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JUVENTUD
JUVENTUD
CONVERSACIONES
SOBRE EDUCACION FAMILIAR
PRIMERA PARTE
I. CONOZCAMOSLES:
- La ayuda que prestemos a los jóvenes debe comenzar muchos años antes,
cuando son niños. Si desde sus primeros años, con una paciencia
inagotable y un amor inmenso, fuimos sembrando en sus almas unos
criterios sanos en relación con el deber, si a lo largo de esa infancia y esa
adolescencia fuimos haciendo crecer en sus almas la imagen de un Dios
amigo, y como tal cercano, que señala el camino a seguir, que perdona
cuando hemos caído, que es luz para nuestra oscuridad y fuerza para
nuestras debilidades, si todo eso lo hemos ido grabando en sus almas de
forma que constituya para ellos como una segunda naturaleza, es claro
que la mayoría de los problemas que en la juventud se vayan presentando
encontraran fácil solución.
- Pero supongamos que determinados padres han dejado mucho que desear,
en cuanto a educadores, en los años anteriores ¿Están aún a tiempo de
rectificar?
- ¿Y habrá algún aspecto significativo que esos padres que “han llegado
tarde” deberán tener en cuenta?
- Precisamente porque esos hijos tienen lagunas en determinados aspectos
los padres deberán prestar especial atención a esas lagunas o carencias.
Nunca es demasiado tarde.
TEMA DE REFLEXION: DIÁLOGO PADRES – HIJOS
El diálogo, al establecer una relación viva y cordial entre dos o más personas es la más
perfecta forma de comunicación.
Favorecen el dialogo:
- La humildad.
- La serenidad.
- El silencio oportuno.
- El no a las prisas
Saber escuchar
Hay materias que en una u otra ocasión, deberán ser objeto de diálogo en todos los
hogares: los estudios, la convivencia familiar, las amistades, las costumbres, el
noviazgo, la preparación al matrimonio, la economía casera, la religión, la política….
Muchos otros temas pueden ser objeto de dialogo. Si bien lo miramos, la educación no
es otra cosa que un intercambio de ideas, conocimientos y sentimientos entre padres e
hijos.
Decíamos en el anterior capitulo que los tres grandes problemas a los que el joven
ha de hacer frente son el problema de la fe, el problema del trabajo y el problema
del amor.
2. CONSECUENCIAS:
¡Cuán distinto el mundo interior –pujante, rico, luminoso- del joven o la joven
que poseen una religiosidad profunda, del de aquellos que, por carecer de esa
religiosidad, arrastran una vida sin horizontes, sin ideales y sin esperanzas!
3. SOLUCIONES:
Sí, hay una serie de aspectos que, por su repercusión en las ideas, en las
costumbres y en la vida de nuestros hijos deberíamos cuidar con especial
interés:
. El colegio
. Las lecturas
. Los amigos
. Los deportes
. Las asociaciones juveniles
- ¿Algún otro punto que, en cuanto a esta labor preventiva, deseen ustedes
tocar, antes de pasar a la labor curativa, ya en la juventud?
Quisiéramos recordar dos cosas. Por un lado la importancia del ejemplo.
“No se enseña lo que se sabe ni lo que se dice –decía Jaurés- se enseña lo
que se hace”. Por otra parte la importancia del dialogo, de la
comunicación, del saber escuchar.
EL TRABAJO:
La clave del éxito está en que ese joven que comienza su vida profesional
responda a las expectativas que en él han puesto sus jefes y sus compañeros. Por
ello, y dando por supuesto que posee la capacidad teórica requerida para la misión
que se le ha encomendado, el jefe buscará en él, fundamentalmente tres valores:
el sentido de responsabilidad, la entrega entusiasta al trabajo, y el espíritu de
compañerismo.
“Amar a una persona no consiste en mirarse a los ojos, sino en mirar los dos en
una misma dirección”
Antoine de SAINT EXUPERY
1. NOVIAZGO:
. No: quiere decir que han de ser consientes, ahora que están en periodo
de prueba, que tales discrepancias comportan dificultades. Puede darse el
caso de que, pese a esas desigualdades, lo más indicado sea seguir
adelante convencidos, eso sí, de que después el esfuerzo para superarlas
ha de ser mayor.
Hay dos peligros que se deben de evitar. El primero el de no ser sinceros en las
respuestas: recordemos que el enamoramiento desfigura los hechos, no se ven
las cosas como realmente son sino como uno quisiera que fueran. Segundo
peligro: el pensar “es verdad que deja que desear en tal o cual aspecto, pero
cuando llegue el matrimonio ya cambiará; yo me encargare de ello”. Y llega el
matrimonio y sigue siendo como era, o peor aún, ya que entonces no tiene
porque fingir. Y el que en el noviazgo era un mal hijo, lo seguirá siendo
después no solo con sus padres sino con los del cónyuge. Y el que ante el
trabajo tenía una actitud incorrecta seguirá procediendo del mismo modo.
Y el que excediéndose en sus intimidades buscaba solo el placer continuara
buscándolo, ahora fuera del hogar. Y el que carecía de convicciones religiosas,
no le surgirán como por encanto después de la boda, y toda la vida del hogar
se verá afectada por su indiferencia en aspecto tan importante.
¿Qué en algunos casos hay un milagro? Puede ser. Pero los milagros no se
dan todos los días. Quien planee la felicidad de su futuro hogar pensando
en milagros, lo más probable es que se encuentre después con el fracaso
más estrepitoso.
2. MATRIMONIO:
El decálogo de la esposa:
1. El hogar será lo que tú hagas de él. Esa debe ser la gran obra de tu vida,
con independencia de que también puedes ejercer una actividad
profesional.
2. Te corresponde la administración inmediata de los bienes. Sé previsora,
prudente y con gran sentido común.
3. Que tu buen gusto y tus desvelos –más que tu dinero-hagan del hogar un
refugio acogedor para cuantos constituyen tu familia.
4. Procura seguir siendo siempre la novia de tu marido. Y que ello se note
tanto en tus palabras como en tu mirada y en tu presentación.
5. Jamás olvides que antes que tus mismos hijos –y por supuesto que tus
padres- está tu esposo.
6. Que tus palabras, tu alegría y tu sosiego sean alivio y descanso para
cuantos constituyen tu hogar o se acercan a él.
7. Tu primer deber hacia tus hijos se llama ternura. Sobre ella como base,
deberás ir ejercitando, a una con tu marido, ese arte difícil y delicado que
se llama educar.
8. No grites, no pierdas los estribos. Te harás obedecer mejor si dices a tus
hijos las cosas con calma, convencida –tú la primera- de que tienen que
cumplirlas.
9. Pon especial cuidado en el ambiente, en el orden y en la administración
del hogar: en las horas de descanso, en las horas de las comidas y en la
prudente economía se nota la mano de la esposa y madre inteligente.
10. Finalmente si tienes la dicha de tener fe, busca apoyo en Dios: en Él
encontraras siempre la guía, la fuerza y la gracia que necesitas para llevar
adelante tu misión.
3. LOS HJOS:
- La educación: ¿sobre qué aspectos deben incidir los padres, con especial
énfasis, a fin de tener asegurado el éxito en la educación de los hijos?
El éxito nunca lo tendrán asegurado por muy bien que lo hagan, porque
sobre los hijos no solo influyen ellos, sino el resto de la familia, el colegio,
los amigos, el ambiente…y en última instancia su propia libertad personal.
Pero ello no quita que, aun siendo consientes de sus limitaciones,
comprendan lo decisivo de su proceder como padres, proceder –lo hemos
repetido mil veces- que se apoyara en cuatro soportes fundamentales:
. Amor a los hijos: que además que además de tenerlo hay que
demostrarlo;
. Amor entre los esposos: el 90% de delincuentes juveniles procede de
familias en las que ha fracasado el amor;
. Ejemplo: “no se enseña lo que se sabe ni lo que se dice, se enseña lo que
se hace”
. Diálogo: que se apoya en el saber escuchar.
Lo que importa no es la cantidad de tiempo que se dedica a los hijos sino la calidad de
ese tiempo. Hay padres que están físicamente lejos de sus hijos, separados por miles de
kilómetros, pero muy cerca afectivamente; y, al revés, padres muy cerca físicamente de
sus hijos, pero alejados de ellos afectivamente. Y lo que importa no es tanto la
proximidad física, como la afectiva.
CONSECUENCIAS:
SOLUCIONES:
SEGUNDA PARTE
“Si consideramos a los niños, a los jóvenes y a los hombres como son no los
mejoraremos, si los tratamos como si fueran, lo que deberían ser, los conduciremos
a donde deben ser conducidos”
GOETHE
- Puesto que los jóvenes siguen necesitando a sus padres ¿sobre qué
aspectos deberían insistir en sus relaciones con ellos?
. El cariño, es lo primero que los jóvenes deben a sus padres. Cariño que se
manifiesta en la actitud de cada momento, en las palabras en los gestos. Si
entre padres e hijos hay una atmósfera de cariño ¡cuán grato es el
ambiente del hogar y con qué facilidad se armonizan los criterios
discrepantes!
- ¿Algún otro punto sobre el que deberían de insistir además del cariño?
. Pues se diría que las matemáticas fallan en este caso o que las energías
de los padres se multiplican. Lo cierto es que el éxito sonríe con más
frecuencia en estos hogares.
Estudios realizados por el Dr. Lockerman sobre doscientos hombres
célebres dieron estos resultados: 8 de ellos eran hijos únicos, 42 provenían
de familias que tenían de 2 a 4 hijos, y 150 de familias con 5 o más hijos.
. Sí: pero hay que entenderla rectamente. Porque todo derecho viene
limitado por los derechos de los demás. Yo no tengo libertad para prender
fuego a la casa del vecino, para robarle su coche o para violar a su hija.
Análogamente apoyándome en un mal entendida “libertad de docencia”,
forzar la mente del muchacho expoliándole de las enseñanzas que ha
recibido en el hogar e imponiéndole unas ideas ateas, pongamos por caso,
que yo, como individuo, soy libre de profesar o no profesar, pero que no
tengo derecho a inculcar a jóvenes que fueron confiados al centro por
unos padres que esperaban que en el mismo les dieran una educación
muy distinta a la que por una supuesta “libertad de docencia”, pretende
impartirles.
¿Nos damos cuenta de a dónde nos llevaría la libertad de docencia mal
entendida? En casa trataríamos de mostrar a los hijos el valor de la familia
y, a reglón seguido, en el colegio un profesor de “ideas avanzadas” le
podría enseñar que la familia es una concepción anticuada que hay que
suprimir; trataríamos de imbuirles el amor a Dios, a la patria, a los valores
tradicionales, a la pureza, al autodominio…y en el colegio un maestro “sin
condicionamientos ideológicos” podría predicarle la superación de ideas
trasnochadas en materia de religión, de moral, de patriotismo, el amor
libre, la ruptura con el pasado, etc.
A tal situación nos llevaría esa libertad de docencia que no tuviese en
cuenta la conciencia de los alumnos, el ideario del colegio y los deseos de
las familias.
Otra cosa es que, en la Universidad, cuando los jóvenes ya están más
maduros y pueden formarse sus propios criterios, esa libertad de docencia
pueda entenderse en un sentido más amplio, pero no así en la niñez y
adolescencia en que no se hallan todavía en condiciones de defenderse de
las ideas sectarias, que puedan inculcarles con grave daño para su
formación.
Dos reflexiones:
1. LA PATRIA:
2. CONOCERLA Y AMARLA:
1. LAS COSTUMBRES:
- Las ideas que los jóvenes tienen configuran sus costumbres, pero también
ocurre lo contrario: el modo de proceder, las costumbres, inciden sobre la
formación de las ideas. El joven que lleva una vida libertina acaba
encontrando razones que justifican su modo de proceder. El drogadicto
justificará su adicción a la droga, como el obseso sexual su sexo-manía y el
amigo de lo ajeno su cleptomanía. Consecuencia: ténganse ideas rectas y
se acabará teniendo costumbres rectas.
- No es fácil para los jóvenes –y para los que no lo somos- permanecer fieles
a las enseñanzas de Evangelio en su vida personal, familiar, y profesional,
máximo en un mundo consumista, ansioso de placer y de bienes
materiales. Por eso la unión con quienes comparten sus mismos ideales
será para ellos decisiva. Les ayudara a mantenerse firmes en unas
convicciones, que los demás no comparten, les estimulara al ver que no se
encuentran solos, les llevará a tomar iniciativas en defensa de los derechos
de la familia, de la protección de los niños y jóvenes y de la moralización
de la sociedad.
EPILOGO
ORIENTACIONES PEDADÓGICAS:
1. CONOZCAMOLES:
2. LA AVENTURA DE LA FE:
Solo teniendo nosotros mismos ideas claras sobre tales temas, estaremos en
condiciones de trasmitírselas a nuestros hijos. De ahí la necesidad de que pongamos
cuantos medios a nuestro alcance a fin de formarlos debidamente como padres:
charlas, lecturas, integración en grupos de matrimonios, etc.
Desde que son niños y adolescentes favorezcamos la integración de nuestros hijos en
asociaciones juveniles que merezcan nuestra confianza. Con ello prestamos un gran
servicio a su educación pero a la vez les acostumbramos a que ellos, cuando superada
la adolescencia se adentran en la juventud, continúen en grupos de servicio, de
voluntariado, de perfeccionamiento deportivo, cultural o espiritual con el impacto
consiguiente en la sociedad que les envuelve.