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Unidad 2 / Escenario 4

Lectura Fundamental

Seguridad jurídica

Contenido

1 Presupuestos de la seguridad jurídica

2 ¿Qué es seguridad jurídica?

3 Principio de seguridad jurídica según la Corte Constitucional

4 La cosa juzgada

5 Causas que afectan la seguridad jurídica

Palabras clave:
Seguridad jurídica, cosa juzgada, derecho, ley
Introducción
Cuando se habla de seguridad jurídica se debe tener en cuenta el modelo de Estado dentro del
cual este concepto es aplicable, es decir, el modelo democrático, pues es en este dónde se le debe
garantizar al ciudadano el acceso a la ley y su aplicación. La seguridad jurídica se entiende como
principio dentro del Estado de derecho, puesto que a través de la misma se plantean los parámetros
que permiten a una sociedad vivir en un entorno de convivencia pacífica donde la obediencia al
Derecho es una consecuencia razonable cuando se piensa en generar condiciones de igualdad y
libertad para los ciudadanos.

1. Presupuestos de la seguridad jurídica


Para que este principio se lleve a cabo se deben tener en cuenta las siguientes condiciones:

Figura 1. Condiciones para la seguridad jurídica

Fuente: Elaboración propia (2017)

La Corte constitucional en la sentencia T-227/94 reconoce los principios de seguridad jurídica como
se muestra en la figura 2.

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PRINCIPIO DE SEGURIDAD JURIDICA/IUS GENTIUM

Toda la costumbre tiende, inexorablemente, a fortalecer el principio de seguridad jurídica, como


expresión máxima del ius gentium.Es por ello que las formalidades y procedimientos tienden a ser
un ritual que vivifica el principio de seguridad jurídica, de manera que todos saben que, al obedecer
ciertas prácticas formales comunes, se efectivizan las garantías del hombre. El principio de seguridad
jurídica solo tiene lugar entre los hombres libremente constituidos bajo la forma de Estado. Todo lo
que tiende al orden social justo es una forma de estabilizar la libertad humana puesta en relación.
Las autoridades sólo pueden hacer aquello que esté permitido por la ley -de manera que no pueden
crear formas jurídicas-, al paso que los particulares pueden hacer todo aquello que no esté prohibi-
do legalmente. Mientras en el Estado de Derecho el particular es creativo, las autoridades solo son
aplicativas.

Figura 2. Principio de seguridad jurídica/ius Gentium

Fuente: Corte Constitucional. Sentencia No. T-227/94

2. ¿Qué es seguridad jurídica?


La seguridad jurídica se refiere a la certeza sobre la estabilidad del ordenamiento jurídico aplicable
y los intereses jurídicamente tutelados, interdicción de la arbitrariedad, de modo que permite en el
ciudadano tener una expectativa razonablemente fundada en cuál ha de ser la actuación del poder en
la aplicación del Derecho.

La seguridad jurídica se entiende desde las siguientes dimensiones:

1. Es la certeza de la actuación y previsibilidad del Estado, de sus agentes y sus ciudadanos.

2. Es la certeza y estabilidad del sistema jurídico mismo.

3. Es la seguridad que resulta del Derecho, dispuesto en las normas.

3. Principio de seguridad jurídica según la Corte Constitucional


Sobre la seguridad jurídica se consigna en la sentencia T-502 de 2002: “3. La seguridad jurídica es
un principio central en los ordenamientos jurídicos occidentales”. La Corte ha señalado que este

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principio ostenta rango constitucional y lo ha derivado del preámbulo de la Constitución y de los
artículos 1, 2, 4, 5 y 6 de la Carta. La seguridad jurídica es un principio que atraviesa la estructura
del Estado de Derecho y abarca varias dimensiones. En términos generales supone una garantía de
certeza.

Esta garantía acompaña otros principios y derechos en el ordenamiento. La seguridad jurídica no es un


principio que pueda esgrimirse autónomamente, sino que se predica de algo. Así, la seguridad jurídica
no puede invocarse de manera autónoma para desconocer la jerarquía normativa, en particular frente
a la garantía de la efectividad de los derechos constitucionales y humanos de las personas.

En materia de competencias, la seguridad jurídica opera en una doble dimensión. De una parte,
estabiliza (sin lo cual no existe certeza) las competencias de la administración, el legislador o los
jueces, de manera que los ciudadanos no se vean sorprendidos por cambios de competencia. Por
otra parte, otorga certeza sobre el momento en el cual ocurrirá la solución del asunto sometido a
consideración del Estado.

En el plano constitucional ello se aprecia en la existencia de términos perentorios para adoptar


decisiones legislativas (C.P. arts. 160, 162, 163, 166, entre otros) o constituyentes (C.P. Art.
375), para intentar ciertas acciones públicas (C.P. art. 242 numeral 3), para resolver los juicios de
control constitucional abstracto (C.P. art. 242 numerales 4 y 5). En el ámbito legal, las normas de
procedimiento establecen términos dentro de los cuales se deben producir las decisiones judiciales
(Códigos de Procedimiento Civil, Laboral y de seguridad social, penal y Contencioso Administrativo),
así como en materia administrativa (en particular, Código Contencioso Administrativo).

La existencia de un término para decidir garantiza a los asociados que puedan prever el momento
máximo en el cual una decisión será adoptada. Ello apareja, además, la certeza de qué cambios
normativos que ocurran con posterioridad a dicho término no afectará sus pretensiones. En otras
palabras, que existe seguridad sobre las normas que regulan el conflicto jurídico o la situación jurídica
respecto de la cual se solicita la decisión. Ello se resuelve en el principio según el cual las relaciones
jurídicas se rigen por las normas vigentes al momento de configurarse dicha relación, que, en buena
medida, se recoge en el principio de irretroactividad de la ley; en materia penal, debe señalarse, existe
una clara excepción, por aplicación del principio de favorabilidad, que confirma la regla general.

Al considerarse, en el ámbito de la certeza y estabilidad jurídica (seguridad jurídica), la existencia


de precisos términos para que la administración o el juez adopten decisiones y el principio de
conocimiento de las normas aplicables al caso concreto, se sigue que dichos términos fijan
condiciones de estabilización respecto a los cambios normativos. De ahí que, durante el término
existente para adoptar una decisión, la persona tiene derecho a que sean aplicadas las normas

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vigentes durante dicho término. No podría, salvo excepcionales circunstancias en las cuales opera la
favorabilidad o por indiscutibles razones de igualdad, solicitar que se le aplicaran aquellas disposiciones
que entren en vigencia una vez se ha adoptado la decisión. Es decir, una vez vencido el término fijado
normativamente para adoptar una decisión opera una consolidación de las normas jurídicas aplicables
al caso concreto. Consolidación que se torna derecho por razón del principio de seguridad jurídica y,
además, constituye un elemento del principio de legalidad inscrito en el derecho al debido proceso.

4. La cosa juzgada
Al respecto, Couture (1978) señala lo siguiente:

Además de la autoridad, el concepto de cosa juzgada se complementa con una medida de eficacia.
Esa medida se resume en tres posibilidades (…) la inimpugnabilidad, la inmutabilidad y la coercibilidad.
La cosa juzgada es inimpugnable, en cuanto la ley impide todo ataque ulterior tendiente a obtener la
revisión de la misma materia: non bis in eadem. Si ese proceso se promoviera, puede ser detenido en su
comienzo con la invocación de la propia cosa juzgada esgrimida como excepción. También es inmutable
o inmodificable. (…) La inmodificabilidad de la sentencia consiste en que, en ningún caso, de oficio o a
petición de parte, otra autoridad podrá alterar los términos de una sentencia pasada en cosa juzgada.

La coercibilidad consiste en la eventualidad de ejecución forzada. Tal como se expondrá en su


momento, la coerción es una consecuencia de las sentencias de condena pasadas en cosa juzgada.
Pero esa consecuencia no significa que toda sentencia de condena se ejecute, sino que toda sentencia
de condena es susceptible de ejecución si el acreedor la pide

De acuerdo con el concepto que Couture, se puede concluir que la cosa juzgada es un elemento
fundamental para garantizar la seguridad jurídica, es decir, una vez se hallan recorrido todas las
instancias de un proceso, y las partes hayan agotado todos sus recursos, el juez de última instancia
expedirá un fallo en derecho, y con esto, dará por finalizada la situación jurídica que se llevó a su
conocimiento.

5. Causas que afectan la seguridad jurídica


Puesto que el principio de seguridad jurídica no es absoluto y las condiciones de interpretación
jurídica hacen que la predictibilidad de determinado proceso sea variable, aumentan los casos en que

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este principio no se sostiene. A esto se le debe sumar la tensión actual entre la ley como fuente de
derecho y su aplicación.

Estas son las principales causas que impiden el cumplimiento del tal principio:

• Exceso de legislación

• Aplicación arbitraria de las normas

• Legislación contradictoria

• Interpretación de los precedentes judiciales y la ley

• La constitucionalización del derecho

5.1. Exceso de legislación:

De los constantes cambios normativos surgen normas producidas en gran cantidad, insuficiente
calidad y generan incertidumbre en cuanto a la vigencia.

Dentro de las distintas cualidades deseables de los sistemas jurídicos en los Estados democráticos
está su predictibilidad y coherencia de las decisiones judiciales. Los ciudadanos esperan que, en
todo caso, ante la existencia de asuntos análogos en sus hechos jurídicos relevantes, los jueces
otorguen decisiones igualmente similares.

No basta, por ende, que se esté ante la estabilidad y coherencia de las reglas del Derecho
legislado, sino también ante la ausencia de arbitrariedad en las decisiones judiciales. Esto se
logra a partir de dos vías principales: (i) el reconocimiento del carácter ordenador y unificador
de las subreglas creadas por los altos tribunales de justicia, como la Corte Suprema de Justicia,
el Consejo de Estado y la Corte Constitucional; y (ii) la exigencia que las decisiones judiciales
cumplan con las condiciones propias de todo discurso racional, esto es, que (a) incorporen todas
las premisas obligatorias para la adopción de la decisión, esto es, las diversas fuentes formales
de derecho, otorgándose prevalencia a aquellas de superior jerarquía, como la Constitución;
(b) cumplan con reglas mínimas de argumentación, que eviten las falacias y las contradicciones;
(c) sean consistentes con las demás decisiones adoptadas por el sistema judicial, de modo que
cumplan con el requisito de predictibilidad antes anotado.

Figura 3. Exceso de legislación

Fuente: Corte Constitucional Sentencia C-634/11

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Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado, el discurso jurídico influye en la existencia de
seguridad jurídica, así como su ausencia. A continuación, se ilustra la estructura de este discurso.

Figura 4. Estructura del discurso jurídico

Fuente: Elaboración propia (2017)

5.2. Legislación contradictoria:

Esta se debe, entre otras razones, al irrespeto a la división de poderes por parte de los funcionarios
públicos y a la jerarquización normativa.

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5.3. Interpretación de los precedentes judiciales y la ley:

La incertidumbre sobre el fundamento de las decisiones judiciales no permite asegurar la prelación por
el precedente o el texto de las normas legales, así como la estabilidad en tanto temporalidad.

La falta de seguridad jurídica de una comunidad conduce a la anarquía y al desorden social,


porque los ciudadanos no pueden conocer el contenido de sus derechos y de sus obligaciones.
"Si en virtud de su autonomía, cada juez tiene la posibilidad de interpretar y aplicar el texto de
la ley de manera distinta, ello impide que las personas desarrollen libremente sus actividades,
pues al actuar se encontrarían bajo la contingencia de estar contradiciendo una de las posibles
interpretaciones de la ley."

Figura 5. La falta de seguridad jurídica

Fuente: Corte Constitucional. Sentencia C-836/01

5.4. La constitucionalización del derecho

Entendida esta como la tendencia a decidir todas las cuestiones jurídicas con base en los principios
constitucionales que, a juicio de cada fallador, se encuentran inmersos en cada caso, dando así campo
a un nivel de incertidumbre con respecto a la actuación discrecional del juez, que parece atentar
severamente contra la seguridad jurídica.

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Referencias
Arrázola Jaramillo, F. (junio, 2014). El concepto de seguridad jurídica, elementos y amenazas ante
la crisis de la ley como fuente del derecho. Revista de Derecho Público, 32. Recuperado de: https://
derechopublico.uniandes.edu.co/components/com_revista/archivos/derechopub/pub404.pdf

Colombia. Corte Constitucional. (1994) Sentencia T-227-94. Recuperado de: http://www.


corteconstitucional.gov.co/relatoria/1994/T-227-94.htm

Colombia. Corte Constitucional. (2001) Sentencia C-836-01. Recuperado de: http://www.


corteconstitucional.gov.co/relatoria/2001/C-836-01.htm

Colombia. Corte Constitucional. (2011) Sentencia C-634-11. Recuperado de: http://www.


corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2011/C-634-11.htm

Couture, E.J. (1999). Fundamentos de Derecho procesal. Civil. Montevideo: Facultad de ciencias
sociales.

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INFORMACIÓN TÉCNICA

Módulo: Introducción al Derecho


Unidad 2: La Política y el Derecho
Escenario 4: Elementos propios del ordenamiento
jurídico - Parte II

Autor: Angela Cristina Villate Moreno

Asesor Pedagógico: Juan Felipe Marciales M.


Diseñador Gráfico: Nicolás Jiménez Osorio
Asistente: Laura Andrea Delgado Forero

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