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de sensualidad, elementos culturalistas, hace uso de un lenguaje suntuoso,
barroco, lleno de imágenes y contiene un sentido rítmico.
Martínez dedica un espacio a describir la relación entre Ricardo Molina y
Pablo García Baena. Los dos poetas, contemporáneos, son conocedores de la
obra del otro y en sus poesías hay homenajes mutuos y alusiones. La última
composición de Tres poemas en cuyos versos Martínez elogia la obra de
Pablo García Baena es un ejemplo. Por su parte, Pablo García Baena
homenajeó a Molina en Antes que el tiempo acabe.
El corpus de poemas en estrofa sáfica de los dos poetas cordobeses que
trabajó Martínez contiene los siguientes poemas de Ricardo Molina:
“Variaciones en metro sáfico sobre una canción vulgar”, “Vino antiguo”
“Cuán silencioso reino...”, “Rondel. Homenaje a Francis Jammes”,
“Adoradores del sol. Homenaje a André Gide”, “Camino viejo de la campiña
de Córdoba. Homenaje a Gerardo Diego” y “Oda a Antonio Mairena. Pablo
García Baena escribe en estrofas sáficas el poema “Ronda” y parte del
poema “Delfos”.
De acuerdo con Domínguez Caparrós la estrofa sáfica española sigue el
modelo métrico y estilístico de la Oda Al Céfiro de Villegas. Sin embargo,
Martínez coincide con Baehr al afirmar que los poetas se han guiado en el
uso del sáfico más por sus propias intuiciones rítmicas que por reglas
teóricas, prefiriendo la variedad rítmica que la uniformidad de los poetas
neoclásicos. En cuanto al endecasílabo, la preferencia fue el acento fijo en la
sexta sílaba -cuya versión también elige Molina-. El pentasílabo en la
mayoría de los casos se conserva como adónico.
Al analizar los poemas sáficos de Molina, Martínez extrae las siguientes
características: a) todos los versos son versos sueltos como demanda el
patrón clásico; b) el endecasílabo clásico es solo una posibilidad bastante
escasa entre los diferentes endecasílabos; c) la mayoría de pentasílabos con
versos adónicos, cono otras posibilidades como un único acento en la cuarta
sílaba; d) las únicas variaciones en las estrofas sáficas son el uso de un
alejandrino y un heptasílabo. Martínez advierte que la variación rítmica que
ostenta el endecasílabo en las estrofas sáficas se debe a las libertades de la
poesía moderna y a la cercanía entre la estrofa clásica y la estrofa de la
Torre.
Ejemplifica la variación rítmica con el poema Variaciones en métro sáfico
sobre una canción vulgar. El poema cuenta con una variedad de endecasílabos
-acentuados en la 4 y 8, en la 4 y 6, endecasílabos a maiore-. También los
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pentasílabos son adónicos o yámbicos. Martínez concluye que “no parece
que se aliente en Ricardo Molina la intención de construir versos sáficos,
sino que se guía rítmicamente por la tradición más asentada en nuestra
poesía, que es el uso polirrítmico del endecasílabo.”
Dedica menos espacio para analizar los poemas sáficos de García Baena,
debido a que son menos en el corpus del poeta. Advierte que en los poemas
Ronda y Delfos hay una polirritmia con tendencia al ritmo yámbico. El
artículo finaliza concluyendo que “las formas estróficas clásicas clásicas
sólo pueden sobrevivir en la poesía contemporánea sobre una cierta
flexibilidad acomodada al matizado fluir del sentimiento poético”. El
artículo muestra un estudio juicioso de la métrica de Molina y Baena, sin
embargo la conclusión merece una explicación más profunda y clara.