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LA SEPARACIÓN

Te llevaste las chapas y me dejaste la membrana

Cargaste el diván, más dimitiste de las chinelas afelpadas

No es lo mismo depilarse sin el cielorraso ni las persianas

Te quedaste con la palita del asador, mi bolsita de alcanfor

y la musculosa bolivariana

Y encima a mi llave prusiana se la quedó tu hermana

Huiste dejándome de a pie

Llenaste a tope el gnc del 3cv


Y aceleraste sin decirme el por qué
Desde aquel día él andó por Santa Fe
Yo andé por Colastiné
Y los dos andamios sin cruzarnos ni una sola vez

Encima el tiempo.

un fin de semana lluvioso para hacer torta fritas

si me hubieses dejado una sartén, o medio kilo de harina.

Quedé mirando la marca que dejó la heladera en la pared

Junto al frasquito del padre Ignacio y su agua bendita

A pesar de ello, siento un fresco que me recorre.

Soy una hoja de lechuga orgánica,

una Paty viena tremulante fuera de su envoltorio térmico.

Intento saltar a los brazos de Morfeo, pero se corre.

Entonces caigo de espaldas sobre el porcelanato de los insomnes

y sigo a merced del fresco que me atraviesa hasta el contrapiso.

¿Qué será ese fresco?


¿Será queso fresco?

¿Será el queso del amor?

¿El gruyere del placer?

¿El cuartirolo del cafiolo?

¿El descremado del asolado?

Como no sé de que se trata,

rezo por todos los quesos.

Rezo y rezo y rezo solicitando haya paz para los quesos del mundo

Y para que nos hermanemos todos juntos, así a lo bruto.

Pero como siempre y como todo,

esto también pareciera ser demasiado.

Mejor pedir entonces sólo que el queso ya venga rezado,

rallado, con largo plazo en su fecha de vencimento y listo.

Respiro. Inhalo, exhalo y embalo.

Me siento rara,

tengo la sensación de estar viviendo dentro

de una cantimplora de un boy scout con herpes.

En la cocina nada he hallado,

Sólo un pedazo negro y grasiento de osobuco maltratado.

La cama y el colchón te llevaste

El horno, la bacha y mi cuchillo para carneadas


El botiquín, la escalera, los peldaños y la frazada.

Las puertas, la freidora eléctrica, mi buclera y el apoya pava.

Y yo aquí, sin mi llave prusiana, pues se la quedó tu hermana.


No sé si sabías, pero cuando te fuiste,

puse una cadena de boutiques… de costa a costa.

Desde Colonia Sacramento a Comuna la Brava


Pero me quemé todo en los burros y noches de karaoke en el roda.
Asi que tuve que salir a hacerme la bataclana
Anduve por las noches más negras en pedo y en llamas
Viviendo de mi cuerpo…

Después no sé qué fue de mi


Me volví adicta a la bachata y a la damajuana
Buscando excusas para olvidarte
Quise suicidarme comiendo huevos duros y empanadas.
Tuve pesadillas horribles.

Soñaba que almorzaba con Mirtha frente a la cama de Mateyco.

Y cuando un ñoqui caía sobre su acolchado verde esfumado

En esa divina cama de cerezo nacarada, él me abrazaba.

En ese momento todo se veía negro

Y comenzaba a presentir tu fantasma por la casa.

Me despertaba sobresaltada por las pesadillas

y por el ruido a mimoseo de cucarachas bajo la mesada

Sabés como me estimulan los insectos. Me pongo más loca todavía.

y me manoseo con la foto de tus abuelos en Catamarca

Me siento la reina zonal de las descontroladas


Me vuelvo bulímica y cago solo una vez por semana
un tronco así de grande que parece un cura muerto en el inodoro pescadas.

Adelgazo, le clavo un cuchillo a un mimo en plaza Francia


Trabajo de cajera en Coto, pinto mandalas descalza
y me pego un viaje quemando virulana.
Después hago reiki mientras le entro a una ferroquina bisleri entera
y así, en ese trance voy a misa a cantar Hosana

No sé cuándo ni cómo mierda volví a casa,

A darle un poco de whiskas a mi gata Solaida

¿Qué haremos con las palanganas?

A mí me gusta la grande, pero está abollada.

Que haremos con las petunias y las portulacas…

y la bacana de tu hermana que se llevó mi llave prusiana.

No tengo dinero, solo este fresco que me recorre.

entre la piel, las cavidades vasculares, las trabéculas, el periostio y algún hueso.

Queso fresco para los ñoquis de Mateyco

ti ti ti pi pi pi
Un ventrílocuo de la bocina de tu motomel
repite la misma broma todas las tardes,

simulando aquel sonido frente a mi ventana

tititi pipipi
basta!! Mi cabeza no puede más
¡Subo de peso en la báscula!

Necesito preguntarte cuanto debí haberte querido

para que pasar esas pegajosas siestas ronquerosas de enero

hubiesen sido suficiente para quererme ahora lo estándar

Y mantenernos a flote,

insignificantemente enamorados sudando la camiseta

agarraditos de la mano como rengo a la muleta.


No pido más que eso, porque creo en la estabilidad

y la devolución de impuestos a través de obras públicas.

Pero ya es tarde

Me dejaste sólo para irte a una manifestación para liberar al Tíbet

con ese trolazo marihuanero que tiene apellido de perfume importado.

Pero, digo yo, ¿desde cuándo te empezaron a importar esos pelados?

Ahora estás defendiendo ballenas

¡Y qué hay de nuestras ajenas vaquitas argentinas!

Claro, como son muchas y son medio pelotudas, que revienten.

Nunca te importaron nada,

Como nunca te importó una epidemia en África.

A mi tampoco me importa la verdad

qué mierda me va a importar

Total hay tanto negro amontonado.

Nada callo, todo lo saco de adentro.

Prendo un sahumerio y me siento nueva,

menstruada, espléndida, vomitada.

Como si tuviese parientes en Canadá.

Escuchás ese toc toc toc


es la vocación que me llama, voy a vender avón
Me haré mormona, peronista y paraguaya
Seré otra, nueva, bipolar, radiante con postigo y bisagra
Voy a sacar el machimbre con mis propias manos
y pondré durlok traído de Eslovaquia
Piso flotante, canilla monocomando y rejas galvanizadas
Tocaré panderetas, me compraré una espátula
saldré con Macri padre y quedaré preñada cantando bagualas
Pero antes quiero que lo sepas
Ya me olvidé de vos y de tus chanchadas
De tus partes pudendas y de tu ascendencia napolitana
Aunque a veces te extraño
Porque sin vos siento que soy nada…
Un capítulo cerrado en la best seller de mi almohada
Un mosquito de esos que gritan Raid y explotan
un anónimo sorete de larva aplastada

Pero no me voy a morir, porque todo sana sana culito de rana

Ni lo sueñes, No, no, no

Escúchame bien porque no me voy a morir ni a donar

Ni siquiera uno solo de estos órganos sobre los que te frotaste

Noches enteras de lujuria haciéndome soplar la diana


No me voy a morir
Sin saber que carajos hará la frígida de tu hermana

Con mi llave prusiana.

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