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7-7-2019

INSTITUTO
DE
ENSEÑANZA
SUPERIOR
LA ESTANCIA JESUÍTICA DE ALTA GRACIA:
SIMÓN
BOLÍVAR.

Cría y comercio de mulas | Turri David, Gonzales Juan Manuel


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Contenido
Introducción: ............................................................................................................................ 2
Modo de producción: ................................................................................................................ 3
El camino real: .......................................................................................................................... 5
Importancia de la cría de mula en el alto Perú: .......................................................................... 7
Comercio de mulas en el rio de la plata: .................................................................................. 10
La estancia jesuítica: ............................................................................................................... 11
Conclusión: ............................................................................................................................. 16
Bibliografía ............................................................................................................................. 17
Índice de fotos: ....................................................................................................................... 18
Índice de mapas: ..................................................................................................................... 18
Índice de documentos: ............................................................................................................ 18

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Introducción:
En la siguiente monografía hemos de desarrollar los métodos de cría, de
engorde y las diferentes formas de comercialización y distribución del ganado
Mular en la estancia jesuítica de Alta Gracia durante los siglos XVII y XVIII.
Teniendo en cuenta el contexto en el que trabajaremos, daremos a conocer los
diferentes actores sociales participes de esta actividad económica, que en
conjunto fueron parte de la economía del virreinato del rio de la plata.

Tomamos como punto de partida la estancia jesuítica de Alta Gracia ya que,


en su momento, fue uno de los centros de producción importantes de todo el
virreinato. Si bien esta estancia ha sido reconocida por otras actividades
económicas, como ser la producción de bajilla o la producción de herrajes y su
agricultura, no hemos abocado a la ganadería, en específico a la ganadería
mular ya que es una de las actividades económicas que más registros ha
dejado y que hayan sobrevivido al paso del tiempo.

Este trabajo estará dividido en varias etapas donde analizaremos desde el


modo en que se producía el ganado mular, pasando por la forma de
comercialización, su importancia dentro del virreinato del rio de la plata, para
luego concentrarnos en el caso específico de la estancia de alta gracia.

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Modo de producción:
La mula es un animal tanto más precioso cuanto vive y se mantiene vigorosa
en todos los climas; es en general más sobria que el caballo, soporta mejor el
hambre, las fatigas, es menos delicada en la elección de los alimentos y vive
más tiempo, tiene del burro la bondad de su casco , la seguridad de sus
piernas y la buena salud; tiene los riñones muy fuertes, soporta más peso o
cargas que el caballo, y es menos viva y marcha más despacio que él, es
recompensada más segura su marcha; rara vez tropieza ni da un mal paso en
las sendas más estrechas y tortuosas; así pues fue pues de frecuente uso en
países meridionales para transporte.

Foto 1: Mula

Buenos Aires, tenía alto sentido de la responsabilidad que envestía en


nombre del rey y de los interesas que debía defender ante otras
gobernaciones, y en 1604 fustigo la práctica de ocultar metales preciosos en
los sacos de harina enviados de córdoba a buenos Aires para compradores del
Brasil ,pues de esa manera los pequeños industriales cordobeses no solo
competían con los del litoral ,abasteciendo al puerto de harina de buena calidad
y precio más reducido ,sino, que sus operaciones de contrabando ,por
modestas que fueran ,hacían peligrar el porvenir de Basas como puerto
comercial habilitado por corona para determinados tipos de trafico legal.

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Los jesuitas, llegaron a córdoba en 1599, fundaron un colegio de su orden al


año siguiente y decidieron crear sus propias bases de abastecimiento para el
consumo.

En todo el territorio escaseaba el hierro. La corona española, por ejemplo,


necesitaba hierro para clavos ,tornillos y herrajes .Cuando se pudo impulsar la
extracción de metales y traer más materia prima gracias al comercio con el
Brasil ,creció la mano factura de rejas ,bocallaves ,picaportes ,veletas y
campanas y hasta la fabricación de vidrio ,que no prospero ,mientras que con
la arboleada disponible ,talada sin precaución y no siempre apta ,se hizo leña
para los hornos de tejas y ladrillos y se construyeron los tapiales,
infraestructuras ,techumbres ,fachadas ,portones y ventanas, como así
arcones, alacenas y otros muebles para los edificios, a menudo amenazados
por las crecientes del rio, pues la incipiente ciudad de hallaba en un pozo. A
partir de 1601, Hernán de Álvarez se dedicó a la fabricación de tejas; las
primeras 30.000 se destinaron a los techos de la iglesia mayor .En las zonas
bajo la influencia de las ciudades de córdoba, corriente, santa fe, y basas, se
desarrolló la cría de mulas para las faenas mineras del potosí y el transporte
por carretera hasta y desde los puertos de pacífico o los situados sobre el rio
Paraná. A ese comercio fructuoso se dedicaron muchas de las primeras
estancias establecidas en la gobernación del Tucumán gracias a las mercedes
de tierras otorgadas a los conquistadores.

Hacia 1681, en todo el Tucumán eran más de 700 las estancias y chacras
existentes. No debe extrañarnos esa cifra, pues solo en la jurisdicción de
córdoba se había atribuido entre 1573 y 1600 no menos de 40 mercedes al sur
del rio quinto .como era habitual, el fundador de la ciudad capital, es decir
jerónimo Luis de cabrera, tuvo pues en su poder una de las propiedades de
mayor tamaño, pues tenía más de 300000 kilómetros cuadrados. Entre los ríos
cuarto y quinto, extendiéndose hacia el rio saladillo, santa fe, y melincue .La
estancia más grande, situada en la zona de rio cuarto, tenía 10 leguas de este
a oeste y 20 leguas de norte a sur. En el valle de punilla hubo veinte estancias
desde fines del siglo XVl, con peones y capataces mestizos y mulatos.

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El camino real:
Este camino surge con los primeros conquistadores españoles llegaron a
nuestro país proveniente del Alto Perú y a fuerza de andar fueron dibujando
distintos senderos. Esta era la vía de comunicación más controlada y segura
entre el centro político, administrativo y comercial de Lima y el puerto de
Buenos Aires.

Mapa 1: El camino real

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Funcionarios de la corona española, gobernadores, virreyes y autoridades


eclesiásticas, circularon por ese corredor. Le siguieron misioneros,
franciscanos, dominicos, mercedarios y jesuitas. También anduvieron por esos
caminos comerciantes, arrieros y troperos, en mulas, a caballo, en carretas y
en diligencias.

Transitaron por él, en mula, a caballo, en carreta o diligencias, funcionarios de


la corona española, gobernadores, virreyes, misioneros y comerciantes. En el
período de la independencia, estos senderos fueron testigos del paso de los
ejércitos de Belgrano y San Martín.

Con una traza que avanza hacia el norte de la provincia desde la Estancia
Jesuítica de Caroya, atraviesa una serie de antiguas postas y llega al límite con
Santiago del Estero.

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Importancia de la cría de mula en el alto Perú:


Claramente el descubrimiento de las minas de plata de potosí en 1545, tuvo
un carácter de influencia sobre el desarrollo de la producción en el virreinato
del rio de la plata, para ello era necesario el trasporte de productos tanto de
importación como de exportación.

Mapa 2: El camino real de Córdoba

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La producción mular estuvo sujeta a variadas coyunturas durante el periodo


colonial. A fines del siglo XVIII las mulas se criaban en pequeñas cantidades
en la jurisdicción a pesar que seguían teniendo un rol destacado en la
demanda alta peruana .Asociada con el mercado minero, la producción local se
había destacado hasta media dados del siglo, particularmente en las estancias
jesuíticas .Pero luego de la expulsión de la orden , el stock mular se redujo
sensiblemente en la jurisdicción , por lo que su comercialización se mantuvo en
torno a la compra de animales de otras regiones (córdoba, Santa Fe ,y Buenos
Aires ),su invernada y posterior traslado a las tabladas del norte. En 1765, el
cabildo cito a ocho vecinos (con importantes volúmenes de haciendas
ganaderas) con el fin de solicitarles “doscientas mulas con que servir a su
majestad, para los precisos trasportes a la expedición de santa rosa de mojos
para combatir al “infiel”. La respuesta de los estancieros fue que:

“ se allá por imposible la contribución de las mulas por no haberlas ni tenerlas


este vecindario respecto a que en esta ciudad ni su jurisdicción no se trafican
mulas ni las amansan por no necesitarlas y que escasamente se encontraran
una u otra en tales cuales vecinos que las tengan para cuando se las ofrezca
salir a la campaña y aun estas por lo común son de aquellas ordinarias que no
sirven para vender sin embargo de que echa la diligencia se podrían encontrar
algunas que pudieran tener bien de estas o de arrieros que vengan de afuera
se pudieran comprar con plata en mano en mano y a fuerza de mucha
diligencia”

La queja de los vecinos era una vieja práctica que esgrimían cada vez que
eran convocados para colaborar con sus bienes. De ese modo eludían las
contribuciones. Aun así, es importante reconocer que el argumento alude a la
limitada capacidad productora de mulares en Tucumán.

Si bien la cría de mulas no era un rubro destacado en la jurisdicción, las


invernadas representaron un importante negocio de los vecinos tucumanos
durante gran parte del siglo XVllI .Las mulas eran internadas en córdoba y
Santa Fe, donde se criaban y se engordaba en los potreros tucumanos. En
concepto de reexportación salían de Tucumán centenares y a veces miles de
cabezas, tal como lo estimaron los diputados del consulado. Ello se puede

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constatar a partir de los contratos de invernadas protocolizados durante el


periodo. El destino final de las mulas era, por lo general, la tablada de salta
desde donde se envían al alto Perú. Las ferias de la tablada concentraban
actividad en los meses de abril y mayo y allí se reunión los mercaderes de las
más distintas regiones que acudían a comprar haciendas. El comercio mular
alcanzo una importante expansión desde fines del siglo XVIII y se sostuvo en
crecimiento hasta 1780 cuando se iniciaron las revueltas indígenas alto
peruanas. A partir de entonces la actividad prácticamente desapareció de la
jurisdicción. Los comerciantes salteños tenían una fuerte participación en los
beneficios logrados por las exportaciones de mulas, pues normalmente
participaban de las compras en las regiones productoras y las invernadas en
los potreros de la región.

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Comercio de mulas en el rio de la plata:


En el rio de la plata una de las especializaciones regionales se generó en
base a la cría de mulas. Las primeras menciones sobre este comercio data de
entre 1610 y1620, donde Córdoba amolda la demanda de mulas como
trasporte de carga en los andes centrales donde se reemplazaba a la llama. El
comercio de mulas en el norte argentino fue más tardío, registrado en el 1657,
como data del primer envió a salta para luego distribuirlos a diversas partes de
Perú y el alto Perú en un primer momento llegaban a potosí, Oruro y la paz en
el alto Perú .Hacia fines del siglo las mulas eran vendidas en poblaciones de la
sierra peruana como Cuzco, coporaque y sobre todo Jauja. Según el registro
de sisa de mulas, la recaudación era destinada a la defensa de la frontera
oriental con los indígenas del chaco.

El traslado de tropas de mulas estaba a cargo de un grupo de unos 16


arrieros, incluidos el capataz y un ayudante. En algunas ocasiones el propio
dueño de la tropa la lideraba personalmente. Los consumidores finales eran
potosí o lima. Tucumán figuraba como una de las mercancías más frecuentes
repartidas en grandes cantidades. Las mulas llegaban de este modo a la
población indígena aprecios elevados, más que los mercados. Las quejas de
los indígenas sobre los repartimientos eran abundantes, cómo también los
testimonios de viajeros europeos sobre los abusos de los corregidores en los
repartos forzosos. Para reglamentar los repartos, la corona ordeno en 1754 un
arancel por el cual se estipulaba el valor total, el tipo y cantidad de mercancías
que cada corregidor podía distribuir en su distrito.

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La estancia jesuítica:
La historia de Alta Gracia tiene su origen el día 8 de abril de 1588 cuando el
teniente gobernador de Córdoba Capitán Don Pedro Villalba le otorga a Don
Juan Nieto los títulos territoriales de las tierras que los nativos del lugar
llamaban “Parabachasca”, nombre que traducido al español significa
“vegetación enmarañada” o “lluvias a destiempo”.

Años más tarde, Tras la muerte de Don Juan Nieto en el año 1612, las tierras
pasaron a manos de un heredero de este llamado Don Alonso Nieto Herrera.
Nieto Herrera queda viudo sin haber tenido hijos y decidió ceder todos sus
bienes a la Compañía de Jesus además de entrar a la orden como un novicio.

Documento 1: copia del acta de donación de Alta Gracia.

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Cabe destacar que luego de la donación realizada por Nieto Herrera a la


compañía de Jesus, esta empezó la construcción de la estancia la cual contaría
con la Iglesia, la Residencia de los padres estancieros, una herrería, un
tajamar, un molino, el Obraje, la ranchería, el horno, y una serie de tres
paredones que servían de mini represas en el cauce del rio Chicaltontina.

Foto 2: estancia jesuítica Alta Gracia

Poseía tambien, corrales para distintas especies de animales, campos de


pastoreo, trigales, maizales y huertos; además, hicieron prosperar sistemas de
riego, con acequias que desviaban agua de un tajamar .En los últimos cincos
años del siglo XVll, Alta Gracia produjo unas 36.500 varas de tejidos de
distintas calidades, destinados a vestir a los jesuitas y novicios del colegio de
córdoba y a los sacerdotes, mayordomos, indios y esclavos, con un excedente
que se vendía en el comercio.

Otra cosa que se debe de destacar es la ubicación geográfica de la estancia.


Esta estancia se ubica a 36 kilómetros al sudoeste de la entonces joven ciudad
de Córdoba del Tucumán. Se encuentra relativamente cerca del cordón de
sierras chicas.

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Mapa 3: Parabachasca

Durante la segunda mitad del siglo XVll, la economía de córdoba obtiene


importantes ingresos provenientes de su principal ramo de exportación, las
mulas. Evidentemente el aumento de la producción pecuaria en la región
produce un incremento significativo en el volumen de venta de las estancias
ganaderas de la campaña. La cría de ganado mular en tierras aptas de su
propiedad y la continuidad territorial de sus establecimientos rurales con
lugares propicios para la invernada, hizo viable una activa y creciente
participación jesuítica en el mercado regional, lo que hizo viable una activa y
creciente participación de los jesuitas en el mercado regional, lo que construyo
en una de las características dominantes de la estructura económica local
durante gran parte de los siglos XVll y XVllI...

Hacia 1683, con la donación de la estancia de la candelaria, los


establecimientos rurales dependientes del colegio máximo vieron incrementar
nuevamente su e stock ganadero. Si bien la escritura inicial estipulaba que su
finalidad era sostener el noviciado; desde la fecha de su donación y por lo
menos hasta 1715, dicho establecimiento va a funcionar como un puesto de
alta gracia (... a donde sirve de potrero de las mulas que da la cría....como

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también de las ovejas de que se saca la lana para el obraje y carneros para el
suministro del colegio...).

Otra característica de las estancias jesuíticas a medida que nos acercamos al


final del siglo XVll, es el intercambio y/o complementación entre algunos de sus
establecimientos rurales. Según “el libro de quintas corrientes de las estancias
y haciendas que tiene este colegio de córdoba “, entre 1695 y hasta el año
1701, la trasferencia de ganado mular entre alta gracia y el puesto de la
candelaria arrojaba, un total de 7654 cabezas de ganado mular.

Esta significativa trasferencia nos da la pauta de la importancia que fue


adquiriendo la producción mular en el interior de ciertas unidades productivas,
cuya producción dominante estaba relacionada con la actividad ganadera y, en
este caso puntual, con la colocación de ganado mular en la economía regional.

Según lo que expresa el historiador Carlos Page en su libro “la estancia


Jesuítica de Alta Gracia”: “La mayoría de los productos de las estancias eran
consumidos por sus miembros, siempre había un excedente que
económicamente colocaba al Colegio en una muy buena situación. El
crecimiento en este sentido fue constante. Recién en 1686 se produjo un
retroceso económico al quedar debiendo el Colegio la suma de 12.000 pesos,
mientras que al año siguiente una epidemia en el ganado mermó su número.
Pero no sería la última ya que por ejemplo en 1697 otra peste redujo en este
caso las ovejas de 18.000 a 5.000. Se llegaría a fin de siglo con una situación
económica regular.”

Además según este autor, a medida que avanzaba el siglo XVIII el paulatino
incremento del negocio de las mulas se constituiría en el más productivo de
toda la organización económica, no solo jesuítica sino de todo el futuro
virreinato del Río de la Plata que proveería de animales a las minas de plata de
Potosí y Oruro, y de mercurio de Huancavelica.

Page asevera que: “las mulas fueron un nexo importante entre las estancias
de Alta Gracia y La Candelaria, como repetidamente lo venimos mencionando.
De esta manera vemos manifiesta esta dependencia en el mismo "Libro de
Cuentas Corrientes de las estancias y haciendas que tiene este Colegio de

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Córdova de Tucumán, lo que rinden se gasta con ellas desde mayo de 1695...
", donde luego de describir el obraje manifiesta de Alta Gracia: "tiene una cría
de mulas en varios puestos y rodeos, tiene una estancia llamada San Antonio
adonde hay solo un puesto con mil y seiscientas burras y las vacas necesarias
para el sustento de los esclavos y demos sirvientes, tiene asimismo otro puesto
llamado Nuestra Señora de la Candelaria adonde sirve de potrero de las mulas
que da la cría "

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Conclusión:
En este trabajo pudimos determinar, de forma acotada, el desarrollo de la
explotación mular, su importancia en las estancias jesuítica, como también su
relevancia en la economía del alto Perú. A sabiendas que la producción
condujo a que se involucre diferentes extractos sociales , la estancia jesuítica
de Alta Gracia, por su posición geográfica, fue un núcleo de gran intercambio
cultural y de oficios importantes para el virreinato donde, la herrería, la
cerámica, y principalmente la invernada de mulas fue gracias a la manos de
obra esclavizada .Damos por entendido que a nivel económico esta estancia
jesuítica dio un gran aporte económico a todo el virreinato y un intercambio
directo e indirectamente de distintos subproductos.

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Bibliografía
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provincia de Cordoba: www.cba.gov.ar/wp-
content/4p96humuzp/2013/08/Catalogo2012caminoreal.pdf

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1930): http://elarcondelahistoria.com/origen-de-la-ciudad-de-alta-gracia-24061588/

Page, C. A. (2000). V. La actividad economica. En C. A. Page, La estancia jesuítica de Alta Gracia


(págs. 69-95). Alta Gracia: EDICIONES EUDECOR.

Payró, R. (2007). Capítulo 3: Producción y comercio: de la cría de mulas. En R. Payró, Historia


del rio de la plata: la aventura colonial española en el rio de la palta. (Vol. tomo 1,
págs. 45 -81). Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina.

Paz , G. (1999). A la sombra del Perú: Mulas, reparto y negocios en el norte argentino a fines
de la colonia. (Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía, Ed.) Boletín del
Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, 45 - 68.

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Índice de fotos:
Foto 1: Mula ............................................................................................................................. 3
Foto 2: estancia jesuítica Alta Gracia ....................................................................................... 12

Índice de mapas:
Mapa 1: El camino real .............................................................................................................. 5
Mapa 2: El camino real de Córdoba ........................................................................................... 7
Mapa 3: Parabachasca ............................................................................................................ 13

Índice de documentos:
Documento 1: copia del acta de donación de Alta Gracia. ....................................................... 11

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