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“Considerando que los postulados del Trabajo Social son la aceptación, solidaridad,
respeto y dignificación de la condición humana, durante la práctica de la profesión
en el Campo Jurídico, especialmente en el Ramo de Niñez y Adolescencia, se deben
tener presentes y aplicar las siguientes normas del referido Código:
- “En todos los ámbitos de su actividad, el Trabajador Social debe tener en cuenta
el respeto a la dignidad humana, sentido de responsabilidad y disposición de
servicio.”
En el ramo de la niñez y adolescencia, el Trabajador Social debe aplicar este
principio o norma, en primer lugar el respeto a los niños, niñas y adolescentes, que
por una u otra razón son sujetos de proceso judicial, ya sea por ser víctimas o
victimarios. El trabajo que realiza, lo debe hacer de forma responsable y consciente
tomando en cuenta su vulnerabilidad, el interés superior y la necesidad que tienen
de atención y afecto.
- “El Trabajador Social no debe aparecer ante las poblaciones, grupos o personas
como un elemento poseedor de las soluciones a los problemas que éstas
confronten. Su función será la de orientar, para que, las personas por su propia
iniciativa encuentren las soluciones correspondientes.”
En el ramo de la niñez y adolescencia, el trabajador social, durante la función de
investigación, debe realizar otras simultáneamente, tales como orientar a las
personas para que por sí mismas busquen la mejor solución a los problemas que
afrontan, igualmente a los administradores de justicia, se les debe orientar o
presentar alternativas de solución para que resuelvan los casos que se presentan.
- “El Trabajador Social debe guardar el respeto hacia sus colegas, otros
profesionales, así como hacia los individuos, grupos y comunidades.”
El Trabajador Social en el Organismo Judicial, históricamente se ha caracterizado
por ser solidario y respetuoso con sus colegas y otros profesionales, pero en los
últimos años, se han dado muchas críticas destructivas y discriminaciones entre
ellos, entre los del ramo de familia y de la niñez y adolescencia; estas actitudes
desprestigian la profesión, especialmente cuando éstas se hacen con otros
profesionales, violando principios del código de ética profesional.