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Estudios Internacionales 190 (2018) - ISSN 0716-0240 • 9–35

Instituto de Estudios Internacionales - Universidad de Chile

Chile como oferente de cooperación


Sur-Sur: la progresiva adaptación a los
nuevos tiempos y responsabilidades* 1

Chile as a provider of South-South


cooperation: the progressive adaptation
to new times and responsibilities

Guillermo Santander Campos** 2

Resumen
El presente artículo analiza la cooperación que Chile ha ofrecido
a otros países de similar o menor nivel de desarrollo desde hace
más de dos décadas. Para ello, se somete a estudio la política
chilena de cooperación Sur-Sur, presentando los principales
rasgos y particularidades de un modelo que, además de promo-
ver el desarrollo de los países de su entorno regional, conforma
una respuesta adaptativa a los cambios que se están registrando
en el escenario internacional en los últimos años. Conocer las
implicaciones, tendencias y desafíos futuros que presenta esta
política, atendiendo tanto a los factores estructurales como
socio-cognitivos que inciden en ella, constituye el propósito
principal de este artículo.

Palabras clave: Cooperación chilena – Cooperación Sur-Sur –


Sistema de cooperación para el desarrollo – Cooperación triangular.

* El artículo que aquí se presenta se deriva de la Tesis Doctoral sobre cooperación Sur-Sur
defendida por el autor en la Universidad Complutense de Madrid (Santander, 2016) y dirigida
por José Antonio Alonso y Rafael Díaz-Salazar, a quienes el autor agradece sus aportaciones
y permanente apoyo.
** Doctor en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales e investigador del Instituto Com-
plutense de Estudios Internacionales (ICEI). guillermosantander@icei.ucm.es.
Recibido: 11 de enero de 2017. Aceptado: 10 de mayo de 2018.

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Abstract
This article analyzes the cooperation that Chile has offered to
other countries with similar or lower level of development during
the last two decades. For that purpose, is analyzed the chilean
policy of South-South cooperation, presenting the main features
of a model that, in addition to promoting the development of
countries in its regional context, it is an adaptive response to the
changes that are occurring on the international system in the last
years. Knowing the implications, trends and future challenges
of this policy, paying attention to structural and sociocognitive
factors that explain the model adopted, are the main purposes
of this article.

Keywords: Chilean cooperation – South-South Cooperation –


Development Cooperation System – Triangular Cooperation.

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Chile como oferente de cooperación Sur-Sur: la progresiva adaptación a los nuevos tiempos y
responsabilidades

1. Introducción

Uno de los fenómenos más relevan- el desempeño de un rol dual, especial-


tes experimentados por el sistema in- mente desde los inicios de la década
ternacional en los últimos años es el de los noventa del pasado siglo. De
mayor dinamismo y protagonismo tal modo que, sin renunciar a seguir
adquirido por la denominada coope- recibiendo cooperación tradicional en
ración Sur-Sur, a través de la que un determinados ámbitos, ha puesto sus
país tradicionalmente considerado “en capacidades y experiencias a disposi-
desarrollo” comparte sus recursos y ción de otros países en desarrollo, eri-
capacidades con otro país de similar giéndose como uno de los principales
o menor nivel de ingreso. Se trata de oferentes de cooperación Sur-Sur en
un fenómeno que, además de estar en América Latina, como destacan de for-
estrecha relación con los cambios y ma sistemática los diversos informes
transformaciones más profundas que existentes en la materia (SEGIB, 2008-
se están produciendo a escala global 2015; CAD-OCDE, 2010).
—lo que descarta su presencia mera- A partir de los resultados obtenidos
mente coyuntural o pasajera—, deno- en un amplio trabajo de campo —que
ta la progresiva dilución que se está incluyó la realización de entrevistas en
produciendo en la rígida separación profundidad con expertos y expertas,
que tradicionalmente ha operado en el representantes de la sociedad civil y
sistema internacional de cooperación personas vinculadas a la gestión y a
(Alonso et al., 2014; Sanahuja, 2013 y la toma de decisiones de la coopera-
2008). Así, frente al clásico y reduccio- ción chilena1—, este artículo se dedi-
nista binomio “países donantes” (del ca a presentar los principales rasgos
Norte) / “países receptores” (del Sur), en y lógicas que caracterizan al modelo
la actualidad se asiste a un entramado chileno de cooperación Sur-Sur, así
más complejo y multidireccional que, como a analizar los principales desa-
como se ha señalado en algunos foros fíos e implicaciones que se derivan de
internacionales, parece demandar la esta política.
conformación de un sistema de “res-
ponsabilidades compartidas, aunque
diferenciadas”, entre los distintos paí- 1 En este sentido, el autor agradece muy sin-
ses, en lo que se refiere a la promoción ceramente su tiempo y colaboración a
todas estas personas y, de manera especial,
del desarrollo a escala global y, de ma-
a Cristina Lazo y Paz Milet, por su apoyo
nera más amplia, a la propia gobernan- y amabilidad a lo largo de un proceso que
za del sistema internacional. se desarrolló en el marco de una estancia
Dentro de este contexto, Chile ha de investigación en el Instituto de Estudios
Internacionales (IEI) de la Universidad de
ido asumiendo de manera progresiva Chile, institución a la que se hace extensivo
el agradecimiento.

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Con ese fin, y tras esta breve intro- dio los principales rasgos que parecen
ducción, el segundo epígrafe se dedica definir este modelo.
a presentar los principales elementos El quinto epígrafe aborda el papel
del marco estratégico más amplio en el desempeñado por una serie de elemen-
que se ubica la política de cooperación tos de tipo socio-cognitivo que, junto
de Chile. A partir de la presentación con otros factores de carácter estructu-
de las principales cifras disponibles, el ral, habrían condicionado la fisonomía
tercer epígrafe realiza una caracteriza- de la cooperación chilena. Por último,
ción de la cooperación Sur-Sur desple- en el sexto epígrafe se recoge un con-
gada por Chile hasta la fecha. El cuarto junto de conclusiones que se derivan
epígrafe, desde un punto de vista más del análisis precedente.
cualitativo y analítico, somete a estu-

2. El marco estratégico: inserción internacional y política


exterior de Chile

La inserción internacional de del rechazo de la comunidad interna-


Chile: la relevancia de la apertura cional al régimen vigente, en el ámbito
comercial económico mostraba un elevado grado
de apertura comercial hacia el resto del
Desde el punto de vista estratégico, la mundo, lo que era reconocido y puesto
cooperación Sur-Sur chilena se ubica como ejemplo por una parte impor-
en el marco más amplio de su política tante de esa comunidad internacional.
exterior, una realidad que, a su vez, no No obstante, con el retorno de la
puede ser entendida sin atender pre- democracia, en 1990, este modelo de
viamente al particular proceso de in- inserción económica externa fue per-
serción internacional experimentado cibido por amplios sectores como un
por el país en las últimas décadas y importante logro sobre el que debía
cuyos principales rasgos conviene se- asentarse la estrategia de desarrollo del
ñalar brevemente aquí. En este sentido, país (Quezada, 2012). A partir de este
durante la dictadura de Augusto Pino- diagnóstico compartido, y con algu-
chet (1973–1990), y particularmente en nas ligeras diferencias, los diversos go-
la década de los ochenta del pasado si- biernos que desde entonces se fueron
glo, Chile mostró una suerte de “diso- sucediendo, optaron por consolidar y
ciación” en su inserción internacional profundizar un modelo de inserción
(Ross, 2012): mientras en el ámbito po- económica fuertemente asentado en
lítico, el país sufría un marcado aisla- una amplia desregulación y liberali-
miento internacional como resultado zación comercial —con la firma de

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Chile como oferente de cooperación Sur-Sur: la progresiva adaptación a los nuevos tiempos y
responsabilidades

importantes Acuerdos y Tratados de lante. Dos de estos rasgos convienen


Libre Comercio— y en la atracción de ser destacados aquí. Por un lado, se
Inversión Extranjera Directa (IED), de ha otorgado una cierta primacía a lo
tal forma que se constituyó en un ele- comercial por sobre lo político, en el
mento común y apenas rebatido de la posicionamiento internacional y en las
política exterior desplegada por todos relaciones exteriores desplegadas por
ellos2. La firma de un elevado núme- Chile. Así, el predominio de esta visión
ro de acuerdos comerciales a lo largo de “política exterior comercial” habría
de estos años, con una considerable estado en la base de la ausencia de una
diversificación geográfica, el peso de estrategia de política internacional que
los flujos comerciales y de la entrada trascienda el objetivo de la inserción
de la IED en su PIB3 o la incorporación económica y, con ello, ha alentado un
a la OCDE, en 2010, son expresiones de comportamiento fundamentalmente
la decidida apuesta de Chile por mos- reactivo (Flisfisch, 2012; Fermandois,
trarse al mundo como una economía 2012) frente a un sistema internacio-
“flexible y abierta”. Este rasgo ha cons- nal crecientemente complejo y cam-
tituido un pilar esencial de una po- biante, que demanda mayores dosis
lítica exterior que, asentada en estos de visión estratégica. Por otro lado, la
instrumentos, sin duda ha mostrado apuesta de Chile por este modelo de
más elementos de continuidad que de inserción económica internacional ha
cambio hasta la fecha, conformando, provocado un cierto déficit en lo que
en la práctica, una política de Estado se refiere a su política exterior hacia
(Aranda y Riquelme, 2011; Milet, 2012). América Latina y le ha generado un
Esta decidida apuesta realizada por distanciamiento político con su entor-
Chile por el modelo de inserción inter- no regional (Fermandois, 2006). En un
nacional descrito, ha configurado un contexto político, especialmente desde
tipo de política exterior cuyos princi- mediados de la década de 2000, en el
pales rasgos e implicaciones permean que en la región comenzaron a prolife-
también a su propio modelo de coope- rar iniciativas de integración regional
ración Sur-Sur, como se verá más ade- de corte “postliberal”, que tratan de
otorgar mayor peso y centralidad a los
componentes políticos y sociales, Chi-
2 Estos gobiernos han sido los presididos por le se erigía como un exponente del de-
Patricio Aylwin (1990–1994), Eduardo Frei
Ruiz-Tagle (1994–2000), Ricardo Lagos nominado “regionalismo abierto” que,
(2000–2006), Michelle Bachelet (2006– como se vio y en sintonía con su mo-
2010), Sebastián Piñera (2010–2014) y, de delo de inserción internacional, pone
nuevo, Michelle Bachelet (2014–2018).
3 Mientras en 2012 el comercio y la IED supo-
el énfasis en la apertura comercial y la
nían, respectivamente, el 45,8% y el 3,1% integración fundamentalmente econó-
del PIB para el conjunto de América Latina, mica (Briceño, 2014; Sanahuja, 2009).
en el caso de Chile estas cifras se elevan
hasta el 68,1% y el 11,3% (PNUD, 2014).
Así, paradójicamente, este modelo de

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política exterior pareció integrar a Chi- Los fundamentos de la política


le en el mundo, a la vez que lo alejó de exterior chilena: principios y
sus vecinos (Ross, 2012). objetivos 6
Esta disonancia obligó a Chile a
mantener delicados equilibrios en la re- Esta tensión entre la apuesta por pro-
gión, desarrollando una “estrategia de fundizar una estrategia de desarrollo
contención y contraposición” (Flisfisch, y un modelo de inserción económi-
2012: 546), de tal modo que se mantenía ca internacional “flexible y abierto al
al margen o contrario a aquellas inicia- mundo”, por un lado, y el intento de
tivas que consideraba incompatibles reducir el distanciamiento político que
con su modelo de inserción económica en ocasiones le ha generado en su en-
internacional —fundamentalmente el torno regional, por otro, constituye el
ALBA, pero también de otras como Mer- marco de referencia sobre el que Chile
cosur4 o la Comunidad Andina5—, a la ha tratado de definir sus principios y
vez que trataba de impulsar otras ini- objetivos de política exterior. Junto
ciativas subregionales que consideraba con el respeto al derecho internacio-
más acordes con su visión y objetivos, nal y la promoción de la democracia
tales como la Alianza del Pacífico, de y los derechos humanos, Chile señala
carácter más comercial (Prado, 2014). como uno de sus tres principios fun-
Se trataba, en definitiva, de intentar damentales en materia de política ex-
profundizar la integración regional, terior la “responsabilidad de cooperar”,
pero hacerlo de manera compatible entendiendo que es necesario acudir a
con la liberalización comercial (Aranda marcos mancomunados y dar respues-
y Riquelme, 2011; Van Klaveren, 1998). tas cooperativas a los desafíos que plan-
Un difícil equilibrio al que se le trata tea la globalización. Así, asumiendo
de encontrar mejor acomodo en UNA- la responsabilidad que en esta tarea le
SUR y CELAC, iniciativas de las que Chile corresponde como miembro de la co-
forma parte desde su fundación. munidad internacional, Chile señala
su “compromiso firme de cooperar, a
través de sus recursos técnicos y hu-
manos” tanto a escala bilateral, como
multilateral y regional7.
Como reflejo de la constante an-
teriormente descrita, si se atiende al
decálogo de objetivos que Chile atri-

4 Chile no es Estado parte de Mercosur, aun- 6 Este apartado es una revisión ampliada y
que tiene estatus de Estado asociado. actualizada de lo recogido en Santander
5 Chile fue miembro fundador de la Comu- (2013).
nidad Andina en 1969, pero se retiró del 7 Información disponible en www.minrel.
acuerdo siete años después. gob.cl

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Chile como oferente de cooperación Sur-Sur: la progresiva adaptación a los nuevos tiempos y
responsabilidades

buye a su política exterior, se observa ciones de la región, para potenciar los


que los dos primeros en aparecer son beneficios del proceso de globalización.
la promoción de los intereses econó- En este sentido, destaca la importancia
micos del país y la “asociación comer- del desarrollo de proyectos conjuntos
cial con otros países”, por un lado, y en áreas como la infraestructura re-
la contribución al “fortalecimiento de gional y energética, la conectividad, la
la integración regional”, por otro. En coordinación de políticas sociales, la
lo que se refiere al primero de ellos, pobreza, el diálogo político o el libre
se enfatiza la fuerte dependencia que comercio, que son los que darían “un
tiene el desarrollo del país con el co- sentido real a la idea de integración”9.
mercio exterior, entendiéndose que Completan el decálogo de obje-
la política exterior constituye un ins- tivos de la política exterior chilena
trumento cada vez más relevante para otras ocho metas que, por su natura-
“favorecer la internacionalización de leza, cabría dividir en tres grupos. Por
nuestra economía, fortalecer la pro- un lado, aparecen dos objetivos que
moción comercial y fomentar el desa- se relacionan con la gobernanza de
rrollo económico y social de la nación”. la globalización y con la asunción de
De ahí que se considere de “fundamen- responsabilidades en el ámbito inter-
tal importancia” la existencia, a nivel nacional, como son los que aluden al
internacional, de escenarios económi- fortalecimiento del multilateralismo y
cos que favorezcan el libre comercio la promoción de la paz y la seguridad
y la reducción de barreras comerciales internacional. Por otro lado, aparecen
“de cualquier índole”. Como resultado otros dos objetivos más ligados a me-
de ello, la negociación de acuerdos co- jorar la percepción de Chile en el ex-
merciales, la promoción de las expor- terior, como son los que se refieren al
taciones, la atracción de inversiones y fortalecimiento de la imagen del país
la participación en los foros compe- y a la promoción de la cultura chile-
tentes en la materia, aparecen como na. Por último, aparecen otros cuatro
las principales líneas de acción dentro objetivos que cabría vincular a intere-
de este primer objetivo8. Sin embargo, ses directos de Chile en ámbitos muy
respecto del segundo de los objetivos específicos, como es el caso de los que
señalados, existe una menor precisión aluden a la promoción de los intere-
en cuanto a líneas de acción, limitán- ses marítimos y antárticos del país, la
dose a destacar la importancia de “in- búsqueda de seguridad energética, su
crementar la cooperación, asociación inserción en redes de ciencia y tecnolo-
y complementariedad” entre las na-

8 Información disponible en www.minrel. 9 Información disponible en www.minrel.


gob.cl gob.cl

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gía o, en fin, la asistencia y protección el desarrollo. Por un lado, el fortaleci-


consular a los chilenos en el exterior10. miento de las relaciones con Estados
Ante la ausencia de un documen- Unidos y Europa, en el que, en el caso
to estratégico específico, estos “fun- específico del primero, se señala como
damentos de la política exterior de una prioridad el establecimiento de
Chile” se limitan, pues, a trazar un programas de cooperación conjunta
amplio conjunto de principios y obje- para América Latina. Por otro lado,
tivos cuyo desarrollo y precisión tam- la transformación del Ministerio de
poco son acometidos en los apartados Relaciones Exteriores “en un organis-
dedicados a las relaciones exteriores mo más moderno, ágil y profesional”
del país en los sucesivos Programas (Gobierno de Chile, 2010), proceso del
de Gobierno. No obstante, en estos que no estaría exenta la AGCID.
documentos se recogen algunas orien- Por su parte, el Programa de Go-
taciones generales que resultan de inte- bierno de Michelle Bachelet (2014–
rés destacar, para completar el marco 2018) señala que la política exterior de
estratégico de la cooperación chilena. Chile “debe contribuir a lograr una
En el caso del Programa de Gobier- mayor unidad regional”, fundamen-
no de Sebastián Piñera (2010–2014), se talmente con América del Sur, desta-
establecía la “priorización de la rela- cándose el rol que pueden desempeñar
ción con América Latina y nuestros organismos como UNASUR y CELAC. En
países vecinos” (Gobierno de Chile, este marco, también se valoran positi-
2010). Una orientación geográfica de vamente “los esfuerzos de integración
la política exterior chilena que identi- de la Alianza del Pacífico”, incidiendo
ficaba también ciertos ámbitos clave en la necesidad de que no constituya
de trabajo, entre los que destacaban una iniciativa “excluyente o antagó-
algunos especialmente relevantes para nica” con otros procesos regionales.
la cooperación para el desarrollo que En todo caso, se percibe un cierto re-
Chile pretende impulsar, como son la visionismo, pendiente de contrastar
modernización política, la lucha con- en la práctica, en la medida en que
tra la pobreza, el medio ambiente o la a continuación se señala que “Chile
pretensión explícita de convertirse en ha perdido presencia en la región (…),
un centro neurálgico en materia de, se ha impuesto una visión mercantil
entre otros aspectos, formación de ca- de nuestros vínculos latinoamerica-
pital humano en la región. Junto a ello, nos y se han ideologizado las opcio-
en este documento se identificaban nes de inserción externa” (Gobierno
otros dos ejes de acción con implica- de Chile, 2014). Una revisión que de-
ciones en materia de cooperación para biera tener su correlato en el fortaleci-
miento de la política de cooperación
10 Información disponible en www.minrel.
gob.cl

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Chile como oferente de cooperación Sur-Sur: la progresiva adaptación a los nuevos tiempos y
responsabilidades

Sur-Sur desarrollada por Chile en los objetivos definidos por el país en este
próximos años. ámbito. Un contexto dentro del cual,
En suma, la cooperación Sur-Sur como se verá más adelante, por prime-
de Chile no puede comprenderse si ra vez se ha elaborado un documento
no es en el marco más amplio de su estratégico específico en materia de
política exterior y de las prioridades y cooperación para el desarrollo.

3. Caracterización de la cooperación Sur-Sur de Chile:


algunas cifras básicas¹¹

Uno de los aportes más relevantes rea- 2006 al poco más del millón de euros
lizados por la AGCID desde hace varios desembolsado en 2011, pasando por los
años ha sido la elaboración y publica- 7,31 millones de dólares ejecutados en
ción de informes sobre los flujos de 2009 (gráfico 1)12. Como es lógico, el
11

cooperación ejecutados por esta enti- trágico terremoto sufrido por el país
dad, documentos que se constituyen en febrero de 2010 parece estar en la
como la única fuente de información base del repliegue experimentado por
estadística relativa a la cooperación los fondos de la cooperación chilena
Sur-Sur de Chile. Si bien no cabe re- en esos años. No obstante, algunas
ducir la cooperación chilena a los da- estimaciones realizadas por la OCDE
tos de ejecución de la AGCID —por la que tratan de aglutinar el conjunto
diversidad de actores públicos implica- de la cooperación chilena, y no solo
dos en esta materia y las limitaciones de la AGCID, sitúan en 42,2 millones de
que AGCID tiene para centralizar toda dólares los fondos desembolsados en
la información (OCDE-AGCID, 2013)—, sí 2012, de los que el 74% sería canalizado
poseen una clara validez para disponer a través de organismos multilaterales
de un perfil de Chile como proveedor (OCDE-AGCI, 2013).
de cooperación. Así, a partir de la com-
binación de esta fuente básica con la 11 Este epígrafe es una ampliación y actuali-
información recogida por la SEGIB en zación de lo recogido en Santander, G.
(2013).
sus informes de cooperación Sur-Sur, 12 Además de los problemas de fragmentación
el presente epígrafe trata de presentar de la información señalados, varias razones
los principales rasgos que caracterizan aconsejan leer con cautela estos datos.
Algunas oscilaciones pueden deberse a
a la cooperación realizada por Chile.
diferencias metodológicas en la forma de
En este sentido, si se atiende a la computar la información, especialmente
evolución del total de fondos gestio- en lo referido a la actividad de los fondos
nados por la AGCID, se aprecian impor- de cooperación —como el de Chile-Mé-
xico— o al Programa de Becas, lo que hace
tantes oscilaciones, que van desde los complicado realizar comparaciones rigu-
4,58 millones de dólares ejecutados en rosas entre años.

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Gráfico 1
Evolución de los fondos de cooperación gestionados por la AGCID
(millones de dólares)

8.000.000
7.000.000
6.000.000
5.000.000
4.000.000
3.000.000
2.000.000
1.000.000
0
2006 2007 2008 2009 2010 2011

Cooperación horizontal Cooperación triangular

Fuente: Elaboración propia a partir de AGCID (2010a, 2010b, 2010c, 2011a, 2011b y 2011c)

Atendiendo a la información reco- lateral y triangular— se dedican los


gida por el último informe de coope- siguientes apartados.
ración Sur-Sur de la SEGIB —y basado,
por tanto, en el número de proyectos y La cooperación bilateral de Chile13
acciones ejecutadas y no en la cuantía
de dichas intervenciones— Chile ocu- En lo que se refiere a la cooperación bi-
pa el cuarto lugar, tras México, Brasil y lateral de Chile y respecto de los princi-
Argentina, entre los países oferentes de pales países destinatarios de los fondos
cooperación Sur-Sur horizontal en la ejecutados por la AGCID en 2010–2011
región. Este país habría actuado como (gráfico 2), México ocupa un lugar des-
oferente en 56 proyectos y 44 acciones tacado desde que en 2006 se crease el
en 2013, lo que supone el 10,93% de los Fondo Conjunto de Cooperación Chi-
proyectos totales desarrollados en la le-México que, como se detalla más
región (SEGIB, 2015). Mientras, en lo adelante, tiene como principal obje-
que se refiere a proyectos de coopera- tivo fortalecer la cooperación entre
ción triangular, Chile aparece de ma- ambos países en el sector público y
nera muy destacada como el principal dispone de un presupuesto anual de
oferente de la región, por delante de dos millones de dólares (AGCID, 2010a).
los tres países anteriormente citados
y siendo responsable del 39,7% de los 13 Se utiliza el término “bilateral” —con el
proyectos triangulares desarrollados que aquí se alude solo a la cooperación que
Chile realiza— en lugar de “horizontal”,
en la región en 2013. Al analizar cada como suele utilizar la propia cooperación
una de estas dos modalidades —bi- chilena.

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Chile como oferente de cooperación Sur-Sur: la progresiva adaptación a los nuevos tiempos y
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Gráfico 2
Principales receptores de la cooperación bilateral gestionada por la AGCID,
2010–2011 (millones de dólares)

1.200.000

1.000.000

800.000

600.000

400.000

200.000

0
o

al

ia

or

il

as
do

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Re

Pa
-
le

H
El
hi
C
FC

Fuente: Elaboración propia a partir de AGCID (2010b y 2011b)

Tras México, y al margen de las accio- México entre los principales recepto-
nes de impacto regional no asignables res de la cooperación chilena, en 2012
a ningún país determinado, Haití y lo hacían Ecuador y Uruguay (SEGIB,
Bolivia aparecen como los destinos 2012 y 2014).
prioritarios de los fondos gestionados Por otra parte, en lo que se refiere a
por la AGCID. Otros como Ecuador, El los sectores a los que preferentemente
Salvador, Panamá, Brasil, Paraguay y se dirigen los fondos bilaterales gestio-
Honduras, aparecen a continuación a nados por la AGCID, las tareas relacio-
considerable distancia. nadas con la superación de la pobreza,
Por su parte, los informes de la la protección y el desarrollo social con-
SEGIB, atendiendo al número de pro- centran el 81,6% de los recursos, frente
yectos y no a la cuantía económica al 14,8% dirigido al fortalecimiento
de los mismos, señala a Chile como institucional y la modernización del
un país con un considerable grado de Estado o el 3,5% que se enmarcó en el
concentración geográfica de su coo- ámbito del fomento productivo, la in-
peración, de tal forma que en torno a novación y la competitividad (gráfico
la mitad de sus intervenciones suelen 3). De manera más concreta, son los
concentrarse en sus tres principales so- sectores de cultura (23,15%), superación
cios receptores. No obstante, en parte de la pobreza (20,56%) y desarrollo so-
varían los países que conforman dicho cial (16,79%), los que concentran la ma-
ranking: mientras en 2011 eran Boli- yor parte de los recursos gestionados
via y Panamá los que acompañaban a por la AGCID. Esta orientación marca-

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damente social de la cooperación chi- Dentro de este perfil, varias son las
lena es destacada por los informes de experiencias de la cooperación bilate-
la SEGIB, que señala que en 2011 Chile ral chilena que parecen haber alcanza-
orientó la mayor parte de sus proyec- do mayor relevancia. Una de ellas es,
tos a la dimensión social, concediendo sin duda, la puesta en marcha del ya
un menor espacio a la dimensión eco- mencionado Fondo Conjunto de Coo-
nómica. La transferencia de capacida- peración Chile-México que, creado en
des en áreas educativas y sanitarias, el el marco del Acuerdo de Asociación
apoyo a los sistemas de protección y la Estratégica firmado por ambos países
asistencia social y el fortalecimiento en 2006, no se puso efectivamente en
de las instituciones públicas, aparecen marcha hasta dos años después. Des-
como los ámbitos clave de trabajo de la de entonces ha impulsado más de 40
cooperación chilena (SEGIB, 2012). No proyectos de cooperación, desembol-
obstante, otro informe más reciente de sando más de ocho millones de dólares.
la SEGIB muestra que, aunque la mayor Este fondo, dirigido al intercambio
parte de los proyectos de cooperación de conocimientos en el ámbito pú-
chilena siguen orientados al ámbito blico, en las áreas técnico-científica y
social, otras dimensiones económicas educativo-cultural, parece estar pro-
—fundamentalmente la referida a los moviendo la horizontalidad y la apro-
sectores productivos— parecen estar piación en las relaciones establecidas
ganando peso (SEGIB, 2014). entre ambos países, a la vez que está

Gráfico 3
Distribución sectorial de la cooperación bilateral gestionada
por la AGCID (2010–2011)

3,50%

14,83% Fomento productivo,


innovación y
competitividad

Fortalecimiento
institucional y
modernización del
Estado
Superación de la
81,67% pobreza, protección y
desarrollo social

Fuente: Elaboración propia a partir de AGCID (2010b y 2011b)

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Chile como oferente de cooperación Sur-Sur: la progresiva adaptación a los nuevos tiempos y
responsabilidades

contribuyendo “a enfrentar de manera o el emprendido en Haití en 2008, que


eficaz algunos desafíos del desarrollo, tiene como finalidad apoyar a la peque-
además de haber generado beneficios ña infancia a través de la realización
mutuos y soluciones locales […]” (Sán- de transferencias técnicas para el Mo-
chez y Sauterón, 2011: 6). delo de Educación Preescolar Integral,
Otra experiencia destacada por di- por poner algunos ejemplos (AGCID y
versos informes es la desarrollada en- PNUD, 2012a).
tre Chile y Bolivia en el ámbito de la
salud materno-infantil. A través de La cooperación triangular de Chile
esta iniciativa, los técnicos hospitala-
rios chilenos capacitaron a personal Uno de los rasgos característicos de la
médico boliviano, a la vez que se ha cooperación Sur-Sur chilena es su pio-
llevado a cabo una serie de transfe- nera y activa participación en iniciati-
rencias de conocimientos en materia vas de carácter triangular (OCDE-AGCI,
tecnológica y administrativa, con las 2013; AGCID y PNUD, 2012b y 2012c), en
que se ha logrado mejorar el diagnós- las que a los dos países en desarrollo
tico y tratamiento ofrecido a los ni- implicados se les suma un donante tra-
ños y niñas hospitalizados (SEGIB, 2011: dicional del Norte. Una participación
43). Y, entre las diversas iniciativas de que, además, ha destacado por su no-
cooperación horizontal desarrolladas table diversificación, encontrándose
por Chile, puede aludirse también al un amplio número de países entre los
apoyo ofrecido a Ecuador en materia socios —tanto donantes como recep-
de Derechos Humanos para el fortale- tores— de su cooperación triangular
cimiento de la Subsecretaría de Coor- (cuadro 1).
dinación de Rehabilitación Social del
Ministerio de Justicia (SEGIB, 2011: 45)

21
Estudios Internacionales 190 (2018) • Universidad de Chile

Cuadro 1
Socios de la cooperación triangular chilena (2010-2012)

Socios donantes

Australia
Alemania

Colombia
Canadá

España

Israel

Japón
EE.UU

PMA
Bolivia × × × ×
Colombia × ×
Ecuador × ×
El Salvador × × ×
Socios receptores

Guatemala × ×
Honduras × ×
Mozambique ×
Nicaragua ×
Panamá ×
Paraguay × × × × × ×
R. Dominicana × ×
Uruguay ×
Regional × × ×

Fuente: Elaboración propia a partir de AGCID (2010c y 2011c) y SEGIB (2011, 2012 y 2014).

De esta forma, tomando tan solo el mantenida con estos socios. Por un
bienio 2010–2012, se observa que Chile lado, en lo que se refiere a los países
ha trabajado con hasta ocho “países receptores, destaca de forma notoria
fuente” (Alemania, Australia, Canadá, Paraguay, que se erige como el princi-
Corea del Sur, España, Estados Unidos, pal destinatario de los fondos de coo-
Israel y Japón) y el Programa Mundial peración triangular ejecutados por la
de Alimentos (PMA), con los que ha lo- AGCID en el período 2010–2011. Para el
grado estar presente en nueve países despliegue de su cooperación triangu-
del entorno latinoamericano (Bolivia, lar en este país, Chile se ha asociado
Colombia, Ecuador, El Salvador, Gua- con hasta cinco donantes tradicionales
temala, Nicaragua, Paraguay, Repú- diferentes (Alemania, Australia, Espa-
blica Dominicana y Uruguay, además ña, Estados Unidos y Japón) y el Pro-
de los proyectos de alcance regional), grama Mundial de Alimentos (PMA)
y en un país de África Subsahariana de Naciones Unidas. Tras Paraguay,
(Mozambique). los proyectos triangulares de alcan-
No obstante, a pesar de dicha di- ce regional y los dirigidos a Colom-
versificación, existen importantes di- bia, Bolivia, Guatemala y El Salvador,
ferencias en la intensidad de trabajo aparecen como los de mayor cuantía

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Guillermo Santander Campos
Chile como oferente de cooperación Sur-Sur: la progresiva adaptación a los nuevos tiempos y
responsabilidades

(AGCID, 2010c y 2011c). Por otro lado, 2011c). Mientras, en lo que se refiere a
en lo que se refiere a los países que la identificación de buenas prácticas
actúan como donantes en la coopera- en materia de cooperación, la propia
ción triangular chilena, Japón (25%) y AGCID, en conjunto con el PNUD, ha des-
Alemania (18,8%) concentran el mayor tacado dos proyectos. Por un lado, el
número de proyectos (SEGIB, 2012). No llevado a cabo entre Alemania, Chile y
obstante, si se atiende al volumen de República Dominicana, en el período
recursos aportados, es el segundo el 2007–2010, con el fin de promover el
que aparece, de forma nítida, como el autoempleo en jóvenes rurales vulne-
principal socio donante de la coopera- rables, a partir de la transferencia de
ción triangular chilena en la actuali- capacidades técnicas y de la aplicación
dad —habiendo desembolsado 433.000 de metodologías innovadoras en este
dólares en 2011—, seguido de Estados campo. Y, por otro lado, el desarro-
Unidos, Corea del Sur, Japón, España llado desde 2010 entre Japón, Chile
y Australia (AGCID, 2011c)14. y Bolivia, en el ámbito de la rehabi-
Al igual como sucedía con la de ca- litación inclusiva, a través del que se
rácter bilateral, la cooperación triangu- pretende formar a profesionales con
lar ejecutada por AGCID se ha orientado el fin de responder a las necesidades
de manera marcada al ámbito social, existentes en esta área en el sistema
concentrando más del 60% de sus re- público de salud boliviano (AGCID y
cursos en tareas relativas a la supera- PNUD, 2012a). Otros proyectos trian-
ción de la pobreza, la protección y el gulares como el realizado entre Chile,
desarrollo social en el bienio 2010–2011. España y Paraguay, en el ámbito del
No obstante, se observa una mayor fortalecimiento y modernización de
atención dedicada al fortalecimiento la gestión pública, también han sido
institucional, ámbito al que la AGCID positivamente valorados (Alonso et al.,
destinó casi la cuarta parte (23,6%) de 2011; CAD-OCDE, 2010).
los fondos gestionados a través de es-
quemas triangulares (AGCID, 2010c y

14 Si este análisis se extiende para el período


1998–2010, el orden de principales países
fuente por volumen de recursos aportados
sería Japón, Suecia y Alemania (AGCID y
PNUD, 2012d).

23
Estudios Internacionales 190 (2018) • Universidad de Chile

4. El modelo chileno de cooperación: naturaleza, rasgos y


principales desafíos

Si bien cabría hacer algunas distincio- sas en determinados ámbitos ligados


nes y precisiones relevantes en función al desarrollo, obteniendo resultados
de los distintos períodos y gobiernos positivos y acumulando un bagaje del
—lo que escapa a los propósitos del que se pueden extraer enseñanzas úti-
presente artículo—, la cooperación les para aquellos países del entorno que
ofrecida por Chile ha presentado a lo afrontan retos similares en sus proce-
largo de las últimas dos décadas unas sos de desarrollo.
líneas de continuidad que permiten Como resulta claro, esto último se
componer un cierto modelo de coope- relaciona estrechamente con la propia
ración Sur-Sur. A presentar y analizar experiencia de desarrollo de Chile y
tres de estos rasgos fundamentales y el elevado nivel de desarrollo relativo
permanentes en el tiempo, se dedican alcanzado respecto de su región, de
los siguientes apartados. tal forma que este elemento acaba im-
pregnando buena parte del modelo de
a) Un modelo de cooperación fuerte- cooperación chileno: es en los ámbitos
mente asentado en las capacidades en que se cosecharon éxitos a escala
técnicas nacional donde más probable resulta
que Chile acabe tratando de especiali-
Un primer rasgo fundamental de la zarse y compartir su experiencia a es-
cooperación Sur-Sur de Chile es su cala internacional. Así, como ilustran
marcado carácter técnico (Lazo, 2012; los informes elaborados por la AGCID
Santander, 2011 y 2013). Esto no signi- y por SEGIB, y los diversos ejemplos de
fica que Chile no lleve a cabo contri- iniciativas exitosas que estos documen-
buciones de tipo financiero con algu- tos frecuentemente recogen, el grueso
nos de sus socios en materia de coope- de la cooperación Sur-Sur desplegada
ración internacional, pero sí que esta por Chile se asienta en la transferencia
modalidad ocupa un lugar apenas de conocimientos en aquellos ámbi-
sig­nificativo en comparación con el tos en los que, habiéndose detectado
peso otorgado a la cooperación técni- alguna problemática por parte de los
ca (OCDE-AGCI, 2013). Al margen de que, países socios, Chile atesora experien-
por su tamaño económico, Chile dis- cias y resultados que son positivamente
pone de unos recursos financieros más valorados por su contraparte.
limitados que otros países para dedicar Esta concentración de la coope-
a la cooperación internacional, este ración chilena en la transferencia de
rasgo se relaciona con la percepción capacidades y conocimientos está en
existente de que en las últimas décadas plena sintonía con los rasgos generales
el país habría aplicado políticas exito- mostrados hasta la fecha por buena

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Guillermo Santander Campos
Chile como oferente de cooperación Sur-Sur: la progresiva adaptación a los nuevos tiempos y
responsabilidades

parte de la cooperación Sur-Sur, así AGCID— que se encargue de centralizar


como con algunas de las principales y tratar estadísticamente esta informa-
potencialidades que se le atribuyen a ción. Por otro lado, porque al ser un
esta modalidad. No obstante, también modelo que descansa en buena medi-
está en la base de alguno de los princi- da en el envío de funcionarios, se hace
pales retos a los que se enfrenta la coo- preciso establecer un sistema capaz de
peración chilena, de los que aquí cabe cuantificar económicamente esa de-
referirse a tres. En primer lugar, genera dicación y de computarla en los pre-
un desafío en términos de coordina- supuestos de cooperación, tarea aún
ción y articulación de actores. Como es pendiente y actualmente en marcha.
lógico, las capacidades técnicas acumu- En tercer lugar, genera un desafío
ladas por Chile, sobre las que descansa en términos de evaluación de las ac-
su modelo de cooperación Sur-Sur, se ciones realizadas. En este sentido, a
ubican en una amplia diversidad de las problemáticas anteriores hay que
ministerios y departamentos. Este he- sumar la ausencia de ejercicios que eva-
cho denota la versatilidad de las capa- lúen el impacto y los resultados alcan-
cidades técnicas disponibles en Chile zados por las intervenciones realizadas.
pero, en ocasiones, la ausencia de ade- Si bien la evaluación y sistematización
cuados mecanismos de coordinación de las acciones llevadas a cabo debiera
entre estos actores ha generado una suponer siempre una tarea ineludible
cierta dispersión operativa y la ausen- (Alonso, 2014), parece serlo, aún en
cia de una concepción más integral del mayor grado, en un modelo de coo-
conjunto de las acciones desarrolladas peración que pretende asentarse en el
(Martínez, 2010). Un rasgo que, por aprendizaje mutuo y en el intercambio
lo demás, también ha impulsado una de experiencias exitosas y que, por tan-
cooperación de carácter marcadamen- to, debiera hacer de la adecuada ges-
te intergubernamental —de gobierno tión del conocimiento —para la que
a gobierno— (Lazo, 2012), siendo has- la evaluación es indispensable— una
ta la fecha poco integradora de otros de sus piedras angulares. En cualquier
actores relevantes para los procesos caso, sin obviar la importancia de los
de desarrollo, como la sociedad civil. retos mencionados, son fundamen-
En segundo lugar, genera un desa- talmente señalados como expresión
fío en términos de cuantificación de de un modelo de cooperación fuer-
la cooperación realizada. Por un lado, temente asentado en la cooperación
porque, como expresión de la falta de técnica, primer rasgo que quería ser
articulación señalada, los diversos ac- destacado aquí.
tores implicados en actividades de coo-
peración no reportan sobre ellas a nin-
guna entidad —como pudiera ser la

25
Estudios Internacionales 190 (2018) • Universidad de Chile

b) Un modelo de cooperación poco geopolíticos que se derivan —en forma


sesgado en la selección de socios de votos y respaldo en foros interna-
cionales— de la cooperación imple-
En estrecha relación con el rasgo ante- mentada con diversos países del ámbi-
rior, cabe señalar que el hecho de que to caribeño, parecen claros ejemplos.
la cooperación chilena se asiente fun- Igualmente, conviene advertir que la
damentalmente en su propia experien- menor permeabilidad que la coopera-
cia de desarrollo y en la transferencia ción chilena efectivamente muestra
de los conocimientos acumulados en respecto de sesgos de tipo político e
ese proceso, parece haber dado lugar ideológico a la hora de seleccionar a
a un modelo de cooperación Sur-Sur sus socios, no debe confundirse con
en que no se aprecian sesgos ideoló- que este modelo no responda también
gicos a la hora de definir sus socios. a una visión política subyacente, cuyo
Al hacer de la cooperación técnica y despliegue tiene unas implicaciones y
del intercambio de conocimientos su orientaciones determinadas.
principal instrumento, la cooperación Se trataría, en este sentido, de un
chilena parece estar más centralmente modelo de cooperación que resulta
guiada por una suerte de cruce entre funcional a su estrategia de inserción
oferta y demanda —es decir, entre las externa, a la imagen que pretende
capacidades disponibles por parte de transmitir al exterior y a la búsque-
Chile y los ámbitos en los que sus so- da del posicionamiento internacional
cios requieren cooperación— que por anteriormente descrito. En este sen-
alianzas políticas previas o visiones tido, Chile ha desarrollado una po-
ideológicas compartidas. Un rasgo que lítica exterior fuertemente vinculada
se aprecia con claridad si se observa el a la apertura económica y comercial,
amplio y variado número de países y tratando de posicionarse en el escena-
gobiernos con los que Chile coopera. rio internacional y en el contexto de
No obstante, este carácter más neu- la globalización como un país “abier-
tro que la cooperación chilena muestra to y flexible” y a hacer de ello una de
a la hora de seleccionar a sus socios de sus principales señas de identidad. Es
trabajo, no quiere decir que no se de- en el marco de esta matriz de políti-
tecten determinadas motivaciones de ca exterior en el que debe entenderse
tipo político o ideológico en la coope- su opción de apostar por un modelo
ración Sur-Sur desplegada por este país. de cooperación Sur-Sur más técnico,
Las oscilaciones que ocasionalmente menos ideológicamente marcado en
se han producido, en función de los la selección de sus socios y, por tanto,
distintos gobiernos, en la intensidad más abierto a una amplia diversidad de
de las relaciones de cooperación man- países. Una política exterior, en suma,
tenidas con países como Bolivia o Ni- que si bien se orienta a un determi-
caragua o, por otro lado, los intereses nado posicionamiento internacional

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Guillermo Santander Campos
Chile como oferente de cooperación Sur-Sur: la progresiva adaptación a los nuevos tiempos y
responsabilidades

y lleva implícita una visión política de esquemas de cooperación triangu-


concreta —basada principalmente en lar con ellos. Una dinámica de la que
nociones de carácter liberal—, en el otros donantes emergentes latinoame-
ámbito estricto de su cooperación Sur- ricanos, con otras visiones y modelos
Sur tiene su correlato en un modelo de cooperación, se han mantenido
más aséptico desde el punto de vista más distanciados.
político e ideológico.
Del mismo modo, cabe señalar que c) Un modelo de cooperación de
es precisamente la defensa de este mo- carácter reactivo
delo de cooperación abierto, “no exclu-
yente” y especialmente centrado en el Un tercer rasgo que parece caracterizar
intercambio técnico, el que en buena al modelo de cooperación chileno es
medida explica también la entrada de su naturaleza fundamentalmente re-
Chile en la OCDE, de la que se deriva su activa, en el sentido de que ha estado
participación como país observador en fuertemente orientado por la demanda.
el CAD. Una pertenencia institucional La existencia de una elevada solicitud
que denota la existencia de “una visión de actividades de cooperación es, sin
compartida de cómo alcanzar el pro- duda, reflejo de la positiva valoración
greso (apertura al exterior y liberaliza- que muchos países del entorno regio-
ción económica incluida) (…)” con los nal hacen de las políticas aplicadas por
países occidentales y que ha llevado a Chile en ámbitos muy diversos, funda-
que estos sitúen frecuentemente a Chi- mentalmente en lo relativo a políticas
le como un referente positivo dentro públicas y al fortalecimiento institu-
de los países en desarrollo y, muy con- cional en ámbitos sociales, la justicia,
cretamente, del ámbito latinoamerica- la seguridad ciudadana o el fomento
no (Gálvez, 2012: 177; Riveros y Báez, del comercio (Lazo, 2012). No obstan-
2014). Un rasgo que sin duda también te, ante la ausencia de una mayor arti-
guarda relación con el especial prota- culación estratégica, este hecho tam-
gonismo asumido por Chile en la pues- bién ha ido generando un modelo de
ta en práctica de nuevas modalidades cooperación un tanto impulsivo, que
como la cooperación triangular. Así, ha tratado de ir ofreciendo respuestas
la apuesta por el modelo descrito no puntuales a las peticiones recibidas en
solo ha inducido a Chile a mostrarse función de las oportunidades y capaci-
especialmente activo e interesado res- dades existentes, inhibiendo con ello
pecto de esta nueva modalidad, sino el despliegue de una política con una
que también le ha permitido presen- lógica más proactiva.
tarse ante los donantes tradicionales Precisamente, la identificación de
del CAD como un país responsable y este comportamiento tradicionalmen-
un socio amable y confiable (Colacrai te reactivo en materia de cooperación
y Lorenzini, 2005) para la articulación —junto con otros factores como el ma-

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Estudios Internacionales 190 (2018) • Universidad de Chile

yor impulso y respaldo político del que gar para lograr tales propósitos, lo que
actualmente parece gozar en Chile este supone un avance sin precedentes en
ámbito de acción—, es uno de los ele- este sentido (AGCID, 2015b)¹⁵.
mentos que está en la base de que se En definitiva, la elevada cantidad y
abriera un proceso de reflexión para la diversidad de ámbitos en los que Chi-
articulación de la denominada Política le recibe solicitudes de cooperación
Chilena de Cooperación Internacional técnica, junto con la ausencia de una
para el Desarrollo (AGCID, 2015a), en mayor reflexión y articulación estra-
cuyo marco se ha aprobado la primera tégica del conjunto de su sistema, ha
Estrategia de Cooperación Internacional conformado hasta la fecha un modelo
Chilena para el Desarrollo para el perío- de cooperación Sur-Sur de naturaleza
do 2015–2018. Un documento a través fundamentalmente reactiva que, no
del cual, por vez primera, la coopera- obstante, parece estarse sometiendo
ción chilena se marca tres objetivos a revisión para dotarlo de un carácter
estratégicos, tres áreas transversales más estratégico y acorde con los retos
de trabajo e identifica un conjunto de que plantea la globalización.
modalidades e instrumentos a desple-

5. Identidades e intereses en la cooperación chilena:


la articulación de una respuesta adaptativa al sistema
internacional

Como se señaló en la introducción, la bién una serie de elementos de carác-


emergencia experimentada por la coo- ter socio-cognitivo —referidos a las
peración Sur-Sur en los últimos años se percepciones, identidades e intereses
relaciona con los profundos cambios en juego— que habrían incidido en el
y transformaciones que se están pro- surgimiento y fisonomía adoptada por
duciendo en la estructura del sistema esta política. Se trata de un conjunto
15

internacional. En el caso específico de


la cooperación chilena, su irrupción
15 Los tres objetivos estratégicos que se plan-
no puede entenderse sin atender a de- tean en este documento son: 1) avanzar
terminados factores de tipo estructural, hacia un desarrollo inclusivo y sostenible;
como el nivel de desarrollo relativo 2) fortalecer las asociaciones para un desa-
rrollo compartido, y 3) consolidar el sis-
mostrado por el país o las dinámicas
tema nacional de cooperación internacio-
de liberalización e integración econó- nal para el desarrollo. A la vez, las tres áreas
micas que la globalización ha traído transversales de trabajo son: 1) igualdad de
consigo. No obstante, una compren- género y derechos de las mujeres; 2) inno-
vación y uso de nuevas tecnologías para el
sión más completa de la cooperación desarrollo, y 3) fortalecimiento de capaci-
Sur-Sur de Chile aconseja atender tam- dades y formación.

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Guillermo Santander Campos
Chile como oferente de cooperación Sur-Sur: la progresiva adaptación a los nuevos tiempos y
responsabilidades

de elementos que, por su naturaleza, das —atesoradas a partir de su propia


aparecen en permanente estado de experiencia de desarrollo y demanda-
construcción y redefinición, así como das por otros países—, Chile comenzó
en constante interacción con los cam- a poner en marcha esquemas de coo-
bios estructurales señalados. De este peración técnica a través de las que fue
modo, junto con la existencia de una dando forma a su cooperación Sur-Sur
innegable voluntad de canalizar la so- (Lazo, 2012).
lidaridad y promover el desarrollo en En segundo lugar, se ha producido
otros países de similar o menor nivel un proceso de identificación positiva,
de renta, cabe destacar la concurren- en la medida en que desde los años
cia de tres procesos de tipo socio-cog- noventa Chile fue progresivamente
nitivo que habrían estimulado el cre- asumiendo e integrando en su discur-
ciente protagonismo desempeñado por so, que en un mundo globalizado e
Chile en las últimas dos décadas en su interdependiente resulta ineludible
rol de proveedor de cooperación en el acudir a marcos de acción conjunta y
sistema internacional. establecer relaciones cooperativas con
En primer lugar, existe un proceso otros países, para alcanzar buena parte
de diferenciación, a través del cual Chi- de los objetivos que dice perseguir. Su
le comenzó a autopercibirse como un creciente compromiso financiero y su
país con unas capacidades y deman- permanente e inequívoco respaldo a
das singulares y diferenciadas de las los organismos multilaterales, como
existentes en un entorno regional que vehículo a través del cual dotar de ma-
también se observaba como crecien- yores niveles de gobernanza al sistema
temente heterogéneo. Un hecho que internacional, sería un claro ejemplo
afectaría a su propia identidad, a la al respecto. Fruto de esta visión, Chi-
forma de concebir el sistema interna- le ha participado activamente en la
cional y a la consideración del papel MINUSTAH, ha formado parte activa de
a desempeñar en su seno (Colacrai y iniciativas como el mecanismo inter-
Lorenzini, 2005). Elementos como el nacional lanzado por UNITAID en 2006
mayor grado de desarrollo mostrado para la compra de medicamentos, así
en relación a su entorno regional o el como acordó con el PNUD la consoli-
elevado número de solicitudes de coo- dación de la cooperación Sur-Sur que
peración recibidas —tanto por parte Chile realiza con otros países (PNUD,
de los países de su entorno, como por 2010), lo que desembocó en la pues-
parte de los donantes tradicionales in- ta en marcha del Fondo Chile contra
teresados en articular conjuntamen- el Hambre y la Pobreza (AGCID-PNUD,
te esquemas triangulares— sirvieron 2014). Y en ese mismo sentido puede
para reforzar esta percepción. Así, a interpretarse la mencionada elabora-
partir de la contrastación de que se dis- ción de su primera estrategia de coo-
ponía de unas capacidades diferencia- peración que, entre otros propósitos,

29
Estudios Internacionales 190 (2018) • Universidad de Chile

pretende contribuir a definir el rol y niveles: la búsqueda de apoyos puntua-


las responsabilidades que Chile debe les en los organismos internacionales
asumir como actor internacional en por parte de los países socios y, de una
un mundo globalizado. Una percep- manera más difusa, pero crucial para
ción que denota la activación de un comprender el modelo chileno de coo-
proceso de identificación positiva con peración, la funcionalidad que el des-
su entorno y con los actores que en él pliegue de la política de cooperación
confluyen y que, por tanto, también tiene para presentarse a la comunidad
habría servido de estímulo a su activi- internacional como un país abierto y
dad como proveedor de cooperación responsable, en clara sintonía con su
en el sistema internacional. estrategia de inserción externa.
Por último, cabe observar un proce- En suma, la conjunción de estos
so de instrumentalización, en la medida tres elementos socio-cognitivos, con
en que entre los factores que estimu- el peso especialmente significativo que
laron la promoción de actividades de adquiere lo relativo al proceso de di-
cooperación Sur-Sur por parte de Chi- ferenciación que se deriva de su pro-
le, también se encontrarían las oportu- pia experiencia de desarrollo, es la que
nidades que —se comenzó a percibir— acaba finalmente componiendo, para
esta política puede atesorar para lograr el caso chileno, un modelo de coope-
otros objetivos de interés nacional. Se ración Sur-Sur con un perfil marcada-
trata de un elemento que en el caso de mente técnico y fuertemente asentado
Chile —como sucede con cualquier en las capacidades y conocimientos
proveedor de cooperación, aunque con acumulados por el país. Un modelo
diversas intensidades— convive con las que, además de ser de clara relevan-
lógicas más estrictamente asociadas cia para promover el desarrollo de los
a la solidaridad y a la promoción del países con los que coopera, acaba re-
desarrollo de los países que reciben la sultando funcional a la búsqueda de
cooperación. Esta instrumentalización la inserción internacional que Chile
de la política de cooperación para la persigue, contribuyendo así a confor-
persecución de objetivos nacionales mar una respuesta adaptativa al siste-
se observa en, al menos, dos grandes ma internacional vigente.

6. Conclusiones

Con el fin de la dictadura de Pinochet ses de su entorno regional. Este hecho,


y el retorno de la democracia en 1990, junto con factores como el progreso y
se generó en Chile un contexto polí- nivel de desarrollo relativo alcanzado
tico y social favorable al desarrollo de por el país, propiciaron que desde en-
acciones de cooperación hacia los paí- tonces hasta la actualidad Chile haya

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Guillermo Santander Campos
Chile como oferente de cooperación Sur-Sur: la progresiva adaptación a los nuevos tiempos y
responsabilidades

ido asumiendo de manera creciente lena en su pretensión de adaptarse al


un rol dual en el sistema de coopera- sistema internacional vigente.
ción internacional. Así, sin renunciar Este creciente interés en ser parte
a seguir recibiendo flujos de ayuda y activa de la cooperación Sur-Sur, jun-
cooperación en determinados ámbitos, to con avances recientes tan relevantes
ha ido desempeñando un papel cada como el hecho de haberse dotado, por
vez más relevante y significativo como vez primera, de documentos estratégi-
proveedor de cooperación, destacando cos que pretenden orientar la políti-
como uno de los principales protago- ca de cooperación internacional para
nistas de la cooperación Sur-Sur en el desarrollo, desplegada por el país,
América Latina en los últimos años. denotan una progresiva asunción de
En este contexto, en las últimas dos responsabilidades de Chile en la go-
décadas Chile ha ido conformando un bernanza de un sistema internacional
modelo de cooperación Sur-Sur que en claro proceso de cambio. Como es
debe entenderse en el marco de su po- lógico, este hecho, en plena sintonía
lítica exterior y que ha presentado tres con los nuevos roles y lógicas que este
rasgos fundamentales: la concentración sistema parece reclamar, también lleva
en actividades de tipo técnico, a tra- aparejado un conjunto de desafíos que
vés de la transferencia de capacidades la cooperación chilena deberá afrontar
y conocimientos; la escasa presencia paulatinamente en los próximos tiem-
de factores políticos e ideológicos en pos. La consolidación de un sistema
la selección de sus socios, que resul- nacional de cooperación que integre
tan numerosos y diversos, y su carácter y coordine a los distintos actores que
fundamentalmente reactivo —aunque pueden concurrir en esta política, el
en actual estado de revisión—, en la desarrollo de un adecuado sistema de
medida en que se ha desplegado funda- gestión de la información y del conoci-
mentalmente a partir de la articulación miento a partir de las acciones realiza-
de respuestas puntuales a las demandas das o la articulación de su cooperación
de cooperación recibidas. Un modelo Sur-Sur con los más amplios procesos
que, con el propósito de canalizar las de integración regional existentes en
aportaciones que Chile podía realizar América Latina, por poner algunos
en la promoción del desarrollo de los ejemplos, son algunos de ellos. Unos
países de su entorno regional, habría desafíos, en suma, inherentes a las nue-
resultado, además, funcional al marco vas responsabilidades que Chile parece
estratégico de la política exterior chi- estar dispuesto a asumir en el sistema
internacional de cooperación.

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Estudios Internacionales 190 (2018) • Universidad de Chile

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