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División en: lógica, ética, física. El campo de estudio de la filosofía estoica comprende en
general tres niveles o géneros de estudio mediante los cuales el sabio estoico estructura su campo
de saber acerca del cosmos. Agregan, además, que luego del estudio de la física es debido abocarse
a la escucha de las historias sobre los dioses.
Virtud:
"las virtudes prioritarias [...] son sólo las cuatro primeras: prudencia, moderación, justicia y
valentía, excelencias del alma que cumplen con las condiciones de ser conocimientos". (Juliá, 1998.
p.34)
"si el sujeto X sabe que el acto A es bueno, lo lleva a cabo; y eso es así, porque es virtuoso y la
virtud, como se dijo, es un conocimiento y habilidad de ciertas cosas que por cierto también
presupone un conocimiento. Si sabe que no lo es, no lo lleva a cabo". (Juliá, 1998. p.34)
"todo lo natural es racional y todo lo racional es natural". (Juliá, 1998. p.45): esto con respecto
a la organización del cosmos que está regido por el logos divino. El logos función racional de
organización de lo ordenado=cosmos.
La figura del incontinente: "arrastrado por la vehemencia que implica un estado pasional, la
lleva a cabo de todos modos. Es el caso del incontinente que, aunque conoce la mejor razón y en
algún sentido asiente a ella, actúa en contra de dicha razón". (Juliá, 1998. p.53).
"Habría, entonces, dos tipos de asentimiento: uno puramente teórico y otro teórico-práctico".
(Juliá, 1998. p.53).
"El virtuoso no tiene pasiones, tiene pasiones positivas. Tales `pasiones positivas´ no sólo no
son descartadas, sino que, por el contrario, son exigidas como propias del individuo virtuoso: el
virtuoso no experimenta temor sino precaución, no tiene apetito o ansia sino deseo racional". (Juliá,
1998. p.64).
"Física, ética y lógica. La coherencia universal se aborda desde cada una de estas tres disciplinas,
pues el lógos se manifiesta en tres ámbitos: en la naturaleza, es decir en el orden racional del
mundo, en el lenguaje, lugar privilegiado de su manifestación, y en las acciones del hombre
prudente del hombre". (Juliá, 1998. p.68).
Como menciona Juliá (1998) las razones por las cuales el sabio estoico puede tomar la decisión
de suicidarse son: la patria, los amigos, un sufrimiento severo o enfermedades incurables. Esto,
siempre y cuando dichas causas imposibiliten al sabio de ser quien es como tal, es decir, que no
pueda seguir actuando conforme a la naturaleza, que es por lo que es virtuoso.
Asimismo, las condiciones que deben ser cumplidas no sólo se corresponden con lo
mencionado, sino que también debe haber una racionalización, es decir, tomando como inicio del
proceso una de las causas mencionadas, y siguiendo el mismo una razón que justifique que a esa
causa le pueda seguir la muerte; pues, Juliá menciona también que los estoicos creían que los viles,
aún pudiendo suicidarse, no eran capaces de justificar el proceso del suicidio racionalmente.
Además, en las mismas circunstancias, los viles no deben suicidarse, pues ellos no se comportan
virtuosamente, por ende, ninguna de las causas mencionadas impediría que se comportaran
virtuosamente, pues nunca lo han hecho.
Por lo que lo esencial en la decisión no es la causa, sino la capacidad de racionalizar el proceso
hacia la muerte autoinfligida. [Página 88].
Ojo que, si el suicidio es el camino elegible para el sabio estoico, por que si no lo hace no podrá
seguir su camino de virtuoso, esto podría hacernos pensar en que para el sabio estoico aquel vicioso
(cualquiera) por no estar en el camino de la virtud es mejor que muera. Esto se vería como un
castigo, en efecto, pues, lo sería, ya que debemos hacer hincapié en que para el estoico no esta bien
la idea de que un vicioso pueda matarse.
Es importante destacar que el argumento de que no se debe temer a la muerte, pues se arriesga
actuar con ignorancia, presentado por Sócrates en su apología, no es tan sólo un argumento
aceptado por la filosofía estoica, sino, además, un argumento base para defender su idea de que la
muerte no es un mal. Es importante recordar que, en Fedón, Platón relata la impresión de los
amigos de Sócrates al enterarse de que este no quería evitar la muerte, aún cuando consideraba que
el juicio había sido humanamente injusto. Lo esclarecedor de esto es que, aún cuando los amigos
de Sócrates eran grandes filósofos, temían a la muerte y con ello caían en un acto ignorante, fuera
de la razón y que por la stoa podría ser juzgado como actuar mal. Es relevante agregar la
contraposición, en medio de su apología, que realiza Sócrates, quien, evaluando su situación,
menciona que prefiere la muerte en vez aceptar la otra opción que se oponía a esta en la sentencia,
a saber, que debía dejar su actividad filosófica, actividad que según él era encomienda de Apolo.
En este punto encontramos un acercamiento a la idea estoica de permisividad del suicidio bajo
ciertas circunstancias, contando entre ellas la más importante, que la causa inicial no permitirá al
sabio seguir su camino conforme a la naturaleza, es decir, no le permitirá seguir ejerciendo
actividades virtuosas; tal como le ocurrió a Sócrates.
La aceptación de la muerte no sólo como un indiferente, sino, además, como una inevitable
constante en la vida, es el acercamiento más próximo hacia una justificación ordenadora de la
búsqueda de la virtud como único fin de la vida humana en la tierra. Es esta justificación un logro
relevante para la filosofía estoica en cuanto a una filosofía política, y es que su visión cosmopolita
de la vida terrena de alguna manera exigió la emergencia de una razón suficiente y universal para
la búsqueda de la virtud. Esta última es justamente que, si la muerte es inevitable y fuera de todo
control humano, no es hacer bien el sufrir por que llegue (la muerte). Así, lo que es hacer bien es
ser virtuoso hasta que la muerte no lo permita.
Para los filósofos estoicos el fin es vivir conforme a la naturaleza, en concordancia con ella,
para lo que es necesario actuar de manera virtuosa. Ellos conciben dos tipos de personas: los sabios
(virtuosos) y los viles, que son todo lo contrario de los anteriores. En los estoicos se encuentra una
visión totalmente polarizada entre el bien y el mal, aunque cuentan entre esto a los indiferentes.
la coherencia universal se aborda desde cada una de estas tres disciplinas, pues el lógos se manifiesta en
tres ámbitos: en la naturaleza, es decir en el orden racional del mundo, en el lenguaje, lugar privilegiado
de su manifestación, y en las acciones del hombre prudente del hombre. (Juliá, 1998. p.68).
Lo más racional no es temerle a la muerte, sino tenerla presente como un hecho inevitable. Por
lo que esta vía de tenerla como un indiferente es la manera racional, efectivamente.