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Galileo y la torre de Pisa:

de una vez por todas

Gabriel Echávez Aldape

División de Estudios de Posgrado


Facultad de Ingeniería
Universidad Nacional Autónoma de México

Tal vez el experimento más famoso de la historia es el supuestamente realizado por Gali-
leo, sobre la caída de los cuerpos, desde la torre de Pisa en el siglo XVI. La persistencia
de este experimento en el recuerdo posiblemente se deba no sólo a su sencillez, sino a
la incómoda sensación de que se ha aceptado, o simulado aceptar, un resultado falso
y contra el sentido común más elemental, para satisfacer los deseos de algún profesor
-aunque con la sensación de que él tampoco estaba del todo convencido- y cubrir las
necesidades de lo que se requiere para ser una persona enterada. Podría pensarse
que este desconcierto se debe a que el experimento de Galileo ha sido un problema
tratado por historiadores, que aunque hábiles en desenterrar parentescos y conflictos
familiares de los escombros de la historia, difícilmente saben qué es, no se diga, la masa
virtual, sino ni siquiera la palanca de tercer grado; o bien, a que ha sido abordado por
teóricos, que preocupados con problemas que se desarrollan a escalas increíblemente
grandes o pequeñas, discurren soluciones también difíciles de creer -como la de las
supercuerdas, los monopolos o los hoyos negros. Sin embargo, si se considera que
tanto unos como otros son, innegablemente, personas preparadas y concienzudas, a las
que seguramente les consta (o al menos les pareció razonable) lo que escribieron, surge
el interés por revisar una vez más el fenómeno, recurriendo a la mecánica de fluidos, para
tratar de explicar en forma más completa lo que sucede. En este artículo se presentan
algunos antecedentes encontrados en la literatura, producida tanto por historiadores co-
mo por teóricos, que muestran que las cosas, no están claras; se describe lo que sucede
cuando cae un cuerpo; se cuantifican las velocidades, desplazamientos y tiempos de
caída por medio de un modelo numérico y se añaden los resultados obtenidos tras repetir
el experimento, en condiciones razonablemente parecidas a las que se pudieron tener
en la época de Galileo, con la esperanza de aclarar la situación de una vez por todas.

Antecedentes en modo alguno la proporción de su gravedad, tal


como dice Aristóteles, sino que se mueven todos
Según Alexandre Koyré (1984), la Única fuente Con la misma velocidad".
auténtica sobre los experimentos de Pisa es el Esto es comentado por Koyré en una nota de
Racconto istorico della vita di Galilei, escrito porVin- pie de página:
cenzo Viviani (en Koyré, 1984), 60 años después
de efectuados los supuestos ensayos. De ese "Así, nadie parece haber comprendido la impor-
texto -que Koyré califica de sobrio y breve- histo- tancia del hecho de que se trataba de graves de
riadores posteriores extrajeron un gran número de la misma materia. Ahora bien, ese es el punto
versiones embellecidas y aumentadas. En él, Vi- capital: efectivamente en Pisa, el joven Galileo
viani afirma " ... que las velocidades de móviles de creía aún -como Benedetti- que los graves de
la misma materia, pero de pesos diferentes y que materia y peso específico diferentes caían con
se mueven a través del mismo medio, no siguen una velocidad diferente ¡Y tenía razón!"
A esta misma conclusión llegó Nicolás Cabeo
(1984), en un comentario a la Meteorológica de
Aristóteles, publicada en Roma en 1646, donde "...
reafirmó resueltamente que los graves de pesos
diferentes -pero de la misma materia- caían con
la misma velocidad y llegaban a la Tierra al mismo
tiempo lo que, dice, estableció por numerosos y
frecuentes experimentos".
Entre el sinnúmero de relatos comentados al
respecto, cabe destacar dos, el del historiador
ingles J.J. Fahie (1984), quien escribe:

"Así, una mañana, delante de la universidad


reunida -profesores y estudiantes- subió a la
torre inclinada llevando consigo una bola de 10
Ib y otra de 1 Ib. Las colocó en el reborde de
la torre y las dejó caer juntas. Juntas cayeron y
juntas chocaron contra el suelo."

El otro es de un historiador relativamente recien-


te, Emile Namer (en Koyre, 1984), quien afirma:

"Todo el mundo aceptó los términos del debate.


Gritaban: haced la prueba. Había llegado el
momento. Galileo lanzó las dos bolas de hierro.
Todos los ojos miraban arriba. Un silencio. Y
se vio salir juntas las dos bolas, caer juntas y
juntas tocar tierra junto a la torre."

Por otra parte, y tal vez por no ser menos, entran "Para dos esferas de tamaños comparables, la
los teóricos. Basta citar a S . Hawking (1988), pro- diferencia en los tiempos de llegada para una
fesor lucasiano de la Universidad de Cambridge, distancia de 56 m (la altura de la torre de Pisa)
quien dice: "Si uno soltara dos cuerpos que no es sólo una pequeña fracción de segundo. Tal
presentasen demasiada resistencia al aire, tales diferencia de tiempo es difícil de detectar sin la
como dos pesos diferentes de plomo, caerían con ayuda de algunos instrumentos".
la misma rapidez"; y a Bertrand Russell (1978),
quien comenta: Con las ocho citas anteriores quedan suficien-
temente ilustradas las siguientes ideas:
"Una mañana subió Galileo a lo alto de la torre
inclinada de Pisa con dos pesos de una y diez Ii- 1. Que los graves de la misma materia, pero de
bras, respectivamente, y en el momento en que pesos diferentes, y que se mueven a través del
los profesores se dirigían con grave dignidad a mismo medio, se mueven todos con la misma
sus cátedras, en presencia d e los discípulos, velocidad (Viviani, Koyre, Namer y Cabeo).
llamó su atención y dejó caer los dos pesos a 2. Que dos cuerpos que no presenten demasiada
sus pies desde lo alto de la torre. Ambos pesos resistencia al aire, como dos pesos diferentes
llegaron prácticamente al mismo tiempo". de plomo, caerían con la misma rapidez (Haw-
king).
Y para terminar con los ejemplos de los parti- 3. Que dos pesos de 1 y 10 Ib llegarían practica-
darios de la igualdad en la caída, mencionaré a mente al mismo tiempo (Fahie y Russell).
Chuen-Yen Chow (1979), ingeniero aeroespacial 4. Que para dos esferas de tamaños compara-
de la Universidad de Colorado, quien en su libro bles, la diferencia en los tiempos de llegada
de texto, de donde tomé el modelo numérico que para una distancia de 56 m es difícil de detectar
utilizaré más tarde, afirma: sin la ayuda de instrumentos (Chow).
En aparente discrepancia con estos plantea- una esfera hueca de pared delgada, es propor-
mientos, otros autores encontraron que las esfe- cionalmente considerable; también lo sería para
ras no caen en forma parecida. Así, Vincenzo Renieri materiales muy livianos, que salen del rango de la
(en Koyré, 1984), profesor de matemáticas de la supuesta experimentación de Galileo.
Universidad de Pisa, en 1641, dejando caer desde Una vez que se alcanza esta igualdad, lo que
el campanario de la famosa torre inclinada “... dos ocurre a distancias y tiempos diferentes dependiendo
graves de materias diferentes, que caían desde deltamaño ypeso de la esfera, se llega a una veloci-
una misma altura; uno de madera y el otro de dad constante, o velocidad de caída, que también
plomo, pero de tamaño parecido ..." encontró que sera diferente para cada esfera, de acuerdo con su
"...hubo entre la bola de plomo y la de madera casi tamaño y peso, la cual se mantendrá hasta llegar
tres varas de diferencia. Se hizo también el expe- al piso (en la descripción anterior se ignoraron
rimento con dos bolas de plomo, una del tamaño los efectos secundarios, como los cambios en la
de las bolas ordinarias de artillería, la otra del de densidad y viscosidad del aire, así como la etapa
una bala de mosquete, y se vio que cuando la de movimiento laminar al principio de la caída).
más gorda y la más pequeña caen desde la altura Mientras el peso neto es mayor que la fuerza
de este mismo campanario, la mayor precede a la ascendente de arrastre, la velocidad irá en au-
pequeña con mucho". mento y la aceleración será igual a la resultante
En forma semejante, el jesuita Gianbattista Ric- de las fuerzas dividida entre la masa, no sólo de
cioli (en Koyré, 1984), entre 1640 y 1650, realizó la esfera, sino la d e ella más lo que se conoce
cuatro series de experimentos desde la torre de como masa virtual o añadida. Esto se debe a
los Asinelli, en Bolonia, que también estaba incli- que el fluido alrededor de la esfera también está
nada y que era aún más alta que la de Pisa, allí siendo acelerado, y que para una esfera es igual
a la mitad de la masa del aire desalojado por ella,
" ... puso en práctica el experimento, rodeán- cantidad casi siempre pequeña.
dose de todas las precauciones requeridas. Y
se descubrió que dos globos de arcilla, de la Modelo numérico
misma dimensión, de los cuales uno, hueco,
sólo pesaba 10 oz, mientras que el otro, lleno, La ecuación de movimiento para una esfera en
pesaba 20 oz, que salían en el mismo momento caída libre, está dada por:
de lo alto de la torre, llegaban al suelo en mo-
mentos diferentes. Y que en particular, el más
ligero se quedaba 15 pies atrás".

De estos dos autores se podría resumir una


quinta idea:

5. Dos esferas del mismo diámetro pero de ma-


teriales y pesos diferentes, y por lo tanto, de
pesos distintos, así como dos bolas de plomo
de diámetros muy diferentes, caerán en forma y el segundo miembro de la ecuación es el pro-
notoriamente diferente (Renieri, Riccioli). Véa- ducto de la masa más la masa añadida, por la
se lo que sucede ... aceleración de la esfera.
A su vez, la fuerza de arrastre es igual a.
Descripción de/ fenómeno

Al dejar caer una esfera (para simplificar conviene


limitarse a esferas que no giren), ésta aumenta
de velocidad hasta que la fuerza ascendente de
arrastre, que aproximadamente es proporcional al
cuadrado de la velocidad, se iguala con el peso
neto de la esfera, o sea, el peso de la esfera
menos el peso del aire que ocupa, ya que está
sumergida en él. Este empuje de flotación del aire
es muy pequeño para esferas sólidas, pero para
La ecuación anterior se puede resolver con mé-
todos numéricos, utilizando cuatro ecuaciones pa-
ra representar la variación del coeficiente de arras-
tre en todo el rango de números de Reynolds -que
es precisamente lo que imposibilita la solución
analítica-, (véase ilustración 1). Y los resultados
para diferentes tamaños y pesos de esfera se pue-
den graficar de acuerdo con el tiempo transcurrido
desde que se soltó la esfera, contra la distancia
recorrida por ella, o contra la velocidad a la que
cae.
Así, en la ilustración 2 se muestra la velocidad
de caída en el tiempo para esferas de 7 cm de
diámetro de distintos materiales (plomo, acero, sentado en la gráfica como una recta límite a la
vidrio, arcilla, madera y papel) a través del aire, así izquierda de todas las otras curvas.
como su velocidad de caída en el vacío. Como se En esa misma ilustración se indica el rango
puede ver en la gráfica, los materiales ligeros en experimental de Galileo, dado por la altura de la
poco tiempo alcanzan una velocidad constante, o torre de Pisa, de aproximadamente 55 m, según
sea, la curva se hace horizontal. Por ejemplo, a la Enciclopedia Británica (1980),el Diccionario Cole-
los cuatro segundos de haberse soltado, la esfera gialde la Random House (1 984)y Chuen-Yen Chow
de papel alcanza su velocidad de caída, igual a 20 (1 979). Un resultado más descriptivo utilizando
m/s. En cambio, las de acero y plomo, a los ocho los datos de estas tres referencias, sería: altura
segundos de estar cayendo y con velocidades ma- 55.02 m, con una desviación estándar de 0.85
yores de 65 m/s, todavía continúan acelerándose. m. En cuanto a la altura de la que ha caído la
En forma semejante, cualquiera de las esferas esfera, en la ilustración 3 se observa, para las mis-
que se hubieran dejado caer en el vacío segui- mas esferas, cómo, con el transcurso del tiempo,
rían acelerándose ininterrumpidamente y en for- se van separando las curvas para cada material,
ma constante, al no existir fuerza de arrastre que atrasándose las menos pesadas. Para mostrar
equilibre el peso de la esfera, lo que queda repre- esto en forma cuantitativa, en el cuadro 1 se dan
los tiempos de caída para alturas de 55 m, así
como las densidades relativas de los materiales
considerados.
En este mismo cuadro se puede ver cómo hay
una diferencia notoria en los tiempos de llegada
de las esferas hechas con materiales pesados
plomo y acero-, y los de las ligeras -arcilla, ma-
dera y papel. Esto significa que si para el experi-
mento se escogen esferas de 7 cm de diámetro,
pero una de material pesado y la otra de uno
ligero, habrá una diferencia mayor de un décimo
de segundo y un atraso de la mas ligera, según la
ilustración 3, de más de 3 m, que será detectado
claramente sin necesidad de instrumentos.
Para ver la influencia del diámetro, en la ilustra-
ción 4 se muestra la altura de calda para esferas
de acero de diferentes tamaños. Aunque en el
modelo se pueden simular diámetros enormes,
inclusive infinito (donde su comportamiento sería
similar, en cuanto a que sería Un valor límite, al de ellas sea de diámetro pequeño, por ejemplo,
de la esfera en el vacío), obviamente hay tamaños menor de 1 cm; pues aun esferas de 3 y 30 cm,
imprácticos o, inlcusive, en los que la Tierra sería con una relación entre sus diámetros de 1 a 10, y
la que caería contra la esfera, o al menos, las dos por lo tanto de pesos 1 a 1000, caerán en forma
se moverían. tan parecida, que las diferencias en la soltada no
Una observación interesante es que, como se permitirán decidir cuál llegó primero.
ve en esta misma ilustración, las diferencias entre Para materiales ligeros, como globos de arcilla,
los tiempos de caída desde una altura de 55 m, las diferencias son sensiblemente mayores. Así,
para esferas de diámetros mayores de 7 cm, es en la misma ilustración 5,se puede ver que pa-
muy Pequeña, ya que esa altura no es suficiente ra esferas de madera de 2 y 8 cm, hay mas de
para que ninguna de ellas esté Cerca de alcanzar SU ocho décimas de segundo de atraso de la menor
velocidadterminal, por lo que S U aceleración es to- con respecto a la mayor, lo que a pesar de su
davía muy parecida. Para ver con más detalle este velocidad es claramente perceptible y menor que
comportamiento, en la ilustración 5 se graficaron las dispersiones debidas a la soltada. Aquí se
los tiempos de caída, desde una altura de 55 debe señalar que existe la tendencia a subestimar
m, para esferas de diferente diámetro Y diferente nuestra capacidad para observar eventos rápidos.
material. En ella se puede ver cómo para las Por ejemplo, en el tenis, se han medido velocida-
esferas de acero o plomo, estos tiempos de caída des de más de 235 km/h (65 m/s) (Ersenberger y
son prácticamente iguales para todas las esferas Gibb, 1992), y sin embargo, es posible decidir si
de más de 2 cm de diámetro, y casi iguales que la pelota pegó o no en la línea.
si cayeran en el vacío. Por lo tanto, para que haya Una observación evidente de esa misma ilus-
una diferencia notoria en los tiempos de caída de tración, es que para detectar diferencias, es me-
dos esferas pesadas, más que usar tamaños muy jor cambiar de materiales que de diámetros. Se
dispares, es necesario que cuando menos una puede ver que no habría ningún problema si se
hubieran soltado, desde esa altura, esferas del
mismo diámetro de plomo y madera, con la Úni-
ca limitación de que no fueran muy grandes, por
ejemplo, no mayores de 8 centímetros.
Otra forma de constatar lo anterior es grafi-
cando esos mismos tiempos de caída contra las
diferentes densidades de los materiales, para dis-
tintos diámetros, como aparece en la ilustración
6 . Aquí se nota cómo, a menores diámetros y pe-
sos, las curvas se separan, lo que indica una ma-
yor diferencia en los tiempos de caída y muestra
pesos de 1 a 10 sólo representa una relación en-
tre los diámetros de 1 a 2.15, se explica porqué
puede parecer que caen igual dos esferas de plo-
mo de 1 y 10 libras.
Para caídas en aire, el modelo numérico utiliza-
do se puede simplificar, pues el efecto de la masa
añadida es despreciable. Así,al repetir los cálcu-
los sin este termino, se observa que su influencia
es del orden de los milésimos de segundo para los
materiales livianos y aún menor para las esferas de
acero y plomo, como se muestra en el cuadro 2.
Otra simplificación consistiría en eliminar el efecto
de flotación, que sería del doble que el de la masa
añadida, pero que se mantiene porque es fácil de
tomar en cuenta.

Experimento

que para que hubiera diferencias perceptibles con A fin de reforzar los resultados del modelo numéri-
esferas de plomo o acero, sería necesario usar co, se repitió el experimento de Galileo utilizando
esferas lo mas pequeñas posibles, y no recurrir esferas de acero, bronce, plástico y madera, de
a rangos donde los tiempos de caída son muy diferentes diámetros (véanse el cuadro 3 y la ilus-
parecidos. Para materiales ligeros, como madera, tración 7), dejándolas caer desde una altura de 47
y diámetros de 0.5 y 7 cm, la diferencia es de 1.5 s, metros.
que es imposible no notar. Se hicieron un total de 20 ensayos consistentes
Si se abunda en este punto, se puede afirmar en soltar dos esferas a la vez, desde la azotea
que el uso de esferas mayores de 2 cm de diame- de un edificio en construcción de 10 pisos (véase
tro de plomo, pero con relaciones entre sus diá- ilustración 8), localizado en Insurgentes y Camino
metros de sólo 1 a 2, sería equivalente a tratar de de Santa Teresa, Delegación Tlalpan, en la ciudad
detectar diferencias en los tiempos de caída de de México, y en observar su trayecto, así como su
bolas del mismo diámetro pero hechas de acero y
plomo (o de maderas de pino y roble), en lugar de
recurrir a materiales que ofrezcan mayor contras-
te. En forma semejante, como una relación entre
de la azotea del edificio B de la División de Estu-
dios de Posgrado de la Facultad de Ingeniería, de
la Universidad Nacional Autónoma de México, que
mide 13 m, se procedió de la siguiente manera:
las esferas se colocaron en una base horizontal;
una engrapadora metálica se puso de cabeza,
y, tomándola con las dos manos y los brazos
extendidos, se bajó rápidamente. Con esto, las
esferas, con una aceleración menor que la del
jalón, se despegaban de la base e iniciaban su
descenso en forma razonablemente simultánea.
Este procedimiento resultó adecuado para esferas
chicas; para la bala de 7.3 kg, de peso no fue del
todo apropiado, pues fue difícil mantener la base
horizontal. Sin embargo, esta manera fue mejor
que simplemente soltar las esferas con las manos,
dado que la diferencia de peso y tamaño, hacía
que se tendiera a soltar antes la más chica.
En cuanto a la observación del trayecto, ésta
fue hecha desde el piso por no menos de tres
personas, y aunque dada la altura, no se podía
ver con detalle el inicio del movimiento, sí era
posible detectar la posición relativa de las dos
esferas durante su caída. Los observadores de-
cidían sobre cual caía más rápido, por medio del
sencillo expediente de observar si las esferas se
iban acercando entre sí o se iban separando y,
finalmente, veían cual llegaba primero al piso.

Resultados

Tras la realización del experimento se encontraron


los siguientes resultados:

1. Para el caso de esferas de igual diámetro (al-


rededor de 4 cm) pero de diferente material,
como acero y madera, y acero y plástico, re-
sultó claro, obvio e inobjetable que la esfera
de acero cae mas aprisa y llega antes que la
de madera o la de plástico.
2. Para esferas de metal de diferente tamaño, con
una relación de sus diámetros de 1 a 6: un balín
de acero de 1.6 cm de diámetro y peso 16 y
una esfera de bronce de 9.6 cm de diámetro
impacto contra el piso (protegido por una cama y 4 kg, de peso (utilizada en la competencia
de maderos de 10 x 10 x 120 centímetros). femenina de bala), se vio en forma clara e in-
En los ensayos se consideraron dos aspectos: objetable que la mayor cae mas aprisa.
la forma de soltar las esferas, para que sin recurrir 3. Para esferas de metal de diferente tamaño, pe-
a dispositivos o tecnologías no disponibles en el ro con una relación entre sus diámetros menor
siglo XVI, se tuviera una simultaneidad razonable, que 1 a 3: un balín de acero de 4.5 cm de
y lo que había que observar durante el trayecto y diámetro y 357 de peso, y la bala para la
la llegada al piso. competencia femenina (y balines de 1.6 y 4.5
Para decidir la forma de soltar las esferas al cm), se detectó en forma consistente que la
mismo tiempo, después de repetidos ensayos des- bala cae más aprisa que el balín, y de los
balines, el mayor cae más rápido que el menor. diferente material, como acero-madera y acero-
Sin embargo, la llegada al piso ocurre en forma plástico, la diferencia en los tiempos de caída
lo suficientemente parecida como para que no fue claramente detectable. Para esferas metálicas
se pueda concluir cuál llegó primero. con relaciones de diámetro de 1 a 6, y diámetros
entre 1 y 10 cm, la diferencia en los tiempos de
Por otra parte, como en los experimentos se caída fue menor que en el caso anterior, y sólo
observaron las esferas al caer y, además, se te- se pudo observar que la mayor caía más aprisa
nían los tiempos de caída dados por el modelo que la menor, pero sus llegadas al piso ocurrían
numérico, fue posible clasificar las observaciones de manera tan parecida que no se pudo concluir
(los rombos en la ilustración 5 ) , en tres tipos y en forma clara cual llegaba primero. En cambio,
asignar a cada uno su respectiva diferencia en los para las dos esferas metálicas de relativamente
tiempos de caída, igual tamaño, 1 a 2.15 y 1 a 2.80 (y eso a pesar
de que la relación en pesos es de 1 a 11.21 y 1 a
Tipo A, Una esfera cae en forma evidente más 22.31, respectivamente), la altura de caída fue in-
do que la otra y pega antes en el piso. suficiente como para que se notaran con claridad
Tipo B. Una cae más rápido que la otra, pero no diferencias en los tiempos o en las velocidades de
es posible concluir cuál pega primero en el caída.
piso. Por lo tanto, se puede afirmar que la esfera más
Tipo C. No hay diferencia perceptible en la caída pesada cae más rápido, y que cuando esto no es
de las dos esferas. detectable al observar sólo el impacto de las es-
feras contra el piso, se debe a que se han usado
De acuerdo con estos criterios, los ensayos materiales d e peso parecido, en los ensayos con
realizados se clasificaron como se muestra en el diámetros iguales, o a que en los ensayos con el
cuadro 4. De este cuadro se pueden asignar, con- mismo material pero de diferente tamaño, se usa-
servadoramente, los valores de que separan ron esferas pesadas mayores de 1 cm, o con t ~ n a
los tipos de caída, así: relación insuficiente entre sus diámetros, según se
muestra en las ilustraciones 5 y 6.
Tipo A. igual o mayor que 0.2 s
Tipo B. entre 0.06 y 0.2 s Comentarios
Tipo C. menores que 0.06 s
1. Que los graves de la misma materia, pero de
Aunque estos valores límite de tienen un pesos diferentes, y que se mueven a través del
componente subjetivo, pues dependen tanto de la mismo medio, se mueven todos con la misma
simultaneidad de la soltada como de la atención y velocidad (Viviani, Koyré, Namer y Cabeo).
vista de los observadores, se pueden usar con las
ilustraciones 5 Ó 6 como un criterio cuantitativo Esto no es verdad, pero para detectarlo, utili-
para estimar qué par de esferas cae en forma zando esferas pesadas, se requieren de diámetros
perceptiblemente diferente y que par no. diferentes, por ejemplo, 1 a 5, y que una esfera
sea menor de 1 cm. Para materiales livianos las
Discusión de/ experimento restricciones son menores (véase ilustración 5).

Los resultados del experimento confirmaron lo pre- 2. Que dos cuerpos que no presentendemasiada
dicho por el modelo, pues en el caso de esferas de resistencia al aire, como dos pesos diferen-
tes de plomo, caerían con la misma rapidez
(Hawking).

Como Hawking se refiere a cuerpos y no a es-


feras (aunque para que un cuerpo no presente
demasiada resistencia al aire -como dice él- con-
viene que sea aerodinámico), se supondrá que
son esferas; además, uno de los materiales que
presentaría mayor resistencia al aire sería el plo-
mo, pues iría mas rápido que uno mas liviano,
así se supondrá que el se refiere a la resistencia
relativa, o sea, con respecto a su peso. Con esas que se pueden aclarar o corregir con los resulta-
dos suposiciones y si los diámetros no tienen una dos del modelo. Sin embargo, para disipar cual-
relación mayor que 1 a 5 y son mayores que 1 cm, quier duda acerca de lo acertado de las conclusio-
entonces tiene razón. Para esferas pequeñas o nes de Galileo, conviene presentar el experimento
una pequeña y la otra de diámetro sensiblemente -muy de nuestra época-que describe Joseph P.
diferente, estaría equivocado. Allen (1972), realizado por el comandante D.R.
Scott durante la misión del módulo lunar Falcon,
3. Que dos pesos de 1 y 10 Ib llegarían práctica- del Apolo l 5 en 1971quien dice:
mente al mismo tiempo (Fahie, Russell).
"Utilizando el soberbio vacío y la débil grave-
dad que se encuentra en la Luna, Scott soltó
Ciertamente, la indeterminación en la soltada simultáneamente, desde la altura de su hom-
de las esferas es del mismo orden que la diferen- bro, un objeto pesado un martillo metálico-
cia en el tiempo de llegada; sin embargo, obser- y un objeto ligero -una pluma de la cola de un
vando con atención la caída, se nota que la mayor halcón- mientras estaba enfocado claramente
cae ligeramente más aprisa que la menor. Es de- por la cámara de televisión. Se observó co-
cir, que si se acepta que Galileo realizó el ensayo mo los dos objetos se aceleraron igual y pe-
en estas condiciones, las conclusiones a las que garon en la superficie lunar simultáneamente,
llegó efectivamente estarían justificadas por los resultado que pudo verificarse en la repetición
resultados anotados. Aunque no hay que olvidar instantánea de la televisión, dentro de la apro-
que el experimento posiblemente es hipotético, no ximación que permite la soltada simultánea de
deja de ser interesante observar que la selección los objetos. Este resultado había sido predicho
d e esferas de 1 y 10 Ib (¿... suerte, habilidad?) desde hace mucho tiempo por una teoría bien
fue la adecuada para obtener el resultado que el establecida, sin embargo era muy satisfacto-
esperaba. rio, considerando el número de testigos que
presenciaron el experimento, y particularmente
4. Que para dos esferas de tamaños compara- tranquilizador, pues de esa misma teoría de-
bles, la diferencia en los tiempos de llegada pendía en forma crítica el viaje de regreso a la
para una distancia de 55 m es difícil de detectar Tierra".
sin la ayuda de instrumentos (Chow).
También conviene hacer referencias directas al
No es así para materiales de pesos razonable- protagonista del experimento, tomadas de Dialo-
mente diferentes. Para materiales iguales, es una gues Concerningthe Two NewSciences Publicado en
afirmación trivial. 1638 (en Hutchins, 1980), donde Galileo presenta
Y, finalmente, que: sus ideas como una plática entre tres interlocuto-
res. Salviati, Sagredo y Simplicio,

5. Dos esferas del mismo diámetro pero de mate- Salviati: " ... el cuerpo, como he dicho, es por
riales, y por lo tanto de pesos, sensiblemente naturaleza continuamente acelerado de manera
diferentes, así como dos bolas de plomo de que se encuentra con más y más resistencia en
diámetros muy distintos, caerán en forma no- el medio y, por lo tanto, sufre una disminución
toriamente diferente (Renieri, Riccioli). en su cambio de velocidad hasta que, finalmen-
te, la velocidad es tal y la resistencia del medio
Lo que es correcto y está de acuerdo tanto con es tan grande que previenen, balanceándose
los resultados del experimento como con el mo- una a otra, cualquier aceleración y reducen el
delo numérico es la observación de que gracias movimiento del cuerpo a uno uniforme que se
a que en el caso del plomo se usó una bala de mantendrá constante". (p. 162).
mosquete, seguramente no mayor (o al menos
no mucho mayor) que 1 cm, se pudo notar la Salviati: "El experimento hecho con móviles tan
diferencia. diferentes de peso como sea posible, haciéndo-
Con todo esto creo que queda suficientemen- los caer de cierta altura, para observar si su res-
te establecido que en la literatura se encuentran pectiva velocidad es igual, ofrece cierta dificul-
párrafos confusos y aun contradictorios, algunos tad. Porque si la altura fuera grande, el medio,
correctos y otros poco específicos o equivocados, al que el ímpetu del móvil en descenso debe
de la humanidad, es invención, fue de sus segui-
dores, o se interpreta en forma desfavorable para
él, (véase, por ejemplo, L. Cooper).
Por otro lado, conviene aclarar que no está
en duda que los autores citados en este trabajo
entiendan o entendieran correctamente el fenóme-
no; aquí me he limitado exclusivamente a lo que
escribieron.

Conclusiones

En la amplia literatura acerca del supuesto experi-


mento de Galileo se encuentran párrafos confusos
y aun contradictorios, algunos correctos y otros
poco específicos o equivocados, que se pueden
aceptar, aclarar o corregir con los resultados de
un modelo que permite ver el fenómeno en forma
más completa (véanse ilustraciones 3 a 6).
Para caídas desde una altura de 55 m, las esfe-
ras de igual diámetro pero de material más pesa-
do: plomo, hierro, acero, caen, perceptiblemente
y fuera de toda duda, más rápido que las más
livianas: (arcilla, madera, papel), por lo que es
obvia su ventaja en el tiempo que le toma en llegar
al piso.
En el caso de dos esferas pesadas del mis-
mo material (plomo, hierro, acero), y de diferente
diámetro, si se desea tener diferencias percep-
tibles en los tiempos de caída, cuando menos
abrir y desplazar lateralmente, ofrecerá mayor una debe ser chica, pues para esferas pesadas
resistencia al pequeño momento del móvil más mayores de 2 cm, los tiempos de caída desde
ligero, que a la violencia del más grave, por lo esa altura son muy parecidos, por lo que esferas
cual en un gran trecho el ligero quedará atrás ..." de plomo o hierro, de 1 y 10 lb, caen en forma
(p. 166). prácticamente simultánea, lo que confirma la idea
de Galileo.
Si no hay resistencia del medio en el que caen
Y esta otra, tomada de Le opere di Galileo Galilei (el vacío), y salvo efectos de orden superior que
(Barbera, Florencia, 1932), vol. VIII, p. 136, y modificarían el fenómeno en forma, ahora sí, im-
proporcionada al autor por el Dr. Enzo Levi: perceptible, los objetos caen con la misma veloci-
dad.
Salviati: "Vengo pues a la primera, afirmando
sin ninguna duda, no haber esfera tan grande ni Nota

de materia tan pesada que no sea frenada en su Este trabajo se llevó a cabo en la Facultad de Ingeniería de la Universidad
Nacional Autónoma de México. Se agradece la colaboración del Ing. Daniel
aceleración Y reducida a movimiento uniforme Salas Limón y muy especialmente de la Ing. Patricia Isabel Rojas Reina. En
durante la continuación del movimiento." (p. IosensayosintervinieronlosSres. JoelCarbajal Mejía, Ignacio GarcíaCardeña
y el Ing. Alfonso Gutiérrez López. Por Último, se agradece a la Compañía
136). Constructora DANHO, la cual, a través del Ing. Javier Moreno, permitió hacer
los ensayos en su obra, así como al Ing. David Pantoja por su apoyo.

Para terminar, quisiera observar que el hecho de Revisado: octubre, 1992


que se haya realizado este famoso experimento
es dudoso y que Wohlwill d a argumentos que le Referencias
hacen afirmar: "Los experimentos de Pisa son un
mito" (p. 200). Allen J. P. “Apollo 15: Scientific Journey to Hadley-Apennine",
De igual manera, parte de lo que se atribuye a American Scientist, vol. 60, núm. 2, marzo-abril 1972,
Aristóteles, uno de los mas grandes pensadores EUA.
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