Está en la página 1de 4

Transición de sedente a bípedo en una persona normal

En este ítem del trabajo analizaremos la transición de sedente a bípedo por medio de
diferentes aspectos tales como desplazamiento del punto clave central, movimiento de la
pelvis, actividad muscular que también genera movimientos articulares específicamente de
tronco, caderas, rodillas y tobillo que son los que participan activamente en esta transición.
En donde ambas cinturas escapulares y brazos o bien cuelgan ligeramente a los lados, o bien
ejecutan alguna función propia como por ejemplo sujetar un objeto, pero no participan de
manera activa en esta transición.
Al realizar el análisis de esta transición la hemos dividido en dos fases; una fase de flexión
y otra de extensión. Este análisis lo realizaremos de manera segmentada en sentido céfalo-
caudal, para generar un orden, lo que no quiere decir que un movimiento preceda a otro,
sino más bien que éste se produce casi de manera simultánea y conjunta.
El comienzo de esta transición como ya hemos mencionado se inicia desde el sedente en
donde en esta posición la base de apoyo es la pelvis y por ende la carga de peso cae sobre
esta zona y se realiza de manera simétrica, en este aspecto al realizar la transición se pasa
desde esta base de apoyo pelvis a la base de apoyo pies y por ende la carga de peso también
se desplaza en este mismo sentido, y a su vez a través de este movimiento generar que la
línea del centro de masa o gravedad caiga dentro de la base de sustentación para generar
una posición bípedo estable y equilibrada.

- Fase de flexión
Esta fase se desarrolla desde que se produce la inclinación de tronco hasta que se produce
el despegue de los glúteos del asiento.
Cabe también señalar que en esta fase se produce movimientos de manera horizontal a
diferencia de la fase de extensión donde se realizan los movimientos en sentido vertical.
Partiendo por el tronco, éste se encuentra en un sedente erguido orientado de manera
vertical. Desde esta posición se produce una flexión (inclinación) de tronco, en donde el
punto clave central (PCC) se desplaza de manera horizontal, el cual actúa como propulsor
para poder llevar la parte superior del cuerpo hacia delante y poder producir el despegue
de los glúteos del asiento en una instancia posterior. Ésta flexión se produce en un
comienzo gracias a la acción de los músculos abdominales los que se contraen de manera
concéntrica para poder producir esta acción, sin embargo en el último tramo de este
movimiento se genera una leve activación de la musculatura erectora de columna que se
activa de manera excéntrica para poder controlar este movimiento del tronco, pero que a
su vez no evita que esta inclinación genere la propulsión que ayuda a la realización el
despegue de los glúteos. Esta inclinación de tronco a su vez genera que la pelvis se
desplace desde una posición neutra, o leve ante versión en caso de algunas personas,
hacia anterior.
A nivel de caderas se genera una flexión de esta articulación, la que en un principio se
encontraba alineada en un ángulo recto respecto del tronco, esta flexión se produce de
manera más bien pasiva, más que por una acción muscular, la que viene dada por la propia
flexión de tronco que la precede. Sin embargo al final de la flexión de tronco y cadera se
genera una contracción concéntrica del glúteo mayor, para que en combinación con la
flexión de tronco y retraso de los pies que veremos más a delante, se produzca el despegue
de las nalgas de la silla. Esta contracción concéntrica del glúteo mayor continúa
desarrollándose en la fase de extensión.
De manera simultánea en esta fase se genera un retraso de los pies, idealmente 10 cm
respecto de la vertical dada por el centro articular de la rodilla (flexión aproximada de 75°
A nivel de la rodilla). Este retraso de los pies como podemos inferir viene dado por un
movimiento de flexión a nivel de la rodilla en donde los isquiotibiales actúan de manera
concéntrica para poder generar este movimiento. Este retraso de los pies ayuda también, a
que el centro de gravedad se mueva hacia anterior y caiga por delante de los pies, lo que
produce que el tronco y la parte superior del cuerpo se muevan en este sentido,
permitiendo así que la incorporación resulte en un menor esfuerzo lo que deriva en generar
un movimiento económico con un menor gasto energético por parte de la musculatura.
Por otra parte también debido a la propulsión del cuerpo para poder incorporarse al bípedo
mediante a la inclinación de tronco se produce un desplazamiento en sentido anterior del
fémur que deriva finalmente en un avance tibial sobre el pie, al instante que este permanece
fijo a la superficie de contacto (suelo) luego de haberse retrasado. En esta acción más bien
pasiva es controlada mediante una contracción de tipo excéntrica por parte de los músculos
flexores plantares (Soleo y Gastrocnemios).
- Fase de extensión
Esta fase se desarrolla desde que ocurre el despegue de los glúteos hasta que la persona se
orienta totalmente en sentido vertical gracia a la extensión de sus articulaciones.
En primer lugar el tronco luego de ser flexionado para poder generar el impulso de
despegue, realiza éste una extensión la cual le permitirá poder orientarse de manera
vertical esta acción es realizada gracias a la acción de los músculos erectores
principalmente, que al contraerse de manera concéntrica llevan al tronco a la extensión.
Esto genera que el PCC se desplace de manera vertical y en sentido ascendente. Por otra
parte esta extensión de tronco genera que la pelvis que estaba en ante versión en la fase de
flexión, comience a movilizarse en sentido de la retroversión, para orientarse finalmente en
el bípedo más bien en una posición neutra.
De manera simultánea y como mencionamos en la fase anterior a nivel de las caderas se
genera también una extensión de esta articulación donde la musculatura extensora (Glúteo
Mayor) actúa también de manera concéntrica para poder generar esta extensión, la cual
ayuda así a la persona a poder incorporarse a la posición bípeda.
Por otra parte a nivel de la articulación de la rodilla también se produce una extensión
mediante la activación de los músculos del cuádriceps que se activan de manera inmediata
después de producirse el despegue de los glúteos de él asiento, estos se contraen se manera
concéntrica para poder producir este movimiento articular y de esta forma extender las
extremidades inferiores, y así ayudar a elevar el tronco y las parte superior del cuerpo, para
lograr alcanzar la posición bípeda. Por ende este grupo muscular desempeña un rol
importante respecto a la generación de fuerza para poder cumplir estas acciones y a su vez
lograr vencer la fuerza de gravedad.
A nivel de los tobillos lo que se produce en esta fase es una flexión plantar, la genera el
movimiento de la tibia sobre el pie el cual permanece fijo a la superficie. Este movimiento
articular es generado por la contracción de tipo concéntrica de los músculos flexores
plantares (Soleo, Gastrocnemios) que generan esta plantiflexion que trae a la articulación
del tobillo de la dorsiflexion a posición neutra de éste. Generando así un correcto
alineamiento en sentido vertical o longitudinal de la articulación del tobillo respecto de las
rodillas y caderas.
Como hemos señalado en esta fase los movimientos articulares de extensión de las
diferentes articulaciones y plantiflexion, en caso de los tobillos, son los que finalmente
generan la incorporación al bípedo. Dentro de esto podemos referir que la musculaturas
involucrada en este movimiento de extensión se contraen en su totalidad de manera
concéntrica, debido a que éstas deben vencer una resistencia oponiéndose en sentido
contrario, que en este caso es la fuerza de gravedad, y a través de el acortamiento de sus
fibras logran finalmente vencer esta resistencia para poder incorporar el cuerpo en la
posición bípeda.

También podría gustarte