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Argumento basado en la creación.

SOLANO
La razón nos dice que el universo debe de haber tenido un comienzo. Todo
efecto debe de tener una causa adecuada. El universo es un efecto y por lo
tanto debe tener una causa. Consideremos el tamaño del universo.

Causa Efecto
La
Dios
creación

Según Jorge W. Grey: "El universo según lo imaginamos o concebimos, es un


sistema de miles de millones de nebulosas. Cada nebulosa o constelación está
formada de miles de millones de estrellas. Hacia el borde de una de estas
nebulosas - la Vía Láctea -hay un astro de tamaño mediano y temperatura
moderada, que se está poniendo amarillo de vejez, nuestro sol." ¡Y pensar que
el volumen del sol es más de un millón de veces mayor que el de nuestra
pequeña tierra!

El mismo escritor continúa diciendo: "El sol avanza vertiginosamente hacia uno
de los bordes de la Vía Láctea a un promedio de unos 20 kilómetros por
segundo, seguido en su órbita por la tierra y todos los demás planetas, y al
mismo tiempo todo el sistema solar se desplaza en un arco gigantesco a la
velocidad de más de trescientos kilómetros por segundo, en circunstancias que
la nebulosa misma gira cual si fuera un colosal molinete estelar...

En el observatorio de la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos de


América, el autor vio una fotografía que abarca la Imagen de más de 200 vías
lácteas, todas ellas tomadas en una placa de unos 35 a 45 centímetros. Se
calcula que el número de nebulosas que componen el universo alcanza a
quinientos billones."

Consideremos a nuestro pequeño planeta pletórico de seres vivientes, la


existencia misma del cual apela una inteligencia superior y designio.
Naturalmente surge la pregunta de ¿cómo se originó todo? La pregunta es
normal, lógica, pues nuestra mente está formada de tal manera que a todo
efecto atribuye una causa. Llegamos a la conclusión luego de que el universo
debe de haber tenido una Causa primera o Creador. "En el principio creó Dios
los cielos y la tierra." Génesis 1:1.

Este argumento es presentado en forma sencilla en el incidente siguiente:

Quien fue primero?

El Huevo

Aquel que creo el


primer huego o la
primera gallina,
es el que creo el
mundo.

La
Gallina
Su existencia negada PABLO
El ateísmo consiste en la negación absoluta de la existencia de Dios. Algunos
ponen en tela de juicio el que haya ateos verdaderos, más si los hay, no se
puede demostrar que busquen sinceramente a Dios, o que sean lógicamente
consecuentes. Puesto que los ateos se oponen a las convicciones más
profundas y fundamentales de la raza, la responsabilidad de probar lo que
sostienen descansa en ellos. No pueden con sinceridad y lógica afirmar que
son ateos, a menos que puedan establecer que Dios no existe. Ahora bien, es
innegable que las pruebas a favor de la existencia de Dios superan en mucho
la evidencia en contra. A este respecto escribe el señor D. S. Clarke:
Una prueba pequeña puede demostrar que hay un Dios, mientras que ninguna
cantidad de pruebas que el hombre pueda presentar demostrará Jamás que no
hay Dios.

La huella de la pata de un pájaro en una roca demostrará que en alguna época


un pájaro había llegado hasta la costa atlántica. Empero antes de que alguien
afirme que jamás existieron pájaros en dicha costa, debe conocer primero la
historia toda de la región desde la fecha que los seres vivientes comenzaron a
poblar el globo.

Una evidencia pequeña puede demostrar que Dios existe, pero antes de que el
hombre afirme que no hay Dios, debe analizar toda la Materia en el universo,
debe estudiar todas las fuerzas, ya sean mecánicas, eléctricas, vitales,
mentales y espirituales, debe conversar con todos los espíritus y entenderlos a
la perfección; debe hallarse en todos los lugares del espacio a cada momento,
no sea que Dios en algún lugar o de alguna manera lo eluda. Debe de ser
omnipotente, omnipresente y eterno, en realidad, él mismo debe ser Dios,
antes de que pueda afirmar dogmáticamente que no hay Dios.

¡Aunque parezca extraño, solo Dios, cuya existencia niega el ateo,


podría tener la capacidad de demostrar que no hay Dios!

Además, la simple posibilidad de que exista un Soberano moral inviste al


hombre de una gran responsabilidad, y la conclusión atea no debiera aceptarse
hasta que la falta de existencia de Dios haya sido demostrada fuera de toda
duda.

La inconsecuencia de la postura atea se observa por el hecho de que muchos


ateos, al encontrarse en peligro o dificultades, han orado. El huracán de la vida
ha asolado el refugio de sus teorías, y dejado a la intemperie los cimientos de
su alma, y han procedido como seres humanos. Decimos “humanos” porque
aquél que niega la existencia de Dios frustra y sofoca los instintos más
profundos y nobles del alma. Blas Pascal, el famoso filósofo, teólogo y
Matemático francés dijo: “El ateísmo es una enfermedad.”
Cuando el hombre pierde su fe en Dios, ello no se debe a ningún argumento
(no importa con cuánta lógica exprese su negación) sino a “un quebranto
interno, traición o descuido, o de lo contrario algún ácido destilado en el alma
ha disuelto la perla de gran precio.”

El ateísmo es un crimen contra la sociedad, pues destruye el único


fundamento adecuado de la moral y la justicia: un Dios personal que hace
responsable al hombre por el cumplimiento de sus leyes. Si no hay Dios, no
hay tampoco ley divina, y por ende toda la ley es del hombre. Mas ¿por qué
tiene uno que vivir una vida recta simplemente porque un hombre, o un grupo
de hombres lo diga? Quizá haya personas animadas de elevados principios
que serán justos y procederán con rectitud, sin creer en Dios, pero para la
mayoría de los seres humanos, una sola cosa justifica el proceder con rectitud:
“Así ha dicho Jehová,” el Juez de los vivos y de los muertos, el poderoso
Gobernante de nuestro eterno destino. El remover ese fundamento equivale a
destruir los cimientos o bases de la sociedad humana.

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