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Lector 1:
—Como en el Libro está escrito de mí—
para cumplir tu voluntad, Dios mío,
deseo tener tu enseñanza en mis entrañas. R/.
Lector 2:
He proclamado tu salvación
ante la gran Asamblea;
no, no he cerrado los labios;
Señor, tú lo sabes.
Lector 1 y 2:
Gloria al Padre,
y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Todos:
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
R/. Por nosotros, Jesús Eucaristía, tú te hiciste servidor hasta dar la vida en la Cruz.
Momento de silencio para meditar. Se puede también en este momento tener una homilía
—si está un sacerdote o un diácono presentes— o un momento de compartir la reflexión
en torno a la Palabra del Señor.
Lector 1: La Eucaristía “es una escuela de servicio humilde” que “nos enseña a estar
preparados para ser para los demás”, lo que también está “en el centro del discipulado
misionero”. La Eucaristía “cambia los corazones” y “nos permite ser premurosos,
proteger a quien es pobre y vulnerable y ser sensibles al grito de nuestros hermanos y
nuestras hermanas en necesidad”. Jesucristo “está siempre vivo y presente en su Iglesia,
sobre todo en la Eucaristía, el sacramento de su cuerpo y de su sangre”. “La presencia de
Cristo en medio de nosotros no es solo un consuelo, sino también una promesa y una
invitación”.
Lector 2: La Eucaristía “es una promesa de que un día la alegría y la paz eternas nos
pertenecerán en la plenitud de su reino”, pero también es una invitación “a salir, como
misioneros, para llevar el mensaje de ternura del Padre, de su perdón y de su
misericordia a todo hombre, mujer y niño”. En el mundo hay mucha necesidad de este
mensaje y “si pensamos en todos los conflictos, las injusticias, las crisis humanitarias
urgentes que marcan nuestro tiempo nos damos cuenta de lo importante que es para todo
cristiano ser un verdadero discípulo misionero, llevando la buena noticia del amor
redentor de Cristo a un mundo tan necesitado de reconciliación, justicia y paz”.
Preces comunitarias
Por el Papa y los obispos, principales responsables de la evangelización, para que dóciles
a la voluntad del Padre, encarnando a Jesucristo en su vida logren, con los dones del
Espíritu Santo, transformar con el Evangelio el mundo en que vivimos. Oremos. R/.
Para que los gobernantes, sensibles a las exigencias del Evangelio, se preocupen del bien
común y de dar verdadero testimonio de servicio. Oremos. R/.
Por todos los cristianos que desgastan su vida en la tarea de la evangelización, para que
liberados de todos los peligros, continúen dando un testimonio fiel del Evangelio.
Oremos. R/.
Por todas aquellas personas que no conocen el Evangelio, para que la fuerza que
transforma se manifieste pronto en sus vidas. Oremos. R/.
Por todos nosotros, para que el Señor nos aumente la fe y el compromiso de evangelizar
el mundo en que vivimos y no tengamos miedo de afrontar todos nuestro compromiso de
ir y llevar el evangelio, como la beata María Inés Teresa y tantos santos, hasta los últimos
rincones de la tierra. Oremos. R/.
Todos juntos, en familia, repitamos las palabras que nos enseñó Jesús, y oremos al Padre
de todos los hombres y mujeres de la tierra diciendo: Padre Nuestro..