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Caso que en fecha 5-12-2019, recibe de parte de la ciudadana un oficio donde se

me notificaba q1ue se daba por concluidas mis funciones es decir fui despedida sin
justa causa y sin cumplirse con el procedimiento previo de calificación de despido,
motivo por el cual concurro ante usted, como garante de la Inspectoría del Trabajo
de este estado Táchira a solicitar y denunciar tal situación, en defensa de mis
derecho al trabajo, como es la solicitud de reenganche y pago de mis salarios
caídos, al encontrarme bajo el amparo de inamovilidad laboral decretada por el
Ejecutivo Nacional.
Mi cargo no está dentro de los supuestos de exclusión establecidos en el penúltimo
aparte del artículo 5 del citado decreto, por no ser un cargo de dirección, todo ello
conforme se evidencia del texto de la correspondiente solicitud de reenganche,
señalando además que: “tal cargo esta enmarcado dentro de los supuestos del
articulo 37 de la Ley Orgánica del Trabajo, de las Trabajadoras y Trabajadores, el
cual establece que se entiende por trabajador o trabajadora de dirección el que
interviene en la toma de decisiones u orientaciones de la entidad de trabajo, así
como el que tiene el carácter de representante del patrono o patrona frente a los
trabajadores, trabajadoras o terceros y puede sustituirlo en todo, o en parte, en sus
funciones”, y señalando que debido a ello esta exceptuada de la normativa legal
(sic), con base en lo cual se negó de admitir su solicitud de reenganche y pago de
salarios caídos.
fue precisamente el hecho de encontrarse amparada por el Decreto de inamovilidad
laboral dictado por el Ejecutivo Nacional, lo que determina la cosa juzgada en sede
administrativa, cuyo desconocimiento y/o modificación no puede ser posible por
encontrarse bajo los efectos de la inmutabilidad, propia de ese tipo de acto decisivo,
tanto más, cuanto generó en su favor derechos particulares que están bajo el
amparo especial de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las
Trabajadoras, en su artículo 18, ordinales 3°, 4° y 6°, además de los artículos 22,
39, 77(en su ultima parte), 85, así como también bajo la protección específica de los
artículos 87, 89 en su numerales 2° y 4°, y el artículo 93 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.
Que además de las anteriores razones, las cuales son más que suficientes para
declarar la nulidad absoluta del acto administrativo objeto del presente recurso, es
de observar que el mismo también está viciado de nulidad al contravenir lo dispuesto
por el artículo 39 de la LOTTT, norma esta que refiere a uno de los principios
característicos más importantes del Derecho del Trabajo, como lo es precisamente,
la primacía de la realidad sobre los hechos y particularmente, en la calificación de
cargos. Ciertamente su condición de trabajadora amparada por la prohibición de
despido contemplada en el Decreto Presidencial, no puede ser desvirtuada por el
simple hecho de que la denominación de su cargo sea como JEFA DEL SERVICIO
DE LABORATORIO GENERAL, adscrita a la Gerencia Corporativa de Nueva
Esparta, en razón de que el mismo no está mencionado de manera específica
dentro de los supuestos de exclusión establecidos en el penúltimo aparte del artículo
5 del Decreto de Inamovilidad Laboral, siendo que en la misma solicitud de
reenganche se le señaló al Inspector del Trabajo que

sus labores desempeñadas en el instituto accionada son la de BIONALISTA I,


puesto que tampoco soy trabajadora de temporada y ocasional, así como tampoco
TRABAJADORA DE DIRECCIÓN, EN RAZÓN QUE NO FORMÓ PARTE DE LA
JUNTA DIRECTIVA DE LA MENCIONADA ENTIDAD DE TRABAJO Y NO TENGO
A MI CARGO LAS GRANDES DECISIONES DE DICHO INSTUITURO (IVSS); por
lo que solicito muy respetuosamente a el Inspector del Trabajo, al dictar el auto a
la admisión de mi reenganche y pago de salarios caídos, por el solo hecho de que
el (IVSS) accionada le refiere en la carta de despido como “ Jefa Del Servicio De
Laboratorio General ”, no hizo otra cosa que apartarse y contravenir, el dispositivo
legal citado, así como el criterio establecido por la Sala de Casación Social del M.T.
(sentencia N° 542 de fecha 18-09-2000, caso: J.R.F.A., contra I.B.M. de Venezuela,
S.A., ratificada en sentencia N° 294 del año 2001, sentencia N° 465 del año 2004,
sentencia N° 1685 del año 2006, entre otras); lo que determina a todas luces la
ilegalidad del acto administrativo objeto del presente recurso de nulidad.
Alega que el acto administrativo recurrido incurrió en el denominado vicio de falso
supuesto en sus dos modalidades, esto es, tanto falso supuesto de hecho como
falso supuesto de derecho, toda vez que para sustentar su decisión de negarse a
admitir la denuncia del despido y consiguiente solicitud de reenganche y pago de
salarios caídos, señala elementos que no constan en las actuaciones del expediente
N° 047-2014-01-01335, del cual surgió el acto administrativo que aquí se impugna,
tal y como es precisamente el señalar que el acto desempeñado por ella se
encuentra enmarcado dentro de los supuestos del articulo 37 de la LOTTT, que no
son otras mas que las funciones de dirección, estableciendo el hecho de que su
cargo es de “dirección”, por la sola circunstancia que en la carta de despido la
empresa la señala como Superintendente de Comercial (sic), no encontrándose en
ninguna parte de dicha carta de despido, así como tampoco en ninguna parte del
expediente administrativo, algún elemento o señalamiento expreso de que su cargo
sea de dirección, puesto que no existen elementos que puedan servir de base para
poder arribar a la conclusión que sus funciones concretas, reales y materiales, eran
propias del jerarca y/o director de la empresa, o que estén bajo su responsabilidad
las grandes decisiones que determinan el destino de la empresa; situación esta que
coloca el impugnado acto ante el vicio de falso supuesto de hecho, o desviación
ideológica, por establecer situaciones que no se encuentran demostradas en el
expediente administrativo.
Por otra parte, el Inspector del Trabajo subsume la situación de su cargo, al decir
que la carta de despido es de “Superintendente Comercial” (sic), dentro del
supuesto de exclusión del Decreto de Inamovilidad laboral Nro. 639, cuando tal
supuesto excepcional y/o excluyente solo refiere a los trabajadores de “dirección”,
y los trabajadores de “temporada” u “ocasionales”, agravada tal circunstancia
cuando ni siquiera se molestó en hacer el mas mínimo análisis que le permitiera
establecer una verdadera conexión, o relación entre el denominado cargo de
“superintendente” y el cargo de “dirección”, siendo este ultimo propio de los
directivos de las empresas, no obstante aquí existe una norma especifica y concreta
en la actual legislación del trabajo venezolana, como lo es el articulo 39 de la
LOTTT, situación esta que, en todo caso, obligaba al Inspector del Trabajo, a
analizar la forma, modo y pormenores de su actividad laboral, para poder determinar
a ciencia cierta si sus funciones en dicha empresa están verdaderamente
enmarcadas en lo que se puede definir como empleado de dirección, con base en
los términos que establece la ley y las pautas que a tales efectos ha fijado la Sala
de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, cuestión que si hubiese
cumplido mediante los elementos probatorios que legal y oportunamente hubiese
permitido incorporar una vez que admitiera dicha solicitud, seguramente otra fuera
la conclusión a la cual hubiese arribado, incurriendo de esta forma en el falso
supuesto, lo cual constituye otra de las razones para declarar la nulidad del
mencionado acto administrativo, con sujeción a lo previsto en el articulo 20 de la
LOPA, siendo determinante tal infracción, por cuanto precisamente con base a ella
procedió a negarse a la admisión de la denuncia y negar la posibilidad de acceder
al
Promueve todos los instrumentos probatorios que cursan en autos y que favorecen
a su representada y en especial la confesión que de manera expresa, libre y
espontánea hace la recurrente en el escrito libelar folio 01, reglon 24 en adelante y
vuelto del folio 02 cuando sostiene “…que se encontraba a cargo de
Superintendencia Comercial que está adscrita a la Gerencia Corporativa de la
Unidad de Gestión de Nueva Esparta de dicha entidad de trabajo, la cual realizaba
labores de planificación, coordinación y control de todo lo relacionado con la
comercialización del servicio de agua potable y Saneamiento con la finalidad de
recuperar los recursos financieros que se invierten..”.
audiencia celebrada en este juicio, esgrimió que esta exenta del beneficio de
inamovilidad laboral por considerar que la denominación de su cargo es la de
Superintendente Comercial, para lo cual produjo como únicos elementos
probatorios, las documentales marcadas “M” y “L”, las cuales lejos de acreditar los
señalamientos, tanto del Inspector como de la empresa en referencia, lo que hacen
es retirar el hecho cierto de que sus labores en la empresa HIDROCARIBE, debían
estar sujetas a los lineamientos e instrucciones que le impartían el Gerente de la
Unidad de Gestión de Nueva Esparta, como también las que impartía el mismo
presidente de dicha empresa, lo que determina precisamente que no es la jerarca
de la empresa, ni esta en la cúspide de la estructura del organigrama, ni puede
tomar decisiones que no estén bajo los lineamientos que le dan sus superiores, todo
ello conforme se ha señalado en el libelo del recurso contencioso que aquí los
ocupa.
Así mismo señalo la recurrente en su escrito de informe que los elementos
probatorios traídos a juicio por la representación judicial de HIDROCARIBE, lejos
de poder servir como prueba de que la cataloga como empleada de dirección, lo
que hacen es concordar con los elementos probatorios que ella produjo, tales como
el roll de su cargo, según el cual sus funciones laborales se circunscriben a
coadyuvar en todo lo que tiene que ver con los procesos de cobranza, elaboración
de informes y demás actividades inherentes para lograr la materialización de las
estrategias comerciales, etc, que necesariamente debe realizarlas siguiendo los
lineamientos, ordenes e instrucciones que sus superiores jerárquicos le imbatían, lo
que concuerda con sus documentales promovidas, y que lejos de que esté probado
en este juicio que es la jerarca de la empresa y que tiene las funciones propias de
dirección general de la misma, muy por el contrario, sus funciones en el marco del
libelo del recurso no podría realizarlas fuera del ámbito de gestión de Nueva
Esparta, asunto que le permite afirmar que hasta el ámbito territorial de sus
funciones laborales esta limitado dentro de la empresa y dentro de un departamento
de los muchos que tiene dentro de su gran organigrama, por lo que jamás podría
ser ella considerada como una empleada de dirección.
Igualmente, indica que el acto recurrido viola el artículo 139 de la LOTTT, hace valer
los señalamientos de su libelo del recurso de nulidad, referidos tanto a la violación
de la cosa juzgada, como al falso supuesto en que incurrido el acto administrativo
impugnado, y que no esta en presencia de un nuevo despido, sino de una negativa
por parte del entonces Gerente y Presidente de la empresa HIDROCARIBE, en
acatar y concretar la orden de reenganche
Solicitando a este Juzgado declare CON LUGAR la presente demanda, interpuesta
por la ciudadana L.A.L.J., por violación al acceso de la justicia, el debido proceso y
el derecho a la defensa consagrados en el articulo 49 numeral 1 de la Constitución
de la Republica Bolivariana de Venezuela, concatenado con el articulo 425 numeral
2° de la Ley Orgánica del Trabajo, Los Trabajadores y las Trabajadoras., y que dicho
acto administrativo adolece del vicio de nulidad absoluta previsto en el ordinal 1° del
artículo 19 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos.
En cuanto al principio de la primacía de la realidad sobre las formas o apariencias,
es un principio de orden constitucional el cual esta vinculado a la interpretaciones
progresiva sobre las relaciones entre empleadores y trabajadores, principio este
establecido en el articulo 89 de la Constitución de la Republica Bolivariana de
Venezuela, y que de dicha norma se puede evidenciar que en una relación laboral
lo que verdaderamente tiene valor es lo que sucede en la realidad y no solamente
lo que las partes han contratado formalmente, y bajo este principio, no importa la
autonomía de la voluntad, sino la demostración de la realidad que reina sobre la
relación entre el trabajador y el empleador, así ambos pueden expresar sus
voluntades en un contrato, pero si la realidad es otra, esta ultima es la que tiene
efectos jurídicos.-

Observa que la anterior denuncia se realizo en función de la revocatoria que la Inspectoría del
Trabajo hiciera del acto por el cual había declarado el reenganche de la actora, tomando en
consideración que esta era una trabajadora de dirección por cuanto de su solicitud se
evidenciaban las funciones que ésta ejercía en la empresa Compañía Anónima Hidrológica del
Caribe, C.A., indicando que para la calificación de un trabajador como empleado de dirección
se debe señalar las funciones, actividades y atribuciones que legalmente definen al mismo,
con las que efectivamente desarrolla, independientemente de la denominación del cargo o
puesto de trabajo, toda vez que será en definitiva la naturaleza real del servicio prestado, lo
que determine la condición de dichos trabajadores y no la calificación que convencional o
unilateralmente se confiera; por lo que es menester destacar que si la Inspectoría del Trabajo
de este estado, consideraba que se trataba de una trabajadora de dirección y en función del
principio de la primacía de la realidad sobre las formas o apariencias, debió en orden con sus
atribuciones, ordenar un despacho seneador junto a los recaudos que considera necesario
presentar a los fines de determinar la calificación del cargo que ostentaba la trabajadora y no
inadmitir de pleno derecho la solicitud planteada, vulnerando con tal proceder el acceso a la
justicia, conforme al articulo 425 ordinal 2° de la Ley Orgánica del Trabajo, Los Trabajadores y
las Trabajadoras, de la cual se deduce que toda persona tanto en procedimientos
administrativos como judiciales debe tener igualdad de oportunidades; considerando que el
interesado tiene derecho a corregir sus deficiencias en dichas solicitudes, presentar y evacuar
medios probatorios legales y pertinentes en tiempo oportuno.
En tal sentido es oportuno señalar sentencia de la Sala Constitucional de fecha 14 de mayo
2012, que ha interpretado el alcance del artículo 42 de la derogada Ley Orgánica del Trabajo,
hoy artículo 37 de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras, la cual
estableció lo siguiente:
(…) La definición de empleado de dirección contenida en el artículo 42 de la Ley Orgánica del
Trabajo es de naturaleza genérica y los criterios en ella mencionados son meramente
orientadores para determinar cuales trabajadores están incluidos en dicha categoría,
dependiendo siempre, la calificación de un empleado como de dirección de la naturaleza real
de los servicios prestados, antes que de la denominación que acuerden las partes para el
cargo ocupado o que unilateralmente imponga el empleador. Ello en aplicación de los
principios de irrenunciabilidad de los derechos del trabajador y de primacía del contrato
realidad, contenidos en los artículos 3° y 47 de la Ley Orgánica del Trabajo, respectivamente.
Así, pues, los empleados de dirección conforman una categoría que no disfruta de algunos
beneficios que si son percibidos por la mayor parte de los trabajadores, y visto que uno de los
principios que informa la Ley Orgánica del Trabajo vigente es el de proporcionar estabilidad al
mayor número de trabajadores, debe considerarse que la condición de empleado de dirección
es de carácter excepcional y por tanto restringida; en este sentido, la noción de empleado de
dirección es aplicable únicamente a los altos ejecutivos o gerentes de las empresas, que
participan en lo que se conoce como las grandes decisiones, es decir, en la representación de
la empresa y en la realización de actos de disposición de su patrimonio.
De lo antes narrados, esta Juzgadora considera que la Inspectoría del Trabajo lejos de negar
la admisión de la solicitud realizada por la trabajadora relacionada con el reenganche y pago
de salarios caídos, por el simple hecho de tomar referencia una carta de despido la cual
señalaba que la hoy recurrente tenia el cargo de Superintendente de Comerciales, se aparto
completamente de lo que las distintas jurisprudencia de nuestro m.T. ha interpretado en
cuanto a la figura del empleado de dirección, que no es otro que las funciones, actividades y
atribuciones que legalmente definen al empleado de dirección, e independientemente de la
denominación del cargo.
En cuanto a la denuncia de vicio de falso supuesto en sus dos modalidades que alega la
recurrente que ocurrió, cuando señalo que el Inspector sustento su decisión de negarse
admitir la denuncia del despido y consiguiente solicitud de reenganche y pago de salarios
caídos, en elementos que no constan en las actuaciones del expediente número 047-2014-
01355, como sería “que el cargo que desempeño se encuentra enmarcado dentro de los
supuestos del artículo 37 de la Ley Orgánica del Trabajo, las Trabajadoras y los Trabajadores,
que son funciones de dirección.
Igualmente en la audiencia de juicio, denuncio la violación del vicio de falso supuesto, cuando
alego que se incurre en el falso supuesto en virtud que al decidir y establecer que el cargo que
ejerció era de dirección, cuando en el expediente administrativo no existe ninguna prueba que
sustente esa decisión.
En ese sentido es oportuno traer a colación, sentencia de fecha 7 de julio año 2014, de la Sala
de Casación Social de nuestro m.T.S.d.J., que reitero criterio de la Sala Político
Administrativa, en sentencia de fecha 19 de septiembre de 2002, con relación al vicio de falso
supuesto, de la siguiente manera:
(…) el vicio de falso supuesto se patentiza de dos maneras a saber: cuando la administración
al dictar un acto administrativo fundamenta su decisión en hechos inexistentes, falsos o no
relacionados con el o los asuntos objeto de decisión, incurre en el vicio de falso supuesto de
hecho. Ahora, cuando los hechos que dan origen a la decisión administrativa existen, se
corresponden con lo acontecido y son verdaderos, pero la administración al dictar el acto los
subsume en una norma errónea o inexistente en el Universo normativo para fundamentar su
decisión, lo cual incide decisivamente en la esfera de los derechos subjetivos del
administrado, se está en presencia de un falso supuesto de derecho que acarrearía la
anulabilidad del acto.

(…) esta Sala ha señalado reiteradamente que el derecho a la defensa y el debido proceso
constituyen garantías inherentes a la persona humana y, en consecuencia, aplicables a
cualquier clase de procedimientos. El derecho al debido proceso ha sido entendido como el
trámite que permite oír a las partes, de la manera prevista en la Ley, y que ajustado a derecho
otorga a las partes el tiempo y los medios adecuados para imponer sus defensas. (Sentencia
nro 5/2001, del 24 de enero). Así, el derecho a la defensa debe entenderse como la
oportunidad para el encausado o presunto agraviado de que se oigan y analicen
oportunamente sus alegatos y pruebas. En consecuencia, existe violación al derecho a la
defensa cuando el interesado no conoce el procedimiento que pueda afectarlo, se le impide
su participación o el ejercicio de sus derechos, o se le prohíbe realizar actividades probatorias
(sentencia N° 5/2001, del 24 de enero) (…)

Carta Poder Empresa para Inspectoría del Trabajo


Ciudadano:
Inspector del Trabajo con sede en Barcelona, Estado Anzoátegui (Inspectoría del
Trabajo “ALBERTO LOVERA”, de Barcelona, Estado Anzoátegui).

Su Despacho.-

Yo, __________________________, venezolano, mayor de edad, titular de la


Cédula de Identidad No. ________________, comerciante y de este domicilio,
actuando en este acto en mí carácter de _____________ de la
Sociedad Mercantil denominada: “_____________, C.A.”, inscrita por ante el Registro
Mercantil Primero de la Circunscripción Judicial del Estado Anzoátegui, en fecha: ___
de agosto de _____, bajo el Nº _______, Tomo ______, la cual tiene su domicilio
procesal en: zona industrial los montones, avenida ___, parcela __, Barcelona, Estado
Anzoátegui, de conformidad con el Artículo 26 de la Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos, ante usted con el debido respeto acudo para, por medio de la
presente CARTA-PODER, AUTORIZAR SUFICIENTEMENTE al
Abogado ________________________, venezolano, mayor de edad, titular de la
Cédula de Identidad Nº ______, Inscrito en el Inprebogado bajo el Nº ______, para que
represente, sostenga y defienda los derechos, de “_____________, C.A.”, ante esa
Institución, y muy especialmente ante la (unidad de Supervisión, Sala de Fuero, Sala
de Reclamo… según corresponda) de ese despacho en el expediente de Nº
_____________, que cursa ante esa dependencia administrativa, queda ampliamente
autorizado para seguir el referido procedimiento administrativo en todas sus etapas,
comparecer a los actos dispuestos, presentar alegatos y realizar todas las actuaciones
en nombre de mi representada.

En Barcelona, a los __ (__) días del mes de Febrero de _____ (2.013).


_______________-
_________
“_____________, C.A.”,

SELLO

Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
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Afirmó que “(…) en virtud de los hechos explicados el Instituto Aeropuerto de Maiquetía en
fecha 16 de marzo de 2012, procedió al despido justificado de los referidos ciudadanos de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 102, literales a), d), e) e i) del referido Decreto-
Ley [Ley Orgánica del Trabajo vigente para fecha], haciendo la respectiva participación del
despido, en fecha 20 de marzo de 2012 al Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución del
Estado Vargas; considerando que el prenombrado ex trabajador, no gozaba de la
inamovilidad laboral establecida en el Decreto Presidencial N° 8.732, de fecha 24 de
diciembre de 2011, publicado en la Gaceta Oficial N° 39.828 de fecha 26 de diciembre de
2011, el cual en su artículo 6, excluye de su ámbito de aplicación a los trabajadores de
confianza. Con motivo de su despido el ex trabajador en fecha 19 de marzo de 2012, presentó
solicitud de reenganche y pago de salarios caídos ante los tribunales laborales, y en fecha 24
de abril de 2012, el Juzgado Cuarto de Primera Instancia de Sustanciación, Mediación y
Ejecución del Circuito Judicial del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Vargas,
declara la falta de jurisdicción del Poder Judicial para conocer y decidir sobre la causa,
remitiendo en consecuencia, dicho expediente a la Sala Político Administrativa a los fines de
la consulta de jurisdicción conforme a lo dispuesto en los artículos 59 y 62 del Código de
Procedimiento Civil”.
Uno de los aspectos más destacados en las legislaciones latinoamericanas ha sido
el respeto al debido proceso.
Definido por Parodi (2003) como el conjunto de orientaciones, condiciones y
requisitos procesales y jurídicos, que deben cumplirse para garantizar la justicia, a
los fines de dar protección legal respecto a los derechos de las partes involucradas
en el proceso.
Concretamente en Venezuela, el proceso judicial es uno de los mecanismos
dirigidos a proteger la Constitución y el Estado de Derecho, puesto que mediante
su ejercicio se salvaguardan los derechos fundamentales, se vigila la normativa
constitucional, se sancionan los delitos o faltas, así como también se puede impedir
arbitrariedades del poder y solucionar o prevenir los conflictos.

El artículo 425 de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras,
regula el procedimiento de Reenganche y restitución de Derechos. La intención del
legislador con la modificación de este procedimiento, a la luz de lo contemplado en
la derogada Ley Orgánica del Trabajo, fue corregir las fallas, que a nuestro
entender, se generaban con la ejecución del procedimiento antiguo.

CAPÍTULO V

PETITORIO

Por las razones de hecho y de derecho anteriormente expuestas, por las constantes faltas de
respeto y consideración debidos al patrono o a la patrona, a sus representantes o a los
miembros de su familia que vivan con él o con ella” y evidente incumplimiento de
obligaciones que le impone la relación de trabajo, solicito respetuosamente a este Tribunal
autorice a mi representada a DESPEDIR JUSTIFICADAMENTE a la ciudadana
______________, cedula de identidad Nº _________.

Finalmente pido que la presente solicitud de AUTORIZACION DE DESPIDO


JUSTIFICADO de la pre identificada trabajadora, sea admitida, tramitada, sustanciada
conforme a derecho y DECLARADA CON LUGAR, con todos los pronunciamientos de ley.

Es justicia en Guacara, a la fecha cierta de su presentación.

EL ABOGADO PRESENTANTE
Sentencia N° 658 de fecha 18 de octubre de 2018, dictada por la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, que establece que el procedimiento para la ejecución de las
órdenes de reenganche y pago de salarios caídos proferidas por las inspectorías del trabajo
deben desarrollarse con apego a las garantías del derecho a la defensa y al debido proceso,
publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 41.514 de fecha
31 de octubre de 2018.
El corolario de esto, es que el acto administrativo preliminar de marras no se formó de manera
irregular, pero sí se ejecutó con severos vicios y desmanes del funcionario, que violentaron
derechos y garantías del debido proceso y afines, las cuales demandan en todo momento
estricto acatamiento, viciando por tanto el resto del procedimiento administrativo, en el
decurso de la formación del Acto (sic) Administrativo (sic) Definitivo (sic), a saber, de la
Providencia Administrativa final, de allí que no se demanda la nulidad de aquel acto
preparatorio, sino que se requiera, a través de otra figura procesal, como lo es la demanda
contra vías de hecho, la enervación de esa ejecución heterodoxa e írrita de dicho acto, con la
reposición solicitada.
De manera que, resaltando la naturaleza de la acción de fondo, es importantísimo recordar y
no perder de vista nunca, que las demandas para Enervar (sic) Vías (sic) de Hecho (sic) de la
Administración Pública, de manera ínsita suponen, la denuncia de violaciones de derechos
de rango constitucional, pues necesariamente, un abuso de autoridad de la administración
pública (sic), y/o conculcación de derechos vinculados al debido proceso por parte de esta,
comporta la violación de preceptos y garantías constitucionales, y está meridianamente claro,
el concepto de Vía (sic) de hecho que esta misma sala (sic) ha acuñado, según el cual, se
trataría siempre de, o bien la formación de un acto administrativo sin tener competencia para
ello, o prescindiendo del procedimiento establecido, o bien la ejecución de un acto
administrativo ya idóneamente formado, pero cuando tal ejecución se realiza con excesos y
abusos de autoridad (siendo este supuesto abstracto el que aplicado al caso concreto que nos
ocupa).
Así las cosas, el legislador patrio acuñó este medio procesal en la actual Lojca (sic),
inmanentemente con ello se estaba defenestrando la práctica a priori, de la acción de Amparo
(sic) Constitucional (sic), para enervar los efectos de esos abusos de autoridad y atropellos
de la administración, que comportaban violación de derechos constitucionales, pues se le
estaba dotando a los justiciables de u medio procesal a priori idóneo y expedito (…), ad hoc,
para tutelar esos derechos constitucionales, que fueran cercenados por obra de la
administración pública (sic), con lo cual, un eventual recurso de amparo en un caso de estos
sería inadmisible, en virtud de la existencia de ese otro medio, a menos que medien causas y
circunstancias excepcionales, que obviamente nunca se pueden descartar.
…omissis…
Bien es sabido entonces, que cuando un órgano de la administración pública (sic), atropella
derechos y garantías de rango constitucional de un administrado, este recurre dichos
atropellos ante la jurisdicción contencioso administrativa, como acaeció en el caso de marras,
y el órgano judicial en cuestión desestima esa denuncia, dicho órgano judicial esta
cohonestando esos excesos y abusos de autoridad, y si el caso es que se apela dicha sentencia,
y el juzgado de alzada, bajo los mismos criterios del a quo, o sobre la base de otros distintos
desestima la apelación y la declara sin lugar, como acontece en el caso de marras, pues
entonces esa cohonestación (sic), se habrá verificado en las dos instancias, y en ambos
tribunales, habiéndose agotado ya así la jurisdicción contencioso administrativa, habrán
hecho suyos esos abusos de autoridad y atropellos, al haberlos consentido y aprobado en sus
conceptos jurídicos.
…omissis…
Esta perniciosa labor adelantada por la Jueza recurrida de marras, de aprobar esta serie de
atropellos de la administración pública (sic) (…) declarando sin lugar la apelación, y
ratificando la declaratoria de sin lugar la demanda, la comienza a ejercer en un Punto (sic)
Previo (sic) suyo, en el cual hace, sobre la base de jurisprudencia de la materia, disposiciones
muy propias suyas sobre la figura de las Vías (sic) de Hecho (sic) de la Administración
Pública.
En dicho capítulo de su sentencia, hace la Jueza de alzada un baturrillo, basándose en un
corolario suyo del siguiente tenor, ‘la vía de hecho no es un acto administrativo’…
…omissis…
En el caso de marras, se evidencia que el Acto (sic) Administrativo (sic) Preliminar (sic) o
de Trámite (sic) patentizado en la mera orden de reenganche cautelar, era válido (…), no
obstante, su ejecución se adelantó de forma atropellante y conculcando garantías
constitucionales propias del debido proceso, con lo que se vició el resto del Procedimiento
(sic) Administrativo (sic) hacia el futuro obviamente, dándose lugar a que el Acto (sic)
Administrativo (sic) definitivo, valga decir, la Providencia Administrativa final, sí fuese
viciada, es por ello que la enervación de las vías de hecho denunciadas, tal y como se solicitó,
pasaba por la necesidad indefectible de reponer la causa, al estado de volver llevarse a cabo
la ejecución del reenganche cautelar, pero de manera regular y apegada a derecho.
Pues bien, allende de estas disquisiciones precedentes ya ejercidas en este capítulo, a tenor
de las cuales se evidenció, a grandes rasgos y a todo evento, que la sentencia recurrida de
marras es revocable, por el mero y sólo hecho de haber declinado el enervar atropellos de
derechos y garantías constitucionales, cometidos por un órgano de la administración pública
(sic)…”.

Aunado a lo anterior, denunció que en el fallo accionado se incurre en una errónea


interpretación de una norma jurídica al conceptualizarse desacertadamente por la juez
identificada como presunta agraviante la noción de vías de hecho y confundirla con la de acto
administrativo, sin atender la delación de que no se le permitió contar con la asistencia de
abogado en el procedimiento administrativo de reenganche aseverándose en ente sentido que:

“…la Jueza ad quem le violentó a [su] representada (…) los siguientes derechos y/o garantías
constitucionales: 1.- El Derecho (sic) a la Asistencia (sic) Jurídica (sic), es decir, a hacerse
patrocinar y asesorar de abogado, establecido en el artículo 49.1 de la CRBV (sic), para
contestar una denuncia que pesaba en su contra, y hacer las respectivas alegaciones y
defensas de forma y fondo, con el agravante de que expresamente se solicitó el gozar de tal
asistencia. 2.-La Garantía Procesal de Presunción de Inocencia, establecida en el art. 49.2 de
la CRBV (sic) y el Derecho (sic) de Acceder (sic) a las Pruebas (sic)establecidos en el artículo
49.1 eiusdem, con el agravante también de que expresamente se solicitó la apertura de la
articulación probatoria respectiva. 3.- El derecho (sic) a ser Oído (sic) e intrínsecamente a
Contradecir (sic), establecido en el art. 49.3 de la CRBV (sic).

Adicionalmente, acusó la errónea valoración del acta de reenganche que se evacuó como
elemento probatorio del procedimiento contencioso administrativo que arrojó como resultado
en fallo impugnado con el ejercicio de la presente acción de amparo, estimando sobre este
particular que en el referido instrumento existen textos con distintas grafías que permitían
entrever “situaciones fuera de lo común que requerían la verificación por parte de la autoridad
judicial”.

Asimismo, delató la falta de aplicación de la preeminencia constitucional establecida en los


artículos 334 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y 20 del Código

Las vías de hecho administrativa se configura cuando la Administración Pública actúa sin
haber adoptado previamente una decisión que le sirva de fundamento jurídico o, cuando en
el cumplimiento de una actividad material de ejecución la Administración comete una
irregularidad grosera en perjuicio del derecho de propiedad o de una libertad pública. Es una
actuación realizada sin competencia o sin ajustarse al procedimiento establecido en la ley.
De igual forma, la jurisprudencia define la vía de hecho como una actuación de la
Administración contraria a derecho, capaz de lesionar la esfera jurídica subjetiva del
particular, sin llevar a cabo un procedimiento previo, quedando excluidas de esta categoría
las actuaciones materiales expeditas necesarias para la efectiva protección del interés general.
Para una posición de la doctrina, la vía de hecho se manifestará en tres gradaciones siguiendo
a la doctrina francesa: 1) La vía de hecho nacida de un acto administrativo dictado en
violación u omisión flagrante de uno o varios de los elementos esenciales constitutivos del
acto administrativos (objetivos, subjetivos o formales); 2) La vía de hecho surgida de la
ejecución forzosa e irregular de un acto administrativo o legislativo en violación del derecho
de propiedad o de alguna libertad pública; y 3) La vía de hecho nacida de una actuación
material de la Administración que afecte el derecho de propiedad particular o alguna de las
libertades públicas, sin que exista un acto legítimamente formado constituido y notificado,
que legitime o soporte tal actuación material. La jurisprudencia venezolana ha aceptado como
supuestos generadores de la vía de hecho la coacción administrativa ilegitima representada
por los presupuestos de incompetencia y de prescindencia total y absoluta del procedimiento
legalmente establecido.
Agrega otra posición en la doctrina nacional, que los elementos constitutivos de la vía de
hecho administrativa son: 1) Que el objeto de la lesión sea un derecho fundamental; 2) Que
la lesión sea grave; 3) Que la actuación de la Administración carezca de titulo (sic) jurídico.
A ello se añade como condicionamiento para que el actuar ilegitimo sea susceptible de
considerase una vía de hecho, que tal actuación deberá: 1) Estar expresamente prohibida; 2)
Carecer de un acto jurídico previo; 3) Lesionar un derecho o garantía constitucional, o
implicar una afectación a los derechos individuales o a los intereses jurídicos.
En ese orden de ideas, también se destaca que con el régimen de la vía de hecho se persigue
la prevención de las lesiones graves a los derechos fundamentales, o bien su cesación, y en
tal caso, la reparación de sus consecuencias.
No obstante tal tendencia doctrinaria, en sus recientes criterios la Sala Político Administrativa
del Tribunal Supremo de Justicia sigue apegada a la concepción tradicional de la vía de
hecho, y en tal sentido enuncia los tres casos que según la doctrina configurarían la vía de
hecho: a) Vía de hecho que resulta de la inexistencia de la decisión ejecutoria; b) Vía de
hecho que resulta de un vicio en la ejecución y; c) Vía de hecho que resulta de la inexistencia
de la decisión de ejecución. (Sentencia Nº 1500, emanada de la Sala Político Administrativa
del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha: 27 de junio del 2000, Expediente Nº 16.689,
caso: ‘CONSTRUCTORA PEDECA C.A Vs. GOBERNACIÓN DEL ESTADO
ANZOÁTEGUI”).’. En este sentido se cita:
…omissis…
Colorario (sic) con las Decisiones (sic) up supra, cabe esta Juzgadora peguntarse ¿resulta
posible que un acto administrativo sea a la vez una vía de hecho? No, en primer lugar, por
aplicación de principios lógicos, a saber, los de identidad y de (no) contradicción. Un acto
administrativo no es más que eso, un acto administrativo, válido, nulo o anulable, pero no
por ello menos acto administrativo. De allí que la vía de hecho podrá ser cualquier otra cosa,
pero no un acto administrativo, toda vez que un acto jurídico (por mas viciado que esté) no
es susceptible de ser al mismo tiempo una vía de hecho, sobre todo si se considera que esta
ultima (sic) (la vía de hecho) se postula como precisamente lo opuesto a la vía de derecho.
Así las cosas, en el caso sub iudice alega la parte recurrente que, la Juez A quo vulnero (sic)
el articulo (sic) 335 de la Constitución de la Republica (sic) Bolivariana de Venezuela, por
cuanto a su decir interpreto (sic) erróneamente las disposiciones jurisprudenciales emanadas
de la Sala Constitucional de nuestro máximo Tribunal, inherente a la definición de vías de
hecho, así como las particularidades que permiten configurar las vías de hecho de la
Administración Publica (sic).
Igualmente señala la vulneración del derecho a la Tutela Judicial Efectiva establecida en el
artículo 26 y el alcance de la Jurisdicción Contencioso Administrativa establecida en el
artículo 259 ejusdem (sic), ambas normas establecidas en la Constitución de la Republica
(sic) Bolivariana de Venezuela.
de Especialista en Gestión Humana, en virtud que, ésta no actúa como funcionaria pública o
representante de la Inspectoría del Trabajo ni mucho menos. Como se dejo (sic) asentado, el
funcionario en ejercicio de sus funciones es quien da la fé (sic) pública de los hechos
acaecidos en el acto de restitución del trabajador a su puesto de trabajo, vale decir el día
11/08/2016. Siendo así las cosas, no quedo (sic) demostrado a los autos que el despido fuese
negado, por lo que, mal se pudo aperturar (sic) una articulación probatoria conforme lo prevé
el articulo (sic) 425, numeral 7 de la Ley Sustantiva Laboral. Mal puede asirse el recurrente
de una vulneración al acceso de una fase probatoria completa y exhaustiva, cuando el
funcionario en ejercicio de sus funciones compareció ante la demanda a los fines de
materializar la restitución del trabajador a su puesto de trabajo, dando fe en el acta de
reenganche de los hechos acontecidos, más no de la valoración que pretende la parte
recurrente que se le de (sic) a la referida acta de reenganche, es decir, de la supuesta negación
del despido. En conclusión se desecha la presente delación. Y ASI SE DECIDE.
En cuanto a la presunción de inocencia alegada, de conformidad con el artículo 49, numeral
2, de nuestra Carta Magna, sustenta que cuando un trabajador amparado con inamovilidad,
sea despedido, y éste siempre que sea negado, deberá necesariamente ser probado, pues se
presume la inocencia del patrono que esta indiciado del mismo. En este sentido, como se
explano sub iudice, no quedo (sic) demostrado a los autos que el despido fuese negado, por
lo que, mal se pudo aperturar (sic) una articulación probatoria conforme lo prevé el articulo
(sic) 425, numeral 7 de la Ley Sustantiva Laboral. Mal puede asirse el recurrente de una
vulneración al acceso de una fase probatoria completa y exhaustiva, cuando el funcionario
en ejercicio de sus funciones compareció ante la demanda a los fines de materializar la
restitución del trabajador a su puesto de trabajo. Dando fe en el acta de reenganche de los
hechos acontecidos, más no de la valoración que pretende la parte recurrente que se le de
(sic) a la referida acta de reenganche, es decir, de la supuesta negación del despido. En
conclusión se desecha la presente delación. Y ASI SE DECIDE.
Precisado lo anterior, se estima pertinente hacer notar que el procedimiento para el
reenganche y restitución de derechos contemplados en la vigente Ley Orgánica del Trabajo,
los Trabajadores y las Trabajadoras, ex artículo 425, se concibe como un proceso
administrativo en el que no se requiere la capacidad de postulación que sí es necesaria para
desplegar actuaciones válidas en sede jurisdiccional. Entiéndase así que, según lo
contemplado mencionado artículo de la ley marco sustantiva laboral, una vez que es admitida
la denuncia del trabajador requirente mediante la cual acusa la ruptura del vínculo laboral
que mantenía con una determinada entidad de trabajo por decisión unilateral de esta sin que
exista justo motivo que lo avale, el funcionario administrativo se trasladará en compañía del
denunciante a la sede física de la entidad empleadora y procederá a notificar al patrono o sus
representantes de la denuncia presentada y de la orden de reinstalación del trabajador a su
puesto de labores con el consecuente pago de los salarios y demás beneficios dejados de
percibir, la que procurara ejecutar en esa oportunidad.

No pretende más que significarse que la propia ley reguladora de esta actividad proteccionista
a la clase trabajadora, prevé que este especial procedimiento administrativo para la
materialización de la orden de reenganche y pago de salarios caídos debe llevarse a cabo
frente al patrono o a sus representantes, quienes podrán exponer en ese momento de forma
válida los argumentos que a bien tengan presentar ante la denuncia que le es allí impuesta,
siendo que para la realización efectiva de esa actividad alegatoria llevada a cabo dentro del
procedimiento administrativo, no es necesaria la presencia física de un profesional del
derecho, teniendo la obligación el funcionario actuante de dejar constancia en acta de todo lo
allí actuado tal y como se dispone en la parte in fine del artículo 425.3 de la Ley Orgánica
del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras.
Según lo concebido en el texto normativo de esta ley, en modo alguno la función tuitiva del
Estado al hecho social denominado trabajo debe estar supeditada a la presencia física de
determinados operadores de justicia, pero quienes están llamados a actuar frente a la
Administración Pública en este especial proceso restitutivo sí pueden asistirse de
profesionales del derecho, entendiéndose que esa asistencia no es la concebida como la
asistencia técnica que es necesaria para desplegar actuaciones válidas dentro de procesos de
índole jurisdiccional, sino la de consulta o asesoramiento que bien puede ser in situ, cuando
la situación lo permita, o través de canales que permitan la comunicación entre el profesional
del derecho y la parte patronal, verbigracia la vía telefónica, mensajería o a través de
cualquier otro medio que lo haga posible, de allí que no pueda concebirse la conculcación
del derecho a la defensa o al debido proceso alegado por la hoy quejosa sobre este particular
y así se deja establecido.

Ello así, se entiende que en el desarrollo del citado numeral 4 del artículo 425 de la Ley
Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras, se permitió expresamente el
ejercicio del derecho a la defensa en un debido proceso que debe ser garantizado en las
actuaciones administrativas según lo consagrado en el artículo 49 constitucional, en este
sentido, se considera necesario resaltar que estos derechos deben ser entendidos con la
directriz de que en todo proceso, sea judicial o administrativo, deben cumplirse las garantías
indispensables para que se escuche a las partes, se les permita el tiempo necesario para
presentar pruebas y ejercer plenamente la defensa de sus derechos e intereses, siempre de la
manera prevista en la ley; de forma tal, que la controversia sea resuelta conforme a derecho,
en aras de una tutela judicial efectiva.
Siguiendo este hilo argumentativo, debe acotarse que estas garantías constitucionales
persiguen como finalidad que los derechos que poseen las partes en el iter procedimental
permanezcan incólumes, sin que los mismos se vean limitados o restringidos de manera tal
que impida el ejercicio pleno y efectivo de otros derechos relevantes dentro del proceso que
menoscaben los principios que el mismo debe ofrecer en la instrucción de un procedimiento,
el cual es definido como una serie ordenada, consecutiva y preclusiva de actos jurídicos
emanados de las partes o del órgano decisor, destinados a impulsar el proceso hasta la
efectiva satisfacción de las pretensiones deducidas en juicio. Ciertamente el artículo 257 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, consagra que el proceso constituye
un instrumento fundamental para la realización de la justicia y en armonía con esa disposición
constitucional, el artículo 49 del Texto Fundamental, desarrolla en forma amplia la garantía
del derecho a la defensa, con la finalidad de que toda persona ejerza el derecho a ser oída en
cualquier clase de proceso, con las debidas garantías y dentro de los lapsos razonables
determinados legalmente.

Estas disposiciones constitucionales están dirigidas a garantizar la seguridad jurídica de las


partes y constituyen una premisa general sobre el trámite procedimental que debe seguirse
en todo proceso, a los fines de evitar eventuales nulidades y recursos que impidan la
satisfacción de las pretensiones de los sujetos procesales involucrados en algún caso
concreto.

A mayor abundamiento, conviene precisar que, conforme al principio de colaboración de


poderes, al carácter complejo de la función administrativa y a que la propia Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela reconoce en sus artículos 253 y 258, el sistema de
justicia se encuentra compuesto por una pluralidad de mecanismos de heterocomposición de
conflictos, entre los cuales interviene la Administración en ejercicio de una función que aun
cuando es propia de los tribunales de la República, puede ser desarrollada por otras figuras
subjetivas del Estado a través de actos administrativos que puede dictar la Administración
del Trabajo de contenido resolutorio que han sido denominados como cuasi-jurisdiccionales¸
en los que precisamente se dirimen conflictos entre los administrados, lo cual ya ha sido
reconocido por esta Sala Constitucional en su sentencia n.° 1.889, del 17 de octubre de 2007,
en la que se dejó establecido que:

“…la actividad administrativa del Estado no debe ser observada desde una perspectiva
restringida en sentido sustancial, pues su carácter complejo conlleva a que se materialice a
través de actos administrativos materialmente compuestos que no acaban su contenido en la
concreción de una actividad eminentemente prestacional, sino que se extienden a normar y a
declarar el derecho y aplicar la ley, es decir, que un acto administrativo puede crear derecho
y al mismo tiempo y en términos de Cuenca (Derecho Procesal Civil. Caracas: Universidad
Central de Venezuela, 2° edición. 1969. P. 73), dirimir un conflicto.
Es evidente entonces, que la iuris-dictio o potestad de "decir" el derecho a los fines de
resolver una disputa donde se ventila una situación jurídica, no puede ser actualmente
concebida como aquella parte del ius imperium conferida de forma exclusiva y excluyente a
los juzgados, pues, se reitera ninguna función esencial del Estado es desarrollada de forma
impermeable por una de las ramas del Poder Público.

Con relación a los vicios imputados al razonamiento judicial cuestionado, consideró que “[la]
Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, al estimar en su sentencia del
04 de julio de 2012, que el demandante: ‘se desempeñaba como contratado en el cargo de
‘FISCAL DE SEGURIDAD’, sin que se evidencie que tenía atribuidas funciones de
dirección o confianza, ni que fuese un trabajador temporero, ocasional o eventual’, y concluir
que ‘para el momento del despido, el ciudadano D.R.G. se encontraba presuntamente
amparado por la inamovilidad laboral prevista en el precitado Decreto Presidencial N° 8.732,
en razón de lo cual debe esta Sala declarar que el Poder Judicial no tiene jurisdicción para
conocer la solicitud planteada, por corresponder su conocimiento a la Administración Pública
por órgano de la Inspectoría del Trabajo’, incurrió en las siguientes violaciones de derechos
y garantías constitucionales (…) el principio de la legalidad, el principio de la progresividad
de los derechos humanos, el derecho a la vida y seguridad de los usuarios del servicio, el
derecho al libre tránsito de las personas por el territorio nacional e internacional, el derecho
a un servicio público de calidad y la responsabilidad patrimonial del Estado, consagrados en
los artículos 19, 22, 43, 50, 55, 117, 137 y 140 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela (…)” (Destacado del texto citado).

La Estabilidad es un derecho fundamental de los trabajadores, que le garantiza


su permanencia en el empleo. Dada su importancia, en Venezuela está regulada a
partir de la Constitución en normas derivadas, a saber: la Ley del Trabajo, su
reglamento y otras normas.

A los fines de resolver las situaciones en que este derecho ha podido estar
vulnerado, en el país han existido desde Comisiones Tripartitas (regidas por la Ley
Contra Despidos Injustificados), vinculadas al Ministerio con competencia en
materia del trabajo, hasta Tribunales especializados y no especializados en la
materia laboral. A partir de la vigencia de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo
(LOPT), desde agosto de 2003, solo son competentes los Tribunales del Trabajo.
Aunque si se trata de la circunstancia de un trabajador que goza de fuero sindical
o de inamovilidad, o sea, situaciones de estabilidad absoluta, corresponde conocer
a las Inspectorías del Trabajo.
En este trabajo, nos abocaremos a considerar la regulación de la Estabilidad, a
partir de la Ley Orgánica del Trabajo, las Trabajadoras y los Trabajadores
(LOTTT), con vigencia desde mayo de 2012, haciendo algunas comparaciones con
lo antes previsto en la legislación.

Destacamos que la LOTTT estableció en su Disposición Derogatoria Primera, la


supresión de los artículos 187 al 192 de la LOPT, relacionados al procedimiento
judicial de estabilidad, para ser regulado por aquella, en sus artículos 89 al 91. Aquí
se evidencia una falla de técnica legislativa, ya que mediante un Decreto-Ley (la
LOTTT) fue reformada la LOPT.

Estamos en presencia de una institución trascendental del Derecho del Trabajo,


que como hemos indicado y analizaremos, comprende aspectos tanto sustantivos
como procedimentales.

1. La Estabilidad como derecho a los trabajadores

1.1 N OCIONES DOCTRINAL Y NORMATIVA

En su sentido más amplio, la estabilidad es uno de los elementos de la relación


de trabajo, que se suma a la prestación de servicios, a la remuneración y a la
dependencia o subordinación; al encontrarse el sujeto que labora en circunstancias
que definan su permanencia en el servicio, sea en el sector público o privado.

Alfonzo-Guzmán (1985: T. 1, 611) define la Estabilidad como:

una garantía de permanencia en el empleo, o, más amplia y correctamente,


como el derecho del trabajador de mantenerse en la misma situación
jurídica, económica y social que posee en la empresa por efecto del cargo
que en ella desempeña

La Estabilidad Laboral es reconocida por la Carta Fundamental, al establecer:


“La Ley garantizará la estabilidad en el trabajo y dispondrá lo conducente para
limitar toda forma de despido no justificado. Los despidos contrarios a esta
Constitución son nulos” (Art. 93).

También la Ley del Trabajo, dispone:

La estabilidad es el derecho que tienen los trabajadores y trabajadoras a


permanecer en sus puestos de trabajo. Esta Ley garantiza la estabilidad en
el trabajo y dispone lo conducente para limitar toda forma de despido no
justificado, conforme consagra la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela. Los despidos contrarios a la Constitución y a esta Ley son
nulos” (Art. 85 LOTTT)

A su vez se enfatiza sobre la garantía de estabilidad (Art. 86 LOTTT).

Visto el contenido de las disposiciones correspondientes, tanto constitucional


como legales, compartimos el criterio de Aguilar (2014:67), quien afirma: “la
LOTTT no se ajusta al mandato Constitucional del artículo 93” y argumenta que
esta última no consagra una fórmula de estabilidad absoluta, si no que distingue
entre los despidos nulos y los despidos injustificados, y que deben ser limitados
por el legislador.

Por su parte, la Ley del Estatuto de la Función Pública establece sobre la


estabilidad, entre los derechos exclusivos de los funcionarios públicos de carrera,
y por tal razón, estos solo podrán ser retirados del servicio, por las causales
contempladas en la Ley (Art. 30).

1.2. T RABAJADORES A MPARADOS

La LOTTT en atención a la naturaleza de la relación de trabajo (a tiempo


indeterminado, tiempo determinado o para una obra determinada), enumera en su
artículo 87, a los trabajadores que gozan de este derecho a la estabilidad. En este
sentido, hay que considerar lo siguiente:

a. Trabajadores por tiempo indeterminado, a partir del primer mes de


prestación de servicios;
b. Trabajadores por tiempo determinado, mientras no esté vencido el término
del contrato;
c. Trabajadores para una obra determinada, hasta la conclusión de las tareas
correspondientes.

De manera expresa, en la última parte de la norma en consideración, queda


previsto que los trabajadores de dirección, no estarán amparados por estabilidad.

1.3. C LASES DE E STABILIDAD


El derecho de permanencia en el empleo presenta básicamente dos modalidades,
atendiendo a la condición del trabajador, a saber:

1.3.1.E STABILIDAD A BSOLUTA O PROPIAMENTE DICHA

Esta clase de estabilidad origina a favor del sujeto que la goza, el derecho a ser
reincorporado en el cargo del cual fue privado por su empleador, sin autorización
del Inspector del Trabajo de la jurisdicción. La Estabilidad Absoluta está
estrechamente relacionada con el llamado “fuero sindical” y la “inamovilidad”,
referidos en el artículo 418 LOTTT.

La LOTTT parece identificar el fuero sindical con la inamovilidad laboral (Art.


418), lo que técnicamente es impropio, aunque luego determina cuales trabajadores
gozarán de fuero sindical (Art. 419) y los que están protegidos por inamovilidad
(Art. 420), diferenciando así. De esta manera, queda en evidencia que el fuero
sindical y la inamovilidad tienen en común una prerrogativa, definida por la
necesaria calificación previa que debe hacer el Inspector del Trabajo, lo que en
sustancia define aspectos comunes o similares, pero en el fondo la inamovilidad
no se asocia con el fuero sindical, como se desprende al conocer sobre los
trabajadores que están protegidos por aquella.

En este sentido, gozan de fuero sindical los trabajadores frente a circunstancias


como: solicitud de registro de organización sindical; adhesión a alguna solicitud
de esa índole; un número determinado de integrantes de la junta directiva de la
organización sindical, en atención al número de trabajadores de la empresa
(llamada en la LOTTT “entidad de trabajo”); los trabajadores frente a un proceso
eleccionario en su sitio de trabajo; los postulados a cargos sindicales; y los
trabajadores en un trámite de negociación de convención colectiva (incluyendo la
negociación centralizada mediante la reunión normativa laboral –RNL-) y aquellos
que ejerzan el derecho de huelga.

Por otro lado, están protegidos por inamovilidad, los trabajadores siguientes: las
trabajadoras en estado de gravidez; los trabajadores “pareja” de las anteriores; los
que adopten a niños menores de tres años; los que tienen hijos con alguna
discapacidad o enfermedad muy limitante; los trabajadores durante la suspensión
de la relación de trabajo (situaciones del Art. 72 LOTTT) y en otros casos
normativos (aquí cabe la inamovilidad por Decreto, aplicada de manera continua
desde 2002).

Queda establecido, que este fuero tiene carácter temporal, y así en muchos casos
la inamovilidad . Destacamos que la inamovilidad tiene carácter permanente en
casos como el de trabajadores con hijos que presenten alguna enfermedad o
discapacidad, que les impida o dificulte valerse por sí mismos (Art. 347 LOTTT).

En la LOTTT están previstas sanciones en esta materia, a saber: 1) infracción a


la inamovilidad laboral (Art. 531), que se traduce en multa para el empleador que
no cumpla con el trámite previo a la calificación de despido de los trabajadores
amparados por aquella; 2) arresto al empleador en las personas que identifica (Art.
538), por varias cusas: a) desacato de la orden de reenganche (administrativa o
judicial, según sea el caso), b) violación del derecho a huelga y c) incumplimiento
u obstrucción de la ejecución de decisiones emanadas de las autoridades
administrativas del trabajo.

En cuanto a lo anterior, al estudiar los aspectos penales y procesales de la


LOTTT, Rosell (2013: 79) destaca que en este caso “se viola el principio de la
reserva legal del Poder Legislativo para tipificar las conductas que se consideran
delito” siendo los autores de esta violación flagrante de disposiciones
constitucionales, los tres órganos de mayor relevancia del Estado Venezolano, a
decir del autor y confirmación de nuestra parte.

En la norma 538 de la LOTTT, son violados los principios penales siguientes: a)


de tipificación estricta, b) de lesividad, c) de proporcionalidad, d) de Derecho Penal
del acto y e) de responsabilidad subjetiva (Rosell, 2013).

En todo caso, ese carácter punitivo en estas normas, no ha sido obstáculo para la
constante violación de este derecho, tanto de parte de empleadores públicos como
privados, y por el contrario, el abarrotamiento de causas pendientes de trámite y
decisión en las Inspectorías del Trabajo es cada vez mayor.

1.3.2. E STABILIDAD R ELATIVA O IMPROPIA

Esta estabilidad tan solo genera a favor del trabajador, el derecho a una
indemnización cuando es retirado o despedido por causa imputable a su empleador.
Se trata de la clase de estabilidad general aplicable antes de la vigencia de la
LOTTT, siendo posible persistir en el despido mediante un pago indemnizatorio.

Por otro lado, está la Estabilidad Especial o sui generis, como refiere García Vara
(1995). la cual era reconocida a los trabajadores de la Industria Petrolera Nacional,
con fundamento legal (Ley que Reserva al Estado la Industria y el Comercio de los
Hidrocarburos -Art. 24-, derogada por la Ley Orgánica de Hidrocarburos -Art. 32-
) y convencional (prevista en las distintas Convenciones Colectivas Petroleras).
Además contó con interpretaciones jurisprudenciales, orientadas a garantizarla,
pero a raíz del llamado “Paro Petrolero” de fines de 2002 y comienzo de 2003,
surgió un nuevo criterio (sentencia de fecha 29-05-2003 de la Sala de Casación
Social del Tribunal Supremo de Justicia), donde se estableció que a tales
trabajadores aplica el régimen de estabilidad relativa. A partir del “Paro Petrolero”,
se registraron despidos masivos y arbitrarios, lo que ha sido constatado en informes
del Comité de Libertad Sindical de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT, 2004).

Hasta la entrada en vigencia de la LOTTT (mayo 2012), no había duda que la


Estabilidad Relativa constituía el régimen general aplicable a los trabajadores
(dependientes, no por cuenta propia). Actualmente como se observará más
adelante, a primera vista, no aparece posible la indemnización sustitutiva dentro
del procedimiento correspondiente, porque procede necesariamente el reenganche
o pago de salarios caídos (Art. 91 LOTTT).

Aunque es importante destacar la factibilidad del pago de una indemnización,


cuando el trabajador manifestare su voluntad de no interponer el procedimiento
para solicitar el reenganche (Art. 92 LOTTT), situación en la cual el empleador
deberá pagarle el equivalente al monto que le corresponde por las prestaciones
sociales, lo que en la práctica se identifica como un pago doble. También la
situación de pago de indemnización para evitar el procedimiento o dar por
terminado el que se encuentre en curso (Art. 93 LOTTT).

Con base a todo lo anterior, aun cuando no se presenta con la mayor claridad en
la LOTTT, la Estabilidad Absoluta pasa a ser la regla en el sistema de relaciones
de trabajo en Venezuela, lo que se enfatiza, quizá con fines populistas, con la
emisión de los Decretos de Inamovilidad, que al no definir un límite de salario, y
considerar tan solo un (1) mes de antigüedad en el servicio, benefician la gran
mayoría de los trabajadores en el país, con pequeñas excepciones.

Quizá resulte mejor apreciar que “es una estabilidad absoluta frente al empleador
y relativa para el trabajador, quien tiene como opción recibir la indemnización
prevista en la ley voluntariamente, cuando es objeto de un despido injustificado, o
recuperar su empleo”. Y en todo caso, “pareciera un sistema más beneficioso para
los trabajadores, pues su permanencia en el trabajo depende de su conducta
correcta únicamente y no del libre albedrio de su empleador” (Bontes, 2013: 56).

2. La Inamovilidad por Decreto:

De inicio destacamos que con la vigencia de la LOTTT (2012), no tiene sentido


decretar la inamovilidad, como se hace de manera continua desde 2002. La
orientación de la LOTTT como se ha planteado, define la estabilidad absoluta
como nueva regla en el sistema de relaciones de trabajo en Venezuela, lo que
implica a su vez inamovilidad, en consecuencia al seguir dictando los Decretos que
establecen sobre ésta , lo que se hace es ratificar o enfatizar lo que está definido
ya.

En este sentido, compartimos el criterio de Garay (2009: 249), quien afirma: “El
fin que persigue (el Decreto) no se logra a cabalidad pues si el empresario carece
de libertad para despedir, se frenará de tomar nuevos trabajadores, con lo cual
continuará el desempleo”. Y es que la realidad indica, que con el conocimiento que
tienen los trabajadores sobre el efecto de la inamovilidad, junto a todas las
prebendas que les reconoce la LOTTT, prácticamente se promueve el ausentismo
laboral, y en definitiva, queda en juego la eficiencia de la empresa y la
productividad como tal.

El último decreto en este sentido, fue dictado en fecha 30 de diciembre de 2014


(Gaceta Oficial Extraordinaria No. 6.168), y tendrá vigencia durante todo el 2015.

3. El Despido como Causa de Terminación de la Relación de Trabajo:

3.1. N OCIÓN

El Despido es una causa de terminación o extinción de la relación de trabajo, por


razones ajenas a la voluntad del trabajador. Esto tiene fundamento normativo en la
LOTTT (Encabezamiento Art. 77) y en el Reglamento de la LOT (Art. 35, letra a).

Como referimos, por mandato constitucional (Art. 93 CN) la Ley debe limitar
toda forma de despido no justificado, y queda previsto que los despidos contrarios
a la Constitución son nulos. Por su parte, la LOTTT lo comprende entre las causas
de terminación de la relación de trabajo (Art. 76), precisando sus clases (Art. 77)
y las causas justificadas de despido (Art. 79). Como vemos, esta institución no ha
sufrido cambio de denominación en la LOTTT.

El Despido es la razón más frecuente para finalizar la relación laboral, al menos


en Venezuela, donde aún frente a decretos que han establecido desde hace más de
doce (12) años la inamovilidad, esto no ha puesto coto a esta medida, tanto de parte
de empleadores del sector privado, como de los del sector público.

3.2. C LASES

Tomando en cuenta las circunstancias del Despido, pueden establecer sus clases,
a saber:

3.2.1. J USTIFICADO
Esta clase de despido tiene lugar, cuando el trabajador incurre en incumplimiento
de sus obligaciones, con base a lo establecido en la Ley (Art. 80 LOTTT). Es muy
importante en este sentido, destacar lo relativo a la convalidación de faltas (Art.
82).

3.2.2. I NJUSTIFICADO

Es la clase de despido más común, que se produce cuando el trabajador es


retirado sin causa o razón que lo justifique o fundamente, después de un (1) mes
de antigüedad en el servicio.

3.3. E FECTOS

trabajadores gozan de Estabilidad Absoluta, es ante las Inspectorías del Trabajo,


que se proponen y cursa la mayoría de los procedimientos en la materia.

Medida cautelar: está prevista como una excepción a la solicitud de calificación


previa (Art. 423). Es la posibilidad que el empleador sea autorizado para mantener
separado al trabajador de su puesto de trabajo, ante circunstancias en las que este
ponga en peligro la seguridad de personas o de las instalaciones o bienes de la
empresa. Esta separación inicialmente podría asumirse por un tiempo no mayor de
48 horas, y podría mantenerse hasta tanto se resuelva la calificación de despido. El
trabajador durante este tiempo tendrá derecho a recibir el salario y demás
beneficios legales.

4.2.1.2. Instrucción

Si no hay lugar a conciliación y en consecuencia a la terminación del


procedimiento, será abierta una articulación probatoria de ocho (8) días hábiles, de
los cuales los tres (3) primeros serán para la promoción de pruebas, y el tiempo
restante (5 días hábiles), para su evacuación o desahogo (numeral 3).

En este procedimiento aplicaran todas los medios de prueba previstos en la


LOPT, por remisión de la LOTTT (numeral 3)

4.2.1.3. Decisión y Ejecución

Concluida la etapa probatoria, las partes deberán presentar sus conclusiones en


dos días hábiles (numeral 4). Seguido a aquello, el Inspector del Trabajo cuenta
con un lapso máximo de diez (10) días hábiles para decidir (numeral 5).
No hay lugar a apelación contra la decisión del Inspector, y queda abierta la
opción del Recurso Contencioso Administrativo Laboral ante los Tribunales del
Trabajo competentes (Ultimo Aparte).

La ejecución correspondiente, se entiende estará en función al alcance de la


decisión. Si la solicitud es declarada sin lugar, no procederá lo requerido, pero si
tiene lugar la solicitud, podría implicar el despido del trabajador, su traslado o la
modificación de sus condiciones de trabajo, según sea el caso.

Dispone la LOTTT (Art. 424) que si se produce el despido durante el


procedimiento, este debería suspenderse hasta tanto se verifique el reenganche.

4.2.2. P ROCEDIMIENTO PARA LA P ROTECCIÓN DEL F UERO S INDICAL


(P ROCEDIMIENTO DE C ALIFICACIÓN DE D ESPIDO ). A RT . 425 LOTTT.

4.2.2.1. Introducción: la Solicitud para el Reenganche y Restitución de


Derechos

En esta circunstancia, el accionante es el trabajador que goza de fuero sindical o


de inamovilidad laboral, y ha sido despedido, trasladado o desmejorado en sus
condiciones de trabajo. En un plazo de treinta (30) días continuos este deberá
interponer denuncia ante la Inspectoría del Trabajo, a los fines de solicitar la
restitución de la situación jurídica infringida (por despido u otros), así como para
el pago de los salarios caídos.

El escrito correspondiente debe cumplir las exigencias previstas en la Ley


(numeral 1, Art. 425 LOTTT). El Inspector del Trabajo debe examinar la denuncia
y solicitud presentadas, resolviendo sobre su admisión, así como la verificación de
la prerrogativa del fuero sindical o la inamovilidad de parte del denunciante-
solicitante y la presunción de laboralidad. Cumplido aquello, la autoridad
administrativa del trabajo ordenara la restitución de la situación jurídica infringida,
con el pago de los salarios dejados de percibir (numeral 2). En

ese sentido, mediante traslado inmediato a la empresa, hará efectivo lo anterior


(numeral 3).

Si existiere deficiencia en la solicitud o sus anexos, le será requerido al trabajador


subsane (numeral 2).

La ausencia o negativa del patrono a comparecer para algún acto previsto, dará
como válidas las declaraciones del trabajador afectado (numeral 4)
4.2.2.2. Instrucción

Tendrá lugar una articulación probatoria de ocho (8) días (de los cuales 3 para la
promoción y 5 para evacuación), en caso que el Inspector considere sea necesaria
para comprobar la existencia de la relación de trabajo (numeral 7). Para algún otro
efecto, tendría aplicación supletoria la LOPT.

4.2.2.3. Decisión y Ejecución

Concluida la etapa probatoria, en un lapso de ocho (8) días el Inspector decidirá


sobre el reenganche y la restitución de la situación jurídica infringida (numeral 7).
Esta decisión no será apelable, quedando a salvo el derecho de las partes de acudir
a los tribunales (numeral 8).

Podría proponerse el recurso contencioso administrativo de nulidad contra


aquella decisión, pero a este no se le dará curso, cuando en caso de reenganche no
se le haya dado cumplimiento a la medida (numeral 9).

Como fue descrito, podría haber lugar a una ejecución en el momento inicial del
procedimiento, cuando surge debidamente comprobada la existencia de la relación
de trabajo y la circunstancia del hecho. De otra manera, desarrollada la etapa
probatoria, y emitida la decisión, la ejecución, al igual que en el caso anterior,
estará en función a la naturaleza de la decisión.

El impedimento u obstáculo de parte del empleador, a los fines de la ejecución


de la decisión correspondiente, permitirá al Inspector requerir el apoyo de las
fuerzas del orden público (numeral 5), y si esto persistiere, será considerado
flagrancia, y el empleador podrá ser puesto a la orden del Ministerio Publico, para
su presentación ante los tribunales (numeral 6).

Conclusiones

La nueva Ley del Trabajo, la LOTTT, modifica la noción de Estabilidad,


definiendo a la estabilidad absoluta como regla en el sistema de relaciones de
trabajo en Venezuela. Por su parte, la misma Ley deroga las disposiciones de la
LOPT, que regulan el procedimiento judicial, y establece normas en ese sentido.

Los Decretos sobre Inamovilidad Laboral no lucen útiles, en un país donde


prevalece la estabilidad absoluta.
La estabilidad absoluta relacionada con el fuero sindical, es similar en cuanto a
sus efectos a la inamovilidad, aunque la diferencia entre unos y otros radica en la
condición de los sujetos beneficiarios.

En el procedimiento judicial de estabilidad se resquebraja la necesaria igualdad


procesal de las partes, cuando se dispone un lapso mayor para los trabajadores a
los fines de su comparecencia ante el órgano. Esto es a partir de la vigencia de la
LOTTT.
Si estudiamos el libro (la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las
Trabajadoras “LOTTT”) nos damos cuenta que el procedimiento a primera vista
es sencillo y rápido, lo inicial es que el patrono tiene 30 días contados a partir
de la falta cometida por el trabajador, para solicitar ante la Inspectoría del
Trabajo la autorización para su despido (calificación de la falta), la Inspectoría
la admite si cumple los requisitos legales, ya estudiados en la entrada anterior,
dentro de los tres (3) días hábiles siguientes notifica al trabajador para que
comparezca al segundo (2°) día hábil siguiente y de contestación a la solicitud,
si el patrono insiste en la calificación se abre una articulación probatoria de tres
(3) días hábiles para promover pruebas y cinco (5) días hábiles para evacuarlas,
posteriormente las partes tendrán dos (2) días hábiles para presentar
conclusiones y terminado ese lapso el Inspector del Trabajo cuenta con un
máximo de diez (10 ) días hábiles para dictar su decisión. En total desde el
momento en que se interpone la solicitud y se obtiene la decisión no habrían
transcurrir más de veintiséis (26) días hábiles o un poco más de un (1) mes
calendario

CARTA PODER

Yo ____________, venezolano, titular de la cédula de identidad ____________,


de este domicilio, ASISTIDO en este acto por el abogado en ejercicio
profesional, _________________________________, de este domicilio, titular
de la cédula de identidad número V-____________, e inscrito en el Instituto de
Previsión Social del Abogado (I.P.S.A.) bajo el N° ________________,
DECLARO QUE LE OTORGO PODER APUD ACTA O CARTA PODER
PARA QUE ME REPRESENTE EN EL PRESENTE PROCEDIMIENTO.
PODRÁ DESISTIR, CONVENIR, TRANSIGIR, RECIBIR CANTIDADES
DE DINERO EN MI NOMBRE ASÍ COMO SUSTITUIR ESTE PODER,
RESERVANDOSE SU EJERCICIO. PODRÁ HACER TODO CUANTO YO
HARÍA PARA MI DEFENSA. EL FUNCIONARIO DEL TRABAJO HACE
CONSTAR LA IDENTIFICACIÓN DEL PODERDANTE.

Es justicia en la Ciudad de _______________, a la fecha de su presentación

EL TRABAJADOR PODERDANTE

ABOGADO ASISTENTE / ABOGADO APODERADO


Interpretar, en el sentido jurídico; es descubrir el correcto sentido de una norma,
con objeto de determinar su alcance en cuanto a las relaciones jurídicas que ella
comprende. Toda norma, debe ser interpretada previamente a su aplicación; y
para descubrir la intención del legislador al sancionar el conjunto de reglas
integrantes del sistema jurídico laboral, es preciso tener en cuenta los principios
que lo condujeron a la promulgación de tal sistema jurídico integral.

• PRINCIPIO PROTECCIONISTA: este, en lugar de inspirarse en


un propósito de igualdad, responde al objetivo de establecer un amparo
preferente al trabajador, para lograr a través de éste, la igualdad entre las partes.
El Estado es el garante de la creación de la norma para evitar que el que está en
el poder no abuse y así proteger al trabajador. El principio proteccionista es
prooperario y protectorio.

Este principio se expresa de tres maneras distintas:

a) Indubio Pro Operario: es el criterio que debe utilizar el juez o el intérprete


cuando existe una norma con muchas interpretaciones, en donde se aplicara
aquel que sea más favorables al trabajador. Consiste en otorgar un amparo a la
parte más débil en el contrato del trabajo. Éste se aplicara, solo cuando exista
una duda sobre el alcance de la norma legal, siempre que no esté en conflicto a
la voluntad del legislador. Corresponde aplicarse cuando realmente una norma
es susceptible a ser interpretada de diversas maneras, es decir, cuando hay una
verdadera duda. No se trata de corregir la norma y ni siquiera de integrarla, de
modo que cuando una norma no existe, no es posible recurrir a éste
procedimiento para sustituirse.
b) Aplicación de la norma más favorable: determina que en el caso de que haya
más de una norma aplicable, debe adoptarse por aquella que sea más favorable,
aunque no sea la que hubiese correspondido, de acuerdo a los criterios clásicos
sobre la jerarquía de la norma.

c) Condición más favorable: criterio por el cual, la aplicación de una nueva


norma laboral no podrá disminuir las condiciones más favorables en que
pudiese encontrarse el trabajador. Ejemplo: en un hecho que está ocurriendo
pero hay un cambio y el cual no está establecido en el contrato; entonces en
Juez toma la que más le convenga al trabajador. Son condiciones, situaciones
de hecho que altera las situaciones de derecho.

• PRINCIPIO DE IRRENUNCIABILIDAD: es la prohibición de


renunciar a los derechos del trabajador así sea por medio de voluntad expresa o
tácita. Nadie puede privarse ventajas o posibilidades establecidas a su propio
beneficio. Si se puede modificar, siempre y cuando, sea a mejoras del
trabajador, y las partes estén de acuerdo

En consecuencia, no será estimada como transacción la simple relación de


derechos, aun cuando el trabajador o trabajadora hubiere declarado su
conformidad con lo pactado. En este supuesto, el trabajador o trabajadora
conservará íntegramente las acciones para exigir el cumplimiento de las
obligaciones derivadas de la relación de trabajo. “Los Derechos del Trabajador
son Irrenunciables”, solamente en un contrato individual o colectivo se puede
modificar un derecho; solo para “Mejorar” al trabajador, pero NUNCA para
desmejorar o anular lo que está establecido en la ley.

• PRINCIPIO DE IGUALDAD DE TRATO: se refiere al pago del


salario del trabajador en el que hay que demostrar su capacidad y que se rige
por el principio “A igual trabajo, salario igual”.

• PRINCIPIO DE CONTINUIDAD DE LA RELACIÓN DE TRABAJO:


se basa en la permanencia del trabajador con la empresa de tracto sucesivo sus
efectos se cumplen con el transcurso del tiempo. No solo constituye un
beneficio para el trabajador en cuanto a transmitirle sensación de tranquilidad,
sino que redunda en beneficio de la propia empresa y a través de ella a la
sociedad, pues contribuye a aumentar el rendimiento y a mejorar el clima social
de las relaciones entre las partes.

En este principio, el mismo nombre lo indica “Continuo” que la labor


del trabajador sea continua y no temporal, aunque el contrato sea temporal que
se respete el termino del mismo. Cuando hay una prorroga continúan las mismas
condiciones del contrato original, se mantiene las condiciones; es diferente que
se termine el contrato y se realice unos nuevo con nuevas clausulas y
condiciones que pueden cambiar pero sigue habiendo continuidad porque se
trata de una misma persona.
• PRINCIPIO DE LA PRIMACÍA DE LA REALIDAD: en caso de
discordancia entre lo que ocurre en la práctica y lo que surge de documentos o
acuerdos debe darse preferencia a lo que sucede en el terreno de los hechos.
Este principio se utiliza cuando el Juez compara los hechos con el derecho. El
Juez ante los alegatos de las partes no se deja llevar por ellos sino que va al
hecho, constatando el hecho, va a la realidad y no se deja llevar por los
argumentos de las partes, porque no siempre lo que está en los contratos es la
realidad; sino, que el trabajador de repente realiza otras actividades y es por ello
que el Juez constata los hechos para tomar una decisión; todo depende de la
continuidad y del cargo que se venga ejecutando

• PRINCIPIO DE NO DISCRIMINACIÓN: por razón de género, sexo,


ideología o nacionalidad, acoso u hostigamiento sexual. El principio de la no
discriminación, se refiere a circunstancia que está en la persona como por
ejemplo el estado de gravidez o la minoría de edad (con permiso de trabajo) o
que se exija un examen médico. En este principio aparte del género esta la
nacionalidad en cuanto a los extranjeros se les debe dar el mismo trato que a los
venezolanos.

• PRINCIPIO DE BUENA FE: no es una norma, ni se reduce a una


o más obligaciones, sino que es un principal jurídico fundamental de todo
ordenamiento jurídico. Informa la totalidad del mismo y aflora de modo expreso
en múltiples y diferentes normas, aun cuando no siempre se le mencione en
forma expresa. El trabajo, es una relación estable y continua, en la que se exige
la confianza reciproca de ambas partes para el cumplimiento de las obligaciones
y el adecuado mantenimiento de tal relación resulta importante que ambas
partes actúen de buena fe.

Se parte de dos elementos esenciales que se están confrontando, el patrono y el


trabajador; ambos parten de la buena fe. Se parte de la buena fe de ambos, del
consentimiento en establecer un vínculo laboral. Aquí, hay que demostrar,
aparte que los dos tienen buena fe, el juez debe interpretar quien tiene la razón.
“La buena fe se presume, La mala hay que probarla”

Bbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbb
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TRABAJADOR AMPARADO POR INAMOVILIDAD NO PIERDE EL


DERECHO AL REENGANCHE ASI COBRE PRESTACIONES SOCIALES

Sala Constitucional del TSJ. Fecha: 15/12/2011. Sentencia N° 1952. Caso:


FRANCELIZA GUÉDEZ, contra la Asociación Civil Caja de Ahorro y
Préstamos de los Empleados Públicos de la Gobernación del Estado Miranda
(CAPEM)

(…)

De acuerdo con el criterio jurisprudencial transcrito supra, la “estabilidad


absoluta o propia”, está concebida como una protección temporal de
permanencia del trabajador en su empleo por circunstancias especiales o
excepcionales que origina, en su favor, el derecho a no ser despedido del trabajo
sino por las causales establecidas en la ley y con la autorización previa del
Inspector del Trabajo, mientras que la “estabilidad relativa o impropia”, esta
ideada como un sistema de protección básico, similar al de la estabilidad
absoluta aplicable a la generalidad de los trabajadores, el cual se diferencia en
que la obligación del patrono de reenganchar al trabajador es de carácter
facultativo; por lo tanto, al momento de ordenarse la reincorporación y pago de
salarios caídos de un trabajador despedido de manera injustificada, el patrono
puede liberarse de dicha carga resarciendo pecuniariamente el daño generado,
a través del pago de una indemnización por el despido. (Subrayado nuestro)

(…)

La estabilidad laboral como garantía del derecho al trabajo no constituye una


actividad exclusiva del legislador, ya que vista la doble dimensión (deber y
derecho) que envuelve la noción del trabajo, ello se traduce -tal como se indicó
supra- en un mandato directo a todos los Poderes Públicos para que diseñen
políticas públicas tendientes a efectuar una protección integral del mismo y es
precisamente en atención a ello que el Ejecutivo Nacional, como representante
del Poder Ejecutivo, en ejercicio de las atribuciones que le confiere el artículo
236, cardinales 11 y 24 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, en concordancia con lo previsto en los artículos 80 y 91 eiusdem, 2,
13, 22 y 172 de la Ley Orgánica del Trabajo, 84 letra c) y 95 de su Reglamento
diseñó un sistema especial de protección para ciertos y determinados
trabajadores, tanto del sector público como del privado en aras de salvaguardar
su derecho al trabajo, lo cual logró materializar a través de la figura del Decreto
de “inamovilidad laboral especial”.

(…)
Por lo tanto, siendo ello así, y visto que la accionante se encontraba amparada
por el Decreto de inamovilidad laboral especial señalado supra, la Asociación
Civil Caja de Ahorro y Préstamos de los Empleados Públicos de la Gobernación
del Estado Miranda (CAPEM), antes de proceder a su despido, debió haber
tramitado ante la Inspectoría del Trabajo del Municipio Guaicaipuro del Estado
Miranda, de acuerdo al procedimiento previsto en el artículo 453 de la Ley
Orgánica del Trabajo, la autorización correspondiente para proceder a su retiro,
asegurando de esta manera que la culminación de la relación laboral estuviese
ajustada a derecho.

Al no haber actuado de esa manera, la referida Asociación Civil se colocó al


margen de la ley, situación esta que no se puede considerar subsanada -tal como
erróneamente lo adujeron los tribunales de instancia- por el hecho de que la
accionante haya aceptado el pago de sus prestaciones sociales en el momento
de su retiro así como la indemnización prevista en el artículo 125 de la Ley
Orgánica del Trabajo, ya que tal razonamiento sólo pudiera resultar válido en el
caso de que se trate de un trabajador que disfrute de estabilidad relativa,
supuesto en el cual no se encontraba la accionante en amparo, quien estaba
protegida por el Decreto de inamovilidad laboral especial dictado por el
Ejecutivo Nacional. (Negrillas y subrayado nuestros)

Al respecto, esta Sala en sentencia N° 1.482 del 28 de junio de 2002 (caso: José
Guillermo Báez), determinó que la aceptación de prestaciones sociales por parte
de un trabajador implica una renuncia de su derecho al reenganche, pero sólo
en los casos en que el trabajador goce de estabilidad relativa. En tal sentido, la
decisión en referencia señaló que: (Negrillas y subrayado nuestros)

“…Dentro de los derechos negociables del trabajador, se encuentra el derecho


a la estabilidad relativa, cuyo correlativo es la obligación de reenganche que
tiene el patrono cuando decide, de manera intempestiva e injustificada (despido
ad nutum), la finalización de la relación laboral. La anterior aseveración es
demostrable fácilmente si se observa la posibilidad que el legislador le da al
patrono para que cumpla o no con su obligación del reenganche, ya que éste
puede escoger entre el reenganche del trabajador o el pago de la indemnización
que establece el artículo 125 de la Ley Sustantiva Laboral. Si el derecho a la
estabilidad relativa fuera un derecho irrenunciable, el legislador no hubiese
dado al patrono la facultad de escogencia entre el cumplimiento de una u otra
obligación. De allí que se pueda sostener que el trabajador puede disponer de
su derecho al reenganche, lo cual puede derivarse del recibo, de parte de éste,
de las prestaciones sociales que le correspondan con ocasión de la terminación
de la relación laboral, bien antes de la instauración de un procedimiento por
calificación de despido o bien después de ella, pues la obligación de pago de las
prestaciones sociales, por parte del patrono, surge o es causada por la
terminación de la relación laboral, independientemente del motivo que la
origine. Esa obligación es, a tenor de lo que dispone nuestra Constitución, de
exigibilidad inmediata (ex artículo 92); por ello, si el trabajador acepta el
cumplimiento de tal obligación, es porque admite la terminación de la relación
laboral, que es precisamente lo que se trata de evitar en un juicio de estabilidad,
el cual tiene, como fin último, el reenganche del trabajador: de allí que, si el
trabajador acepta el pago de las prestaciones sociales, está renunciando a su
derecho al reenganche, lo cual no es óbice para que pueda accionar ante los
órganos de administración de justicia, con la finalidad de reclamar otras
cantidades de dinero que estime se le adeuden, sin que pretenda la obtención
del reenganche…”(Negrillas de la Sala)
Tomando en cuenta las anteriores consideraciones y visto que, en el caso de
autos, el despido de la parte actora se efectuó sin tomar en consideración el
régimen especial de protección previsto a su favor por el Decreto N° 7.154 del
23 de diciembre de 2009 publicado en esa misma fecha en la Gaceta Oficial de
la República Bolivariana de Venezuela N° 39.334, resulta forzoso para esta Sala
declarar con lugar la acción de amparo incoada, pues la decisión accionada
partió de un falso supuesto al desconocer que la accionante se encontraba
tutelada por el régimen de estabilidad laboral especial dictado por el Ejecutivo
Nacional, lo que vulneró su derecho al debido proceso, a la defensa y al
principio de la irrenunciabilidad de los derechos laborales previstos en los
artículos 49, cardinal 1 y 89, cardinal 2 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela. En consecuencia, anula la decisión dictada el 11 de
noviembre de 2010 por el Juzgado Superior Primero del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Miranda y ordena que otro Juzgado
Superior del Trabajo de la misma Circunscripción Judicial, una vez efectuada
la distribución correspondiente, emita un nuevo pronunciamiento sobre el
recurso de apelación ejercido contra la decisión emitida el 18 de octubre de 2010
por el Juzgado Tercero de Primera Instancia de Juicio del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Miranda, tomando en consideración el
criterio expuesto en el presente fallo. Así se decide.

Por último, esta Sala Constitucional considera ineludible señalar que la


actuación desplegada por el Juzgado Tercero de Primera Instancia de Juicio del
Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Miranda y el Juzgado
Superior Primero del Trabajo de esa misma Circunscripción Judicial al emitir
pronunciamiento sobre la acción de amparo primigenia intentada por la
ciudadana Franceliza del Carmen Guédez Principal, contra la negativa de la
Asociación Civil Caja de Ahorro y Préstamos de los Empleados Públicos de la
Gobernación del Estado Miranda (CAPEM) a cumplir la Providencia
Administrativa N° 108-2010 dictada el 22 de marzo de 2010 por el Inspector
del Trabajo del Municipio Guaicaipuro del Estado Miranda, revela un
desconocimiento craso del régimen de estabilidad absoluta previsto en nuestro
ordenamiento jurídico, al obviar la protección especial que detentaba la
accionante por estar amparada por el Decreto de inamovilidad laboral especial
dictado por el Ejecutivo Nacional y, además, pone de manifiesto la falta de
atención de uno de los principios más importantes de todo proceso como lo es
el principio dispositivo, ya que no le estaba dado a estos órganos
jurisdiccionales que conocieron el amparo ejercido contra la contumacia de un
patrono, emitir un pronunciamiento distinto que no fuese verificar si existía o
no renuencia en el cumplimiento de la orden impartida por la Inspectoría del
Trabajo del Municipio Guaicaipuro del Estado Miranda y no proceder a objetar
-como en efecto lo hicieron- el contenido de la Providencia Administrativa,
como si se tratara de un juicio de nulidad contra el referido acto, más aun cuando
tal Providencia Administrativa se encontraba definitivamente firme al haber
transcurrido el lapso de ley para solicitar su nulidad, sin que hubiese sido
impugnada. En consecuencia, esta Sala Constitucional estima pertinente hacer
un llamado de atención a los jueces a cargo del Juzgado Tercero de Primera
Instancia de Juicio del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado
Miranda y del Juzgado Superior Primero del Trabajo de esa misma
Circunscripción Judicial para que en futuras ocasiones no vuelvan a incurrir en
errores similares a los expuestos. Así se decide.

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