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ENTRE DOS PIEDRAS FEROCES SALE UN TÍO DANDO VOCES. ¿QUÉ ES?

O el porqué de la che papusa, oí. Relación con las telarañas (si la hubiere).
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1.1.2 ¡Niños, no piséis por ahí que vais a volcar la estructura, coño!

Habiendo ido yo –todo sea dicho- a comprar un ladrillo de chocolate del sagrado
corazón de Jesús [mucho mejor que “La Campana que Ríe” (dónde vamos a parar)] y
que por entonces se vendía a granél en bombonas de a litro… y comenzaba yo a
hacerme una zurriaga1 con el tapabocas2, cuando de repente.

La diatriba filosófica en sentido Orwelliano que da título a esta hagiografía, ya


fue postulada, empero, en 1.876 por William Stendhal Jr, más conocido en el círculo
literario londinense de la época Victoriana, bajo el pseudónimo de “Folla-higos”.

Se ve que al bajar la sartén del sofrito por las escaleras, se le derramó un poco de
acéite, que como se resbala tanto, y no echaron aserrín ni viruta para absorberlo, luego
se le fue un pie a Adolf y se pegó un hostiazo que fue el copón, que se clavó todo el
alzapuerta en las costillas, y estuvo que estar yendo al Dr. don Manolo con un dolor en
el remo, que no se le aliviaba con pomada del tio el bigote (que no era Iñigo, ni ansar).

- ¿Estás mejor ya o qué?...

- Sólo regular. Encara estic un poc escardufat6. Aún me queda un remór de


etiología concomitante por semejante parte, de mis cojones, principalmente
cuando habiendo estado un tiempo en bipedestación prolongada, me agacho a
hacer la diarrea en unas zarzas, o equivalente, como si tuviera la hiel quebrá, o
el ángel cagao, de don Benito Pérez Galdós.

- ¡Es que para ir por la sartén hay que ponerse Katewskas3, que te lo tengo dicho!

En ese instante, Sir Esteban Eskigualquer (que se parecía a don Manolo, aunque
muchos digan que no), en ese instante, decía, Mr. Gualquer adujo su posición respecto
al tema de trasfondo iconoclasta que subyacía de un modo tácito en la mente del
académico Prof. Lord Francisco Testud (una mente muy extensa, y gorda), aunque no
extenta de un cierto carácter reprobatorio para con la actitud ladina de los allí presentes:

¡Ya se han meao los gatos otra vez en el zaguán! ¿Por qué quitaistis los plásticos?

(Aquí seguramente el público soltará una carcajada, o puede que ambas).

Y así transcurrieron los días, meses y años. A todo esto, estaba yo interviuvando
a Pepa Salazar con Ignacia Peanyk en la farmacia del Lcdo. Gertrudix, y en tal estado de
cosas apareció la Dra. Saturnina Turner, quien profirujo con quebranto de ánimo:

- ¡Virgen santísima, qué peste a mierda que hay aquí!

- ¿Es que también se han cagao?... ¡Si serán hijoputas los gatos estos!
Bajo el punto de vista de Ray Charles, y pese a los ulteriores episodios en cuya
latencia isomorfa emerge consuetudinariamente focalizada, una perspectiva cualitativa y
subordinada a los menesteres -me cago en la puta de oros- quizás merezca cierta dosis
de atención frente a los desiderandos apriorísticos manifestados en calidad meritoria,
como ya considerase el ilustre profesor don Frida Kahlo Nepopuceno, en el capítulo
versículo de su vademecum heurístico, pág. 137, seg. párrafo, donde dice textualmente:

- Que sepas que ese vestido es para llevarlo con un Lacoste blanco, de Isa Lorán, o de
Putrificación García, o de Yoyo Armani Comio, o de la mujer de Al “Panamá” Brown.

Entretanto, el Dr. don Manuel Alcafulcro, gran operador a la sazón, y una vez
desplegada toda la quincalla quirúrgica sobre el mantel verde-asepsia, continuaba
interveniendo al pobre Adolf en el quirófano:

- Dígame enfermera, ¿con qué grado de remór ingresó el paciente?

- La placa de torax indica que llueva la virgen de la cueva, Dr. Bernárdez.

- Todo eso está muy bien enfermera, pero dígame… ¿televisan el Bétis esta noche?...

- ¿Qué está buscando usted por la alhacena, que va a dar más vueltas que un trompo?

- ¡Dónde coño habéis puesto el bote del engrudo que no lo veo por ningún lado?

- Pero dejémonos de hostias y prosigamos interveniendo al paciente. La herida tiene


aspecto de haberse clavado un moho puntiagudo. Dígame enfermera, ¿le echaistis
polvos de azor?, ¿le pusistis la indicción del mal tieso4? ¿la virgen de Guadalupe?

- Sí doctor ya se la hubimos puso… ¿Le paso ahora el clamp hemostático del nº 6?

- No, no, no, ¡qué leches! Páseme los hierrecillos esos de repizcar los pellejos…

- ¡Este bisturín no corta una mierda!... Anda nena, dale un repaso con el acero.

- ¡Pero si es que lo está cogiendo usted por el lado que no es, tio imbécil!

- ¡Ya decía yo, me cago en dios!... ¡Vosotros, que me lo habéis dado al revés, cabrones!

- Acérqueme ahora el cauterizador anafiláctico semiacodado a bisel.

- ¿Son las tenacillas estas de las puntas torcías pa dentro?, ¿o los pinchos esos de ahí?

- Desdeluego, hay que ver qué marrana que ha quedado la sutura, coño.

- ¡Claro, si es que como me hacéis las cosas que parece que os habéis enseñado
cosiendo lonas con hilo bramante en la herrumbrosa industria de un Talabartero!

- ¡No me la casque usted!... Pues no diga usted eso que las leznas estas que trae usted,
no tienen punta, y los bisturiles están mellados. Y la cerveza está desbrevada10.
- No me jodas, ¿y yo qué?... que me saqué el título de Cirujano yendo a dar lección a la
aula del Señor Jesucristo, y estudiando teórica por las noches… Hasta que abrieron
la escuela de maestría industrial, y ya allí ya terminé de sacarme el carné de vespa.
¡Ah!, y también fui a dar máquina a la academia de don Chimborazo Popocatepetl. Y
también estuve haciendo jersey con la Dolores la Penca, y luego cursé un máster de
Corte y Confesión que fue el colofón a mi carrera sacerdotal, y la hostia en verso.

- Don Antonio, ¿Puedo ir a ensuciar?

- ¡NO!!! ¡¡ Aquí hay que venir meao y cagao!!

- Es que tengo hiperclorhidria, porque pasé la noche sin dormir por culpa de follar.

Y entonces, en la sala de fiestas “Chiribís Moctezuma” empezaron las lentas. Él


se acercó a ella, que estaba en la barra pidiendo un llintoni de Ron vifiter, es decir, un
solisombra elaborado con anís “The Pencil is mine” ¡caramba, qué gran turrón!,
manteniendo un rictus más serio que una guadaña, y como ella era inglesa americana,
éste le preguntó así:

- ¿Foqui foqui colmi?

- ¡Una mierda pa ti! -respondió ella, con cierto aire de darle un desaire-

Aún con todo, le proponió de que si quería bailar lentas con él, pero sin rozarse
mucho el prepuccio de la cuca5. Ella accedió, no sin antes hacerse de rogar frente los
pérfidos requerimientos del payo, que, todo sea dicho, estaba más salido que las mangas
de un chaleco, perdonando la forma de señalar… hasta que al cabo de un rato…

- Estoy mojada… -murmuró ella en tono sexual-

- Eso es del hielo del cubalibre que se forma aguaza por afuera del vaso y gotea.

- No, no. No me has entendido cariño, me refiero a la seta8

- ¡Ah coño!... ¿acaso estás insinuando que deseas tener acceso carnal con migo?

- En efecto, así es, deseo que me poseas… pero sin prisas, cuando tengas un rato, y
sin ánimo de ofender, modestia aparte, quieras que no, que por nadie pase, que ya
es decir, por Dios y por la virgen, que lo que es no para, valga el ejemplo.

Él entonces, repasando su agenda, que llevaba sujeta con una goma en una carpetilla
azul, envuelta en un plástico, junto a la cartilla de ir a los médicos, los boletos del bar, y
los resultados del analís manchados de acéite naranja de mejillones en escabeche, díjole:

- ¡Ufff! Pues hoy me viene muy mal, porque tengo una agenda muy apretada, ¿no
ves que la llevo cogida con una goma granate de recámara de bicicleta que me
sobró de hacerme las ligas de un tirachinas los otros días, tía pazpuerca?

- ¿Y mañana?
- Mañana tampoco sé si voy a poder follarte, porque tengo cita con don Jacobo
para que me haga las recetas del Perbonato y me mande un volante para ir a
don Nicanor a sacarme una muela que me ha salido en la cavidad orofaríngea,
y luego por la tarde tengo que ir a podar las paradojas de San Agustín.

- ¿Y el viernes tampoco? –Preguntó ella enardecida de indiferencia e hirsutismo-

- ¡Qué cojones!... el viernes tengo que ir a hacerle unas conejeras a mi suegra.

- ¿Entonces cuándo mierdas vas a poder amarme, cabrón?...


¡Que vas a dar lugar a que me vuelva a Mataró sin catar tu endergue5!

- Bueno, pues a ver si a finales del mes que entra… de hoy en ocho días…

- Okey miamol. Que no se te olvide ponerte los calcetines negros sin agujeros.
Porque de lo contrario no te permitiré hacerme tuya, ni menos aún la
penetración del acto. Los calcetines perforados además, dan sensación de
desamor, y de miseria. Son de todo punto inadecuados para la praxis sexual.

- Sí, pero antes tengo que darle una mano de aceite de linaza a la madera, porque
si no, luego se chupa la pintura y quedan unos rodales muy feos, y asimétricos.

- ¡Pero que lo que yo te estoy diciendo es que quiero es que me amontes, coño!

- Tú espérame, que en cuanto se pase la siesta estaré clamando a tu alféizar. Y te


voy a pegar un vergazo que te voy a abrir igual que un vaina leguminosa seca.

- ¿Acaso pretendes llegar al extremo de cegarme el chocho a polvos?

- Sí... Y además, te voy a amolar7. Pero primero tengo que ir a recoger una caja
de patatas nuevas que le dejé encargada al Ramón el Picapuertas.

Y así pasaron los años, hasta que el hombre pisó la Luna y todo eso. Llegado el día
‘D’ a la hora ‘H’, que quiere decir “Mal dolor te dé que explotes”… una vez en la cama
y transcurridos los breves prolegómenos del cortejo mariquital, en los cuales él se hubo
entretenió en ir chupándole todos los pelos del bollo, uno por uno, igual como si fueran
patas de gamba roja a la sal, él la empalilló igual que una oliva y comenzó a afilar la
púa, dale que te pego, y dale que te pego, rin, ran, rin, ran, rin, ran… y cuando el mozo
estaba a punto de alcanzar el climax de la pasión, ellá, con gesto epicuánime, le espetó:

- ¿Le pagaste el recibo al tío del Ocaso?

Entretanto, en la barbería, se debatía en circunloquios acerca de cuántas pinturas


de Altamira pintó el hombre rupestre, ó bien, todo lo contrario. El hombre rupestre era
uno que le decían “El Machote”, que venía de por ahí, de por esa parte de por la Puebla
de Chapultepec con una motoguzi a vender pastillas de jabón de olor y impedibles,
gafetes, corchetes, persillas y de todo eso. Y cremalleras creo que también. Y también
quiso beber en las Fuentes del Nilo, porque cuya agua, como es bien sabido, es muy
buena para reductar, por su alto contenido en gaseosa “Aguilar” y en sal de fruta “Eno”,
que yo ya no sé si sería de Pravia, o de mi tío Miguel, que vive ahora en Guanajuato.
Considerando que bic naranja escribe fino y bic cristal escribe normal, también
discutían respecto a que hay un volcán. Porque dicen que por allí, en la Era Cuaternaria,
más conocida como “MS-DOS 5.1” (y además José era cojo), mucho antes de hacer el
pantano y la casa de Franco, se criaban muchos terremotos, y arroz con cunill (conejo
ampurdanés), y salía mucha pirita y piedra molasa, cuyo origen volcánico es
indiscutible en la trajicomedia de Calisto y Melibea, por ser la piedra pómez, que ya era
usada por las mujeres primitivas para rebajarse las cayosidades del óvulo, toda vez que
los hombres primitivos hacían lo propio con los ojopollos que salen en la punta el gajo,
órgano éste, que los neanderthales, siempre tan cursis ellos, dieron en llamar ‘glande’.

A lo que ella, desdeñosa y cabal, respondióle con actitud displicente:

- ¡Mira que te gusta hacerle putadas al perro!... Luego, si te muerde, te jodes.

Y entonces, al pobre chaval se le empinó la cosa, y le dijo a la tía esa:

- Pero si es que… como no tengo temor de dios… y además tengo amoniaco en la


orina de la enuresis... yo creo que tengo que tener algún trauma de infancia o
algo, porque de pequeño me escupió una salamanquesa y me quedé tontucio…

- Si es que de ver tantos ciclos de cine de Ingmar Bergman y de Brucen Ley, te


has vuelto más gilipollas que si hubieses visto según qué cosas, que yo no sé.

- ¡Julián, saca los libros de Octavio Aceves!

Así pues, ella, careciendo de argumentos frente a tan contundente evidencia, no


tuvo por más que echar mano al sabio refranero español, afirmando lacónicamente:

- Pepito conejo al monte salió. Corre que te corre, desapareció. ¿Ah?...

En otro orden de cosas y aludiendo a la educación postcoital, la famosa


Psicotera-puta y Pedagóloga bonaereña Arantxa Bacana, ya estableció que la estrategia
psicosocial del método Stanislaowskyano consta de las siguientes fases:

Ebro, Duero, Tajo, Guadiana, Miño y Recesvinto ¿O era Vercingetorix?

A lo que ella, haciendo uso de su turno de contra-réplica, le contrarreplicó:

- Pero si yo no lo sé, Antonio… ¿Qué quieres que te diga?... ¿me las invento?...

En tal tesitura, él insistió nuevamente:

- Pero Julián, ¿es que no me sacas los libros de Octavio Aceves, cojones, ya?

Y entonces el chaval (que no era el mismo de antes, sino otro, o puede que más)
se sacó la picha y se puso a mear allí mismo, mientras recitaba esta hermosa rapsodia de
Don Joseph María del Valle-Inclán i Lleida, estructurada en una estrofa, o más, que
ahora mismo no me acuerdo, y como no arranca la cassette, no puedo poner la cinta.

Zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz (esto es ruido blanco)


En vez de rezar, como dios manda:

TE DEUM - (PORCULUM)
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Patrem nostrum omnipotentes, immensae maiestatis:


Echaros al ver alguno.
Venerandum tuum verum et unicum Filium;
Y mandarle razón con el Antonio.

Sanctum quoque Paraclitum Spiritum.


Tu Rex gloriae, Christie.
Menuda pelúa10 está cayendo esta noche.

Tu Patris sempiternus es Filius.


Tu ad liberandum suscepturus hominem…
¿Es que te crees que mi culo es una hucha?11

*** Pausa publicitaria: “Señora: fije su peinado con laca Pulla”. ***

Y entonces ella preguntó al respecto, hondamente preocupada y envilecida:

- ¿Te gusta el sueter beige que me he comprado en Galerías Laffollette?


- Sí, pero ya sabes que a ese género luego le salen bolas…
- Y parece que te tira un poco de la sisa... ¿tiene para sacarle del dobladillo?...
- Pues que sepas que con esos pantalones de cuero que llevas tan prietos, se te meten
las costuras tres dedos por la raja del bollo, que parece que vas envasada al vacío.

Y ahora, en la página siguiente, me complazgo en presentar un emotivo poema


de la famosa escritora Noruega de ascendencia semení, Noemí Soginia, muy codiciada
por su gran obra con la que optó al premio Públicher (concedido por el Excmo. Ayto.
de Zoolí), quedando finalista en la Bienal de Massamagrell, con dicha novela, titulada:

“Un Perro llamado Tubas”


POEMA TITULADO: “¡Sofía mata un pollo!”
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Marzo ventoso y abril lluvioso,


el Señor es compasivo y misericordioso.

Martín no tiene pilila5


y tiritan los astros a lo lejos.
Se la pondremos de goma
para que pueda mear.

Me gusta cuando callas


porque estás como ausente,
Y como la noche está estrellada y no me ves,
aprovecho pa tirarme una mascletá de peos,
que sacan a mayo florido y hermoso,
que apareció la petaca.

Y a todo esto compareció por el teatro nada más y nada menos que el actual rey
presidente de los EU. EU. de Norteamérica del Sur, que es Fidel Pérez Prado, más
conocido en nuestra provincia por Jacinto Picapuertas Bernabél, y dramaturgo:

- ¡Vaya unas horas de venir a ensayar! -Dijo Ginés el de la Platea-

- Es que vengo de ver una corrida de rejones en la monumental de Arkansas, de la


mano de los diestros Angel Peralta, Barbra Streissand, y Juan Tamariz. Con reses
de la ganadería de Vittorio y Luchino. Radiada en diferido por Julio Carabias.

- Pues yo, por esas mismas perras, he ido a Barcelona a ver un macro-concierto de
Pinflöit en el Santiago Calderón, amenizado por el negro de Boney-M y llevando
de telonero a Jesucristo Super Estár. Las entradas me las sacó mi tio Paco las
otras tardes en venta anticipada, de balde, y me las mandó con los taxistas.

Y entonces, el alcalde pedáneo de Londres, replicó con la típica sorna anglosajona:

- ¡Vengo con un disgusto muy grande en los pies! Resulta, de que he ido a comprar
Vim Clorex Verde, y no he podído encontrar unas botas de mi número.
¡Y vamos a ver qué coño hago yo ahora!…

Ella entonces, adoptando una perspectiva hasta cierto punto condescendiente con
nuestro atribulado protagonista, se sacó una tetica de monja, y le sugerió:

- ¿Has preguntado en casa del de la Polla?

Y ya, para finalizar, estando en las fechas que estamos, lo haremos con este
precioso y entrañable villancico, de la cofradía del Santo Sepúlcro, que lo cantaba en
viernes santo un coro celestial de la escolanía de voces blancas, coodirigido por un niño
empollón repelente, acusica, cobarde, sabihondo, enciclopédico, ciclópeo (gordo) y
gafóticas, de nombre Oleaginosito Fernández:
En el portal de Belén
Estaba Pedro Fulgencio
Y le dijo San José
¡Coño qué tío tan necio!

Leche, cacao, avellanas, de azúcar:


Chocolate con leche Nestlé Extrafino,
un gran vaso de leche en cada ladrillo.
Tapaos la boca al salir
que hace mucho frío ahí fuera.

La virgen se está peinando, tendenciosa,


y tendiendo en el romero, que dice así:
¿Serán naranjas?, ¿serán limones?

Ni son naranjas, ni son limones,


que son la punta, de mis cojones.

Habrá podido inducir el lector, con mucho acierto además, que este villancico es de mentirijillas porque…

¡Yo soy mejicano!


Glosario de Términos

(1)
Zurriaga: también llamada ‘Zurriago’: Suerte de flagelo rústico que se elabora
en las comarcas. Utilizado principalmente para atizar al ganado ó vino ó caprino.
(2)
Tapabocas: bufanda rústica, aplicada a la profilaxis del microbio atmosférico.
(3)
Katewskas: Katiuscas: especie de botas de agua, que son de goma vulcanilasa.
(4)
‘Mal Tieso’: Nombre con que era conocida la enfermedad del Tétanos en los
ámbitos rústicos. No confundir con el “priapismus pertinax”.
(5)
Cuca, Pilila, Endergue, etc.: Pene reproductor masculino, rústico.
(6)
Erupción escrotal eritematosa, causada generalmente por una deficiente higiene
íntima en Mataró, o por limpiarse el ojete al revés, después de hacer la cagación.
(7)
Amolar: ‘Afilar la púa’. Expresión rural alegórica al coito intersexual humano.
(8)
Carretilla elevadora a motor. Vagina femenina, todavía en buen uso.
(9)
Sin gas. (Esta expresión no sé si es rústica, urbana, o puede que ambas).
(10)
El hada nocturna: Temperaturas bajo cero. Suele hacer mucho frío entonces.
(11)
Esta frase se le atribuye a un maricón que, tras haber pedido una salchicha en la
charcutería, y habiendo preguntado el dependiente si la quería en rodajas,
respondió tal cual se expresa en la referida oración.

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