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Hombrados Mendieta Manual de Psicologia Comunitaria PDF
Hombrados Mendieta Manual de Psicologia Comunitaria PDF
de psicología
c o m u n ita ria
M .° Isabel H o m b ra d o s M e n d ie ta
Manual de psicología
comunitaria
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SINTESIS
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© EDITORIAL SÍNTESIS, S. A.
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Teléfono 91 593 20 98
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ISBN: 978-84-995874-3-1
Prólogo 11
Pa r t e I
L a n a t u r a l e z a c o n c e p t u a l d e l a p s ic o l o g ía c o m u n it a r ia
5
Manual de psicología comunitaria
3. Sentido de co m u n id a d ..................................................................................... 59
3.1. Com unidad............................................................................................... 59
3.2. Sentido de comunidad.............................................................................. 61
3.2.1. Evaluación del sentido de comunidad, 64.
3.3. El contexto del barrio y el sentido de comunidad.................................... 67
3.4. Sentido de comunidad e interculturalidad ............................................... 70
3.5. Sentido de comunidad y calidad de v id a .................................................. 72
Resumen.............................................................................................................. 74
Objetivos y competencias.................................................................................... 74
Actividades formativas ........................................................................................ 74
Pa r t e II
P e r s p e c t iv a s m e t o d o l ó g ic a s
5 • Evaluación de necesidades.............................................................................. 91
5.1. Concepto y característicasde la evaluación de necesidades ...................... 91
5.2. Modelos de evaluación de necesidades ..................................................... 93
6
Indice
Pa r t e III
L a in t e r v e n c ió n COMUNITARIA: r e c u r s o s , t é c n ic a s
Y CONTEXTOS DE INTERVENCIÓN
7
Manual de psicología comunitaria
8
Indice
9
Manual de psicología comunitaria
Resumen.............................................................................................................. 221
Objetivos y competencias.................................................................................... 221
Actividades formativas ........................................................................................ 221
10
Prólogo
11
Manual de psicología comunitaria
12
Prólogo
13
Parte I
La naturaleza conceptual
de la psicología comunitaria
1
Características y modelos
de intervención comunitaria
1.1.1. A ntecedentes
17
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
llingshead y Redlich, 1958) mostraron que los servicios de salud estaban de
sigualmente distribuidos y que existía una importante relación entre clase so
cial y enfermedad mental: las clases sociales bajas cuentan con menos recursos
y manifiestan más problemas de salud. Hay una clara evidencia de que el mo
delo de prestación de servicios es inadecuado, un modelo basado en la espera y
en el tratamiento individualizado resulta insuficiente para cubrir todas las nece
sidades relacionadas con la salud. Así en 1963 el Presidente J. F. Kennedy fir
ma el Acta de Creación de los Centros de Salud Mental. El objetivo principal
de estos centros era crear un nuevo sistema de distribución de servicios de sa
lud mental en la comunidad local para asegurar la intervención temprana. La
psicología comunitaria y el movimiento de salud mental comunitaria compar
ten su desarrollo histórico. Se va perfilando un nuevo concepto de salud del
que la psicología comunitaria se hace partícipe, se prefieren métodos preventi
vos para abordar la solución de los problemas a gran escala en la comunidad,
se tiende hacia un concepto de salud positiva y se asume la influencia directa
del contexto en la aparición de los problemas de salud.
Otro de los acontecimientos que se consideran claves para el nacimiento de la
psicología comunitaria tiene que ver con el desarrollo de teorías que incorporan el
ambiente como elemento fundamental para explicar el comportamiento humano.
Un ejemplo lo constituyen las teorías del estrés, cuyo concepto está incluido en
modelos explicativos de la psicología comunitaria y relacionado con otros con
ceptos tan importantes como el apoyo social.
También en la psicología social numerosas concepciones han ayudado al
desarrollo de la psicología comunitaria, entre las que cabe destacar los traba
jos de Asch (1956) sobre los efectos de la presión grupal, los trabajos de Ta-
jfel (1959) sobre identidad social o la concepción gestáltica de Lewin (1946,
1947).
Sin embargo, uno de los aspectos esenciales que contribuyen al desarrollo
de la psicología comunitaria es que durante la década de los 60 se comienza a
gestar dentro de la psicología social una gran preocupación por la relevancia
social de los estudios. Esta preocupación de la psicología social por lo aplicado
favorece el desarrollo de áreas de conocimiento que parten de un interés por los
problemas y las necesidades sociales. La psicología comunitaria nace con una
vocación aplicada e intenta garantizar la relevancia del conocimiento a través
de la unión entre el conocimiento práctico-teórico y el conocimiento básico-
aplicado. En este sentido, la obra de Lewin (1988) es fundamental para el desa
rrollo de la disciplina ya que desde esta perspectiva la teoría, la investigación y
la práctica deben mantener una continua interrelación. Es por ello, que la psi
cología comunitaria se plantea entre sus principales objetivos la relevancia
social de sus estudios y la promoción de la calidad de vida.
18
Características y modelos de intervención comunitaria
19
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
20
Características y modelos de intervención comunitaria
21
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
22
Características y modelos de intervención comunitaria
23
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
C aracterísticas D escripción
24
Características y modelos de intervención comunitaria
Dentro de este apartado se han incluido los modelos más importantes y que dan
pautas para la intervención.
25
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
Entrenamiento
de estrategias
individuales
26
Características y modelos de intervención comunitaria
4. Intervención.
27
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
28
Características y modelos de intervención comunitaria
Para Rappaport (1986) la perspectiva ecológica es la que mejor sirve a los intereses
de la intervención comunitaria. El principio que mueve la perspectiva es que el
contexto ejerce una influencia importante sobre las personas y que éstas pueden
llegar a tener un mayor control sobre su comportamiento a través de un
conocimiento más exhaustivo de las influencias ambientales. La perspectiva
ecológica estudia la relación de la persona con el ambiente y se centra
principalmente en la evaluación de las variables del contexto social; quiere conocer
29
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
los principios bajo los que operan los ambientes y analiza el ambiente y los sistemas
en los que actúan las personas. Levine y Perkins, (1987) indican una serie de
principios que guían esta perspectiva:
30
Características y modelos de intervención comunitaria
31
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
32
Características y modelos de intervención comunitaria
33
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
y de lograr sus propios objetivos para conseguir una mayor calidad de vida. Este
proceso opera desde un punto de vista ecológico en los niveles, individual,
familiar, grupal, organizacional y comunitario y en los diferentes ámbitos de la
vida de las personas. A partir del concepto se derivan diferentes modelos de
intervención.
34
Características y modelos de intervención comunitaria
35
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
Componentes D escripción
36
Características y modelos de intervención comunitaria
37
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
consideran con suficientes recursos y habilidades como para ayudar y ser ayuda
dos. Desde esta perspectiva, el profesional adopta un rol de colaborador y se plan
tea como objetivo último el cambio social. En relación con esto, algunas de las
intervenciones propuestas para facilitar el empowerment de un grupo de población
con unas necesidades específicas como, por ejemplo, las personas mayores, son:
38
Características y modelos de intervención comunitaria
Resumen
En el capítulo se analizan los elementos sociales, históricos y conceptuales
que confluyen para dar origen a la psicología comunitaria y a un nuevo
perfil profesional. Se destacan las principales características de la
psicología comunitaria que delimitan su campo de actuación y los
principales modelos de intervención comunitaria. Estos modelos se han
agrupado en Modelos de estrés y salud (Modelo de estrés psicosocial,
Modelo de competencia y Modelo de bienestar) y Modelos ecológicos
(Modelo ecológico de desarrollo humano y Modelos de empowerment).
Los modelos plantean elementos de análisis orientados a la intervención y
se dan pautas de actuación a los profesionales.
Objetivos y competencias
- Conocer las características de la intervención comunitaria y los
principales modelos de intervención comunitaria.
- Ser capaz de analizar la realidad social a partir de los diferentes
modelos teóricos.
- Saber analizar el contexto donde se desarrollan las conductas a
partir de la aplicación de los modelos expuestos.
Actividades formativas
1. Definir cinco características representativas de la intervención
comunitaria.
2. Poner un ejemplo para cada uno de los principios que guían la
perspectiva ecológica: interdependencia, reutilización de los
recursos, adaptación y sucesión.
3. Indicar el análisis del contexto y de las variables más relevantes en
cada uno de los modelos expuestos.
4. Definir el papel del profesional en los modelos propuestos.
5. A partir del modelo de empowerment de Fawcett et al. (1994)
identificar las barreras y los elementos facilitadores personales y
ambientales que puede encontrar diferentes grupos de riesgo (v.g.,
La población inmigrante en el proceso de adaptación a la nueva
cultura).
6. Aplicar el Modelo de Bienestar de Lin y Ensel (1989) para identificar
los principales estresores y recursos sociales, psicológicos y físicos
que podemos encontrar en el ámbito familiar.
39
Conceptos básicos
de la intervención comunitaria
2.1.1. Concepto
41
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
tivo similar podría afectarle menos si la persona mayor compara su estado de salud
con el de otras personas que son de edad similar.
De acuerdo con esta argumentación Blanco (1985) señala que la calidad de
vida no es el resultado de una aproximación cuantitativa o estrictamente econó
mica sino que ésta se relaciona con el nivel de satisfacción que a uno le propor
cionan sus condiciones de vida objetivas (salud, vivienda, trabajo...) cuando las
compara, de acuerdo con haremos personales, con la situación en que se desen
vuelve la vida de otras personas.
También, es importante señalar que la calidad de vida no se centra exclusiva
mente en la comparación entre personas, sino que más bien supone tener en cuen
ta la relación que se establece entre una realidad y unos propósitos, objetivos o
niveles deseables (Casas, 1996).
En este sentido, para Word (2001) uno de los principales problemas se plantea
a la hora de armonizar las distintas dimensiones que componen la calidad de vida,
ya que cada una de ellas está formada a su vez por una serie de subdimensiones
concretas, en función del nivel de referencia, del momento y del ámbito elegido
(ver cuadro 2.1).
42
Conceptos básicos de la intervención comunitaria
43
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
44
Conceptos básicos de la intervención comunitaria
45
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
46
Conceptos básicos de la intervención comunitaria
47
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
Cada uno de estos enfoques pone el acento en cuestiones que podrían ser
complementarias, lo que denota la complejidad del tema, porque para ser felices
entran enjuego muchos elementos que interactúan entre sí, unos más relacionados
con factores internos del individuo y otros con factores del contexto social.
Para muchos autores la felicidad, la satisfacción con la vida, el bienestar y la
calidad de vida son relativamente estables, aunque pueden alterarse por sucesos
vitales que aparecen a lo largo de la vida, tanto positivos (conseguir un empleo),
como negativos (enfermedad). En este sentido, uno de los trabajos más conoci
dos es el de Brickman, Coates y Janoff-Bulman (1978), quienes comprobaron
cómo después de un periodo de adaptación, los ganadores de un concurso de
lotería no eran mucho más felices que un grupo control y un grupo de personas
parapléjicas, que a su vez, no eran mucho más infelices que la gente corriente.
Los resultados concretamente muestran que no había diferencias entre el grupo
de ganadores de lotería y el grupo control, con respecto a niveles pasados, pre
sentes y futuros de felicidad. En cambio, el grupo de personas parapléjicas por
accidente, mostró que su felicidad pasada era superior y su felicidad actual infe
rior a la del grupo control, pero no se encontraron diferencias entre estos tres
grupos en lo que respecta a la felicidad futura. Aunque este estudio no fue lon
gitudinal, los resultados vienen a mostrar cómo las personas acaban adaptándo
se a los sucesos que se producen a lo largo de su vida, ya sean éstos positivos o
negativos.
48
Conceptos básicos de la intervención comunitaria
49
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
2.3. Prevención
50
Conceptos básicos de la intervención comunitaria
51
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
a) Prevención primaria:
b) Prevención secundaria:
c) Prevención terciaria:
52
Conceptos básicos de la intervención comunitaria
2.4. Resiliencia
Los estudios sobre los efectos que los factores de riesgo tienen sobre diferentes
poblaciones han desvelado que no todas las personas responden de la misma for
ma ante las mismas situaciones de riesgo. De hecho, en condiciones similares de
riesgo, los niños dentro de la misma familia no tienen por qué responder de la
53
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
54
Conceptos básicos de la intervención comunitaria
Se podría decir que la resiliencia es una disposición general que incluye com
petencia social, capacidad de resolución de problemas, habilidad para actuar con
autonomía y aspiraciones saludables. Estas cuatro características se consideran
básicas para constituir el perfil de la persona resiliente.
La resiliencia, por tanto, no es una simple respuesta, sino un proceso en el que
Grotberg (1995) identifica una serie de factores que permiten promover la resi
liencia tanto a nivel individual como a nivel grupal y comunitario. Estos factores
resilientes se organizan agrupándolos en tres categorías:
55
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
Item s de la escala
Item s de la escala
56
Conceptos básicos de la intervención comunitaria
Resumen
En este capítulo se hace una revisión de conceptos fundamentales de la
psicología comunitaria: calidad de vida, bienestar subjetivo, prevención y
resiliencia. Estos conceptos habitualmente son el objeto de la intervención
comunitaria. Se analizan los diferentes enfoques teóricos explicativos de
estos conceptos y se incluyen algunos instrumentos de evaluación
comúnmente utilizados.
Objetivos y competencias
- Conocer los conceptos fundamentales de la intervención comu
nitaria
- Saber analizar los conceptos fundamentales de la intervención co
munitaria
- Ser capaz de aplicar los principales conceptos utilizados en la
intervención comunitaria
Actividades formativas
1. Describir las características comunes y los elementos que dife
rencian los conceptos analizados: calidad de vida, bienestar
subjetivo, satisfacción vital y felicidad.
2. Identificar un problema social (v.g., drogodependencias, maltrato,
violencia escolar) e indicar qué actividades de prevención prima
ria, secundaria y terciaria se pueden diseñar para intervenir sobre
el problema.
3. Indicar ante una situación adversa (v.g., el diagnóstico de una en
fermedad) qué conductas promueven la resiliencia y qué conductas
se alejan de ésta.
57
3
Sentido de comunidad
3.1. Comunidad
59
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
Familia,
Asociaciones, Cobertura
Voluntarios, de necesidades
Organizaciones comunitarias
vecinales
Provisión de
Cohesión recursos
Solidaridad Apoyo social
Apoyo
60
Sentido de comunidad
61
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
62
Sentido de comunidad
63
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
proporciona de forma natural entre las redes y contactos que mantienen con los
demás miembros de la comunidad. En cambio, en las grandes ciudades las perso
nas mayores carecen de esta conexión emocional y la provisión de ayuda la pro
porcionan principalmente las instituciones (v.g., la ayuda a domicilio).
64
Sentido de comunidad
D im ensiones Items
65
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
D im ensiones D escripción
Conexión, relación Los vecinos de este bloque se conocen los unos a los otros
Participación Los vecinos de este bloque participan en actividades sociales
Pertenencia Existe un sentimiento de unidad entre los residentes de este
bloque
Apoyo social Los vecinos de este bloque te llevarían en coche a algún sitio
si lo necesitaras
Em powerm ent Los residentes de este bloque tienen voz u opinión en lo que
respecta a los asuntos importantes de la comunidad
Seguridad Los vecinos de este bloque lo convierten en un lugar más
seguro para vivir
Participación política Participa en las elecciones políticas
Participación ambiental Participa en actividades de reciclaje
D im ensiones Items
Em powerm ent Sé cómo trabajar con otros vecinos para resolver problemas.
Factores sociales Conozco los nombres de mucha gente de mi barrio
Factores físicos El barrio se mantiene limpio
Factores económicos En el barrio se cuenta con apoyo económico de instituciones
para hacer mejoras
Autoeficacia Carezco de habilidad para cambiar las cosas que no me
gustan de mi barrio
Motivación Normalmente no quiero implicarme en tomar decisiones
sobre las cosas que se pueden hacer en mi barrio
Apoyo local percibido Las políticas locales (ayuntamiento) apoyan los esfuerzos
por mejorar el barrio
Participación comunitaria La mayoría de los residentes de esta zona adoptan un papel
activo dentro del barrio
Participación individual A menudo me ofrezco voluntario para participar en proyec
tos de mi barrio.
66
Sentido de comunidad
67
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
68
Sentido de comunidad
69
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
Item s Expresión
70
Sentido de comunidad
71
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
Los hallazgos de diferentes estudios indican una fuerte relación positiva entre el
sentido de comunidad y la satisfacción con la calidad de vida. Los resultados
muestran que cuando la interacción social aumenta en el entorno social inmediato
(barrio, bloque, calle), las personas están más interesadas en la vida y el bienestar
del resto de sus vecinos; considerando que la interacción social es uno de los
componentes del sentido de comunidad, se puede extrapolar que este se relaciona
72
Sentido de comunidad
con el interés y preocupación por los vecinos y las personas más próximas. En
cambio, ya mostraron los miembros de la Escuela de Sociología Urbana de
Chicago que el desarraigo con la comunidad genera violencia y desadaptación.
También, se encuentra relación entre sentido de comunidad y las redes de apoyo
social. Los barrios con alto sentido de comunidad realizan más actividades socia
les con sus vecinos, y como es sabido, las personas satisfechas con el apoyo so
cial, muestran menor estrés que quienes experimentan menor nivel de apoyo.
El sentido de comunidad se relaciona con mayor tiempo de estancia en la co
munidad, más competencia social y mayor satisfacción con la vida. El sentido de
comunidad también media entre la estabilidad del vecindario y el bienestar de los
residentes. Respecto al contexto, se ha encontrado que el sentido de comunidad y
la calidad de vida son más altas en ciudades pequeñas o en pueblos que en las
ciudades mayores y se relacionan positivamente con el número de vecinos cono
cidos, la satisfacción con la composición del barrio, valorar positivamente el he
cho de conocerse unos a otros y satisfacción con los hogares. En otro estudio
(Hombrados y García, 2005) relacionan sentido de comunidad y calidad de vida y
encuentran que la variable predictora que tiene una mayor influencia sobre la
calidad de vida es la seguridad, ésta hace referencia a que los residentes hacen
posible que el lugar donde viven sea más seguro. También el apoyo social, la
pertenencia y la participación son buenos predictores de la calidad de vida.
Estos datos son sumamente importantes ya que confirman como en las comu
nidades pequeñas (v.g., pueblos) o en las comunidades que facilitan la interacción
social, la ayuda entre los vecinos es una realidad social que permite a determina
dos grupos de población como son las personas mayores prolongar sus redes so
ciales más allá del entorno familiar y encontrar el apoyo que necesitan en su en
torno más próximo.
73
Parte I. La naturaleza conceptual de la psicología comunitaria
Resumen
En este capítulo se analizan las definiciones más importantes del sentido de
comunidad, los componentes, las dimensiones del concepto y algunos de los
instrumentos de evaluación más utilizados. El sentido de comunidad se estu
dia en el contexto del barrio urbano y se exponen las consecuencias positivas
que tiene para la calidad de vida, la integración social y las relaciones inter
culturales.
Objetivos y competencias
- Conocer el concepto de sentido de comunidad, los diferentes com
ponentes que lo definen y los diferentes instrumentos de evalua
ción.
- Conocer las consecuencias psicosociales del sentido de comunidad.
- Ser capaz de diseñar estrategias que favorezcan el sentido de co
munidad en diferentes contextos.
- Ser capaz de analizar la relación entre sentido de comunidad, inte
gración social y calidad de vida.
Actividades formativas
1. Definir los conceptos de comunidad y sentido de comunidad. Es
tablecer similitudes y diferencias.
2. Definir los componentes del sentido de comunidad. Incluir un
ejemplo de cada uno de ellos.
3. Describir las principales consecuencias psicosociales que el senti
do de comunidad tiene para la calidad de vida y las relaciones in
terculturales.
4. Proponer estrategias de intervención comunitaria en el contexto
del barrio que permitan incrementar el sentido de comunidad entre
los residentes y fortalecer las relaciones interculturales.
74
Parte II
Perspectivas metodológicas
Métodos de investigación-acción
comunitaria
77
Parte II. Perspectivas metodológicas
78
Métodos de investigación-acción comunitaria
niñeados y controlados. Esto plantea, sin duda, un problema para aquellos cientí
ficos que desean estudiar el fenómeno comunitario en el contexto en el que se
produce, es decir, en el contexto natural. Por ello vamos a examinar algunas de
las características más relevantes en los ambientes naturales:
a) Se produce un escaso control sobre los miembros del grupo. Los inves
tigadores estudian el comportamiento de los grupos y comunidades tal y
como se desarrollan en su ambiente. Las comparaciones se establecen
sin buscar causalidad aunque sí analizando las características que produ
cen las diferencias entre los grupos (v.g., características de barrios con
alto índice de marginalidad versus bajo índice de marginalidad; redes
sociales que proporcionan apoyo versus redes sociales que no lo propor
cionan, etc.).
b) Existe escaso control sobre la ocurrencia de los hechos. Aunque algunas
veces la variable independiente puede estar bajo el control del investiga
dor (v.g., introducción del tratamiento en un programa de intervención),
en muchas ocasiones, el investigador no puede manipular la variable in
dependiente y ha de estudiar cómo se produce ésta en el contexto natural.
c) El grado de control sobre las fuentes de información es variable. A menu
do el fenómeno objeto de estudio no se puede medir directamente como
consecuencia aumenta el grado de inferencia del investigador.
d) Utilización de metodología cualitativa y cuantitativa. La metodología cua
litativa, a veces, resulta ser más precisa para describir el fenómeno comu
nitario que el uso de metodología cuantitativa, al menos en las primeras
fases de la investigación y teniendo en cuenta además que la unidad de
análisis trasciende lo individual para dirigirse a la comunidad. Sin embar
go, lo cualitativo y lo cuantitativo no debe plantearse como aspectos dico-
tómicos, más bien el investigador debe elegir una mezcla de atributos de
ambos paradigmas que le permitan el mejor análisis posible del problema
de investigación. Por tanto no hay razón para decantarse por la utilización
de uno u otro método.
e) Implicación de los sujetos en la investigación. En algunas ocasiones la re
lación del investigador con los sujetos puede ser importante, por ejemplo
en la observación participante. Por tanto en mayor o menor grado siempre
se va a requerir la implicación de la comunidad en el proceso de investi
gación.
f) Estilo de colaboración. El papel del investigador, lejos de mostrarse como
sujeto anónimo busca la colaboración necesaria para llevar a cabo la in
vestigación.
g) La intervención se desarrolla en la comunidad. Suele ocurrir que el inves
tigador se encuentre con la dificultad de no poder reproducir el fenómeno
79
Parte II. Perspectivas metodológicas
80
Métodos de investigación-acción comunitaria
científicos sociales no son inmunes a las fuerzas sociales e históricas en las que
se encuentran inmersos, más bien ellos están influenciados por muchos de los
fenómenos que estudian.
Para la psicología comunitaria es indispensable la comunicación con el en
torno y la relación del investigador con la comunidad. Por ello, revisaremos algu
nas cuestiones relacionadas con los valores del investigador y con las interaccio
nes entre investigadores y el contexto social. Una vez reconocida la importancia
de las fuerzas sociales sobre la investigación es necesario admitir que la ciencia y
los valores no son incompatibles y que es inevitable que los investigadores tengan
valores que pueden influir en la investigación. Todo esto obliga al investigador a
hacer sus valores lo más explícitos posible e intentar comprender el impacto sobre
su trabajo (Heller et al., 1984).
La calidad de las relaciones que el investigador establece con los participan
tes de un estudio es crucial para el éxito de la investigación. El trabajo comuni
tario requiere la contribución de cada una de las partes. En otras palabras, la
relación está basada en un intercambio de recursos. La comunicación entre in
vestigadores y miembros de la comunidad se hace imprescindible y supone un
cambio en el rol tradicional del investigador. Este intercambio es valorado por
muchos autores que consideran que sirve para: a) incrementar la calidad de la
investigación en las ciencias sociales; b) aumentar el uso potencial de los ha
llazgos de la investigación; c) estimular el apoyo y colaboración de los indivi
duos hacia la investigación; d) ayudar a las personas a que se ayuden a sí mis
mos (Chavis et al., 1983).
Price y Chemiss (1977) elaboraron una serie de características que debe tener
en cuenta el investigador comunitario y que nosotros suscribimos:
81
Parte II. Perspectivas metodológicas
A) La observación participante
82
Métodos de investigación-acción comunitaria
B) La aproximación etnográfica
83
Parte II. Perspectivas metodológicas
Una red puede ser representada como un conjunto de puntos conectados por
líneas. Los puntos representarían a los individuos, y las líneas o interconexiones
representarían las relaciones sociales. El conjunto de puntos puede representar
también toda una organización e incluso comunidades. Desde la perspectiva de
las redes sociales el resultado es el mismo. El ambiente social queda representado
en una especie de malla donde las relaciones sociales quedan interconectadas
entre diversos nodos o puntos. En realidad, toda la sociedad puede contemplarse
como una red social donde cada persona establece relaciones y puntos de contac
tos con otras personas. El concepto de red social proporciona una amplia visión
de las relaciones sociales y los ambientes sociales y permite analizar un concepto
intermedio entre la relación que pueden mantener dos personas y la relación con
todo el sistema social. Los lazos de las redes sociales son canales de comunica
ción potenciales que nos permiten comprender cómo son enviados y recibidos los
distintos mensajes en el contexto de las estructuras sociales.
Un aspecto muy importante para el psicólogo comunitario es analizar el impac
to tanto de dimensiones estructurales como funcionales sobre la conducta de los
individuos, grupos y comunidades. Existen también limitaciones, por ejemplo, los
investigadores se cuestionan si las redes sociales que analizan son las que realmente
existen o son las percibidas por los sujetos. Aún teniendo en cuenta las limitaciones,
las redes sociales contribuyen de forma importante a la investigación comunitaria:
D) Epidemiología
84
Métodos de investigación-acción comunitaria
E) Indicadores sociales
85
Parte II. Perspectivas metodológicas
A) La acción-investigación
86
Métodos de investigación-acción comunitaria
concretos. Los resultados de tales programas son evaluados, para dar lugar nue
vamente al proceso cíclico. Lewin (1988) señala la importancia de que este proce
so cíclico arranque del estudio de las necesidades de los miembros de la comuni
dad y que se produzca una comunicación continua entre éstos y el investigador
para que tenga lugar un auténtico cambio social. La acción-investigación no está
confinada a la utilización de algún tipo concreto de procedimiento de recogida de
datos, método u orientación teórica particular.
B) Experimentos de campo
87
Parte II. Perspectivas metodológicas
C) Aproximación cuasiexperimental
88
Métodos de investigación-acción comunitaria
Resumen
En este capítulo se describen los objetivos, el contexto y el papel del
investigador comunitario. Se analizan los procedimientos de la investi
gación comunitaria agrupados en estrategias analíticas (observación
participante, aproximación etnográfica, análisis de redes sociales, epi
demiología e indicadores sociales) y estrategias orientadas a la acción
(acción-investigación, experimentos de campo y cuasi-experimentos).
Objetivos y competencias
- Conocer los objetivos y el contexto de la investigación-acción co
munitaria.
- Conocer los procedimientos de la investigación-acción comunitaria.
- Saber aplicar las estrategias de la investigación comunitaria.
Actividades formativas:
1. Definir las características más relevantes de los ambientes naturales.
2. Definir el papel del investigador en la comunidad.
3. Aplicar alguno de los procedimientos explicados para desarrollar
un programa de prevención en el contexto escolar.
89
5
Evaluación de necesidades
91
Parte II. Perspectivas metodológicas
McKillip (1987) desarrolla un modelo general para llevar a cabo una evalua
ción de necesidades en el que establece cinco fases:
C aracterísticas D escripción
92
Evaluación de necesidades
93
Parte II. Perspectivas metodológicas
94
Evaluación de necesidades
95
Parte II. Perspectivas metodológicas
Algunos de los métodos más utilizados para el análisis de necesidades son los que
explicamos a continuación.
5.3.1. La observación
Sin embargo, a pesar de todas las ventajas que aporta a la investigación co
munitaria la observación participante requiere un gran entrenamiento y cuenta con
algunas limitaciones derivadas del grado de implicación del investigador en la
comunidad.
Un serio problema estudiado es que la observación participante produce
cambios en la conducta del grupo bajo estudio, el efecto que un observador tie
ne sobre un grupo es difícil de determinar. Para reducir este efecto se aconseja
que el observador sea sensible a los efectos de su presencia sobre la vida del
grupo y que los datos se comiencen a recoger después de que haya transcurrido
un tiempo del investigador dentro del grupo. Otro peligro de la observación
96
Evaluación de necesidades
97
Parte II. Perspectivas metodológicas
P asos D escripción
1° D e fin ir lo s o b je tiv o s d e la e n c u e s ta
2o D e c id ir la in fo r m a c ió n n e c e sa r ia
3°
D e fin ir la p o b la c ió n o b je to d e e stu d io
4° E s ta b le c e r lo s re cu rso s d isp o n ib le s
5o E le g ir e l m é to d o d e e n c u e sta
6o D ise ñ a r e l cu e stio n a r io
7° P la n ific a r e l m é to d o d e a n á lisis d e d atos
8o R e a liz a c ió n d e u n a e n c u e s ta p ilo to
9° R e v is ió n d e lo s d a to s
10° S e le c c ió n d e la m u estra d e su je to s
11° R e a liz a c ió n d e la e n c u e s ta
12° C o d ific a c ió n d e d a to s y a n á lisis d e re su lta d o s
13° E la b o r a c ió n d e l in fo r m e
98
Evaluación de necesidades
La técnica de informantes claves es una técnica sencilla y de bajo coste que con
siste en recabar información de personas que poseen un amplio conocimiento de
las necesidades estudiadas. Suelen ser profesionales con información relevante,
líderes de la comunidad y técnicos que trabajan en el ámbito de estudio donde se
99
Parte II. Perspectivas metodológicas
100
Evaluación de necesidades
101
Parte II. Perspectivas metodológicas
- Presentación del tema por parte del moderador con una pregunta gene
ral planteada de forma objetiva para fomentar que los miembros del
grupo expresen sus necesidades.
- Registro de las opiniones e ideas buscando el consenso de la comunidad.
3. Técnica Delphi. Con esta técnica se analiza la opinión de varios expertos so
bre un mismo tema y se utiliza cuando tenemos que identificar necesidades
ante un proceso de cambio, estimar el impacto de un programa, calibrar la
reacción frente a las líneas de actuación o diseñar un plan de intervención.
El procedimiento combina la recogida anónima de información, retroali-
mentación para los informadores y posibilidad de modificar las respuestas.
La recogida de información se aplica a través de cuestionarios que adop
tan la forma de diálogo estructurado entre varias personas que responden de
forma anónima y que en ningún momento llegan a reunirse por lo que se evi
ta la presión grupal a la hora de realizar las valoraciones individuales.
102
Evaluación de necesidades
4. Foros comunitarios. Los foros se utilizan para conseguir una gran impli
cación de la comunidad en el análisis de necesidades y cuando éste de
pende del consenso entre diferentes grupos sociales. Los pasos a seguir
son los siguientes:
103
Parte II. Perspectivas metodológicas
Resumen
Se analiza el concepto de necesidad y los diferentes modelos que guían el
proceso de evaluación de necesidades. Se hace una revisión de los méto
dos de evaluación más empleados. Se explica la utilización de los indica
dores sociales, las técnicas de encuesta, la observación, los informantes
claves y las técnicas de los grupos estructurados (grupos focales, grupos
nominales, técnica delphi y foros comunitarios).
Objetivos y competencias
- Conocer conceptos, características y modelos de evaluación de nece
sidades.
- Conocer y saber aplicar la metodología de la evaluación de nece
sidades.
- Saber aplicar las distintas técnicas de evaluación de necesidades.
Actividades formativas
1. Definir la evaluación de necesidades y explicar sus aplicaciones en
la intervención comunitaria.
2. En un barrio multicultural se han detectado problemas de convi
vencia derivados de la situación de marginalidad y de la conviven
cia entre autóctonos e inmigrantes de distinta procedencia. Para
analizar las necesidades de los residentes del barrio se va a utilizar
la técnica de informantes claves y la técnica de grupo nominal. Pa
ra ello se propone responder a las siguientes cuestiones:
104
Programas de intervención
comunitaria
105
Parte II. Perspectivas metodológicas
106
Programas de intervención comunitaria
107
Parte II. Perspectivas metodológicas
B) Evaluación de necesidades
108
Programas de intervención comunitaria
La evaluación del contexto debe describir las características del entorno físico
y social para tener un conocimiento más exhaustivo de las condiciones naturales
donde se va a llevar a cabo la intervención.
Para recabar la información relativa al problema contamos con numerosos
métodos de identificación, desarrollados en el capítulo 5, de naturaleza cualitativa
(v.g., informantes claves, foros comunitario, etc.) y cuantitativa (v.g., técnicas de
encuesta). Suele ser habitual comenzar la evaluación con medidas cualitativas,
como son las entrevistas en profundidad a los informantes claves ya que esto tiene
un doble efecto, por un lado tomamos contacto con el problema desde diferentes
perspectivas (sanitaria, vecinal, escolar) y por otro los informantes claves se con
vierten en poderosos frentes de entrada a la comunidad, ya que suelen facilitarle
al investigador el contacto con los grupos a los que representan (v.g., colegio,
vecinos, centro de salud...). Dependiendo de la naturaleza del problema y de los
objetivos se podrán utilizar otros métodos de evaluación de necesidades como los
indicadores sociales para conocer el estado en el que se encuentra el problema en
la población o la utilización de grupos focales o nominales para tener información
directa de la población que puede aportar información sobre la situación objeto de
estudio.
109
Parte II. Perspectivas metodológicas
M eta
Los objetivos son cambios que se espera que ocurran como resultado de ac
ciones específicas, e incluyen cambios comportamentales, organizacionales y
comunitarios.
O bjetivo general
P oblación diana
110
Programas de intervención comunitaria
Consiste en decidir qué hay que hacer. Las actividades se han de programar
de acuerdo con los objetivos. Por ejemplo, para el objetivo de desarrollo de estra
tegias de afrontamiento efectivas para hacer frente a la presión del grupo de igua
les se pueden planificar varias actividades como: entrenamiento en habilidades
sociales a través del role playing, desarrollo de habilidades de comunicación a
través de dinámicas grupales, etc.
La programación de las actividades se debe realizar atendiendo a dos aspectos
fundamentales:
111
Parte II. Perspectivas metodológicas
112
Programas de intervención comunitaria
C u a d ro 6.2. E je m p lo d e re la c ió n e n tre
o b je tiv o s -a c tiv id a d e s -te m p o r a liz a c ió n
113
Parte II. Perspectivas metodológicas
Una vez diseñado el plan de actuación se han de establecer las estrategias de eje
cución del programa. Hay que determinar cuál es la capacidad organizacional
para ejecutar y mantener el programa y si contamos con suficientes recursos hu
manos, técnicos y económicos para implementar el programa. En este punto he
mos de ser conscientes de que no se puede intervenir de espaldas a la comunidad,
por ello es necesario contar con su colaboración y definir los frentes de entrada.
Más concretamente se determinarán los siguientes aspectos:
1. Colaboración de la comunidad.
6.2.4. Evaluación
114
Programas de intervención comunitaria
También hay que evaluar el proceso, saber si se han respetado las progra
maciones temporales, si se emplearon los recursos previstos, si las actividades
planteadas se han correspondido con los objetivos previamente definidos. En
definitiva, se trata de evaluar los puntos fuertes y débiles de las acciones desa
rrolladas en el programa. Esto permite conocer las actividades y acciones que
están funcionando bien y tienen un impacto beneficioso sobre la población dia
na o al contrario aquellas que no están teniendo un impacto positivo o de cam
bio. Asimismo permite obtener datos que expliquen los resultados finales de la
evaluación.
6.2.5. Seguimiento
115
Parte II. Perspectivas metodológicas
F ases Contenido
116
Programas de intervención comunitaria
Resumen
La elaboración de un programa de intervención comunitaria requiere la
elección de una metodología de acción. En este capítulo se explica cómo
elaborar un programa de intervención y el contenido de las distintas fases
del programa. Además se presenta un ejemplo de cada una de las fases.
Objetivos y competencias
- Conocer cómo se diseñan e implementan programas de interven
ción comunitaria.
- Conocer diferentes programas en los ámbitos específicos de la in
tervención comunitaria.
- Ser capaz de diseñar programas de intervención comunitaria.
Actividades formativas
Siguiendo la metodología propuesta se propone diseñar un programa de
intervención dirigido a una población y a un problema específico (v.g.,
consumo de drogas, violencia escolar, problemas de salud etc.). Se ha de
definir el contenido de cada fase.
117
Parte III
La intervención comunitaria:
recursos, técnicas
y contextos de intervención
Apoyo social
El apoyo social ha dirigido en las últimas décadas buena parte de los intereses de
los científicos sociales que redescubren la importancia de los vínculos interperso
nales en la salud y la calidad de vida. Este tópico de investigación encuentra sus
antecedentes en el clásico trabajo de Durkheim (1897) sobre el suicidio, en el que
expone la influencia negativa que tiene el aislamiento social y la ruptura de las
redes sociales en el aumento de la mortalidad y más concretamente en el suicidio.
También a principios del siglo XX los investigadores de la denominada Es
cuela de Sociología Urbana de Chicago (Park, Burguess, Mckenzie) comprobaron
los efectos negativos que tenían la falta de apoyo social y la ruptura de las redes
sociales sobre los problemas de integración social y la aparición de problemas
sociales. Más tarde los trabajos de Faris y Dunham (1939) sobre los correlatos
ecológicos de la enfermedad mental, mostraron de nuevo que existía una correla
ción positiva entre la escasez de recursos, la desorganización social y el aumento
de las tasas de enfermedad mental. Pero es en concreto en la década de los 70
cuando se sitúa el inicio de la investigación de apoyo social. Más concretamente
hay que destacar los trabajos de Cassel (1976) en los que concluye que la inter
vención se debe dirigir, más que a la reducción de los estresores, al fortalecimien
to de las redes de apoyo y al incremento de la percepción de apoyo; las investiga
ciones de Cobb (1976) en las que se destaca la importancia de enseñar a los
pacientes estrategias para dar y recibir apoyo como una forma efectiva de afron-
tamiento y los estudios de Caplan (1974) que muestran el papel protector del apo
yo social frente a los efectos del estrés. En general, todos los estudios hacen hin
capié en que el apoyo social desempeña un papel positivo en el bienestar.
121
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
El apoyo social forma parte de manera natural de la vida de las personas, pero
lo más importante es que su existencia tiene una influencia definitiva sobre la
salud y el bienestar, de ahí el interés que ha despertado entre los investigadores
sociales. El apoyo social constituye un concepto fundamental en psicología co
munitaria, sin él no se entendería algo tan elemental para la vida humana como es
la necesidad de amar o ser amados, aunque éste sólo sea un nivel del apoyo so
cial, el denominado apoyo social informal, es el apoyo que se deriva de las rela
ciones más íntimas (pareja, familia). Este nivel es muy importante porque juega
un papel fundamental en el mantenimiento del bienestar ya que las personas bus
can ayuda para resolver sus problemas dentro de sus redes de apoyo informales.
Existen otros niveles de apoyo social que cubren otras necesidades de interacción
como el nivel medio o de redes sociales, este es el apoyo que obtenemos de las
interacción con personas que forman parte de un entramado social (v.g., lugar de
trabajo) y un tercer nivel que surge de la necesidad de integración con la comuni
dad total, es el que proporciona el sentido de comunidad y el que se conoce como
nivel macro o comunitario (Lin, 1986).
No escapa tampoco este concepto de la polémica objetivo-subjetivo que se
suscita para gran cantidad de variables psicosociales. Ni escapa a la constatación
de que hay una separación entre los aspectos objetivos y reales del apoyo social y
lo que los sujetos perciben, por lo que se hablaría de un apoyo social real más
relacionado con las condiciones objetivas del apoyo, existencia de redes, recursos
comunitarios, etc., y de un apoyo social subjetivo más relacionado con los recur
sos de apoyo percibidos. Sin embargo, ambos aspectos son complementarios
puesto que la existencia de redes implica la potencialidad del ambiente para dar
apoyo y la percepción de apoyo hace que los sujetos perciban a las fuentes poten
ciales (amigos, familia, instituciones comunitarias, etc.) como dispuestos a prestar
el apoyo que necesitan. Según esto último para que el apoyo social funcione ha de
ser percibido. Los estudios indican que debe haber una congruencia entre el apo
yo recibido y la valoración que hacen las personas sobre su red social y la satis
facción con los recursos que de ella provienen (Cohén y Syme, 1985).
Por tanto el apoyo social es una transacción social que implica aspectos es
tructurales, contextúales y perceptivos.
Es mucha la literatura existente y las definiciones con las que contamos pues
es un concepto complejo y dinámico que varía en función de las necesidades y
situaciones a las que tenemos que hacerles frente a lo largo de la vida. En una
primera aproximación al concepto podríamos decir que el apoyo social es una
transacción interpersonal de ayuda que se produce entre una fuente de apoyo y el
receptor de la ayuda, que implica emociones, ayuda material e información y que
se da en un contexto determinado (familiar, laboral, asistencial). Sin embargo,
una de las más completas definiciones es la de Lin, Dean y Ensel (1986) que lo
definen como el conjunto de provisiones expresivas o instrumentales, percibidas o
122
Apoyo social
También para Barrón (2003) es importante distinguir entre las distintas fun
ciones que cumple el apoyo social (emocional, instrumental e informacional); la
fuente de la que procede el apoyo (relaciones íntimas, grupos o comunidad) así
como la diferenciación entre el apoyo real, recibido, y la percepción y satisfacción
con el mismo.
Generalmente se adopta una concepción multidimensional del concepto. Si
guiendo a Laireiter y Baumann (1992) desde una perspectiva multidimensional el
apoyo social consta de cinco componentes:
123
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
a) Apoyo emocional. Este tipo de apoyo hace que las personas se sientan
amadas o queridas y con sentimientos de ser valorados. Se refiere a la ex
presión de emociones y sentimientos, a la posibilidad de contar con un
confidente al que expresar nuestros sentimientos y problemas.
b) Apoyo material o instrumental. Este tipo de apoyo se puede concretar en
ayuda económica, ayuda de servicios, ayuda doméstica, etc. Tiene que ver
con la prestación de ayuda directa. El apoyo que se presta de forma habi
tual por personas cercanas supone una reducción importante de la sobre
carga en las tareas de la vida diaria.
c) Apoyo informativo. Con este tipo de apoyo las personas pueden resolver sus
dudas o los problemas que tienen a través de consejos o información que re
ciben de distintas personas. Desde la intervención social se ha reconocido la
importancia que tiene la información sobre los recursos disponibles en la so
lución de problemas sociales. De hecho, desde el ámbito de los servicios so
ciales existen programas específicos de orientación e información.
De esta forma, el apoyo social estaría representado a nivel afectivo (apoyo emo
cional), a nivel conductual (apoyo material) y a nivel cognitivo (apoyo informativo).
124
Apoyo social
Los tres tipos de apoyo tienen efectos positivos sobre la salud, aunque existe
un cierto grado de acuerdo en que el apoyo emocional es el más importante para
una gran cantidad de problemas y el que está más vinculado con el bienestar (Cu-
trona, 1986), pero, sin duda, cada tipo de apoyo cumple con una función específi
ca. Hay que tener en cuenta que la satisfacción con el apoyo viene determinada,
en gran medida, por las necesidades de los sujetos (Lin, 1986). Este aspecto queda
recogido en la Teoría de la especificidad de Cohén y McKay (1984), quienes
plantean que el apoyo social será más efectivo cuanto más se ajuste al problema
que hay que dar respuesta.
125
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
126
Apoyo social
tán dispuestos a prestar más de un apoyo están más vinculados con las di
ferentes necesidades de los sujetos. En un mapa de redes sociales la di
mensión multidimensional ha de prevalecer sobre la unidimensional para
garantizar la calidad del apoyo.
g) Dispersión. Facilidad o dificultad para poder contactar con los miembros
de la red.
h) Homogeneidad. Grado de semejanza entre los miembros de la red, aten
diendo a dimensiones como las características sociodemográficas, las acti
tudes, etc. En general las redes sociales más homogéneas facilitan una me
jor interacción.
127
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
las mujeres las principales fuentes de apoyo. Los resultados de las investigaciones
han encontrado que las mujeres son más elegidas como fuentes de apoyo (Burda,
Vaux y Shill, 1984). Más concretamente, en el caso de las madres, se ha visto que
durante la adolescencia temprana éstas son consideradas como la fuente de apoyo
más importante para los jóvenes (Furman y Buhrmester, 1985). También en la di
námica habitual de las interacciones familiares se ha encontrado que las mujeres
mayores recurren a sus hijas cuando necesitan ayuda y los hombres a sus esposas.
Las mujeres cuando son madres tienen un papel fundamental en el cuidado de los
hijos y al mismo tiempo son las hijas las que continúan desempeñando un papel
fundamental en el cuidado de sus padres. También son las abuelas maternas las que
prestan más ayuda en el cuidado de los nietos. Es el familiar preferido para prestar
apoyo emocional y dispensar cuidados de salud. Diversos estudios han mostrado
que las mujeres dedican a los cuidados de salud el doble de tiempo que los hom
bres. Si nos centramos en los cuidados a personas dependientes ocurre algo similar,
los hombres reciben ayuda sobre todo de su cónyuge y de las hijas, mientras que a
las mujeres dependientes son las hijas las que les prestan el mayor apoyo. Ello indi
ca que la carga en la atención a la dependencia recae fundamentalmente en la mu
jer, más del 80% del total de cuidadores de personas dependientes son mujeres, que
se sitúan entre los 45-52 años. Las consecuencias físicas, psicológicas y sociales
que el cuidado prolongado tiene sobre el cuidador son evidentes. En el intento de
proporcionar el mejor cuidado al familiar, las cuidadoras renuncian a cubrir sus
propias necesidades. En el ámbito laboral para las mujeres cuidadoras las responsa
bilidades familiares constituyen un obstáculo para crecer profesionalmente y mu
chas de ellas se ven abocadas al abandono del empleo. En general, los cuidadores
están sometidos a una situación de estrés continua y, cuando los estresores son de
tipo crónico, se puede producir un agotamiento o deterioro de las redes debido al
mantenimiento de respuestas de apoyo a largo plazo. El 80% de los familiares que
cuidan a dependientes sufren estrés, ansiedad, agotamiento, sentimientos de sole
dad, carecen de tiempo para el ocio y perciben una escasa red de apoyo social.
Hay que llamar la atención sobre estos datos y visibilizar el papel de la mujer
en el ámbito familiar como principal proveedora de apoyo para que se proporcio
nen los recursos necesarios y para evitar los efectos negativos que sufren muchas
mujeres, que actúan como la única y principal fuente de apoyo en el contexto
familiar, sin que estas funciones sean a menudo reconocidas.
Son también muchos los enfoques y teorías acerca del apoyo social. Para analizar
los Barrón (1996) propone la siguiente clasificación:
128
Apoyo social
129
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
Desde esta perspectiva se propone que el apoyo social amortigua los efectos nega
tivos del estrés sobre el individuo. La hipótesis que preside este modelo es que en
presencia de estresores el apoyo social protege a las personas de los efectos nega
tivos del estrés. En cambio, en ausencia de estresores el apoyo social no influye
en el bienestar. También existe abundante evidencia empírica de esta hipótesis
(Lakey y Heller, 1988).
Para explicar los mecanismos de actuación de esta perspectiva se han pro
puesto numerosas formas de actuación del apoyo social. Por su parte, Cohén y
Syme (1985) consideran que el apoyo social actúa entre los eventos vitales es
tresantes y la respuesta de estrés, atenuando la respuesta de evaluación frente al
estrés y también puede intervenir entre la experiencia de estrés y la respuesta
patológica al reducir o eliminar la reacción de estrés. El apoyo social, por tanto,
actuaría únicamente en condiciones de estrés elevado protegiendo a las personas
del efecto negativo del mismo y fortaleciendo las conductas de afrontamiento
efectivas.
Para Vaux (1988) los mecanismos de actuación del apoyo social se concreta
rían en los siguientes:
130
Apoyo social
Muchos estudios han mostrado la relación positiva entre el apoyo social propor
cionado por las fuentes y la felicidad. En un estudio sobre la calidad de vida
Campbell, Converse y Rodgers (1976) muestran que la predicción de la satisfac
ción vital en diversos campos dio como resultado los coeficientes de regresión
que se presentan a continuación e indican la influencia independiente de cada red
de relación: vida familiar (.41); matrimonio (.36); amistades (.26); comunidad
(.25); organizaciones (.12).
Otro estudio realizado por Argyle y Fumham (1983) sobre la satisfacción con
diferentes fuentes de apoyo encontró tres dimensiones de satisfacción: ayuda ma
terial y tangible, intereses compartidos y apoyo emocional. La principal fuente de
satisfacción es el cónyuge, seguida de los amigos íntimos y los familiares, y des
pués los compañeros de trabajo.
Se han realizado numerosos estudios para analizar el apoyo proporcionado
por las diferentes redes que habitualmente nos proporcionan apoyo y sus benefi
cios sobre el bienestar. Algunas de las conclusiones más importantes se muestran
a continuación:
1. Apoyo social de la pareja. Cómo señala Argyle (1992), el más claro ejem
plo de una relación que produce felicidad es sin duda el enamoramiento y
la principal fuente de apoyo emocional, por tanto, es la pareja. Los estu
dios muestran que las personas casadas son por término medio más felices
que las solteras, divorciadas o viudas, siendo mayor el efecto en los hom
bres casados que en las mujeres. En cambio los hombres solteros son me
nos felices que las mujeres solteras, por lo que parece que los hombres ca
sados obtienen más beneficios del matrimonio que las mujeres. Según
Vanfossen (1981) la mujer proporciona más apoyo al marido y es mejor
confidente, en cambio las mujeres prefieren recurrir a sus amigas o fami
liares femeninos en busca de dicho apoyo.
2. Apoyo social de los amigos. Quienes tienen más amigos o pasan más
tiempo con ellos tienden a ser más felices (Larson, 1978). La relación con
los amigos constituye una fuente de felicidad menor que la que proporcio
na la pareja y los familiares pero más importante que la que proporciona
la relación con los compañeros de trabajo, los vecinos o la comunidad.
Los amigos son importantes fuentes de apoyo porque permiten compartir
intereses comunes, actividades y ocio; proporcionan apoyo material, ayu
da tangible e información cuando los necesitamos y constituyen una fuen
te importante de apoyo emocional, actuando como confidentes, mostrando
simpatía y dando consejos.
131
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
132
Apoyo social
133
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
- Pedimos que escriba una lista de las personas que pueden proporcionarle
ayuda ante un problema personal o emocional. Se hace hincapié en que no
enumere todos los amigos de que dispone y que señale únicamente aque
llos que considera que pueden prestarle el tipo de ayuda que necesita.
Asimismo se indica que puede incluir tanto a las personas con las que in
teracciona cara a cara como aquellas con las que el contacto lo establece a
través de Internet o por teléfono. Debe escribir el nombre de cada uno se
parado por una línea, lo que nos permitirá conocer el tamaño de la red.
134
Apoyo social
- Sobre las líneas que separan a cada una de las personas debe indicar la re
laciones que mantiene con ellas (padre, madre, hermano, amigo, compa
ñero de trabajo, confidente...) lo que nos permitirá conocer las relaciones
unidimensionales o multidimensionales de la red.
- En las mismas líneas debe señalar los entornos donde más frecuentemente
se relaciona con cada una de esas personas (casa, trabajo, facultad, barrio,
asociación).
- En cuarto lugar, debe poner una marca sobre la línea de cada persona que
crea que probablemente le pediría ayuda también a causa de sus proble
mas personales o emocionales, lo que nos indicaría la reciprocidad en la
prestación de apoyo.
135
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
La realización del mapa de la red social del individuo permite conocer todas las
características anteriormente descritas: el tamaño de la red; la composición de la
red y la calidad del apoyo; la reciprocidad; la multidimensionalidad y la densidad
de la red entre otras características (figura 7.1). Es un proceso complejo (para una
revisión más en profundidad ver Maya, 2009).
Son numerosos los instrumentos con los que se cuenta en la actualidad para evaluar
el apoyo social. Desde la perspectiva funcional del apoyo social se analizan los
aspectos más subjetivos del apoyo que incluyen preferentemente la evaluación de
los tipos de apoyo, la cantidad de apoyo recibido y la satisfacción con el mismo.
136
Apoyo social
También dependiendo del nivel de análisis se han desarrollado escalas para medir el
apoyo social informal derivado de las relaciones íntimas (Ensel y Lin, 1991), el
nivel de redes sociales y el nivel comunitario como la Escala de apoyo comunitario
percibido de Gracia y Herrero (2006) formada por tres subescalas: Integración co
munitaria, Participación comunitaria y Apoyo en las organizaciones comunitarias y
la Escala de apoyo social para residentes (Hombrados, 1995), esta última escala
mide la percepción del tipo de apoyo que perciben los residentes de sus vecinos y
que contempla los aspectos relativos a la función que cumple el apoyo social, dis
tinguiéndose entre el apoyo emocional, instrumental e informacional.
Las cuestiones sobre el apoyo emocional hacen referencia a los sentimientos
de pertenencia y de afecto recibidos de los otros residentes; las preguntas sobre
apoyo instrumental aluden a la percepción que tienen los sujetos de que pueden
disponer de la ayuda directa o material de sus vecinos cuando la necesitan y, por
último, las cuestiones sobre el apoyo informacional se refieren a la percepción de
los sujetos de que pueden contar con el consejo de sus vecinos para resolver sus
problemas (ver cuadro 7.1).
137
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
APOYO INFORMACIONAL: te da 1 2 3 4 5 12 3 4 5
consejos útiles e información para resolver
dudas, problemas o las cosas que debes
hacer a diario.
138
Apoyo social
MADRE
APOYO INFORMACIONAL: te da 1 2 3 4 5 12 3 4 5
consejos útiles e información para resolver
dudas, problemas o las cosas que debes
hacer a diario.
COMPAÑEROS
PROFESORES
139
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
140
Apoyo social
141
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
3. Nivel grupal. Las intervenciones a nivel grupal tienen como objetivo crear
un sistema de apoyo duradero y consistente con las necesidades del sujeto.
Se dirigen a la optimización del apoyo social en el contexto natural del su
jeto, por ejemplo la reconstrucción o el análisis de las redes sociales, o in
tervenciones dirigidas a crear nuevos vínculos de apoyo. En este caso la
intervención más conocida es la de los grupos de apoyo y autoayuda que
se desarrollará en el capítulo siguiente.
4. Nivel comunitario. El objetivo de estas intervenciones se centra en forta
lecer el apoyo social de la comunidad y desarrollar estrategias de empo-
werment comunitario. Un ejemplo son las actividades que fomentan el
apoyo entre los vecinos y crean sentido de comunidad. También el uso del
banco de tiempo puede ser considerado como una actividad que fortalece
el apoyo social de la comunidad, ya que es un sistema de intercambio de
servicios por favores que fomenta las relaciones sociales y el intercambio
de los diferentes tipos de apoyo.
5. Nivel sistémico. Estas intervenciones tienen como objetivo introducir cam
bios estructurales y organizacionales en el contexto social en el que se en
cuentran las personas con el objetivo de mejorar la provisión de apoyo so
cial. Una vez que se diseñan estas intervenciones los recursos pueden ser
empleados por todos los miembros que pertenecen a esa organización. Sin
embargo, son difíciles de implantar, pues suponen en muchos casos cambios
estructurales importantes. Un buen ejemplo son las intervenciones que se di
señan en el ámbito hospitalario para formar a los profesionales de la salud en
cómo prestar apoyo a enfermos oncológicos y sus familiares.
142
Apoyo social
Resumen
El capítulo comienza revisando los principales conceptos y modelos de
apoyo social. Se analizan las principales perspectivas de estudio (funcio
nal, estructural y contextual) y los efectos beneficiosos de la percepción de
apoyo sobre la salud. Más concretamente se muestra la relación positiva
entre el apoyo social proporcionado por las fuentes y la felicidad. Se ex
ponen las diferentes formas de evaluar el apoyo social desde la perspecti
va funcional y desde el análisis de redes y se dan a conocer las principales
estrategias de intervención que se derivan del apoyo social
Objetivos y competencias
- Conocer el concepto y los principales modelos de apoyo social
- Conocer los principales mecanismos explicativos propuestos para
explicar los efectos beneficiosos del apoyo social
- Conocer las diferentes formas de evaluar el apoyo social
- Ser capaz de utilizar el apoyo social como herramienta para la in
tervención social
Actividades formativas
1. Explicar los elementos que diferencian las perspectivas funcional,
estructural y contextual del apoyo social.
2. Analizar los principales mecanismos que se proponen desde los
modelos de apoyo social para explicar los efectos beneficiosos del
mismo.
3. Elegir un colectivo con especiales necesidades de apoyo (v.g., fa
milias monoparentales, personas mayores, etc.) y proponer inter
venciones que promuevan la percepción de apoyo.
4. Evaluar la red de apoyo de una persona utilizando la técnica del
mapa de red.
143
8
Grupos de apoyo social
y autoayuda
8.1. Definición
Los grupos de apoyo aparecen como una alternativa al modelo de salud tradicio
nal, han surgido en diferentes campos tales como las adicciones, las enfermedades
físicas y mentales, las crisis vitales, etc., por lo que se dirigen principalmente a
grupos de riesgo, situaciones de crisis, transiciones vitales o personas con pro
blemas crónicos. Se fundamentan en las teorías del apoyo social haciendo espe
cial hincapié en el efecto protector del mismo.
Una definición clásica de los grupos de apoyo es la de Katz y Bender (1976)
que los definen como aquellos grupos pequeños constituidos voluntariamente
para alcanzar un fin específico. Suelen estar integrados por iguales que se reúnen
para ayudarse mutuamente para satisfacer una necesidad común, superar un hán-
dicap, alcanzar un deseo social o conseguir un cambio personal. Los miembros de
estos grupos perciben que sus necesidades no pueden ser satisfechas por las insti
tuciones sociales existentes. Enfatizan las interacciones cara a cara y la responsa
bilidad personal en la solución de los problemas intercambiando recursos y dife
rentes tipos de apoyo.
En estos grupos se potencia el poder de las personas para ayudarse a sí mis
mas y para ayudar a otras personas a ayudarse a sí mismas (Hess, 1982). Al con
trario de lo que ocurre con otras formas de ayuda, los grupos de apoyo facilitan el
desarrollo de la autonomía personal. Desde la perspectiva de la potenciación (em-
powerment) los grupos de apoyo son considerados como un buen ejemplo de es
145
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
Las funciones más reconocidas de los grupos de apoyo son las definidas por Le-
vine y Perkins (1987):
146
Grupos de apoyo social y autoayuda
Los grupos de apoyo son sistemas informales de ayuda, son grupos voluntarios de
sujetos que comparten una situación problemática común. Aunque existen al me
nos cinco características fundamentales que los diferencian de otros sistemas de
ayuda naturales como la familia o los amigos (Herrero, 2004):
147
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
Se han utilizado diferentes marcos teóricos como las teorías de atribución social,
teorías de roles, clima social, etc., para explicar la efectividad de estos grupos,
aunque las teorías explicativas más comúnmente aceptadas señalan como concep
tos explicativos básicos los siguientes:
1. Las teorías del apoyo social: las intervenciones basadas en el apoyo social
han mostrado efectos muy beneficiosos para los sujetos participantes
(Hombrados, Perles, Martimportugués, 1993; Hombrados y García 2003).
Especialmente en los grupos de apoyo se hace hincapié en la relación, evi
tando el aislamiento y en el efecto protector, desarrollando conductas de
afrontamiento adecuadas que emergen del propio grupo.
2. La teoría de la atribución social: en los grupos de apoyo y autoayuda los
sujetos aprenden a realizar atribuciones externas sobre las causas de los
problemas (la causa está en el entorno social), evitando la culpabilidad; e
internas sobre la solución de los problemas (la respuesta está en el sujeto)
lo que aumenta la percepción de control y de responsabilidad a la hora de
resolver las diferentes situaciones.
3. Teoría de la equidad: la creación de redes simétricas de personas que
comparten un problema común hace posible que se produzca un inter
cambio recíproco entre redes sociales similares. Para que el apoyo so
cial funcione ha de ser reciproco, la percepción de asimetría o desigual
dad entre las redes sociales produce efectos negativos que producen
disminución de la autoestima o percepción de dependencia (Hombra
dos, Martimportugués, Perles y Gómez, 1993). Los grupos de apoyo y
autoayuda permiten intercambios recíprocos de apoyo entre las redes, lo
que garantiza a lo largo del tiempo beneficios para las personas impli
cadas.
148
Grupos de apoyo social y autoayuda
149
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
rísticas de los miembros del grupo, la evolución del problema, etc. Algunos auto
res (v.g., Villalba, 1996) sugieren que el proceso de acompañamiento del profe
sional no debe ser superior a seis meses si se quiere que el grupo alcance su auto
nomía.
Los grupos de apoyo social se consideran en la actualidad uno de los recursos más
valiosos con los que cuenta la intervención psicosocial para afrontar los proble
mas de adaptación, aceptación o solución de las eventualidades que se presentan
en el transcurso de la vida: enfermedad grave, adicciones, separaciones, duelos,
etc. Los grupos de apoyo se han convertido en un importante recurso para la sa
lud, especialmente para aquellas enfermedades que se etiquetan como estigmati
zantes como son el cáncer, el alcoholismo o el sida, ya que este tipo de problemas
puede conllevar un cierto aislamiento de las redes habituales de apoyo social. De
esta forma, la ayuda mutua entre personas que comparten un mismo problema se
convierte en una importante herramienta para la intervención. El origen de estos
grupos se sitúa en EEUU con la creación de Alcohólicos Anónimos en 1935. Los
miembros del grupo descubrieron que el control de la adicción guardaba relación
con la ayuda que se prestaban entre sí los alcohólicos. A este proceso de poder
proporcionar y recibir ayuda simultáneamente se ha denominado: “/a ayuda como
terapia” (Gartner y Riessman, 1984). Para estos autores, los beneficios de ayudar
a los demás se produce porque el adoptar el rol de ayuda implica poner en marcha
diferentes mecanismos de afrontamiento: a) cuando se adopta un rol se tiende a
cumplir con las expectativas que implica ese rol; b) las personas empiezan a per
cibirse a sí mismas de una forma diferente y con capacidad de afrontar el proble
ma; c) cuando las personas ayudan comienzan a sentirse útiles; d) el proceso de
ayuda hace a las personas menos dependientes; e) ayudando a otras personas con
problemas similares se tiene la oportunidad de analizar su propio problema desde
fuera; f) cuando se persuade a los miembros del grupo de determinadas acciones
se produce también una autopersuasión.
Un aspecto complejo en la puesta en marcha de los grupos de apoyo es encon
trar una metodología consensuada. Una propuesta clásica es la de Cá y Wainer
(1994) que desde un enfoque gestáltico dan una serie de pautas y normas que se
han de aplicar:
a) Hay que animar a los participantes para que compartan su historia desde
la experiencia del “aquí y ahora”. Lo que debe interesar en los grupos de
apoyo es el presente aunque sea un recuerdo o un hecho pasado.
150
Grupos de apoyo social y autoayuda
En este apartado vamos a explicar cada una de las fases con un ejemplo con
creto. La propuesta planteada se aplicó a un grupo de población con especiales
151
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
152
Grupos de apoyo social y autoayuda
153
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
- Compromiso de asistencia.
- Puntualidad y respeto por los horarios.
- Participación activa.
- Respetar la confidencialidad de los temas tratados en el grupo.
- Respetar las intervenciones de los miembros, sus opiniones y su
forma de exponer los problemas.
- No realizar críticas destructivas.
154
Grupos de apoyo social y autoayuda
155
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
156
Grupos de apoyo social y autoayuda
Contenido de la sesión
157
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
158
Grupos de apoyo social y autoayuda
Le vamos a realizar algunas preguntas acerca de la marcha del grupo al que perte
nece. Van encaminadas a su mejora y adecuado funcionamiento.
1. ¿Se encuentra satisfecho con el grupo?
2. ¿Considera que se tratan temas de interés en el grupo?
3. ¿Cree que sus problemas se abordan en el grupo?
4. ¿Tiene la oportunidad de expresarse abiertamente en el grupo?
5. ¿Le parecen adecuadas las estrategias de solución de problemas que se dan
en el grupo?
6. ¿Señale las estrategias que le resultan más adecuadas?
7. ¿Recibe apoyo en el grupo?
8. ¿Haría algún cambio en el grupo?
b) Evaluación del clima social del grupo. El profesional debe conocer la per
cepción de los miembros sobre el clima del grupo, si las sesiones se desarro
llan en un clima de cordialidad, cooperación, etc. Para ello se ha diseñado un
diferencial semántico que puede pasarse a los miembros del grupo al menos
una vez durante cada una de las fases de intervención (ver cuadro 8.4).
EMPÁTICO 1 2 3 4 5 6 7 DISTANTE
EFICAZ 1 2 3 4 5 6 7 INEFICAZ
INTERESANTE 1 2 3 4 5 6 7 ABURRIDO
COOPERATIVO 1 2 3 4 5 6 7 COMPETITIVO
AGRESIVO 1 2 3 4 5 6 7 CORDIAL
ÚTIL 1 2 3 4 5 6 7 INÚTIL
FLEXIBLE 1 2 3 4 5 6 7 INFLEXIBLE
159
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
Item s de la escala
160
Grupos de apoyo social y autoayuda
Resumen
En este capítulo se analizan las funciones y características de los grupos
de apoyo social y autoayuda. Se da a conocer el papel del profesional y los
marcos conceptuales que explican la efectividad de los mismos. Se hace
una propuesta metodológica para poner en marcha el grupo y se explica
cómo se realiza la evaluación de los mismos. Para explicar las fases se
sigue un ejemplo de intervención con el colectivo de personas mayores.
Objetivos y competencias
- Conocer las características que definen los grupos de apoyo social
y autoayuda.
- Conocer las principales funciones y los elementos asociados con
su efectividad.
- Conocer el papel que desempeña el profesional en estos grupos.
- Saber aplicar la dinámica grupal.
- Ser capaz de aplicar la metodología de los grupos de apoyo social.
Actividades formativas:
1. Indicar las principales funciones del los grupos de apoyo social.
2. Definir el papel del profesional.
3. Explicar la metodología de los grupos y poner un ejemplo de cada
fase.
161
Intervención psicosocial en crisis,
desastres y catástrofes
163
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
2. Crisis de desarrollo: suelen coincidir con el paso por las diferentes etapas
a lo largo de la vida, muchas de estas crisis son predecibles, por ejemplo
la etapa de la adolescencia, la jubilación o las rupturas. Éstas pueden ser
fácilmente identificables y sobre ellas se pueden desarrollar programas de
prevención para dar herramientas adecuadas de afrontamiento.
164
Intervención psicosocial en crisis, desastres y catástrofes
165
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
166
Intervención psicosocial en crisis, desastres y catástrofes
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Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
168
Intervención psicosocial en crisis, desastres y catástrofes
C. Conducta
A. Afecto y emociones
S. Somático
I. Interpersonal
C. Cognitivo
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Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
170
Intervención psicosocial en crisis, desastres y catástrofes
171
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
También existe un cierto acuerdo entre los autores sobre las técnicas de co
municación verbal que se han de poner en marcha. Para exponerlas seguimos la
propuesta de Fernández Millán (2005) (ver cuadro 9.4).
172
Intervención psicosocial en crisis, desastres y catástrofes
173
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
174
Intervención psicosocial en crisis, desastres y catástrofes
175
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
Resumen
En el capítulo se dan a conocer los conceptos de crisis, desastres y catástro
fes. Se exponen las pautas de intervención más adecuadas y las fases de la
intervención en desastres. Se explican los diferentes protocolos de actuación
psicosocial (CASIC, ACERCARSE) y especialmente se analizan los com
ponentes de la primera ayuda psicológica. Se concluye con la aplicación del
modelo ecológico de actuación en desastres.
Objetivos y competencias
- Conocer los protocolos de actuación en las crisis, desastres y ca
tástrofes.
- Conocer los componentes de la primera ayuda psicológica.
- Saber aplicar los modelos de actuación.
Actividades
1. Diferenciar los conceptos de crisis, desastres y catástrofes.
2. Describir las fases de la intervención psicosocial en desastres.
3. Se diseñará una situación en la que se pongan en práctica mediante
role playing las técnicas de comunicación verbal y no verbal más
empleadas.
4. Mediante datos documentales se recopilarán episodios de desastres
y catástrofes naturales. Se analizarán las consecuencias y la actua
ción psicosocial a través del modelo ecológico. Se explicarán los
componentes del modelo ecológico y se definirán los estresores,
los recursos y los tipos de vulnerabilidad.
176
10
Animación sociocultural
177
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
178
Animación sociocultural
179
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
a) Animar como dar vida o hacer revivir al que la pierde. El autor alude a la
relación del médico con el enfermo para ejemplificar el carácter externo y
vertical de la acción, otorgando a este tipo de animación un carácter direc
tivo y paternalista.
b) Animar como poner en relación. Se resalta desde esta perspectiva el ca
rácter dinámico e instrumental del concepto. La imagen del animador ya
no es la del médico sino la del mediador que posibilita la implicación de
la gente en su propio desarrollo del entorno.
180
Animación sociocultural
Con estos enunciados parece que coinciden la mayoría de los autores (Monera,
1985; Riva, 1988), así pues se puede intentar concretar:
181
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
las personas y al medio donde éstas viven, tendiendo a concretar esos pro
cesos en proyectos de actuación, de intervención en la realidad con el obje
tivo de transformarla.
182
Animación sociocultural
183
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
184
Animación sociocultural
- Vida sociocultural.
- Potencial sociocultural.
185
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
Con respecto a las técnicas que se han de utilizar en este nivel, pueden
ser suficientes las entrevistas individuales, las grupales y la observación.
En cuanto a las técnicas que se han de utilizar se ha propuesto una gran varie
dad: observación participante; técnicas de grupos nominales y foro público; in
formantes claves; indicadores sociales; encuestas y entrevistas grupales.
186
Animación sociocultural
187
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
188
Animación sociocultural
Para poner en marcha las actividades de ASC las técnicas más utilizadas son
las que se señalan en el cuadro 10.2.
Técnicas
189
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
190
Animación sociocultural
191
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
192
Animación sociocultural
Resumen
Se fundamenta el concepto de animación sociocultural (ASC) como una
acción que promueve la participación. Se analizan los elementos y las
funciones que la caracterizan. Se define la práctica de la ASC y se expli
can las fases para elaborar un proyecto de ASC y las técnicas psicosocia-
les empleadas.
Objetivos y competencias
- Conocer distintas técnicas y dinámicas participativas aplicadas a la
intervención comunitaria.
- Conocer y manejar técnicas grupales.
- Saber aplicar la ASC a grupos de riesgo.
- Ser capaz de aplicar distintas técnicas que favorezcan la participa
ción en grupo y el adecuado funcionamiento del mismo.
Actividades formativas
1. Definir las características y funciones de la animación sociocultural.
2. Explicar las técnicas grupales analizadas (técnicas de iniciación,
de cohesión, de producción grupal y de medición) y poner un
ejemplo de dinámica grupal de cada una de ellas.
3. Realizar una propuesta de animación sociocultural para un grupo
de adolescentes en riesgo de exclusión social en un barrio margi
nal de la ciudad. Diseñar un proyecto de ASC siguiendo la meto
dología explicada.
193
Participación social
y voluntariado
195
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
196
Participación social y voluntariado
197
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
Los investigadores a la hora de analizar este fenómeno tan complejo se han pre
guntado si los voluntarios tienen características diferenciadoras del resto de las
personas que no participan en actividades de voluntariado. Para ello se han reali
zado numerosos estudios que han incidido en el análisis de variables asociadas a
la conducta de voluntariado.
A) Variables sociodemográficas
198
Participación social y voluntariado
B) Variables de personalidad
C) Variables situacionales
D) Variables actitudinales
La mayoría de los estudios muestran que las actitudes que se relacionan con la
decisión de ser voluntario y que diferencian a los voluntarios de los no volunta-
199
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
nos son aquellas que manifiestan las acciones positivas y los beneficios que pue
den tener en las poblaciones sobre las que actúan. Sin embargo, aunque la actitud
positiva sea necesaria, no siempre influye directamente en la ejecución de la con
ducta. Para predecir la conducta de voluntariado se han utilizado el enfoque teóri
co de la acción razonada (Fishbein y Ajzen, 1975) y la Teoría de la acción plani
ficada (Ajzen, 1985).
Desde la Teoría de la acción razonada nuestras creencias determinan nues
tras actitudes y nuestras normas subjetivas y, por ello, aunque de forma indirec
ta, también determinan nuestras intenciones y conductas. La conducta está de
terminada directamente por la intención conductual que a su vez está influida
por la actitud hacia la conducta y por la norma subjetiva. El elemento principal
como antecedente de la conducta es la intención conductual, de la cual depende
tanto la ejecución de la conducta motivada, como la intensidad con la que se
lleve a cabo. La intención está determinada a su vez por dos variables: una va
riable personal (evaluación favorable o desfavorable por parte del sujeto de esa
conducta) y una variable social referida a las expectativas que, respecto a esa
conducta, el sujeto percibe en su medio social (presión social que le induce a
realizar o no realizar cierta conducta), denominada influencia social normativa o
norma subjetiva.
Desde la Teoría de la acción planificada se añade una nueva variable predicti-
va, el control conductual percibido, es decir, el grado en que la persona percibe
que la acción está bajo su control, tras valorar los recursos disponibles para su
ejecución (v.g., disponibilidad de tiempo). Con ello se incrementa el poder de
predicción de la conducta de voluntariado.
Esta variable, a diferencia de las anteriores, puede influir directamente en la
realización de la acción además de intervenir a través de la intención. Los antece
dentes que explican esta variable son las creencias acerca de la habilidad de eje
cución, es decir, la confianza que el individuo posee acerca de sus capacidades y
las creencias acerca de la facilidad o dificultad de realizar una acción. Ambos
tipos de creencias se ciñen a la conducta y situación en la cual ha de ser realizada,
pudiendo impedir o facilitar su ejecución.
E) Variables motivacionales
Clary y Snyder (1991) postulan que las motivaciones del voluntariado pue
den estar determinadas por motivos muy diferentes para una misma actividad e
incluso que los motivos iniciales que condujeron a una persona a ser voluntario
pueden cambiar a lo largo de su experiencia como tal. Para explicar por qué una
misma actividad puede estar conducida por motivos diferentes los autores se
200
Participación social y voluntariado
apoyan en la Teoría funcional (Katz, 1960) según la cual las personas pueden
tener las mismas actitudes por razones muy distintas, ya que responden a fun
ciones psicológicas diferentes, e incluso dentro del mismo individuo pueden
tener varias funciones psicológicas. Desde esta teoría, las principales funciones
que pueden tener las actitudes para la personalidad según su base motivacional
se clasifican en:
Los estudios realizados por Clary y Snyder muestran que las motivaciones de
los voluntarios pueden cumplir estas funciones aunque es, sin duda, la expresión
de valores, la que aparece en casi todos los estudios de voluntariado. También
aparece la función de conocimiento (v.g., para tener experiencia laboral), siendo
la de defensa del yo la función con menor apoyo empírico.
Por su parte Omoto y Snyder (1995) identificaron cinco motivaciones en vo
luntarios que trabajan con enfermos de sida (ver cuadro 11.1).
Este mismo estudio fue replicado en nuestro país por Chacón y Vecina (1999)
apareciendo nuevamente las motivaciones de conocimiento, interés por la comu
nidad y valores, y dando lugar a una nueva motivación denominada relaciones
sociales.
También Clary et al. (1998) desarrollan el Inventario de funciones del vo
luntariado en el que identifican las siguientes motivaciones: Valores (v.g., Sien
to que es importante ayudar a otras personas)-, conocimiento (v.g., El voluntá
is
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
riado me permite aprender más sobre aquello en lo que estoy trabajando)', rela
ciones sociales (v.g., Tengo amigos que son voluntarios)', mejora del currículum
(v.g., El voluntariado puede abrirme puertas al trabajo que quiero)', defensa del
yo (v.g., El voluntariado es una buena form a de escapar de mis desgracias) e
incremento de la autoestima (v.g., El voluntariado hace que me sienta bien
conmigo mismo).
Un problema que señalan Chacón y Vecina (2002) cuando se miden las moti
vaciones de los voluntarios a través de cuestionarios es que probablemente las
personas no tengan clara la distinción entre las circunstancias que facilitan o difi
cultan la decisión de hacerse voluntario (v.g., tiempo libre); las expectativas o
anticipaciones de lo que ocurrirá (v.g., aprender) y las motivaciones que son las
verdaderas razones por las que se toma la decisión de hacerse voluntario y mante
nerse en esta actividad. Por ello se recomienda el uso de entrevistas como una
forma de evaluación complementaria.
En general, teniendo en cuenta la variabilidad de motivaciones, la investiga
ción en voluntariado ha permitido concluir que las motivaciones que anteceden al
voluntariado cumplen funciones diversas para diferentes personas e incluso para
una misma persona.
De entre todos los modelos desarrollados para explicar cómo se produce y perma
nece la conducta de voluntariado hemos destacado los más importantes y se con
cluye con un modelo que aborda este fenómeno de una forma integral.
202
Participación social y voluntariado
1. Fase antecedente. En esta fase los autores incluyen tres aspectos funda
mentales que influyen en la decisión de las personas de ser voluntarios:
203
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
Este modelo propuesto por Callero, Howard y Piliavin (1987) parte de que el
voluntariado es una conducta de ayuda y para explicar la permanencia se analizan
las normas personales (lo que la persona piensa que debe hacer), las normas so
ciales (lo que los demás creen que debe hacer esa persona), el compromiso con la
organización y la identidad del rol del voluntario. Convertirse en voluntario du
rante un periodo largo de tiempo aumenta el compromiso con la organización y
produce cambios en el autoconcepto del voluntario. Es decir, cuando se incorpora
el rol del voluntario al autoconcepto, las conductas del voluntariado se manten
drán con independencia de las normas personales y sociales. Por tanto, un buen
predictor de la permanencia es la experiencia pasada en actividades de volunta
riado.
Este modelo propuesto por Clary y Snyder (1999) se centra en las diferentes mo
tivaciones individuales ya analizadas. Para los autores la satisfacción con las mo
tivaciones es el principal predictor de la permanencia. Estas motivaciones son
diversas para diferentes personas y también en una misma persona estas motiva
ciones van cambiando a lo largo del tiempo. Por tanto para asegurar la permanen
cia de los voluntarios habría que conocer muy bien cuáles son esas motivaciones.
Los motivos que manifiestan los voluntarios son muy variados y se han clasi
ficado en tres tipos:
Los motivos que consideran más importantes los voluntarios son los hetero
centrados como motivos antecedentes. Sin embargo, los estudios de Clary y Sny
der (1991) muestran que la experiencia del voluntariado cambia al voluntario y
204
Participación social y voluntariado
puede que esta experiencia cambie las motivaciones iniciales, de carácter más
altruista. De hecho, algunos estudios encuentran que los voluntarios con más ex
periencia y permanencia en la organización expresan más motivos autocentrados
que heterocentrados.
Del modelo se derivan una serie de implicaciones prácticas que deben poner
en marcha los responsables de los programas para la permanencia del voluntaria
do que se resumen a continuación:
205
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
206
Participación social y voluntariado
Resumen
En este capítulo se explica la conducta de ayuda del voluntariado y se
hace una revisión de las variables relacionadas con la decisión de ser vo
luntarios y con la permanencia del voluntariado, entre las que se encuen
tran: variables sociodemográficas, de personalidad, situacionales, actitudi-
nales y motivacionales. Se concluye con los modelos más destacados que
explican el proceso y la permanencia del voluntariado.
Objetivos y variables
- Conocer las características que definen el voluntariado desde una
perspectiva psicosocial.
- Diferenciar los modelos explicativos del proceso y permanencia
del voluntariado.
- Conocer las variables estudiadas con relación al voluntariado.
- Identificar las implicaciones prácticas del voluntariado.
Actividades formativas
1. Diferenciar la conducta de ayuda del voluntariado de otras conduc
tas de ayuda.
2. Diferenciar los modelos explicativos del proceso y permanencia
del voluntariado.
3. Identificar las variables sociodemográficas, de personalidad, situa
cionales, actitudinales y motivacionales más relacionadas con la
decisión de ser voluntario.
207
12
Familias en situación
de riesgo
209
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
210
Familias en situación de riesgo
Factores
I II III IV V
211
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
Son muchos los aspectos que se pueden analizar en el contexto familiar. Según
Spoth (2010), el análisis de la familia se puede realizar atendiendo al menos a tres
cuestiones:
212
Familias en situación de riesgo
213
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
a) Utilizar un marco teórico y una perspectiva ecológica que guíe los proce
sos de evaluación e intervención y que permita tener una visión integral
de la situación de los niños y de sus familias.
b) Adaptar las estrategias y técnicas de tratamiento a las necesidades de la
familia.
c) Ayudar a las familias para que sean competentes en sus funciones parenta-
les.
d) Colaboración y coordinación entre todas las instituciones y profesionales
implicados.
e) Trabajo en equipo e interdisciplinariedad y búsqueda del consenso entre
profesionales respecto a la toma decisiones sobre los casos y protocolos
de actuación.
214
Familias en situación de riesgo
215
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
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Familias en situación de riesgo
217
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
218
Familias en situación de riesgo
femenino o por las hijas. En las relaciones de pareja las diferencias de longevidad
hacen que el hombre tenga más apoyo de su pareja que la mujer. También es impor
tante llamar la atención sobre la importancia que la relación de pareja tiene como
fuente de apoyo a lo largo del ciclo vital. Se han analizado los beneficios del matri
monio en la salud, hallándose que el matrimonio se asocia a una mejor salud y a me
nos depresión. Se ha demostrado además que la ruptura conyugal o de la pareja es
uno de los eventos más estresantes y que el divorcio se correlaciona con altas tasas de
trastornos físicos y mentales. De hecho, de acuerdo con tales estudios, las mujeres
experimentan más la ansiedad por la separación y reciben menos apoyo instrumental
y emocional que los hombres. Además las redes de apoyo de los hombres son signifi
cativamente mayores que las de las mujeres (Landero, y González, 2006).
La escasez de redes sociales o de relaciones familiares en la vejez genera sen
timientos de soledad, aislamiento social e insatisfacción con la vida. En cambio,
la presencia de apoyo social les permite a las personas mayores desarrollar estra
tegias de affontamiento, vencer la soledad, favorecer la comunicación, disminuir
la angustia y aumentar el control ante diversas situaciones (Flórez, 1992). En la
edad avanzada el deseo de contactos con los amigos parece disminuir. Sin embar
go, el apoyo de los amigos está más vinculado con el disfrute y la calidad de vida.
A la familia se recurre cuando se la necesita, a los amigos cuando se quiere dis
frutar de compañía. Por tanto, ambas fuentes de apoyo son imprescindibles para
garantizar una adecuada calidad de vida en esta etapa de la vida. Un ejemplo de
intervención con personas mayores que están solas son los programas intergene
racionales, los programas de animales de compañía, o los grupos de autoayuda.
219
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
ral, se acepta que estas relaciones tienen un gran impacto en el desarrollo de los
adolescentes (Smetana, Campione-Barr, y Metzger, 2006; Woolley, Kol, y Bowen,
2009). Los adolescentes que perciben mayor apoyo de sus padres utilizan también
estrategias de afrontamiento más efectivas (Barrera y Li, 1996). Por el contrario, la
carencia real o percibida de apoyo parental representa un importante factor de ries
go en el desarrollo de los problemas de conducta. Además, las investigaciones que
han analizado el apoyo parental diferenciando la figura del padre y de la madre han
concluido que estas fuentes de apoyo contribuyen de un modo independiente al
ajuste de los hijos. En general, durante la adolescencia hay una tendencia a que el
apoyo de los padres decrezca, mientras que el apoyo de los amigos aumenta (Kline-
berg et al., 2006). Especialmente el apoyo del padre es el que muestra una pérdida
mayor (Colarossi y Eccles, 2003). En un estudio reciente (Hombrados et al., 2012)
sobre las principales fuentes de apoyo en el ámbito familiar y escolar y los tipos de
apoyo más importantes para el adolescente los datos han mostrado que dentro del
contexto familiar la madre aporta significativamente más apoyo que el padre, tanto
en frecuencia como en satisfacción con los tres tipos de apoyo analizados (emocio
nal, instrumental e informacional), mientras que en el contexto escolar son los ami
gos los que proporcionan significativamente más apoyo que los profesores.
En cuanto al análisis de las fuentes de apoyo (padre, madre, compañeros, pro
fesores) se confirma que la madre es la principal fuente de apoyo, seguida del
padre, los amigos y los profesores. Este patrón se reproduce desde los 12 hasta los
14 años de una manera estable, pero a partir de los 15 se producen fluctuaciones
importantes, llegando a ser el apoyo de los amigos similar o superior al propor
cionado por el padre. Los datos revelan el importante papel de la madre como la
principal proveedora de apoyo. De los tres tipos de apoyo que suministra, el más
destacado ha sido el emocional seguido del instrumental e informacional, siendo
similar el apoyo proporcionado tanto a las chicas como a los chicos. En cambio,
los datos hallados muestran importantes diferencias en el apoyo proporcionado
por el padre según el género. En los chicos no se encuentran diferencias entre los
tres tipos de apoyo proporcionados por el padre. En cambio, en las chicas el prin
cipal apoyo que proporciona el padre es el instrumental seguido del informacional
y por último del emocional. Además el apoyo del padre es inferior al proporcio
nado por la madre y los amigos, únicamente el apoyo del padre es superior al
proporcionado por los profesores. Estos datos son interesantes para llamar la
atención de la función del padre respecto a las relaciones de apoyo que mantienen
con los hijos y especialmente con las hijas. También los datos han mostrado el
papel diferencial que juegan los padres en las relaciones de apoyo con los hijos.
Respecto a los tipos de apoyo proporcionados por cada fuente, éste se mantiene
en las diferentes edades de manera estable. Los padres principalmente proporcio
nan apoyo emocional e instrumental, los amigos apoyo emocional e informacio
nal y los profesores apoyo informacional.
220
Familias en situación de riesgo
Los resultados concuerdan con los de otras investigaciones que han encontra
do que las mujeres son más elegidas como fuentes de apoyo (Burda, Vaux y Shill,
1984). Más concretamente en el caso de las madres, se ha visto que durante la
adolescencia temprana éstas son consideradas como la más importante fuente de
apoyo (Furman y Buhrmester, 1985). En cambio, el apoyo del padre tiende a ser
más pequeño durante la adolescencia. Estos datos han de ser tenidos en cuenta
para diseñar intervenciones en el ámbito familiar.
Resumen
En el capítulo se aborda el concepto de familia y se exponen las caracte
rísticas de las familias en riesgo y familias multiproblemáticas por su inte
rés para la intervención comunitaria. Se analizan las familias monoparen-
tales ya que por sus circunstancias psicosociales son consideradas, en
muchos casos, familias en situación de riesgo que acaban convirtiéndose
en familias multiproblemáticas. Se explican los efectos beneficiosos del
apoyo social en el ámbito familiar.
Objetivos y competencias
- Conocer el concepto y tipos de familias.
- Conocer las características de las familias multiproblemáticas y en
riesgo.
- Ser capaz de analizar modelos de funcionamiento familiar y apli
car estrategias de intervención que permitan hacer frente a las ne
cesidades o problemas de las poblaciones en riesgo.
- Ser capaz de detectar poblaciones en riesgo de marginación y ex
clusión social.
Actividades formativas
1. Explicar las características de las familias multiproblemáticas.
2. Indicar las líneas de actuación con familias en riesgo.
3. Aplicar el Modelo de adaptación familiar al estrés a familias en
riesgo y definir estresores y recursos de afrontamiento.
221
La prevención del consumo
de drogas en la población juvenil
223
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
para alguien que nunca lo ha hecho (Newcomb y Bentler, 1986). Por tanto, estos
datos sugieren que la intervención debe centrarse en la prevención del consumo
del tabaco y el alcohol, especialmente entre la población juvenil.
Una gran parte de los programas de prevención dirigidos a la población juve
nil se centran en la reducción de la demanda y en intervenciones de prevención
primaria que tienen como objetivo la población que aún no ha comenzado a con
sumir drogas. La mayor parte de las iniciativas desarrolladas han consistido en
campañas dirigidas al conjunto de la población y en programas aplicados en el
contexto escolar.
224
La prevención del consumo de drogas en la población juvenil
225
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
226
La prevención del consumo de drogas en la población juvenil
Para prevenir las causas de las conductas de riesgo es preciso adoptar una pers
pectiva ecológica considerando tanto las características del adolescente como su
relación con el ambiente que le rodea. Desde el Modelo ecológico (Bronfenbren-
ner, 1981) se puede analizar dentro de cada sistema las conductas y situaciones de
riesgo asociadas al consumo:
227
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
Al uso de drogas se hallan asociados múltiples factores pero los más impor
tantes en la población adolescente tienen que ver con las relaciones interperso
nales, la familia, la escuela y los amigos. Por tanto a continuación exponemos
estrategias de intervención preventiva que han resultado efectivas en estos ám
bitos:
228
La prevención del consumo de drogas en la población juvenil
229
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
Resumen
Se analiza el problema de las drogas desde la perspectiva de la preven
ción. Se explican las estrategias de prevención más utilizadas indicando
las aportaciones y limitaciones de cada una de ellas y se dan pautas de
intervención para prevenir el consumo en la etapa adolescente. Los pro
gramas de prevención en drogodependencias se abordan desde una pers
pectiva ecológica.
Objetivos y competencias
- Conocer las estrategias de prevención en el ámbito de las drogo-
dependencias.
- Conocer las pautas de intervención en la prevención del consumo.
- Saber aplicar las estrategias de prevención.
Actividades formativas
1. Explicar las aportaciones y limitaciones de las estrategias de pre
vención primaria en el ámbito de las drogodependencias.
2. Desde una perspectiva ecológica indicar los contextos y estrategias
de prevención más adecuados para intervenir con la población
adolescente.
3. Diseñar un programa de prevención primaria en el contexto escolar
teniendo en cuenta las estrategias y líneas de actuación expuestas.
230
Inmigración y relaciones
interculturales
231
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
232
Inmigración y relaciones interculturales
233
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
rísticas del inmigrante y del contexto. Así el término convoy social hace referen
cia a ese proceso dinámico en el que las redes sociales naturales de personas in
migrantes influyen sobre el ajuste y el bienestar personal. El modelo analiza las
necesidades de apoyo, la estructura de la red personal y la adecuación del apoyo
social. Más concretamente, los determinantes y efectos de las propiedades del
convoy social en inmigrantes se concretarían en los siguientes:
Por tanto el modelo del convoy proporciona una perspectiva que permite ex
plicar cómo la red personal se ajusta a las condiciones de vida de los sujetos,
cambiando su estructura para garantizar el intercambio de apoyo. Es al mismo
tiempo dinámico y duradero: algunos lazos pueden cambiar, pero otros suelen
permanecer. Sus autores lo presentan como un conjunto de círculos concéntricos
que envuelven a las personas, simbolizando diferentes niveles de proximidad,
relevancia y afectividad.
Muchas investigaciones aplicadas al contexto migratorio han comprobado los
efectos positivos del apoyo social sobre el bienestar y la salud mental de los inmi
grantes. Se ha estudiado, por ejemplo, la importancia que tiene el tamaño de la
red social (Noh, Speechley, Kaspar y Wu, 1992); la presencia y número de autóc
tonos en la red interpersonal del inmigrante (Maya, 1999); los beneficios acarrea
dos por la presencia de familiares (Martínez et al., 1996); o los beneficios del
apoyo social sobre la felicidad de las mujeres inmigrantes (Domínguez y Hom
brados, 2008), entre otras.
También a partir del apoyo social se han diseñado numerosas estrategias de
intervención, ya comentadas en el capítulo 7, y que se han aplicado específica
mente en la población inmigrante como: el desarrollo de habilidades sociales para
dar y recibir apoyo; el apoyo a nivel diádico (apoyo de abuelos voluntarios en el
cuidado de niños inmigrantes); apoyo a través de los grupos de apoyo social y
autoayuda, etc.
En la actualidad, se pueden destacar una serie de elementos que caracterizan
la inmigración, de forma resumida estos serían:
234
Inmigración y relaciones interculturales
En los últimos años los movimientos migratorios se han convertido en uno de los
grandes temas de interés de las ciencias sociales. Sin embargo, quedan muchos as
pectos por analizar y sin duda las diferencias de género son uno de los principales,
debido a la reciente incorporación de la perspectiva de género en los estudios sobre
las migraciones. Las mujeres habitualmente relegadas a un segundo plano han sido
ignoradas en su contribución en el proceso migratorio, se niega su diversidad y el
papel que pueden representar. Los proyectos migratorios femeninos se suelen desen
cadenar principalmente por (Actis y Pereda, 2000): a) mujeres que emigran, no por
decisión personal, sino que lo hacen por seguir a sus maridos; b) mujeres que emi
gran para asegurar la subsistencia del grupo familiar, especialmente la de los hijos;
c) mujeres solteras que buscan promoción personal y ayudar a la familia; d) mujeres
que ven la evasión a otro país como una forma de escapar de un modo de vida o de
costumbres no compartidas con su país de origen; y d) segunda generación de muje
res que emigran por reagrupación familiar para unirse a sus familiares.
Las mujeres inmigrantes se convierten en un colectivo especialmente vulne
rable porque a los problemas que conlleva la inmigración se les unen los proble
mas de la discriminación por ser mujer. Por tanto, es especialmente importante
desarrollar pautas de intervención dirigidas a mujeres inmigrantes para cambiar
las relaciones de desigualdad de esta población. Es fundamental que cualquier
intervención planteada conlleve el compromiso tanto de organismos formales (por
ejemplo servicios sociales) como naturales (la propia comunidad) e informales
(asociaciones de vecinos, peñas, etc.), haciendo especial hincapié en la importan
cia de la competencia cultural como verdadero medio de relación e interacción
entre personas y grupos. La intervención comunitaria debe abordarse desde una
235
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
236
Inmigración y relaciones interculturales
237
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
238
Inmigración y relaciones interculturales
rencias. Cohén (1985) afirma que cada grupo social define progresivamente su
propia identidad eligiendo determinados atributos y que la percepción de distan
cia cultural entre grupos está mediada por el estatus que se atribuye a los grupos
de origen de las parejas extranjeras. También Fenaroli y Panari (2006) hablan
de pertenencia a la cultura dominante, o a la minoritaria, según el contexto so-
ciocultural al que pertenezca la pareja. Por tanto, las diferencias culturales en
las parejas mixtas se enmarcan dentro de las dinámicas de “poder” que caracte
rizan las relaciones entre distintos grupos dentro de la misma sociedad (Mona-
celli, Mancini, 2005).
En las parejas interculturales se ha prestado especial atención a las motivacio
nes que están detrás de las uniones interculturales. Distintos investigadores han
examinado una serie de variables que influyen en la probabilidad de contraer ma
trimonios mixtos:
239
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
240
Inmigración y relaciones interculturales
241
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
Son numerosos los estudios que muestran los efectos beneficiosos del apoyo
social en la integración social de los inmigrantes y en la convivencia familiar
pero hasta la fecha han sido pocos los estudios que analizan la relación benefi
ciosa del apoyo social en el contexto de la familia intercultural. En este sentido,
Shute y Spitzberg (2003) compararon parejas interculturales con parejas autóc
tonas atendiendo a las variables de apoyo social y satisfacción marital y demos
traron que:
a) Las parejas interculturales reciben menor apoyo social por parte de sus
familias respecto al apoyo recibido por las familias autóctonas.
242
Inmigración y relaciones interculturales
b) Existe una correlación positiva entre el apoyo que recibe la mujer por par
te de la familia con la satisfacción marital.
c) Para los hombres la satisfacción marital correlaciona positivamente tanto
con el apoyo por parte de los amigos como por parte de la familia.
243
Parte III. La intervención comunitaria: recursos, técnicas y contextos de intervención
Resumen
Se analiza el estudio de las migraciones desde una perspectiva psicosocial.
Se definen los conceptos de aculturación, choque cultural y competencia
cultural. Se destaca el papel del apoyo social en el proceso de ajuste de los
inmigrantes. Centramos la intervención en el colectivo de mujeres inmigran
tes por su situación de vulnerabilidad y se concluye con el análisis de un
fenómeno creciente relacionado con la inmigración: la familia intercultural.
Objetivos y competencias
- Conocer y respetar la diversidad cultural e individual, las creencias
y valores de otros grupos humanos.
- Conocer que las migraciones conllevan cambios aculturativos en
la sociedad de acogida.
- Conocer que las mujeres inmigrantes son una población de riesgo.
- Conocer las nuevas formas de familias interculturales.
- Desarrollar habilidades para trabajar en un contexto multicultural.
Actividades formativas:
1. Definir los conceptos de aculturación, choque cultural y compe
tencia cultural.
2. Explicar el Modelo del convoy social de Khan y Antonucci aplica
do a la población inmigrante.
3. De acuerdo con las pautas de actuación indicadas, diseñar estrate
gias de intervención dirigidas a la integración y participación de
las mujeres inmigrantes en la comunidad.
4. Explicar las estrategias de gestión de las diferencias en las parejas
interculturales poniendo un ejemplo de cada una de ellas: amplia
ción de las posibilidades; mediación; asimilación y afirmación cul
tural.
244
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