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REPERCUSION JURIDICA DE LA POLEMICA ENTRE EL

MITISCISMO Y RACIONALISMO TEOLOGICO

Antes que nada, es necesario mencionar los diferentes conceptos de cada una de las palabras
que vamos a referir en nuestra investigación, para luego llegar al tema general del mismo.

MISTISCISMO
Concepto de Misticismo
El concepto de misticismo se relaciona directamente con la noción de religión que cada
persona puede llevar dentro de sí y que tiene que ver con la conexión que una persona puede
establecer con todo aquello que no sea terrenal o mundano. El misticismo es el fenómeno
mediante el cual las personas logran conocer a aquello que entiende como su dios de manera
directa y particular. Muchas veces el misticismo se da a través de conexiones muy íntimas y
privadas de la persona con lo espiritual, por lo cual las prácticas y los rituales oficialmente
establecidos por las diferentes iglesias pueden no ser útiles en todos y cada uno de los casos.

El misticismo es el momento en que la persona combina lo mejor del mundo terrenal con el
mundo etéreo, aquello que no logramos comprender de manera racional y que nadie puede
explicar a través de la ciencia. Tal como se dijo, el misticismo es algo muy particular de cada
persona y de cada religión. Esto es así porque el misticismo es entendido como un fenómeno
que se relaciona con el sentir más profundo de cada persona, por lo cual no hay reglas o
parámetros que puedan guiar de manera completa tales sensaciones.

Historia
El misticismo latente se halla en las antiguas creencias asiáticas; en Platón; en Alejandría,
singularmente en Filón, que desenvuelve las hipóstasis divinas inspirado en las teorías
académicas, y en el mismo Plotino, cumbre y zenit de toda filosofía mística; en los gnósticos;
en San Bernardo; en San Francisco de Asís; en San Francisco de Sales; en el andaluz Ibn
Masarria, que lo infundió con mayor energía que nadie en los semitas españoles, y hasta en
Lulio y en pensadores del año 184 siglo de las luces; en el dominico Eckart; en Juan Tauler,
estras burgués que volaba al panteísmo, y cómo se transmitió a la edad moderna.

La Literatura ascética, mucho más abundante que la mística, forma en Castilla una cadena no
interrumpida desde Séneca hasta hoy. La mística carece de antecedentes en Castilla. El
misticismo no es español. El espíritu propende al positivismo; la filosofía, a la moral y a
la política, y la novela es enteramente realista.
Algunos creen que Raimundo Lulio ofrece el nexo entre la mística oriental y la occidental.
Si en la Edad Media no se conocieron místicos en Castilla, ¿por qué después los hubo? Por
tres razones capitales: por influjo de la mística universal; porque el sentimiento religioso tuvo
ocupación en la guerra con los árabes españoles y no había logrado estabilizarse, y, en fin,
por el renacimiento platónico y la difusión del petrarquismo.

Antes del siglo XV no hay en España sino traductores de los místicos alemanes y de los
italianos, y después de enterrado el misticismo, ha continuado España sin libertad religiosa,
de que carece todavía.

Características
El misticismo se relaciona con el tema sobre cómo se puede llegar a vivir dentro de la plenitud
de la verdadera naturaleza.

En un sentido muy real, porque el misticismo se refiere a la esencia de la vida, es audaz


incluso para tratar de definirlo. Las palabras son insuficientes, a menudo en la forma de tratar
de entenderlo. A lo que se refiere la palabra “mística”, es a una calidad de presencia que está
más allá literalmente y antes que cualquier palabra. Sin embargo, y al igual que otros, el
hombre se siente obligado a tratar de acercarse lo más que puede a concebir su significado
ya que habla de nuestra naturaleza original.

Místico
Un místico es alguien que, por encima de todo en la vida, desea saber, pero no en el sentido
de saber intelectual, sino sobre la verdad más profunda de la existencia. El místico, sin
embargo, mira más allá de un foco exclusivo o preocupado de esta supervivencia terrenal o
auto actualización hacia algo más. Busca descubrir la verdad más profunda de nuestro ser
como almas encarnadas, a fin de comprender nuestro mayor potencial como reflejo de Dios,
para hacer realidad nuestra plenitud en el terreno de todos. El interés primordial en la vida
del místico es descubrir la verdad, para conocer a Dios, para comprender toda la naturaleza
del hombre. El místico ve todo lo que corresponde a la vida como una oportunidad abundante
de descubrir, comprender y expresar lo Divino.

El Misticismo florece de una curiosidad insaciable de entender las preguntas esenciales de la


vida: asuntos de Dios, de la creación, del infinito y del potencial humano de conocer la
verdad. El místico es, en realidad, el último científico que, mirando más allá de lo aparente
o evidente en todos los asuntos, pregunta: “¿Es esto que estoy viendo una realidad o ilusiones
que derivan del temor?”, “¿Qué existía antes de este sentido de realidad?”, “¿Qué existía
antes de mis construcciones mentales, mis creencias, mi propia identidad?”, “¿Quién es este
que observa y se auto refleja?”, “¿Qué es la propia fuente de la vida?”.
RACIONALISMO TEOLOGICO

Concepto del racionalismo


El racionalismo es un movimiento que tiene a la razón como pilar y sostén. Esta filosofía,
surgida en el siglo XVII y con manifestaciones en diversas ramas del arte, sostiene que el
raciocinio es la principal herramienta para generar saber, dejando a la percepción y la
experiencia en un segundo plano.

El filósofo francés René Descartes suele ser señalado como el padre del racionalismo. Para
Descartes, la razón era la vía para acceder a verdades universales de las cuales se desprendían
todos los demás conocimientos de la ciencia.

Características del racionalismo

Si bien el racionalismo ha sido una corriente de pensamiento en el que las ciencias duras y
exactas deben predominar por sobre las cosas perceptibles, existieron diferentes tipos de
racionalismo:

Racionalismo trascendente. Platón sostenía que el mundo de la experiencia estaba


constantemente en cambio y movimiento y que, por estas razones, no era posible confiar en
ella. Los pensadores del racionalismo trascendente tomaron las ideas de Platón para llevar
adelante esta variante dentro de la corriente filosófica del racionalismo.
Racionalismo inmanente. Aquí se ubicaba el pensamiento de Descartes con sus ideas innatas.

Racionalismo lógico. Sostenían que el pensamiento es la única fuente posible de


conocimiento.

Retoman de Aristóteles la idea de sustancia en la que se considera que las sustancias pueden
ser de 2 orígenes:
La pensante (o de la mente)

La extensa (del cuerpo). Esta tiene una naturaleza que se puede interpretar en términos
mecánicos y se somete a leyes necesarias pero que carecen totalmente de finalidad.
La aplicación de un método

Este método que se utiliza debe ser universal. Es decir que este método no debe engañar a
los sentidos y aquel que observe dicho método podrá llegar a una verdad absoluta y sin dudas.
De este modo ubica, como método, a las matemáticas y a la música (todo aquello que se
pueda medir o cuantificar).
Historia del racionalismo teológico

La Escuela Alemana del Racionalismo teológico fue parte del movimiento más generalizado
del siglo XVIII conocido como el “Siglo de las Luces”. Se puede decir que debe su origen
inmediato al sistema filosófico de Christian Wolff (1679-1754), que fue una modificación,
con características aristotélicas, del sistema filosófico de Leibniz, caracterizado
específicamente por su espiritualismo, determinismo y dogmatismo. Esta filosofía y su
método ejercieron una profunda influencia en el pensamiento religioso alemán
contemporáneo, confiriéndole un punto de vista racionalista en cuanto a teología y exégesis.

Los racionalistas nunca negaron la Revelación; aunque, de hecho, si bien no en teoría, fue
suprimido tácitamente por el postulado, que encontró una aplicación cada vez mayor, de que
la razón es juez competente de toda verdad. Por otra parte, los naturalistas negaban la
Revelación. Al igual que el deísmo y el materialismo, el racionalismo alemán invadió el
ámbito de la exégesis bíblica. Aquí surgió una destructiva crítica, muy similar a la de los
deístas, contra los milagros registrados en la Sagrada Escritura y la autenticidad de la misma.
Sin embargo, se mantenía la diferenciación entre el racionalismo y el naturalismo. El gran
crítico bíblico Semler (1725-91), uno de los principales representantes de esa escuela, fue un
oponente acérrimo de esta última; junto con Teller (1734-1804) y otros, se empeñó por
demostrar que los registros de la Biblia sólo tienen un carácter local y temporal, intentando
así salvaguardar la revelación más profunda a la vez que sacrificaba y entregaba a sus críticos
su vehículo superficial.

La diferencia planteada entre la religión natural y la religión revelada requería una definición
más exacta de la misma. Tanto para los supra naturalistas como para los racionalistas la
religión era “una forma de conocer y venerar la Divinidad”, pero que para los racionalistas
consistía ante todo en la observancia de la ley de Dios.

Concepto de racionalismo teológico.


Dentro de esta corriente se encontraba el aporte de San Agustín quien considera que Dios era
el espíritu (indiscutible) que guiaba a toda la humanidad.

Racionalismo, en el sentido más amplio y generalizado del término, se utiliza para designar
cualquier forma de pensamiento en la que la razón humana se considere como el criterio
supremo de la verdad; en este sentido, se aplica espacialmente a las formas de pensamiento
que contrastan con la fe. Así el ateísmo, el materialismo, el naturalismo, el panteísmo, el
escepticismo, etc., corresponden al sistema racionalista. La tendencia racionalista, como tal,
siempre ha existido en la filosofía y ha mostrado por lo general su fuerza en todas las escuelas
de la crítica. Como ya se ha dicho, el racionalismo alemán tiene grandes afinidades con el
deísmo inglés y el materialismo francés, dos formas históricas en las que se ha manifestado
esta tendencia. Pero, con la generalización de las ideas contenidas en los diversos sistemas
que conformaban estos movimientos, el racionalismo se ha degenerado hasta convertirse en
un concepto que el común de las gentes relaciona con una filosofía poco profunda y engañosa
que suele aducirse a nombre de la ciencia, de forma que ha surgido una doble confusión en
la que; se toman como hechos dudosas especulaciones filosóficas y se tiene el concepto
erróneo de que la ciencia se opone a la religión.

Ahora este racionalismo es más bien un estado de ánimo, o una actitud, dispuesta a adoptar
cualesquiera argumentos, de cualquier fuente, con o sin valor alguno, para argüir en contra
de las doctrinas y prácticas de la fe. Además de esta forma cruda y popular que ha adoptado,
y que se debe en gran medida a la publicación de copias baratas y propaganda agresiva, fluye
una corriente más profunda y ponderada de racionalismo crítico-filosófico que rechaza
rotundamente la religión y la Revelación o las ataca en forma muy similar a como lo hacían
los alemanes.

Racionalismo y Misticismo

El término misticismo se entiende, entre otras acepciones más alejadas de lo que podríamos
considerar la concepción masónica, como: “Ideal que guía de manera trascendente,
fundamental o absoluta el comportamiento o las acciones de alguien”.

Etimológicamente la palabra proviene del verbo griego myein, “encerrar”, así que mystikós,
(“cerrado, arcano o misterioso”) designaría un tipo de experiencia muy difícil de alcanzar, en
la que se llega al grado máximo de unión del alma humana durante la existencia terrenal. Se
da en todo tipo de religiones, así como en algunas filosofías, donde se identifica con el grado
máximo de perfección y conocimiento. Desde este punto de vista es evidente que existe una
cierta relación entre el misticismo y la masonería ya que también en esta se trabaja en la
búsqueda de la perfección como ideal utópico al que aspiramos ya que, teniendo en cuenta
las limitaciones del ser humano, pensar que es posible alcanzar la Perfección y abarcar el
Conocimiento es una cuestión que únicamente puede plantearse como mera hipótesis de
trabajo y que por tanto deberíamos concluir que desde un punto de vista racional el
misticismo sería únicamente un ideal imposible de alcanzar aunque sí una meta que nos
permita esforzarnos día a día para su consecución.

Aunque las manifestaciones místicas más conocidas nos provienen de las tres grandes
religiones monoteístas, existe también una mística pagana en especial en el animismo o el
politeísmo, como es el caso de los misterios de Eleusis y el Neopitagorismo incluso en las
religiones panteistas y, como ya se dijo más arriba, en aquellas que se confunden con la
filosofía como es el caso del budismo.

A pesar de sus implicaciones religiosas, sobremanera en lo que se refiere a las religiones


monoteístas basadas en el libro, siempre han sido vistas desde la ortodoxia como algo
peligroso ya que los místicos más que oponerse a la razón han considerado que se
encontraban por encima de ella, lo que ha dado lugar a su persecución como corrientes
calificadas de heterdoxas cuando no claramente heréticas.

Parece evidente que la masonería tiene un componente místico, entendiendo por tal la
definición mencionada al inicio de este trazado, por el ideal que guía sus acciones y su
comportamiento: el Progreso de la Humanidad. Además, tiene en común con la mística el
desarrollo de estados alterado de conciencia, obtenidos mediante los rituales que marcan la
iniciación y el paso de un grado a otro, y finalmente comparten un método de trabajo que
mira hacia el interior de uno mismo, a fin de conocerse mejor y hacerse mejor persona.

Por lo que se refiere al racionalismo hemos de decir que se define como una “doctrina
filosófica que sostiene que la realidad es racional y por tanto comprensible a través de la
razón”.

Etimológicamente proviene de la palabra latina “ratio”, y es una concepción que ve en el


espíritu, la mente y el entendimiento, el fundamento de toda relación del hombre con el
mundo, considerada esta relación como forma superior del pensar humano.

Como en el caso del misticismo el origen del racionalismo lo encontramos también en el


mundo antiguo, concretamente en Platón, que considera que el verdadero saber se distingue
por la necesidad lógica y la validez universal. El centro de su racionalismo es la
contemplación de las ideas, es por tanto una forma de racionalismo trascendente.

En la Edad Moderna, se intensifica la corriente racionalista, y se mantendrá la teoría de que


las ideas son representaciones claras, eternas e inmutables. Primero Descartes y luego
Leibniz consideraban que las ideas innatas se dan en cuanto que es innata la capacidad de
nuestro espíritu de formar conceptos independientemente de la experiencia, pues el origen de
estos principios procede de la razón. Ahora bien, y asumiendo como ya se ha dicho la gran
importancia que tiene el acercamiento al conocimiento desde la razón, no podemos obviar
que la experiencia es, también, una fuente importante para acrecentar el conocimiento, por
ello deberíamos esforzarnos para conseguir que la masonería, dentro de su espíritu de reunir
contrarios, se convirtiese en el atanor en el que se fundiesen el racionalismo y el empirismo
con el fin de que la suma de ambas corrientes nos permitiese alcanzar nuestros presupuestos
de formar seres humanos libres y críticos.

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