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“UNA FAMILIA CONSTRUIDA EN DIOS” el fundamento

SI JEHOVA NO EDIFICARE LA CASA, EN VANO TRABAJAN LOS QUE LA


EDIFICAN. Salmos 127:1
La obra más grande que un siervo de Dios debe llevar a cabo es en su hogar, y
esta obra mayormente depende de Dios, y no nuestra. Él es el arquitecto, nosotros
somos solamente sus obreros.
Dios es el dueño, nosotros solo quienes seguimos sus planes. Cuando se edifica
de manera propia o con un criterio propio, el trabajo es en vano, pues sin el
fundamento que es Dios en nuestras vidas, todo lo que se quiera edificar será en
vano.
Los hijos y las hijas, junto con sus padres forman la familia; así como el ladrillo, el
hierro y las láminas construyen un edificio, pero sin Dios como base o centro de la
familia, esta puede ser solamente un lugar en donde se reúnen para comer, dormir
y vivir. Un Hogar es mucho más que eso, es un lugar, donde la familia, crece, se
edifica, fortalece, se reúne, conviven, comparten, se aman y son felices. Es el
lugar donde se honra y alaba a Dios, donde desciende la bendición sobre sus
hijos. Donde se sienten seguros y bien atendidos, amados, donde desean estar,
no solo por necesidad de un techo donde habitar.
Como siervos de Dios debemos permitir que Dios edifique nuestro hogar, ya que
es el único quien puede hacer que nuestro hogar sea el mejor lugar para la familia.
UNA FAMILIA CONSTRUIDA EN DIOS “un buen cimiento” Mateo 7:24-27
Por muchos años trabaje en la construcción y aprendí que cada una de las partes
de un edificio son importantes, pero ninguna como la base o cimentación, es del
conocimiento de muchos que el cimiento es la parte del edificio que está debajo de
la tierra y sobre la cual descansa toda la estructura de dicho edificio. Es básico
para soportar la carga de todo el edificio. Una buena y fuerte base mantiene el
edificio en pie mientras las fuerzas de la naturaleza causas estragos.
Cuando un edificio es construido con un mal cimiento corre el riesgo de que ese
edificio se derrumbe fácilmente ante cualquier temblor, lluvia o fuerte viento.. Lo
más trágico del derrumbe no es el edificio por sí mismo sino la pérdida de vidas
humanas.
Jesús está terminando el sermón con esta ilustración para aplicar todo lo que ha
enseñado.
Habla de un hombre sensato, es el hombre que practica la palabra de Dios de
forma cotidiana en su vida. Para el hombre sensato no es suficiente saber de la
Biblia sino que él cree todo lo que la Biblia enseña y la practica. Por otra parte el
hombre necio aunque escucha la palabra de Dios se deja llevar por razonamientos
humanos y acciones propias.
Esta metáfora nos enseña que la casa es la familia y el cimiento (la roca) es la
palabra de Dios.
Reconozcamos hoy nuestra necesidad de establecer nuestra familia sobre la roca.
Unámonos en oración, dediquemos nuestra familia a Dios día a día, y estudiemos
la Palabra que nos alimentará y fortalecerá para resistir cualquier situación.

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