorno sación del músculo frontal. El paciente con atípicos en respuesta a la distracción o su- Síncope frente a síncope de conver-
de conversión padecían trastornos neuroló- hemiplejía psicógena no levantará el brazo gestión, es el síntoma somatomorfo más fre- sión. El síncope de conversión suele dar-
gicos 10 años después (Mace y Trimble, ni la pierna débiles cuando se le pide; sin cuente en la población clínica con trastor- se en presencia de testigos, se manifiesta de
1996). El pronóstico de la sintomatología embargo, al colocar estas extremidades cer- nos motores (Monday yjankovic, 1993). una manera exagerada, puede tener cierta
crómca a menudo del tipo somaüzación si- ca del cuerpo bilateralmente para compro- asociación sexual y, en raras ocasiones, está
gue siendo desfavorable. En otro interesan- bar su resistencia, existe contracción aduc- Crisis convulsivas frente a convulsiones relacionado con lesiones personales o con
te estudio, Gould et al. (1986) encontraron tora en ambos lados. En la paraplejía psicó- de conversión (seudocrisis). Existen al- cambios autónomos.
al aiciiub uua caiacteristica de una explora- gena, no se observan probiemas de esfín- ¿unoi eiifoi^ue¿ ü.iagiiósticos dc gran utilidaa "Pi-i ln t-nt-J'i ~) 1
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ción sensorial no ñsiológica, como la anes- teres. El signo de Hooever suele estar pre- para diferenciar las verdaderas convulsiones mendaciones para el manejo de los trastor-
tesia no anatómica o un dolor o vibración sente en casos de debilidad de conversión. de las convulsiones de conversión (seudocri- nos de conversión.
que empieza precisamente a partir del pun- Normalmente, cuando un individuo en po- sis). Debe sospecharse de la presencia de cri-
to medio del cuerpo, en 29 de un total de sición supina ñexiona el muslo para levan- sis de conversión cuando son poco frecuentes
30 pacientes neurológicos ingresados con tar la pierna, aparece un movimiento hacia y su manifestación es variable, cuando en el Hallazgos de laboratorio
lesiones demostradas del SNC, 25 de los abajo en la otra pierna, que puede ser fácil- EEG no existe actividad epileptiforme duran-
cuales presentaban accidentes vasculares mente apreciado por el examinador que tie- te el ictus ni tampoco enlentecimiento de la El LCR normalmente no contiene más de
cerebrales agudos. ne su mano apoyada sobre ese talón o esa actividad tras la crisis, y cuando la frecuencia cinco linfocitos o monocitos por milímetro
otra pierna. Un paciente con hemiparesia convulsiva no cambia pese a la disminución cúbico. Un incremento en el recuento de
Delirium frente a trastorno de con- psicógena no presenta ese movimiento ha- de la concentración plasmática de anticon- glóbulos blancos refleja una inflamación
versión. En el trastorno de conversión, cia abajo en la pierna normal contralateral vulsivos (Desai et al, 1982). Las pruebas de debida a bacterias, virus y otros agentes in-
suele conservarse la orientación, o en caso cuanto intenta levantar la pierna «parésica» provocación que utilizan la sugestión algunas fecciosos, o enfermedades sanguíneas, quí-
de que exista «desorientación», suele in- (Wells y Duncan, 1980). veces pueden precipitar o terminar un «ata- micas o neoplásicas. La infección bacteriana
cluir a la persona, al espacio y al tiempo. Los pacientes con trastornos somatomor- que» de conversión. Recientemente se ha su- o por hongos del SNC puede precipitar una
La capacidad cognoscitiva acostumbra a fos suelen presentar déficit sensoriales. Cuan- gerido que el llanto es un elemento habitual respuesta polimorfonuclear de las células
estar intacta, aunque si es deficitaria, es do existe un salto muy brusco y bien definido de las seudocrisis, aunque se trata de un fe- en el LCR, mientras que la tuberculosis esti-
desproporcionada con respecto a la vigi- entre un área donde hay pérdida sensorial y nómeno ictal extremadamente raro, salvo en mula la pleocitosis de los linfocitos. Cuan-
lancia y la capacidad de respuesta. Las alu- otra con sensibilidad normal, debe sospe- la epilepsia dacristica (Bergen y Ristanovic, do el recuento de glóbulos blancos no supe-
cinaciones son raras en pacientes con deli- charse de la presencia de somatizaciones. La 1993). De los pacientes con trastornos con- ra los 50/mm3, la etiología no es infecciosa,
rium de conversión. pérdida sensorial unilateral con un límite en vulsivos, entre un 20 y un 25% presenta cri- y habrá que pensar en la existencia de sar-
la línea media es muy poco frecuente, sobre sis y seudocrisis (Ramani et al, 1980). coidosis, vasculitis o meningitis carcinoma-
Estupor frente a estupor de conver- todo si se repite en la nariz y los genitales. Algunas veces resulta útil desde el punto tosa.
sión. En el estupor de conversión, existe Asimismo, una pérdida del sentido de vibra- de vista del diagnóstico estudiar los niveles El contenido en proteínas del LCR nor-
conciencia inestable. Por ejemplo, el pa- ción sobre el cráneo o el esternón en la línea de prolactina en suero después de que los malmente es de 45 mg/dl o inferior. Los ni-
ciente está paralizado aunque puede res- media no tiene una etiología fisiológica. Los pacientes han presentado una crisis convul- veles de proteínas en el LCR suelen estar
ponder a órdenes o al dolor. Está completa- trastornos de conversión suelen coincidir con siva. En pacientes con crisis generalizadas y incrementados en la meningitis bacteriana
mente mudo (normalmente es un signo de enfermedades neurológicas, por lo que no parciales complejas, suele observarse un in- y, en un grado menor, en la meningitis víri-
estupor de conversión) o puede articular al- son de ninguna manera mutuamente exclu- cremento como mínimo del doble de pro- ca, tumores cerebrales y de la médula espi-
gunos monosílabos o frases cortas. yentes (Wells y Duncan, 1980). lactina a los 15-20 minutos después de la nal, en la diabetes mellitus, la sífilis, la es-
crisis, aunque este incremento no se obser- clerosis múltiple, el síndrome de Guillain-
Hallazgos «focales» frente al trastorno Trastornos motores frente a trastorno va en los pacientes con seudocrisis (Dana- Barré, la encefalitis por lupus, mixedema y
de conversión. La ptosis psicógena no motor de conversión. El mioclono de Haeri y Trimble, 1984; Pritchard et al., en el síndrome de Cushing. Las proteínas
suele ir acompañada de una sobrecompen- conversión, que consiste en movimientos 1985; Trimble, 1978). del LCR pueden estar disminuidas (menos
TABLA 21-3. Abordaje del trastorno de de 15 mg/dl) en los meningismos e hiperti- Resonancia magnética (RM). La RM berían ser sometidos a exploración por EEG
conversión en el ámbito de la neurología y la
neurocirugla
roidismo. El intervalo normal de glucosa proporciona mayor contraste entre la sus- Es necesario subrayar que el EEG puede re-
en el LCR es de 45-80 mg/dl. Los niveles tancia gris y la sustancia blanca que la TC sultar normal en un elevado porcentaje de
Abreacción y sugestión positiva
alterados de glucosa en el LCR, general- (Gilman, 1992). Además, es más sensible a pacientes con crisis parciales complejas; el
Entablar una conversación cara a cara; el paciente
solo, sin familia ni amigos; comentar la experiencia mente inferiores a 40 mg/dl, se dan en pre- las lesiones en la sustancia blanca que tie- diagnóstico de epilepsia debe basarse, en úl-
y los acontecimientos que rodean el inicio de los sencia de pleocitosis y a menudo compor- nen lugar en enfermedades desmielinizan- tima instancia, en criterios clínicos.
síntomas. Fomentar las emociones de cordialidad, tan una meningitis piógena, tuberculosa o
de paciencia y de apoyo
tes, como la esclerosis múltiple. El uso de
Evitar problemas al explicar el diagnóstico; evitar aíir-
por hongüs. üunuable (gadoliniü) mcjora la visualiza-
maciones del tipo «todo está en su cabeza» y «todo En la meningitis carcinomatosa, la citolo- ción de determinados tumores como me- Tests neuropsicológicos
es normal» gía puede ser diagnóstica en un 45-75% de ningiomas y neurinomas acústicos. Por otra
Evitar la confrontación; utüizar una explicación di-
recta y no amenazadora del papel que desempeñan
los pacientes con la primera punción lum- parte, las malformaciones auriculoventricu- Los tests neuropsicológicos ayudan a
los problemas emocionales en los síntomas físicos bar y en un 80-90% después de la tercera lares, los gliomas y las anomalías cerebrales describir enfermedades neurológicas que se
Utilizar la sugestionabilidad característica del pacien- punción (Coyle, 1991). se pueden distinguir bien mediante la RM sospechan y que no se pueden detectar con
te, sugiriendo pautas razonables para mejorar el es- sin contraste. La RM es especialmente eficaz
tado del paciente otros procedimientos de neurodiagnóstico;
para visualizar lesiones de la fosa posterior, ayudan a diferenciar las enfermedades «or-
Llevar a cabo una entrevista con el paciente bajo la in-
fluencia del amobarbital, pentobarbital, una ben- Díagnóstíco por la ímagcn como el tronco cerebral y el cerebelo. Como gánicas» de las «funcionales»; controlan el
zodiacepina o hipnosis, para desvelar los conflictos y electrofísiología requiere que los pacientes se coloquen en
y desencadenar la abreacción
estado mental tras tratamiento médico o
un receptáculo muy estrecho, la claustrofo- quirúrgico; evalúan las capacidades cogniti-
Enfoques conductuales Tomografía computarizada (TC). La bia es un problema relevante aproximada- vas de los pacientes con lesiones cerebrales
Enseñar técnicas simples de conductas de afronta- TC del cerebro resulta de gran utilidad para mente en un 5% de pacientes sometidos a para determinar si debe llevarse a cabo una
miento, demostrando que este tipo de respuestas el diagnóstico de malformaciones arterio- una RM. rehabilitación, valorar dónde deben ubicar-
son más adecuadas para manejar los problemas
emocionales que presentar síntomas flsicos (p. ej., venosas, hidrocefalia, encefalitis herpética, La RM tiene ventajas frente a la TC en la se o cuál es su nivel de competencia; y ayu-
crisis convulsivas). Pueden llevarse a cabo en sesio- infestaciones por parásitos y enfermedades evaluación de muchas de las lesiones en dan a identificar los trastornos del aprendi-
nes individuales o en grupo
neurodegenerativas progresivas. En ocasio- el parénquima cerebral. En cambio, la TC zaje y guiar su tratamiento.
Utilizar un enfoque conductual centrado en recom-
pensar el «comportamiento bueno» en los pacien- nes también permite investigar las causas es preferible en determinadas situaciones,
tes con problemas crónicos de trastornos convulsivos parciales o foca- como cuando los pacientes son incapaces
les (Goodstein, 1985). Si se utilizan técni- de estarse quietos, presentan lesiones cra- • TRATAMIENTO
Implicación de la familia
cas de contraste, la TC puede detectar pe- neales o medulares que requieren una eva-
Demostrar la «buena conducta» a la familia y a los
amigos queños tumores cerebrales. Los tumores luación rápida, no se muestran colaborado- Psícofarmacología
Minimizar, mediante métodos educativos, las fuentes con metástasis en el cerebro también se res o llevan marcapasos, válvulas mecánicas
pertinentes de beneficios secundarios en la familia pueden visualizar. Mediante la TC se pue- o clips intracraneales. El uso práctico de agentes psicofarmaco-
Iniciar la terapia de familia, que puede ser útil, sobre den ver más del 95% de los tumores cere-
todo en pacientes con problemas crónicos lógicos para algunos síndromes neuropsi-
brales. Esta técnica también permite distin- Electroencefalograma. Aunque gene- quiátricos y sus síntomas diana requiere un
Atención al paciente crónicamente enfermo guir entre lesiones isquémicas y lesiones ce- ralmente el EEG carece de especificidad conocimiento específico (Silver et al., 1990).
Emplear un tipo sistemático y reeducativo de psicote- rebrovasculares hemorrágicas, además de diagnóstica, sigue siendo una prueba útil en
rapia basada en el perfil de personalidad y ias va- una proporción bastante razonable de he-
riables psicosociales determinados problemas clínicos. Cuando el Neurolépticos. Si el paciente de neu-
morragias subaracnoideas. Asimismo, cuan- EEG muestra un enlentecimiento generaliza- rología o neurocirugía pone de manifiesto
Utilizar la terapia de conducta
do existe un infarto, detecta la disminución do, permite establecer un diagnóstico de de- pensamientos y comportamientos psicóti-
Utilizar la terapia de familia
de la densidad. Una TC con contraste per- lirium. Los pacientes con crisis paroxísmicas cos y además no se pueden eliminar o redu-
Solicitar (poco frecuente) la hospitalización del pa-
ciente para evitar problemas a consecuencia del mite observar una mayor cantidad de lesio- de síntomas de conducta en los que se está cir las causas que los provocan, como por
trastomo de conversión (p. ej., atrofia muscular) nes vasculares cerebrales. considerando el diagnóstico de epilepsia, de- ejemplo los fármacos antiparkinsonianos,
se podrán administrar neurolépticos (Silver en cuenta el potencial convulsivo de pa- hipotensión ortostática. La excesiva seda- ción dopaminérgica, fundamentalmente si
et al, 1990). Sin embargo, los neurolépti- cientes con delirium agitado secundario a ción, hipotensión, confusión y empeora- existe apatía y anhedonía prominentes (Fo-
cos provocan efectos secundarios anticoli- una disfunción cerebral. Los anticonvulsi- miento cognoscitivo, otros efectos anticoli- gel, 1993). No obstante, los estudios sobre
nérgicos, de sedación e hipotensión que de- vos pueden estar indicados al utilizar psico- nérgicos, cardiotoxicidad y la disminución el bupropión en este contexto clínico son
ben ser cuidadosamente controlados (Du- tropos que disminuyen el umbral convulsi- del umbral convulsivo, normalmente obli- muy limitados, sobre todo combinado con
bovsky, 1992). vo (Ojemann, 1987). gan a retirar los antidepresivos cíclicos. L-dopa (se incrementa el riesgo de psicosis)
También es necesario tener en cuenta los Se ha observado también que la trazo- o selegilina. Se recomienda evitar la amoxa-
etecLos secundauos neiuologicob, uiclu- Psicoestimulames y dopaminérgicos. uuiia cs cíicaz cn pacicnlcs con dcprcsiori pina, ya quc pucdc cmpcorar los cfcciuo
yendo los síntomas extrapiramidales, como El metilfenidato y la dextroanfetamina se postictal (Reding et al., 1986). El bupro- secundarios extrapiramidales (Dubovsky,
la acatisia, distonía, parkinsonismo, sín- han utilizado con éxito en pacientes depri- pión a dosis superiores a 450 mg/día es es- 1992). La trazodona y los ISRS (p. ej., fluo-
drome neuroléptico maligno, temblores midos con enfermedades médicas, sin cau- pecialmente proclive a disminuir el umbral xetina, sertralina y paroxetina) pueden re-
periorales, distonía tardía y discinesia tar- sar anorexia ni empeorar la confusión, in- convulsivo en pacientes vulnerables. Los sultar de utilidad, principalmente cuando
día. En general, los neurolépticos de mayor cluso en pacientes con demencia u otros pacientes con tumores cerebrales, bulimia y en el paciente predomina el estado de áni-
potencia comportan mayor riesgo de efec- trastornos cerebrales primarios (Woods et alteraciones en el EEG presentan más pro- mo negativo. Sin embargo, pueden empeo-
tos secundarios. Por tanto, los pacientes al, 1986). Los pacientes con depresión pos- blemas relacionados con el potencial de este rar los síntomas parkinsonianos, sobre todo
con la enfermedad de Parkinson probable- terior a un accidente vascular cerebral sue- fármaco para disminuir el umbral convulsi- con fluoxetina (Fogel, 1993). La misma se-
mente no podrán tolerar el haloperidol ni len responder a los psicoestimulantes (Ma- vo. Al parecer, la fluoxetina, sertralina, pa- legilina ha demostrado ser un antidepresivo
la flufenacina, pero sí la clozapina o la tio- sand et al, 1991). Es necesario administrar roxetina, fluvoxamina, trazodona e inhibi- eficaz en algunos pacientes, al menos a do-
ridacina a dosis bajas. En el control de los dosis diarias de 10-15 mg de metilfenidato dores de la monoaminooxidasa (IMAO) dis- sis altas. A dosis de 10 mg inhibe selectiva-
síntomas psicóticos, se tiene noticia de los y 10 mg de dextroanfetamina aproximada- minuyen algo menos el umbral convulsivo mente la MAO-B (monoaminooxidasa tipo
buenos resultados obtenidos con la cloza- mente. En pacientes con SIDA, se ha obser- que los antidepresivos tricíclicos, bupro- B), pero con dosis superiores a 30-40 mg
pina (un neuroléptico atípico) sin empeo- vado que los psicoestimulantes potencian la pión, maprotilina y amoxapina (McNamara, inhibe también la MAO-A y por tanto, será
ramiento de los signos parkinsonianos (Fo- atención, concentración y ejecución en los 1993). En un estudio no ciego se observó necesario controlar las restricciones dietéti-
gel, 1993). La clozapina normalmente se tests neuropsicológicos, además de mejorar que la fluoxetina posee propiedades anti- cas y farmacológicas.
inicia a dosis bajas, 25 mg/día, y es necesa- la depresión (Fernandez et al, 1988). convulsivas, ya que disminuía en un 30% la Los antidepresivos tienen indicaciones
rio llevar a cabo un control minucioso del frecuencia de convulsiones (Favale et al., específicas en determinados grupos de pa-
paciente para detectar posibles signos de 1995). En esta población está indicado el cientes neurológicos. Los inhibidores de la
Antidepresivos. Silver et al. (1990)
sedación, efectos anticolinérgicos y discra- uso controlado de inhibidores selectivos de recaptación de serotonina alivian el llanto
han sugerido que los pacientes con «estado
sia sanguínea, sobre todo la agranulocito- la recaptación de serotonina (ISRS), trazo- patológico que se presenta después de su-
de ánimo deprimido clínicamente significa-
sis. Los pacientes suelen responder a dosis dona, IMAO, o los antidepresivos tricíclicos frir un accidente cerebral vascular (Ander-
tivo», falta de motivación, apatía, bajo cum-
bajas de 25 mg/día (Kahn et al., 1991). de amina secundaria (McNamara, 1993). sen et al., 1993). Los antidepresivos tricí-
plimiento y que no avanzan en la fisiotera-
Es frecuente la aparición de síntomas psi- pia de rehabilitación, deberían iniciar un En pacientes con enfermedad de Parkin- clicos se han utilizado con cierto éxito
cóticos durante los episodios interictales de ensayo con antidepresivos. Se puede elegir son y depresión, los clínicos recomiendan como tratamiento de la depresión asociada
los pacientes epilépticos. En ocasiones, los el antidepresivo que presente la mejor rela- usar antidepresivos tricíclicos (p. ej., nor- a la enfermedad de Huntington, y actual-
anticonvulsivos no pueden controlar estos ción riesgos-beneficios. Entre los tricíclicos, triptilina e imipramina), en especial si exis- mente se están probando los ISRS (Maricle,
síntomas, de manera que es necesario utili- las aminas secundarias suelen ser el trata- ten síntomas de ansiedad o de angustia. Sin 1993). Lo mismo se puede decir de los an-
zar neurolépticos. Seguramente los mejores miento de preferencia. La nortriptilina, a ni- embargo, los efectos colinérgicos pueden tidepresivos en pacientes con esclerosis
son la molindona y la flufenacina porque veles terapéuticos, suele ser eficaz para ali- plantear problemas, ya que muchos de es- múltiple. Los que sufren dolor crónico
tienen el potencial más bajo de disminución viar la depresión postictal (Lipsey et al, tos pacientes son de edad avanzada (Du- pueden beneficiarse del tratamiento con
del umbral convulsivo (Silver y Yudofsky 1984), provoca escasos efectos anticolinér- bovsky 1992; Fogel, 1993). En teoría, el antidepresivos como la amitriptilina, desi-
1988). Es necesario que los clínicos tengan gicos y es el fármaco que ocasiona menos bupropión es una buena elección por su ac- pramma y doxepina. Los ISRS también se
uülizan para el tratamiento del dolor, algu- parcial complejo y los traumatismos cra- tonces es necesario retirar el litio y el clínico ban una dosis de prueba de 20 mg/día de
nas veces en combinación con los antide- neoencefálicos. Se administra en dosis re- debe investigar otras posibles causas. Tam- propranolol, sobre todo si existen proble-
presivos tricíclicos. El tinnitus puede mejo- partidas de 600-1.200 mg/día para mante- bién el litio puede empeorar trastornos psi- mas de hipotensión o bradicardia. La dosis
rarse con nortriptilina. En algunos casos se ner los niveles plasmáticos en 4-12 pg/nl quiátricos secundarios. El hipotiroidismo puede incrementarse 20 mg/día cada 3 días.
ha observado la eficacia de la amitriptilina (Silver et al., 1990). La carbamacepina tam- inducido por litio puede provocar alteracio- Es necesario no aumentar la dosis cuando la
y la nortriptilina para controlar las risas y bién está indicada en los síndromes de do- nes del estado mental e intensificar la toxi- frecuencia cardíaca disminuye hasta 50 pul-
llantos patológicos. La amitriptilina y la do- lor neuropático paroxísmico, como la neu- cidad del mismo. En ocasiones, puede dis- saciones/minuto o cuando la presión sistóli-
xepma se han utiiizado mucho en el uaia- ralgia del Uigémino. minuir incluso el umbral convulslvo y pro- ca es inferior a 90 mm Ilg. Lus p-bloqueau-
miento de las cefaleas, sobre todo para la El valproato sódico es tan eficaz como la vocar actividad convulsiva en pacientes sin tes pueden tardar en funcionar entre 4-6 se-
prevención de la migraña. La trazodona se carbamacepina para el tratamiento de las epilepsia (Massey y Folger, 1984). A veces manas a dosis máximas, lo cual es un impe-
ha utilizado para controlar la agitación en crisis generalizadas, aunque no lo es tanto los pacientes que reciben litio requieren do- dimento cuando es necesario controlar la
pacientes con iesiones o enfermedades ce- para las convulsiones parciales complejas sis más altas de anticonvulsivos. Además, agitación aguda.
rebrales. La vejiga neurógena con retención (Mattson et al., 1992). De todas maneras, en algunos casos, provoca efectos secunda-
urinaria, frecuente en diversas enfermeda- en la patología maníaca y depresiva tiene rios extrapiramidales.
des neurológicas, es todo un desafío en el efectos agudos y profilácticos de gran rele- Se han descrito síndromes de toxicidad Terapia electroconvulsiva
tratamiento de la depresión. Los fármacos vancia clínica (Post, 1989). El valproato neurológica al combinar litio con neurolép-
con baja potencia anticolinérgica, como bloquea más la manía que la depresión. Los ticos, con carbamacepina, bloqueantes del Además de ser un tratamiento eficaz en
sertralina, paroxetina, fluoxetina, trazodo- anticonvulsivos de nueva generación, como canal de calcio y clonacepam. Se recomien- la manía y la depresión mayor, la terapia
na, bupropión y metilfenidato, son una la lamotrigina y la gabapentina también se da reservar el litio para pacientes con manía electroconvulsiva (TEC) está indicada en la
eiección razonable en pacientes con reten- están utüizando en el tratamiento de los y depresiones recidivantes previas a la en- depresión postictal (Murray et al., 1986) y
ciónurinaria (Dubovsky, 1992). trastornos afectivos. fermedad cerebral (Silver et al., 1990) y en la depresión mayor asociada a la epilep-
El clonacepam es un anticonvulsivo ben- para pacientes con agresividad relacionada sia, enfermedad de Parkinson y la esclerosis
Anticonvulsivos (incluidas las benzo- zodiacepínico que posee propiedades anti- con la manía. Al prescribir litio a pacientes múltiple (Dubovsky 1986). A su vez, es el
diacepinas). La carbamacepina ha de- maníacas y antidepresivas, aunque estas úl- con enfermedades del SNC, es conveniente mejor tratamiento para los estados catatóni-
mostrado sus efectos antimanía, especial- timas, limitadas. El clonacepam es un fár- tener en cuenta la siguiente estrategia en cos (Fink y Taylor, 1991). Los estados con-
mente en pacientes con manía intensa al maco útil para tratar los episodios maníacos personas de edad avanzada: iniciar el trata- fusionales y los problemas de memoria a
principio, más disfóricos, con ciclos más rá- y la higiene del sueño de pacientes con ma- miento a dosis bajas para luego aumentarlas corto plazo son sus principales efectos se-
pidos y con menor carga familiar de la en- nía (Post, 1989). Se ha observado la utili- progresivamente, y centrar el tratamiento a cundarios neurológicos (Weiner, 1990).
fermedad. Se considera que la carbamacepi- dad del loracepam como tratamiento de los niveles terapéuticos más bajos. Es necesario
na es un tratamiento profiláctico eficaz a estados catatónicos (Fricchione, 1989). controlar el estado neurológico de una ma-
largo plazo, tanto para la manía como para nera muy minuciosa. Psicoterapia
la depresión. Las manías secundarias pue- Carbonato de litio. Existen ciertas
den responder a la carbamacepina, sobre pruebas de que el litio puede reducir los (3-Bloqueantes. Algunos datos indican Muchos pacientes con trastornos neuro-
todo si son secundarias a un trastorno con- comportamientos agresivos, impulsivos y que los (3-bloqueantes, como el proprano- lógicos no solicitan las consultas psiquiá-
vulsivo. (Para más información acerca del destructivos en pacientes con labilidad afec- lol, nadolol, pindolol y metoprolol, son efi- tricas (Minden, 1992). El neurólogo o el
tratamiento de los trastornos maníacos, tiva secundaria a síndromes cerebrales (Sil- caces como tratamiento de la agresividad neurocirujano suelen consultar con el psi-
v. cap. 10.) veryYudofsky 1988). asociada a trastornos neurológicos, como la quiatra cuando el paciente presenta depre-
La carbamacepina también es eficaz Cuando un paciente con un trastorno del epilepsia, los traumatismos craneoencefáli- sión, falta de motivación, síntomas sobre-
como tratamiento de la agresividad y la vio- SNC que está recibiendo litio comienza a cos, la enfermedad de Huntington, la enfer- elaborados o conflictos familiares. Los pa-
lencia asociadas a enfermedades neuropsi- delirar, la causa suele ser el propio litio, medad de Wilson y la demencia (Silver et cientes no tienen la misma motivación
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tento con el sistema sanitario y con el papel clínicamente significativos.
que muchas veces les ha tocado jugar (Sto- Los psiquiatras y otros profesionales de la
tland, 1988). Estos cambios difieren de una salud mental a menudo no están muy fami-
subcultura a otra y de una paciente a otra. liarizados con la obstetricia y la ginecología.
Una mujer consciente de la alta tasa de ce- Pueden descuidar la necesidad de preguntar
sáreas o histerectomías que se practican en o aconsejar sobre el test Papanicolaou, el
Estados Unidos, puede juzgar con suspica- uso de contraceptivos, la actividad sexual,
cia la recomendación bien fundada de su los efectos secundarios de los medicamentos
médico para practicar esta intervención. sobre la actividad sexual, las preocupaciones
Otra con síntomas e indicaciones clínicas sobre aspectos de la sexualidad, la protec-
similares podría exigir un procedimiento ción contra enfermedades de transmisión
que médicamente no sería aconsejable. sexual, las reacciones ante aniversarios, el
duelo y los sentimientos de culpa no resuel- una persona. Como el sexo viene determi- Al igual que ocurre con la menstruación, «mujer mayor». Muchos son los factores so-
tos, y la relación entre los síntomas psiquiá- nado en la mayoría de los individuos por el primer coito tiende a provocar sentimien- ciales que dan forma a la experiencia de la
tricos y los acontecimientos reproductores sus genitales, todas las enfermedades y tra- tos ambivalentes (Lewis y Volkmar, 1990). menopausia, y que confunden la investiga-
recientes que se han producido en la vida de tamientos que afectan a estos órganos afec- Como los genitales femeninos son internos ción que se realiza sobre la relación entre la
las pacientes (Lesko et al., 1982). tan también la identidad del mdividuo y su no pueden provocar la competencia ni la menopausia y algunos síntomas psiquiátn-
papel en la sociedad. comprobación de la normalidad que se ob- cos. Generaciones de psiquiatras han creído
Los poderosos sentimientos suscitados serva en los chicos. La expectativa del pri- que la menopausia precipitaba una crisis
• FISIOLOQÍA KtPKODUL IORA pui IOÍ oigaiiüb icpiüdui_LoiCi ¿>uu)aucu a mcr coilo suscila micdo al dolor físico y a la cxistcncial o trastornos psiquiátricos, p^iu
Y PSICOLOQÍA DVRANTE EL CICLO VITAL muchas convenciones sociales y al menos revelación de anormalidad. El primer coito los estudios más recientes indican que no
en parte, determinan las experiencias emo- causa un cambio anatómico permanente; existe ninguna asociación entre la depresión
La fisiología de la reproducción es tan co- cionales, incluyendo la modestia y la ver- los problemas que aparezcan durante el clínica y la menopausia como aconteci-
nocida que muchos de sus aspectos pueden güenza, el atractivo sexual, la envidia, y la mismo, pueden complicar las futuras ex- miento fisiológico (Matthews et al., 1990;
manipularse in vivo y duplicarse eficazmente autoestima. Una colecistectomía no posee el ploraciones ginecológicas. Por otro lado, la McKinlayetal., 1987).
in vitro. Los concomitantes hormonales del mismo valor emocional o las mismas impli- capacidad de realizar un coito sin proble- Los cambios hormonales que se produ-
ciclo menstrual pueden describirse no sólo caciones interpersonales que una histerec- mas confirma la normalidad anatómica y es cen durante el climaterio (tabla 22-1) se
diariamente, sino de hora en hora. No obs- tomía, cuyo significado emocional varía os- otro indicador importante de madurez. asocian a episodios vasomotores conocidos
tante, aún existen misterios fisiológicos des- tensiblemente de una mujer a otra y de un El siguiente estadio en el desarrollo es la como «sofocos» y cambios en la lubricación
concertantes, que generan problemas clíni- contexto a otro. concepción, el embarazo o el parto. El de- vaginal o en otras funciones. Para algunas
cos para los que todavía no hay solución. La vida reproductora de una mujer viene seo de concebir, gestar, dar a luz y criar a un mujeres, estas olas de calor pueden interfe-
Para el psiquiatra de enlace aún es más rele- marcada por diferentes hechos clave: la me- niño no es precisamente lo mismo que el rir con el sueño, y de forma secundaria,
vante la actual falta de conocimientos sufi- narquia, el primer coito, la concepción, los deseo de saber que se es capaz de hacerlo si pueden provocar síntomas psicológicos. En
cientes que permita establecer un puente diferentes partos y la menopausia. La mayo- se quiere. Algunas mujeres se quedan em- los últimos tiempos se ha pasado a «susti-
entre los factores fisiológicos y psicológicos ría de las culturas marcan muchos de estos barazadas deliberadamente para comprobar tuir» las hormonas «desaparecidas» por
relacionados con los síntomas del sistema acontecimientos con rituales y/o cambios su fertilidad, pero sin la intención de llevar hormonas exógenas (Ravnikar, 1992). Mu-
reproductor. Este capítulo se centra en los en la situación social, y en las responsabili- su embarazo hasta el final. El ginecólogo chos ginecólogos creen que la prescripción
elementos más importantes de la psicología dades que dan sentido a cada uno de estos puede dar por sentado que una mujer que de hormonas es la intervención más benefi-
reproductora, así como en los diagnósticos acontecimientos. Por ejemplo, la menarquia ya ha tenido hijos, que ha llegado a cierta ciosa que pueden ofrecer a sus pacientes. El
psiquiátricos, situaciones y tratamientos es- se identifica en la mayor parte de las cultu- edad, y/o que ha expresado su deseo de no uso de estos estrógenos precisa que se reali-
pecíficos de la obstetricia y la ginecología. ras como la frontera formal entre la niña y la tener más hijos, presentará muy pocas reac- cen biopsias uterinas periódicas, y la adi-
La identidad sexual, que actualmente se mujer; las chicas jóvenes esperan su menar- ciones emocionales ante una intervención
considera que se establece durante el se- quia como un signo de normalidad. En al- quirúrgica que le provocará esterilidad. Es-
gundo año de vida, está íntimamente rela- gunas sociedades la primera menstruación tos falsos presupuestos pueden provocar TABLA 22-1. Cambios hormonales durante
cionada con la capacidad de mantener rela- significa que la chica ya puede casarse. Al graves problemas de comunicación, altera- el climaterio
ciones sexuales y de reproducirse (Notman, mismo tiempo, el sentimiento de vergüenza ciones psicológicas y una mala praxis médi-
Disminuye la producción de estrógenos
1991). La atribución de un sexo en el mo- y los tabús asociados a la menstruación en ca. La tendencia de los ginecólogos a dar
Los niveles de progesterona no cambian
mento del nacimiento, o incluso antes con muchas culturas son temidos por muchas por sentado que todas las mujeres son hete- Aumenta la producción de la hormona estimuladora
el uso de técnicas prenatales, ejerce un efec- chicas. Debido a que las hemorragias se rosexuales ha causado que las mujeres les- de los folículos
to significativo sobre cada aspecto de la vida asocian a heridas y a dolor, las niñas que no bianas lleguen a no realizar las consultas Los niveles de hormona luteinizante no cambian
social del niño. La mayoría de las personas están preparadas para la menarquia como médicas que necesitan. Disminuyen los niveles de prolactina
experimentan un considerable malestar una función normal de su cuerpo la experi- El cese de las menstruaciones significa La producción de andrógenos no cambia
cuando no pueden identificar el sexo de mentan con considerable temor. que una mujer ha entrado en la categoría de Adaptado de Droegemueller et al.. 1987.
~ión de progesterona causa sangrados pe- (Cotton, 1992a, 1992b). El gobierno y otras de la existencia de entidades nosológicas es- marcador de riesgo hormonal ni ningún tra-
riódicos que pueden ser incómodos y em- instituciones sociales, incluyendo fundacio- pecíficas, que incluyen la depresión pospar- tamiento que sea efectivo.
barazosos para la mujer. El 60% de las mu- nes y patrocinadores de la salud, han seña- to, la psicosis posparto y la tensión pre- Aproximadamente el 10% de las partu-
¡eres que se someten a la «terapia hormonal lado la necesidad de aumentar el número y menstrual. Además, algunos trastornos, rientas experimenta un episodio depresivo
sustitutoria» no continúan con el trata- la disponibilidad de los médicos de asisten- como la seudociesis y la hiperemesis graví- mayor durante este período (Apfel y Han-
miento tras el primer año (Ravnikar, 1992). cia primaria, más que de los médicos de es- dica, son específicas del ámbito de la obste- del, 1993). Las opiniones difieren sobre si
No existen datos sobre los efectos a largo pecialidades y subespecialidades. Los obste- tricia y la ginecología. los trastornos psiquiátricos del posparto
piazo ue muchos dc lcte ualamienLos Iioi- Uas y giuccólogo^, uuya luriiiüción ¿c ccüLru DcsgruciadurncnLc, la iiivcsLigaCión cn CüllSLiLüyCu CiiLiúaUCS UiSLiliLaS ú Í U Ü loá
monales que se prescriben actualmente. Sin en el tratamiento drástico de las enferme- estas áreas plantea muchos problemas me- mismos que pueden ocurrir en cualquier
embargo, constantemente se envían mensa- dades, se consideran actualmente médicos todológicos. Las discontinuidades en la momento de la vida (Hamilton, 1992).
jes a los médicos y a las usuarias de que es- de asistencia primaria. En Estados Unidos, atención médica hacen difícil el rastreo de
tas terapias prolongarán la juventud y el sólo una minoría de mujeres recibe aten- las respuestas a los acontecimientos repro-
atractivo sexual (Apfel y Palmund, 1992). ción ginecológica regular. Casi una cuarta ductores y a su tratamiento. Las pacientes Aspectos psíquíátricos específícos
Las mujeres cuyo «estatus» y principal parte de las mujeres embarazadas no recibe pueden recibir atención superficial tras una de la obstetriría
fuente de satisfacción dependen de su as- ninguna atención médica durante el primer breve hospitalización por una intervención
pecto juvenil y de su capacidad para tener trimestre del embarazo (Muller, 1990). quirúrgica o un parto. El psiquiatra que Las consultas psiquiátricas que realizan
hijos, así como las mujeres que desean que- Muchas mujeres no saben explicar cómo deba tratarlas después quizá no tenga nin- los obstetras y ginecólogos suelen ser debi-
darse embarazadas y ser madres pero no son sus síntomas ni dónde se encuentran. guna información acerca del estado obsté- das a la conducta de la paciente, su incapa-
pueden, son vulnerables a la depresión en No se les da ninguna orientación ni control trico/ginecológico de las mismas. Lal vez cidad para aceptar o cumplir las recomen-
el momento de la menopausia (Apfel y sobre los medios contraceptivos y no saben aún es más grave pasar por alto variables daciones médicas, la presencia de síntomas
Handel, 1993). Cuando los recursos y el colocar correctamente los diafragmas. Las psicosociales críticas. No obstante, se ha in- que no responden ni a los diagnósticos ni a
entorno de las mujeres les permiten contri- enfermedades de transmisión sexual son tentado determinar la incidencia, prevalen- los tratamientos habituales, cuestiones mé-
buir de forma gratificante a la sociedad una una pandemia. Los tumores y las lesiones cia, cambios hormonales asociados, factores dico-legales o conflictos entre la paciente y
vez han terminado el período de crianza de malignas de mama y de cérvix no se diag- de riesgo y signos y síntomas característicos el equipo médico. Algunos equipos ambu-
los hijos, la menopausia suele experimen- nostican cuando todavía podrían tratarse de diversos trastornos. latorios que atienden a las pacientes inclu-
tarse como un alivio de las hemorragias (Ciotti, 1992; Rimer y King, 1992). Los psi- yen un especialista en salud mental que
mensuales, el parto y la crianza, así como quiatras de enlace pueden subsanar necesi- proporciona apoyo, evaluación y tratamien-
una oportunidad para expresar sus otros in- dades educativas de las pacientes, mejorar to, y que puede llevar a cabo las investiga-
Trastornos del estado de ánímo
tereses y talentos. En cualquier caso, la ima- la empatía de los obstetras y de los ginecó- ciones.
gen negativa de la menopausia persiste no logos y potenciar la información y el bienes-
Se ha estimado que hasta un 80% de las Las consultas que se realizan en los servi-
sólo entre los psiquiatras, sino también en- tar de las pacientes.
mujeres que acaban de dar a luz desarrolla cios de obstetricia/ginecología a menudo
tre los ginecólogos, que con frecuencia la
una alteración del ánimo relativamente leve implican importantes decisiones sobre la
consideran un estado de deficiencia.
y autolimitada que en inglés se denomina fertilidad y la maternidad. El tratamiento
• DEFINICIONESDESÍNDROMES baby blues (Bagedahl-Strindlund, 1992; Ro- psiquiátrico del período periparto puede
YEPIDEMIOLOQÍA senthal y O'Grady 1992). El llanto, la labi- ejercer un impacto a largo plazo sobre el
• SALUDDELAMVJERYSISTEMA lidad emocional y la ansiedad comienzan vínculo madre-hijo y sobre las relaciones
SANITARIO: TRADICIÓN Y CAMBIO Existe la creencia ampliamente extendi- normalmente 3 días después del parto y posteriores. Los intereses del feto pueden
da entre las comunidades médicas y no mé- disminuyen a partir del séptimo día. Exis- entrar en conflicto con los de la madre. Las
En los últimos años, la salud de las muje- dicas de que existe una relación entre los ten posibles explicaciones teóricas a partir organizaciones profesionales especializadas
res se ha convertido en un objetivo de la in- acontecimientos reproductores de las muje- de los cambios hormonales del período como el American College of Obstetricians
vestigación, de las leyes y del márketing res y la psicopatología. Esta creencia deriva posparto, pero no se ha identificado ningún and Gynecologists y la American Psychia-
tric Association, han tomado posiciones so- tivos, que protege a los dos miembros de la dad, y las mujeres pueden desear más a me- —o a los miembros del equipo médico
bre los conflictos entre los derechos del feto pareja de infectarse con enfermedades de nudo hablar de ello con sus amigos y fami- que no desean interrumpir el tratamiento a
y los de la madre. Ambas organizaciones transmisión sexual. liares (Myers, 1990). Tanto las mujeres pesar de los fracasos repetidos. El aumento
defienden que la autonomía de la mujer no Los ginecólogos a menudo solicitan una como los hombres refieren que la infertili- del número de centros que tratan la inferti-
debe violarse por el hecho de estar embara- consulta psiquiátrica cuando una paciente dad es estresante; sin embargo, las mujeres lidad también ha llevado a la creación de
zada (Brown et al., 1991). No obstante, la con un trastorno psiquiátrico mayor solicita la describen con más frecuencia como la unas normas para iniciar y acabar los pro-
realidad clínica presiona a los médicos res- una esterilización. Los clínicos que no po- peor crisis vital que hayan experimentado gramas de tratamiento. El asesoramiento
pecto a la¿ posibilidadcs dc scguir cstas sccn formación psiquiátrica pucdcn crccr iiuiica. La simplc corisulta con cl psiquiatra psicoiOgico pucu.c potcnciar i¿ capacidadi
pautas éticas (p. ej., una mujer que abusa que una enfermedad psicótica per se ya con- puede ser útil para abrir líneas de comuni- de las pacientes para comunicarse y para
de sustancias). vierte a la paciente en una persona incom- cación y apoyo. utilizar sus propias fuentes de apoyo psico-
petente para dar su consentimiento (para la Las noticias que aparecen en los medios social; los grupos de apoyo son especial-
Esterilización voluntaria. La esterili- discusión de los aspectos legales y éticos de comunicación sobre las nuevas técnicas mente beneficiosos (Stewart, 1992).
zación femenina es una forma extrema de v. cap. 6). El psiquiatra también puede aler- de reproducción, no sólo han dado a cono- El tema de la maternidad puede suponer
controlar la natalidad. En estos casos, la tar al equipo de ginecología de que las pa- cer al público las nuevas posibilidades, sino el establecimiento de nuevas constelaciones
consulta psiquiátrica a menudo implica as- cientes que sufren una depresión o tienen que también han aumentado sus expectati- familiares. Por ejemplo, madres que gestan
pectos de la competencia para consentir. La problemas laborales pueden dar su consen- vas más allá de lo que las tecnologías pue- embriones para sus hijas, mujeres que ges-
ansiedad relativa a la esterilizacion «irrever- timiento para la esterilización, pero pueden den proporcionar. Las pacientes experimen- tan o donan óvulos para otras parejas con
sible» se alivia con la disponibilidad de pro- arrepentirse más tarde. tan incertidumbre sobre cuándo buscar tra- las que no les une ningún parentesco, y pa-
cedimientos cada vez más reversibles como tamiento, qué especialista ir a visitar y rejas divorciadas que pueden emprendei
la implantación de bandas elásticas alrede- Aspectos relativos a los tratamientos cuándo dirigirse a un médico de atención una batalla legal por la «custodia» de IOÍ
dor de las trompas de falopio. No obstante, de la infertilidad. En Estados Unidos se primaria o a un especialista. Los tratamien- embriones congelados. A veces se consulti
la reversibilidad nunca está garantizada. estima que la infertilidad afecta a un 10% tos como la fertilización in vitro presentan a los profesionales de la salud mental y sí
Las resistencias a la esterilización volun- de las parejas (Kraft et al, 1980). La inferti- una tasa de fracasos superior a la de éxitos. les pide que ejerzan de guardianes de custO'
taria con frecuencia se deben a que existen lidad no es un problema que tenga su base El proceso de diagnóstico y tratamiento es dia en el contexto de estas y otras formas de
otras formas de contracepción que son efec- en conflictos psicodinámicos. En la mayoría extremadamente largo, intenso e invasor. El maternidad que resultan emocionalmentí
tivas y reversibles. La falta de información de los casos se identifican etiologías anató- coito debe llevarse a cabo según un régimen muy delicadas, que pueden conllevar ur
y/o la presencia de complicaciones médicas, micas o fisiológicas. La consulta psiquiátri- prescrito, el ciclo menstrual y la ovulación riesgo físico y salirse de las vías ortodoxas
interpersonales y psicológicas significativas ca puede solicitarse en casos de: a) infertili- se manipulan con hormonas exógenas, se Por desgracia, se dispone de muy poca
las hacen realmente ineficaces en algunas dad en pacientes con amenorrea relaciona- extraen óvulos de la mujer, y el hombre bibliografía científica sobre las pautas a se-
mujeres. La esterilización ofrece a la mujer da con trastornos de la conducta alimen- debe donar semen procedente de la mastur- guir en estos casos. El sentido común indi-
seguridad contra los embarazos, la libera de taria y b) infertilidad en pacientes cuyas bación. caría que el psiquiatra debería determinar si
las preocupaciones sobre métodos de con- prácticas sexuales son las responsables de Las mujeres infértiles y sus compañeros a la paciente sufre algún trastorno que pueda
tracepción y elimina el miedo a que un em- sus dificultades para concebir. Generalmen- menudo se sienten privados de su intimi- interferir con su capacidad para tomar una
barazo no deseado pueda forzarla a elegir te, la consulta psiquiátrica se centra en ayu- dad sexual: la actividad se ha reducido a fi- decisión informada, facilitarle el acceso a
entre el aborto o una maternidad no desea- dar a los pacientes de los efectos, y no las nes procreadores. Cada ciclo menstrual o toda la información relevante y ayudarla
da. El psiquiatra de enlace debería estar causas de la infertilidad. La incapacidad ciclo de tratamiento aumenta las esperanzas a revisar sus alternativas, valores y circuns-
atento a la posibilidad de que la pareja mas- para concebir o para llevar a término un y la excitación ante un posible embarazo, y tancias.
culina haya presionado a la paciente a soli- embarazo es una herida narcisista y una lo más frecuente es que termine en una de-
citar la ligadura de trompas. En algunas si- profunda pérdida psicológica. cepción. Embarazo en adolescentes. Aproxi-j
tuaciones, la posibilidad de concepción es Los hombres pueden desear mantener en El psiquiatra puede ser de ayuda al equi- madamente el 10% de las mujeres de Esta-
la única motivación para el uso de preserva- secreto su infertilidad con más probabili- po de infertilidad para tratar a los pacientes dos Unidos concibe durante sus años de
nstituto (Childrens Defense Fund, 1988; quiátrica son recursos que deben estar dis- partir empáticamente con la paciente los re- el de la propia madre. Esta acción puede no
iayes, 1987). Ésta es la frecuencia más alta ponibles. Una mujer puede experimentar sultados negativos de los tests de embarazo ser legal; el derecho de un individuo a re-
le embarazos en adolescentes que se da en sensación de pérdida a pesar de que el abor- y los exámenes con ultrasonidos; la con- chazar un procedimiento necesario para
:1 mundo desarrollado. Aunque en algunas to haya sido elección suya. Las mujeres con frontación abierta con la paciente puede conservar su salud o incluso su vida está re-
;ociedades el embarazo de las adolescentes mayor riesgo de trastornos psiquiátricos producir que ésta busque atención médica conocido. En el caso del abuso de sustan-
:s algo que se contempla y se apoya, en Es- tras el aborto son las mujeres que experi- en otro lugar. cias durante el embarazo, la American Psy-
ados Unidos exige una dotación de medios mentan una ambivalencia paralizante, las chiatric Association propone que se adapte
jSicoiogiüos y iiiatciiaics quc spcnas pucu.c quc cstán somctidas a prcsioncs cxtcmas, Hipcrcmcsis gravídica. En auscncia más una postura terapéutica dc urgcnó^
)roporcionarse. Las intervenciones preven- las que tienen una historia previa o presente de estudios prospectivos metodológicamen- que un enfoque punitivo.
ivas más eficaces son las clínicas de salud de trastornos psiquiátricos, o las que han te adecuados, es difícil saber si los senti-
:n el mismo centro educativo. Hasta el mo- sufrido abortos por problemas genéticos mientos negativos sobre el embarazo cau- Ansiedad mórbida asociada al embara-
nento muy pocas adolescentes utilizan re- u otras indicaciones médicas (Blumenthal, san náuseas y vómitos o viceversa. Los vó- zo. Dada la tendencia de la sociedad occi-
^ularmente los métodos contraceptivos an- 1991). La consulta debe incluir una evalua- mitos asociados a los cambios electrolíticos dental contemporánea a sobrevalorar la del-
es de su primer embarazo. ción de las circunstancias que rodearon el y a la incapacidad para mantener una hidra- gadez en las mujeres, no es de extrañar que
En todos los estados, las menores emba- aborto. Una mujer puede haber sido aban- tación y nutrición adecuadas, se caracteri- algunas teman los cambios corporales
azadas pueden obtener atención obstétrica donada por su pareja, violada, o haber reali- zan por una hiperemesis que puede reque- que supone el embarazo. Este temor puede
' tomar decisiones sobre esta atención sin la zado el aborto en condiciones ilegales y de rir hospitalización y administración paren- impedir que se siga una dieta nutritiva. Las
íecesidad del consentimiento de los padres. inseguridad, con grandes deficiencias eco- teral de líquidos y electrólitos. Actualmente pacientes con una historia previa o presente
:1 psiquiatra que visita a una adolescente nómicas y psicológicas. se cree que existen factores neurohormona- de trastorno de la conducta alimentaria tie-
:mbarazada debería trabajar con ella para les y emocionales implicados en esta pato- nen un riesgo elevado. En los casos leves, la
lecidir si podría o no beneficiarla implicar logía. La psicoterapia de apoyo, las técnicas asistencia psiquiátrica puede tranquilizarlas.
t los padres o a algún tutor. Con frecuencia, Complicaciones psíquíátricas de relajación y el tratamiento sintomático Las que sufren una ansiedad más grave pue-
os padres responderán más constructiva- del embarazo suelen ser de gran ayuda. den requerir psicoterapia o incluso hospitali-
nente de lo que pueda imaginar la pacien- zación, si no se consigue la ganancia de peso
e, pero a veces sus temores de recibir malos Seudociesis. La seudociesis, que ya Falta de cumplimiento de las recomen- necesaria para garantizar la vida del feto.
ratos o el aislamiento familiar estarán bien fue descrita por Hipócrates, es un trastorno daciones obstétricas. Los embarazos com- El no cumplimiento de las prescripciones
undados. Aproximadamente la mitad de que se caracteriza por la creencia de la mu- plicados pueden suponer riesgos sustanciales o la ansiedad paralizante durante el emba-
odos los embarazos adolescentes terminan jer de que está embarazada y la manifesta- para las madres, que las pacientes pueden razo pueden ser el resultado de un temor
:n un aborto espontáneo o terapéutico, el ción de los signos y síntomas relacionados malinterpretar o negar. Sus decisiones o sus mórbido al parto. Aunque los cursos de
1-5% en el nacimiento de un niño que criará con el embarazo, como náuseas y vómitos, comportamientos parecen extravagantes o preparación al parto son útiles para reducir
a propia madre, y sólo el 5% finaliza en el aumento del volumen abdominal, ameno- autodestructivos a ojos de los especialistas el miedo a través de una actitud más activa
íacimiento de un niño que será dado en rrea y cambios objetivos en la apariencia de que las tratan. También resulta difícil propor- (Walcher, 1992), la realidad y la inminencia
idopción (Hayes, 1987). los senos y del cérvix. No existen ideas deli- cionar atención a una mujer cuyo comporta- del parto puede precipitar ansiedad aguda
rantes o alucinaciones asociadas y no se de- miento puede amenazar el bienestar del feto. en pacientes vulnerables. Una historia com-
Aborto. No existen evidencias de que tecta ningún otro trastorno psiquiátrico. En A veces el clínico se ve tentado a coaccio- pleta de las actitudes y mitos culturales y fa-
a mayoría de las mujeres que abortan vo- algunos casos, los hallazgos coinciden con nar a la paciente para que se someta a todos miliares, y de la experiencia previa de la pa-
untariamente —incluyendo las menores de la persistencia de un cuerpo lúteo (es decir, los controles y pruebas necesarios durante ciente sobre la atención obstétrica y gineco-
:dad— necesiten asistencia psiquiátrica o los niveles de gonadotropinas, hormona lu- el embarazo. Los servicios de obstetricia lógica, revelará generalmente la fuente de
:xperimenten secuelas psiquiátricas (Russo teinizante y prolactina están elevados). Los pueden intentar presionar al psiquiatra para este problema. Las técnicas de relajación
^Zierk, 1992; Stotland, 1992). En cualquier factores psicodinámicos también pueden ser que hospitalice a las pacientes de forma in- y la hipnosis son dos procedimientos que
:aso, el asesoramiento y la derivación psi- importantes. El equipo médico debe com- voluntaria, más por el bien del feto que por pueden ser útiles.
Descompensación psiquiátrica aguda rrupción de la medicación, la mayoría pre- TABLA 22-2. Uso de sustancias psicotropas en el embarazo: riesgo de los diferentes fármacos
;n una paciente embarazada. A pesar de ferirán un plan que combine un mínimo de Factor de riesgo
a prevalencia de los trastornos psiquiátri- medicación y una potenciación de otras Agente según la FDA Comentarios

:os, las historias rutinarias de los servicios modalidades terapéuticas, incluyendo la Antidepresivos
le obstetricia/ginecología normalmente atención a los demás miembros de la fami- Litio D Sospechas de teratogeneidad en el primer trimestre, espe-
jmiten cualquier cuestión sobre los sínto- lia, las visitas ambulatorias frecuentes y la cialmente anormalidades cardiovasculares, incluyendo
la anomalía de Ebstein
nas psiquiátricos. Por tanto, los síndromes hospitalización si fuese necesario. Toxicidad autolimitada en los recién nacidos
Dsiquiátricos pucden «surgir» súbitamcntc La tabla 22-3 incluyc las rccomcndacio- Eviuu duiuiiLc cl priiuci LiiuicsUc ) cl pcriouo ímncüiala-
i convertirse en una urgencia: pacientes nes para la consulta psiquiátrica durante el mente anterior al término
Contraindicado durante la lactancia
;mbarazadas que se golpean en el abdo- parto. Incluso bajo el estrés de esta situa-
Fluoxetina ND ¿Mayor riesgo de aborto espontáneo?
nen, mujeres que en el proceso del parto ción, habitualmente es posible conseguir No se ha informado del riesgo de malformaciones mayores
jresentan síntomas psicóticos, o madres que la paciente se calme. Amitriptilina D No se ha informado de teratogeneidad
:me han dado a luz recientemente y que son ¿Abstinencia en el neonato?
ncapaces de asumir el cuidado de sus be- Evitar durante el primer trimestre
Duelo en el posparto. Del mismo
Imipramina D Se ha informado de muy pocas malformaciones raras
3és. Estos problemas a veces se ven exacer- modo que ocurre con la depresión y la psi- Abstinencia en el neonato
Dados por la tendencia de los obstetras a cosis posparto, las mujeres pueden experi- Evitar durante el primer trimestre
nterrumpir las medicaciones psicotropas mentar reacciones de duelo tras un parto Clomipramina D Morbilidad tóxica neonatal
—sin la consulta psiquiátrica pertinente o complicado, tras el nacimiento de un niño Fenelcina (IMAO) C Mayor riesgo de malformaciones
;in el uso de otras formas alternativas de Evitar durante el embarazo debido a la posibilidad de crisis
con algún defecto congénito o tras la muer- hipertensivas
ratamiento— por miedo a la teratogenei- te del embrión, del feto o del bebé ya naci-
iad. Un psiquiatra de enlace puede evitar do. Algunas veces el duelo posparto se Neurolépticos
nuchbs de estos desastres convenciendo al complica con una sensación de que el cuer- Clorpromacina (fenotiacina) No hay evidencias concluyentes de teratogeneidad
Evitar durante el parto; posible hipotensión
:quipo de obstetricia/ginecología para que po de la mujer no ha funcionado normal- Evitar en el período inmediatamente anterior al término;
ncluya en la entrevista inicial breves pre- mente, poniendo a su hijo en una situación abstinencia neonatal
»untas de tipo psiquiátrico. de riesgo, o por la experiencia de rabia ha- Segura si se utiliza ocasionalmente a dosis bajas
No recomendada en el primer trimestre
Las decisiones sobre el uso de medica- cia el bebé por causarle un gran sufrimiento Se ha informado de su uso sin efectos negativos
Haloperidol (butirofenona)
nentos psicoactivos (tabla 22-2) se toman emocional y físico. El parto de un niño con
le acuerdo con la paciente. Los riesgos de la defectos, un niño muerto o a punto de mo- Hipnótico-sedantes
rir, en cualquier momento de la gestación, Diacepam (benzodiacepina) Puede ser teratógeno; dos síndromes principales
nedicación y de los trastornos psiquiátricos Síndrome del «bebé blando» (floppy baby) (hipotonía,
10 tratados deben sopesarse con los benefi- también desencadena sentimientos de ma- letargia, dificultades en la succíón)
:ios del tratamiento. Los trastornos psicóti- lestar, de fracaso, de culpa y de vergüenza. Síndrome de abstinencia (temblores, irritabüidad, suc-
ción vigorosa, hipertonicidad)
:os, afectivos o de ansiedad ejercen efectos El apoyo que puede ofrecer el sistema sa- No recomendado durante la lactancia
íignificativos sobre el desarrollo fetal y el nitario en el momento de la muerte perina- IMAO, inhibidor de la monoaminooxidasa; ND, no designado; los factores de riesgo de la FDA (A, B, C, D, X) han sido asignados por la
jarto (Chang y Renshaw, 1986); influyen tal es un factor clave para ayudar a la madre Food and Drug Administration a todas las sustancias en función del riesgo que suponen para el feto.
La categoría C indica que los estudios con animales muestran un efecto adverso sobre el feto o que no existen estudios en animales o muje
:n la nutrición maternal, el sueño, la circu- y al padre a adaptarse a la pérdida (Benfield res. El fármaco sólo deberia utilizarse si los beneficiosjibtenciales justifican el riesgo potencial para el feto.
ación, el abuso de sustancias, el cumpli- et al, 1978; Knapp y Peppers, 1979; Mu- La categoría D indica que existen evidencias de riesgo para los humanos, pero que los beneficios pueden ser superiores al riesgo en algunas
situaciones.
niento a los consejos médicos, el ejercicio y rray y Callan, 1988). El médico puede com- Briggsetal., 1990; Mortola, 1989, y Pastuszaket al, 1993.
)tros parámetros fisiológicos y comporta- plicar la situación emocional con preguntas
nentales (Apfel y Handel, 1993). Mientras sobre la historia famüiar y los comporta- las tensiones familiares. Los padres debe- las características de normalidad, y los pa-
rue algunas pacientes o sus médicos pue- mientos prenatales, que desencadenen sen- rían tener la posibilidad de ver y tocar al dres podrían destapar y tocar al bebé si io
len insistir en la continuación o la inte- timientos de responsabilidad y aumenten bebé fallecido. En éste se deberían destacar deseasen. Un profesional cualificado debe-
\BLA 22-3. Claves para la consulta psiquiátrica to, cumple algunas de las obligaciones que Además de la historia psiquiátrica habi- formas de violencia. Hasta hace muy poco,
trante el parto
sienten que tienen como padres. El asesora- tual y del examen del estado mental, el psi- la asistencia que recibían las víctimas de
Determinar el nivel premórbido de inteligencia, miento psicológico a la pareja en el momen- quiatra debe centrarse en la evaluación de la una violación exacerbaba sus heridas psico-
salud psicológica y actividad psicosocial to de la pérdida y en intervalos como las capacidad de la paciente para reconocer las lógicas; muchas mujeres no eran creídas, se
Observar la interacción entre la paciente y el
6 semanas, 6 meses y 1 año más tarde, po- necesidades del recién nacido y de satisfa- las interrogaba y se las examinaba excesiva-
equipo médico
• ¿Se deja a la paciente sola flsica o psicológi- tenciará la comunicación y la recuperación, cerlas. A menos que exista una evidencia de mente. Los datos indican que se realizan re-
camente? y permitirá la identificación y el tratamiento peligro inmediato para el niño, la inter- lativamente pocas acusaciones de violación
• ¿Está el equipo médico preocupado única-
mente por los instrumentos de control? dc las cümplicacioncs psicológicas. acción madre-hijo dcbc potcnciarsc al má- sin fundarnento (Hursch, 1977^ Fl riesm
• ¿Ha irritado la conducta de la paciente al Los padres de un bebé que ha nacido con ximo en el hospital, bajo una supervisión de acusación falsa, aunque es real, es mu-
equipo médico? defectos deberán seguir con su vida de un cercana, y documentada por los obstetras, cho menor que el riesgo de traumatizar
• ¿Se ve a la paciente sobrepasada por los me-
canismos de afrontamiento? modo muy doloroso. Deben vivir con el re- equipo de enfermería y psiquiatra. Tras el nuevamente a la víctima con insinuaciones
Evaluar los signos y síntomas de intoxicación cuerdo constante de su «fracaso reproduc- alta hospitalaria, deberían realizarse todos sobre su falta de sinceridad. Muchos cen-
aguda o abstinencia de sustancias psicoactivas tor». El grado de malestar que esto imponga los esfuerzos posibles para movilizar las tros sanitarios han mejorado mucho sus sis-
Ayudar a la paciente a que se centre en un solo depende de sus creencias religiosas, sus re- fuentes de apoyo médico, psiquiátrico y so- temas de evaluación y cuidados para hacer
especialista
• Permanecer en la línea directa de su visión cursos económicos y sociales, sus estrate- cial a la madre y al hijo. Los hospitales tie- frente al problema de la violación. Entre es-
• Sostener su mano gias de afrontamiento, sus relaciones perso- nen autoridad legal para asumir la custodia tas mejoras se incluye la presencia de un
• Hablar en tono suave y amable nales y ia naturaleza del defecto del niño y protectora en casos en que se sospecha de abogado que acompaña a la paciente (si ella
• Preguntarle qué le preocupa y qué clase de
ayuda necesita de su tratamiento. malos tratos hacia los niftos. lo desea) a lo largo de todo el procedimien-
• Realizar un examen del estado mental si la to, independientemente de que sea de día o
paciente no parece entender lo que se le de noche. El abogado sigue a disposición de
plantea Aspectos relacionados con la custodia Pacientes con historia de enfermedad
Obtener del equipo obstétrico información sobre posparto. Muchas veces se solicita la psiquiátrica. En algunos casos, la histo- la paciente una vez realizada la evaluación,
el estadio del parto, complicaciones, plan de tra- consulta psiquiátrica en el posparto cuando ria de enfermedad psiquiátrica previa es el y puede derivarla a otro profesional cualifi-
tamiento y pronóstico cado si fuese necesario. El abogado ayuda a
la historia o los comportamientos previos factor que motiva la consulta psiquiátrica.
• Asegurarse de que la paciente entiende esta
información de la paciente cuestionan su capacidad para La enfermedad psiquiátrica sigue siendo la paciente a comprender el proceso de su
responsabilizarse del neonato. En la mayor aún hoy un estigma que distancia a muchos examen; la atención médica debe incluir la
parte de Estados Unidos la acogida es un re- médicos de sus pacientes. revisión sistemática de la información fo-
ía explicarles los hallazgos físicos y señalar- curso poco disponibie, y es probable que rense, con datos sobre las muestras de líqui-
:s los puntos de normalidad, pero no en- interrumpa el vínculo con las figuras paren- dos presentes en los genitales, el vello púbi-
Atención aguda/emergencias. Los gi-
rometerse en la propia asimilación familiar tales (American Academy of Pediatrics, co de la víctima y del agresor, y la docu-
necólogos y obstetras no solicitan muy a
lel suceso. Committee on Early Childhood, Adoption, mentación sobre las lesiones. El proceso, in-
menudo la intervención de un psiquiatra en
El obstetra y el psiquiatra de enlace pue- and Dependent Care, 1993). La existencia cluso cuando se lleva a cabo de una forma
los casos de emergencia; a menos que la pa-
len revisar los acontecimientos del parto de un trastorno psiquiátrico, incluso cuan- sensible, es sumamente desagradable para
ciente manifieste un comportamiento muy
on la familia para atenuar sus respuestas do es grave, no siempre es un impedimento la paciente, pero es vital para la identifica-
perturbado, las exigencias de una situación
mocionales y averiguar las preferencias de para una maternidad adecuada. En algunos ción posterior del agresor. Las pruebas para
de emergencia distraen la atención clínica
a paciente/madre: ¿desea estar sola?, ¿desea casos, el servicio de consulta y el psiquiatra detectar una posible infección por VIH y
de los aspectos psiquiátricos. La amenaza
_
er a personas que no son de la familia?, pueden concluir que una madre con un otras enfermedades de transmisión sexual
de suicidio de una paciente es muchas ve-
desea tener a alguien siempre con ella?, ¿le trastorno psiquiátrico es incapaz de cuidar también son un recordatorio doloroso de
ces el único acontecimiento para el que se
;ustaría ver a algún sacerdote y ocuparse de a su hijo. Aun en estos casos, los servicios las posibles secuelas infecciosas del agresor.
solicita una visita psiquiátrica de urgencia.
os trámites del funeral? sociales suelen ser reticentes a asumir la La insensibilidad y los errores de concepto
En los servicios de urgencias y en las
custodia a menos que o hasta que se haya de los profesionales que atienden a estas víc-
Los padres consideran que coger al niño consultas ambulatorias se presentan mu-
demostrado algún daño en el niño. timas están relacionados con la total falta de
' hablar con él, incluso cuando está muer- chos casos de violación, malos tratos y otras
:onocimientos sobre la conducta típica de las Las pacientes que aparecen con lesiones den presentarse con síntomas psiquiátricos sexual, y trabajar con ellas para vencer cual-
íctimas de agresiones. El shock emocional de origen dudoso deben ser entrevistadas en (v. cap. 26). quier reticencia a autoprotegerse.
' los intentos desesperados de autocontrol privado, lejos de la pareja de la que se sospe- Debido a que las mujeres infectadas por
como, p. ej., el rechazo de la paciente a so- chan los abusos y que podría atemorizarlas, el VIH presentan el riesgo de transmitir el Aspectos psicológicos de la neoplasia
neterse a la exploración), muchas veces se por un profesional empático que les pregun- virus al feto, muchas veces son tratadas ginecológica. Las neoplasias ginecológi-
nalinterpretan como una evidencia de que la te específicamente acerca de la violencia, y como vectores y no como pacientes. Los es- cas oscilan en cuanto a letalidad e inciden-
igresión no se ha realizado. Los profesionales les ofrezea información sobre las posibles fuerzos de la sociedad por desaconsejar a las cia desde los frecuentes y benignos miomas
le ia salud y de la ley pueden enfadaise viii- ayudas a niujeies maltratadas. Muchas dc mujcrcs infcctadas por el VIH que tengan utermos a !os raros teratomas y a los carci
)lemente por la falta de evidencias cuando la estas mujeres frustran a los profesionales al hijos, pueden entrar en conflicto con su ne- nomas de ovario. Las pacientes reaccionan
áctima se baña, se ducha o destruye objetos negar que son víctimas de la violencia y re- cesidad psicológica de disfrutar de los place- con las respuestas normales ante cualquier
rue se han convertido en estigmas de la agre- chazar las ayudas en un primer momento. res normales de la maternidad y de criar cáncer: miedo, negación, ira, vergüenza y
ión. La tendencia de las víctimas a culparse a Posteriormente, sin embargo, son capaces unos hfjos que sobrevivan a su muerte. Las estrategias de afrontamiento. Las neoplasias
í mismas —por su conducta sexual pasada, de colaborar más y de trabajar por su liber- mujeres infectadas con VIH generalmente no de los órganos reproductivos provocan cul-
)or estar «en el peor lugar en el peor mo- tad. El interés y la información que se les han recibido muy buen trato de los servicios pa y vergüenza sobre la conducta sexual pa-
nento», por no tomar las suficientes medidas proporcione puede salvar sus vidas. sanitarios y les resulta difícil obtener un ser- sada, así como sobre la disfunción sexual y
le seguridad, por quedarse a solas con el agre- vicio de control de natalidad o aborto cuan- reproductora actual. La falta de atención
;or— se une a la negación y a la tendencia de Virus de la inmunodeficiencia humana do lo desean. Las pacientes y los profesiona- médica al significado psicológico de los ór-
nuchos profesionales de la salud a pensar y otras enfermedades de transmisión se- les que las tratan, incluyendo al psiquiatra, ganos individuales se refleja en términos
rue la víctima «se lo ha buscado». xual. Junto a sus implicaciones en un pueden experimentar sentimientos de ira, como la histerectomía total: la razón por la
Las víctimas de una violación presentan servicio de urgencias, el VIH y las demás resentimiento y desesperación desencadena- que también se extraen los ovarios y las
m riesgo importante de vivir sus vidas de enfermedades de transmisión sexual pue- dos por los estragos de la enfermedad. trompas de falopio no siempre se les aclara
ma forma muy restringida y aislada. La psi- den ser causa de consulta psiquiátrica debi- La transmisión del VIH a las mujeres a las pacientes, que se sienten traicionadas y
:oterapia puede prevenir complicaciones do a la ansiedad que generan. Aunque las normalmente se produce a través de com- castradas.
¡raves (Rose, 1993). mujeres constituyen el grupo de personas partir agujas intravenosas y a través de los Los tratamientos para el cáncer ginecoló-
Las víctimas de abusos sexuales, psicoló- infectadas por VIH que crece más rápida- contactos heterosexuales con hombres bise- gico pueden complicarse en algunas muje-
^icos y/o físicos pueden presentarse en los mente, se sabe relativamente poco de las xuales y/o que abusan de sustancias por vía res por el sentimiento de mutilación y pér-
;ervicios de urgencias con enfermedades in- manifestaciones diferenciales y de los cur- intravenosa. Aunque las agujas limpias y los dida de la identidad sexual. Siempre se
lamatorias pélvicas, otras infecciones gine- sos naturales de la enfermedad entre los preservativos pueden ayudar a prevenir la aconseja que se incluya a la pareja sexual en
;ológicas y lesiones inespecíficas o que no dos sexos. En general, las mujeres mueren transmisión, su utilización presupone no las sesiones de asesoramiento. Todos deben
)arecen estar relacionadas. Los profesiona- antes que los hombres una vez se ha reali- sólo información, sino también el acceso a estar convencidos de que el cáncer no es
es del servicio de urgencias con frecuencia zado el diagnóstico (American College of este material y una actitud asertiva. Las mu- contagioso, y deben aprender habilidades
;e olvidan de preguntar sobre la violencia Obstetricians and Gynecologists, 1992). jeres adictas al crack con frecuencia recu- sexuales alternativas para el período de re-
loméstica (Kurz y Stark, 1988; Warshaw, Las mujeres tienden a ser diagnosticadas rren a la prostitución y no están en posición cuperación.
1989). Algunos pueden aceptar las explica- cuando la enfermedad ya está más avanza- de exigir a sus parejas el uso de preservati-
:iones sobre las lesiones sin que les preocu- da, y por tanto ha disminuido su acceso a vos. Muchas mujeres cultas, bien informa- Menopausia. Como ya se ha comenta-
)e lo peculiares que son. I_a paciente es en- la terapia antiviral, son mayores en el mo- das y con una buena situación económica do anteriormente en este capítulo, la meno-
áada de vuelta a un entorno de abusos que mento de la infección, o presentan otros se sienten incapaces de insistir a sus parejas pausia no se asocia con una mayor inciden-
a coloca en una situación de riesgo grave factores de riesgo concurrentes (Lemp et para que utilicen los preservativos. El psi- cia de trastornos psiquiátricos (Holte, 1992;
)ara posteriores lesiones e incluso para la al, 1992). Las presentaciones ginecológi- quiatra debe preguntar a la paciente sobre Sherwin, 1993). No obstante, las pacientes
nuerte. La incidencia de violencia domésti- cas frecuentemente pasan inadvertidas. El sus sistemas de contracepción o de protec- pueden derivarse a consulta psiquiátrica
:a aumenta durante el embarazo. SIDA y la infección por VIH también pue- ción ante las enfermedades de transmisión con la idea de que sus síntomas están rela-
cionados con esta fase reproductora. En es- gencias médicas, además de las necesidades Briggs GG, Freeman RK, Yaffe SJ: Drugs in Preg- Kurz D, Stark E: Not-so-benign neglect: the medical
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