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INVESTIGADOR:

E S T U D I A N T E R O B E RT O C A R L O S R O B O LT R I O S
P A N A M Á , 20 03
INDICE

INTRODUCCIÓN................................................................................................1

I. L a C iuda d- Es ta do.... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...... ...2
A. Clases Sociales...................................................................................2
B. Instituciones Políticas..........................................................................3

II. El Pensamiento Político de Platón........................................7


A. La Discusión Política Popular..............................................................7
B. El Orden de la Naturaleza y la Sociedad..............................................8

III. Platón: La República..........................................................10


A. La necesidad de una Ciencia Política..................................................11
B. La Justicia...........................................................................................12

IV. Platón: El Político y las leyes....................................................................14


A. La Readmisión del
Derecho........................................................15

CONCLUSIÓN....................................................................................
.....16

BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................
....17

1
INTRODUCCIÓN

Las particularidades que vamos a desarrollar en este trabajo, las hemos


dilucidado con los mejores ánimos de descubrir temas de relativa importancia para
la Sociedad de hoy como lo fue la organización político-social-jurídico que
desarrollaron los griego, ya que hasta hoy día se siguen desarrollando éstas
actividades que con mucho gusto le llamamos Estado.

Toda su concepción sobre la justicia, el derecho, la familia, serán los puntos


a desarrollar. Así mismo colocamos como método supraintereznte, nuestro interés
personal de hacerlo y desarrollar por medio de nuestros escritos las capacidades
de éstos pueblos que en para beneficio de las sociedades resaltan la aplicación de
la justicia, la paz, el orden y el campo sustancial del ordenamiento legal.

Sin más damos inicio al trabajo esperando que el mismo sea de su total y
completo agrado.

2
I. L A C I U D A D - E S TA D O .

La mayor parte de los ideales políticos modernos, como por ejemplo la


justicia, la libertad, el régimen constitucional y el respeto al derecho, o al menos
sus definiciones comenzaron con la reflexión de los pensadores griegos sobre las
instituciones de la ciudad-estado.

Pero en la larga historia del pensamiento político, el significado de tales


términos se ha modificado de modos muy diversos y hay que entenderlo siempre a
la luz de las instituciones que habían de realizar esos ideales y de la sociedad en la
que operaba esas instituciones.

Los filósofos griegos reflexionaban sobre prácticas políticas muy


diferentes de cualesquiera que haya prevalecido de modo general en el mundo
moderno y todo el clima de opinión no dejan de tener analogías en el presente, no
fueron muy idénticos a los problemas modernos y el aparato ético con que se
valoraba y criticaba la vida política difería mucho del que hoy prevalece.

Para comprender de modo adecuado y exacto lo que significaban sus


teorías, es necesario darse cuenta en primer lugar del tipo de instituciones que
tenían a la vista y de los modos organizacionales que éstos desarrollaban en su
afán. Todo estos propósitos, se desarrollaban de modo muy especial por medio del
gobierno de Atenas, en parte porque es el mejor conocido, pero sobre todo porque
este fue objeto de especial preocupación para uno de los más grandes de los
filósofos griegos, Platón.

A. Clases Sociales.
Comparada con los Estados Modernos, la antigua ciudad-estado era
extremadamente pequeña, tanto en área como en población. Los datos numéricos
son inseguros en grado sumo, pero podemos tomar como aproximadamente
1
correcta una cifra algo superior a los trescientos mil habitantes.

1
Enciclopedia Autodidáctica Quillet, Editorial Aristides Quillet S.A., tomo I, México, Tercera Edición, 1964.

3
Esta población estaba dividida en tres clases principales, que eran política y
jurídicamente distintas. En el grado más bajo de la escala social se encontraban
los esclavos, los cuales eran una institución universal en el mundo antiguo. Esta
era tan característica de la economía de la ciudad-estado como el asalariado lo es
del Estado moderno, destacando así mismo que éstos dentro de la ciudad no
contaban políticamente, como una de sus características más sobresalientes.

El segundo grupo importante en una ciudad griega era el grupo conformado


por los extranjeros residentes o metecos. En una ciudad comercial como Atenas,
el número de tales personas pudo llegar a ser grande y muchas de éstas
desempeñaban un rol comercial fundamental que incluía ciudadanos y metecos en
un solo conjunto. No había forma de naturalización legal y la residencia durante
varias generaciones no convertía a los metecos en ciudadanos a menos que
ingresaran en esta categoría por inadvertencia o descuido de quienes la
integraban. El meteco como el esclavo, no tomaba parte en la vida política de la
ciudad aunque fuere hombre libre y su exclusión no implica una discriminación
social con él.

Finalmente, encontramos el cuerpo de ciudadanos, o sea quines eran


miembros de la polis y tenían derecho a tomar parte en su vida política. Éste era
un privilegio que se obtenía por nacimiento, pues el griego seguía siendo
ciudadano de la polis a la que pertenecían sus padres. Además, a lo que daba
derecho la ciudadanía era ser miembro de la ciudad-estado, es decir, a un mínimo
de participación en la actividad política o en los asuntos públicos. Con este poder,
además de poder asistir a la asamblea de la ciudad, podía comprender también la
capacidad de ser designado para una serie de mayor o menor cargos publico ante
la ciudad.

B. Instituciones Políticas.
Las instituciones mediante las cuales intentaba resolver sus asuntos
políticos este cuerpo de ciudadanos-miembros ya mencionados en nuestro punto
antepuesto, puede verse desarrollado en Atenas el cual representa el tipo mejor
conocido de constitución democrática. Todo el cuerpo de ciudadanos varones,
formaba el asamblea o “ecclesia”, reunión que toco ciudadano con veinte años de

4
edad podía asistir. La Asamblea se reunía regularmente diez veces al año y había
2
además períodos extraordinarios de sesiones si la convocaba en Consejo.
Todas las formas de gobierno con excepción la dictadura, tanto aristocrática
como democrática, comprendían algún tipo de asamblea del pueblo aunque su
participación en el gobierno fuese en realidad pequeña.

Lo interesante en el gobierno ateniense, no es la asamblea de todo el


pueblo, sino los medios políticos ideales para hacer que “los magistrados y
funcionarios fuesen responsables” ante el cuerpo ciudadano y estuviesen
sometidos a su control. El instrumento mediante el cual se conseguía esto era
una especie de representación, en donde lo que se aspiraba era a seleccionar un
cuerpo suficientemente amplio como para enfocar y formar una especie de corte
transversal o muestra de todo el cuerpo de ciudadanos al cual se permitía que en
un caso dado o durante un breve período, actuase en nombre del pueblo, los
plazos de ejercicio de los cargos eran breves, por le general había una disposición
contraria a la reelección. De este modo se encontraba abierto el camino para que
3
otros ciudadanos interviniesen por turno en la dirección de los asuntos públicos.

Los dos cuerpos que formaban la clave del control popular en Atenas eran el
Consejo de los Quinientos y los Tribunales con sus grandes jurados populares. Los
atenienses, para fines del gobierno se dividían en unos cien demos o podríamos
decir barrios, parroquias o distritos. Estos demos eran las unidades del gobierno
local. Los demos eran una localidad, tenían cierto grado de autonomía local y
ciertas obligaciones de policía, presentaban candidatos para los diversos cuerpos
en los que así se desarrollaría el gobierno central. El sistema era una combinación
de elección y sorteo, los demos elegían candidatos en número aproximadamente
proporcionado a su tamaño y la suerte designaba quienes de los incluidos en esta
lista habían de desempeñar los cargos. Frente a los ojos y la sociedad griega, este
modo de nombrar para los cargos públicos por sorteo era la forma de gobierno
característicamente democrática, ya que igualaba las posibilidades que todos
tenían de desempeñarlos.

2
Enciclopedia Autodidáctica Quillet, p.384.
3
Quillet, p.385.

5
El Consejo de los Quinientos, era un comité ejecutivo y directivo de la
Asamblea. La tarea efectiva del gobierno se centraba en realidad en este comité.
Esto funcionaba a través de un artificio favorito de rotación en los cargos ya que
quinientas personas era un número plural de ciudadanos notables que por
unanimidad eran reducidos a un tamaño más apropiado tofo en base a la función
del cargo que tuvieran por compromiso social desempeñar.

Cada una de las diez tribus en las que estaban divididos los atenienses,
daba cincuenta de los miembros del Consejo y los cincuenta miembros de cada
tribu actuaban durante la décima parte del plazo anual del ejercicio del cargo. Ese
comité de cincuenta, junto con un consejero por cada una de las nueve tribus a las
que no tocaba en aquel momento pertenecer a él, tenía el control real y tramitaba
los asuntos en nombre de todo el Consejo.

En época posterior, el Consejo parece haberse limitado más bien a cumplir


la obligación de redactar proyectos para ser debatidos en la Asamblea, Además
de éstos deberes legislativos, el Consejo era el órgano ejecutivo central del
gobierno. Las embajadas extranjeras solo tenían acceso al pueblo por intermedio
del Consejo. El Consejo podía encarcelar a los ciudadanos en incluso actuando
como tribunal, condenarlos a muerte o consignar a los delincuentes a uno de los
tribunales ordinarios. Controlaba la hacienda, la administración pública, los
impuestos, etc, etc. Sin embargo, los grandes poderes del Consejo dependían
siempre de la buena voluntad de la asamblea. Decidía ésta sobre los asuntos que
le presentaba el consejo, promulgando medidas legislativas, modificándolas o
rechazándolas según le pareciera oportuno.

El control popular de los magistrados y de la ley se completaba por medio


de “los tribunales”. Los Tribunales atenienses eran sin duda la clave de todo el
sistema democrático. Ocupaban una posición que no es comparable a la que
tienen los tribunales en ningún gobierno moderno. Era su deber, como el de
cualquier otro tribunal, dar decisiones judiciales en los casos particulares, tanto
civiles como criminales. Los miembros de éstos “tribunales o jurados”, eran

6
nombrados por los demos, designándose una lista de seis mil ciudadanos cada
4
año, a los que se destinaba por sorteo a los distintos tribunales y casos.

El tribunal era muy numeroso, pues pocas veces contaba con menos de 201
miembros, por lo general tenía 501 y a veces era mucho mayor. Estos ciudadanos,
eran jueces y jurados, porque el tribunal ateniense carecía del aparato que
acompañaba a un sistema jurídico técnicamente desarrollado. Las partes litigantes
estaban obligadas a defender personalmente sus posiciones; sus fallos o
decisiones tenían valor de cosa juzgada porque no había sistema de apelación.

Los tribunales constituían por ende, un estamento fundamental en lo que a


la harmonización de conductas y penas se refería. Cualquier ciudadano podría
presentar sus quejas y sustentarlas por lo que se suspendía entonces la entrada
en vigor de la ley hasta que decidiera o fallara el tribunal. Se juzgaba a la ley
exactamente igual que a una persona y una decisión adversa al tribunal se
anulaba.

Definitivamente, esta capítulo de la organización judicial griega, desempeña


un rol fundamental y jurídicamente constituido, ya que este jugaba el papel de
garante y celoso cumplidor de los ordenamientos que en compañía del ejecutivo o
legislativo, buscaban reglamentar y organizar jurídico-políticamente el efectivo
ejercicio del ciudadano en los demos como organización administrativa de la
sociedad.

4
Nueva Enciclopedia Temática, Tomo 8, s.f., s.p.i., 1966.

7
II. E L P E N S A M I E NT O P O LÍ T I C O DE P L AT Ó N .

La gran época de la vida pública ateniense corresponde al tercer cuarto del


siglo V a. C., en cuanto que la gran época de la filosofía política solo se produjo
después de la derrota de Atenas en su lucha con esparta. Aquí, como un muchos
otros casos de la historia la reflexión siguió a los resultados y a la exposición
abstracta de los principios sólo se llevó a cabo mucho tiempo después de haber
estado bajo se guía.

El ateniense del siglo V no era muy dado a escribir leer ni escribir libros y
además aunque se hubieran escrito tratados políticos antes de la época de Platón,
no se ha conservado mucho de lo producido en ese tiempo. Sin embargo, hubo
durante ese siglo un pensamiento y una discusión muy activa respecto a los
problemas políticos, así como concepciones que encontramos más tarde en los
5
escritos de Platón y Aristóteles.

A. La Discusión Política Popular.

Apenas es necesario decir que los atenienses del siglo V estaban inmersos
en la discusión de las teorías políticas. Los intereses públicos y la dirección de los
negocios públicos eran sus grandes temas de interés, vivían cotidianamente en
una atmósfera de discusión oral y expresiva.

Esto era así, los griegos estaban casi obligados a pensar en lo que en los
países anglosajones se denomina hoy gobierno comparado. Había un contraste
acerca del cual todo ateniense tenía que haber oído hablar desde el momento en
que fuera capaz de seguir una conversación política básica de sus días: el
contraste entre Atenas y Esparta (siglo XII a. d. C.), entre los tipos de Estados
progresista y conservador o entre el estado democrático y el aristocrático.
Además, por el oriente se proyectaba siempre la sombra terrible de “Persia” (hoy
Irán) que nunca podía estar alejada por mucho tiempo de la conciencia de ningún
griego.

5
Nueva Enciclopedia Temática, Tomo 8, s.f., s.p.i., 1966.

8
B. El Orden de la Naturaleza y la Sociedad.

Es evidente que el pensamiento y la discusión activa de las cuestiones


políticas y sociales precedieron a la teoría política explícita y que ideas políticas
aisladas, más o menos importantes, eran de conocimiento común antes de que
Platón tratase de incorporarlas a una filosofía sistemática. Por ello, ciertas
concepciones generales, de naturaleza no exclusivamente política, que
conformaban una especie de punto de vista intelectual, ya se encontraban dentro
de las ideas griegas, las cuales desarrollaron el pensamiento político que las hizo
explícitas por primera vez.

El pensamiento fundamental que hay en la idea griega del Estado, es la


armonía de una vida compartida en común por todos los miembros de aquél.
SOLÓN (uno de los siete sabios de Grecia 640-558 a. C), encomiaba las leyes que
facultó para los hombres, porque afirmaba, producían una armonía o equilibrio
entre ricos y pobres, en la cual cada una de las partes recibía lo justo. El papel
que desempeñaron las ideas de la armonía y justa proporción en las concepciones
griegas de la belleza y de la moral, aparecen en el comienzo mismo de la filosofía
griega cuando ANAXIMANDRO (610-547 a. C., atribuía el origen del universo a lo
6
infinito), trató de describir la naturaleza como un sistema de propiedad
opuestas, como por ejemplo el calor y el frío, separadas éstas por una sustancia
neutra subyacente.

La armonía o proporción o si se prefiere, “la justicia” es uno de los principios


o fines últimos máximos de todos los primeros intentos de formular una teoría del
mundo físico. En particular, la filosofía pitagórica, consideraba la armonía o
proporción como principio básico en la música, la medicina, la física y la política.
En una figura de lenguaje que perdura aún en inglés se describe la “justicia como
un número cuadrado”.

Esta preocupación por la medida o proporción como cualidad ética está


registrada también en el famoso proverbio “Nada en Demasía”.

6
Diccionario Enciclopédico Norma Color, , Editorial Norma, Colombia, 2000.

9
Así pues, desde el comienzo se aplicó la idea fundamental de armonía o
proporcionalidad indiferente como principio físico o ético concibiéndola, como
propiedad de la naturaleza en general o como propiedad razonable de la
naturaleza humana, produciendo en la filosofía natural una reacción posterior a
aquel pensamiento ético y político que emergía como nueva fuente ya más fuerte
y causal dentro de una sociedad cada vez más organizada política y jurídicamente.
7

7
Temática, p. 219.

10
III. P L AT Ó N : L A R E P Ú B LI C A .

Las ambiciones imperiales de Atenas perecieron con su derrota en la guerra


del Peloponeso, pero aunque cambió su papel, su influencia en Grecia, no
disminuyó en modo alguno. Después de perder su imperio, se fue convirtiendo
cada vez en mayor grado, en el centro educativo del mundo mediterráneo,
posición que conservó aún después de haberse desvanecido su independencia
política y hasta bastante entrada la era cristiana.

Sus escuelas filosofía, ciencia, y retórica fueron las primeras grandes


instituciones europeas dedicadas a la educación superior y a la investigación que
acompaña necesariamente a las instrucción avanzada y a ellas acudían
estudiantes de Roma y de todas partes del mundo antiguo. La Academia
Platónica, fue la primera de las escuelas filosóficas, aunque es probable de
ISOCRATES (436-388 a. C.), que enseñó especialmente retórica y oratoria, abriera
su escuela algunos años antes que PLATÓN (427-247 a. C.). La escuela de
ARISTÓTELES (384-322 a. C), “El Liceo”, se abrió unos cincuenta años más tarde y
las otras dos grandes escuelas, la epicúrea y la estóica, comenzaron unos treinta
8
años después de Aristóteles.

Según los análisis de autores y las diferentes teorías, los griegos no se


habrían dedicado a la filosofía, al menos del modo que lo hicieron, la vida de
Atenas hubiera seguido siendo tan feliz y tan prospera como parecía ser cuando la
Oración Fúnebre de PERICLES (495-429 a. C.), oración que llamaba al patriotismo,
a el amor a tu tierra y en donde tu vida es lo único que podría suplantarla. Sin
embargo nadie puede dudar de que la enseñanza de las escuelas ateniense del
siglo V, señalan el comienzo de la filosofía griega, en especial en sus relaciones
con la Política y los otros estudios sociales. En este sentido, los escritos de Platón
y Aristóteles fueron las primeras grandes explotaciones emprendidas por el
intelecto europeo.

Los diferentes temas de estudio y sus interrelaciones profundas estaban en


proceso de creación. En la época en que se completó el corpus de escritos

8
Temática, p.221.

11
aristotélicos (323 a.C), el esquema general de conocimiento como la filosofía, las
ciencias naturales, las ciencias de la conducta humana, el arte, etc. Quedó fijado
que sus líneas generales se pueden reconocer en cualquier época posterior del
pensamiento europeo.

A. La necesidad de una Ciencia Política.

Platón nació hacia el año 427 a. C., en el seno de una familia prominente.
Muchos estudiosos y prácticos han atribuido su actitud crítica respecto a la
democracia que imperaba al momento de su nacimiento y hasta también es
argumentable, la participación de algunos de sus familiares en la revuelta
oligárquica del año 404. Pero bajo otro sentido e influencia, podríamos decir, que
su desconfianza respecto a la democracia no era mayor que la de Aristóteles,
9
quien era noble por nacimiento y ni siquiera era ateniense.

El hecho más importante del desarrollo intelectual de Platón, fue el de que


en su juventud fue discípulo de Sócrates, de quien sacó el pensamiento que fue
siempre lo fundamental de su filosofía política: “la virtud es conocimiento.” Dicho
de otro modo, esto significaba la creencia en que existe objetivamente una buena
vida, tanto para los individuos como para los Estados, vida que puede ser objeto
de estudio, a la que se puede definir mediante procesos intelectuales metódicos y
que por consiguiente es posible practicar de modo inteligente.

Llegado a la madurez, y tras concluir la guerra del Peloponeso, hubiera sido


difícil que compartiera el entusiasmo de Pericles por la “feliz despreocupación” de
la vida democrática. Su primer pensamiento en materia de política el recogido en
“La República”, se produce en la época en que era más probable que un ateniense
se dejase impresionar por la disciplina de Esparta y antes de que la desastrosa
historia del imperio espartano pusiera de manifiesto lo vacío de tal disciplina.

En la autobiografía, que figura en la Epistola VII cuenta Platón, que en su


juventud tuvo la esperanza de hacer carrera política y había llegado a esperar que
la rebelión aristocrática de los Treinta (404 a. C.) produjera reformas de

9
Temática, p. 223.

12
importancia en las que le cupiera la posibilidad de desempeñar algún papel. Pero
la experiencia de la oligarquía hizo pronto que la democracia pareciera una edad
de oro, aunque la democracia restaurada demostró inmediatamente su ineptitud
con la ejecución de Sócrates.

Sería muy irresponsable y exagerado decir que Platón intentaba crear una
institución para el estudio científico de la Política y la educación de los estadistas.
La especialización no había alcanzado aún este punto y es difícil que Platón
concibiera la necesidad del filósofo en política como necesidad de hombres
preparados ad hoc para las profesiones administrativas y legislativas. Más bien, la
concebía como una necesidad de hombres en quienes una adecuada preparación
intelectual hubiera agudizado la percepción de lo que era la vida buena y que
estuvieran, por ende, preparados para discriminar entre lo verdadero y lo falso, y
entre los medios adecuados e inadecuados, de alcanzar el verdadero bien.

B. La Justicia.

La teoría del Estado contenida en la República culmina en la concepción de


la “JUSTICIA”. La justicia es el vinculo que mantiene unida a una sociedad, una
unión armónica de individuos cada uno de los cuales ha encontrado la ocupación
de su vida con arreglo a su aptitud natural y a su preparación. Es tanto una virtud
pública como privada, ya que por medio de ella se conserva el máximo bien tanto
del Estado como de sus miembros. Nada es mejor para el hombre que tener su
ocupación y ser apto para ella; nada es mejor para los demás hombres y para toda
la sociedad que el hecho de que cada uno cumpla así los deberes que le
10
correspondan con arreglo a la posición a que tiene derecho.

Puede definirse entonces, la justicia como aquel principio de una sociedad


compuesta de diferentes tipos de hombres que se han unido bajo el impulso de su
necesidad recíproca y que por su combinación en una sociedad y su concentración
en sus diversas funciones han constituido un todo que es perfecto por ser el
11
producto y la imagen de la totalidad de la mente humana.

10
Cabanellas de Torres, Guillermo: Diccionario Jurídico Elemental, Editorial Heliasta, Argentina, 1999.
11
Temática, p.224

13
La definición anterior, es la exposición platónica de la definición de la
justicia la cual consistente en “dar a cada uno lo suyo”, porque lo suyo de cada
uno consiste en que se le trate como lo que es, según su capacidad y preparación,
en tanto que lo que él debe a la sociedad es la realización honesta de las tareas
requeridas por el puesto que en ella se le ha atribuido.

A falta de esta concepción, Platón no entiende por justicia, salvo


remotamente, el mantenimiento de la paz y el orden público, por lo menos el
orden extremo no es así sino una pequeña parte de la armonía que crea el Estado.
Lo que el Estado proporciona a sus ciudadanos no es tanto la libertad y la
protección cuanto una vida, sino, todas las oportunidades de intercambio social
que constituyen lo necesario para las comodidades de una existencia civilizada.

14
IV. Platón: El Político y las leyes.

La última forma de la filosofía política de Platón, contenida en el Político y


en Las leyes, es posterior en muchos años a la contenida en la República. Las dos
obras posteriores se parecen y la teoría en ellas contenida presenta un marcado
contraste con la de la República; su combinación nos ofrece los resultados finales
de la reflexión platónica sobre los problemas de la ciudad-estado.

Las leyes fue, sin duda, una obra de la senectud del filósofo y todos los
críticos están de acuerdo en encontrar en ella pruebas de una decadencia de sus
facultades, aunque con frecuencia se ha exagerado mucho esa decadencia. Por lo
que hace a la calidad literaria, no hay comparación entre la República y Las Leyes.
El primero de esos libros es, literariamente, una de las más grandes obras
maestras de toda la historia de la filosofía. Por el contrario, Las leyes constituye
una obra de lectura difícil. Aun tornando en cuenta todas las libertades permitidas
por el diálogo, resulta desordenada; es verbosa y llena de repeticiones. Es
bastante verosímil la tradición de que el autor no pudo llevar a cabo la revisión
final. Contiene pasajes bellos pasajes que eruditos competentes consideran tan
bellos como cualesquiera otros que puedan encontrarse en las obras de Platón,
pero el filósofo había perdido la capacidad de lograr un efecto literario sostenido, o
el interés por conseguirlo.

Debido a sus defectos de estilo, Las leyes han sido muy poco leídas en com -
paración con la República, y acaso ha habido una tendencia a confundir la deca-
dencia de calidad literaria con la de vigor intelectual. Ello es ciertamente equivoco.
La filosofía política de Las leyes carece del impulso audaz de construcción
especulativa que se encuentra en la República, pero por otra parte, en la última
forra de su teoría, Platón trató de enfrentarse a las realidades políticas de un modo
12
que nunca intentó en su obra más antigua.

La República es un libro para todos los tiempos porque la generalidad de


sus principios es casi atemporal. Pero la forma posterior del pensamiento platónico

12
Enciclopedia Autodidáctica Quillet, Editorial Aristides Quillet S.A., tomo I, México, Tercera Edición, 1964.

15
tuvo una mayor influencia en el desarrollo de la filosofía política hecho por sus
sucesores en el mundo antiguo. Ello es evidente por lo que se refiere a Aristóteles,
ya que el punto de partida de La política está constituido por el Político y Las leyes
y no por la República.

Por lo que se refiere a su influencia sobre el estudio de problemas políticos


específicos, en sus aspectos teóricos tales como la constitución de los estados, su
organización política y especialmente la teoría de la denominada forma "mixta" de
gobierno, sería difícil exagerar la importancia de las leyes.

A. La Readmisión del Derecho.

La línea seguida por Platón en la República produjo una teoría en la que


todo se subordina al ideal del filósofo-rey, cuyo cínico título de autoridad se debe
al hecho de que él, y sólo él, conoce lo que es bueno para los hombres y para los
13
estados.

El desarrollo de este tipo de reflexión dio por resultado la total exclusión del
derecho del estado ideal y la concepción del estado como institución únicamente
educativa en la cual la mayoría de los ciudadanos se encuentra en una situación
de tutela permanente ejercida por el filósofo-rey. Esto era absolutamente
contrarlo a las convicciones más profundas de los griegos respecto al valor natural
o moral de la libertad bajo el derecho y al de la participación de los ciudadanos en
la tarea del gobierno propio.

13
Quillet, tomo 4, p.4.

16
CONCLUSIÓN

Gracias a las explicaciones fundamentadas en nuestras antiguas


enciclopedias, hemos desarrollado, con mucho cuidado e interés, los aspectos
fundamentales de Platón y todo la corriente de sus pensamientos.

Siempre consideramos enseñanzas profundamente interesantes, las


desarrolladas por Platón y todos los griegos en su conjunto. Estos en todo
momento, jamás concibieron la idea de preparar magistrales juicios con respecto a
tales o cuales ordenamientos, pero por su maravillosa alegoría jurídica, hemos
consentido la oportunidad de conocer y aprehender muchísimo más sobre todo lo
que es realmente importante en toda la cultura griega y sus afluentes.

Por ello, no desmayamos en profundizar más adelante y por nuestra cuenta,


más fragmentos que nos identifiquen las edificaciones que en derecho y para la
sociedad existen hoy en día y que son precisamente, lineamientos que provienen
de esas concepciones griegas que fundamentaron el ejercicio del intelecto y la
galantería de la elocuencia y la pertinencia socio-jurídica para cada sociedad del
mundo.

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BIBLIOGRAFÍA

1. BONDENHEIMER, Edgar: Teoría del Derecho, Editorial McGraw Hill, México,


1964.

2. Cabanellas de Torres, Guillermo: Diccionario Jurídico Elemental, Editorial


Heliasta, Argentina, 1999.

3. Diccionario Enciclopédico Norma Color, , Editorial Norma, Colombia, 2000.

4. Diccionario Hispánico Universal, tomo segundo, Editorial W.M. Jacks,


México,1965.

5. Enciclopedia Autodidáctica Quillet, Editorial Aristides Quillet S.A., tomo I,


México, Tercera Edición, 1964.

6. Enciclopedia Británica Barsa, Editorial Benton, tomo VII y XIII, México, 1971.

7. Nueva Enciclopedia Temática, Tomo 8, s.f., s.p.i., 1966.

8. NOVACK, George: Democracia y Revolución - de los griegos a nuestros días,


Editora Fontamara, España, 1982.

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