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Conclusión o cierre de un discurso

Lo que se requiere de la conclusió n de un discurso es que sea concluyente. Es decir, que establece
claramente esa idea central que fue el "hilo conductor" del discurso, enriquecido por el uso que se hizo de
los argumentos que lo respaldan y legitiman. La conclusió n, entonces, tiene esta característica de
"resumen" y, en el caso de la oratoria política, también de llamar a la acció n, señ alar direcciones y definir
objetivos.
No debería ser demasiado largo, porque corre el riesgo de diluir el mensaje. No se puede reducir
demasiado, de lo contrario el mensaje pasará desapercibido. No debe ser pomposo, pero debe incluir sus
fragmentos de sonido para reiterar su mejor argumento y las instrucciones que señ ala.
No olvides que la conclusió n son tus ú ltimas palabras con esas personas, en esa ocasió n. También es una
oportunidad para que haga una fuerte declaració n de su confianza en la victoria, la esperanza en la
resolució n de problemas y su disposició n a enfrentar desafíos.
En conclusió n, también debe buscar profundizar y reforzar esa unidad con el pú blico que el discurso
busca establecer. Unidad basada en objetivos e intereses compartidos, pero también en sentimientos
comunes.
Son estos sentimientos fuertes, de naturaleza positiva o negativa, los que los votantes albergan
(esperanza, indignació n, optimismo, miedo, deseo de cambiar y cosas similares) que debes explorar para
identificarte con ellos.
La identificació n entre el líder político y sus partidarios, la condició n de su representante, la capacidad de
interpretar mejor la intensidad de esos sentimientos mejor que ellos, se consuma mediante una oratoria
má s emocional y afectiva.
La conclusió n, por lo tanto, es una mezcla de argumentos racionales (resumen de la idea central del
discurso) y emoció n y sentimientos (identificació n con el pú blico).
Esta es una combinació n sutil y delicada, cuyo énfasis varía de un auditorio a otro, de un momento a otro.
Véanse, por ejemplo, algunas conclusiones utilizadas en discursos famosos:

Lincoln - La unidad construida sobre la tragedia: los muertos de la Guerra Civil - Discurso de Gettysburg.
"Somos nosotros quienes debemos dedicarnos a la gran tarea que aú n nos queda por delante (...) que
estamos resueltos a no permitir que estos muertos hayan muerto en vano, para que esta nació n bajo Dios
pueda tener un nuevo nacimiento de libertad, y que ese gobierno del pueblo, por el pueblo y para el
pueblo no desaparece de la faz de la tierra ".

John F. Kennedy presidente de los E. U.


“Por eso mis hermanos estadounidenses no preguntan qué puede hacer tu país por ti. Pregunta qué
puedes hacer por tu país. Mis hermanos en el mundo: no pregunten qué hará América por ustedes, sino
qué juntos podemos hacer por la libertad del hombre "

Charles de Gaulle ex primer ministro de Francia.


"Yo, general De Gaulle, actualmente en Londres, invito a oficiales y soldados franceses que se encuentran
en territorio britá nico, o que acuden a él, con o sin armas, invito a ingenieros y trabajadores, especialistas
en las industrias de armamentos, que está n en territorio britá nico o que vienen a él, que está n en
contacto conmigo.
"Pase lo que pase, la llama de la resistencia francesa no debe apagarse, y no se apagará ".

Martin Luther King Tengo un sueñ o

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“Cuando permitamos que suene la campana de la libertad, cuando dejemos que suene en cualquier
ciudad en cualquier estado, estaremos preparados para levantarnos este día, y todos los hijos de Dios,
blancos o negros, judíos o gentiles, protestantes o cató licos, se dará n la mano para cantar una vieja
canció n religiosa negra: al fin libre. De cualquier forma, libres. Gracias al Señ or todopoderoso. Somos
libres por fin "

Robespierre , abogado escritor, orador y político francés apodado el incorruptible.


“Por lo tanto, le propongo que adopte un decreto de inmediato para determinar el destino de Louis. Pido
que la Convenció n lo declare un traidor al pueblo francés y un criminal contra la humanidad. Pido que
demos un gran ejemplo para todo el mundo, en el mismo lugar donde, el 10 de agosto, perecieron los
generosos má rtires de la libertad ".

Basilio Machado abogado y político brasileñ o


“Entonces, no necesitamos símbolos en esta fiesta. Afirmamos el principio y concluimos con una
protesta. El principio dirá : la esclavitud es la negació n de Dios, la apostasía del derecho, la herejía de la
razó n, la traició n del patriotismo, la delincuencia de la ley, la inmoralidad en la familia, la vergü enza en la
patria ".
“La protesta crecerá : la libertad no permite transacciones; y, debido a que no compite por la herencia
acumulada con el sudor de los esclavos, pide una reparació n inmediata por el crimen secular "

George Jacques Danton abogado y político francés, con un papel importante en la Revolució n francesa
guillotinado en 1794
“La alarma que debemos hacer sonar no es la alarma de peligro; nos convoca a enfrentar a los enemigos
de Francia. Para la victoria necesitamos audacia, aú n má s audacia, siempre audacia. Y la seguridad de
Francia estará asegurada ".

Napoleó n en Austerlitz
"Soldados: después de haber hecho todo lo necesario para garantizar la felicidad y la prosperidad de
nuestra patria, los llevaré de regreso a Francia y allí los cuidaré con cuidado paternal". Entonces, será
suficiente que digan "Estuve en la batalla de Austerlitz" para que todos respondan "Es un valiente"

Mujica ONU

Es posible arrancar la indigencia del mundo y marchar a la estabilidad, es posible que el futuro lleve la
vida a la galaxia y el hombre, animal conquistador, continú e con su inclinació n antropoló gica, pero ….
necesitará gobernarse como especie o sucumbirá .
Eva Peró n su ultimo discurso

Por eso la victoria será nuestra, tendremos que alcanzarla cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Yo no
quise ni quiero nada para mi, mi gloria es y será siempre el escudo de Peró n y la bandera de mi pueblo y
aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo se que ustedes recogerá n mi nombre y lo llevará n como
bandera a la victoria.

Yes, we can Barack Obama

Y ahora que dejamos este gran estado, empujados por un nuevo viento, y retomamos el camino a través
de este país al que amamos con el mensaje que hemos llevado desde los llanos de Iowa a las colinas de
New Hampshire, del desierto de Nevada a la costa de Carolina del Sur; el mismo mensaje que teníamos en
los buenos y en los malos momentos.
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Que aun siendo muchos, somos uno, que mientras respiremos, tendremos esperanza, y que donde nos
encontremos con el cinismo y la duda y con aquellos que nos dicen que no se puede, responderemos con
ese símbolo eterno que resume el espíritu de un pueblo en tres sencillas palabras:
Sí. Se puede

Salvador Allende en su ú ltimo discurso antes de suicidarse


Siempre estaré junto a ustedes, por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la
patria. El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar
pero tampoco puede humillarse. Trabajadores de mi patria, tengo fe en Chile y su destino. Superará n
otros hombres este momento gris y amargo en que la traició n pretende imponerse. Sigan ustedes
sabiendo que mucho má s temprano que tarde, de nuevo se abrirá n las grandes alamedas por donde pase
el hombre libre para construir una sociedad mejor. Viva Chile! Viva el pueblo! Vivan los trabajadores!
Estas son mis ú ltimas palabras y tengo la certeza que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza que
por lo menos, será una lecció n moral que castigará la felonía, la cobardía y la traició n.

Planeando la Conclusió n:
El propó sito de la Conclusió n es resumir la totalidad del discurso en unas cuantas palabras. Para ello,
debe darse a la audiencia una sensació n de terminació n, resumiendo el contenido del cuerpo del discurso
y/o incitando a la audiencia a la acció n.
Aunque la Conclusió n debe lograr sus tres objetivos, cualquiera de ellos puede ser suficiente para cumplir
con las necesidades de un discurso en particular.
Con el fín de brindar a la Audiencia un sentido de finalidad o integridad, la conclusió n deber ser diseñ ada
adecuadamente para tener un balance con la introducció n.
Recordemos que, una vez que el cuerpo del discurso está completo, entonces, es posible determinar
cuá les será n una Introducció n y una Conclusió n apropiadas.
Nunca deberá n ser demasiado largas ni demasiado cortas.
Evite el anti-clímax. No existe nada peor para una Audiencia que pensar que el Orador está concluyendo y
de pronto reinicia con algo nuevo o no acaba de terminar nunca.
Una vista previa de su discurso le ayudará a evitar estos anti-clímax.
Aquí tiene algunas sugerencias para dar una sensació n de finalidad e integridad:
 Una frase significativa: Reserve una frase particularmente efectiva de alguna de sus mejores
fuentes y ú sela como base de su conclusió n.
 Una declaració n estadística: “Ú nicamente 5,500 niñ os son ahora patrocinados a través de la
Federació n Salvemos a los Niñ os. Só lo 5,500.”
Pensemos en los miles que aú n necesitan ayuda. ¿No existen má s de 5,500 familias en el país que pueden
permitirse compartir una pequeñ a cantidad de sus ingresos con un pequeñ o en situació n precaria en el
extranjero?”
 Un ejemplo montado: “Déjenme contarles una historia antes de terminar. Esta es la historia de
Stella Saradari de Serres, Grecia.
Su padre murió combatiendo a los comunistas en las montañ as de Grecia; su madre trabaja como
empleada doméstica. Stella, su hermano Constantine y su madre viven en un só lo cuarto. Su casa se
derrumbó tras un invierno particularmente duro, y tuvo que ser reconstruido por sus vecinos…”
La Conclusió n de todo Discurso debe resumir su contenido.
Si Usted le dice a su Pú blico en su Introducció n qué es lo que debe esperar de su Discurso diciendo “Voy a
hablarles acerca de tres situaciones”;
Si Usted señ ala a la Audiencia en el cuerpo de su discurso en qué momento está hablando sobre cada uno
de estos puntos diciendo “Primero, hablaremos de…”; y si, en conclusió n usted dice “Ahora, hemos
cubierto tres puntos acerca de…” su pú blico no podrá má s que tener una idea clara de su mensaje.

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Si esto suena demasiado bá sico para Usted, recuerde que se encuentra altamente familiarizado con el
contenido de su discurso y ha revisado su material repetidamente.
Su Audiencia, por el contrario, no ha tenido esta oportunidad. Si da a su Audiencia tres oportunidades de
revisar su estructura principal (una vez en la Introducció n, una vez en el cuerpo y una vez en la
conclusió n), no deberá preocuparse de que se produzcan malos entendidos..
Las Conclusiones sugeridas resumirá n su contenido en un gran nú mero de casos. Pero, su Idea Central
será aú n má s clara si ademá s revisa para su Pú blico el contenido de las partes principales de su Discurso.
Si no es organizado, no podrá realizar dicho resumen.
La conclusió n deberá solicitar a la audiencia de forma clara y contundente las acciones que usted espera
de ella, cuidado con terminar el discurso solamente con buenos deseos, aproveche y haga que la
audiencia perciba que utilizó su tiempo eficiente y productivamente y que usted tuvo el cuidado de no
hacerla inú til.

EL CIERRE O CONCLUSIÓ N DEL DISCURSO


Nos quedaba pendiente ofrecerle a nuestros estudiantes y cibernautas consideraciones sobre el cierre del
discurso. La conclusió n es la parte final, en ella el orador hace un breve resumen de lo tratado,
mencionando los puntos má s importantes de la exposició n o realizando recomendaciones que se
desprenden del tema central. La conclusió n es un elemento estratégico pues lo que se dice queda
sonando en los oídos del pú blico y tiene mayor probabilidad de quedar en la memoria. Para efectos de
conclusió n y/o despedida, recomendamos las siguientes 5 formulas:
Fraseoló gico:
Se puede culminar mencionando una frase célebre o algunas palabras Impactantes o motivadoras. Por
ejemplo: “Y ya para terminar permítanme decirles que, ‘el éxito está compuesto de 1 % de inspiració n y
de 99 % de transpiració n’, Muchas gracias.”
Con vivas o hurras:
Esta es una forma de conclusió n que tiene por objeto dejar motivados a los oyentes a través de su
participació n activa y “cantada”. Por ejemplo: _ “Y ya para terminar, queridos amigos: ¡Viva la oratoria!”_
¡Viva! -contesta el pú blico. _ “¡Viva el éxito!” _ ¡Viva! –vuelven a contestar los oyentes.
Por respuesta del pú blico:
En esta modalidad el orador hace una serie de preguntas al auditorio para que le contesten a través de un
“Si” o un “No”. Las preguntas deben ser siempre de corte positivo. Por ejemplo: _ Señ ores, ¡¿somos los
mejores?! _ ¡Si! -responde el pú blico. ¡¿Somos triunfadores?! _ ¡Si! -vuelve a contestar el auditorio.
Por agradecimiento:
El orador culmina su exposició n agradeciendo a los organizadores, auspiciadores, pú blico presente y
algunas veces a los oradores que lo antecedieron. Ejemplo: _ “Y para culminar quiero expresar mi
agradecimiento a la Cá mara de Comercio por haber permitido mi presencia esta noche… Hasta pronto”
Mixto:
Es una forma que combina indistintamente los diferentes tipos de conclusiones existentes. Pueden
mezclarse una forma fraseoló gica con una de agradecimiento.
Conclusiones de un discurso
Las conclusiones de un discurso tienen como propó sito resumir todo el discurso. Para ello el
hablante debe dar a entender que la charla ha terminado. La conclusió n del discurso es un elemento
estratégico, la audiencia se quedará con lo ú ltimo que ha escuchado, pues será lo que má s le repercutirá
en un futuro y hay mayor probabilidad de que lo guarden en su memoria. Por esto elegir un tema para un
discurso es importante ya que la temá tica del discurso quedará patente en la audiencia.
A continuació n trataremos unos consejos para terminar un discurso. Principalmente, resumir el
contenido ayuda bastante, sobre todo, su idea central será aú n má s clara si la vuelve a repetir al final del
discurso. De esta manera las personas entenderá n su idea principal a base de repeticiones pero con
diferentes explicaciones. Si el discurso en todo el transcurso no ha sido organizado, el realizar un
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resumen breve de todo lo anterior no le servirá puesto que el pú blico no ha prestado atenció n. Si
consideras que hacer un discurso es difícil investiga los  consejos para escribir un discurso que
proporcionamos y que ayudará n a tener un discurso bien estructurado con todas las partes del
discurso organizadas para que llame la atenció n del pú blico.
Terminar un discurso de forma potente provocará que se quede en la memoria del pú blico, así que aparte
de seguir los siguientes consejos para terminar un discurso, utiliza citas fuertes, vídeos, imá genes o
cualquier historia o anécdota que haga del final algo potente y agradable.
7 consejos para terminar un discurso
El pú blico necesita de un pie para que entiendan que está s concluyendo, sabiendo el oyente que vas a
terminar, te planteamos varios consejos para terminar un discurso que puedes llevar a tu terreno, estas
son unas características de la conclusió n de un discurso que segú n la persona y la situació n son má s o
menos funcionales.

1. Resumir todo lo hablado. Resumamos todos los puntos claves o que mayor hincapié has realizado
durante el discurso. No significa contarlo de nuevo, es una pincelada, un resumen muy rá pido.

2. Plantear propuesta o acció n. Esto sirve para que el pú blico se motive a realizar lo que has pedido.
Si tu discurso trata de persuadirlos o de conseguir algo, plantéalo al pú blico.

3. Cierre con cita o anécdota. Si en la introducció n contaste una anécdota o una cita vuélvela a
mencionar, de esta manera cierras el circula demostrando que tu discurso está estructurado.

4. Proponer una solució n. Puedes plantear una solució n ayudá ndote de los datos y argumentos ya
comentados en  el discurso, pero marca la diferencia hablando de los beneficios de esa solució n.

5. Agradecer la atenció n prestada. Siempre al finalizar un discurso, aunque sea de manera breve hay
que dar las gracias a las personas que te han escuchado.

6. Evitar tó picos. Si terminas un discurso con “Esto es todo” o “Veo que está is cansados, voy a
terminar”, lo ú nico que demuestra es que no has podido llegar a la audiencia. No les has impactado
y eso hará que olviden tus palabras.

7. Recibir y contestar preguntas. Dejar las preguntas para el final no siempre es bueno, pues depende
del pú blico y de sus preguntas el có mo dar por concluido el discurso. Si te preguntan algo y
consigues responder exitosamente es bueno para ti, pero si resulta al revés, tu discurso será
negativo.

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