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EL CONTROL PREVIO DE ADMISIBILIDAD DE LA DEMANDA EN LOS JUICIOS DE FILIACION - Hernán Corral Talc
EL CONTROL PREVIO DE ADMISIBILIDAD DE LA DEMANDA EN LOS JUICIOS DE FILIACION - Hernán Corral Talc
JUICIOS DE FILIACION
I. CUESTIONES GENERALES
Así, puede mencionarse el Código Civil italiano que establece que la acción para la
declaración judicial de la paternidad o maternidad no matrimonial únicamente será
admitida cuando concurran específicas circunstancias que la hagan aparecer
justificada (art. 274).
Por su parte, el Código Civil español, reformado en 1981, establece como presupuesto
necesario para la procedibilidad de la demanda que se presente con el escrito "un
principio de prueba de los hechos en que se funde" (art. 127).
Tanto el Derecho extranjero que hemos referido, como la tradición jurídica chilena en
la materia, influyeron a la hora de establecer la forma en que se articularían los juicios
de filiación en la reforma a que dio lugar la reciente ley de filiación. 4.La recepción del
control previo en la ley Nº 19.585 de 1998, Ley de Filiación
Desde los inicios de la tramitación de la reforma se hizo ver que era necesario conciliar
el principio de la libertad de acceso a la investigación de la filiación con la armonía y la
estabilidad de las familias, por medio de un procedimiento de control previo de
procedencia de las acciones de filiación, que impidiera la presentación de demandas
infundadas o extorsivas.
El Mensaje del Proyecto que presentara el entonces Presidente de la República don
Patricio Aylwin Azócar, con sus entonces Ministros de Justicia, don Francisco
Cumplido, y del Servicio Nacional de la Mujer, doña María Soledad Alvear, exponía el
problema en términos precisos:
"El desafío que la libre investigación de la paternidad ofrece, por regla general, es
lograr equilibrar dos criterios fundamentales que suelen aparecer como contradictorios.
A saber, el derecho a la búsqueda de la verdad por una parte y por otra, la
preservación de la paz y la armonía familiar que, por cierto, podría verse violentada
como consecuencia de procesos en que se formulen falsas imputaciones de
paternidad. El proyecto visualiza ese peligro y recoge al respecto la idea de un control
preliminar de viabilidad de la demanda, similar al que consagra el derecho español.
Este control de viabilidad constituye otro de los grandes principios que acoge la
presente propuesta. Se trata de exigir un fundamento razonable a la demanda, en el
sentido que el juez no admitirá aquella en que se ejerce una acción de filiación, si con
ella no se presenta un principio de prueba en que se funda".
De esta forma el Proyecto del Ejecutivo, proponía, siguiendo al Código Civil español,
que se estableciera que "El juez no admitirá la demanda si con ella no se presenta una
prueba que haga plausible los hechos en que se funda" (art. 195).
como requisito para entablar la demanda, por existir temor de que los jueces fueran
muy exigentes al momento de admitirla a tramitación". Además se pensó que era más
adecuado hablar de dar curso a la demanda, más que de admisibilidad que podría
confundirse con la aceptación de fondo de la acción: "Se indicó, además, que la
admisión de la demanda se hace en la sentencia. Aquí en cambio lo que se hace es
darle curso, admitirla a tramitación".
El proyecto aprobado por el Senado estableció entonces que "El juez sólo dará curso
a la demanda si con ella se presentan antecedentes suficientes que hagan plausibles
los hechos en que se funda. Cuando no le dé curso por este motivo, ordenará notificar
su resolución de oficio y por receptor de turno a la persona contra quien se intentó la
acción" (art. 196).
Como se ve, fue indiscutido durante todo el proceso de la reforma que era necesario
moderar el principio de la libre investigación de la paternidad o maternidad por medio
del expediente de establecer un control previo de procesabilidad de la demanda en
todos los juicios de filiación. Lo único discutido fue cuál debía ser la materia sobre la
que habría de versar el examen previo. Mientras al comienzo se exigía una prueba
formal de filiación, las Cámaras se avinieron a rebajar esa exigencia para evitar que se
diera lugar a un juicio anticipatorio. Se exigen entonces antecedentes que otorguen
plausibilidad a la demanda, sean o no propiamente medios de prueba de los hechos
que la sustentan.
Este control previo debe considerarse uno de los ejes fundamentales de la reforma de
la ley Nº 19.585. Es una de las formas en las que el legislador entiende que la nueva
ley cumple con el imperativo constitucional de conceder protección a la familia
regularmente constituida (art. 1º de la Constitución Política). En este sentido, pueden
citarse las claras palabras de la entonces Ministra del Sernam, doña Josefina Bilbao,
en el Senado: "Un tratamiento adecuado del principio [de libre investigación de la
paternidad o maternidad], sin embargo, obliga a tomar los resguardos necesarios para
evitar acciones temerarias o falsas imputaciones de paternidad o maternidad que
pudieren lesionar la paz y la armonía familiar de otros hogares. Previendo este peligro
y tratando de compatibilizar ambos intereses -búsqueda de la verdad y preservación
de la armonía familiar- la iniciativa establece un mecanismo de control de viabilidad de
la demanda, el que consiste en que el juez podrá dar curso a la tramitación de una
demanda de reclamación de estado civil en la medida en que se presenten
antecedentes suficientes que hagan plausibles los hechos en que se funda"
(Intervención el Senado, sesión 24ª 14 de enero de 1997, Diario de Sesiones, p.
2756).
II. OBJETO DE CONTROL PREVIO DE ADMISIBILIDAD
El art. 196 nuevo del Código Civil establece en su inciso primero que "El juez sólo dará
curso a la demanda si con ella se presentan antecedentes suficientes que hagan
plausibles los hechos en que se funda".
A contrario sensu, la norma del art. 196 establece que el juez no debe dar curso a la
demanda si no se presentan los antecedentes que ella requiere.
El inciso segundo se pone en este segundo evento, al ordenar que el juez "Cuando no
le dé curso por este motivo, ordenará notificar su resolución de oficio y por receptor de
turno a la persona contra quien se intentó la acción".
a) Antecedentes
c) Plausibilidad
El meollo de la norma está constituido por la frase "que hagan plausibles los hechos
en que se funda" (art. 196 del Codigo Civil).
Los antecedentes deben ser elementos suficientes para otorgar plausibilidad a los
hechos que sirven de sustento a la demanda.
Los hechos serán lógicamente los que sirven de sustento a la pretensión principal de
la demanda (a los que se refiere el art. 254 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil).
En un juicio de reclamación de la filiación se referirán a la existencia de relaciones
sexuales entre el supuesto padre o madre y el otro progenitor y la descendencia de
dichas relaciones del demandante. En un juicio de impugnación, en cambio, el hecho
fundamental será la inexistencia del vínculo de descendencia entre el supuesto padre
o madre y la persona que pasa por hijo suyo.
Plausible viene del vocablo latín plausibilis que significa "digno de aplauso". Ha venido
a significar con el correr del tiempo la calidad de atendible, verosímil, probable. El
Diccionario de la Real Academia lo define como "atendible, admisible, recomendable".
La expresión no es extraña a nuestro Código Civil. El art. 327 dispone que el juez
puede otorgar alimentos provisorios desde que se le ofrezca "fundamento plausible".
Nuestra doctrina ha señalado al respecto que "Esta orden de la ley al juez consiste en
la existencia de antecedentes que permitan llevar al ánimo del magistrado al concepto
de que podrá prosperar la demanda principal" (Fernando Fueyo, Derecho de Familia,
Universo, Santiago, 1959, vol. III, Nº 1083, p. 582), que se exige "que haya
fundamento atendible o admisible que justifique prima facie la acción entablada y su
procedencia y justicia" (Luis Claro Solar, Explicaciones de Derecho Civil chileno y
comparado, Editorial Jurídica de Chile, reimp. Bogotá, 1992, t. III, Nº 1842, p. 478) o
que la demanda "para ser acogida necesita tener fundamento plausible, o sea, debe
estar justificada por antecedentes que lleven al juez a la convicción de que puede
alcanzar buen éxito la demanda principal" (Antonio Vodanovic, Derecho de Alimentos,
Conosur, 3ª edic., Santiago, 1994, Nº 61,p.43).
Esta interpretación ya consolidada para el vocablo "plausible" del artículo 327 debe ser
la misma que cabe aplicar a esa voz ahora utilizada por el nuevo art. 196 del Código
Civil, en atención al elemento lógico de interpretación manifestado en el art. 22 del
mismo Código.
d) Existencia propia
Nos parece conveniente mencionar este requisito por cuanto hay quien ha creído
entender que en el art. 196 del Código Civil sólo se exige que el escrito de demanda
esté redactado en términos tales que permitan atribuirle seriedad a la acción deducida.
No se requeriría acompañar pruebas ni antecedentes escritos separados del libelo de
la demanda: "En esta etapa procesal sólo se verifica la seriedad de la misma. Se
examina sólo si la demanda tiene fundamento razonable" (Paulina Veloso en AAVV., El
nuevo estatuto filiativo y las modificaciones al Derecho Sucesorio, a la luz de las
normas y principios de la ley Nº 19.585 , Servicio Nacional de la Mujer, Santiago, 1999,
p. 71).
Opinamos que tal interpretación choca, tanto con el texto de la norma como con su
intención o espíritu claramente manifestado en los precedentes de Derecho
comparado, de nuestra propia tradición jurídica y de la historia fidedigna del
establecimiento de la ley. En este planteamiento se confunde lo que son los
fundamentos de hecho y de derecho que se exigen a toda demanda, de acuerdo con
el art. 254 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil, con una exigencia adicional y
especial que formula, para los juicios de filiación y en atención a su especialísima
naturaleza, el art. 196 del Código Civil. Si sólo se pretendiera que el juez examinara
que la demanda esté fundada y sea inteligible y seria como escrito judicial, la norma
del art. 196 estaría de más, ya que bastarían las disposiciones generales del juicio
ordinario para no otorgarle curso o hacer procedente una excepción dilatoria en su
contra.
Por otra parte, se entiende fácilmente que una interpretación como la que impugnamos
desnaturaliza por completo la función de la norma y el propósito explícito del legislador
de atender a la protección de la armonía y la estabilidad de la familia. Es
prácticamente imposible evitar la presentación de demandas extorsivas o sin
fundamento ninguno, sólo por el examen de la redacción del escrito de demanda. Es
conocido el dicho popular de que "el papel aguanta todo".
La historia del establecimiento de la ley no hace sino reafirmar que en todo momento
los legisladores pensaban en antecedentes extrínsecos y distinguibles del escrito de
demanda. Por eso la Comisión de Constitución del Senado puede decir en su 2º
Informe que era "bastante exigir plausibilidad de los hechos, que fluya de los
antecedentes que se acompañan a la demanda, toda vez que un requerimiento
superior significaría anticipar el período de prueba del juicio, e incluso perjudicar al
propio demandado" (2º Informe citado, p.1820. El subrayado es nuestro). Finalmente,
el texto al hablar de antecedentes que se presentan "con" la demanda ("con ella") y no
"en" la demanda, indica claramente que se trata de elementos diferentes y
distinguibles del escrito judicial en el que se plantea el libelo.
Es esta la interpretación absolutamente predominante en todos los comentaristas de la
ley 19.585. Así, Raúl Alvarez (La filiación y otras reformas al Código Civil. Ley Nº
19.585 , Santiago, s. f., p. 77) sostiene que el art. 196 no requiere "que se acompañen
antecedentes que supongan prueba completa ni un principio de prueba, sino
antecedentes suficientes de plausibilidad". René Ramos ("De las acciones filiación" en
AA.VV., Modificaciones al Código Civil en materia de filiación y sucesión por causa de
muerte, U. de Concepción, Santiago, 1999, pp. 47-48) y César Parada ("Nuevas
Normas de Filiación" en AA.VV., Ley 19.585. Nuevo estatuto de filiación, Folleto
editado por el Colegio de Abogados, Santiago, 1999, pp.u 26-27), piensan que podrían
acompañarse cartas que contengan algún grado de reconocimiento, o la exhibición de
un mandato dado al hijo para cumplir un encargo confidencial. Se pronuncia
perentoriamente en este sentido Luis Bustamante ("Las acciones de estado: principios
comunes y acciones de reclamación de filiación no matrimonial en el Código Civil
reformado", en AA.VV., El nuevo estatuto de filiación en el Código Civil chileno,
Facultad de Derecho U. de Chile, Santiago, 1999, pp. 229-233), quien sostiene,
siguiendo al español De la Cámara Alvarez, que "si la parte actora no está en
condiciones de aportar, en el caso de reclamación de filiación no matrimonial, ni
siquiera un principio de prueba relativo a la existencia de relaciones sexuales entre la
madre y el pretendido padre, la demanda no podrá ser admitida a trámite" (p. 233).
El art. 196 del Código Civil establece un deber para el juez que recibe la demanda de
verificar de oficio si con ella se presentan los antecedentes suficientes que den
plausibilidad a los hechos invocados por el demandante. En este aspecto, el proceso
de filiación presenta una cierta semejanza con el juicio ejecutivo en el que el juez debe
verificar por su propia cuenta si se cumplen los requisitos de procedencia de la acción
ejecutiva (art. 441 del Código de Procedimiento Civil).
Esta fase es anterior a la notificación del demandado, por lo que en principio éste no
debe intervenir. Si lo hace, debiera aplicarse el mismo criterio que establece el art. 441
del Código de Procedimiento Civil para el juicio ejecutivo: "las gestiones que en tal
caso haga el demandado no embarazarán en manera alguna el procedimiento., y sólo
podrán ser estimadas por el tribunal como datos ilustrativos para apreciar la
procedencia o improcedencia de la acción".
Podría argüirse en contra que la aplicación analógica debe excluirse sobre la base de
la diferencia sustancial que existe entre el procedimiento ejecutivo y el procedimiento
ordinario de carácter declarativo, de modo que el demandado podría intervenir (por
ejemplo, mediante un incidente de nulidad de todo lo obrado) en el proceso de
calificación previa de los antecedentes que apoyan la presentación de la demanda.
Pero no vemos con qué título podría el futuro demandado obrar en esta gestión, si
todavía no hay juicio ni emplazamiento que le atribuya derechos en el proceso (a
menos, claro está, que se le considere notificado tácitamente de la demanda por el
hecho de concurrir en la gestión impugnando la presentación de antecedentes).
3. Recursos
Aparte del recurso de reposición que procederá de acuerdo con las reglas generales,
debe examinarse la posible apelación de la resolución que se pronuncia sobre el
examen de admisibilidad.
Debemos distinguir si se trata de la resolución que adopta de oficio el juez, antes del
emplazamiento del demandado, o de la que falla el incidente suscitado por la
interposición de la excepción dilatoria por parte del demandado. La resolución
adoptada de oficio que rechaza dar curso a la demanda por falta de antecedentes
suficientes que hagan plausible los hechos en los que se funda, debe considerarse
una sentencia interlocutoria puesto que, aunque no existe propiamente un incidente,
resuelve sobre un trámite que debe servir de base para el pronunciamiento de una
sentencia definitiva (cfr. art. 158 del Código de Procedimiento Civil). Debe concederse
la apelación a la Corte respectiva, en consecuencia. Puede aplicarse a manera
analógica el art. 441 inciso final del Código de Procedimiento Civil que establece para
el proceso ejecutivo que en tal caso el tribunal "elevará el proceso al superior, también
sin notificación al demandado".
4. Cosa juzgada
IV. CONCLUSIONES
De este estudio podemos extraer las siguientes conclusiones finales: 1º) El examen
previo de admisibilidad de la demanda en los juicios de filiación es un principio clave
de la reforma de la ley Nº 19.585 que permite al legislador conciliar la libertad de
investigación de la paternidad o maternidad con la necesaria estabilidad, paz y
armonía de los grupos familiares constituidos y evitar la presentación de demandas
abusivas, temerarias o extorsivas.
3º) Junto con la demanda en un juicio de filiación deben presentarse antecedentes que
hagan plausibles los hechos en los que se funda. No es necesario presentar medios
de prueba o principios de medios de prueba, basta la presentación de elementos
inteligibles que permitan juzgar sobre la pertinencia y verosimilitud de la pretensión del
demandado. Debe tratarse de un conjunto de antecedentes, que sean considerados
suficientes, que se refieran a los hechos fundamentales de la demanda de filiación, y
que les otorguen plausibilidad en el sentido de hacerlos atendibles o dignos de fe.
4º) Los antecedentes a que se refiere el art. 196 del Código Civil son autónomos, en el
sentido de que se diferencian de los fundamentos de hecho o de derecho que se
relatan en el escrito del libelo. Debe tratarse de elementos físicamente distintos que se
presentan con o se acompañan o adjuntan a la demanda.
5º) El juez tiene el deber de efectuar de oficio el examen de los antecedentes
aportados y denegar la admisibilidad de la demanda si ellos no se presentan o no son
suficientes. En tal caso, el demandante puede apelar, apelación que se concederá en
el solo efecto devolutivo. La resolución negativa, sin embargo, no produce cosa
juzgada contra el demandante el que podrá reproponerla con otros antecedentes. 6º)
El demandado puede oponer la excepción dilatoria del art. 303 Nº 4 del Código de
Procedimiento Civil si el juez le ha dado traslado de una demanda sin efectuar el
examen previo de admisibilidad o la ha declarado admisible sobre la base de
antecedentes que no cumplen los requisitos exigidos por el art. 196 del Código Civil.
La sentencia que falle el incidente será apelable en el sólo efecto devolutivo.