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El documento describe el diagnóstico y tratamiento de la costocondritis. El diagnóstico implica un examen físico para identificar áreas sensibles o hinchadas en el esternón y pruebas para descartar otras enfermedades. El tratamiento se centra en el alivio del dolor a través de medicamentos antiinflamatorios, tranquilizantes, antidepresivos o anticonvulsivos, así como terapias de estiramiento, estimulación nerviosa o inyecciones directas en la articulación dolorida.
El documento describe el diagnóstico y tratamiento de la costocondritis. El diagnóstico implica un examen físico para identificar áreas sensibles o hinchadas en el esternón y pruebas para descartar otras enfermedades. El tratamiento se centra en el alivio del dolor a través de medicamentos antiinflamatorios, tranquilizantes, antidepresivos o anticonvulsivos, así como terapias de estiramiento, estimulación nerviosa o inyecciones directas en la articulación dolorida.
El documento describe el diagnóstico y tratamiento de la costocondritis. El diagnóstico implica un examen físico para identificar áreas sensibles o hinchadas en el esternón y pruebas para descartar otras enfermedades. El tratamiento se centra en el alivio del dolor a través de medicamentos antiinflamatorios, tranquilizantes, antidepresivos o anticonvulsivos, así como terapias de estiramiento, estimulación nerviosa o inyecciones directas en la articulación dolorida.
Durante la exploración física, el médico revisará el esternón en
busca de zonas con sensibilidad o hinchazón. El médico también puede moverte la caja torácica o los brazos de determinada manera para intentar desencadenar tus síntomas.
El dolor de la costocondritis puede ser muy similar al dolor
asociado con enfermedades cardíacas, enfermedades pulmonares, problemas gastrointestinales y artrosis. Si bien no existe un análisis de laboratorio o una prueba por imágenes para confirmar un diagnóstico de costocondritis, el médico puede ordenar ciertas pruebas, como un electrocardiograma, una radiografía, una tomografía computarizada o una resonancia magnética para descartar otras enfermedades.
Tratamiento
La costocondritis suele desaparecer por sí sola, aunque es posible
que dure varias semanas o más. El tratamiento se centra en el alivio del dolor.
Medicamentos
El médico podría recomendarte lo siguiente:
Medicamentos antiinflamatorios no esteroides. Si bien ciertos
medicamentos, como el ibuprofeno (Motrin IB) o el naproxeno sódico (Aleve), son de venta libre, el médico podría recetarte variantes más fuertes de estos medicamentos antiinflamatorios no esteroides. Los efectos secundarios pueden comprender daños al revestimiento del estómago y los riñones. Tranquilizantes. Si el dolor es intenso, el médico podría recetarte medicamentos que contengan codeína, como hidrocodona/paracetamol (Vicodin, Norco) u oxicodona/paracetamol (Tylox, Roxicet, Percocet). Los tranquilizantes pueden generar dependencia.
Antidepresivos. Los antidepresivos tricíclicos, como la
amitriptilina, a menudo se utilizan para controlar el dolor crónico (en especial, si este te impide dormir durante la noche).
Medicamentos anticonvulsivos. El medicamento para la epilepsia
gabapentina (Neurontin) también ha sido exitoso en el control del dolor crónico.
Terapia
Los tratamientos de fisioterapia pueden comprender los
siguientes:
Ejercicios de estiramiento. Los ejercicios suaves de estiramiento
de los músculos del pecho pueden ser útiles.
Estimulación nerviosa. En un procedimiento llamado «estimulación
nerviosa eléctrica transcutánea», un dispositivo envía una corriente eléctrica débil a través de parches adhesivos sobre la piel cerca de la zona de dolor. La corriente puede interrumpir o enmascarar las señales del dolor, lo que les impide llegar al cerebro.
Cirugías y otros procedimientos
Si las medidas conservadoras no funcionan, el médico podría
sugerirte inyectar un anestésico y un corticoesteroide directamente en la articulación con dolor.