Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La danza moderna es una expresión corporal artística que nace de la interpretación y visión del
bailarín o coreógrafo. Sus movimientos son una expresión libre y fluida de estados, emociones,
metáforas o ideas abstractas.
En las primeras dos décadas del siglo XX precursoras de la danza moderna como
Loie Fuller, Isadora Duncan y Ruth St. Denis se rebelaron contra las reglas rígidas del ballet
clásico. Eliminaron el concepto que se tenía de la danza como entretenimiento. Reclamaron la
danza como una expresión artística del creador.
La danza moderna rompe con las reglas y criterios del ballet clásico. No sigue pasos ni
movimientos estructurados de antemano. A diferencia del ballet clásico—cuyos movimientos son
aéreos y elevados—la danza moderna se arraiga más en la tierra.
A principios del siglo XX, el mundo empezó a experimentar cambios drásticos a nivel social,
político y económico. La era agrícola quedó atrás en muchos países europeos y en Estados
Unidos.
La industrialización echó raíces en la economía. Las monarquías de antaño perdieron su poder
totalitario.
Entonces, la danza moderna—una danza que busca la libre expresión del creador—surjió en este
ambiente de cambios drásticos. Bailarines, tanto en Europa como en Estados Unidos, comenzaron
a experimentar con nuevas formas de danza que no respondían a ninguna regla establecida.
Ritmo A pesar de que la danza moderna no está asociada a ningún tipo de música, la
danza moderna utiliza el ritmo en su composición. El bailarín puede jugar con diferentes
patrones rítmicos en sus movimientos, ya sea con música o sin música.
Calzado En la danza moderna se baila casi siempre descalzo. Pero también se puede
bailar con el tipo de zapato que requiera la coreografía en específico.
La danza contemporánea no se rige por reglas ni técnicas. Más bien es una danza que se rige por
una filosofía que enfatiza la expresión más auténtica en el movimiento.
Los bailarines de danza contemporánea usan todo su cuerpo de una manera natural y orgánica.
Pueden incluso usar la voz en las danzas.
La danza contemporánea se confunde a menudo con danza moderna. Sin embargo, son dos
géneros diferentes. La danza moderna utiliza técnicas de danza que se desarrollaron durante la
primera mitad del siglo XX y la danza contemporánea se empieza a desarrollar a mediados de los
años cincuenta.
En esa época un grupo de bailarines en Estados Unidos empezó a crear danzas que rompían con
algunos criterios de la danza moderna.
Empiezan a cuestionar qué es danza. Deciden que cualquier movimiento de la vida cotidiana
puede ser considerado danza y que una persona no necesita tener un entrenamiento técnico para
expresar la danza como arte.
Es difícil definir la danza contemporánea actual. La danza contemporánea actual no tiene un estilo
definido ni uniforme. Es un género fluido que no se limita a ninguna técnica ni estilo. Se mantiene
en constante transformación y renovación. Puede ser abstracta o narrativa. Puede expresar
emociones o no. Se puede bailar con música o sin música. Puede utilizar cualquier tipo de música.
A menudo la música es simplemente un elemento de fondo o es un elemento ritmicamente
independiente del baile.
A diferencia de los bailarines de la danza postmoderna de los años sesenta, los bailarines de la
danza contemporánea actual no se rebelan necesariamente contra las técnicas de la danza
moderna ni el ballet. Algunos utilizan estas técnicas, otros las transforman y otros las ignoran por
completo.
Al igual que la danza moderna, la danza contemporánea tiene una filosofía de libre expresión que
enfatiza la conexión entre el cuerpo y la mente en la danza.
FUENTES:
http://baile.about.com/od/Danza-moderna/a/Que-Es-Danza-Contemporanea.htm
https://es.wikipedia.org/wiki/Danza_contempor%C3%A1nea
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
De “Proposiciones en torno a la Historia de la Danza”
Carlos Pérez Soto
Profesor de Historia de la Danza
Universidad de Arte y Ciencias Sociales
Santiago - Chile
El estilo moderno está íntimamente relacionado con una estética de la expresión, es decir, con la
idea de que lo que constituye a una obra de arte es el hecho de que exprese o comunique algo:
ideas, sentimientos o emociones respecto de lo que quería referir, en el mundo o en él mismo.
Contra este subjetivismo se rebeló en primer lugar Merce Cunningham. Una obra de arte no
tiene porqué referir a algo que no sea ella misma y, menos aún, referir a la subjetividad o al mundo
interno y privado del autor. El principal tema de una obra de arte es ella misma, sus medios
expresivos (aunque no se proponga expresar nada), sus recursos formales: El asunto real en
danza es el movimiento, no el relato, no el mensaje, no el mundo interior del coreógrafo, ni
siquiera la música.
Mientras los modernos bailan para la gente (para los obreros, para los campesinos, para la
política), la vanguardia, en sus expresiones más políticas, baila con la gente. No frente a ellos sino
entre ellos, con ellos.
Desde luego la obra deja de ser un espacio especial, acabado, donde todo ya está previsto
y “al servicio de”. Se impone la improvisación a toda escala. No sólo como forma de apresto, no
sólo como técnica de composición (improvisar frases y luego fijarlas) sino la improvisación en
directo, en la obra misma. Las obras nunca ocurren de la misma manera, tienen una vida propia,
van cambiando o incluso mueren. Se trata de obras efímeras, que se rebelan contra la idea de
arte trascendente y de la presentación de danza como momento espacial, que son comunes al
estilo moderno y al académico. Consistentes con eso no hay repertorios, ni compañías estables ni,
mucho menos, diferencias jerárquicas entre bailarines, o entre bailarines y coreógrafos.
Hay academicismo, como tendencia, cada vez que se privilegia de manera notoria una
corporalidad particular, caracterizada por la fuerza, la destreza, las convenciones de la levedad, y
un ejercicio articulado del movimiento. Cuando se tiende a hacer invisible la respiración, la
transpiración, el esfuerzo. Cuando la destreza gimnástica se trabaja con mayor énfasis que la
expresividad. Cuando aparece o se pone un énfasis particular en la técnica, ya sea como técnica
de enseñanza, de ejecución o de composición. Hay academicismo en la puesta en escena cuando
se privilegia notoriamente la danza por sobre la integración o fusión de las artes, cuando se
introduce lo decorativo o el énfasis en la musicalidad estricta. Hay también academicismo cuando
se tiende a una estética de lo bello, con gran énfasis en la visualidad y con un cuidado particular
por la simetría y el equilibrio.
Se pueden encontrar ejemplos de estas tendencias en autores modernos como Alvin Ailey, en
las obras de Maurice Béjart, pero sobre todo en las compañías que han surgido de autores
modernos, que tienden a estilizar y a estetizar las obras originales en sus nuevos montajes. Es el
caso de las compañías de Martha Graham, José Limón, o el caso de Anna Markand, hija y
continuadora de Kurt Jooss.
Hay modernismo, como tendencia, cada vez que se enfatiza la flexibilidad y la fluidez corporal
por sobre la hegemonía de la técnica, cuando se enfatiza el trabajo con el peso, en y hacia el piso,
cuando se privilegia la expresividad por sobre la destreza corporal y las simetrías visuales.
Cuando se pone un cuidado particular en la integración de las artes en la escena, y se procura dar
realce al contenido a través de esa integración. Cuando se tiende a disminuir los elementos
decorativos y los protagonismos centrados en destrezas para enfatizar la eficacia narrativa y la
fluidez y coherencia de las obras.
Las propuestas de Michel Fokine, derivadas de Alexander Gorski, son el gran ejemplo de
modernismo en el estilo académico y, como resultado quizás Petrouchka y El Pájaro de Fuego. En
el mismo sentido pueden citarse como ejemplos a Serge Lifar, Roland Petit y Maurice Béjart.
Pero pueden mostrarse también ejemplos de modernismo en los autores de vanguardia, sobre
todo en la reintroducción de la narratividad y la musicalidad. Es el caso de Bill T. Jones, de Mark
Morris o Lloyd Newson y el DV8.
Si los años 20 y 30 son los del “académico modernista”, al revés, los años 80 son los de la
“modernización de las vanguardias”. Sospecho que una investigación más profunda que las que
hay disponibles hasta hoy mostraría esa “vanguardia modernizada” también en los años 30 en las
obras de Valeska Gert o Maya Lex, en Alemania, o en los años 40 en Sophie Maslow o Jane
Dudley en USA, y en muchos otros autores que habían tenido una postura mucho más radical en
el período inmediatamente anterior.
Hay vanguardismo, como tendencia, cada vez que se impugnan de manera radical las
convenciones generales que enmarcan a los estilos académico y moderno, y que delimitan
también a la danza como arte en la modernidad. En primer término las convenciones en torno a la
corporalidad y el movimiento. Cuando toda corporalidad se considera válida, dentro y fuera del
arte, cuando todo tipo de movimientos se consideran como recursos posibles. Hay vanguardismo
cuando se tienden a borrar las diferencias entre el espacio escénico y el público, entre el arte y la
vida, entre las diversas artes. Cuando se impugnan las relaciones jerárquicas entre coreógrafos,
intérpretes y públicos. Cuando se plantean cuestionamientos radicales a las lógicas de lo bello y lo
expresivo.
Atte.,
Wilma Galleguillos.