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MÓDULO 1

¿Qué es el cáncer y por qué


le da a los niños?

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MÓDULO 1
¿Qué es el cáncer y por qué le da a los niños?
¿Qué tan grave es el problema?

Se llama cáncer a un grupo de células enfermas que se dividen, crecen y se diseminan sin
control. Existen más de trescientos tipos diferentes y, por lo tanto, el cáncer no es una sola
enfermedad, sino un grupo de enfermedades que tiene como característica el crecimiento
descontrolado de células dañadas.

Normalmente las células crecen, se dividen y mueren durante un periodo de tiempo


programado, conocido como ciclo celular. Cuando las células envejecen o se dañan, éstas son
eliminadas mediante un proceso llamado apoptosis o muerte celular programada. Todas las
células cancerosas desarrollan mutaciones (alteraciones en sus genes) con las que pierden
la capacidad de morir y adquieren también la capacidad de replicación o división ilimitada.
Por lo tanto, el cáncer es una enfermedad genética. Estos cambios en los cromosomas o
genes pueden adquirirse desde el momento de la fecundación, cuando se combinan los
genes del padre y la madre del producto, o bien, mediante cambios en los mismos, ocurridos
durante la vida.

Nos referimos al cáncer como enfermedad genética dado que se requiere de


alteraciones en los genes de las células para que éstas cambien su estructura y función. Sin
embargo, esto no necesariamente significa que el cáncer sea hereditario o transmitido de
padres a hijos.

Los tipos de cáncer más frecuentes en niños son leucemia (cáncer de la sangre),
linfoma (cáncer del sistema linfático) y cáncer de cerebro. Estos tres constituyen el 70%
de todos los cánceres en niños. Les siguen, en frecuencia, los sarcomas (cáncer de hueso,
músculo y tejidos blandos), los tumores germinales (de ovario y testículo), el tumor de
Wilms (cáncer de riñón), retinoblastoma (cáncer de ojo), hepatoblastoma (cáncer de
hígado) y neuroblastoma (cáncer de la glándula suprarrenal y tejido nervioso periférico).

En la mayoría de los casos de cáncer infantil, la causa que los origina es desconocida.
Se cree que las mutaciones adquiridas durante la mezcla de cromosomas paternos y
maternos condicionan la enfermedad. Sólo del 5% al 10% de los casos son causados por una
mutación heredada (cambios genéticos que pasan de los padres a los hijos) y ésta puede
estar asociada a ciertos síndromes familiares que aumentan la predisposición al cáncer.

Por alguna razón, no todos los niños que tienen una mutación de predisposición
al cáncer desarrollarán la enfermedad. Por ejemplo, uno de cada cien niños nace con una
anomalía genética que aumenta el riesgo de padecer leucemia. Sin embargo, sólo uno de
cada 8,000 niños con esa mutación la desarrolla. Los niños que nacen con síndrome de
Down, una condición genética causada por la presencia de una copia adicional (tres copias)
del cromosoma veintiuno, tienen entre 10 y 20 veces más probabilidad de desarrollar
leucemia que los niños sin la trisomía. A pesar de ello, sólo una pequeña proporción de los
casos de leucemia está vinculada al síndrome de Down.

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En los adultos estas mutaciones genéticas, causantes de cáncer, reflejan el efecto
acumulativo del envejecimiento y la exposición prolongada a sustancias o ambientes
cancerígenos (productores de cáncer). Esto ha sido más difícil de comprobar en niños,
primero por la rareza del cáncer infantil y, segundo, porque los niños no han tenido suficiente
tiempo de exposición a los factores ambientales productores de cáncer y resulta difícil saber
cuáles niños estuvieron expuestos a estos agentes durante su desarrollo temprano.

No obstante, se ha observado la relación existente entre algunos agentes cancerígenos


ambientales y el cáncer infantil. Se considera un factor de riesgo a toda característica o
exposición de un individuo que aumenta la probabilidad de padecer una enfermedad.

Los factores de riesgo para cáncer se dividen en cuatro grupos:

a) Conductuales (relacionados con la conducta)


a. Mala alimentación
b. Falta de actividad física
c. Adicciones
b) Ambientales
a. Químicos y pesticidas
b. Exposición solar
c. Contaminación
d. Humo del tabaco
c) Biológicos
a. Infecciones
i. Virales
ii. Enfermedades de transmisión sexual
b. Raza, sexo y edad
d) Hereditarios

a) Conductuales

México es el país número uno del mundo en obesidad, tanto infantil como de adultos. El
sobrepeso es un factor de riesgo importante para el cáncer, ya que está demostrada una
relación causal directa entre obesidad y cáncer. El exceso de tejido graso produce un estado
de inflamación permanente que favorece la aparición de neoplasias (formación de tejido
nuevo, derivado de células anormales). Está demostrado que las personas con obesidad y
sobrepeso tienen cuarenta veces más riesgo de padecer cáncer que las personas delgadas.

El tabaquismo es una adicción de muy alto riesgo. El humo del tabaco es el


carcinógeno más importante conocido por el hombre. Uno de cada tres casos de cáncer está
relacionado al uso de tabaco. Una de cada tres muertes por cáncer ocurre en fumadores. El
tabaco es causante de cáncer de boca, faringe, laringe, esófago, estómago, páncreas, pulmón,
mama, colon y vejiga, entre otros.

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b) Ambientales

Múltiples estudios han demostrado que la exposición a radiación ionizante (radiación solar,
rayos UV, plantas nucleares, rayos X, etc.) puede dañar el ADN de las células, lo que, a su vez,
puede conducir al desarrollo de leucemia infantil y otros tipos de cáncer.

La exposición prolongada y sin protección al sol (rayos ultravioleta) produce lesión en el


ADN de las células de la piel y, como consecuencia, distintos tipos de cáncer.

Otro claro ejemplo del efecto de la radiación ambiental se observa en los niños y
adolescentes expuestos a la radiación liberada tras las explosiones de las bombas atómicas
durante la Segunda Guerra Mundial, quienes mostraron una incidencia elevada de leucemia. Los
niños y adultos expuestos a la radiación tras el accidente de la planta nuclear de Chernóbil en
Ucrania mostraron un incremento muy significativo de cáncer de tiroides.

Los niños expuestos a radiación antes del nacimiento (cuyas madres recibieron rayos X
durante el embarazo), así como los expuestos después del nacimiento a estudios radiológicos de
diagnóstico, tienen mayor riesgo de padecer algunos tipos de cáncer.

c) Biológicos

Otro factor de riesgo para desarrollar cáncer es la exposición a algunos agentes infecciosos,
principalmente virus:

1. VEB: Virus de Epstein Barr (un tipo de herpes), precursor de linfoma.


2. VIH: Virus de Inmunodeficiencia Humana, productor de SIDA y precursor del sarcoma
de Kaposi.
3. VHB y VHC: Virus de Hepatitis B y C, los cuales favorecen el cáncer de hígado.
4. VPH: Virus del Papiloma Humano, muy prevalente en nuestra población, causante de
cáncer cervicouterino y de pene. El cáncer cervicouterino es uno de los principales
asesinos de mujeres mexicanas jóvenes.

Dado que siete de cada diez casos de cáncer están relacionados al estilo de vida, es posible
llevar a cabo acciones para prevenirlo.

La prevención primaria se refiere a medidas que, al implementarse antes de la aparición


de la enfermedad, eliminan la posibilidad de tenerla.

Recomendaciones:

• Alimentación saludable y actividad física: Es prioritario inculcar hábitos de vida


saludable en nuestros niños y adolescentes, con alimentación balanceada, así como
actividad física regular, para evitar que nuestros menores se conviertan en una
generación futura de mexicanos obesos, diabéticos, hipertensos y con alta incidencia
de cáncer.
• Se debe disminuir el consumo de carne roja, embutidos, alimentos chatarra y productos
fritos, y preferir una dieta rica en frutas y verduras. Se deben evitar ayunos prolongados.
• Hay que realizar actividad física y evitar el sedentarismo. Se recomiendan treinta
minutos de ejercicio cinco veces a la semana.
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• Evitar adicciones: Evitar consumo de tabaco, alcohol y otras drogas.
• Sexo seguro: Es sumamente importante contar con programas educativos escolares
dirigidos a promover el uso del condón y prácticas sexuales seguras, para evitar
infecciones de transmisión sexual.
• Cuidado personal: Las escuelas deben promover la cultura del autocuidado de la
salud. Los jóvenes deben conocer su cuerpo y saber autoexplorarse, para identificar
de forma oportuna alguna anormalidad o crecimiento sospechoso.
• Protección solar: El uso de protector solar y ropa como barrera física, así como limitar
el tiempo de exposición al sol, han demostrado disminuir el riesgo de cáncer de piel en
múltiples estudios.
• Vacunas: Vacunarse contra hepatitis B disminuirá el riesgo de presentar cáncer
de hígado durante la vida adulta, así como vacunar a las niñas y niños contra VPH
disminuirá la incidencia de cáncer cervicouterino.

Epidemiología

El cáncer es la gran pandemia del siglo XXI. Uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres
padecerán cáncer en algún momento de su vida. De hecho, todos desarrollamos cáncer o lesiones
pre-malignas varias veces durante la vida, sin embargo, nuestro sistema inmunológico (o de
defensa) identifica células que se tornan defectuosas y las elimina. Aun así, la incidencia de cáncer
a nivel mundial ha aumentado constantemente durante las últimas décadas.

Cada tres minutos un niño es diagnosticado con cáncer en el mundo y cada seis minutos
uno de ellos muere. El 80% de las muertes por cáncer infantil ocurren en países de bajo y mediano
ingreso.

Entre países industrializados y países en vías de desarrollo, la diferencia en supervivencia


es superior al 50%, incluso entre niños y adolescentes con cáncer de países vecinos en el mismo
continente.

Algunos de los factores que contribuyen a esta brecha son: el desconocimiento y la falta
de información acerca del cáncer en la población general, la carencia de esfuerzos dedicados a la
prevención y detección temprana, diagnósticos tardíos y/o erróneos, una infraestructura sanitaria
débil, personal de salud poco capacitado y el alto costo y morbilidad del tratamiento.

Por otro lado, la mayoría de los pacientes pueden curarse si se hace una detección
temprana, si cuentan con acceso efectivo a los servicios de salud y si se atienden de manera
oportuna, efectiva e integral en unidades especializadas con capacidad resolutiva.

La única manera de evitar o resolver un problema es reconocerlo. Los tutores debemos


estar conscientes de la realidad, mantenernos informados y estar alerta de la presencia de los
factores de riesgo y signos de sospecha en nuestros niños y jóvenes. Debemos esforzarnos en
inculcar hábitos de vida saludable, así como una cultura de prevención y autocuidado de la salud
en aquellos que representan el futuro de nuestra sociedad.

Profesor: Si llegas a detectar y referir un caso de cáncer infantil, por favor notifícanos en
un correo electrónico con el nombre completo del niño y la institución a la cual fue referido
para que nosotros también le demos seguimiento al caso. Correo: info@ficmexico.org

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