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ESTRUCTURA DEL DISCURSO

CÓMO SE ORGANIZA UN DISCURSO:

Partes de un discurso - organización de un discurso:


Algunas personas consideran a un discurso de tres partes, eso es muy relativo.
Para nosotros un discurso bien estructurado y organizado debe dividirse en
cinco partes que son:

Estructura propuesta por Aristóteles:


A. EXORDIO.
B. EXPOSICIÓN O NARRACIÓN.
C. DISCUSIÓN DEL DISCURSO O ALTERNATIVAS.
D. RECOMENDACIÓN.
E. CONCLUSIÓN FINAL.

DESARROLLO:

A. EXORDIO

Busca hacer al auditorio benévolo, atento y dócil. Su función es señalizar


que el discurso comienza, atraer la atención del receptor, disipar
animosidades, granjear simpatías, fijar el interés del receptor y
establecer el tema, tesis u objetivo. Es necesario afectar modestia para
capturar la simpatía del público y explotar su tendencia a identificarse
con quien está en apuros o es débil.

B. EXPOSICIÓN
O NARRACIÓN:

La narratio, desarrollo o exposición es la parte más extensa del discurso


y cuenta los hechos necesarios para demostrar la conclusión que se
persigue. Si el tema presenta subdivisiones, es preciso adoptar un orden
conveniente (partitio o divisio). En la partitio tenemos que despojar al
asunto de los elementos que no nos conviene mencionar y desarrollar y
amplificar aquellos que sí nos convienen. Los recursos estilísticos que se
suelen usar en la partitio son
taxis, merismo, diéresis, diálisis, eutrepismo, prosapódosis,hipozeuxis y
distributio.
Esta sección enseña al público los puntos fuertes que vamos a defender.
Se persigue la brevedad (no aburrir al auditorio, no traspasar el umbral
de atención del público y evitar la desproporción entre discurso y tema),
la claridad (es imposible convencer al público si no se ha enterado de lo
que se trata, aunque literariamente la oscuridad y ambigüedad puede ser
un mérito) y la verosimilitud (ya dijo Aristóteles que es preferible lo falso
verosímil a lo verdadero inverosímil). No hay que hacer increíbles unos
hechos ciertos y el abogado que haga creíbles unos hechos falsos
logrará que el jurado vote por su cliente. En este punto la ética no tiene
nada que ver con la retórica. En el mundo literario, el principio de
verosimilitud es importantísimo, ya en estética realista o fantástica. En la
exposición se incluye una serie de circunstancias: quién (quis), qué
(quid), cuándo (quando), cómo (quemadmodum), dónde (ubi), por qué
(cur), con qué medios (quibus auxiliis). Hay que interrumpir la exposición
con breves digresiones que impidan la monotonía aliviando la tensión del
auditorio y actuando sobre él de forma complementaria.

C. ARGUMENTACIÓN:

Es la parte donde se aducen las pruebas que confirman la propia


posición revelada en la tesis de la exposición (confirmatio o probatio) y
se refutan las de la tesis que sostiene la parte contraria
(refutatio o reprehensio), dos partes que Quintiliano considera
independientes, de forma que para él el discurso forense tendría cinco.
La confirmación exige el empleo de argumentos lógicos y de las figuras
estilísticas del énfasis; los de la refutación serían por el contrario
metástasis, contrarium, contradicciones, el progymnasma de la
refutación. También es un lugar apropiado para el postulado o enunciado
sin prueba, siempre que no debilite nuestra credibilidad, para lo cual hay
que recurrir al postulado no veraz pero plausible (hipótesis), a fin de
debilitar al adversario desorientando su credibilidad; lo mejor en ese
caso es sugerirlo y no decirlo. Se recurre a una lógica retórica
o dialéctica que no tiene gran cosa que ver con la lógica científica, pues
su cometido no es hallar la verdad sino con-vencer. Se funda más en lo
verosímil que en lo verdadero, de ahí su vinculación con la demagogia.
Para los discursos monográficos enfocados a la persuasión, convienen
las estructuras gradativas ascendentes. En el caso del discurso
periodístico, la tendencia a abandonar al principio del lector recomienda
el uso de la estructura opuesta: colocar lo más importante al principio. La
retórica clásica recomienda para los discursos argumentativos
monográficos el orden nestoriano, el 2, 1,3: esto es, en primer lugar los
argumentos medianamente fuertes, en segundo lugar los más flacos y
débiles y en último lugar los más fuertes.

D. PERORACIÓN:

Es la parte destinada a inclinar la voluntad del oyente suscitando sus


afectos, recurriendo a móviles éticos o pragmáticos y provocando su
compasión (conquestio oconmiseratio) y su indignación (indignatio) para
atraer la piedad del público y lograr su participación emotiva, mediante
recursos estilísticos patéticos (accumulatio, anacefalaeosis, complexio,
epanodos, epifonema, simperasma, sinatroísmo); incluye lugares de
casos de fortuna: enfermedad, mala suerte, desgracias… Resume y
sintetiza lo que fue desarrollado para facilitar el recuerdo de los puntos
fuertes y lanzar la apelación a los afectos; es un buen lugar para lanzar
un elemento nuevo, inesperado e interesante, el argumento-puñetazo
que refuerce todos los demás creando en el que escucha una impresión
final positiva y favorable.

ESTRUCTURA:
El discurso se estructura en tres partes: apertura, cuerpo y conclusión o lo que
es lo mismo: inicio, desarrollo y cierre

APERTURA Diles lo que vas a contar.


CUERPO Cuéntaselo.
CONCLUSIÓN Diles lo que les has contado.

1. Apertura:

Una posible secuencia a seguir en esta fase puede ser:

 Presentación personal y/o de los asistentes.


 Captar la atención.
 Comentar los puntos principales a tratar y los objetivos.
 Explicar las reglas del juego y la metodología a seguir.
Un buen comienzo es vital para cualquier presentación. El objetivo a perseguir
es que la audiencia te preste atención, para ello estimula su interés procurando
iniciar la relación con el público.

2. Cuerpo:

Durante el desarrollo de la exposición es muy importante que la audiencia


entienda exactamente lo que quieres comunicar, para ello el discurso debe ser
fácil de seguir, con un orden claro y preciso.

Ordena tus argumentos y apóyate en datos o ejemplos que ayuden al auditorio


a comprender el mensaje de la exposición.

3. Conclusión:

Lo mejor para conseguir un buen discurso es terminarlo bien. Las personas


tendemos a recordar los principios y finales por los efectos de primacía y
recencia respectivamente (estos principios constituyen leyes de la memoria)

El final tiene que constituir el compendio de lo que se ha dicho, incluyendo, en


la mayoría de los casos, los siguientes elementos:

 Un resumen, concentrado en una o dos frases, del contenido principal


del discurso.
 Alguna propuesta o resolución que se deduzca del cuerpo del discurso.
 Aclaración de dudas.
 Un llamamiento de apoyo a lo que se ha expuesto o unas cálidas
palabras de agradecimiento.
EJEMPLO DE DISCURSO

Discurso de Salvador Allende, 11 de Septiembre de 1973.


“Yo no voy a renunciar. Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son
caros a esta patria. Caerá un baldón sobre aquellos que han vulnerado sus
compromisos, faltando a su palabra, roto la doctrina de las Fuerzas Armadas.
El pueblo debe estar alerta y vigilante. No debe dejarse provocar, ni dejarse
masacrar, pero también debe defender sus conquistas. Debe defender el
derecho a construir con su esfuerzo una vida digna y mejor.
Una palabra para aquellos que llamándose demócratas han estado instigando
esta sublevación, para aquellos que diciéndose representantes del pueblo, han
estado turbia y torpemente actuando para hacer posible este paso que coloca a
Chile en el despeñadero.
En nombre de los más sagrados intereses del pueblo, en nombre de la patria
los llamo a ustedes para decirles que tengan fe. La historia no se detiene ni con
la represión ni con el crimen. Esta es una etapa que será superada, éste es un
momento duro y difícil. Es posible que nos aplasten, pero el mañana será del
pueblo, será de los trabajadores. La humildad avanza para la conquista de una
vida mejor.
Compatriotas: es posible que silencien las radios, y me despido. En estos
momentos pasan los aviones. Es posible que nos acribillen. Pero que sepan
que aquí estamos, por lo menos con este ejemplo, para señalar que en este
país hay hombres que saben cumplir con las obligaciones que tienen. Yo lo
haré por mandato del pueblo y por la voluntad consciente de un presidente que
tiene la dignidad del cargo...
Quizás sea la última oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes. La Fuerza
Aérea ha bombardeado las torres de radio Portales y Radio Corporación. Mis
palabras no tienen amargura, sino decepción, y serán ellas el castigo moral
para los que han traicionado el juramento que hicieron.
Soldados de Chile, comandantes en jefe y titulares... al almirante Merino... El
general Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su solidaridad y
lealtad al gobierno, también se ha denominado director general de Carabineros.
Ante estos hechos sólo me cabe decirle a los trabajadores: Yo no voy a
renunciar. Colocado en un tránsito histórico pagaré con mi vida la lealtad del
pueblo. Y les digo que tengo la certeza que la semilla que entregáramos a la
conciencia digna de miles y miles de chilenos no podrá ser cegada
definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los
procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la
hacen los pueblos.
Trabajadores de mi patria: Quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron,
la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes
anhelos de justicia que empeñó su palabra en que respetaría la constitución y
la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda
dirigirme a ustedes. Espero que aprovechen la lección. El capital foráneo, el
imperialismo, unido a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas
rompieran su tradición : la que les señaló Schneider y que reafirmara el
comandante Araya, víctima del mismo sector social que hoy estará en sus
casas esperando con mano ajena conquistar el poder para poder seguir
defendiendo sus granjerías y sus privilegios. Me dirijo sobre todo a la modesta
mujer de nuestra tierra: a la campesina que creyó en nosotros ; a la obrera que
trabajó más, a la madre que supo de su preocupación por los niños. Me dirijo a
los profesionales de la patria, a los profesionales patriotas, a los que hace días
están trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales,
colegios de clase para defender también las ventajas de una sociedad
capitalista.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su
espíritu de lucha; me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al
intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el
fascismo ya estuvo hace muchas horas presente en los atentados terroristas,
volando puentes, cortando vías férreas, destruyendo los oleoductos y los
gasoductos, frente al silencio de los que tenían la obligación de proceder... la
historia los juzgará.
Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz no
llegará a ustedes. No importa, me seguirán oyendo. Siempre estaré junto a
ustedes, por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con
la patria. El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe
dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
Trabajadores de mi patria : Tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros
hombres el momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse.
Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirá las
grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad
mejor.
Estas son mis últimas palabras, teniendo la certeza de que el sacrificio no será
en vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una sanción moral que
castigará la felonía, la cobardía y la traición.

Desarrollo
 Exordio: Es la presentación del asunto, es el fragmento que da apertura.
Este debe dejar claro el tema del discurso para que así los oyentes puedan
entender que tratará el resto de la presentación.
Apertura del discurso de Salvador Allende
“Yo no voy a renunciar. Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son
caros a esta patria. Caerá un baldón sobre aquellos que han vulnerado sus
compromisos, faltando a su palabra, roto la doctrina de las Fuerzas Armadas.
Así comienza su último discurso, haciéndole al pueblo un promesa y contando
la situación en que se encontraba el país en ese momento.
En el discurso de Salvador Allende podemos identificar al primer párrafo como
el exordio, ya que este da apertura y una pequeña introducción del tema, lo
cual nos da a entender que tratara el resto del discurso. A demás podemos
calificarlo como un exordio explícito ya que es directo y puntual refiriéndose al
tema, no ocupa interrogantes ni una narración inicial lo cual identifica a la
mayoría de los exordios indirectos.
 Exposición: La exposición es la presentación de antecedentes sobre el
tema. La función de este capítulo es sentar las bases para los argumentos que
vienen en la siguiente sección.
Salvador Allende comienza su presentación cuando dice :
“El pueblo debe estar alerta y vigilante. No debe dejarse provocar, ni dejarse
masacrar, pero también debe defender sus conquistas. Debe defender el
derecho a construir con su esfuerzo una vida digna y mejor.”
Con estas palabras S. Allende hace una pequeña introducción a lo que vendrá
a ser el desarrollo del discurso mismo. Esta frase podría decirse que es
indirecta, ya que con el transcurso del discurso se intensificarán los llamados.
“Una palabra para aquellos que llamándose demócratas han estado instigando
esta sublevación, para aquellos que diciéndose representantes del pueblo, han
estado turbia y torpemente actuando para hacer posible este paso que coloca
a Chile en el despeñadero.”
En este capítulo Allende culpa indirectamente, ya que todavía no ha
mencionado ningún nombre, a todas aquellas personas que traicionaron al
gobierno.
Así nos damos cuenta que la exposición de un discurso, cualquiera sea, sa la
posibilidad de mencionar las ideas que a continuación serán defendidas por el
mismo orador del discurso.
Hasta ahora existen dos temas que abarca el discurso de S.Allende : el
llamado al pueblo, y por otro lado, la descalificación de los oponentes.
 Demostración: La argumentación es cuando el orador comienza a exponer
pruebas, a dar argumentos respecto a todo lo expuesto con anterioridad, un
rasgo que nos ayuda a identificarlo es que el orador comienza a exponer su
verdad al respecto.
En la frase siguiente se demuestra que el orador señala directamente sus
argumentos de poder, y explícitamente atacar a sus contrincantes. Aquí,
Allende hace un llamado directo, diciendo los nombres de los que le dieron la
espalda.
“Soldados de Chile, comandantes en jefe y titulares... al almirante Merino... El
general Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su solidaridad y
lealtad al gobierno, también se ha denominado director general de
Carabineros.”
Luego, se dirige al pueblo, desarrollando la segunda idea expuesta, ya que hay
que acordarse de que Allende está aprovechando de dirigirse al pueblo
públicamente como por última vez.
“Trabajadores de mi patria: Quiero agradecerles la lealtad que siempre
tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de
grandes anhelos de justicia que empeñó su palabra en que respetaría la
constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que
yo pueda dirigirme a ustedes. Espero que aprovechen la lección.” Luego se
sigue dirigiendo a toda la gente y grupos que lo han apoyado, y para concluir
su argumentación se dirige a las mujeres, profesionales de la patria, a la
juventud, y a todos aquellos que cantaron y entregaron su alegría.

 Peroración: Es el cierre del discurso. Para este cierre el orador debe ser
cuidadoso y hacer una ratificación de su argumento.
Allende para finalizar su discurso utiliza la esperanza.
“Trabajadores de mi patria : Tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros
hombres el momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse.
Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las
grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad
mejor.
Allende, de esta manera termina su último discurso público, dándole a los
trabajadores del país una señal de esperanza.

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