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Tema 31: Expresión gestual y corporal. Etapas


de la expresión corporal. Estrategias
metodológicas

TEMA 31

LA EXPRESIÓN CORPORAL. EL GESTO Y EL MOVIMIENTO. LA


EXPRESIÓN CORPORAL COMO AYUDA EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA
IDENTIDAD Y DE LA AUTONOMÍA PERSONAL. EL JUEGO SIMBÓLICO Y
EL JUEGO DRAMÁTICO. LAS ACTIVIDADES DRAMÁTICAS.

1. INTRODUCCIÓN
2. LA EXPRESIÓN CORPORAL
3. EL GESTO Y EL MOVIMIENTO
4. LA EXPRESIÓN CORPORAL COMO AYUDA EN LA CONSTRUCCIÓN DE
LA IDENTIDAD Y DE LA AUTONOMÍA PERSONAL
5. EL JUEGO SIMBÓLICO Y EL JUEGO DRAMÁTICO
6. LAS ACTIVIDADES DRAMÁTICAS
7. CONCLUSIÓN
8. RELACIÓN DEL TEMA CON EL CURRÍCULO
9. BIBLIOGRAFÍA

1. INTRODUCCIÓN
La expresión gestual o corporal emplea el cuerpo como medio de expresión y
comunicación. Además, dada su importancia en el desarrollo integral de los niños es
contemplada como contenido curricular a desarrollar en la etapa de Educación Infantil,
dentro del ámbito de conocimiento de “Comunicación y Representación”.

Por todo ello, a lo largo del desarrollo del tema expondremos qué se entiende por
Expresión Corporal desde el ámbito educativo, analizando el gesto y el movimiento
como aspectos inherentes a la misma. También, veremos cómo incide la Expresión
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Corporal en la construcción de la identidad y la autonomía personal del niño, así como


en el desarrollo de su personalidad.

A continuación, analizaremos el juego simbólico y el juego dramático, como


recursos fundamentales para el desarrollo de la expresión corporal, ya que a estas
edades el juego se configura como la estrategia fundamental de comunicación.
Por último, terminaremos el tema con una breve conclusión y señalando la
bibliografía empleada para su elaboración.

Pasamos ya sin más preámbulos a la exposición del tema.

2. LA EXPRESIÓN CORPORAL
La expresión corporal integra aspectos educativos como la expresión dramática,
el movimiento, el gesto, el juego simbólico… y todos están englobados en lo que a
partir de los años 60 se ha venido llamando educación de la psicomotricidad.

Por tanto, la expresión corporal es la capacidad humana que utiliza como


instrumento el propio cuerpo, permitiendo a la persona expresarse y comunicarse con
los demás.

Así, la expresión corporal tiene que ver con la utilización del cuerpo, sus gestos,
actitudes y movimientos con una intención comunicativa y representativa. Se trata de
representar a través de su acción y movimiento determinadas actitudes, estados de
ánimo, etc. Además, a través de ella, los niños también muestran el conocimiento del
mundo y de las personas, así como su percepción de la realidad.

De este modo, estas manifestaciones expresivas son además un instrumento de


relación, comunicación e intercambio. La Educación Infantil debe estimular este tipo de
expresión para sacar de ella el máximo rendimiento educativo, aceptando formas de
expresión diversas.
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Por ello, la expresión corporal tiene una doble función: ser cauce expresivo de
emociones, afectos, sentimientos y pensamientos y ser vehículo de comunicación. Se
considera reflejo de la personalidad y recurso del diálogo con los demás.

La expresión corporal presenta las siguientes características fundamentales:


La espontaneidad, que la diferencia claramente del mimo, ya que éste es un
lenguaje gestual codificado que ha de ser conocido por el receptor para
descifrar el mensaje.
La dependencia de factores personales, como son la edad, la precisión
motriz, el estado de ánimo y la situación que se viva.
La comunicación de un mensaje, que la distingue de la psicomotricidad,
considerada ésta como interiorización de una vivencia corporal.
La dualidad que presenta en cuanto que, por una parte tiene entidad propia y,
por otra, es un recurso que se relaciona con la dramatización, el ritmo, la
identidad y autonomía y, por tanto, se convierte en eje de confluencia del
lenguaje oral, musical y gestual.

Por otro lado, y referente a su organización curricular para la etapa de


educación infantil, la expresión corporal, en el primer ciclo permitirá que, los niños
descubran, experimenten y utilicen los recursos básicos de la expresión de su cuerpo
(por ejemplo, los gestos, el movimiento de los brazos y piernas, etc.), los cuales se irán
enriqueciendo paulatinamente con el desarrollo de las habilidades perceptivo-motrices,
afectivas, cognitivas y relacionales que se recogen en el primer ámbito de experiencias
(Comunicación y Representación).

De igual manera el niño va tomando conciencia de que puede controlar su propio


cuerpo y de las posibilidades expresivas que esto le ofrece, como por ejemplo, los
desplazamientos por el espacio, la direccionalidad, el tono de la voz…; todo lo cual le
permitirá, al final del ciclo, expresar y comprender, con un mayor grado de
intencionalidad y ajuste, algunos sentimientos (enfado, tristeza, alegría, sorpresa),
emociones, deseos y percepciones como ruidos de animales, ruidos de casa y de la calle,
etc., que se pueden comunicar con el cuerpo.
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En el segundo ciclo, el mayor desarrollo de los aspectos afectivos, cognitivos,


perceptivo-motóricos y relacionales, en contextos cada vez más amplios, va
inseparablemente unido a una mayor posibilidad de utilización de los recursos
expresivos del cuerpo: desplazamientos más ajustados a la finalidad expresiva,
imitaciones y representaciones individuales y en grupo, profundización en alguno de los
recursos ya utilizados en el ciclo anterior así como el descubrimiento de otros nuevos
(gesto y actitud corporal, tono, voz, etc.).
Además durante el segundo ciclo, se va interiorizando la imagen corporal, a la
vez que su progresiva madurez emocional y tónica le permiten un mayor control
voluntario de su cuerpo:
Control de partida y llegada del movimiento
Inhibición de los movimientos involuntarios
Independencia segmentaria
Acomodación postural
Progresiva dominancia lateral
Equilibrio más ajustado
Mayor coordinación viso-motora
Va haciendo voluntarios los procesos de estimulación tónica: ecitación, distensión, contraste
tónico
Aunque sigue necesitando movimiento, también disfruta con habilidades manipulativas que
requieren inhibición motriz

Por tanto, en este ciclo, resulta importante tener en cuenta que las actividades de
expresión corporal deben posibilitar la interacción entre los iguales, ya que el cuerpo
sigue siendo el principal elemento de relación con el medio, así, por ejemplo, ajustando
sus movimientos a los de sus compañeros.

Estos nuevos instrumentos permiten al niño disfrutar, e interesarse, cada vez más
por las representaciones y el juego dramático, que tenga iniciativa por participar en este
tipo de situaciones y pueda comprender el control de su cuerpo y sus importantes
posibilidades expresivas y comprensivas y, en suma, de relación entre él y su entorno.

Para Marta Schica, la expresión corporal es un lenguaje propio, mediante el


estudio y profundización del empleo del cuerpo. Este lenguaje corporal propio, sin
códigos preconcebidos, es un modo de comunicación que encuentra su propia semántica
directa más allá de la expresión verbal conceptualizada.
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La expresión corporal parte de lo físico para conectar con los procesos internos
de la persona, canalizando sus posibilidades expresivas hacia un lenguaje gestual
creativo. Por tanto, las tres coordenadas que configuran el campo de acción de la
expresión corporal son el cuerpo, espacio y tiempo. El desarrollo de cada uno en sí y la
interrelación de los tres, establece los elementos de trabajo para encontrar la
expresividad del movimiento. El estudio de estos tres campos se hace de dos formas que
se asocian y complementan: un punto de vista racional, de conciencia, y un punto de
vista emocional, de vivencia.

Quiere decir, que a través de estos elementos comunes se establecen las


coordenadas corporales, espaciales y temporales que permiten crear el substrato para
una real comunicación y la capacidad de creación.

Así los objetivos a trabajar referidos a la expresión corporal en esa etapa serán:
- Tomar conciencia, de lo que sucede dentro y fuera de nosotros, de cómo
reaccionamos ante lo que vivimos.
- Espontaneidad, que puede ser:
Espontaneidad originaria. Por ella el ser humano sigue impulsos
naturales más instintivos.
Espontaneidad adquirida que implica un proceso de aprendizaje
- Creatividad, a través de la capacidad perceptiva, y la espontaneidad que
desarrolla la Expresión Corporal.
- Establecer relaciones adecuadas con el medio y las otras personas (niños y
adultos). La relación se establece siempre a partir del cuerpo propio y, los distintos tipos
de relación que se establezcan así, como la vivencia del espacio y del tiempo serán
siempre simbólicos.

Resumiendo, podemos decir que referirnos a la Expresión Corporal es pensar


inmediatamente en todo un mundo de relaciones a partir del cual se desarrollan la
toma de conciencia, la espontaneidad, la creatividad y el encuentro con los otros y con
el mundo.
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Terminaremos, señalando que para el tratamiento educativo de todos los


aspectos que configuran la expresión corporal debemos apoyarnos en los principios
metodológicos de la etapa de educación infantil (nivel de conocimientos previos,
aprendizaje significativo y funcional…).

Para sacar el máximo partido posible, hay que crear, en primer lugar un clima de
libertad en el que el niño pueda expresarse sin más restricciones que las impuestas por
las exigencias del respeto a los demás y de la vida en común. Por tanto, la Educación
Infantil debe estimular este tipo de expresión para sacar de ella el máximo rendimiento
educativo, aceptando diversas formas de expresión, desde algunas más convencionales
hasta otras más idiosincrásicas. Alentando a los niños y niñas a que se expresen,
previendo espacios, momentos y proyectos.

Esta forma de representación puede y debe ser utilizada por el educador/a no


sólo como medio de expresión, sino también como un contexto propicio para la
observación de los niños y niñas y de las relaciones entre unos y otros, así como una vía
a través de la cual procurar dar salidas algunas de las tensiones y conflictos internos.

3. EL GESTO Y EL MOVIMIENTO
El gesto y el movimiento son aspectos esenciales en la expresión corporal,
coincidiendo con ésta, en la utilización del cuerpo con una clara intencionalidad
comunicativa o representativa, además de una alta carga emocional. Así:

RESPECTO AL GESTO
El gesto es un medio de comunicación prelingüística que poseen ya los niños
menores de un año, de manera que todos los otros lenguajes (verbal, plástico, musical,
…) se desarrollarán a partir de él.

Así, los gestos son movimientos significantes que exteriorizan lo que sucede
en el interior de la persona. Como consecuencia, transmiten a los demás la forma de
pensar del individuo y provoca reacciones en los otros.
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No obstante, a pesar de que el aprendizaje de los gestos es lento, su tratamiento


educativo se apoya en la imitación de los adultos que están en contacto con el niño,
como recurso y ejercicio al que se presta el niño gustosamente.

En la imitación de gestos y movimientos carentes de significados, no


codificados, los objetivos giran en torno a la realización de ejercicios psicomotrices,
ejercicios de atención y observación. En la imitación de gestos con significado hay que
diferenciar entre la imitación de gestos concretos (mover la mano para despedirse) y la
imitación integral de comportamientos, como puede se la manera de caminar de ciertas
personas, o la manera de simular determinadas acciones, dormir, comer, etc., en las que
se requiere todo el cuerpo o la mayoría de sus partes.

A partir del conocimiento y dominio del propio cuerpo, los juegos implican la
representación con el gesto de sensaciones, sentimientos y emociones, a través de
diferentes personajes que van realizando distintas acciones.

Existen diferentes tipos de gestos. La observación de su funcionalidad, origen o


de su forma ha llevado a distintas clasificaciones de los gestos. Veamos:
Por su funcionalidad: Siguan, por ejemplo distingue entre expresivos,
vinculados a la afectividad; apelativos para llamar la atención de los demás;
y significativos cuya función es modificar la acción.
Por su origen: Kostolany distingue entre típicos, producto de un cierto
contexto o circunstancia sociocultural; conscientes, que intentan comunicar
o subrayar una emoción o sentimiento; e inconscientes que se realizan de
forma incontrolada y contribuyen a desvelar las motivaciones o conflictos
profundos de la personalidad.
Por su forma: Pierce los clasifica en gestos-símbolos, que son
convencionales y suelen ser transmitidos de unas generaciones a otras según
las particulariedades de un contexto; icónicos, surgidos por su analogía con
lo que representan; y gestos-índices cuya principal característica es la de
aproximar el gesto a la realidad que quiere ser significada.

RESPECTO AL MOVIMIENTO
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El movimiento constituye una necesidad natural del niño y es el


desplazamiento global o segmentario del cuerpo. Tiene como contrapunto la
inmovilidad y el reposo.

Cada movimiento es un acto motor que, en función del control nervioso al que
responda, se considera reflejo, voluntario o automático.
El orden que se sigue va desde el control del movimiento a la realización
intencional del gesto expresivo, desde los movimientos globales a los segmentarios y
desde los movimientos conscientes a los movimientos automáticos.

El movimiento implica el equilibrio dinámico y el postmovimiento, sin los cuales


el cuerpo no mantendrá su posición vertical ni su estabilidad.

Así, respecto a la evolución del movimiento, la motricidad infantil se inicia,


según Wallon, con la impulsividad motriz, en la que son propios los movimientos
incontrolados, bruscos e imprecisos; continúa con la regulación del tono muscular y la
madurez neurológica que permitirá el control postural y facilitará la progresiva
coordinación óculo-manual y viso-motora; progresa considerablemente con la
adquisición de la marcha y el consiguiente acceso a espacios cada vez más amplios y
diversificados y culmina con el progresivo dominio motor y la ampliación de las
posibilidades de movimiento.

En esta evolución los movimientos se diversifican en manipulativos o


locomotores, rectilíneos o sinuosos, lentos o rápidos, continuos o discontinuos, fuertes o
leves, libres o dirigidos y espontáneos o intencionales.

Por otro lado, en cuanto a la intervención, el proceso educativo partirá del


movimiento espontáneo para afirmarlo y controlarlo de forma paulatina.

La habitual movilidad de los niños será el recurso para introducir la toma de


conciencia de la posibilidad de inmovilizarse y descubrir los centros de movimientos o
corporales que irradian expresión y que son principalmente: la cabeza, las manos, las
piernas y los pies. En este sentido, la gesticulación particular de un niño estará
caracterizada por la secuencia de gestos ejecutados de forma coherente en el transcurso
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de una comunicación. Veamos algunas formas típicas de gesticulación o de relacionar


gestos y movimientos según las distintas partes del cuerpo:
 La cabeza es el elemento principal de recepción y emisión de mensajes. Sus
movimientos pueden indicar afirmación, negación y duda. Estas
posibilidades se multiplican con las aportaciones de los ojos, labios, cejas,
nariz, los músculos faciales, etc…
 Las manos constituyen un foco de expresión cuyos gestos tienen un
significado compartido por todas las culturas. Manifiestan dolor, angustia,
amistad, cólera, defensa, etc.
 Las piernas y los pies emiten mensajes a través de las posturas y del ritmo y
forma de desplazamiento. Así, las piernas separadas y los pies en el suelo
transmiten sensación de estabilidad; las piernas juntas dan impresión de
sumisión y respeto.
La forma de desplazamiento puede ser lenta, vacilante, con pasos cortos, a
zancadas, arrastrando los pies, corriendo, saltando… e indica cansancio,
prisa, energía, alegría… El desplazamiento es uno de los recursos básicos
que proponen las orientaciones metodológicas y que señalan los siguientes
aspectos:
Las orientaciones metodológicas consideran que el significado de
los gestos será claro, preciso y unívoco, para evitar la
desorientación del niño;
El espacio donde se realicen las actuaciones será amplio y
desocupado, para que los niños puedan moverse
La imitación será el procedimiento básico del proceso de
expresión, el cual se llevará a cabo a través de la imitación
aislada de gestos codificados, de posturas, de acciones, de la
expresión de vivencias y de situaciones vividas o imaginadas, y
de la expresión corporal de una canción, poema o cuento.
Estas actividades se desarrollarán en forma de juego, tendrán un enfoque
globalizado y se relacionarán con las distintas Áreas o Ámbitos de la
Educación Infantil, a las que servirá de instrumento.

Así, tal y como hemos podido observar el gesto suele incluir el movimiento
corporal como parte importante de la forma particular de expresarse (gesticulación). En
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este sentido, la importancia del movimiento está en su significado, en su


intencionalidad, es decir, en su forma de transmitir sensaciones, actitudes, estados de
ánimo, emociones, etc.

Por último, cabe señalar que en esta combinación de gesto y movimiento


podemos observar diferentes características o elementos, tales como la intensidad, el
uso del espacio, la duración y el contenido. La intensidad depende de la tonicidad
muscular, de la excitación nerviosa y de la dinámica del impulso. Su diseño espacial
depende de la dirección, forma y la amplitud de la gesticulación. La duración hace
referencia al tiempo medio de una determinada gesticulación y establece el ritmo de la
comunicación gestual. El contenido se refiere a la intencionalidad o a la carga
emocional de lo expresado.

Además, la gesticulación o combinación secuencial entre gesto y movimiento,


además de ser un medio de comunicación no verbal, suele formar parte de actitudes
personales hacia el medio, teniendo una función formativa. Efectivamente, la posición
que los niños vayan manteniendo con relación a su entorno social o natural irá
configurando unos hábitos y actitudes que establecerán determinadas formas de
gesticular o actuar en el contexto contribuyendo a configurar su personalidad.

4. LA EXPRESIÓN CORPORAL COMO AYUDA EN LA


CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD Y DE LA AUTONOMÍA
PERSONAL
La expresión corporal no constituye un elemento aislado sino que impregna
todas las actuaciones personales, por lo que se convierte en un medio para que el niño
construya su identidad y consiga una progresiva autonomía; siendo el esquema
corporal la base de la expresión corporal, y por tanto guardando una relación muy
estrecha con la psicomotricidad tal y como reconoce y promueve el currículo de la
etapa.

Así, es evidente, que la convergencia de la expresión corporal y el área o


ámbito de Identidad y Autonomía Personal, así como la psicomotricidad se centren,
pues, en el conocimiento y dominio del propio cuerpo, que es el instrumento
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fundamental con que cuenta el niño, para desenvolverse en el medio y actuar en las
diversas situaciones que se le presentan, ofreciéndole multitud de posibilidades y
experiencias comunicativas.

Los progresos en el ámbito de la psicomotricidad, del manejo del cuerpo en


actividades muy diversas forman parte de la construcción de la propia identidad y del
acceso y niveles crecientes de autonomía e independencia personal.

Por tanto, la expresión corporal ayuda al niño en la formación del concepto de sí


mismo y contribuye también a la adquisición de los instrumentos básicos del control del
propio cuerpo y de la acción sobre la realidad.

A lo largo de la etapa de educación infantil, debe conseguirse que los niños


conozcan global y segmentariamente su cuerpo, sus posibilidades perceptivas y
motrices; deben poder identificar las sensaciones interoceptivas y extereoceptivas que
experimentan y servirse de las posibilidades de su cuerpo para manifestarlas.

En este sentido, la expresión corporal atenderá a que el niño descubra y tenga


conciencia de su propio cuerpo, así como que se relacione con el mundo de los demás
(aceptación, conocimiento, colaboración y respeto del otro). A través de su propio
cuerpo, el niño va tomando conciencia del mundo que le rodea.

Así, la expresión corporal será una ayuda en el logro de la consecución de


objetivos encaminados a la consecución de la construcción de la identidad y de la
autonomía personal como:
 “Descubrir y utilizar las propias posibilidades motrices, sensitivas y
expresivas, adecuadas a las diversas actividades que emprenden en su
vida cotidiana.”
 “Adquirir la coordinación y el control dinámico general del propio
cuerpo para la ejecución de tareas de la vida cotidiana y de actividades
de juego, así como para la expresión de sentimientos y emociones”
 “Identificar los propios sentimientos, emociones y necesidades, y
comunicarlos a los demás, así como identificar y respetar los de los
otros.”
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RESPECTO AL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD Y


AUTONOMÍA PERSONAL
Desde los primeros años de vida, el niño inicia el proceso mediante el cual va
conformando su identidad personal, aumentando gradualmente su seguridad y
autonomía en las actividades cotidianas. Todo ello se enmarca en un progresivo
aumento en el conocimiento control de su propio cuerpo.

a) Identidad
La identidad es el reconocimiento de sí mismo como unidad constante, como
“yo” que permanece a través de los cambios evolutivos. Este reconocimiento de la
propia individualidad frente a los demás y frente al mundo se logra mediante el
conocimiento y manejo del cuerpo.

Así, la identidad es la síntesis de:


La interiorización de las características personales a través de la
observación directa (en el espejo o en la realidad) e indirecta (en
fotografías, grabaciones o pertenencias).
La asimilación del nombre y del sexo como una dimensión inherente a sí
mismo.
La integración en una familia y en unos medios sociales que se convierten
en referentes para reconocerse como persona.
La comparación de sí mismo con los demás que determinará las
semejanzas y diferencias.
La identidad psicológica que es consecuencia de las distintas experiencias
que el niño va teniendo en relación con su entorno físico y, especialmente,
con su entorno social y con los sentimientos de eficacia y autonomía.

b) La autonomía
La configuración de la identidad posibilita el logro progresivo, paso a paso,
de la autonomía.
La autonomía es la capacidad de actuar por sí mismo, de desenvolverse en
los distintos entornos y de tomar iniciativas en situaciones de la vida diaria.
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La heteronomía inicial del niño culmina en autonomía como resultado de


un proceso de utilización adecuada de las capacidades personales, la liberad
y la iniciativa.
Para llegar a este nivel de desarrollo es preciso conocer las posibilidades y
limitaciones personales y ajustarse a unas normas establecidas.
Este proceso integra todos los aspectos de la personalidad infantil, así
como las distintas formas de expresión y, de manera destacada la expresión
corporal.

RESPECTO A CÓMO AYUDA LA EXPRESIÓN CORPORAL A ESTE


PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD Y LA AUTONOMÍA
PERSONAL
Por todo lo anteriormente expuesto, la expresión corporal es un valioso
instrumento que interviene en la construcción de la identidad y autonomía personal
mediante estas aportaciones:
El intercambio de mensajes corporales basados en la caricia, la mirada y los
gestos, que permite el establecimiento de los primeros vínculos sociales.
La integración de los propios movimientos, sensaciones y percepciones, que
posibilitarán a los niños reconocerse como sujetos de sus deseos,
sentimientos y acciones.
Los sentimientos de confianza y seguridad que facilitará la aceptación de las
propias características.
El progresivo control y coordinación de movimientos que origina la
autonomía física.
La imitación que proporciona patrones adecuados para ser utilizados
autónomamente y generar la autonomía en acciones y juegos.

Por otro lado, como conquistas del niño a través de la expresión corporal,
podemos señalar las siguientes:
Aprendizaje de las relaciones existentes entre las distintas partes de su
cuerpo y de la posibilidad de acciones de su cuerpo con la realidad que le
rodea.
Mayor autonomía en sus movimientos
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Control de movimientos complejos; cambiar de ritmo como respuesta a una


señal convenida.

Podemos concluir señalando que la expresión corporal facilita el desarrollo


individual y personal del niño, ya que potencia la expresión de sentimientos y
vivencias propias. Pero fundamentalmente favorece la comunicación social con el
grupo de iguales y con los adultos, favoreciendo además el establecimiento de
relaciones afectivas. De este modo podemos afirmar que la expresión corporal es un
recurso fundamental con que cuenta el niño de infantil para construir su propia
identidad y su autonomía tanto individual como social Siendo el juego un recurso de
primer orden para trabajar la expresión corporal en la etapa de educación infantil como
veremos a continuación.

5. EL JUEGO SIMBÓLICO Y EL JUEGO DRAMÁTICO


Nadie duda del valor que el juego tiene en el desarrollo de los niños y niñas. El
juego no sólo es un recurso educativo, sino que es un contenido de aprendizaje propio
de esta etapa educativa.

Por medio del juego se favorece el desarrollo de la motricidad, los sentidos, las
facultades intelectuales y la adquisición de hábitos sociales y de cuidado de sí mismo.
Para el niño, es un medio de conocimiento, tanto de sí mismo y de los demás como del
mundo que le rodea. Mediante el juego se estimula la expresión y la comunicación en
todos aquellos que se realizan en compañía de otros niños o con el adulto.

La actividad lúdica le introduce en las formas sociales y reproduce modelos de


relaciones en su entorno. El compartir con otros niños, el respetar el turno de juego,
todo ello le ayuda a superar su egocentrismo comprender el punto de vista de los
demás. A través de las actividades lúdicas el niño afirma su yo, y demuestra su poder y
autonomía.

Se puede afirmar que el juego ayuda al niño a conseguir un desarrollo integral,


adaptando sus conductas para una total integración social, estableciendo relaciones
adecuadas con los objetos y las personas que le rodean.
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Respecto a los estudios realizados referentes al juego destacan numerosos


autores como: Piaget, Vigotsky, Brunner, Freud… Así, por ejemplo, y como señala
Brunner el juego permite resistir la frustración de no ser capaz de obtener un resultado
cuando se aprende. En el juego el niño y niña no necesita alcanzar ninguna meta, se
satisface con la acción, aunque le servirá además de preparación y entrenamiento para la
actividad posterior.

Así, en el niño, el juego aparece desde las primeras etapas del período sensorio-
motor de una manera progresiva, y seguirá evolucionando hasta la edad adulta.

Piaget distingue entre 3 tipos de juegos:


Juego de ejercicio (0 – 2 años) en la etapa sensoriomotora
Juego simbólico y dramático (2 – 6 años) en la etapa preoperatorio
Juego de reglas (a partir de los 6 años)

Nota: Estas edades son siempre de carácter aproximativo.

A continuación, y a pesar de la existencia de multitud de tipos de juegos propios


de la Educación Infantil, nos centraremos respondiendo al epígrafe del tema en dos que
tiene especial relevancia para trabajar la expresión corporal como son: el juego
simbólico y el juego dramático.

Nota: Esta sería una introducción del apartado a poner en el examen de manera
opcional.

RESPECTO AL JUEGO SIMBÓLICO


El juego simbólico o de ficción suele aparecer aproximadamente a los 2 años
como juego de imitación. El niño/a a esta edad vive en un mundo sometido a reglas
impuestas desde fuera, determinadas por los adultos. El juego simbólico les permite
hacerse dueño de su destino y someterlo a sus deseos. De este modo construye un
mundo a su medida en el que no intervienen las presiones de los adultos, es decir
“domina” esa realidad por la que se ve continuamente dominado.
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Por tanto, el juego simbólico es una manifestación de la función simbólica y


aparece como un gran medio de exploración de la realidad. Además en este tipo de
juegos todas las necesidades insatisfechas encuentran su satisfacción, siendo la
imitación, el instrumento que utiliza el niño para expresar la realidad vivida que no
necesita coincidir con la realidad del adulto, nada más que rudamente.

Por otro lado, cabe destacar que, el juego simbólico se caracteriza por la
utilización de objetos con una función simbólica y no de acuerdo al uso convencional
del mismo. Por tanto, a través de la simbolización, el niño puede transformar los objetos
y situaciones en lo que él desea.

Este tipo de juego es espontáneo. Se dirige a la realización inmediata de deseos,


por lo que tiene un valor de catarsis y cumple la función de regulación y equilibración
afectiva y emocional.

Además, podemos encontrar la siguiente evolución en los juegos simbólicos en


la que la imitación jugará un papel esencial:

Un mismo objeto puede simbolizar distintos personajes o acontecimientos. Por


medio del símbolo, el niño puede interiorizar el mundo real y exterior, acomodándolo a
sus deseos e intereses, a las necesidades de su yo. El juego de imitación es aún pobre. Se
trata de hacer “como si”, imita sus propias acciones cotidianas. A continuación imita las
acciones de los otros, los gestos de la madre, etc., hasta llegar a realizarlos en ausencia
de éstos. El juego se convierte en juego de imaginación; la ficción y la observación se
alternan constantemente.

Poco a poco, van apareciendo nuevas formas en el juego simbólico. Puede ya


imitar y asimilar escenas reales enteras en lugar de objetos aislados. Aparece la
invención de seres imaginarios que son los compañeros que le escuchan y observan.
Mediante la representación simbólica, el niño exterioriza y descarga sus ansiedades o
temores, desplazando a situaciones de juego sus conflictos o impulsos para liberarse de
ellos. En el curso de estos juegos se expresan las relaciones afectivas-emocionales, al
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tiempo que se van interiorizando los valores sociales para poder insertarse en la
sociedad.

El niño empieza a jugar con otros niños, aunque no se interesa por el juego de
los demás, sino por el suyo propio. Imitará sus juegos, pero no los compartirá porque no
sabe hacerlo. Empieza a jugar a “ser como”. Esta modalidad les permite conocer la
realidad y sus posibilidades de actuación y, al mismo tiempo, les sirve para interiorizar
el mundo de los adultos, identificándose con ellos.

En este sentido, Piaget considera que en el juego se dan tres elementos muy
importantes: la realización inmediata de deseos a través de historias verbales (que han
de ser distinguidas de las mentiras, ya que no son intencionadas); la comprensión que
la realidad le niega; el cambio de papeles de los sujetos.

Así, Piaget asigna al juego simbólico las siguientes funciones:


La asimilación de la realidad. Mediante estos juegos, el niño revive
experiencias que le han sido gratas, como las fiestas o espectáculos que él
reproduce a su modo. Pero también puede imaginar situaciones
desagradables, difíciles o imposibles. De ahí que juegue a la guerra, simule
juegos de enfermos y médicos, incluidas operaciones quirúrgicas, y llegue a
representar hasta acciones crueles.
La preparación y superación de situaciones. A los niños les gustan los
papeles que entrañan realizaciones futuras que ellos esperan convertir en
experiencias. Así, les encanta sentirse aviadores, conductores, enfermeras,
etc. De la misma forma que imaginativamente les gusta la vuelta
independiente y lúdica sobre experiencias dolorosas recién superadas.
Indudablemente, todos estos juegos contribuyen a la aceptación de realidades
alegres, tristes o enigmáticas, y favorecen el desarrollo mental y emocional
del niño. Por tanto, la repetición de determinados juegos le ayuda a superar y
familiarizarse con experiencias que le puedan resultar desagradables o
conflictivas.
La expresión del pensamiento y de los sentimientos subjetivos. Piaget
llega a concluir que el juego simbólico es la forma de pensar del niño. Algo
así como si la dificultad de pensar sobre sus propias experiencias se
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compensara con la facilidad que demuestra para representarlas.

Como hemos podido observar desde los 2 años hasta los 6/7 años
aproximadamente el juego simbólico va aumentando en grado de complejidad,
empezando por una transformación simple de los objetos, hasta alcanzar la categoría de
verdaderos guiones donde los niños realizarán interpretaciones en colaboración con
otros compañeros y con los objetos que para ello decidan utilizar.

Esta evolución del juego simbólica, antes comentada, dará lugar a una serie de
variantes dentro de este tipo de juego:

a) Los juegos de representación incipiente: se caracterizan por una


organización interna de los símbolos, en la que lo representado puede
desaparecer en momentos.
b) Los juegos de representación vicaria, en los que los niños reproducen los
roles sociales y desarrollan guiones de actividad humana, pero no lo hacen
protagonizando papeles sobre sí mismos, sino que los personajes son
encarnados por muñecos que actúan como protagonistas en una acción
organizada. Por ejemplo: títeres y marionetas.
c) El juego dramático o socio-dramático: destaca una conducta de simulación
y protagonización de roles en la cual se estructura un escenario, un
argumento, que se convierte en guión, y unos materiales que permiten
desplegar una conversación entre los participantes, en la cual expresan sus
ideas sobre los temas de juego.

Todos estos juegos que reflejan una complejidad en cuanto a su organización.


Dentro de la escena lúdica se comparte el conocimiento sobre la vida cotidiana en
contextos como la casa, la consulta del médico, el colegio, la peluquería.

RESPECTO AL JUEGO DRAMÁTICO


La dramatización se inserta plenamente en el marco del juego simbólico hasta
llegar a constituir el más genuino de estos juegos. El juego dramático, recoge y
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sistematiza elementos del juego simbólico y del juego reglado, presenta componentes
libres y coordina los distintos recursos expresivos del niño.

En este sentido, la dramatización en la Educación Infantil tiene su fundamento


según J. Cervera (1987):
La tendencia natural del niño al juego y, en concreto al juego de
representación
El desarrollo motriz
La relación con los demás (aprendiendo los niños a comunicarse)

Así, siguiendo a Mayor (1987) podemos definir el juego dramático como: “una
situación interactiva, recíproca y sincronizada donde los niños adoptan diversos roles,
situándose alternativamente en uno u otro punto de vista, representan objetos,
personas, acciones”.

Por tanto, por lo dicho anteriormente, los juegos dramáticos tienen una gran
importancia en el desarrollo integral de la personalidad infantil, porque ponen en
funcionamiento e implican las distintas dimensiones del desarrollo del niño.
Favoreciendo así:
Al desarrollo de la creatividad y la libre expresión de sus vivencias y
conocimientos adquiridos
A liberar tensiones y resolver conflictos personales
Al desarrollo individual y social (asimilando las relaciones de la vida social
y superando el egocentrismo)
A saber moverse en el espacio
A distinguir la fantasía de la realidad (ayudando al niño a tomar contacto
con la realidad)

Así, el juego dramático es uno de los medios más valiosos para la intervención
pedagógica, coincidiendo la mayoría de los autores en señalar que desarrolla la
creatividad, las habilidades comunicativas sobre temas que afectan al conocimiento
social y la expresión en todas sus manifestaciones (lingüística, corporal, plástica y
rítmico – musical)
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Por otro lado, cabe destacar cómo la base fundamental de este tipo de juego es
la improvisación, es decir, la facultad del sujeto de manifestar espontáneamente su
forma de percibir un tema, o dar vida a un personaje. Para ello deberá poner en juego
toda su capacidad de creación.

Por último, señalaremos las características más significativas del juego


dramático, así como su evolución en la etapa de educación infantil:
Respecto a las características:
 Se realizan en interacción entre iguales que tienen buena relación entre sí y
suficientes experiencias compartidas.
 Mantienen una trama ficticia que puede estar mejor o peor ordenada y bien
interpretada y ser más o menos duradera
 Los elementos físicos y humanos se convierten en objetos simbólicos que se
ponen al servicio de la trama representada
 Los juegos son tomados con absoluta seriedad
 Se manifiestan mediante un sistema de gestos, acciones y verbalizaciones
conectados en el espacio el tiempo
 Se representan roles personales y profesionales cuyo referente es el mundo
adulto.

Respecto a la evolución que experimenta en la etapa de infantil:


El juego dramático, empieza a aparecer en la última fase (3/4 años) de la
Educación Infantil en su forma más simple, llegando a formar parte importante del
primer ciclo de la Educación Primaria (7/8 años)

En el segundo ciclo de la Educación Infantil los niños/as empezarán con juegos


de este tipo donde las reglas sean lo más elementales posibles, ya que para ellos, las
reglas, en principio, no son acuerdos entre los jugadores/as que se puedan variar, sino
leyes a cumplir y no conciben otra forma en que el juego pueda ser jugado, ni de que se
alteren dichas reglas. Aspecto éste que irán aceptando en la medida en que se vayan
haciendo mayores, más maduros y expertos.

6. LAS ACTIVIDADES DRAMÁTICAS


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Las actividades dramáticas, son aquellas actividades que tienen un claro


carácter educativo, ya que promueven aprendizajes significativos y funcionales en los
niños y niñas, al servirse éstos de ellas para representar o evocar historias, más o
menos breves, sobre sus sentimientos, fantasías o sucesos –apoyándose en su
tendencia natural al juego, y en los avances que experimenta en su desarrollo simbólico
y psicomotor a estas edades- que plasman en el juego dramático, el cual se configura
como un recurso de primer orden para promover el desarrollo integral del alumno, tal
y como se recoge en el propio DCB (1989) y el Decreto 107/92, de 9 de junio, por el
que se establece el currículo de Educación Infantil para Andalucía.

Además las actividades dramáticas facilitan la globalización de todos los


ámbitos de conocimientos en la Educación Infantil, logrando una serie de objetivos
como:
 Analizar la realidad
 Desarrollar las capacidades de imaginación y de representación mental
 Adquirir el esquema corporal

Por tanto, es fundamental que el profesor/a considere una serie de aspectos en su


planificación y desarrollo tales como:
 Que el tema de la actividad sea sencillo y asequible, pudiendo ser elegido
por los propios niños
 Que la acción que se desarrolla en el tema esté perfectamente delimitada en
el espacio y el tiempo
 Que en el tema existan unos personajes referidos a personas o a otros
elementos de la realidad
 Que el núcleo central del tema constituya un conflicto entre personajes, o
bien de carácter personal.

Para ello, el profesor proporcionará a los niños materiales para realizar dichas
actividades asequibles y fáciles de conseguir como:
 Un cajón con materiales para disfrazarse (telas, bolsos, pañuelos, pelucas…)
 Espejo de cuerpo entero
 Caretas, máscaras
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 Materiales para maquillarse (pinturas, algodón…)


 Materiales para la elaboración de la escenografía (papel continuo,
pinturas…)

Así, en todo este proceso de planificación y realización de las actividades


dramáticas, será fundamental el papel del profesor que desempeñará las siguientes
funciones:
 Por un lado, tiene la función de organizar la actividad proporcionando los
estímulos y recursos necesarios para la realización de ésta.
 Por otro, se constituirá como un miembro participativo y dinamizador en el
desarrollo de la actividad, aunque respetando siempre la espontaneidad de
sus alumnos/as.

A continuación comentaremos algunas de las actividades dramáticas más usuales


y relevantes en la Educación Infantil:
La pantomima
La pantomima es la forma de representación en la que la palabra se sustituye
enteramente por gestos o por actitudes posturales. Utiliza como lenguaje el mimo.
Sus posibilidades en niños pequeños son limitadas y se concretarán en
situaciones sencillas, breves y de fácil representación tales como: imitar a un personaje
o animal, interpretar acciones como dormir, comer un plátano, abrir una puerta,
representar un partido de tenis o de fútbol…

El teatro de títeres o muñecos o “guiñol”


Hace referencia a una actividad que emplea como medio de representación un
muñeco o figura, que añade extraordinarias posibilidades educativas a la dramatización.
Por tanto, se trata de una actividad dirigida en la que el maestro mueve o ayuda a mover
los muñecos de acuerdo con una historia contada.

El muñeco sirve para ayudar a establecer diálogos, hacer hablar al niño… siendo
cualquier función de “títeres” recibida con algazara por los niños estableciéndose una
fuerte comunicación sobre todo cuando una marioneta o títere se dirige a algún niño o a
todos en general.
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Este muñeco se clasifica en títere y marioneta:


 El títere se mueve directamente con las manos y puede utilizar los dedos, las
manos o siluetas. Además, al igual que la marioneta se emplea como
complemento de la dramatización.
 La marioneta, es un títere movido por hilos. No es fácil de manipular. La
complicación en la técnica depende del número de hilos que salen de ciertas
partes del muñeco y que llega hasta la cruz o cruces, en donde se sujetan.
Aunque esta técnica no es adecuada para ejercitarla en la Educación Infantil,
se pueden adaptar títeres que van, desde los más sencillos, (con un hilo),
hasta otras más complejos, (con tres hilos).

Así, el procedimiento para llevar a cabo un teatro de este tipo pasa por las
siguientes fases:
 Inventar una historia y transformarla en diálogo
 Si no se tienen los títeres se construyen utilizando materiales ricos, variados,
insólitos y sugestivos
 Se estructura el espectáculo poco a poco
 La palabra y la voz se deben usar con entonación significativa
 Con la manipulación se tendrá bien derecho el muñeco, mirando siempre al
espectador, a veces hay que hacerle dormir, comer, etc.

Además y según lo comentado SMILL y TURRINI (1989) recomiendan que las


marionetas o títeres sean muy expresivos respecto al rostro, los detalles, el vestido, los
movimientos y las palabras.

Estos mismos autores piensan que es recomendable que la escuela tenga un


abundante número de títeres y marionetas, pero que también es interesante que los
construyan los propios niños.

En este sentido, para estas dramatizaciones podemos usar títeres y marionetas de


muy diferentes tipos: de hilos, guantes (accionada con la mano), articuladas (posee
resortes interiores que producen el movimiento de ciertas partes del cuerpo), de eje
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(accionado por un palo), de dedos (pintando o pegando los dedos), sombras chinescas,
etc.

Para su realización contaremos con materiales muy diversos como: cartones,


cartulinas, maderas, lanas, guantes, calcetines, telas, corchos, periódicos, rollos de papel
higiénico, vasos de yogurt, papel usado que no sirva, propaganda de supermercados,
cajas de cereales, etc…

Además en su construcción hay que dejar volar la imaginación de los niños de


forma que creen según sus gustos e ideas.

Estos materiales no tienen porqué ser caros, ni nuevos, pudiendo aprovechar los
materiales de clase, del colegio y los materiales de desecho anteriormente mencionado.

Así, como hemos podido observar este tipo de teatro infantil se caracteriza por
la actuación de los niños. Abarca desde las representaciones improvisadas hasta las
funciones convencionales que se representan en un escenario ante un público infantil o
adulto.

Estas actividades dramáticas en el contexto educativo acoplan todos los


elementos capaces de despertar en el niño diversas emociones y sensaciones, y son: la
historia, los personajes, el decorado, el material auxiliar y los recursos expresivos.

Otras actividades de dramatización serían:

Representación de cuentos. Dramatizar cuentos con niños pequeños implica varias


exigencias:
 Fidelidad al mismo cuento, que no puede alterarse sin crear desazón entre
los propios niños.
 Resolución de todas las dificultades que supone pasar de la narración al
drama.
Dado que se trata de practicar un juego con la mayor participación posible de
niños, no siempre resulta fácil la coordinación de todos los elementos.
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Por tanto, la solución más sencilla pasa por conservar en gran medida la
estructura del cuento, cuyo texto debe reelaborarse escasamente. Se conservarán los
diálogos. Se introducirá la acción prevista en el cuento. Y aunque la solución sea poco
dramática, es conveniente conservar la figura del narrador, que a la vez será el hilo
conductor de la acción y coordinará el movimiento y participación de los demás
personajes. Aquí, podríamos utilizar cuentos clásicos, como “Los músicos de Bremen;
Los siete cabritillas y el lobo; El gigante egoísta; etc.”. También cuentos musicales
como: “Las estaciones”, basado en Vivaldi.

Dramatización de canciones. Dramatizar canciones se convierte en una actividad


muy próxima al juego en estas edades, pues gran parte de los juegos infantiles van
acompañados por canciones, saltar a la comba, jugar al corro, etcétera.

Se puede hablar de diferentes tipos de canciones que dan lugar a juegos


distintos:

 Canciones seriadas, que tengan un esquema muy sencillo en el cual se


van sucediendo situaciones encadenadas en serie, cada una con una
propuesta distinta, nueva, pero parecida a la anterior. Así se incita a.
mover sucesivamente las distintas partes del cuerpo o a acometer acciones
diferentes como andar, correr, saltar, comer, beber, reír, etc. Son excelente
ocasión para el ejercicio de la psicomotricidad y de la creatividad.
 Canciones totalmente narrativas, que permiten la actuación de un coro
que desarrolla toda la canción bajo la forma de danza, a la vez que
sugieren una pantomima paralela, más o menos cambiante con la
actuación de los personajes citados.
 Canciones totalmente dialogadas, en las que la caracterización de los
personajes y la acción están sugeridas por el mismo diálogo. La acción
descansa íntegramente sobre los personajes. Estas canciones, sin narrador,
permiten un juego completo que se puede adornar con diversos ritmos y
reiteraciones enriquecedoras.
 Canciones dialogadas con narrador, en las que éste, al igual que en el
cuento, se constituye en el hilo conductor de la acción, y el diálogo
propicia la acción dramática de los personajes. En realidad, son como un
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cuento con narrador, sólo que con la presencia determinante de la música.

Dramatización de poemas. La dramatización de poemas guarda estrecha relación con


la de canciones. Pero mientras que en éstas el carácter rítmico impuesto por la música
encuadra y determina la acción, con los poemas habrá que crear tal marco o buscar otro
distinto, según los casos.

Se distinguirán dos tipos fundamentales de poemas para este menester:

 Los poemas asimilables a los cuentos.


 Los poemas asimilables a las canciones.

Al primer caso pertenecen poemas como los romances, de fuerte carácter


narrativo. Esta característica y la acción que presentan nos permiten considerarlos como
cuentos en verso. Para su puesta en escena basta tener en cuenta lo dicho para los
cuentos respecto a las funciones del narrador y de los dialogantes.

En el segundo caso podemos encontrarnos con poemas en los que la fuerte


impronta del ritmo permita un juego rítmico reforzable con instrumentos de percusión o
sencillamente con palmas y pitos. Aquí, podríamos señalar los textos de Navidad, que
adoptan la forma de estrofas interpretadas sucesivamente por los distintos alumnos (a
los que pertenece “Poemas navideños dramatizables”, Cervera ); representan pasajes
reales o imaginarios sobre el tema, como son “La leyenda del árbol de Navidad”, “La
visita de las arañas al Portal de Belén”, etc.

Se consigue así un marco rítmico a cuyo compás se desarrolla la acción ofrecida


por el poema, en una recitación también de carácter rítmico.

Por tanto, los cuentos, al igual que los poemas y canciones, transmiten
interpretaciones de la realidad, donde el tiempo y el espacio actúan como
organizadores de la misma. El escenario y los personajes constituyen los contenidos y
la lógica del suceso, el discurso.
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Por otro lado, señalaremos que muchas de las actividades dramáticas en la


Educación Infantil se realizarán en los rincones especialmente en dos: el rincón de la
casita y la tienda, ya que el modelo de organización espacial más usual que se está
estableciendo en Andalucía en las aulas de Educación Infantil casi consideran la casita y
la tienda como rincones obligatorios, ya que ambos aportan un gran número de
estímulos para el juego socio-dramático y al ser actividades derivadas de las
necesidades básicas adquieren una mayor carga cultural y más sentido en el alumnado.

Ambos deben ofrecer claves simbólicas suficientes para que los niños y niñas
desplieguen sus propios guiones:

Algunas características generales en estos rincones son:


 Numero pequeño de jugadores(3 o 4) para una buena interacción
 Claves simbólicas bien delimitadas
 Espacios marcados adecuadamente colocados. Elegidos entre todos.
 Materiales al servicio de la representación y se pueden usar de forma variable.
 La percepción de los espacios y materiales es una negociación entre jugadores.
No importa lo que haya en el rincón, sino que lo que hay sea útil
 Tiempos de juego y normas de respeto negociadas y pactadas entre todos.

Estos dos rincones dramáticos son posiblemente los que mejor se puedan
incorporar al aula como escenario de juego y llegar a ser un buen espacio de actividad
global, pero para ello se requiere una cierta preparación y atención por parte del
maestro/a de Educación Infantil como aludíamos anteriormente.

Concluiremos este epígrafe, señalando el valor educativo de las actividades


dramáticas dependerá de la forma de utilización y de la intencionalidad del maestro;
por ello la actividad deberá ser seleccionada teniendo en cuenta el objetivo propuesto, la
etapa evolutiva del niño y sus intereses. Además deberá tener en cuenta el interés que la
actividad dramática despierta; las posibilidades de acción que ofrece; si son adecuadas
al grupo clase, cuando estas actividades son colectivas; y la adecuación de la dificultad
al desarrollo del niño. Además, nos ayudan pedagógicamente, ya que:
 Permiten conocer al niño mientras actúa
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 Posibilitan al niño comunicarse libremente


 Proporcionan un instrumento de análisis de la realidad externa e interna
 Desarrolla la imaginación y la capacidad de representación
 Favorece el desarrollo del esquema corporal y las capacidades motrices
 Permite globalizar contenidos de otros ámbitos
 Desarrollan una actitud de respeto y aceptación hacia sí mismo y hacia los
demás.
 Liberan y canalizan las tensiones emocionales.

Algunas consideraciones o sugerencias para la elaboración de actividades dramáticas


son:
El niño sólo expresará con su cuerpo aquello que le es familiar y tiene
interiorizado y lo imita, por tanto, deberá aprender a utilizar su cuerpo como
medio de expresión.
El cuerpo es un instrumento que el niño tiene que aprender a manejar, a
conocer sus posibilidades, utilizarlas; el niño debe sentirse a gusto y
satisfecho consigo mismo.
Cada niño es diferente a otro, no podemos proponer patrones de expresión,
hay expresiones diferentes, como hay maneras de hablar diferentes, cuerpos
diferentes…
El niño, mediante estas actividades, puede expresar, sin ser censurado, sus
múltiples estados de ánimo, a veces contradictorios, puede expresar su
cariño, pero también su agresividad, puede mostrarse dócil, pero también
rebelde, puede mostrarse serio pero también juguetón.
El movimiento sólo tiene calidad expresiva cuando es la manifestación de un
contenido interior.
El educador debe respetar las facetas de la personalidad del niño y su
posibilidad de exteriorizarlas. De este modo, el educador conociendo estas
facetas, podrá ayudar al niño encauzándole en las vías de creación y de
comunicación.
El papel del educador será orientar, sugerir y animar para que el niño vaya
descubriendo y formando su personalidad.
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El movimiento es vida y forma parte de la expresión humana, el niño que


actúa y se expresa libremente está mostrando a los demás sus experiencias y
el niño que observa está teniendo una experiencia nueva que el quizás no
conocía.

7. CONCLUSIÓN
Por todo lo expuesto en el desarrollo del tema, podemos señalar que la
expresión corporal enriquece y aumenta las posibilidades comunicativas del niño,
contribuyendo al dominio del espacio, al conocimiento del propio cuerpo y el de los
demás, así como a la exploración de las posibilidades motrices. Todo ello, a través de
una metodología lúdica, especialmente por medio del juego simbólico y el juego
dramático, cobrando en éste último las actividades dramáticas una especial relevancia.

8. RELACIÓN DEL TEMA CON EL CURRÍCULO


Este tema guarda una estrecha relación con la mayor parte de los contenidos
curriculares propuestos por el Decreto 107/92, de 9 de junio y por la Orden de 16 de
marzo de 1993 para Andalucía, ya que la expresión corporal interviene en el conjunto
de las situaciones de comunicación que se establecen en el aula para el desarrollo del
currículo mediante el proceso de enseñanza y aprendizaje. Hay que señalar que esta
relación es muy directa, pues el niño utiliza el lenguaje corporal no sólo como
instrumento o medio de comunicación, sino también como elemento de construcción del
conocimiento.

Por tanto, se relaciona con todos los contenidos curriculares y no sólo con los
relativos al de la Expresión Corporal perteneciente al ámbito tercero del citado decreto,
aunque desde luego su relación con este bloque de contenidos es especialmente
estrecha.

Por ello, el conocimiento del tema por los profesores tiene gran importancia para
la educación del niño y la vida de los centros, ya que de él dependerá la realización de
actuaciones coherentes con el proceso evolutivo de los niños a nivel intelectual y social,
así como la interpretación correcta de las prescripciones realizadas por la
Administración Andaluza al efecto.
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9. BIBLIOGRAFÍA
 Ley Orgánica 10/2002, de 23 de diciembre, de La Calidad de la Educación (BOE
N.º 307 martes 24 de diciembre 2002)
 Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema
Educativo (LOGSE)
 Decreto 107/92, de 9 de junio por el que se establecen las enseñanzas
correspondientes a la Educación Infantil en Andalucía.
 MAYOR, J. La Psicología en la Escuela Infantil. Anaya. Madrid, 1987.
 MARCHESI, COLL Y PALACIOS, J (1990). Desarrollo psicológico y educación.
Vol I, II y III. Alianza. Madrid.
 VV.AA. “Cómo dramatizar un cuento”. Cuadernos de Pedagogía N.º 206
 Pierre Vayer ‘El diálogo Corporal`. Editorial Científico-Médico
Centra su acción educativa en el niño de dos a cinco años y propone una
psicomotricidad, basada en la construcción del yo corporal, el niño ante el mundo de
los objetos y el niño ante el mundo de los demás.
 VV.AA. (1990): La Educación Infantil 0-6 años. Paidolibro.
 Carretero y Otros (1988): Pedagogía de la escuela infantil. Madrid: Aula XXI,
Santillana.
 Cervera, J., Puentes, P. y Cervera, F.: Canciones para la escuela. Editorial Piles.
Valencia, 1987.
 Moyles, J.R.: El juego en la Educación Infantil y Primaria. Editorial Morata/MEC.
Madrid, 1990.

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