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Manual básico de economía austriaca

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[Basado en las notas de una conferencia dada por el autor a Young Americans for Liberty en la Universidad de
California, San Diego, el 4 de mayo de 2010]

La jurisdicción de la economía se extiende mucho más allá del


estudio de la producción y el consumo de bienes y servicios. La
ciencia de la economía consiste en el estudio de la acción,
interacción y cooperación humanas. Aunque se acepte la
división ortodoxa de micro y macroeconomía, en los niveles
más básicos la economía se ocupa de cómo toman decisiones
los agentes del mercado y cómo afectan estas decisiones a las
interacciones entre individuos. Incluso la más amplia de las
tendencias del mercado, normalmente condenada al mundo de
la “macroeconomía”, se reduce a interacciones entre agentes
individuales del mercado.[1]

El cómo los individuos interactúan en tándem, formando el


sistema económico que estudia la macroeconomía moderna, es sencillamente fascinante. Incluso las economías
más complejas, como el mercado global actual, están compuestas por actores humanos individuales, cada uno
aparentemente inconsciente de las intenciones y objetivos de los demás. La economía es la ciencia que estudia
estos agentes individuales del mercado y cómo se coordinan mediante el mecanismo de precios para crear, no solo
lo que la ortodoxia considera “el mercado”, sino la sociedad en su conjunto, todo sin la necesidad de un planificador
o autoridad central. El hecho de la civilización humana sea el producto de miles de millones de individuos, cada uno
actuando para alcanzar ciertos fines propios, es verdaderamente alucinante.

Lo que los economistas llaman “economía política” o economía moderna, no apareció hasta mediados del siglo
XVIII.[2] Desde entonces, el estudio de la economía no ha seguido una progresión lineal, ni ha estado libre de
polémica. Incluso antes del nacimiento de la economía política, el estudio de la economía lo realizaban escuelas de
pensamiento en competencia; por ejemplo, los mercantilistas franceses y los liberales franceses.[3] Tras el
movimiento smithiano y a pesar del desarrollo del marxismo a mediados del siglo XIX, la economía se unificó en
buena medida por la revolución marginalista.[4] Sin embargo, a la revolución marginalista le siguió el nacimiento de
varias escuelas distintas de pensamiento económico. Algunas de las más conocidas incluyen a la Escuela
Neoclásica, la Austriaca y la Keynesiana, que curiosamente todas parten de los mismos fundamentos en la
revolución marginalista.[5]

De los tres grandes movimientos intelectuales antes mencionados, la Escuela Austriaca probablemente sea el más
pequeño y menos conocido. A pesar de esto, se ha convertido en una de las escuelas de pensamiento de más
rápido crecimiento en la pasada década. Y sus filas han aumentado desde la crisis financiera de 2007.[6] Este
crecimiento es suficientemente impresionante como para generar respuestas a la Escuela Austriaca por sus
oponentes intelectuales que son normalmente ambivalentes.[7] Todo esto debería ser suficiente evidencia de que a
Escuela Austriaca merece observarse más de cerca.

Hay algunas preguntas básicas que la mayoría de los “novatos” hacen cuando ahondan por primera vez en la
teoría austriaca. ¿Qué es la economía austriaca? ¿Quiénes son estos economistas austriacos? ¿Por qué la
economía austriaca es relevante en el mundo actual? Son todas preguntas dignas de respuesta y esto es lo que
pretende hacer este ensayo. El presente ensayo también sirve como una especie de bibliografía, para que se
pueda investigar más en los temas propuestos siguiendo las fuentes sugeridas en todos los pies de página.

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¿Qué es la economía austriaca?
La Escuela Austriaca de pensamiento ha ofrecido a la ciencia económica una amplia variedad de ideas únicas. No
es realista proporcionar una explicación detallada de toda la teoría austriaca dentro de los límites de una
introducción. Sin embargo haya algunas teorías clave por las que se han hecho conocidos los austriacos,
proporcionando una base sólida para posteriores investigaciones en la economía austriaca.

A piedra angular propia de la teoría austriaca es el concepto de praxeología. La praxeología es la ciencia de la


acción humana, bajo la que se incluye el tema más amplio de la economía política.[8] La metodología empleada por
la praxeología se conoce como apriorismo,[9] que se basa en las ideas

1. De que los axiomas y premisas fundamentales de la economía son absolutamente ciertos.


2. De que los teoremas y conclusiones deducidos por las leyes de la lógica a partir de estos postulados son por
tanto absolutamente ciertos.[10]

La praxeología reconoce el axioma fundamental que es la acción humana.[11] La acción humana tiene un propósito
y objetivo en completar fines a través de medios elegidos deliberadamente. La acción humana se diferencia de la
reacción instintiva, como la reacción humana a los estímulos biológicos, en el sentido de que esta última es
subconsciente, mientras que la acción humana es totalmente consciente.[12] Aparte del axioma de la acción
humana hay asimismo varios axiomas subsidiarios, incluyendo los hechos de que el hombre valora el ocio más que
el trabajo y que los individuos varían: ningún individuo es igual que otro.[13]

A partir del axioma de la acción humana, la praxeología pretende desarrollar teoría a través de la deducción lógica.
Modelado, el axioma de la acción humana se representa como A; si A implica B, y a se acepta como verdadero,
entonces B debe ser también verdadero. El que B deba ser verdadero si se deduce de A es independiente de la
experiencia (o a priori), demostrado mediante lógica.[14] Así Mises niega la utilidad de la experiencia histórica en el
estudio de la economía, dado que a través de la praxeología cualquier teoría desarrollada sería apodíctica. De esto
se sigue que la praxeología no solo hace superfluas validación o falsación empíricas, sino, como sostiene Mises,
casi inútiles.[15]

La praxeología y el razonamiento a priori llevan al importante concepto de la preferencia temporal. Es la idea de


que, en igualdad de condiciones, los individuos prefieren la satisfacción presente a la satisfacción futura, bajo la
condición de que la utilidad de la satisfacción futura es igual o menor, hablando ordinalmente.[16] Como tales, los
humanos eligen ciertas acciones que consumen tiempo porque esperan al final tener una mayor utilidad que
cualquier otro final más cercano en el tiempo.[17] En su sentido más amplio, la idea de preferencia temporal se
hace más clara una vez se entiende que la acumulación de capital, o ahorro, se produce como consecuencia de
cambios en la preferencia temporal. Los individuos ahorran como medio para conseguir una mayor satisfacción en
algún momento del futuro.

Aunque la praxeología podría ser el tema de todo un libro (y una comprensión completa de la ciencia praxeológica
desarrollada hasta la fecha indudablemente sería útil), para los fines de un manual básico solo hace falta la idea
básica de en qué consiste la praxeología. La praxeología es la ciencia de la acción humana racional y su
metodología a priori hace válida la teoría austriaca independientemente de la experiencia. De esto se deduce que
las siguientes grandes ideas austriacas son producto de la razón y no del empirismo.

La no neutralidad del dinero

Una de las posturas austriacas más importantes es la creencia en la no neutralidad del dinero. La ortodoxia cree en
la no neutralidad a largo plazo o superneutralidad del dinero. esta creencia sostiene que los cambios en la oferta
monetaria solo causan cambios proporcionales y permanentes a los precios, mientras que dejan a la “economía
real” (inversión, producción y empleo) sin cambios.[18] Aunque el dinero puede cambiar la economía subyacente a

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corto plazo, se cree que sin embargo esta se ajustará proporcionalmente a cambios en la oferta monetaria en el
medio o largo plazo.[19] Es exactamente esta creencia en la superneutralidad del dinero la que llevó al desarrollo
de la mecánica teoría cuantitativa del dinero o MV=PT.[20]

Los austriacos rechazan expresamente la noción de superneutralidad del dinero. El rechazo austriaco se basa en la
idea de que el poder adquisitivo del dinero se decide solo en el momento de un intercambio. En otras palabras, el
precio de un bien en relación con un medio de intercambio se decide durante los intercambios individuales,
dependiendo de la cantidad de dinero que sigue a ese bien concreto durante ese periodo concreto de tiempo. Por
tanto, un cambio en la oferta de dinero no afectará proporcionalmente a todos los bienes; más bien influye solo en
ciertos precios, dependiendo de en qué se gaste el nuevo dinero.[21]

La teoría austriaca del ciclo económico

Creer en la no neutralidad del dinero en paso importante hacia la comprensión de la teoría austriaca del ciclo
económico. La teoría austriaca del ciclo económico es quizá su contribución más conocida a la economía, al menos
para la ortodoxia. Esto es especialmente cierto cuando se considera que la principal razón para el auge de la
popularidad de la economía austriaca tras la recesión de 2007 fue su explicación de las causas de la recesión (y
sus predicciones de la recesión antes del crash).

Es importante para entender las premisas subyacentes detrás de la teoría del ciclo del comercio el reconocimiento
de la relación entre la oferta de dinero y el tipo de interés. Esta relación es explícitamente rechazada por John
Maynard Keynes. Keynes sugiere que el principal factor contribuyente al tipo de interés es la llamada preferencia
de liquidez de la sociedad o la preferencia de consumidor a tener dinero líquido o entregarlo a un inversor
ahorrándolo en formas no líquidas (como un depósito a plazo).[22]

Al contrario que Keynes, Mises reconocía la demanda de dinero como neutral en el tiempo. Keynes mezclaba los
conceptos de dinero y capital, sin darse cuenta de que retener dinero (o retener un medio de intercambio) no se
traduce en una reducción en la oferta de capital en el mercado. Frente a Keynes, Mises creía que una disminución
en la oferta monetaria o búsqueda de capital prestable simplemente se manifestaría en la estructura de producción
como un cambio en los precios de los bienes de capital.[23]

El tipo de interés en un bien, o lo que Mises llamaba el interés originario, es el establecido por la relación entre el
valor de los bienes futuros descontados frente al valor de los bienes presentes.[24] Como explicaba Jesús Huerta
de Soto: “el término ‘tipo de interés’ [denota] el precio de mercado de bienes presentes en relación con bienes
futuros”.[25]

El dinero se relaciona con el tipo de interés en el sentido de que como medio de intercambio el dinero puede
usarse para adquirir una cierta cantidad de bienes. En lugar de trocar capital real en el mercado, el dinero permite
que se produzca una serie compleja de intercambios sin que un individuo tenga que satisfacer directamente a otro
ofreciéndole el otro bien exacto a su solicitud. Como tal, el préstamo de dinero sigue las mismas leyes
praxeológicas que otros bienes. Como otros bienes en el mercado, al disminuir el precio aumenta la demanda. Al
aumentar la oferta de dinero en el mercado disminuyen los costes de tomar prestado, o el tipo de interés, y
aumenta la cantidad demandada de fondos prestables. Esto tiende a catalizar la inversión.

Los austriacos distinguen entre un aumento en la oferta de fondos prestables como resultado de un aumento en el
ahorro y el aumento resultante de un aumento en la oferta monetaria. El último es el que lleva al ciclo económico.
Proporcionar una explicación completa de la teoría austriaca del ciclo económico requeriría entrar más en
profundidad en la teoría austriaca del capital, lo que desgraciadamente está fuera del ámbito del presente ensayo.
En todo caso, utilizando lo que se establecido hasta ahora, la teoría del ciclo económico puede explicarse como
una que predice la descoordinación en el mercado resultante de una disminución artificial en el coste de tomar
prestado dinero. Esta disminución en el tipo de interés es artificial en el sentido de llega como un resultado, no de
un aumento en los fondos prestables mediante un aumento en el ahorro, sino de un aumento en los fondos
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prestables mediante un aumento en la oferta monetaria.[26]

Dado que una disminución en el tipo de interés del mercado llevará a un aumento en la cantidad demandada de
fondos prestables, esto lleva a un aumento en la inversión, La inversión lleva al fortalecimiento de la estructura de
producción en la esperanza de producir bienes futuros.

La descoordinación se produce por el hecho de que, dado que la oferta de dinero ha aumentado artificialmente, los
consumidores no han sacrificado generalizadamente el consumo presente por el consumo futuro. Así, el capital
existente se divide entre producción continua de bienes de consumo, para el consumo presente, y bienes de
capital, que se usarán para financiar proyectos dedicados a la satisfacción del consumo futuro. Esta
descoordinación lleva a una mala inversión generalizada y cuando se revela esta descoordinación, lleva a un
declive inevitable. Así, los austriacos sostienen que los ciclos económicos se causan por la descoordinación
intertemporal, causada por aumentos artificiales en la oferta de fondos prestables sin una caída equivalente en el
consumo presente.[27]

El problema del cálculo socialista

Aunque tal vez sea por su teoría del ciclo económico por lo que son más conocidos los austriacos, hay multitud de
otros conceptos que introdujeron o extendieron los austriacos. Una de esas ideas es la del problema del cálculo
socialista.

No se discute entre los economistas que, dada la existencia de escasez, el mercado necesita un dispositivo
racionador. La mayoría de los economistas, excepto los que están extremadamente a favor del racionamiento
centralizado, también estarían de acuerdo con la idea de que el precio es el mejor dispositivo racionador del
mercado.[28] Aunque el precio difícilmente actúa como medición de valor, debido al hecho de que ningún objeto
tiene un valor objetivo,[29] sin embargo sirve como útil herramienta para coordinar la producción al servir como
transportador de información entre distintos agentes del mercado y como método por el que un individuo puede
decidir si es económica o no una acción concreta.[30]

En una economía socialista, donde los precios brillan por su ausencia, esta coordinación sencillamente no existiría.
No habría ningún grupo de agentes individuales comunicándose a través del mecanismo de precios y signando
recursos por medio del razonamiento subjetivo. Como consecuencia, se detendría toda actividad económica con
sentido. Sería imposible completar económicamente programas complejos, ya que sin el mecanismo de precios no
habría manera de que el planificador central distribuyera los recursos de acuerdo con su uso más económico. Así
que las economías socialistas están condenadas al fracaso.[31]

Estas opiniones austriacas clave se han explicado tratando de ofrecer una introducción al lector. Entendiendo lo
básico de la metodología austriaca, la teoría monetaria y del capital y finalmente el problema del cálculo de Mises,
el lector puede ahora adentrarse completamente en un cuerpo más amplio y profundo de la teoría austriaca.

Una breve historia de la Escuela Austriaca


Se considera generalmente a Adam Smith como el padre de la economía política y se cree tradicionalmente que
entre Smith y la revolución marginalista hubo una progresión lineal en la ciencia de la economía.[32] La Historia del
análisis económico de Schumpeter sugería otra cosa y desde entonces ha habido una gran riqueza de revisionismo
buscando la opinión correcta de los economistas sobre el movimiento smithiano. Desde una perspectiva austriaca,
Smith hizo mucho por dañar la teoría económica. No solo mucha de la teoría smithiana era errónea (incluyendo sus
teorías monetaria y del valor) sino que La riqueza de las naciones taponó en la práctica una rica tradición
económica anterior a la ilustración escocesa, incluyendo a la Escuela de Salamanca y los liberales franceses.[33]
Quedo para los marginalistas del siglo XIX la tarea de “redescubrir” mucha de la tradición anterior a Smith.[34]

La revolución marginalista estuvo encabezada por William Stanley Jevons, Léon Walras y Carl Menger a través del
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concepto de la utilidad marginal. Fue Carl Menger el que fundó la Escuela Austriaca, exponiendo sus ideas en dos
grandes obras de economía: Principios de economía política e Investigaciones sobre el método de las ciencias
sociales con especial referencia a la economía. Aunque Carl Menger puso los cimientos de la teoría austriaca, su
mayor influencia fue su apoyo a una aproximación individualista a la economía, o lo que se llama individualismo
metodológico. Esto acabaría llevando al desarrollo de la praxeología de Mises. De hecho, Mises alude a la
importancia de la metodología de Menger al describir lo que se llamaba la Methodenstreit (discusión sobre el
método) entre Menger y Gustav Schmoller, de la Escuela Histórica Alemana (y otros). Aunque la metodología de
Menger no reconocía a la lógica económica como derivada del mismo axioma, se puede sin duda encontrar en él
las raíces del cisma entre un razonamiento a priori y el empirismo.[35]

Menger influyó en dos importantes economistas. Eran los cuñados Eugen von Böhm-Bawerk y Friedrich von
Wieser. Böhm-Bawerk desarrolló considerablemente la teoría austriaca del capital, expuesta en dos importantes
volúmenes: Capital e interés y La teoría positiva del capital. Tal vez sus principales contribuciones a la teoría del
capital fueran sus conceptos de la preferencia temporal y la producción indirecta. Böhm-Bawerk escribió también
una crítica devastadora del marxismo y la economía marxista, Karl Marx y el fin de su sistema . Friedrich von Wieser
hizo grandes avances en el debate del cálculo socialista y también se haría muy conocido por su desarrollo del
concepto de coste de oportunidad.[36]

Ludwig von Mises no conoció inmediatamente la economía de Menger. Mises leyó los Principios de Menger solo
después de que Menger se hubiera jubilado de la Universidad de Viena. Jörg Guido Hülsmann cree que Mises
conoció completamente a Menger cuando escuchó a Friedrich Wieser, que dio una serie de conferencias en la
universidad e intentaba extender las teorías de Menger sobre el dinero. Tanto el libro de Menger como las
conferencias de Wieser impactaron en los posteriores escritos de Mises sobre dinero, en muchos sentidos
proporcionando la base del pensamiento de Mises. Aunque Menger no convenció de inmediato a Mises para que
abrazara el liberalismo, sí causó un cambio esencial en la forma en que veía Mises críticamente la legitimidad de la
intervención pública. Fue esta aproximación crítica a la teoría la que convirtió a Mises en el gran economista liberal
de La acción humana, escrita a lo largo de cuarenta años después de su primer encuentro con Menger y la Escuela
Austriaca.[37]

Aunque La acción humana pueda considerarse como la culminación de la carrera intelectual de Mises, no fue
mucho después de leer a Menger cuando Mises publicó su primera gran obra teórica. Fue La teoría del dinero y del
crédito, publicada en 1912. Fue este libro el que llevó a Mises a la vanguardia del estudio de la economía, aunque
el éxito de Mises se vio interrumpido por el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. También fue bastante
desafortunado el hecho de que La teoría del dinero y del crédito no se tradujera al inglés hasta la década de 1930.
Finalmente, las opiniones de Mises sobre el dinero se vieron ahogadas por las de figuras como Fisher y Marshall.
En todo caso, después de la Gran Guerra Mises continuó teorizando y desarrolló la metodología austriaca (a la que
llamaría praxeología), esclarecería el problema del cálculo socialista y prepararía su gran tratado, La acción
humana. El amplio ámbito de las contribuciones de Mises a la teoría austriaca y la profundidad con la que investigó
estos temas le hacen el economista austriaco más importante y, para un austriaco, el economista más importante
del siglo XX.

Aparte de contribuir al renacimiento del pensamiento austriaco, Mises también influyó en muchos otros
economistas, incluido Friedrich Hayek. Hayek contribuyó mucho a la popularización de la teoría austriaca. Durante
su estancia en la London School of Economics, Hayek disrutó de un fuerte apoyo a sus ideas, incluyendo a Lionel
Robbins. Hayek asimismo recibió el Premio Nobel de Ciencias Económicas, un importante estímulo en el
resurgimiento de la Escuela Austriaca durante las dos últimas décadas del siglo XX.

Hayek también contribuyó grandemente al cuerpo teórico austriaco. Esto incluye sus trabajos sobre la teoría
austriaca del ciclo económico,[38] por los que ganó el premio Nobel y sus escritos que desarrollaron más la teoría
del capital.[39] Hayek también revisó el problema del cálculo y fue un renombrado politólogo. Hoy es
probablemente más conocido por Camino de servidumbre, donde advertía que todas las políticas de “vías

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intermedias” acabrían llevando al socialismo y la tiranía.

Después de Hayek llegó un grupo de nuevos austriacos. Muchos de ellos no eran austriacos del mismo tipo que
Mises, pero se vieron en todo caso muy influidos por la metodología y teoría austriacas. La generación de
economistas post-Hayek incluye a Israel Kirzner y Murray Rothbard, el último de los cuales influyó fuertemente en
la Escuela Austriaca al mezclar los fundamentos éticos liberales clásicos con el anarquismo. Aunque la Escuela
Austriaca ya se había convertido en mucho más que una escuela de economía, Rothbard amplió completamente el
ámbito para ocuparse de la ética y la ciencia política. El estado del “austricismo” moderno debe mucho a Rothbard,
aunque muchos austriacos estén en desacuerdo con las conclusiones de este.[40]

Hoy la Escuela Austriaca ha crecido hasta incluir un grupo aún más grande de economistas profesionales y un
grupo antes inconcebible de seguidores y estudiantes. No cabe duda de que se lograrán grandes avances en la
teoría, a través de la multitud de campos que caen ahora completamente dentro del ámbito de la escuela.

Relevancia
Aparte de las valiosas ideas de la escuela en lo académico, ¿por qué es importante la Escuela Austriaca para los
acontecimientos actuales? ¿Qué hace importante a la teoría austriaca para el hombre común?

La respuesta a estas preguntas puede deducirse praxeológicamente, empezando por el axioma de la acción
humana. Si aceptamos a la sociedad como simplemente una red de interacciones voluntarias entre individuos,
empezamos a darnos cuenta de las potenciales distorsiones causadas por factores exógenos, es decir, el gobierno
a través de la regulación. Como ciencia libre de valores, la praxeología no puede decir si la intervención del
gobierno es buena o mala, pero puede decir cuáles son las consecuencias de la distorsión exógena de la acción
humana. La ética “austriaca”, por otro lado, sí sirve al propósito de decidir entre lo “bueno” y lo “malo”, pero en el
sentido más puro la Escuela Austriaca puede al menos ilustrar al hombre común al sugerirle qué efectos tendrán
ciertas políticas económicas.

Esta idea de que el gobierno distorsiona, para bien o para mal, es importante. En un mundo en el que el gobierno
es una realidad irrefutable y en que intelectualmente el concepto del anarquismo no ha sido aceptado por la
ortodoxia, la economía austriaca se convierte en muy relevante en el sentido de ayudar a los individuos a juzgar el
valor de ciertos programas públicos. Con una crisis financiera en marcha y un inminente gran crash, no hay mejor
momento para hacerse consciente de las consecuencias del intervencionismo.

El objetivo del presente ensayo era explicar superficialmente la teoría austriaca, con la esperanza de que los
interesados explorarán más el pensamiento austriaco. El mensaje no es necesariamente deban aceptarse
incondicionalmente la opiniones de la escuela austriaca, solo que estas ideas son valiosas y pueden añadirse a
cualquier conocimiento que ya tenga cada uno.

Sin embargo el rigor del método austriaco hace a su metodología incomparable con la de cualquier otra escuela, lo
que indudablemente hace mucho más fuerte la defensa de la teoría austriaca.

[1] Ver la economía como el estudio de la acción humana podría parecer distintivamente austriaco e
indudablemente el cambio en metodología de una que se centraba en los “aspectos ‘económicos’ de la acción
humana” a una que reconocía toda la acción humana como ámbito de la economía coincide con el inicio de la
revolución marginalista y la Escuela Austriaca ((Ludwig von Mises, La acción humana. Auburn, Alabama: Ludwig
von Mises Institute, 1998: pp. 2-3). Aunque hay diferencia metodológicas importantes entre la Escuela Austriaca y
otras grandes escuelas de economía, sin embargo se mantiene que todos los economistas deben reconocer que
los mercados no son más que compuestos naturales de individuos cooperando.

[2] Se ha considerado tradicionalmente a Adam Smith como el padre de la ciencia económica moderna. Murray

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Rothbard creía otra cosa y atribuía este honor a Richard Cantillon, escribiendo que “La mayoría de la gente,
economistas y hombres comunes por igual, piensa que la economía nace de golpe, por decirlo así, de la cabeza de
Adam Smith (…) El honor de ser llamado el ‘padre de la economía moderna’ pertenece, por tanto, no a su receptor
habitual, Adam Smith, sino a un mercader, banquero y aventurero irlandés afrancesado que escribió el primer
tratado de economía más de cuatro décadas antes de la publicación de La riqueza de las naciones ” (Murray N.
Rothbard, An Austrian Perspective on the History of Economic Thought, Volume I: Economic Thought Before Adam
Smith. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute, 1995: p. 345).

Por desgracia, la mayoría de las ideas de Cantillon se perdieron después de la publicación de La riqueza de las
naciones. Cantillon fue “redescubierto” a finales del siglo XIX por William Stanley Jevons, uno de los tres
“fundadores” de la revolución marginalista. Respecto del tratado de Cantillon, Essai, Jevons escribe: “El ensayo de
Cantillon es, más enfáticamente que ninguna otra obra aislada, ‘la cuna de la economía política’” (“Richard Cantillon
and the Nationality of Political Economy” [Enero de 1881]: p. 342). Friedrich Hayek, basando su biografía de
Cantillon en la obra de Jevons también era de esa opinión (ver The Trend of Economic Thinking. Indianapolis,
Indiana: Liberty Fund, 1991: p. 246).

[3] Uno de los mejores tratados de la economía antes de Smith sigue siendo An Austrian Perspective on the History
of Economic Thought, de Murray Rothbard (1995). Joseph Schumpeter también trata una amplia variedad de temas
historiográficos en La historia del análisis económico , donde incluye una crítica a Adam Smith y sugiere (como
Rothbard) que Smith y sus alumnos (David Ricardo y otros) dirigieron la ciencia económica en la dirección
equivocada hasta la llegada de la revolución marginalista (I. M. D. Little, “History of Economic Analysis”. The
Economic History Review 8, nº 1 [1995]: pp. 95-96). Entre los tratados de Rothbard y Schumpeter, este último es
probablemente el más conocido entre la academia ortodoxa. El premio Nobel George J. Stigler, él mismo
interesado en la historia del pensamiento económico, escribía: “Los comentarios [de Schumpeter] son, como
siempre, tremendamente complejos y, como es habitual, están llenos de ideas agudas” (“Schumpeter’s History of
Economic Analysis”. The Journal of Political Economy 62, nº 4 [Agosto de 1954]: p. 345).

[4] I.M.D. Little escribe sobre La historia del análisis económico de Schumpeter que “Su tesis principal es que hubo
una unidad esencial en la teoría del periodo, al menos en los últimos años. Jevons, Menger, Walras y Marshall
enseñaban esencialmente la misma doctrina” (Little [1995], p. 97).

[5] La economía de John Maynard Keynes marchaba en una dirección completamente opuesta a la de los
neoclásicos y austriacos. Mientras que las dos últimas escuelas de pensamiento en general estaban de acuerdo en
las premisas básicas de la economía establecidas por los economistas clásicos, Keynes se desvió casi
completamente de estas premisas (Ralph Raico, “¿Era Keynes un liberal?”). Sin embargo las creencias de Keynes
estaban muy influidas por la revolución marginalista y especialmente por Knut Wicksell. Las creencias de Keynes
respecto de la subjetividad y la propensión a consumir, la eficiencia marginal del capital y su teoría pura del interés,
todas se construyeron sobre los cimientos proporcionados por los economistas marginalistas (teoría general del
empleo, el interés y el crédito. BN Publishing, 2008).

[6] La economía austriaca se ha convertido en popular fuera de las fronteras políticas de Estados Unidos. Hay, por
ejemplo, institutos Mises en Brasil y Suecia, mientras que se han realizado seminarios austriacos en países como
España, donde el liberalismo se ha visto tradicionalmente ahogado por el pensamiento sindicalista y socialista.
Para una visión del crecimiento de la Escuela Austriaca, ver Llewellyn H. Rockwell Jr., “Más poderosas que los
ejércitos”.

[7] La Escuela Austriaca no era desconocida durante las décadas de 1920 y 1930. John Keynes criticaba
abiertamente la teoría austriaca en La teoría general. Por ejemplo, se refiere directamente la crítica de Friedrich
Hayek and Lionel Robbins de sus propias teorías expuestas en su Tratado sobre el dinero. También critica la teoría
del ciclo económico de Hayek, discutiendo la validez de la afirmación de Hayek de que un aumento en la oferta de
crédito llevaría a descoordinación en el mercado (Keynes 2008, pp. 79-85). Otra crítica notable de la teoría
austriaca fue la crítica de Piero Sraffa “Dr. Hayek on Money and Capital”, publicada en The Economic Journal.
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Sraffa era un discípulo “desconcertado y rabioso” de Keynes y su crítica de Precios y producción de Hayek deriva
en buena parte del hecho de que en ese momento Keynes era el editor jefe de The Economic Journal (del prólogo
de Joseph Salerno a F.A. Hayek, Precios y producción y otra obras. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute,
2008: p. viii).

Tras la década de 1930 y principios de la de 1940, la crítica y el reconocimiento a la Escuela Austriaca se hizo
mucho más escaso. Solo recientemente ha habido un renacimiento en el interés de los oponentes a la Escuela
Austriaca. Esto es probablemente debido a que el “renacimiento” austriaco amenaza sus propias creencias y sus
supremacía en la academia moderna y la política. Algunas críticas recientes incluyen las de Paul Krugman y
Bradford DeLong.

[8] Mises escribió: “De la economía política de la escuela clásica deriva la teoría general de la acción humana, la
praxeología. Los problemas económicos o catalácticos se incluyen en una ciencia más general y ya no pueden
separarse de esta relación. Ningún tratamiento apropiado de problemas económicos puede evitar empezar por
actos de elección; la economía se convierte en una parte, aunque hasta ahora la parte más desarrollada, de una
ciencia más universal, la praxeología” (Mises 1998, p. 3).

[9] A veces se llama praxeología a la metodología austriaca. Por ejemplo, como escribía Rothbard “La praxeología
es la metodología distintiva de la Escuela Austriaca” (“Praxeología: La metodología de la economía austriaca ”).
Pero la praxeología es más exactamente la ciencia, no simplemente la metodología.

[10] Rothbard, Murray N., “In Defense of Extreme Apriorism.” Southern Economic Journal (Enero de 1957): p. 314.

[11] Mises creía que el axioma de la acción humana era una verdad a priori o independiente de la experiencia. “La
mente humana”, escribió, “no es una tábula rasa en la que los acontecimientos externos escriben su propia
historia. Está equipada con una serie de herramientas para apreciar la realidad. El hombre adquirió estas
herramientas, es decir, la estructura lógica de su mente, en el curso de su evolución desde una ameba al estado
actual. Pero estas herramientas solo lógicamente anteriores a cualquier experiencia” (Mises 1998, p. 35). Esta
creencia de que el axioma de la acción humana es a priori no es compartido universalmente entre todos los
austriacos. Por ejemplo, Rothbard creía que el axioma de la acción humana se descubría empíricamente. “Mi
opinión es que el axioma fundamental y los axiomas subsidiarios derivan de la experiencia de la realidad y son por
tanto empíricos en su sentido más amplio” (Rothbard 1997, p. 64).

[12] Mises 1998, pp. 11-13. Esta es la deducción que hace Mises cuandoe Scribe que “La facultad humana concreta
que distingue al hombre del animal es la cooperación. Eso significa que en sus actividades prevé que lo que hagan
otras personas logrará ciertas cosas para producir los resultados que busca con su propio trabajo” (“La cooperación
humana”, en Ludwig von Mises on Money and Inflation ).

[13] Rothbard 1997, p. 59. Estos subaxiomas no son apriorísticos, como escribió Rothbard: “debería señalarse que
para Mises solo es apriorístico el axioma de la acción; reconocía que los axiomas subsidiarios de la diversidad de
la humanidad y la naturaleza y del ocio como bien de consumo son en general empíricos” (Rothbard 1997, p. 67).

[14] Rothbard 1997, pp. 58-60. También son relevantes los cuatro primeros capítulos de La acción humana. Ver
también Israel M. Kirzner, The Economic Point of View (Indianapolis, Indiana: Liberty Fund, 1960): pp.151-189.

[15] Según Rothbard, “Mises en realidad no solo sostenía que la teoría económica no tuviera que ‘probarse’
mediante hechos históricos, sino también que no podía probarse”. (Rothbard 1997, p. 72). Es común entre los
austriacos aplicar teoría a la historia, pero esta es una forma de ejemplo o explicación y no un método por el cual
deducir más teoría (Selgin, George A., Praxeology and Understanding: An Analysis of the Controversy in Austrian
Economics. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute, 1990: p. 25). Es notable que la opinión de Mises sobre el
empirismo no sea aceptada universalmente por todos los intelectuales austriacos. Por ejemplo, Friedrich Hayek
creía que el empirismo era una herramienta útil para falsar teoría, aunque no pudiera validarla (Hayek 2008, pp. 9-

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17). A pesar de todo, Hayek estaba de acuerdo con Mises en la aproximación a priori a la deducción lógica:
“Incluso como medio de verificación, el examen estadístico de los ciclos tiene solo un valor muy limitado para la
teoría del ciclo económico (…) Primero, debe deducirse con lógica sin excepciones de las nociones fundamentales
del sistema teórico, y segundo, debe explicar por un método puramente deductivo aquellos fenómenos con todas
sus peculiaridades que observamos en los ciclos reales” (Hayek 2008, p. 12). Para una visión general de las
diferencias en metodología praxeológica concreta, ver Selgin 1990, pp. 27-37.

[16] La utilidad ordinal frente a la cardinal es un concepto importante en la economía austriaca y se refiere nada
menos que a la creencia de que la utilidad no puede medirse objetivamente (utilidad cardinal) y que nada tiene un
valor intrínseco mesurable. La utilidad de algo solo puede medirse en relación con la utilidad de otra cosa (utilidad
ordinal). Mises explica que “La utilidad marginal no proporciona ninguna unidad de valor. El valor de dos unidades
de un producto concreto no es el doble de otra, aunque sea necesariamente mayor o menor que otra. Los juicios de
valor no miden: disponen, gradúan” (El socialismo. New Haven, Connecticut: Yale University Press, 1951: p. 114).
Para una explicación en profundidad de la utilidad ordinal frente a la utilidad cardinal, ver Murray N. Rothbard,
“Towards a Reconstruction of Utility and Welfare Economics“.

[17] Jesús Huerta de Soto explica que “los actores asumen acciones que consumen tiempo porque esperan
alcanzar así fines más valiosos; por esto último, en igualdad de condiciones, los actores siempre prefieren los
bienes que les son más cercanos en el tiempo” (Dinero, bancos y ciclos económicos. Auburn, Alabama: Ludwig von
Mises Institute, 2009: pp. 270-272).

[18] Thorsten Polleit, “La falacia de la (super)neutralidad del dinero ”. Polleit proporciona una advertencia importante:
“La hipótesis de la neutralidad del dinero no excluye que los cambios en los porcentajes de crecimiento monetario
pueden tener efectos permanentes en el nivel de actividad económica. De hecho, un aumento en el porcentaje de
crecimiento de las existencias monetarias (de, por ejemplo, un 4% anual a un 5% anual) puede considerarse que
tiene potencial para empujar la producción a nivel más alto permanentemente”.

[19] Ibíd.

[20] Huerta de Soto escribe que “Suponiendo que la ‘velocidad de circulación’ del dinero permanece relativamente
constante en el tiempo y el producto interior bruto se aproxima al ‘pleno empleo’, los monetaristas creen que el
dinero es neutral a largo plazo y que por tanto una expansión de la oferta monetaria (M) tiende a aumentar
proporcionalmente el nivel general de precios correspondiente” (2009: pp. 522-535).

[21] Hay una serie de refutaciones de la teoría mecánico-cuantitativa del dinero, incluyendo: Mises 1998, pp. 395-
398; Polleit 2009; Huerta de Soto 2009, pp. 522-535; Hayek 2008, pp. 253-276. También: Ludwig von Mises, La
teoría del dinero y del crédito. Indianapolis, Indiana: Liberty Fund, 1980: pp. 162-163.

[22] Según Keynes, “Las preferencias temporales psicológicas de un individuo requieren dos tipos distintos de
decisiones a para realizarlas completamente. La primera se refiere a ese aspecto de la preferencia temporal que
llamo la propensión al consumo, que, opernado bajo la influencia de los distintos motivos indicados en el Libro III,
determina para cada individuo cuánta de su renta consumirá y cuánta reservará en alguna forma de derecho sobre
el futuro consumo. Pero una vez to9mada esta decisión, hay otra decisión más que le espera, que es en qué forma
tendrá el derecho sobre el consumo futuro que ha reservado, ya sea de su renta actual o de ahorros previos (…)
Debería ser evidente que el tipo de interés no puede ser un retorno del ahorro o esperarse como tal. Pues si un
hombre atesora sus ahorros en efectivo, no gana ningún interés, aunque ahorre tanto como antes” (Keynes 2008,
pp. 166-167).

[23] Sobre el tema, Mises escribió: “una caída en los precios de las materias primas, en igualdad de condiciones,
causa una caída en el equivalente monetario del capital de diversos individuos. Pero esto no equivale a una
reducción en la oferta de los bienes de capital y no requiere un ajuste de las actividades de producción a un
supuesto empobrecimiento. Simplemente altera las cosas monetarias a aplicar en el cálculo monetario” (Mises

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1998, p. 519). Curiosamente, Jörg Guido Hülsmann sugiere que en un economía que utilice una divisa material, la
estructura de producción sí se vería afectada por un aumento en la demanda de dinero, ya que un aumento en la
demanda de dinero aumentaría el retorno de inversión para la producción de oro. Al fluir el capital de otros sectores
a la producción de oro, baja la tasa de inversión para el oro, mientras que aumenta la tasa de inversión para otros
sectores, causando así un cambio en el tipo de interés. Hülsmann apunta que esta relación no existe con el dinero
fiduciario, dado que el coste marginal de producción del dinero fiduciario es ya cercano a cero. Ver Jörg Guido
Hülsmann, “The Demand For Money and the Time-Structure of Production“.

[24] Mises 1998, pp. 521-534.

[25] Huerta de Soto 2009, p. 285.

[26] La explicación más clara de la teoría del ciclo económico y la necesaria teoría del capital, la proporciona Jesús
Huerta de Soto y su libro Dinero, bancos y ciclos económicos. Ludwig von Mises también da una visión general de
la teoría del ciclo económico en La acción humana. La teoría del ciclo económico llega a su máximo nivel
intelectual, en el sentido de desarrollo, bajo Hayek. Las contribuciones de Hayek a la teoría del ciclo comercial
pueden leerse en su Precios y producción y otras obras. Para los interesados en la teoría del capital, una de los
libros más completos sobre el tema sigue siendo La teoría pura del capital, de Hayek. Una explicación más
popularizada de la teoría austriaca del capital la proporciona Robert Murphy, “The Importance of Capital Theory ”.

[27] Igualmente pueden encontrarse explicaciones populares del ciclo económico en libros como Meltdown, or The
Austrian Theory of the Trade Cycle and Other Essays, de Thomas Woods y editado por Richard Ebeling.

[28] Un libro de macroeconomía ortodoxa dice que: “La escasez implica la necesidad de un dispositivo racionador
(…) podrían usarse muchas otras alternativas el precio en dólares como dispositivo racionador. Sin embargo, todas
discriminan a alguien y ninguna es claramente superior al precio en dólares” (Arnold, Roger A., Macroeconomics.
Mason, Ohio: Thomson South-Western, 2008: p. 4).

[29] “Los cálculos monetarios tienen sus límites. El dinero no es una vara de medir del valor ni de los precios. El
dinero no mide el valor” (Mises 1951, p. 115).

[30] Ibíd.

[31] El socialismo, de Ludwig von Mises es tal vez el mejor tratado que cubre los defectos de una economía
socialista. La acción humana también dedica un capítulo al tema (pp. 694-711). Finalmente, Socialism and War, de
Friedrich Hayek ofrece al lector ideas sobre el progreso del debate del cálculo socialista hasta la década de 1970.

[32] La creencia de que Adam Smith fue una influencia negativa es inusual y heterodoxa. Como esta visión general
de la historia del pensamiento económico es voluntariamente breve, un análisis mucho más completo de las
contribuciones de Adam Smith puede encontrarse aquí: Murray Rothbard “El mito de Adam Smith ”.

[33] Sobre el progreso de la ciencia económico como no lineal, ver Rothbard 1995, p. 438. Para una visión general
de los errores teóricos de Smith, ver Rothbard 1995, pp. 441-471. Rothbard escribe: “El aspecto más desafortunado
de la apropiación total smithiana de la economía no fue tanto su considerable tejido de errores, sino aún más la
eliminación del conocimiento de la rica tradición de pensamiento económico que se había desarrollado antes de
Smith” (Rothbard 1995, p. 502).

[34] Ibíd., p. 502. “Como consecuencia, los austriacos y sus predecesores del siglo XIX, en buena parte privados
del conocimiento de la tradición anterior a Mises, estuvieron en muchos sentidos obligados a reinventar la rueda”.

[35] Mises 1998, pp. 4-5. Ver también Historical Setting of the Austrian School of Economics , de Mises. Jörg Guido
Hülsmann proporciona una exposición muy clara de la metodología de Menger: “Menger no usaba modelos
abstractos para plantear hipótesis falsables que luego se verificaban en la experiencia. Por el contrario, el de

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Menger era un método analítico que empezaba con los fenómenos empíricos más pequeños y procedía
lógicamente a partir de ahí. Esto pone a Menger en disposición de considerar los intercambios y precios del
mercado como macrofenómenos y de explicar cómo se causan por elementos atómicos, pero empíricamente
verificables de la economía humana situados en un microcosmos económico de necesidades individuales, y las
cantidades marginales poseídas y adquiridas” (Mises: The Last Knight of Liberalism. Auburn, Alabama: Ludwig von
Mises Institute, 2007: pp. 104–105).

[36] Uno de los mejores relatos de los primeros años del pensamiento austriaco lo proporciona Hülsmann 1997, pp.
101-174.

[37] Hülsmann escribe: “La lectura de Carl Menger no produjo inmediatamente el autor de La acción humana. El
estatismo propiod e Mises estaba demasiado enraizado: lo había absorbido desde los primeros días de su infancia
y lo aplicaba inconscientemente en su investigación para los seminarios de Grünberg y Philippovich (…) Lo que
hicieron los Principios de Menger fue cambiar esencialmente la visión de Mises sobre el análisis de los problemas
sociales (…) Toda intervención pública debe por tanto considerarse cuidadosamente antes de permitírsele alterar el
orden del mercado” (Hülsmann 1997, pp. 80-93).

[38] Las principales contribuciones de Hayek a la teoría del ciclo económico se han condensado en un volumen por
el Instituto Ludwig von Mises: Precios y producción y otras obras.

[39] Hayek nunca completó sus escritos sobre teoría de capital, siendo La teoría pura del capital solo la primera
parte de una serie de al menos dos tomos sobre capital. En todo caso, en muchos sentidos las teorías de Hayek
representan el máximo nivel de la teoría austriaca del capital.

[40] Los desacuerdos con Rothbard van de las ciencias políticas a la ética y la economía. Algunos ejemplos
importantes incluyen la dicotomía entre “banqueros libres” y “reservistas del 100%” y anarcocapitalistas y
minarquistas.

Publicado el 4 de junio de 2010. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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Centro de pensamiento austriaco y libertario

Fundado en Madrid, 2011

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