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3 Capacidades Sociomotrices
De este modo, por medio de la motricidad el niño se comunica, llega al deseo y/o a la
necesidad de colaboración con otros, comprendiendo, asimilando y sosteniendo reglas
comunes y buscando el placer en su expresión a través del juego.
Efectivamente el niño vivencia, siente, conoce el medio y los objetos, interactúa con
los demás, y se comunica vivenciando su cuerpo por medio de la motricidad; es así
como a través de la interacción de sus dimensiones introyectiva, extensiva y proyectiva,
potencia el desarrollo de sus capacidades.
Durante los primeros años de vida, y en la edad escolar, se debe aprovechar la magnitud
del significado simbólico que contienen los movimientos, los gestos como primer
sistema de señales y como medio de comunicación e interacción fundamental del niño
para interactuar de manera eficiente en el medio y con los demás.
Ahora el niño está listo y dispuesto para asimilar y aprender habilidades de mayor
complejidad, habilidades específicas, propias de la iniciación deportiva, estableciendo
además las bases para el conocimiento, la comprensión y la integración de las realidades
objetivas del complicado mundo del juego deportivo, con toda su diversidad codificada
e institucionalizada.
Considerando el potencial educativo del juego y la acción motriz, es fundamental que los
maestros dispongan contextos de aprendizaje, de tal modo que se posibilite al niño la
oportunidad de expresar sus ideas, su imaginación y la posibilidad de comportarse
creativamente.
Según Contreras (1998: 189) en la literatura inglesa «la palabra skill significa habilidad,
destreza, pericia, arte o técnica; y la palabra ability, significa habilidad capacidad, talento,
aptitud o dote». En estos significados se puede resaltar como hecho importante, que entre
ambos solamente coincide la palabra habilidad, mientras que en los otros elementos se
presentan diferencias.
Desde esta doble perspectiva se opta por asumir la posición de Contreras, en el sentido
de tomar como referencia general de las habilidades y destrezas, el término skill, es decir,
adoptar el significado de capacidades susceptibles de educación y mejora.
En esta dirección, Gutherie, citado por Contreras (1998: 189), define la habilidad como
«la capacidad, adquirida por aprendizaje, de producir resultados previstos con el máximo de
certeza y frecuentemente, con el mínimo dispendio de tiempo, de energía o de ambas cosas».
Los patrones motores se adquieren en los primeros años de vida y constituyen las
formas fundamentales de la motricidad en el ser humano. La práctica permanente de
estos patrones, conduce al desarrollo de las habilidades básicas, ya constituidas y afirmadas
como secuencias de movimientos con alto grado de orden y precisión, movimientos
automatizados, que por su disponibilidad inmediata, en cualquier momento y situación,
permiten, favorecen y facilitan el dominio motriz del medio, como condición primaria
para la conquista de la autonomía por parte del niño.
Para Sánchez Bañuelos (1986: 135), el desarrollo de las habilidades básicas se presenta
en el momento en que los niños demuestran «una habilidad perceptiva operativa a
niveles básicos, una suficiente familiarización, y una idea bastante definida sobre la
función de dichas habilidades». Con el desarrollo de estas características, el niño está en
condiciones de explorar y conocer su cuerpo a través del movimiento, afianzar los
procesos de adquisición de aprendizaje y desarrollo de los patrones motrices básicos, y
de perfeccionarlos hasta llegar a la adquisición de las habilidades básicas.
Por medio del desarrollo de los contenidos de la Educación Física, plasmados a través de
las habilidades y destrezas motrices, el niño adquiere conciencia de sus posibilidades de acción,
de su corporeidad. El tratamiento de las capacidades perceptivomotrices debe realizarse
por medio de la práctica, la experiencia, la vivenciación, y sólo por estos medios, se pueden
aprender los conceptos, procedimientos y las actitudes referidas a ellas.
En el análisis de las propuestas presentadas, se advierte el interés por parte de todos los
autores en encontrar una clasificación que favorezca el tratamiento adecuado, sistemático y
eficaz de las habilidades en la Educación Física.
En esta dirección para Castañer y Camerino (1996: 127), «Las habilidades fundamentales
surgen de la combinación de patrones de movimiento que introducen al trabajo, tanto
global como segmentario del cuerpo. Su base reside en la dotación filogenética de la
especie humana traducida por la herencia del parentesco».
En esta propuesta se opta por la clasificación que proponen Castañer y Camerino, por considerar
que en esencia incluye los aspectos fundamentales que se han tratado por otros autores. Castañer
y Camerino desde un enfoque global, presentan una idea en la que las habilidades se
pueden categorizar en función de los ámbitos donde se desarrollan, lo que permite
y facilita, a la vez, diferenciar las funciones de locomoción, manipulación y estabilidad.
Entre las habilidades locomotrices se encuentran las siguientes: andar, correr, saltar,
variaciones del salto, galopar, deslizarse, rodar, pararse, botar, caer, esquivar, trepar, bajar, etc.
Son habilidades motrices, en las que se tata de mantener una estabilidad del equilibrio
estático y dinámico ante una situación o tarea motriz propuesta, y el equilibrio se logra por
medio de un adecuado ajuste postural que resuelva eficazmente el problema planteado.
4.3.1.1 El Calentamiento
Estructura Pedagógica
Además de los aspectos mencionados, según Pareja Castro (Kinesis 1994: 37), un buen
calentamiento se caracteriza por desencadenar efectos como: el aumento de la temperatura
corporal, la frecuencia cardiaca, el volumen sistólico, la vaso dilatación de las arterias y
capilares, el transporte adecuado de oxígeno y nutrientes por medio de la sangre, la
adaptación del metabolismo energético aeróbico a la actividad, la disminución de la
viscosidad muscular, adecuación del tono muscular, funcionalidad articular y periarticular,
la activación de la memoria motriz y de los estereotipos motores adquiridos.
Pareja Castro (Kinesis 1994: 38), propone como estructura del calentamiento la siguiente.
Para esta fase del Calentamiento, se proponen ejercicios y juegos de mediana intensidad.
Los Estiramientos
Los estiramientos son elongaciones que se realizan en los diferentes grupos musculares.
Estos contribuyen a disminuir las tensiones musculotendinosas, posibilitando una mejor
funcionalidad del tono muscular (relajación y tensión muscular) durante la práctica de
ejercicios y juegos.
Es muy importante aclarar, como expone Pareja Castro (Kinesis 1994: 38), que los
ejercicios de estiramiento deben realizarse posteriormente al aumento de la temperatura
corporal (activación dinámica general), debido a que provocan la disminución de la viscosidad
muscular y facilitan la elongación muscular, evitando que se presenten algunas lesiones.
Ésta consiste en la ejecución de juegos y/o ejercicios con mayores niveles de exigencia
(similares a los que se desarrollarán en la parte central de la clase o la competición), con
la intención de conseguir respuestas funcionales, psicológicas y sociales específicas de
adaptación al esfuerzo. Según Pareja Castro (Kinesis 1994, 39), cuando se trata de
competiciones deportivas, también se busca reactivar con ejercicios de la técnica, los
estereotipos dinámicos motrices adquiridos con anterioridad, a lo que podemos agregar
que, de igual importancia en este caso es la activación de la memoria motriz para buscar
mejores resultados en la ejecución de las prácticas.
Tanto la estructura de la clase en general con todas sus partes como la del
calentamiento, son condicionadas por una variedad de factores que influyen
significativamente en el desarrollo y ejecución de sus elementos o componentes
básicos como son: la duración total y de cada una de sus partes (activación dinámica
general, estiramientos y activación dinámica específica), la magnitud o grado de
esfuerzo de los ejercicios y los juegos a emplear.
Para Pareja Castro (Kinesis 1994: 40) algunos factores son:
1. El tiempo total de la clase, el juego o el entrenamiento.
2. Los contenidos de la clase, el entrenamiento o la competición en su parte principal..
3. El tipo de actividad a practicar: juego, ejercicio, deporte individual o colectivo,
de combate.
4. El nivel de desarrollo de la condición física y deportiva de los participantes
5. Las características de los niños o deportistas: edad, sexo, condición física,
dominio de la actividad y estado de entrenamiento.
6. La disposición psicológica hacia la actividad, asunto que genera estados óptimos
o de angustia en las personas como son: la apatía, la sobreexitación, el estado
óptimo, también llamados estados de prearranque.
7. Factores ambientales como la temperatura, la humedad relativa, la altura sobre el
nivel del mar y la hora de las prácticas.
8. El tiempo que se requiere para que se logren los objetivos fisiológicos, mentales
y sociales adecuados.
Teniendo en cuenta los factores mencionados, en el texto de Pareja Castro recomienda de
manera global para las prácticas deportivas, los siguientes aspectos a considerar para el desarrollo
de un Calentamiento:
La activación dinámica general debe tener una duración aproximada entre los 5 y 10 minutos
con una intensidad moderada, los estiramientos deben tener entre 5 y 10 minutos de duración con
una carga pasiva de baja influencia fisiológica en su ejecución y la activación dinámica específica
entre 5 y 10 minutos con una intensidad un poco más elevada, de manera que se acerque a la
intensidad de los esfuerzos a realizar durante la práctica principal.
Es muy importante considerar que estas recomendaciones finales son propuestas para las
prácticas deportivas con una orientación deportiva. En tal sentido, el maestro y los estudiantes
deben adaptar el calentamiento a las características de su práctica.